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La machine à habiter[editar]
Le Corbusier es conocido por su definición de la vivienda como la La machine à
habiter también llamada la máquina para habitar traducido literalmente. Con ello, Le
Corbusier ponía en énfasis no sólo el componente funcional de la vivienda, sino que esta
funcionalidad debe estar destinada al vivir, comprendiéndose esto último desde un punto
de vista metafísico. Le Corbusier creía que el objetivo de la arquitectura es
generar belleza (muy conocida también es su frase: «la Arquitectura es el juego sabio,
correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz»), y que ésta debía repercutir en la forma
de vida de los ocupantes de los propios edificios.
En cuanto al criterio de «máquina de habitar», Le Corbusier estaba deslumbrado por las
entonces nuevas máquinas: en especial los automóviles y aviones, considerando aquellos
que tenían diseños prácticos y funcionales como modelo para una arquitectura cuya
belleza se basara en la practicidad y funcionalidad; el racionalismo. El primer ensayo de
construcción seriada lo formula en el proyecto de las casas Citrohän.
Las casas Citrohän representan el primer ensayo importante de Le Corbusier sobre una vivienda en
serie que puede construirse a partir de elementos estandarizados. Convencido que el avance de la
industrialización puede ser el vehículo para satisfacer gran parte de las necesidades del hombre
intenta, con un criterio práctico y racional, dirigir la arquitectura por ese rumbo..
Localizada en el punto más bajo de un valle, la iglesia de San Pedro se caracteriza por
presentar una cubierta paraboloide hiperbólico. Este proyecto se suma a otras obras de
Le Corbusier como Ronchamp o La Tourette.
Este convento cuenta con cien habitaciones para profesores y estudiantes, salas de
estudio, trabajo y recreación, biblioteca, cocina, iglesia y demás espacios. La simpleza
de su diseño y la presencia en sus fachadas del hormigón, como un material recurrente,
junto a los cristales, armonizan la obra
Sus formas curvilíneas fueron diseñadas por Le Corbusier para darle mayor estabilidad
a la mampostería, mientras que los pequeños huecos en las paredes brindan una
generosa entrada de luz