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Amy C. Hammock
Brooks School
Resumen
Introducción
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No todas las relaciones abusivas son heterosexuales; sin embargo, en esta ponencia “mujeres maltratadas” se
refiere a mujeres agredidas por sus esposos o compañeros íntimos. El pronombre “ella” se refiere a la mujer
maltratada; el pronombre “él” se refiere al hombre abusivo.
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Método
Doce entrevistas a fondo fueron llevadas a cabo en mayo de 1996 con mujeres
maltratadas buscando servicios de apoyo en el "Centro de Atencion de la Mujer, Griselda
Alvarez, A.C" (CAM), el centro de apoyo para mujeres maltratadas más viejo de México,
localizado en el estado de Colima. El CAM le ofrece a una mujer diferentes tipos de apoyo en
una secuencia de etapas específicas. Primero, la mujer toma parte en doce sesiones de terapia en
grupo (un día a la semana por tres meses), donde ella explora sus sentimientos acerca del abuso y
toma decisiones concretas sobre su situación. Segundo, la mujer va a dos sesiones en grupo
acerca de la ley, donde ella se entera de sus derechos legales y el proceso de divorcio. Tercero,
la mujer hace una cita individual con una abogada para comenzar el proceso de separación
matrimonial. Hay apoyo adicional para mujeres que son sobrevivientes de abuso sexual. No es
un requisito que cada mujer complete todas las fases. Ciertamente, muchas mujeres del
programa nunca se separaran de sus abusadores. Cada mujer decide qué nivel de apoyo necesita.
Las participantes entrevistadas estaban en diferentes etapas de la secuencia del CAM.
Seis participantes fueron entrevistadas directamente después de su segunda sesión de terapia en
grupo. Dos participantes fueron entrevistadas después de su última sesión de terapia en grupo.
Una participante fue entrevistada después de su segunda sesión informativa sobre la ley. Tres
participantes fueron entrevistadas dos meses después de su última visita oficial al CAM. Todas
las participantes vivían en Colima y tenían entre veinticinco y cuarenta y cinco años. Cada mujer
se ofreció como voluntaria para contar su historia y fue entrevistada una vez. Cada participante
contestó preguntas abiertas sobre 1) su relación con el abusador antes de buscar apoyo del CAM,
2) su experiencia en el CAM, y 3) su relación con el abusador después de buscar apoyo del
CAM. Cada entrevista fue grabada en cinta y duró entre una hora y una hora y media.
De las doce participantes entrevistadas, ocho usaron mucho lenguaje metafórico para
describir sus sentimientos de autoestima y auto-identidad resultando del abuso. De estas ocho,
tres usaron el lenguaje metafórico para describir aumentada auto-identidad y autoestima como
resultado de la terapia en grupo en el CAM; estas tres participantes ya habían terminado la
terapia en grupo en el momento de la entrevista. Las implicaciones del lenguaje metafórico de
todas las participantes son abordadas a continuación.
Resultados y Discusión
Quedar “atascada”
Me sentía como...un cascarón, sin nada adentro. O sea, bien mal, ¿no?
En usar la imagen del cascarón, Ana describe su incapacidad de apreciarse a sí misma por
dentro; ella siente una ausencia de substancia interna. El cascarón es bello por fuera, pero el
casco externo desmiente la falta de fruta sabrosa y nutritiva en el centro. Aquí, Ana reconoce
que la imagen positiva que ella presenta al mundo externo no es una representación exacta de su
autoestima actual. Sin su fruta interior, el cascarón es desechable: el usuario no lo necesita más.
En usar este símil, Ana muestra que se siente poco importante y empujada hacia un lado porque
ya no es útil como persona o compañera.
En el segundo símil, Mercedes describe un sentimiento similar de ser disponible.
Asociándose con productos baratos, desechables, y enfermizos, que son fabricadas para el
consumo rápido, ella insinúa que no vale nada, ni para su abusador ni para ella misma. En el
caso del chicle o de los cigarrillos, la eliminación del objeto es mucho más violenta. El usuario
fácilmente aplasta el chicle o el cigarrillo cuando él termina de usarlo. Implícito en este símil,
entonces, es la falta de importancia que Mercedes siente en presencia de su abusador. Los
productos con los que ella se compara son estáticos, sin poder de defenderse del zapato que los
aplasta, ya sea con propósito (el cigarrillo) o a través de la falta de previsión (el chicle).
En las siguientes dos metáforas, Paloma y Beatriz usan el lenguaje metafórico para
describir los resultados emocionales dolorosos de no poder competir con un ideal reconocido.
Como en los extractos citados anteriormente, las siguientes metáforas muestran una incapacidad
de parte de estas mujeres de sentirse bien sobre sí mismas.
En cada una de estas metáforas, las participantes alegan ideales que rápidamente
contradicen. En usar la imagen de la muñeca en la primera metáfora, Paloma se asocia con un
objeto tradicionalmente bello, bien conservado, y, más de cualquier cosa, querido. Las muñecas
figuran destacadamente en la socialización de niñas; la familia y los amigos les dan a niñas las
muñecas como regalos a fin de que aprendan ser buenas madres y cuidadoras. En México, los
hombres a menudo usan la expresión "muñeca" como un término de cariño al hablar con o de sus
hijas, novias, o esposas. Esta expresión tiene un elemento de poder porque significa que esta
mujer o esta niña necesita que alguien (un hombre) se encargue de ella. Además, una muñeca es
objeto plástico, perfecto. Es una imagen con la cual una mujer real, incluyendo Paloma, no
puede competir. Una muñeca no tiene pensamientos o sentimientos; el dueño de la muñeca tiene
autorización para determinar sus atributos, y él puede cambiar esos atributos rápidamente, sin
previo aviso. El comportamiento manipulador y controlante de hombres abusivos se parece
mucho al dueño de esta muñeca.
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No es su nombre verdadero. Todos los nombres de las participantes fueron cambiadas para asegurar
confidencialidad.
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Aquí Leticia ofrece dos símiles para describir su mechanismo para sobrevivir. La primera parte,
"un zombi," evoca la imagen de una criatura extraña, fea, e invisible. En ser feo e invisible, el
zombi representa la contradicción. En usar este símil, Leticia muestra que ella siente como si
nadie considera sus opiniones válidas porque ella es invisible o fea. Un zombi es un muerto que
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no se ha ido en paz de este mundo al otro. Parecido al cascarón o a la muñeca, el zombi está
vacío: sin sentimientos o pensamientos. Leticia usa este símil para describir su angustia al no
sentir paz interna, y su ansiedad en dar la apariencia de estar viva cuando de hecho se siente
muerta.
En este contexto, Leticia también usa esta metáfora para explicar su sensación de estar
fuera de su cuerpo. Muchas mujeres maltratadas entrevistadas describen el fenómeno de dejar
sus cuerpos durante los episodios violentos de sus parejas; es una forma de sobrevivir el episodio
abusivo sin sentir los puñetazos emocionales y físicos de sus abusadores. En este ejemplo,
Leticia describe el proceso de desasociarse concientemente a través del uso de tranquilizadoras.
El efecto de estas píldoras le permite quedarse en un estado alterado y así sobrevivir el abuso de
su compañero.
En su segunda metáfora, “estar pisando un terreno falso,” Leticia reconoce la inutilidad
de su estrategia de sobrevivir como “zombi.” Ella sabe que las pastillas no ayudan a mejorar su
situación. Ella siente que el mundo que ella ha creado para escapar su realidad es inseguro e
inestable. Igual que a las otras participantes, este conocimiento le cuasa ansiedad significante, y
la mantiene en un ciclo contínuo de desconfianza en sí misma.
Estar "libre"
En cuanto las mujeres avanzan en la terapia, sus sentimientos sobre sí mismas tienden a
convertirse más positivos. Algunas de las actividades del grupo terapéutico del CAM son
diseñadas para que las mujeres se hagan concientes de las metáforas que usan para describirse a
sí mismas. En la siguiente narrativa, Esperanza describe cómo una actividad del CAM la hizo
conciente de su necesidad para una "narrativa nueva":
Las terapistas del CAM me han audado a...sacarme tiros del pecho....A
través del CAM me enteré que yo existía, de que soy. Describí de nuevo
mi cuerpo. [Aprendí a] sentirme como persona, saber que soy una
persona [después de que] me trató como un burro.
Rosa usa el lenguaje metafórico para explicar su sentido de identidad rescatada. Como en
metáforas anteriores, ella usa palabras como “tiros” y “burro” para hablar de las ocurrencias de
violencia y degradación ya pasadas. Pero, también ofrece otro tipo de lenguaje metafórico para
combatir estas definiciones previas de sí misma. En arrancar los tiros de su pecho, ella toma
acción. Ella decide remover la violencia de su marido de su cuerpo y de su estado emocional.
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Vine a el CAM para saber quién soy. Ahora...si sé quien soy, y si sé que
quiero. Sé que puedo defenderme, que nadie más me va a atacar, ni
nadie me va a hacer lo que yo no quiera ...aprendí a pintar mi raya.
En esta declaración, Rosa dice que ella se preocupa por sí misma, y a través de este autoaprecio,
ha aprendido a poner límites. Ella destaca este auto-respecto y auto-cuidado cuando usa un
adjetivo posesivo para subrayar su control total sobre sus acciones: “aprendí a pintar mi raya”
(énfasis mío).
Teresa también usa una metáfora para explicar cómo ha tomado control de su identidad y
su autoestima:
Yo sentí que ya no era la misma que entró, que en tres meses -- que es
increible -- yo me sentí otra. Ahora salgo con más facilidad, no tengo
que pedirle permiso a nadie. Yo solo soy mi guardián, y, pues, me siento
más segura.
A diferencia del ejemplo de Rosa, quien describe el proceso de recobrarse la compostura para
crear una auto-identidad entera, aquí Teresa describe su auto-identidad actual como
completamente separada de su auto-identidad previa. Ciertamente, el propósito de su metáfora
es que ella es una persona diferente después de pasar por las terápias del CAM. Sin embargo,
examinando mas profundamente el lenguaje de Teresa, es claro que, al igual que Rosa, Teresa
también está usando una metáfora "vieja" para crear su "narrativa nueva." Teresa usa la
metáfora del "guardián" para describir la progresión de su "vieja" auto-imagen a su "nueva" auto-
imagen. En decir que ahora es una persona diferente y que ella, sola, ahora es su guardián,
Teresa insinúa que no siempre ha estado en el control exclusivo de su identidad. En decir que
ahora ella sale de la casa cuandoquiera, sin pedir permiso, Teresa insinúa que no siempre ha
sentido tanta libertad como tiene actualmente. En decir que ahora se siente como su único
guardian, Teresa se asigna de la metáfora que en el pasado la controlaba. Como Rosa, ella ahora
se encarga de sus decisiones, sus sentimientos, y sus acciones. Ella ha encontrado la manera de
usar el "viejo" concepto de "guardián" a su ventaja.
Además de asignar "viejas" metáforas a historias "nuevas," los sobrevivientes de
ocurrencias traumáticas pueden aprovecharse de "exponer discursos dominantes" (Freedman y
Combs, 1996). En otras palabras, cuando la gente puede entender sus problemas dentro de un
contexto social, son más capaces de ver un problema desde muchos puntos de vista, y, por lo
tanto, pueden ver una solución. En situaciones de violencia doméstica, los abusadores tienen la
tendencia a aislar a sus parejas, y, como consecuencia, la víctima solo puede verse a sí misma y a
su situación desde un solo punto de vista. Cuando una mujer maltratada tiene interacciones
sociales con otras personas, y comienza a hablar de su situación con gente aparte del abusador,
ella de pronto tiene acceso a muchos más puntos de vista sobre su situación. Ella se da cuenta de
que el argumento de su abusador en la defensa de sus acciones no es el único discurso válido.
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Una vez que una mujer puede ver que el discurso "dominante" de su pareja no es el único
discurso, ella puede despegarse más facilmente y puede concentrarse en solidificar su identidad.
Esperanza encuentra que sus conversaciones en el CAM catalizan una nueva autestima al
confrontar el discurso dominante:
Aquí, Esperanza dice que su marido "cerró su mundo” y que el mundo le “vino encima." Esta
metáfora muestra el aislamiento que ella sintía proveniente del control agobiador de su marido.
Este aislamiento hizo difícil que ella se viera fuera de la opinión de su marido. Luego,
Esperanza compara esta auto-identidad previa con su "narrativa nueva." Dice que el CAM es
“un camino” o “una puerta” al “cielo”; o sea, la terapia del CAM le permite moverse fuera del
discurso de su marido para encontrar su sentido de identidad reforzado. Aquí, como “el cuerpo
entero” de Rosa y el “guardián” de Teresa, “el mundo” de Esperanza es un ejemplo concreto de
una metáfora “vieja” que se cambia para ser parte de una "narrativa nueva". Al final de su
declaración, el mundo ya no le viene “encima,” sino es un lugar donde se siente segura y feliz de
contemplar el “cielo.” Mientras que Rosa y Teresa usan las metáforas para describir el
crecimiento personal como un logro individual, Esperanza usa su metáfora para mostrar que su
crecimiento personal fue un resultado de ver su situación desde una perspectiva más colectiva, y
menos individual. Para ella, el mensaje de solidaridad entre las mujeres del CAM es crucial en
formar su “narrativa nueva.”
Como fue el caso con la “narrativa nueva” de Rosa, el sentido nuevo de autoaprecio de
Esperanza causa muchos cambios concretos en su vida, en particular en cuanto a su relación con
sus hijos, lo cual también describe con metáfora:
Esperanza describe su familia como un "equipo." La palabra “equipo” significa que todos
trabajan juntos para el bienestar del grupo, cada miembro igualmente respetuoso de los demás.
Mientras que antes de llegar al CAM Esperanza era físicamente y verbalmente abusiva hacia sus
niños, ahora toma el tiempo para hablar de los problemas con sus niños, porque ella se siente
digna de ser respetada por ellos. Describiendo a su familia como un “equipo,” Esperanza se
compromete a la unidad de su familia. Esta decisión la coloca como líder del grupo, el "capitán"
del "equipo." En asumir esta posición, Esperanza otra vez muestra su fuerte auto-identidad.
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Conclusiones
(1) En este estudio, todas las entrevistas fueron completadas en un momento único en el
crecimiento emocional de cada mujer. En cada entrevista, las participantes describieron
sus estados emocionales actuales en relación a sus sentimientos pasados; todo el lenguaje
metafórico usado para describir sus emociones durante el abuso fue expresado en el
pasado. Por lo tanto, las descripciones de las participantes de cómo se sintieron durante
el abuso son memorias en vez de reaciones inmediatas. Para entender la forma en la cual
el lenguaje metafórico único de cada mujer se desarolla a través de la terapia, habrá que
entrevistar a los mismos participantes varias veces durante el proceso terapéutico.
mujer de los Estados Unidos, cuya lengua materna es el inglés. Ella ha analizado las
metáforas usando una mezcla de sus antecedentes y sus experiencias diversas viviendo en
América Latina. Es posible que esta combinación pueda alterar algunos resultados; por
consiguiente, el siguiente estudio debería tomar en cuenta la preparación lingüística y
cultural de sus investigadores cuando determine las expectativas del estudio.
Este tipo de análisis demuestra el poder de la palabra hablada. Helene Cixous (1989)
dice que, para muchas mujeres, una gran tortura es comenzar a hablar. Después de haber
vencido el miedo de la palabra hablada, una mujer se siente libre y poderosa. Julia Kristeva
(1989) mantiene que el lenguaje creativo es el medio por el cual una mujer manifiesta y procesa
las inseguridades dentro de su identidad. Para apoyar a mujeres en relaciones abusivas, es
crucial poner atención al lenguaje metafórico que usan para describir sus emociones más
intensas. Como muestran las palabras de las mujeres en este estudio, el acto de recrear y
reasignar estas metáforas y símiles fomenta una auto-imagen profundamente satisfactoria que le
ayuda a la mujer poder determinar sus deseos y poner límites necesarios en sus relaciones con
otras personas.
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Norton.