Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
TEXTO: "9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis;
ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que
se echan con varones,
11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados,
ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de
nuestro Dios.
13 Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; pero tanto al uno
como a las otras destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino
para el Señor, y el Señor para el cuerpo.
14 Y Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder.
15 ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré, pues, los
miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? De ningún modo.
16 ¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella?
Porque dice: Los dos serán una sola carne.
17 Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.
19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en
vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dio s en vuestro
cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios." 1 Corintios 6:9-20.
I. INTRODUCCIÓN:
Hoy continuamos con nuestro estudio sobre los principios bíblicos del noviazgo
cristiano. Ya vimos dos anteriormente:
Hoy continuaremos con el tercer principio, que está dirigido hacia la pureza
sexual. Y estudiaremos las razones que Dios nos ha dado para establecer
normas en cuanto a la vida sexual dentro de una relación de noviazgo.
II. EXPOSICIÓN:
-El abandono del cristianismo bíblico como base moral de la sociedad occidental
ha debilitado la conciencia moral de las nuevas generaciones.
-El debilitamiento de la influencia moral de los padres sobre sus hijos, a través
de nuevos modelos de familia que apoyados, reconocidos y protegidos por el
estado; realizan una ingeniería social con consecuencias devastadoras.
Observemos cómo la Iglesia del Señor le hizo frente a éste problema en el siglo
primero cuando Pablo el Apóstol estableció una Iglesia en la ciudad griega de
Corinto. Allí hubo cualquier clase de inmoralidad que se trasladó a la Iglesia
naciente, cuando personas fueron alcanzadas por el mensaje del Evangelio. De
modo que las mismas raíces que intentan justificar la inmoralidad sexual hoy, ya
fueron atacadas eficazmente por la Iglesia primitiva. Veamos cómo respondió
Pablo:
La gente cometió el error de suponer que la pureza sexual era una condición
natural de todos los seres humanos, pero esto no es así. Sólo averigüemos las
leyes que regulaban la vida sexual del imperio romano para notar rápidamente
que hubo un antes y un después de la llegada del cristianismo. Para varios
escritores antiguos, Corinto era como una gran burdel en el mar mediterráneo
en donde llegaban los hombres a sus puertos a buscar diversión sexual. La
prostitución era legal y muy difundida en su tempo, al punto que 'corintizar' era
sinónimo de corromper sexualmente.
Pablo les dice el primer ¿No sabéis? recordando que la pureza sexual es una
característica cristiana.
En ésta pregunta, Pablo está respondiendo a las filosofías paganas del dualismo
que justificaban el deseo desenfrenado en lo sexual como una condición natural
del ser humano. Vemos que las modernas teorías, no son modernas en absoluto,
sino simplemente una actualización de las mismas ideas para justificar el
pecado. No actuamos con una parte sino con todo nuestro ser cuando decidimos
ya sea lo bueno o lo malo. Por ello, adorar a Cristo y unirse en el culto de
Afrodita por medio de una ramera no es coherente con el Evangelio.
Los cristianos siendo criaturas de Dios como los demás, nos diferenciamos del
resto porque hemos sido comprados por Cristo y habitados por el Espíritu Santo,
de modo que nos hemos convertido en un templo suyo en donde Él debe ser
exaltado en todo lo que pensemos, digamos y hagamos con todo lo que somos
pues para esto fuimos destinados por Él.
III. CONCLUSIÓN: