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INVESTIGACIÓN
MATERIA: JUICIOS ORALES
ALUMNO: JORGE CARLOS SONDA CACH, GRUPO: 7B
14/09/2017
Creo que todas estas razones generales, presentes en buena parte de América
Latina, son aplicables al caso mexicano. Es obvio que si no se hubiera dado la
apertura democrática que hemos presenciado en los últimos años hubiese sido
imposible plantear una reforma del proceso penal. Es igualmente obvio que la
reforma penal debe ubicarse en un proceso de más largo alcance, por medio del
cual se está intentando alcanzar una modernización del Estado mexicano en su
conjunto. De la misma forma, también es cierto que la mayor presencia de los
derechos humanos en el debate público nacional supone una palanca de apoyo
para la necesidad de estas modificaciones en el que hacer de nuestros policías,
de nuestros agentes de Ministerio Público, de nuestros jueces y de los
responsables de las cárceles. Es importante, en esa medida, no perder de vista el
contexto político y social en el que se dio la reforma al procedimiento penal
mexicano.
Las estadísticas que avalan las anteriores conclusiones son las siguientes: el 85%
de las víctimas no acuden a denunciar los delitos; el 99% de los delincuentes no
terminan condenados; el 92% de las audiencias en los procesos penales se
desarrollan sin la presencia del juez, faltando el principio de inmediatez; el 80%
de los mexicanos cree que se puede sobornar a los jueces; el 60% de las órdenes
de aprehensión no se cumplen; el 40% de los presos no ha recibido una
sentencia condenatoria. El 80% de los presos nunca habló con el juez que lo
condeno.
Pues bien, en la teoría del garantismo, el Derecho Penal debe ser un instrumento
de defensa y garantía de todos y muy importante, debe ser un Derecho de
carácter subsidiario. La razón que llevó a la convicción de tener que implantar un
sistema con las características mencionadas, fue carácter estadístico, más que
elocuente. Si se tuviera que poner alguna característica atribuirle a las policías de
México es que son razonablemente buenas para vigilar, pero muy malas para
investigar. El sistema de estas características tiene principios que abordaré muy
rápidamente, echando mano de la teoría del garantismo. Uno de ellos es la
proporcionalidad, es decir, que la gravedad de la pena sea directamente
proporcional a la gravedad del ilícito de la conducta tipificada. Que el Derecho
Penal sea de última instancia, del que se tiene que echar mano porque cualquier
otra rama del Derecho fue ineficaz para llevarlo a cabo. Otro principio que me
parece vital y afortunado que se haya incorporado en la Constitución es el de
presunción de inocencia, me parece importante, entonces, incorporar la
presunción de inocencia y hacer que los involucrados en la comisión de un delito
vivan normalmente desde la libertad en el proceso y no desde la prisión. Llevar
este principio de presunción de inocencia al extremo haría que el involucrado en
cualquier delito viviera desde la libertad el proceso. La oralidad es una de las
características, por supuesto, vital, pero no la única en un asunto de esta
naturaleza, que abona a la concentración y la continuidad de los juicios y fortalece
la inmediación. Hoy, la legislación de prácticamente todos los estados establece la
obligación del juez de estar presente en las audiencias, o sea, no es que el juez no
tenga obligación de hacerlo, la tenia, pero no la cumplía, nada más que el
incumplimiento no acarreaba ninguna consecuencia jurídica. El precepto
constitucional que se implanto es que la ausencia del juez en las audiencias
acarree la nulidad. Parece entonces que la oralidad, adicionalmente, sirve para
darle celeridad y evitar la opacidad, contribuye a otro de los principios de reciente
creación en la sociedad mexicana, que es el de la transparencia y la rendición de
cuentas, del que las autoridades judiciales no tienen por qué verse excluidas.
El principio de contradicción, que se debe entender como la facultad que tienen las
partes para conocer, controvertir o confrontar los medios de prueba, así como
oponerse a las peticiones y alegatos de la otra parte y así contar con la posibilidad
de defensa, así como también el hecho de la publicidad, donde las audiencias
serán públicas, con el fin de que a ellas accedan no sólo las partes que intervienen
en el procedimiento sino también el público en general, para asegurar una mayor
transparencia en el proceso.
Esta reforma dio lugar de igual forma a una mejor protección de los derechos
fundamentales tanto de la víctima como del acusado.
BIBLIOGRAFÍA