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Vol. 12 – Núm.

2 – Febrero 2002
MEDIFAM 2002; 12: 132-139
DINÁMICA FAMILIAR

Obesidad

C. RAFFIN
Directora de “Progetto Famiglia”. Vicepresidenta de la Fundación “Bambini e- Autis
mo”. Miembro del Equipo de Investigación del Centro di Terapia Familiare Sistemica de
Milán (dirigido por la Dra. Giuliana Prata). Italia

Obesity

RESUMEN ABSTRACT

En este artículo la autora propone para la obe - The author proposes a strategic intervention on
sidad una intervención estratégica basada en el behavioural base for obesity. The article exposes
comportamiento. Explica los asuntos teóricos de the theoretical points wich is based on and the pha -
base y expone con detalle las fases de actuación. ses of intervention are described in detail. The me -
El método, por su estructuración, puede interesar thod, because of its structure will not only be of in -
no solo a psicólogos y psicoterapeutas sino tam - terest to psychologist and psychotherapist, but also
bién a médicos de familia puesto que la parte pro - to family doctors as the psychotherapeutic part is
piamente psicoterapéutica no es larga y puede ser limited and may be put into act by a support i n g
realizada por un profesional que colabora sólo du - therapist during the first four sessions.
rante las cuatro primeras entrevistas.

Palabras clave: Obesidad. Terápia conductual. Key words: Obesity. Behaviour therapy. Primary
Atención Primaria de Salud. Psicoterapia. Health Care. Psychotherapy.

INTRODUCCIÓN deran la obesidad como un trastorno identificado


por DSM IV como Bulimia Nerviosa (F.50.2) del
Un terapeuta no debería hablar de aburrimiento subtipo “sin conductas de eliminación''1.
y de frustración cuando se trata de pacientes que En este artículo nos referimos al trastorno de
están siendo tratados en psicoterapia. Pero me pa- Alimentación no Controlada clasificado como uno
rece honesto decir que fueron éstos los sentimien- de los Trastornos de la Alimentación no Especifi-
tos que nos empujaron a cambiar completamente el cados de Otra Manera (F 50.9).
rumbo del tratamiento de los pacientes obesos*. Este trastorno describe sobre todo a la gran ma-
yoría de pacientes obesos que piden una interven-
ción terapética de apoyo en un intento de pérdida
DEFINICIÓN de peso, o una terapia con el fin de comprender las
dinámicas que están detrás de su manera de comer.2
No todos los pacientes que piden una terapia por En realidad, muchos pacientes con un peso que
obesidad sufren de bulimia. Algunos autores consi- sobrepasa el peso normal u obesos, que piden un

* El Centro "Progetto Famiglia" de Perdenone, dirigido por la auto-


ra de este artículo, tiene una amplia casuística porque el programa
de esta terapia ha sido anunicado en la prensa y muchos pacientes
Aceptación: 14-12-01 han llamado al Centro para intentarla.

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apoyo psicoterapéutico, no podrían ser clasificados la otra. Otros dicen que comen más por la tarde o
como pacientes bulímicos y tampoco presentan las por la noche. Otros declaran su preferencia por
características psicopatológicas de los sistemas en unos alimentos que comen de manera no controla-
que se desarrolla la bulimia. da: hidratos de carbono, chocolate, salsa, etc...
En la mayoría de los casos se trata de personas Puesto que el metabolismo cambia en el trans-
que no consiguen controlar su alimentación y co- curso del día así como nuestro equilibrio bioquími-
men cantidades de comida más abundantes que las co, no podemos excluir que también estas variables
que comerían las personas normales en el mismo puedan tener cierta importancia en la etiopatogéne-
lapso de tiempo y en circunstancias parecidas. Se sis de este trastorno. Otro dato importante es que
quejan de una sensación de pérdida de control ante en las muestras tomadas en la población general las
la ingesta de comida y pueden sentirse embarazo- mujeres presentan obesidad con una frecuencia de
sos por lo que están comiendo para luego sentirse 1,5 a 1 respecto al varón6.
disgustados frente a sí mismos, deprimidos y cul- De todas las maneras los sujetos con estos hábi-
pabilizados. tos alimenticios presentan varios grados de obesi-
dad. La mayoría tienen una larga historia de tentati-
vas de hacer una dieta y se sienten desesperados
CONSIDERACIONES ETIOLÓGICAS por la dificultad que encuentran para controlar la
ingesta de comida.7
Aún cuando no se trata de obesidad con etiolo-
gía evidentemente orgánica, no se pueden dejar de
lado los componentes biológicos que están detrás LA DEMANDA TERAPÉUTICA
de este trastorno.3
En una óptica sistémica es fácil pensar que la La demanda de una terapia psicológica llega casi
etiología de la obesidad, aún cuando no existan siempre después de innumerables fracasos de die-
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problemas de naturaleza médica, sea un etiología tas de tipo médico o del tipo “hazlo tú mismo” .
compleja, donde factores predisponentes de natu- Las personas que se dirigen a un psicoterapeuta
raleza genética, factores orgánicos (condiciones habitualmente dicen que su manera de comer, y so-
médicas añadidas), factores culturales (que deri- bre todo su peso, influye negativamente en sus re-
van de los macrosistemas y de los microsistemas laciones con los demás, en el trabajo, en su posibi-
de pertenencia) y, naturalmente, varios factores lidad de sentirse contentos y a sus anchas con su
psicológicos, concurren tanto en la etiología como cuerpo.
en la evolución del trastorno. Subrayamos esto Además están convencidos, en particular las mu-
porque, a menudo, ocurre que problemas comple- jeres, que si se resuelve su problema y bajan de pe-
jos son afrontados con un enfoque unívoco por la so estaría resuelta toda la insatisfacción que viven
creencia de que también el origen pueda ser uní- en su vida. Le dan poca importancia a los efectos
voco.4 colaterales físicos de la obesidad en la salud, mien-
A propósito de esto hay que señalar que muchos tras que les parece prioritario el problema estético.
autores, y entre ellos también autores sistémicos, Naturalmente las normas culturales de referencia
reconocen la “familiaridad” de la obesidad, es de- son, en este caso, extremadamente importantes. Si
cir, la presencia de obesidad en miembros de la fa- estas personas vivieran en una sociedad donde “la
milia nuclear, de las familias extensas o en las ge- grasa es bella”, probablemente no se evidenciarían
neraciones precedentes, pero al mismo tiempo como grupo patológico.
estos autores consideran esta “familiaridad” como Raramente se consiguen establecer objetivos
el efecto de un juego psicopatológico que se trans- terapéuticos que no tomen en consideración el ob-
mite de generación en generación. Dejan de lado la jetivo primario de estas personas que es, y a me-
posibilidad de hipotetizar que puedan existir com- nudo permanece durante toda la terapia, la pérdi-
ponentes genéticos.5 da de peso. 9
Algunos pacientes que presentan un trastorno de
Alimentación incontrolada refieren que su compor-
tamiento impulsivo se desencadena por alteracio- La demanda terapéutica es de gestión difícil en un
nes del humor, tales como depresión y ansiedad. setting que prevé solamente la intervención psicológica
Otros sujetos no llegan a reconocer los factores
concretos que desencadenan su comer incontrolado Con frecuencia el hecho que en las primeras en-
pero sí refieren un sentimiento de tensión al que le trevistas el terapeuta dedique tiempo a informarse
dan alivio al comer así. de la historia del paciente, de las dinámicas relacio-
Muchos pacientes no refieren el hábito de atibo- nales, de sus vivencias, provoca a menudo la inte-
rrarse pero cuentan que comen sin parar durante el rrupción de la terapia. Esto ocurre porque, dicen
día, sin solución de continuidad entre una comida y los pacientes, les parece que el terapeuta no está

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centrado en su problema: no han venido en absolu- PRIMERA FASE


to para resolver los conflictos con su familia de ori-
gen o con su pareja, sino únicamente para perder Se establece con el paciente un contrato en base
peso. Adelgazar es su palabra clave. al cual en las primeras cuatro entrevistas individua-
Hay terapeutas que hablan de pacientes que co- les (con un intervalo entre ellas de 15 días) el tera-
laboran y de pacientes que no colaboran atribu- peuta intentará conocer al paciente, comprender
yendo la colaboración a un atributo personal del cuáles son los problemas que, si llega a superarlos,
paciente debido a sistemas motivacionales inter- pueden provocar una mejoría en el problema de su
personales y a patrones de apego aprendidos en la obesidad. El propósito del terapeuta es comprender
relación primaria con la madre10 . Nosotros pensa- cómo ha surgido este problema, qué respuestas el
mos que la colaboración no puede ser un atributo paciente ha intentado darle y con qué resultados.
de un miembro del sistema terapéutico y mucho Además su objetivo es enterarse de la manera de
menos creemos que las interrupciones de terapia comer del paciente14.
se pueden explicar sólo como una falta de colabo- El sujeto sabe que en estas primeras cuatro se-
ración del paciente. En realidad antes de acusar al siones no se hablará sólo de comida y de su manera
paciente tenemos que preguntarnos si la falta de de comer puesto que, por contrato, el terapeuta será
“colaboración” no es la consecuencia de nuestros libre de analizar otros momentos de su vida y le
errores como terapeutas. Entre paréntesis, el tér- preguntará cosas que, aparentemente, no tendrán
mino colaboración, “trabajar con” (laborar cum), nada que ver con el problema de la obesidad.
tiene una etimología que no permite dudas a pro- El terapeuta explica también que, en la segunda
pósito de su significado relacional. fase, él y el paciente se dedicarán sobre todo al pro-
Volviendo a la demanda terapéutica, tenemos blema del peso.
que intentar una conciliación entre lo que el tera- Lo que el terapeuta hará en las primeras cuatro
peuta, basándose en sus hipótesis psicogenéticas, entrevistas será dedicarse, como de costumbre, a
quiere proponer al paciente, y lo que el paciente pi- recoger datos relativos a las relaciones del pacien-
de al terapeuta. te, a su historia; a partir de ahí empezará a propo-
En lo que concierne a la obesidad, nuestra ex- ner claves de lectura interpretativas y a dar al pa-
periencia nos empuja a decir que usar únicamente ciente si es necesario, la prescripción de unas
la intervención psicológica no consigue resolver acciones, o comportamientos, que el paciente debe
el problema. Es decir, mejora la calidad de la vida realizar en el contexto de su entorno familiar15.
de la persona obesa, el conjunto de las relaciones Sin embargo, existen cuatro elementos estructu-
que ésta teje con los otros, pero no influye casi rados y constantes que el terapeuta propone y que
nunca en la pérdida de peso. A veces el paciente centran el problema del paciente, dándole la sensa-
siente esto como inaceptable, y es siempre inacep- ción que él y el terapeuta están trabajando ya en di-
table para el terapeuta en tanto en cuanto no ha rección de lo que él pide a la terapia.
contestado a la demanda terapéutica y no puede En la primera entrevista el terapeuta pide al pa-
estar plenamente satisfecho desde el punto de vis- ciente hacer lo siguiente:
ta ético, aún cuando se hayan producido muchas 1. Pesarse la mañana siguiente en ayunas y to-
mejorías en la vida de la persona que se ha dirigi- mar nota del peso en un diario. A partir de aquel
do a él. 11,12 momento la balanza deberá desaparecer del hori-
zonte (encerrada en un armario o en casa de un
amigo, por ejemplo). Tendrá que pesarse de nuevo
LA PROPUESTA DE UNA TERAPIA de la misma manera, es decir, por la mañana y en
ESTRUCTURADA DE TIPO MIXTO ayunas, solo el día en que vendrá a la segunda en-
trevista. Este procedimiento seguirá igual durante
El interés del obeso se centra casi siempre en la todo el tiempo de la terapia.
pérdida de peso mientras que los problemas rela- 2. Escribirá un diario detallado de lo que come y
cionales que la obesidad conlleva y/o por los cua- de la hora en que ha comido. El terapeuta subraya
les puede haber sido en parte generada, salen de la con énfasis la importancia del diario, diciendo que
lectura psicológica que el terapeuta propone du- ésta es la única cosa que él pretende del paciente.
rante la terapia, pero casi nunca son conscientes No impondrá ninguna limitación a su alimentación,
en el momento de la demanda de nuestra interven- el paciente será libre de comer como siempre pero,
ción13. Tomando en cuenta todo esto, hemos indi- a partir de ahora, tendrá que tomar nota, siempre,
vidualizado una modalidad estructurada de psico- de lo que come y de la hora a la que come. La com-
terapia que se articula en dos fases y que intenta pilación del diario tendrá que ser contextual, es de-
conciliar el objetivo “limitado” del paciente con c i r, el paciente deberá escribir lo que come en el
la exigencia del terapeuta de agrandar el campo momento mismo en que come. Con este objetivo el
de intervención. terapeuta prescribe al paciente comprar un pequeño

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cuaderno de bolsillo que llevará siempre consigo los casos que hemos tratado (35 en tres años) los
para la compilación minuciosa del diario. pacientes han vivido la eliminación de la balanza
3. El paciente hará el gráfico histórico de su pe- con gran alivio 17.
so. En el eje de las X marcará los años a partir del 3. La cumplimentación es un procedimiento te-
año en que empezó a pesar demasiado hasta ahora. rapéutico que muchos terapeutas 18-20 han adoptado
Si el exceso de peso existía ya en la infancia, el te- en la terapia de la obesidad por los efectos eviden-
rapeuta pide al paciente dejar la infancia y empezar tes de autocontrol que introduce y por aumento de
desde las primeras reglas o al comienzo de la ado- la consciencia que el paciente toma de lo que co-
lescencia. En el eje de las Y marcará su peso, en ki- me. En nuestro caso le pedimos escribir el diario
los, correspondiente a cada año. Si alguna dieta que contextualmente a la toma de comida; no se trata
hizo dió resultado, el gráfico revelará como ha si- de un diario hecho después, porque hemos notado
do. Muchos pacientes contestan que no pueden que este deber representa en sí una razón de desa-
acordarse del peso de cada año. El terapeuta con- liento. De hecho algunos pacientes han declarado
testa que se contentará con un peso aproximado y que en ciertas circunstancias han renunciado a co-
sugiere que, para ayudarse a recordar, el sujeto ha- mer por no tener que escribir el diario o por la ver-
ga referencia a acontecimientos (cuando se ha ca- güenza de tener que leerlo al terapeuta. En la pri-
sado, cuando su hijo hizo la primera comunión, mera entrevista se pide adrede al paciente que
etc.), a fotos o a prescripciones dietéticas de un continúe como siempre hasta la próxima entrevista.
médico u otro. Puesto que el diario nos sirve para comprender, sus
4. Se hará una foto de cuerpo entero de sí mismo hábitos alimenticios no deben cambiar. A pesar de
con ropa que no cubra la actual situación de exceso esto hemos encontrado una pérdida de peso entre la
de peso. Esta foto no es obligatorio llevarla al tera- primera y la segunda entrevista. Cuando el terapeu-
peuta, pero es indispensable que la haga y ahora. ta dice que el diario es 1a única cosa en la que le
Dentro de unos meses, le dirá cómo debe usarla. pide ser diligente, borra de la relación la pesadilla
(Si el paciente insiste en mostrar la foto al terapeu- de la dieta y el control del terapeuta sobre el pa-
ta éste la mira, escucha los comentarios del pacien- ciente por medio de la dieta. Volveremos a este te-
te y se la devuelve. Habitualmente un obeso no ma en curso de este artículo.
quiere hacerse fotos y aún menos mostrarlas). 4. En el contrato terapéutico se declara que el te-
Estas prescripciones se hacen al final de la pri- rapeuta, en las primeras cuatro entrevistas, intenta-
mera entrevista, después de suscribir el contrato. rá comprender cómo ha empezado el problema de
No se “pierden” más que cinco minutos en hacer- la obesidad, qué respuestas ha intentado dar el pa-
las. Pero son muy importantes por las razones si- ciente y qué resultados han conseguido. Pero esta
guientes: investigación, si se hace durante la entrevista, toma
1. Durante la entrevista probablemente se ha ha- mucho tiempo y se corre el riesgo de mezclar al pa-
blado de otros temas: la historia familiar, la posi- ciente en el largo relato de su historia alimenticia,
ción relacional del paciente, etc. Estas prescripcio- relato que puede despistar y ser poco útil. De aquí
nes sirven para reconducir la entrevista al problema nace la idea del gráfico histórico del peso. El tera-
central del paciente. Es como si el terapeuta de- peuta no deja de lado la exigencia del paciente de
clarara que no ha olvidado el motivo por el que el contar la evolución de su problema: sus dietas fra-
paciente ha venido a verle, aún cuando durante la casadas, los dietistas poco comprensivos, los mari-
entrevista se haya hablado poco de comida.16 dos o las mujeres poco colaboradores, etc. pero le
2. Las prescripciones no son banales. La primera pide al paciente un trabajo de reconstrucción de es-
persigue dos objetivos, uno de tipo motivacional, el ta historia a través de la composición del gráfico.
otro estrictamente terapéutico. Cuando dice al pa- Esto también es un instrumento de toma de
ciente que debe pesarse al día siguiente y luego pe- consciencia porque puede decirnos mucho, sobre lo
sarse sólo cuando venga a las citas, el terapeuta personal y relacional, a propósito del momento en
crea una expectativa a propósito de la eficacia de la que surgió el problema o de su agravamiento.
terapia. En pocas palabras el paciente es empujado 5. Pedir que se hagan una foto tiene también un
a pensar: “si el terapeuta prescribe que yo me pese valor motivacional. El terapeuta espera un éxito y
es porque piensa que en el curso de la terapia yo se muestra seguro de lo que hará, tomando en
adelgazaré. Evidentemente se siente seguro de esto cuenta el malestar de estos pacientes en mostrar su
porque, si no lo fuera, no me prescribiría algo sus- cuerpo, el terapeuta no le pide llevársela, sólo le pi-
ceptible de mostrar claramente su fracaso”. El otro de hacérsela. Es la primera, otras seguirán y serán
aspecto que la prescripción alcanza es la obsesión una demostración de confianza que el terapeuta le
con que la mayoría de estas personas usa la balan- comunica al paciente. En este ámbito es muy pro-
za. Algunas de ellas llegan a pesarse varias veces al bable que el paciente haya recibido siempre mensa-
día. Con la eliminación de la balanza se borra una jes de desconfianza: “tú no tienes bastante fuerza
fuente permanente de frustración y de ansiedad. En de voluntad”, “tú no eres capaz de empeñarte”, “tú

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no eres fiable cuando se trata de dietas”, etc. Ahora El objetivo de nuestra terapia es que el paciente
el terapeuta delega en el paciente cuatro tareas de experimente la posibilidad de conquistar y de man-
las cuales no asume él el control sino que se lo deja tener otros espacios de libertad que no sean los de
enteramente al paciente. De hecho no propone que la alimentación incontrolada, ayudándole a liberar-
el paciente se pese frente a él, como ocurre en los se de unos lazos relacionales, emocionales o cultu-
tratamientos de adelgazamiento prescritos por el rales que le impiden llegar a tener una imagen po-
dietista o hechos en grupos de autoayuda. El tera- sitiva de sí mismo.
peuta informa al paciente que él pretende que el Pensando en esta hipótesis, toda la terapia se ca-
diario sea hecho con diligencia, pero no tiene la po- racteriza por una relación entre terapeuta y pacien-
sibilidad de controlarlo. Pide el gráfico histórico te “sin modalidades de control”. El terapeuta resti-
del peso pero no controla cómo ha sido reconstrui- tuye al paciente la confianza de trabajar él mismo,
do. Para terminar, pide al paciente que se saque una él solo, por su salud. Le restituye la dignidad de
foto, pero no quiere verla, así pues no controlará la elegir lo que tiene que comer y la competencia para
ejecución de esta tarea. hacerlo.22
Este procedimiento se aleja mucho de otras El objetivo de las cuatro sesiones iniciales es dar
modalidades terapéuticas basadas en el control, ya esta modalidad a la relación terapéutica.
que pensamos que la dinámica del control relacio- —En la primera entrevista el terapeuta intenta
nal es una de las dinámicas críticas para los pacien- comprender cuáles son los vínculos que el paciente
tes obesos.21 vive como impedimentos a su libertad y, con dis-
Entre ellos, un gran número vive una vida mar- creción, sugiere al paciente estrategias para supe-
cada por el control de los demás y de sí mismos. La rarlos. El trabajo, en esta primera fase, no difiere
alimentación representa el único campo en que se mucho de la clásica psicoterapia individual sisté-
permiten perder el control. Se trata evidentemente mica.
de un espacio de libertad que se resuelve en unos —En la segunda entrevista el terapeuta dedica
instantes (durante la ingesta incontrolada de comi- poco tiempo a comentar el gráfico histórico y a leer
da), y se negativiza inmediatamente después, cuan- el diario. Pero lo hace al principio de la entrevista
do reciben de los demás o de sus modelos sociales para subrayar su coparticipación al objetivo pri-
introyectados de referencia, la descalificación por mario del paciente. Luego, el terapeuta, declarando
no haberse controlado. Por ello se vuelven aún más que necesita otras informaciones a propósito de la
obsesivos en sus intentos de controlar el peso, su- vida del paciente para conseguir una mejor com-
biendo a la balanza dos o más veces por día y em- prensión de su problema, procede como siempre a
pezando una dieta diferente cada semana. la búsqueda de informaciones relacionales23.
Una paciente de 39 años confesó que lleva toda —En la tercera entrevista, el paciente lee su dia-
la vida haciendo régimen. Cuando come sin control rio. El terapeuta hace comentarios sólo si encuentra
un cesto de picotas, vive un sentimiento increíble correlaciones interesantes que se puedan subrayar
de libertad que paga apenas termina de comer y porque, en las entrevistas precedentes, han adquiri-
también mientras come, con sentimientos de asco do un cierto sentido. Por ejemplo, el terapeuta nota
hacia sí misma. que el paciente tuvo varias crisis y alimentación in-
Uno se pregunta por qué estas personas que sa- controlada en casa de sus padres, mientras que se ha
ben controlarse perfectamente en otros sectores de controlado en su casa. Si en las entrevistas prece-
la vida, en el trabajo, en casa, en la familia, etc., dentes había salido un aumento significativo del es-
personas que a veces tienen que aguantar posiciones trés por las descalificaciones que los padres le ha-
gregarias pesadas o sufren continuas descalificacio- cen cuando va a verlos, el terapeuta llama la
nes relacionales manteniéndose siempre dentro de atención paciente sobre el hecho de que el episodio
límites civilizados de reacción, por qué estas mis- de alimentación incontrolada no ha ocurrido en su
mas personas no saben controlarse con la comida. casa sino donde él siente especialmente la exigencia
La respuesta es compleja y tiene que ver con varios de “libertad”. Del mismo modo, en esta tercera en-
factores predisponentes que actúan de manera tal, trevista, el terapeuta pregunta al paciente si consi-
que estas personas han llegado a identificar en la dera posible empezar un training de autodisciplina
comida su único espacio de libertad, como otras han alimenticia, eligiendo eventualmente un día solo, o
llegado a identifidar este espacio en el emborrachar- más, según como se sienta. En ese día comerá sólo
se el fin de semana o fumar marihuana. lo que va a elegir en este momento. Predeterminará
Evidentemente este espacio de libertad es algo un menú adecuado a sus exigencias. El terapeuta
funcional para el equilibrio del individuo. Esto ex- explica al paciente que en la elección del menú
plica lo difícil que le resulta enfrentarse con una predeterminado debe tener en cuenta:
dieta que representa una nueva fuente de control. 1. Su objetivo que es la pérdida de peso.
Explica también como, a menudo, los eventuales 2. Su exigencia de no percibirlo como otro con-
efectos positivos de una dieta son poco duraderos. trol al que tiene que someterse.

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En otras palabras, este “menú predeterminado” bres, el terapeuta repite que eran días libres, que no
no debe ser demasiado estresante para el paciente. tenía que controlarse. Sólo cuando en los días li-
Nadie mejor que él puede hacer la justa elección. bres “compensa” los días a “menú predetermina -
Con la larga experiencia de dietas que tiene, sabe do” ingiriendo cantidades excesivas de comida,
más que el terapeuta de calorías, de alimentos, be- (estos casos en nuestra casuística han sido poquísi-
bidas, etc. Además él sabe perfectamente lo que le mos), el terapeuta dice de pasada que es una pena
gusta y lo que no le gusta. El menú no debe ser to- que en los días libres el paciente coma el doble de
mado como una dieta y le desaconseja vivamente lo que come normalmente porque conseguirá los
pesar los alimentos o introducir en este menú algo resultados de lo que hace en la terapia más lenta-
que no le gusta sólo porque tiene pocas calorías o mente. En lo que dice el terapeuta nunca hay críti-
porque se acuerda que le había sido aconsejado du- cas, sólo comprensión, empatía y ánimos. En esta
rante dietas precedentes. El terapeuta puede expre- misma sesión, el terapeuta hace la síntesis de las
sar comentarios personales que resulten empáticos informaciones que han salido de las entrevistas
con lo que vive el paciente: ¡Santo Cielo no empie- precedentes, y propone de nuevo los “menús prede-
ce a calcular los gramos de pasta!, ¡si quiere la pesa terminados” para la entrevista siguiente.
una vez y luego lo hace a ojo! Si yo tuviera que pe- —La quinta entrevista se puede hacer indivi-
sar todo lo que como en el día, por la tarde tendría dualmente o con un pequeño grupo de dos o tres
un hambre tan grande que comería por tres”. “Y pacientes. Las modalidades siguen siendo las mis-
tampoco empiece a comer mozzarella si no le gus- mas. El paciente decide cuantos días quiere hacer
ta”. “Si comer ha de ser una tortura, dejemos esto a el “menú” y lo que quiere comer esos días. El tera-
los que quieren conquistar un sitio en el paraíso. peuta le recuerda que debe dejar al menos 2/3 días
Con lo que ha vivido, usted, está muy cerca del pa- libres por semana.
raíso sin añadir otros sacrificios”.
Todos nuestros pacientes han aceptado el trai -
ning. La mayoría dijo que se sentía capaz de hacer SEGUNDA FASE
el “menú predeterminado” todos los días. El tera-
peuta frena y aconseja en menos días para reser- La segunda fase, como dijimos es el comienzo
varse unos días de libertad. De todas formas al co- de una terapia estratégica24, focalizada en la pérdida
mienzo no aconseja nunca más de tres días por de peso. Esta fase puede ser gestionada con entre-
semana. En una hoja de tres columnas, en la que vistas individuales o de grupo. La terapia indivi-
se marcará desayuno, comida y cena, el terapeuta dual está indicada en los pacientes que ya consi-
invita al paciente a determinar su menú. Según su guieron perder peso y han adquirido confianza en
personalidad los pacientes pueden pedir consejos. sí mismos. La inserción en un grupo está indicado
El terapeuta puede contestar, pero debe actuar de en los pacientes con riesgo de desanimarse porque
manera que sea el paciente quien elija. Le pide no han conseguido perder peso; en el pequeño gru-
que siga con el diario, menos en los días con “me - po vale la regla, no explicitada por el terapeuta pe-
nú predeterminado”. En estos días, solo tomará ro introducida analógicamente por su ausencia de
nota de las eventuales transgresiones en la comi- críticas y de solicitad una actitud de apoyo por par-
da, con la hora exacta en que las hizo. Pero si el te del grupo. Esta inserción favorece la continua-
paciente ha respetado el “menú predeterminado” ción de la relación terapética y acelera la pérdida
debe escribir sólo un gran “OK “, en la página del de peso. Probablemente entra en juego una cierta
diario. “competencia” o el deseo de quedar bien con el te-
El módulo del “menú predeterminado” p r e v é rapeuta y con los otros miembros del grupo, o el
solamente las tres columnas de las comidas princi- espíritu de colaboración que a veces se crea cuando
pales. De hecho se trata de una comunicación im- todos trabajan “en equipo” con un objetivo común.
plícita que evita al terapeuta tomar la actitud de Probablemente todos estos componentes favorecen
educador alimentario. el éxito terapéutico.
—En la cuarta entrevista, como siempre, el pa- La inserción en un grupo puede ser postergada o
ciente lee su diario. El terapeuta, en el módulo de no tener lugar si el paciente se lo pide explícita-
tres columnas con los días de menú predetermina - mente al terapeuta, o si hay problemas que necesi-
do, toma nota de si el paciente los ha respetado o tan de una prolongación de la terapia individual.
de cuántas transgresiones ha hecho. Hace solamen- En este caso, la segunda fase prevé siempre una en-
te comentarios positivos. Si el menú ha sido respe- trevista cada 15 días hasta que el paciente consiga
tado, felicita al paciente porque la cosa no era nada un peso aceptable para él.
fácil. Si no lo ha respetado, dice que la próxima Aquí empieza lo que llamamos “mantenimiento
vez las cosas mejorarán. Si durante la lectura del 1”. En éste, no se escriben más “menús predeter -
diario, el paciente hace comentarios negativos del minados”. El paciente dice los días de la semana
tipo de alimentación que ha realizado en los días li- en los que quiere hacer un régimen alimenticio

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controlado. Está todavía obligado a escribir un dia- prueba al terapeuta, por ejemplo para saber si ha
rio. Las tres sesiones siguientes se harán con un in- olvidado cual era su día libre de régimen. Una res-
tervalo de un mes. puesta tipo: “pero Ana tu día libre era el cinco no el
Si todo marcha bien, es decir, si no hay subidas seis” confirma al paciente que el terapeuta es com-
de peso, tres meses después el terapeuta pasa al petente y se está centrando en él. Si el terapeuta no
“mantenimiento 2”; verá al paciente tres meses hace el tabulado y no lo tiene al día, el paciente se
después, siempre con la obligación del diario, pero entera rápidamente y lo descalifica.
éste no debe comunicarle cuáles son los días en Si el paciente hizo una infracción el terapeuta to-
que quiere hacer un “menú predeterminado”. S i ma nota de cuál ha sido la infracción y en qué día.
después de estas entrevistas el paciente demuestra En el intervalo de quince días entre dos sesiones
que se ha estabilizado en su conducta alimenticia, hay 8-10, días de “menú predeterminado”. A veces
el terapeuta le despide subrayando que está a su un paciente ha adelgazado a pesar de que haya co-
disposición si lo necesita. mido un trozo de pan todas las tardes. Si se lo qui-
Si durante este recorrido, hay recaídas, el tera- tamos el paciente se siente mal. Es preferible pre-
peuta, sin culpabilizar a nadie, retoma la terapia a guntarle un poco en broma si le daría igual comer
partir de la fase en que las cosas iban bien, sin inte- una manzana. Se toma el pretexto de que probable-
rrumpir el esquema. Si el paciente formaba parte mente en aquella hora del día se le baja la glucemia
de un grupo, eventualmente el terapeuta hace sesio- y por eso siente la necesidad absoluta de comer al-
nes individuales para comprender lo que no ha fun- go para subirla. El terapeuta inoduce aquella man-
cionado. zana en el “menú predeterminado”. Esto si el pa-
ciente ha adelgazado. Si no, discute con él la
posibilidad de quitar algo a cambio en la cena para
TERAPIA DE GRUPO introducir la manzana de la tarde.
En lugar de señalar en cada día con “menú pre -
Los pacientes perciben rápidamente que en el determinado” la misma infracción, es preferible in-
grupo no se tratan temas privados, sólo se leen los troducirla en el menú. Así no es ya una infracción y
diarios y se habla de comida y de peso. Cuando un el paciente no se siente mal. En definitiva “es su
paciente quiere profundizar en algo personal que cuerpo que lo necesita”.
ha salido en las cuatros primeras sesiones, el tera- El paciente tiene la obligación de escribir el dia-
peuta añade una entrevista individual. rio y el terapeuta tiene el imperativo categórico de
En el grupo el terapeuta es el líder moderador escribir el tabulado de cada paciente y de fijarse en
que actúa para que nadie aproveche el tiempo de los éste en cada entrevista. Debe saber exactamente
otros hablando de sus comidas. Todo depende del qué, cuánto, y cuándo debe comer el paciente para
estilo del terapeuta cuyas intervenciones serán indi- que sea evidente su profesionalidad y no sean posi-
rectas para que el paciente no quede mal: “sí, lo he bles trampas y escapatorias.
comprendido, ya podemos continuar” y mira al pa- Cuando en los días con “menú predeterminado”
ciente que espera para leer su diario. El grupo ajusta todo ha salido bien, el terapeuta marca OK y a ve-
su actitud y su tema a los del terapeuta mostrándose ces también añade: “ni siquiera ha comido la man-
algo impaciente, pero nunca de manera frontal. Así zana”.
el paciente que se crea que está un poco desborda- Es importante evitar críticas y mostrarse positivo
do, acelera su ritmo y concluye rápidamente, sin ha- durante las entrevistas introduciendo notas y co-
ber recibido ninguna crítica. Cuando se trata de los mentarios divertidos en cuanto sea posible. Cuando
días con “menú predeterminado”, si no hubo in- una paciente, con tono desesperado, señaló que en
fracciones se lee rápidamente: “el día 27 OK, el día uno de sus días libres había comido “dos dedos” de
29, OK”, etc. Si los pacientes tienden a desbordarse mayonesa, todos se pusieron a reir, y los “dos de-
hablando de lo que comieron en los días sin “menú dos” entraron en la jerga de aquel grupo. “Dos de-
predeterminado”, el terapeuta dice que puesto que dos de enfurecimiento”, “dos dedos de culpabili-
eran días libres, si se ha desbordado no tiene impor- dad”, etc.
tancia. Si en los días de “menú predeterminado” el Cuando otro paciente preguntó angustiado
paciente hizo una infracción, el terapeuta no critica, “¿puedo añadir al pescado dos cucharitas de mayo-
dice simplemente que al comienzo del tratamiento nesa?”, el grupo le señaló que no con la cabeza: “li-
esto puede ocurrir y que luego todo irá mejor. Por món”, dijeron. La terapeuta le señaló que no, “me-
su parte los otros pacientes añaden algo en este sen- jor una cucharita de mayonesa ligth”. Todos se ríen
tido: “tranquilo, no te preocupes, vamos a mejorar y la hora y media de sesión se alivia y es más di-
todos”. De esta manera se crea en el grupo una ex- vertida.
pectativa para la entrevista siguiente. Se puede sintetizar en pocas palabras el compor-
Puede ocurrir que un paciente, deliberadamente tamiento del terapeuta en el grupo. Los pacientes
o no, haga trampas eventualmente para poner a han aprendido ya en las primeras sesiones el estilo

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MEDIFAM C. RAFFIN

positivo, estimulante, irónico, nunca culpabilizan- CATAMNESIS


te, del terapeuta. Cuando entran a formar parte del
grupo tienden a reproducir ese mismo estilo comu- Hemos usado este método, en vía experimental,
nicativo con los otros miembros. En casi la totali- durante tres años, en los cuales vimos 35 pacientes,
dad de casos el terapeuta no tiene que llegar a ha- 92% hembras, 8% varones. Hubo ruptura en un
cer observaciones ni mediaciones. Los pacientes 20% de los casos. Dentro de las primeras cuatro
leen por turno su diario y el grupo, incluido el tera- entrevistas en el 56% de ellos y durante la segunda
peuta, comenta positivamente o tal vez anima al fase del tratamiento en el 44% de los casos. Todos
paciente si no ha podido cumplir con las tareas. La los pacientes que siguieron la terapia han consegui-
única intervención más contundente la hace el tera- do resultados más o menos importantes de adelga-
peuta cuando el paciente intenta detenerse más en zamiento.
su caso o le quita un tiempo excesivo al resto del
grupo leyendo su diario. El terapeuta puede actuar
directamente de “reloj” o hacer una intervención
amistosamente irónica: “si sigues con tantos deta-
lles en la descripción de tus recetas tendremos to-
dos un hambre espectacular y cenaremos muchísi- CORRESPONDENCIA:
mo por la noche”. Cinzia Raffin
Si a pesar de ello el paciente tiene un comporta- Galleria Asquini, 1
miento recidivante, el terapeuta tendrá que consi- 33170 Perdenone
Italia
derarlo como una demanda implícita de entrevista
e-mail: raff.del.duc@iol.it
individual que le puede acordar.

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