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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN.

ESCUELA INDUSTRIAL Y PREPARATORIA


TÉCNICA
“ÁLVARO OBREGÓN”

Química II
Actividad integradora

Emilio Lopez Uresti


Jesús Alejandro Cruz Ortiz
Maicol Ángel Álvarez Palacios
Fernando Yair Padilla Gaytán

GRUPO: 2J2 AULA: 106

MONTERREY, NUEVO LEÓN


La lluvia acida en México
¿Qué es?

La lluvia ácida es un fenómeno meteorológico provocado por los contaminantes


que el ser humano vierte a la atmósfera cada día, y en México, está acabando
con el patrimonio cultural de la civilización maya, contó a Efe el biólogo Pablo
Sánchez.

Las construcciones y monumentos que edificaron los mayas están formados a


partir de roca caliza, cuyo principal componente es carbonato de calcio, el cual,
al entrar en contacto con esta lluvia, se disuelve, degradando las inscripciones
y el legado de esta civilización.

"En un plazo de cien años se pueden perder todas las inscripciones y escrituras
que hay en las estelas y en las columnas", aseveró el académico del Centro de
Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM).

El problema se agrava, ya que muchas de las edificaciones mayas están


construidas al aire libre y, por lo tanto, muy expuestas al ambiente y a la
degradación.

Resolver el asunto no es fácil. Los restauradores desconocen cómo proteger


las construcciones, que "ven afectados sus dinteles y estelas" de manera
progresiva a causa de la lluvia ácida.
¿Qué la causa?

Esto se debe a que a la roca caliza "no se le puede poner una capa protectora
porque las rocas tienen que respirar, absorbiendo humedad y agua y, si se les
pone una capa sellante, lo que provoca es una aceleración de la degradación".

Es por ello que los expertos en restauración están investigando cómo poder
poner una película protectora a los monumentos sin que esta impida el
intercambio gaseoso a través de la roca.

Se considera lluvia ácida cuando el PH -medidor de la acidez- es inferior a 5,6,


algo que sucede "cuando se incorporan los contaminantes óxido de azufre y
óxido de nitrógeno", explicó.

Los contaminantes derivados del petróleo son sometidos a procesos de


combustión en todo el mundo, emitiendo estos compuestos "que, por su
naturaleza química, reaccionan con la humedad de la nube y forman la acidez
de la lluvia".
¿Qué daños causa?

El poder destructor de este fenómeno también termina corroyendo metales y


estructuras de uso diario para el ser humano.

El efecto tarda en percibirse, pero con el paso del tiempo los materiales se
corroen, perdiendo su aspecto óptimo.

La dificultad para atajar este fenómeno se debe a que su origen puede


encontrarse a miles de kilómetros del lugar donde sucede finalmente la
precipitación.

Esto se traduce en que una lluvia ácida acaecida en México puede deberse a la
emisión de compuestos tóxicos en Cuba o Venezuela, ejemplificó el
especialista.

Otro daño grave derivado de esta manifestación es la modificación de la


estructura del suelo, impidiendo que las plantas que crecen en él puedan
absorber los nutrientes, algo que les hace más sensibles a contraer infecciones
y parásitos.

Con los cuerpos de agua pasa algo similar, ya que cuando la lluvia cae sobre
estos, cambia su valor de PH y "afecta a muchas especies, especialmente al
plancton, que al alterarse el valor de PH altera su biología y trastoca todo lo
que es la cadena alimenticia".

El biólogo desmintió que la lluvia ácida tenga un efecto directo y dañino para la
salud, así como que tenga un color distintivo.

Estudios a nivel mundial advierten que "sin haber pruebas concluyentes" el


valor natural del PH de la lluvia en condiciones normales está descendiendo de
5,6 a 5,1, algo preocupante ya que el estado natural de la precipitación parece
estar viéndose alterado poco a poco.
Lluvia ácida, fenómeno que está acabando
con el patrimonio cultural de México

La lluvia ácida es un fenómeno meteorológico provocado por los contaminantes


que el ser humano vierte a la atmósfera cada día, y en México, está acabando
con el patrimonio cultural de la civilización maya, contó a Efe el biólogo Pablo
Sánchez.
Las construcciones y monumentos que edificaron los mayas están formados a
partir de roca caliza, cuyo principal componente es carbonato de calcio, el cual,
al entrar en contacto con esta lluvia, se disuelve, degradando las inscripciones
y el legado de esta civilización.
"En un plazo de cien años se pueden perder todas las inscripciones y escrituras
que hay en las estelas y en las columnas", aseveró el académico del Centro de
Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM).
El problema se agrava, ya que muchas de las edificaciones mayas están
construidas al aire libre y, por lo tanto, muy expuestas al ambiente y a la
degradación.
Resolver el asunto no es fácil. Los restauradores desconocen cómo proteger
las construcciones, que "ven afectados sus dinteles y estelas" de manera
progresiva a causa de la lluvia ácida.
Esto se debe a que a la roca caliza "no se le puede poner una capa protectora
porque las rocas tienen que respirar, absorbiendo humedad y agua y, si se les
pone una capa sellante, lo que provoca es una aceleración de la degradación".
Es por ello que los expertos en restauración están investigando cómo poder
poner una película protectora a los monumentos sin que esta impida el
intercambio gaseoso a través de la roca.

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