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1-5-2018

PASTORAL
FUNDAMENTAL
Exhortación Apostólica Gaudete et
Exsultate del santo Padre Francisco
PADRE. JOFFRE ASTUDILLO

Oliver Rogel
TERCERO DE TEOLOGÍA
La Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate del santo Padre Francisco sobre el
llamado a la santidad en el mundo actual, se encuentra estructurada en cinco capítulos.
El objetivo de esta Exhortación tiene como finalidad hacer que la persona reflexione re el
accionar que realiza en su vida y esto nos debe llevar a la santidad.

En el primer capítulo titulado “el llamado a la santidad”, nos habla de unas referencias
muy importantes q tenerse en cuenta, como son la vida de aquellas personas que dieron
su entrega total al servicio del Señor, lo cual se los considera santos. Frente a esta santidad
que nos invita el Santo Padre, tenemos también la santidad pasiva, es decir, la realidad
que vivimos en lo terrenal con respecto a la convivencia y labor que se realiza para Dios
en las diferentes vocaciones que nos ha llamado.

Es importante que el seguimiento al Señor sea con alegría, no por un capricho personal,
sino que es un llamado que se alimentado de la respuesta voluntaria de cada uno de
nosotros y para ello es sustancial responder este llamado no como cumplimiento, sino que
se lo debe responder con miras a la santidad y claro como medio esta la alegría que debe
caracterizar al ser humano.

Dentro del llamado que nos hace Dios es muy importante apropiarnos y sentir gusto lo
cual se ve reflejado en el accionar como respuesta al llamado individual que nos hace
Dios. Este llamado tiene como objetivo hacer que cada uno de nosotros cumplamos una
misión en los diferentes lugares donde nos necesita la Iglesia. Por lo tanto, debemos llevar
a parte de la Palabra de Dios, un signo de esperanza y eso se ve muy reflejado en el
testimonio que damos. Por ende, nuestro accionar debe ser coherente con lo que hacemos
y decimos y esto será lo que le da vida a la misión y motivará en lo personal como también
a quienes llevamos el mensaje de la Palabra de Dios.

En el segundo capitulo nos habla de unos “enemigos de la santidad” los cuales son muy
visibles en la actualidad sobre todo muy marcado por el gnosticismo actual donde muchas
mentes viven en un mundo sin trascendencia es decir viven alejados de Dios o de forma
hermetizada.

Uno de los problemas es que queremos racionalizar la fe y cada uno quiere vivir a su
modo, es decir que no trabaja por la santidad y nuestro desafío esta en trabajar por el
Reino de Dios dando todo de nosotros lo cual nos lleva a la santidad.
Frente a todo esto nos el capitulo tercero nos lleva a profundizara sobre el accionar de
cada uno de nosotros que debe estar encaminado bajo la “luz y el acompañamiento del
Maestro Jesús”. Al direccionara todos nuestros actos bajo la luz del maestro lograremos
tener éxito en seguimiento al Señor. Nos vendría la siguiente pregunta ¿cómo seguir
respondiendo mejor al Señor?, la respuesta es fácil trabajando de forma cercana y
cumpliendo sus mandamientos y así podemos cantar de felicidad tal como nos lo presenta
el evangelista Marcos 5ss, donde nos habla de las bienaventuranzas. Por lo cual la
santidad responde a una coherencia de vida lo cual se ve reflejada en los actos. Esta
trascendente realidad se ve muy visible en el servicio que se presta en la comunidad o
sociedad.

En los desafíos que se nos presentan en la actualidad es importante como nos dice el
capitulo cuarto tener presente algunas “notas de santidad” sobre todo que son muy
importantes para poder trabajar en el camino de la santidad.

Este trabajo personal por alcanzar la santidad no debe ir encaminado solo, sino que debe
dejarse ayudar por el accionar del mismo Espíritu Santo y como nos hace profundizar el
capitulo quito de esta Encíclica, nos invita a estar en combate con uno mismo con la
sociedad lo cual por medio del combate debemos enriquecer nuestra fe y a caer en el
quietismo donde nos quedemos de brazos cruzados. Así mismo la vigilancia de en la
respuesta que estoy dando al Señor, como también la vigilancia par quienes ya
emprendieron este camino de santidad y con más alegría apoyarnos para llegar a la
santidad.

Es por ello por lo que es importante que en el transcurso de caminar por la vida se debe
uno hacer un alto y reflexionar sobre nuestra vida y sobre la respuesta de quienes están
en esta gimnasia. No debemos sentirnos solos al luchar por llegar a ser santos, el combate
y la vigilancia son dos elementos fundamentales que debemos tener presente en nuestra
vida.

El accionar del Espíritu Santo nos lleva al discernimiento y a saber profundizar el accionar
del Espíritu como también a saber transmitir el espíritu santificador de modo que lo que
estamos viviendo, respondiendo sea sacrificio que realizamos con amor, entrega y alegría.
Debemos ser personas abiertas a la escucha y rápidos en ayudar lo cual eso es parte de la
santidad

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