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Podemos percibir la vida como una carrera… por eso te pregunto, ¿hacia dónde corres?

; si
corres hacia a fama, o el poder o hacia el dinero, probablemente lo obtendrás, pero estas
cosas terrenales van a desvanecerse algún día.
En nuestro mundo se nos ensena a correr y a esforzarnos por ganar “algo temporal”; es
decir, a luchar, trabajar, y prepararnos por algo que luego desaparecerá; por lo que no
podemos garantizar como eterno. Te hago otra pregunta, ¿Qué tal si haces el esfuerzo de
correr la carrera dando lo mejor de ti, pero hacia las cosas eternas?
Muchas personas se abstienen de algo para obtener lo que quieren, hoy en día, por
ejemplo, muchos hombres y mujeres evitan adquirir el compromiso del matrimonio, porque
quieren estudiar primero, luego evitan tener hijos hasta que tengan dinero suficiente, pero
no se trata sólo de mis propósitos y planes, sino de rendir mi vida a los propósitos que tiene
Dios, ya que sus planes y propósitos son mejores y más altos que los míos (Jeremías 29:11).
Así pues, la decisión correcta es, “tomar los propósitos de Dios y hacerlos nuestros”.
Uno de ellos y el más importante, es llevar el mensaje del evangelio a otros.
Puede entonces surgir la pregunta, ¿Y qué de mis sueños y anhelos?... la respuesta es clara
“Dios no te los va a quitar, sino que lo que desea es que confiemos en que verdaderamente
Él sabe lo que es mejor para nosotros”. Por esta razón debemos entregar nuestro trabajo,
estudio, matrimonio o todo lo que hagamos, para su servicio y para su gloria.

Quiero correr la única carrera que vale la pena, la que tiene propósito, es decir la carrera de
la fe, entregando todos mis planes, mi matrimonio, mi estudio, mi trabajo, para que todos
conozcan que Jesús vive, y que por medio de El tenemos entrada al trono de la Gloria de
Dios y al derecho de ser hijos y por tanto herederos de Sus promesas.
Oro para que corras bien tu carrera, para que fijes tus ojos en Jesús.

Versículo: “Aférrense a la palabra de vida; entonces, el día que Cristo vuelva, me sentiré
orgulloso de no haber corrido la carrera en vano y de que mi trabajo no fue inútil”. Filipenses
2:16 (NTV)

Elije correr la única carrera que vale la pena, la que tiene propósito, es decir la carrera de la
fe, entregando todos tus planes, relaciones, hijos, estudio, trabajo, al Señor y para
presentarle a los demás que Jesús es su salvador.
Busca Filipenses 2:16
Lee el devocional completo aquí, http://bit.ly/BdTda87
Buen Dia
Pr Juan C Quintero

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