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NARIZ

La nariz es la parte del tracto respiratorio superior al paladar duro y contiene el órgano periférico del olfato. Incluye la nariz propiamente dicha y la cavidad nasal, que está dividida en cavidades derecha a izquierda por el tabique nasal (fig. 7-101
A).
Las funciones de la nariz son la olfacción, la respiración, la filtración del polvo, la humidificación del aire inspirado, y la recepción y la eliminación de las secreciones procedentes de los senos paranasales y los conductos nasolagrimales.

Nariz propiamente dicha


La nariz propiamente dicha es la porción visible que sobresale de la cara; su esqueleto es en gran parte cartilaginoso (fig. 7- 101 B). La nariz varía considerablemente de tamaño y forma, debido sobre todo a diferencias en los cartílagos. El
dorso de la nariz se extiende desde la raíz de la nariz hasta el vértice (punta). La superficie inferior de la nariz está atravesada por dos aberturas piriformes, las narinas (orificios nasales, orificios nasales anteriores), que están limitadas
lateralmente por las alas de la nariz. La parte ósea superior de la nariz, incluida su raíz, está cubierta por piel delgada.
La piel sobre la parte cartilaginosa de la nariz es más gruesa y contiene numerosas glándulas sebáceas. La piel llega hasta el vestíbulo nasal (fig. 7-103 A), donde posee un número variable de pelos rígidos (vibrisas) que, al estar habitualmente
húmedos, filtran las partículas de polvo existentes en el aire que entra en la cavidad nasal. La unión de la piel y la mucosa está más allá de la zona provista de estos pelos.

ESQUELETO DE LA NARIZ
El esqueleto de soporte de la nariz se compone de hueso y cartílago hialino. La porción ósea de la nariz (figs. 7-101 B y 7- 102) consiste en los huesos nasales, los procesos frontales de los maxilares, la porción nasal del hueso frontal y su
espina nasal, y las porciones óseas del tabique nasal. La porción cartilaginosa de la nariz está compuesta por cinco cartílagos principales: dos laterales, dos alares y un cartílago del tabique nasal. Los cartílagos alares, en forma de U, son
libres y móviles; dilatan o contraen las narinas cuando se contraen los músculos que actúan sobre la nariz.

TABIQUE NASAL
El tabique nasal divide la nariz en dos cavidades nasales. El tabique posee una parte ósea y un parte cartilatinosa, blanda y móvil. Los principales componentes del tabique nasal son la lámina perpendicular del etmoides, el vómer y el cartílago
del tabique. La delgada lámina perpendicular del hueso etmoides, que constituye la parte superior del tabique nasal, desciende desde la lámina cribosa y se continúa, superiormente a esta lámina, con la crista galli. El vómer, un hueso
delgado y plano, forma la porción posteroinferior del tabique nasal, con una cierta contribución de las crestas nasales de los huesos maxilar y palatino. El cartílago del tabique posee una articulación tipo esquindilesis (ranuradiente) con los
bordes del tabique óseo.

Cavidades nasales
El término cavidad nasal se refiere a la totalidad o a sus mitades derecha o izquierda, según el contexto. Las cavidades nasales tienen su entrada anteriormente a través de las narinas, y posteriormente se abren en la nasofaringe por las coanas
(v. fig. 7-9). La mucosa tapiza las cavidades nasales, excepto el vestíbulo nasal, que está recubierto de piel (fig. 7-103 A).
La mucosa nasal está firmemente unida al periostio y al pericondrio de los huesos y cartílagos de soporte de la nariz. La mucosa se continúa con el revestimiento de todas las cámaras con que se comunican las cavidades nasales: la nasofaringe
posteriormente, los senos paranasales superiormente y lateralmente, y el saco lagrimal y la conjuntiva superiormente. Los dos tercios inferiores de la mucosa nasal forman el área respiratoria, y el tercio superior la olfatoria (fig. 7-106 B). El aire
que pasa por el área respiratoria se calienta y humedece antes de pasar a través del resto de la vía respiratoria superior hacia los pulmones. El área olfatoria contiene el órgano periférico del olfato; la acción de olfatear transporta el aire hacia
esa zona.

LÍMITES DE LAS CAVIDADES NASALES


Las cavidades nasales tienen techo, suelo y paredes medial y lateral.
• El techo de las cavidades nasales es curvo y estrecho excepto en su extremo posterior, donde está formado por el cuerpo hueco del esfenoides. Está dividido en tres partes (frontonasal, etmoidal y esfenoidal), según los huesos que las
constituyen (fig. 7-102).
• El suelo de las cavidades nasales es más ancho que el techo y está formado por los procesos palatinos del maxilar y las láminas horizontales del hueso palatino.
• La pared medial de las cavidades nasales está formada por el tabique nasal.
• La pared lateral de las cavidades nasales es irregular debido a la presencia de tres láminas óseas, las conchas o cornetes nasales, que se proyectan inferiormente, de un modo algo parecido a las lamas de una persina (figs. 7-102 A, 7-103 y 7-
108).

CARACTERÍSTICAS DE LAS CAVIDADES NASALES


Las conchas o cornetes nasales (superior, medio e inferior) se curvan inferomedialmente y cuelgan a modo de lamas o cortinas cortas desde la pared lateral. Las conchas o cornetes de muchos mamíferos (especialmente los corredores y los
que viven en ambientes extremos) se hallan muy enroscadas a modo de rollos que ofrecen una superficie muy amplia para el intercam bio de calor. En la especie humana, con cornetes nasales simples a modo de láminas, y en los animales con
cornetes complejos, existe un receso o meato nasal (pasajes en la cavidad nasal) bajo cada una de las formaciones óseas. Así pues, la cavidad nasal está dividida en cinco pasajes: un receso esfenoetmoidal situado posterosuperiormente, tres
meatos nasales (superior, medio e inferior) situados lateralmente, y un meato nasal común localizado medialmente, en el cual se abren los cuatro pasajes laterales. La concha o cornete inferior es el más largo y ancho de la concha, y está
formado por un hueso independiente homónimo (concha inferior) recubierto de una mucosa que contiene grandes espacios vasculares que pueden agrandarse para controlar el calibre de la cavidad nasal. Las conchas o cornetes medio y
superior son procesos mediales del hueso etmoides. En los procesos infecciosos o irritativos, la mucosa que recubre los cornetes puede quedar tumefacta rápidamente, con bloqueo del paso nasal en ese lado.
El receso esfenoetmoidal, situado posterosuperiormente al cornete superior, recibe la abertura del seno esfenoidal, una cavidad llena de aire en el cuerpo del esfenoides. El meato nasal superior es un estrecho pasaje entre los cornetes
nasales superior y medio, en el cual se abren las celdillas etmoidales posteriores a través de uno o más orificios (v. fig. 7-103 A). El meato nasal medio es más largo y profundo que el superior. La parte anterosuperior de este pasaje conduce a
una abertura en forma de embudo, el infundíbulo etmoidal, a través del cual se comunica con el seno frontal (fig. 7-104). El pasaje que conduce inferiormente desde cada seno frontal al infundíbulo es el conducto frontonasal (v. fig. 7-103 B). El
hiato semilunar es un surco semicircular en el cual desemboca el seno frontal. La bulla etmoidal, una elevación redondeada localizada superiormente al hiato semilunar, es visible cuando se extirpa el cornete nasal medio. La bulla está formada
por las celdillas etmoidales medias que constituyen los senos etmoidales.

El meato nasal inferior es un pasaje horizontal, inferolateral al cornete nasal inferior. El conducto nasolagrimal, que drena las lágrimas desde el saco lagrimal, se abre en la parte anterior de este meato (v. fig. 7-46 A). El meato nasal común es la
parte medial de la cavidad nasal entre los cornetes y el tabique nasal, en el cual se abren los recesos laterales y los meatos.
Vascularización e inervación de la nariz
La irrigación arterial de las paredes medial y lateral de la cavidad nasal (fig. 7-105) procede de cinco fuentes:
1. Arteria etmoidal anterior (desde la arteria oftálmica).
2. Arteria etmoidal posterior (desde la arteria oftálmica).
3. Arteria esfenopalatina (desde la arteria maxilar).
4. Arteria palatina mayor (desde la arteria maxilar).
5. Rama septal de la arteria labial superior (desde la arteria facial).

Las tres primeras arterias se dividen en ramas laterales y mediales (septales). La arteria palatina mayor llega al tabique por
el conducto incisivo, a través de la parte anterior del paladar duro. En la parte anterior del tabique nasal existe un plexo
(área de Kiessel bach) donde se anastomosan las cinco arterias que irrigan el tabique. La nariz también recibe sangre de
las arterias enumeradas primera y quinta, así como ramas nasales de la arteria infraorbitaria y ramas nasales laterales de la
arteria facial.
Un abundante plexo venoso submucoso, profundo a la mucosa nasal, proporciona el drenaje venoso de la nariz de las
venas esfenopalatina, facial y oftálmica. Este plexo venoso es una parte importante del sistema termorregulador del
organismo, que intercambia calor y calienta el aire antes de que penetre en los pulmones. La sangre venosa de la nariz
drena principalmente en la vena facial, a través de las venas angular y nasal lateral (v. fig. 7-25). Hay que recordar que esta
zona pertenece al «triángulo peligroso» de la cara, debido a las comunicaciones existentes con el seno cavernoso (v.
cuadro azul «Tromboflebitis de la vena facial», p. 875).
En cuanto a la inervación, la mucosa nasal puede dividirse en las porciones posteroinferior y anterosuperior mediante una
línea oblicua que pasa aproximadamente a través de la espina nasal anterior y el receso esfenoetmoidal (fig. 7-106). La
inervación de la porción posteroinferior de la mucosa nasal corre a cargo principalmente del nervio maxilar, mediante el
nervio nasopalatino para el tabique nasal, y los ramos nasales posteriores superiores laterales y nasales inferiores laterales
del nervio palatino mayor para la pared lateral. La inervación de la porción anterosuperior proviene del nervio oftálmico
(NC V1), mediante los nervios etmoidales anterior y posterior, ramos del nervio nasociliar. La mayor parte de la nariz
(dorso y vértice) también recibe inervación del NC V1 (por vía del nervio infratroclear y el ramo nasal externo del nervio
etmoidal anterior), pero las alas de la nariz la reciben de los ramos nasales del nervio infraorbitario (NC V2). Los nervios
olfatorios, encargados de la olfacción, se originan en las células del epitelio olfatorio, situadas en la parte superior de las
paredes lateral y septal de la cavidad nasal. Las prolongaciones centrales de estas células (que forman el nervio olfatorio)
atraviesan la lámina cribosa y finalizan en el bulbo olfatorio, expansión rostral del tracto olfatorio (v. fig. 7-102 A).

Senos paranasales
Los senos paranasales, llenos de aire, son extensiones de la porción respiratoria de la cavidad nasal en los huesos
frontal, etmoides, esfenoides y maxilar. Su denominación corresponde a la de los huesos donde se alojan. Los senos
continúan invadiendo el hueso circundante, y es frecuente hallar extensiones importantes de ellos en el cráneo de los
individuos de edad avanzada.

SENOS FRONTALES
Los senos frontales derecho e izquierdo se hallan entre las tablas externa e interna del hueso frontal, posteriormente a
los arcos superciliares y a la raíz de la nariz (figs. 7-103, 7-104 y 7-107). Los senos frontales suelen detectarse en los niños
hacia los 7 años de edad. Cada seno frontal drena a través de un conducto frontonasal en el infundíbulo etmoidal, que
se abre en el hiato semilunar del meato nasal medio. Los senos frontales están inervados por ramos de los nervios
supraorbitarios (NC V1).

Los dos senos frontales raras veces tienen el mismo tamaño, y el tabique que los divide no suele estar situado totalmente
en el plano medio. El tamaño de los senos frontales varía desde unos 5 mm hasta grandes espacios que se extienden
lateralmente hacia las alas mayores del esfenoides. A menudo un seno frontal está dividido en dos partes: una parte
vertical en la porción escamosa del hueso frontal, y una parte horizontal en su porción orbitaria. Una o ambas partes
pueden ser grandes o pequeñas.
Cuando la parte supraorbitaria es grande, su techo forma el suelo de la fosa craneal anterior, y su suelo constituye el techo
de la órbita

CELDILLAS ETMOIDALES
Las celdillas (senos) etmoidales son pequeñas invaginaciones de la mucosa de los meatos nasales medio y superior en
el hueso etmoides, entre la cavidad nasal y la órbita (figs. 7-104, 7-107 y 7-108). Las celdillas etmoidales no suelen verse
en las radiografías simples antes de los 2 años de edad, pero pueden reconocerse en las exploraciones por TC. Las
celdillas etmoidales anteriores drenan directa o indirectamente en el meato nasal medio, a través del infundíbulo
etmoidal. Las celdillas etmoidales medias se abren directamente en el meato medio y a veces se denominan «celdillas
bullares» debido a que forman la bulla etmoidal, una protuberancia situada en el borde superior del hiato semilunar (v. fig.
7-103 B). Las celdillas etmoidales posteriores se abren directamente en el meato superior. Las celdillas etmoidales
están inervadas por los ramos etmoidales anterior y posterior de los nervios nasociliares (NC V1) (figs. 7-19 y 7-106).

SENOS ESFENOIDALES
Los senos esfenoidales están localizados en el cuerpo del esfenoides y pueden extenderse a sus alas (figs. 7-103 y 7-
107). Se hallan divididos desigualmente y separados por un tabique óseo. Debido a esta extensa neumatización (formación
de celdillas aéreas), el cuerpo del esfenoides es frágil. Sólo hay unas delgadas láminas óseas de separación entre los senos
y varias estructuras importantes, como los nervios ópticos, el quiasma óptico, la hipófisis, las arterias carótidas internas y
los senos cavernosos. Los senos esfenoidales derivan de una celdilla etmoidal posterior que comienza a invadir el
esfenoides hacia los
2 años de edad. En algunas personas, esta invasión corre a cargo de varias celdillas etmoidales posteriores, lo que da lugar
a la formación de múltiples senos esfenoidales que se abren por separado en el receso esfenoetmoidal (v. fig. 7-103 A).
Las arterias etmoidales posteriores, y los nervios homónimos que las acompañan, irrigan e inervan, respectivamente, los
senos esfenoidales (v. fig. 7-105).

SENOS MAXILARES
Los senos maxilares son los senos paranasales de mayor tamaño. Ocupan el cuerpo de los maxilares y comunican con el
meato nasal medio (figs. 7-104, 7-107 y 7-108).
• El vértice del seno maxilar se extiende hacia el hueso cigomático, y con frecuencia se introduce en él.
• La base del seno maxilar forma la porción inferior de la pared lateral de la cavidad nasal.
• El techo del seno maxilar está formado por el suelo de la órbita.
• El suelo del seno maxilar está formado por la porción alveolar del maxilar. Las raíces de los dientes maxilares,
particularmente las de los dos primeros molares, a menudo producen elevaciones cónicas en el suelo del seno.
Cada seno maxilar drena por medio de una o más aberturas, el orificio del seno maxilar (que puede ser múltiple), en el
meato nasal medio de la cavidad nasal, a través del hiato semilunar.

La irrigación arterial del seno maxilar procede principalmente de ramas alveolares superiores de la arteria maxilar (v.
fig. 7-73; tabla 7-12), aunque el suelo del seno recibe irrigación de ramas de las arterias palatinas descendente y mayor (v.
fig. 7-98 B). La inervación del seno maxilar proviene de los nervios alveolares superiores anterior, medio y posterior,
ramos del nervio maxilar (v. fig. 7-79 A).

Puntos fundamentales
NARIZ
La nariz es el sistema de ventilación que atraviesa la cabeza y permite la creación de un flujo de aire entre el ambiente
externo y el sistema respiratorio inferior (pulmones). Cuando el aire penetra a través de la nariz, se analiza su composición
química (aumento de la olfacción y el gusto) y se calienta, humidifica y filtra a su paso hacia los pulmones.
Cuando sale, libera calor y humedad. La nariz también proporciona una vía de drenaje para el moco y el líquido lagrimal.

Esqueleto de la nariz. En su abertura anterior a través de las narinas, la cavidad nasal queda subdividida por un tabique
nasal medio. La nariz propiamente dicha y el tabique anterior se benefician de la flexibilidad que les proporciona un
esqueleto cartilaginoso, que reduce la posibilidad de fracturas nasales. A excepción del tabique y el suelo, las paredes de
la cavidad nasal están muy neumatizadas por los senos paranasales, y en sus paredes laterales se encuentran las conchas
o cornetes.
Cavidades nasales. Tanto los senos como las conchas o cornetes aumentan la superficie secretora para el intercambio
de humedad y calor. Esencialmente, todas las superficies están recubiertas de una mucosa secretora gruesa y
vascularizada, cuya porción anterosuperior (incluida la mayor parte de la mucosa de los senos paranasales) recibe la
arteria y el nervio oftálmicos (NC V1), y la porción posteroinferior (incluida la mucosa del seno maxilar) recibe la arteria y el
nervio maxilares (NC V2). La mucosa del techo y las áreas adyacentes de las paredes y el tabique recibe también
inervación sensitiva especial procedente del nervio olfatorio (NC I). Posteriormente, la cavidad nasal se continúa con la
nasofaringe a través de las coanas; el paladar blando sirve como válvula o puerta de entrada para controlar el acceso de la
vía aérea nasal. El hueso y la mucosa de las paredes laterales de esta vía presentan perforaciones que corresponden a las
aberturas de los conductos nasolagrimales, los senos paranasales y la tuba auditiva.
Sólo el hueso es perforado por el foramen pterigopalatino, a través del cual pasan las estructuras vasculonerviosas hacia el
interior de la mucosa nasal.

Senos paranasales. Los senos paranasales reciben la denominación correspondiente al hueso que los aloja. El seno
maxilar es el de mayor tamaño. La mayoría se abren en el meato nasal medio, a excepción de los senos esfenoidales, que
drenan en el receso esfenoetmoidal.

NERVIO OLFATORIO (NC I)


Función. Sensitivo especial (aferente visceral especial); es decir, el sentido especial del olfato. «La olfacción es la sensación
de olores que se produce por la detección de sustancias odoríferas aerosolizadas en el entorno» (Simpson, 2006).
Los cuerpos celulares de las neuronas receptoras olfatorias se localizan en el órgano olfatorio (la parte olfatoria de la
mucosa nasal o área olfatoria), en el techo de la cavidad nasal y a lo largo del tabique nasal y la pared medial de la concha
(cornete) nasal superior (fig. 9-6, p. 1062). Las neuronas receptoras olfatorias son a la vez receptores y conductores. Las
caras apicales de las neuronas presentan unos delgados cilios olfatorios, bañados por una película de moco acuoso
secretado por las glándulas olfatorias del epitelio. Los cilios son estimulados por moléculas de gases odoríferos que se
disuelven en el líquido.

Las caras basales de las neuronas receptoras olfatorias bipolares de la cavidad nasal de un lado presentan prolongaciones
centrales que se agrupan en haces para formar aproximadamente 20 filetes olfatorios, que forman el nervio olfatorio
(NC I) derecho o izquierdo. Las fibras pasan a través de los diminutos orificios de la lámina cribosa del hueso etmoides,
recubiertas de fundas de duramadre y aracnoides, y entran en el bulbo olfatorio en la fosa craneal anterior (figs. 9-2 y 9-3).
El bulbo olfatorio se encuentra en contacto con la cara orbitaria o inferior del lóbulo frontal del hemisferio cerebral. En el
bulbo olfatorio, las fibras del nervio olfatorio hacen sinapsis con células mitrales. Los axones de estas neuronas
secundarias forman el tracto olfatorio. Los bulbos y tractos olfatorios son extensiones anteriores del prosencéfalo.

Cada tracto olfatorio se divide es estrías olfatorias lateral y medial (bandas de fibras individualizadas). La estría olfatoria
lateral termina en la corteza piriforme de la porción anterior del lóbulo temporal, mientras que la estría olfatoria medial se
proyecta a través de la comisura anterior hasta las estructuras olfatorias contralaterales. Los nervios olfatorios son los
únicos nervios craneales que entran directamente en el cerebro.

NERVIO OLFATORIO
Los nervios olfatorios (NC I) poseen fibras sensitivas relacionadas con el sentido especial del olfato. Las neuronas
receptoras olfatorias se encuentran en el epitelio olfatorio (mucosa olfatoria) del techo de la cavidad nasal. Las
prolongaciones centrales de las neuronas receptoras olfatorias ascienden por los orificios de la lámina cribosa del
etmoides hasta alcanzar los bulbos olfatorios en la fosa craneal anterior. Estos nervios hacen sinapsis con neuronas de los
bulbos, y las prolongaciones de estas neuronas siguen los tractos olfatorios hasta las áreas corticales cerebrales primarias
y asociadas.

• Son sentidos viscerales (Relación con Tracto GI)


• Se relacionan el uno con el otro
• Son Quimiorreceptores
• Requisitos del estímulo
• Volátil
• Hidrosoluble
• Liposoluble
• Los tipos de Receptores
• Olfato: Teleceptores: No relevan en el tálamo
• Gusto: Si hacen relevo en el tálamo

• La Mucosa Olfatoria:
• Los Receptores: Células Olfatorias (células bipolares ciliadas originadas en el SNC)
• Las Células de Bowman: El Moco
• Los Glomérulos olfatorios, el Bulbo Olfatorio El Primer par craneal
• La Corteza Olfatotia: Orbito-frontal del lado derecho. Representación cortical asimétrica

Anatomia de las fosas nasales


Membrana Olfatoria
Células piramidales de la Corteza órbito frontal (piriforme)
Estrías olfatorias intermedial y lateral
Bulbo olfatorio
Glomérulos Olfatorios
Células Mitrales
Células receptoras

La Mucosa Olfatoria: Los Receptores


• Seres Microsmáticos: El Humano. Area de 5 cm2 y 10-20 x 106 receptores.
• Seres Macrosmáticos: Perros y otros animales donde la superficie de la mucosa olfatoria es mayor
• La subjetividad. Mayor desarrollo en mujeres y durante la ovulación.

LAS MOLECULAS ODORIFERAS


• Son pequeñas: hasta 20 átomos de carbono
• Tienen diferencias estructurales
• Deben ser volátiles, hidrosolubles o liposoluble
QUIMIOSELECCION A DISTANCIA

SENSACIONES OLFATORIAS PRIMARIAS

• ALCANFORADO

• ALMIZCLADO

• FLORAL

• MENTOLADO

• ETEREO

• PICANTE

• PUTRIDO

Substancia Mg/L de aire

Eter etílico 5.83

Cloroformo 3.30

Piridina 0.03

Esencia de menta 0.02

Yodoformo 0.02

Acido butírico 0.009

Propilmercaptano 0.006

Almizcle sintético 0.00004

Metilmercaptano (ajo) 0.0000004

Dificil diferenciar intensidad


Con la edad aumenta el umbral olfatorio

EL ORGANO VOMERONASAL

• Está bien desarrollado en roedores y otros mamíferos

• Es otra área de la mucosa olfatoria situada en el tercio anterios del tabique nasal

• Función: Percibir olores que son ferohormonas para la reproducción e ingesta alimenticia

• Se conecta con las Amígdalas y el Hipotálamo

El Olfateo

• Fibras dolorosas nasales: terminaciones libres del trigemino sensibles al dolor

• Sustencias irritantes

• Contribuyen al estornudo, lagrimeo e inhibición respiratoria

Mecanismo Olfatorio

• Hay proteínas fijadoras de sustancias odorífaras

• Las moléculas odoriferas se acoplan a Proteina G heterotriméricas

• Algunas actúan a través de cAMP, Fosfolipasa C y el fosfatidil-inositol

• Abren canales cationicos (de Na+ y Ca++) y se genera un potencial de acción


EL FENOMENO DE ADAPTACION DEL OLFATO

• Es el proceso mediante el cual se desensibiliza el sistema olfatorio para un determinado olor

• Después de un minuto de exposición a un estímulo

• De las regiones olfatorias del cerebro salen fibras nerviosas retrógradas que viajan por la vía olfatoria y terminan

en las células inhibitorias del bulbo, las células granulares

• Es un mecanismo de defensa

ANORMALIDADES

• ANOSMIA: Ausencia del sentido del olfato


• HIPOSMIA: Dismunición de la sensibilidad olfatoria

• DISOSMIA: Distorción del sentido del olfato

Fisiología de los sentidos químicos: olfato y gusto

El olfato y el gusto se llaman sentidos químicos porque el estimulo es una sustancia química (volátil, hidrosoluble o
liposoluble) por lo tanto su receptor es un "quimiorreceptor!

Estos dos sentidos se relacionan íntimamente. Nadie se lleva a la boca algo que le huela mal. Sin embargo, son sentidos
separados. Por ejemplo el café, huele mejor de lo que sabe.

Los receptores del olfato se llaman también, teleceptores porque el estimulo se percibe a distancia.

La vía olfativa no hace relevo en el tálamo, la vía gustativa, si lo hace.

Olfato:

Estimulo:

Moléculas odoríferas producen sensaciones olfatorias primarias: alcanforado, amizclado, floral, mentolado, etéreo,
picante y pútrido, sensaciones olfatorias secundarias si se combinan 2 o mas primarias.

Receptor:

Células olfatorias (son bipolares, ciliadas y se originan en el sistema nervioso central). Estas células olfatorias se
concentran en la mucosa olfatoria o pituitaria (ubicada en el tercio superior de las fosas nasales). Si te limpias la nariz
con un hisopo muy profundamente puedes dañar esta mucosa. El mecanismo de activación del receptor: la sustancia
olorosa atraviesa el moco nasal y llega a la célula olfatoria, a su receptor proteica y se desencadena una cascada que
termina abriendo los canales de sodio y de calcio que entran en la célula y producen su despolarización originando un
potencial de acción.

La vía olfatoria:

Varios axones de las células olfatorias se reúnen en el "glómerulo olfatorio" y sus proyecciones terminan formando el
"bulbo olfatorio", de donde nace fibras que constituyen el "nervio olfatorio (1er par craneal, sensitivo), sus proyecciones
forman las "estrías olfatorias" que terminan en la "corteza olfatoria" (situada en el lóbulo frontal, cerca de la órbita del lado
derecho del cerebro). Esta corteza olfatoria tiene una parte medial (encargada del comportamiento básico) y una parte
lateral (que hace el análisis consciente del olor y maneja el aprendizaje)

Olfato:

La superficie de la mucosa olfatoria en los humanos es pequeña por lo que nos denominamos "seres microsmáticos".
Algunos animales, como el perro, tienen una mucosa olfatoria de gran tamaño y se denominan "seres macrosmáticos", lo
que les permite el olfateo.

El sentido del olfato en el ser humano involucra subjetividad sobre todo en las mujeres durante la ovulación. De allí los
perfumes hechos para seducir al sexo opuesto.

Con la edad el umbral olfatorio (potencial que debe ser alcanzado para desencadenar un potencial de acción) "aumenta",
por lo que la "sensibilidad olfatoria disminuye" porque se necesita más cantidad de sustancia para producir el olor. Es
más difícil excitar al receptor. De allí que los viejitos no huelen.

La nariz también tiene fibras dolorosas que son terminaciones del nervio trigemino (5to par craneal, mixto). También la
mucosa reacciona a la presencia de sustancias irritantes con un reflejo que es el estornudo y el lagrimeo, incluso,
inhibición respiratoria.

Para prevenir daños, el olfato tiene un mecanismo de defensa llamado "fenómeno de adaptación". Consiste en que
después de 1 minuto oliendo el mismo olor, se desensibiliza el sistema olfatorio para ese determinado olor. Esto es
posible porque de las regiones olfatoria del cerebro salen "fibras retrógradas" que se conectan con las llamadas "celulas
granulares inhibitorias del bulbo olfatorio", y con esto se deja de percibir el olor. Eso pasa cuando llegamos a algun lugar
y percibimos un olor intenso, al rato ya no lo sentimos tan intenso, nos "acostumbramos al olor".

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