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Prof: Elena Losada Soler

Alumno: José Cano Martínez


NIUB:20029332
27 de noviembre de 2017

COMENTARIO DE TEXTO: SPLEEN

1. Hay en mí más recuerdos que en mil años de vida.

2. Una cómoda llena de finales de cuentas,


3. versos, cartas de amor, con romanzas y pleitos,
4. y mechones espesos enrollando recibos,
5. guarda menos secretos que mi triste cerebro.
6. Es como una pirámide, un inmenso sepulcro
7. que contiene más muertos que la fosa común.
8. Soy como un cementerio que la luna aborrece,
9. donde largos gusanos, como remordimientos,
10. se encarnizan sin tregua con mis muertos queridos.
11. Soy un viejo boudoir donde hay rosas marchitas,
12. un rebujo anticuado de las modas de ayer
13. y pasteles dolientes, y Bouchers palidísimos
14. respirando perfumes de unos frascos vacíos.

15. Nada existe más largo que los días ingratos


16. cuando caen los copos de los años nevosos;
17. el hastío, que es fruto de la triste desgana,
18. toma las proporciones de una cosa inmortal.
19. Oh, materia viviente, vas a ser desde ahora
20. el granito rodeado del horror más confuso,
21. dormitando en el fondo de un brumoso Sahara;
22. una esfinge ignorada por el mundo insensible,
23. olvidada en el mapa, cuyo umbrío talante
24. sólo canta a la luz que da el sol en su ocaso.
(Trad. Carlos Pujol)

BREVE BIOGRAFÍA DEL AUTOR


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Charles Baudelaire (1821-1867) es el poeta maldito por excelencia. Además, fue un


magnífico traductor, ensayista, crítico... Con la publicación de las Flores del Mal
(1856), su obra cumbre, se marca uno de los hitos de la literatura universal y una nueva
forma de sentir. Su romanticismo, realismo, simbolismo y retrato descarnado de la
nueva vida urbana configuran un poemario que en su época causó polémica llegando a
ser censurado en parte por las autoridades francesas. Muere por el desarrollo final de la
sífilis que hacía tiempo había contraído tras una vida de excesos, drogas, burdeles y
escándalos. Cerró una carrera de las más relevantes de la historia de la literatura
francesa y sería desde entonces una de las grandes influencias de los siglos venideros
por la renovación poética que supuso su obra y por su propia y carismática persona.

EL POEMA DENTRO DE LA OBRA DE SU AUTOR


El poema que se analizará, titulado "Spleen", está incluido en las Flores del Mal
concretamente en el libro "Spleen e Ideal" que es el primero de los seis que componen
el poemario

Las Flores del Mal es la obra más importante de Baudelaire. Consiste en una colección
de poemas varios agrupados en libros diferentes y de temáticas dispares entre las que
destacan el amor y erotismo, el deseo de evasión del mundo, el mal, el artificio, el
tedio... El hilo conductor es el deseo de transcendencia frustrado del autor, que se
resigna al tedio tras fracasar intentando evadirse mediante el amor, el arte...

Este libro fue seguido por otras dos obras poéticas: Pequeños Poemas en Prosa y los
Paraísos Artificiales.

ANÁLISIS DEL POEMA


Como ya se ha indicado, este poema pertenece al primer libro de las Flores del Mal, que
se caracteriza por explorar la diferencia entre la realidad y el ideal poético y, como
consecuencia de no hallar nada que de sentido o que pueda paliar el sufrimiento del
autor, la aparición del llamado spleen.

El spleen, palabra que en francés designa a un sentimiento de melancolía y tedio vital


continuado y angustioso, da título a este poema. Aunque empleada ya antes en la

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literatura francesa, fue Baudelaire el que popularizó el término. Este sentimiento será el
tema principal de este poema, como ya el título nos señala.

Analizando la estructura externa, podemos observar tres estrofas. La primera consiste en


un solo verso, mientras que la segunda se compone de trece y la tercera de diez. A la
mitad de estas dos últimas estrofas (versos 8 y 19) se abre un diálogo, estilo directo,
pronunciado por un interlocutor que es el propio poeta.

La métrica de este poema es desordenada como se puede ver por la longitud irregular de
cada parte en las que se divide formalmente. La estrofa segunda supera a la tercera por
tres versos y la primera es de uno solo, una especie de sentencia. Esta disposición se
debe al estado de agitación de conciencia y al desasosiego que el poeta busca transmitir,
esforzándose por hacerlo incluso en los aspectos formales. Se puede afirmar esto
conociendo la pericia de Baudelaire a la hora de versificar; encorsetar la idea que tenía
en mente en forma de soneto no le habría sido complicado, pero quizás esta no fuera la
mejor herramienta para transmitir sentimientos tan inquietantes.

La rima no se ha conservado en la traducción, pero en el original es consonante. La


sílaba a rimar cambia siempre cada dos versos, de forma que el verso 1 rima con el 2, el
3 con el 4 y así sucesivamente. El traductor ha elegido el llamado verso blanco, es decir,
se renuncia a la rima dando preferencia a los aspecto rítmicos y métricos y conservando
todo el sentido semántico del poema. Los juegos de sonidos propios del autor, que
gustaba mediante cacofonías y otros recursos desafiar la idea establecida del poema
como discurso armónico y perfecto, son muy difíciles de conservar.

En cuanto al tema principal, el poeta expresa su angustia vital y aburrimiento, su falta


de respuestas para la vida, la inacción que lo consume mientras su mente se halla
paralizada recordando y recordando, en definitiva, el spleen. Se diferencian tres partes
correspondiendo con las distintas estrofas.

La primera es la frase lapidaria con la que comienza el poema, la hipérbole por la cual
Baudelaire nos señala ya su cansancio, el tedio que le supone su existencia sobrecargada
de memorias y experiencias. Es una síntesis de lo que desarrollará en los versos
sucesivos.

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En la segunda parte, correspondiente con la segunda estrofa, el poeta compara su


cerebro con una cómoda. Mediante la acumulación de diferentes imágenes de objetos
que se encuentran en su interior de forma caótica, transmite al lector la naturaleza de sus
variados recuerdos. Así, los relacionados con sus dificultades económicas serán
simbolizados por los procesos, recibos, finales de cuentas y pleitos, los relacionados con
su carrera literaria por las romanzas y versos y, finalmente, los amorosos por ese
mechón de cabello. Todo está entremezclado creando la sensación de que efectivamente
hurgamos en los cajones del poeta. Aún así, Baudelaire afirma que esta cómoda sigue
sin acercarse a la cantidad de memorias atesoradas, y compara la magnitud de estas con
diferentes tumbas (un sepulcro, una pirámide y una fosa común) contraponiendo de
forma muy interesante los monumentos fúnebres de personajes ilustres como es una
pirámide, destinada a un faraón, con la pérdida de la individualidad propia de una fosa
común en la que los difuntos se amontonan sin orden. Acto seguido, el poeta abre un
diálogo inaugurando una nueva comparación entre sí y un cementerio donde sus
remordimientos siguen royendo en forma de gusanos a sus seres queridos, imagen muy
romántica y que sugiere un pasado familiar duro que sigue siendo motivo de reproches
para el poeta. Por último revela su lado más sensible y su añoranza de tiempos pasados,
personificándose en dos imágenes algo femeninas: un boudoir, habitación diseñada para
las mujeres a la que dota de un aire decadente mediante las flores marchitas (pasión
muerta) y un Boucher, refiriéndose a algún cuadro de este pintor francés rococó de
estilo pomposo. Estas dos imágenes son personificadas y aparecen oliendo frascos
vacíos, clara imagen de la muerte. Además el poeta se califica a si mismo como "rebujo
de modas pasadas". En definitiva, Baudelaire resalta mediante estos esbozos su falta de
vitalidad, pues es alguien viejo, anticuado o vacío.

Como se puede observar, el poeta expresa las ideas abstractas e inefables que recorren
su turbulenta mente trasladándolas a objetos físicos. Esto nos demuestra el corte
simbolista del poema pues se trata de explicar lo ininteligible mediante sus relaciones
con lo sensible intentando descifrar el mundo mediante este procedimiento.

La tercera y última parte (tercera estrofa) cierra el poema reflexionando sobre el spleen,
sentimiento que nombre al poema y que en la desesperación más profunda se llega a
sentir como eterno. Ejemplifica este aburrimiento y esta pesadumbre causados por una

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mente llena de memorias con una nevada cuyos copos representan metafóricamente los
recuerdos, nevando constantemente sobre su mente. Finalmente, se vuelve a abrir un
último diálogo (versos 19-24) que concluye el poema de forma magistral. El poeta se
convierte en la esfinge, inactiva, incapaz de acción (hecha de piedra). En su aislamiento,
perdida en medio del desierto, seguirá inquiriendo por su propia naturaleza buscando lo
que pueda responder a cómo superar su situación de hastío. El canto al que refiere al
final está relacionado con los Colosos de Memnón, que "cantaban" cada amanecer, es
decir, crujían al cambio de temperatura del mismo modo que la esfinge lo hace al
atardecer en el poema. Fuera de este sonido meramente accidental, Baudelaire está
perdido como cualquier ser humano y no tiene nada que decir, solo puede seguir
preguntando

En conclusión, en este sobrecogedor poema metáforas y símbolos, imágenes truculentas


y métrica, consiguen conjugarse de modo que inquietan profundamente al lector
esbozando lo suficiente la vida de su autor como para que, como él, nos sintamos por
momentos confundidos, perdidos, heridos de forma atemporal.

COMPARACIÓN CON OTRAS ARTES E INFLUENCIA POSTERIOR


Ya se ha hablado de la innegable ruptura que supone la obra de Baudelaire. Su influjo
como síntesis del romanticismo, precursor del simbolismo, padre espiritual del
decadentismo... Las numerosas etiquetas colgadas por unos y otros al francés son
suficiente prueba de su importancia. El grupo de artistas a los que influenció más
evidentemente es el de los, como él, poetas malditos franceses que lo sucedieron:
Verlaine, Rimbaud, Mallarmé... En el caso de este poema concreto, se ha señalado
como por su temática preludia en cierta manera al auge del existencialismo sobre todo
en el s.XX. El influjo de Baudelaire a este respecto siendo es comparable al de autores
como Pirandello, Kafka, Rilke y Unamuno. Gracias a este poeta se comienza a hablar
sin reparos de las taras espirituales del hombre moderno, sus pulsiones más ocultas y
dilemas morales, enfoque que se ha comparado con el psicoanalista.

En cuanto a otras artes, el simbolismo propio de Baudelaire es clave en la concepción


de la pintura de Manet y Cézanne, y en su deseo de romper con el academicismo surge
el germen del impresionismo. En la música, Debussy supo captar bien junto con
Verlaine el alma del autor con su intimidad lírica y misticismo sensual.

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Como queda patente, el influjo del poeta maldito no se limita a lo artístico. El amargo
retrato del hombre que realiza trasciende a lo filosófico, lo espiritual y es en definitiva
un ejemplo inmortal de la conciencia y el sentir románticos.

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