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AMENAZAS EN EL LAGO

Esta rana vive en un gran peligro. Hace unos meses, las autoridades de la Reserva
Nacional del Titicaca (RNT), en Puno, dieron la alerta. "La rana está desapareciendo
por el ataque de un hongo", dijo entonces Víctor Apaza Vargas, de dicha entidad. Así lo
advirtió tras reunirse con los expertos norteamericanos en la crianza de ranas del
Zoológico de Denver, California (Estados Unidos), Tom Weaver y Matt Herbert.

Varios peligros enfrenta el batracio gigante. La principal es la contaminación por las


aguas residuales que se vierten al lago, cada vez en aumento por la presencia de mayor
población. Hasta se arroja residuos sólidos, lo que reduce el oxígeno del agua.

También hay otras amenazas: las embarcaciones que se dedican al turismo en el lago
degradando su hábitat; la aparición de especies invasoras, como la trucha, que se
alimentan de los huevos de este batracio; la caza de ejemplares para el consumo como
parte de platos "típicos" de la región: además su captura para ser llevados a las urbes de
la costa, principalmente Lima, donde se promociona su consumo en extractos, con
supuestos beneficios revitalizantes para al cerebro o con aportes afrodisiacos. Si hasta se
le llama al preparado "viagra peruano".

Otro desafío es el drástico e irresponsable uso de la totora y otras plantas subacuáticas,


donde la rana pone sus huevos.

Por todo ello, fue clasificada como "vulnerable" por la Convención sobre
el ComercioInternacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres
(CITES).

Las autoridades deben cuidar a este ejemplar, único en el mundo.

TAPIR ANDINO

Su nombre científico es Tapirus pinchaque, un ser solitario que camina muy lentamente
entre los bosques andinos y los páramos desolados del norte del Perú. En su rostro tiene
un apéndice peculiar, alargado y tubular. No llega a ser tan extensa como la trompa de un
elefante, ni tan carnosa como la del mono narigudo, es mitad nariz, mitad hocico. Es su
característica más resaltante.
Un ser solitario camina muy lentamente entre los bosques andinos y en los páramos
desolados del norte del Perú. En medio de hierbas y arbustos, con temperaturas muy
frías, este mamífero peludo busca frutos y hojas sin cesar. Con sus fuertes pezuñas
supera pendientes y caminos húmedos y angostos. Mientras avanza se le nota un detalle
muy especial.

En su rostro tiene un apéndice peculiar, alargado y tubular. No llega a ser tan extensa
como la trompa de un elefante, ni tan carnosa como la del mono narigudo, es mitad
nariz, mitad hocico. Es su característica más resaltante.

Al tapir andino (Tapirus pinchaque) ese órgano le sirve para respirar, tomar líquidos o
alimentarse, y es también uno de sus atractivos para cortejar a la hembra de la especie y,
llegado el momento, le sirve de arma para pelear con bravura por el amor de su pareja.

Esa probóscide, corta y de gran movilidad, es su sello de identidad, lo usa incluso como
balance corporal, en medio del disparejo territorio andino.

ENTRE AMENAZAS

"En el norte a este tapir de altura le dicen localmente 'ante'. A veces 'ante vaca', a veces
'ante burro'. Los curanderos en cambio lo llaman 'la gran bestia'. Tienen la creencia
equivocada de que cura enfermedades mentales como la epilepsia y esto está
disminuyendo las poblaciones del tapir, y no estamos muy lejos de la extinción",
explica, con gran preocupación, la bióloga Jessica Amanzo.

Ella es coordinadora para el Perú del Grupo Especialista de Tapires de la UICN (Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Es una gran impulsora de la
protección del mamífero, todo un fósil viviente pues no ha cambiado en los últimos 20
millones de años.

Amanzo ha alertado constantemente sobre la disminución de este ser "único en el


planeta" que está en la lista de animales en peligro crítico de extinción según el D.S.
034-2004-AG. Y ha sido incluido en la lista roja de la UICN como especie en peligro de
extinción.

"El hábitat del tapir andino ha experimentado una colonización extensiva. Los bosques
húmedos y los páramos donde vive están siendo quemados para el desarrollo de la
ganadería y la agricultura. Esta amenaza es mayor incluso que la caza furtiva", explica
ella.

PÉRDIDA DE HÁBITAT

Este tapir vive entre en el territorio andino de Colombia, Ecuador y el norte del Perú. A
paso firme recorre rutas que van desde los 1.400 a los 4.500 metros sobre el nivel del
mar. Avanza entre los bosques montanos, entre neblinas, hasta los páramos, al límite de
la nieve.

"Es muy sensible a cambios en su hábitat y debido a que solo puede vivir en bosques
húmedos, cualquier alteración es una amenaza para él", agrega Amanzo. Es en el
Santuario Tabaconas Namballe donde se protege la especie.

"En el Perú sobreviven entre 200 y 400 ejemplares", refiere el ecólogo Craig Downer,
quien a la cacería, la deforestación y la colonización añade otra amenaza para este
mamífero que puede alcanzar los 150 kilogramos de peso: la minería en el norte
peruano, que destruye varios ecosistemas.

"No obstante todo lo que enfrenta el tapir andino se pretende explotar minería en la
serranía piurana. Sería un grave delito ecológico", alerta el conservacionista Alejandro
Zegarra Pezo.

La también directora de la SBC Perú, Jessica Amanzo, advierte que hay enfermedades
transmitidas por el ganado doméstico que pueden causar la muerte del animal. "El tapir
andino es muy valioso para los bosques andinos y el páramo. Consume muchos frutos, y
en sus heces dispersa semillas. Así, ayuda a regeneración de diversas especies de
plantas".

Este escurridizo animal, que ha evadido las amenazas y el tiempo, ahora busca
sobrevivir pese al ser humano y a su indiferencia.

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