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TEBEOSFERA / DOCUMENTOS / TEXTOS

SEXUALI D AD Y REPRESEN TACI ÓN D E LOS


PERSON AJES FEM EN I N OS D URAN TE LA ED AD
D E ORO D EL CÓM I C ESTAD OUN I D EN SE
( TEBEOSFERA, CÁD I Z, 2 0 1 2 )
PORTADA
SUMARIO
Aut or: JOSE JOAQUIN RODRIGUEZ
CATÁLOGOS
ACTUALIDAD Publicado en: TEBEOSFERA 2ª EPOCA 9
CONCEPTOS
AUTORES
OBRAS Not as: Art ículo desarrollado para el núm ero 9 de
DOCUMENTOS TEBEOSFERA. A la derecha, port ada del núm ero 14
de la colección ` Brenda St arr´ , com ic book lanzado
EVENTOS
en 1947 por Four St ar Publicat ions cont inuando la
SITIOS
serie que se ofrecía en los diarios desde 1940. La
t em eraria report era de Dale Messick aparece aquí
1ª ÉPOCA som et ida por sus capt ores, at ada, con la ropa
dest rozada y con sus at r ibut os fem eninos bien
TEBEOSBLOG
m arcados, al dict ado de los cánones de la
NAVEGAR
sexualización.
COLABORAR
DONAR
ASOCIACIÓN

IDENTIDAD
DOC. LEGAL SEXUALI DAD Y REPRESENTACI ÓN DE LOS
CONTACTOS
CRÉDITOS PERSONAJES FEMENI NOS DURANTE LA EDAD DE
BUSCAR
ORO DEL CÓMI C ESTADOUNI DENSE ( 1935- 1954)
1 . I N TROD UCCI ÓN
BUSCAR CON

El est udio de la sexualidad de los personaj es del cóm ic puede parecer un t em a un poco ext raño
incluso a los lect ores habit uales de hist oriet as, sobre t odo si lo efect uam os sobre los personaj es
fem eninos de la edad de oro del com ic book, es decir, de aquellos que fueron publicados ent re
m ediados de los años t reint a y m ediados de los cincuent a. A fin de cuent as, se t rat a de una
época que al lect or le parecerá rem ot a, aparent em ent e m ucho m ás m oj igat a, donde el culm en
del erot ism o era una blusa levem ent e desabrochada o un m uslo a m edio cubrir, y la m áxim a
expresión de la pasión se reducía a un beso que, eso sí, podía ser con oj os cerrados e incluso
con un abrazo.

¿Serviría de algo hablar de la sexualidad de


unos cóm ics vet ust os que hoy a casi nadie
int eresan, ni siquiera a la m ayoría de los
aficionados a la hist oriet a? Efect ivam ent e, si
por est udiar la sexualidad ent endem os
sim plem ent e dar un largo list ado de t ít ulos y
personaj es fem eninos, y cat alogar su grado de
sexualidad acorde a su vest im ent a y conduct a,
el t rabaj o parece t ener poco int erés. Por
supuest o, siem pre est aría la posibilidad de
dej ar volar nuest ra im aginación, com o han
hecho m uchos est udiosos y aficionados del
m edio, viendo en cada chica at ada un guiño
sadom asoquist a y en cada abrazo ent re
m uj eres un cant o al am or lésbico, pero est as
lect uras suelen usar com o base im ágenes
suelt as y descont ext ualizadas, adem ás de
carecer del m ás m ínim o apart ado t eórico ni
crít ico, poseyendo escaso int erés cient ífico y
alej ándose de las deconst rucciones y
subversiones de las ident idades sexuales
[ 1]
realizadas desde la Queer Theory .

Pero exist e ot ra posibilidad, la de est udiar las


hist oriet as desde una perspect iva m ás am plia,
a saber, com o part e de la cult ura popular de
una época y una sociedad concret as, que
Núm e ro 8 de All T op Com ics, con una m ucha cha e n
ayudaba a crear unos esquem as m ent ales, a
cubie rt a que quit a e l hipo, y pa re ce a dopt a r una pose
con ca rga se x ua l. O no. reproducir unos roles socialm ent e acept ados y
a condenar ot ros. Y es que no podem os olvidar
que las personas no sólo est am os influenciadas por nuest ro ent orno direct o ( fam ilia, escuela,
grupo de iguales, et c.) , sino t am bién por la ideología, la cult ura, [ las] subcult uras y las
creencias que im peran en nuest ra sociedad [ 2 ] . Por lo t ant o, en el caso que nos int eresa, el
com ic book represent aba la sexualidad de una m anera concret a, y aunque dicha represent ación
no result aba especialm ent e significat iva por sí m ism a, al est ar reforzada por ot ros m edios com o
la lit erat ura, la m úsica o el cine, ayudaba a sus consum idores a int erpret ar la realidad [ 3 ] . Es por
ello que los est udios cult urales han com enzado a considerar la represent ación com o un t em a
polít ico, pues sin el poder de part icipar en pie de igualdad en la creación de dichas
represent aciones, cualquier grupo se ve suj et o a las definiciones y represent aciones que ot ros

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hagan de ellos. Por supuest o, est os ot ros est arán m ás int eresados en hacer definiciones y
represent aciones que sirvan a sus propios int ereses, aunque est o no siem pre sea una decisión
conscient e [ 4 ] .

Por lo t ant o, al est udiar la represent ación de la sexualidad de las m uj eres en los com ic books no
solam ent e sat isfacem os una curiosidad com o aficionados, sino que com prendem os part e del
sist em a de valores y creencias de una época. No obst ant e, hem os de t ener en cuent a que no
result a t an sim ple com o sent arnos a cont em plar las viñet as y dar nuest ra opinión ( por lo
general descont ext ualizada) de las m ism as. En prim er lugar, es necesario conocer el cont ext o
hist órico y cult ural, razón por la cual vam os a hacer referencia a lo largo de est e t ext o a ot ros
m edios de m asas com o puedan ser la lit erat ura, el cine o la m úsica, com parando las sim ilit udes
y diferencias exist ent es con los com ic books. En segundo lugar, es obvio que los cóm ics, com o
cualquier product o cult ural, est án condicionados por una serie de aspect os com o pueden ser la
legislación, la t ecnología, los gust os del público, la est ruct ura organizat iva y la producción [ 5 ] .
Así, t eniendo siem pre en cuent a que nuest ro obj et ivo es conocer la represent ación que se hacía
de la sexualidad, no sólo hablarem os de los cóm ics, sino que t am bién verem os algunos aspect os
sobre la producción, el público, los diversos condicionant es y los géneros que exist ieron, para
pasar a cont inuación a ver los arquet ipos de m uj er represent ados acorde al uso que hacían de
su sexualidad, t erm inando por ext raer algunas conclusiones de t odo lo vist o.

2 . PROD UCCI ÓN , D I STRI BUCI ÓN Y CON D I CI ON AN TES D E LA I N D USTRI A D EL COM I C


BOOK ESTAD OUN I D EN SE

Aunque los est udiosos de la hist oriet a


est adounidense consideran que los com ic books
nacen en j ulio de 1934, con la aparición de
Fam ous Funnies # 1, lo ciert o es que no
em pezarían a adquirir ident idad propia com o
indust ria hast a febrero de 1935, con el
lanzam ient o de New Fun # 1. Hast a aquel
ent onces, los com ic books ofrecían reediciones
de t iras de prensa, pero con New Fun com ienza
a publicarse por prim era vez m at erial original [ 6 ] .
Para producir sus propias hist oriet as, la indust ria
del com ic book adopt a una form a de t rabaj o
concret a que va a condicionar el t ipo de cóm ics
que se hacen y, en consecuencia, t am bién el
m ensaj e que se t ransm it e.

Durant e la et apa que est am os est udiando van a


exist ir dos form as de producción: el t rabaj o
direct o para la edit orial o el t rabaj o para un
t aller ( shop) . En el prim er caso, la em presa
edit ora cuent a con un cuerpo de edit ores que
puede ser m ás o m enos num eroso, encargado
de buscar, orient ar y supervisar a los art ist as.
En el segundo caso, nos encont ram os con un
agent e que se ofrece a lidiar con t odos los
aspect os t écnicos que conlleva producir un
cóm ic com plet o, lim it ándose la edit orial a pagar Port a da de Ne w Fun, 1 .
un precio por página, im prim irlo y venderlo [ 7 ] .
Por lo t ant o, el prim er aspect o a t ener en cuent a es la exist encia de un edit or o un agent e, que
en am bos casos represent an al inversor e incit an al art ist a a crear ciert o t ipo de hist oriet as
siguiendo unos crit erios de com ercialidad y son quienes, en últ im a inst ancia, cont rolan el
product o por encim a del art ist a [ 8 ] . Por ej em plo, cuando el dibuj ant e Joe Sim on t rabaj aba para el
t aller Funnies I nc. en 1939, el encargado le encom endó la siguient e t area:

«Uno de nuest ros m ej ores client es, Mart in Goodm an ( …) , t iene un personaj e
llam ado The Hum an Torch. Básicam ent e se t rat a de un t ipo cubiert o de llam as que
conoce el secret o de convert irse en un hom bre de fuego, que em plea para com bat ir
el crim en. Tiene m ucho éxit o, así que Goodm an quiere que hagas ot ro personaj e
parecido ( …) Sim plem ent e t ienes que hacer ot ro t ipo que est é envuelt o en
llam as» [ 9 ] .

No obst ant e, el papel de guionist as y dibuj ant es result a igualm ent e im port ant e, pues aunque se
les m arcaran unas paut as generales, solían t ener bast ant e libert ad para desarrollar el
argum ent o de cada hist oria, t al y com o recuerda el guionist a I rwin St ein:

«En la m ayoría de las edit oriales llegabas y decías: “ ¿Qué t al una hist oria en un
vagón de t ren, con un at aque de los indios?” . Decías algo t an breve com o eso, y el
edit or decía si sí o si no. Tras hacer eso dos o t res veces, sim plem ent e les llevabas
el guión escrit o, ellos daban su vist o bueno y t e pagaban ( ...) . A la m ayoría de los
edit ores les im port aba una m ierda lo que escribieras con t al de que pudiera
dibuj arse. Sólo les preocupaba que pudieras hacer el t rabaj o, y sólo les im port aba
saber el núm ero de páginas que podías escribirles» [ 1 0 ] .

Es im port ant e señalar que la inm ensa m ayoría de los géneros y personaj es son creados y
desarrollados por edit ores, guionist as y dibuj ant es m asculinos, incluso en el caso de personaj es
fem eninos com o Wonder Wom an o Black Canary; adem ás, algunos personaj es que
aparent em ent e son escrit os o dibuj ados por m uj eres esconden, en realidad, un aut or m asculino
con seudónim o fem enino, com o en el caso Spider Queen y su creadora, Elsa Lesau, que en
realidad son los herm anos Louis y Art uro Cazeneuve. Cuando realm ent e hay una art ist a, suele
est ar en m inoría, com o en Black Cat , que ent re 1941 y 1946 t iene seis dibuj ant es, de los cuales
sólo una es una m uj er, Lee Elias» [ 1 1 ] . El segundo aspect o que debem os considerar es la
necesidad de aum ent ar la producción para sat isfacer la crecient e dem anda, lo que lleva a
adquirir un m ét odo de t rabaj o en cadena que prim aba la división de t areas y que, en no pocas
ocasiones, requería que una hist oriet a cont ase con al m enos un guionist a, dos dibuj ant es ( uno
para las figuras cent rales y ot ro para los fondos) , un ent int ador, un rot ulist a y un colorist a [ 1 2 ] .
Dicho m ét odo de t rabaj o desvinculaba en buena m edida a los aut ores de la obra, com o explica

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el dibuj ant e C. C. Beck:

«En [ la edit orial] Fawcet t , las avent uras de Capt ain Marvel eran realizadas por
escrit ores y dibuj ant es que t rabaj aban de m anera separada. Los guiones eran
preparados por el depart am ent o edit orial, y los dibuj os por el depart am ent o
art íst ico. Los escrit ores, que t rabaj aban baj o la supervisión de un edit or de
producción, no t enían ningún cont rol sobre los dibuj os, y los dibuj ant es, que
est ábam os baj o la supervisión de un direct or art íst ico, no t eníam os ningún cont rol
sobre los guiones que t eníam os que dibuj ar» [ 1 3 ] .

I m a ge n 1 . Vist a de un drugst ore a finales de lo s año s t reint a. Co m o puede o bserv arse, adem ás de pro duct o s
farm acéut ico s se po dían co m prar div ersas publicacio nes, recuerdo s e incluso co nsum ir refresco s. Fuent e: ROOTSW EB.

Para el hist oriador Bradford W. Whright , est e sist em a de t rabaj o en cadena lleva a la creación
de hist oriet as que son pura fórm ula [ 1 4 ] . De hecho, el propio edit or de DC Com ics Sheldon Mayer
considera que: «Un buen currant e era un escrit or capaz de coger una fórm ula est andarizada y
repet irla m es t ras m es sin que perdiese su encant o» [ 1 5 ] . Por lo t ant o, incluso los aut ores con
m ayor libert ad van a recurrir a personaj es est ereot ipados, lugares com unes y fórm ulas
narrat ivas que desalient an la evolución y el desarrollo de los personaj es. Est os condicionant es
t ienen especial im port ancia a part ir de 1942, cuando las guionist as y las dibuj ant es que ent ren
en la indust ria para sust it uir a los hom bres que son reclut ados o se alist an para luchar en la
Segunda Guerra Mundial se encuent ran con un sist em a de t rabaj o que les dej a poco m argen de
act uación. Un ej em plo t ípico de est e t ipo de fórm ulas lo encont ram os en el supergrupo Just ice
Societ y of Am erica, cuyas hist oriet as conservaron la m ism a est ruct ura durant e años: el grupo
se reúne en su cuart el general, descubre un crim en a gran escala que va a com et erse, cada
m iem bro del grupo enfrent a una am enaza por separado, finalm ent e el grupo se reencuent ra y
derrot a al cerebro que había planeado el crim en. Est a incapacidad para rom per con los
est ereot ipos y fórm ulas de la indust ria se dej a not ar sobre el t rabaj o de algunos profesionales,
com o es el caso de Pat ricia Highsm it h, cuyos guiones para personaj es de com ic book com o
Golden Arrow, Spy Sm asher o Capt ain Midnight son práct icam ent e im posibles de diferenciar de
aquellos escrit os por ot ros guionist as, m ient ras que sus novelas post eriores ( ent re ellas
Ext raños en un t ren o El t alent o de Mr. Ripley) m uest ran personaj es inm ensam ent e m ás ricos y
am biguos, con t ram as y sit uaciones originales m ucho m ej or const ruidas.

Un t ercer aspect o que no podem os olvidar es que, a diferencia de ot ros product os de


ent ret enim ient o, los com ic books result aban m uy barat os ( generalm ent e 10 cent avos) y por lo
t ant o se podían adquirir sin m ediación de padres ni m adres, por lo que rápidam ent e se
convirt ieron en una lect ura inm ensam ent e popular ent re los m enores[ 1 6 ] . Es indudable que part e
del éxit o de los com ic books se debió a su dist ribución, gest ionada por em presas que t am bién
dist ribuían ot ro t ipo de publicaciones periódicas, y que, por lo t ant o, t enía com o punt o de vent a
lugares donde se vendían ot ro t ipo de revist as[ 1 7 ] . Est o perm it ió que el público encont rara sus
t ít ulos favorit os no solam ent e en los kioscos, sino t am bién en cent ros com erciales y drugst ores
( farm acias que, adem ás, vendían ot ros t ipos de product os; ver im agen 1) ; sólo en Nueva York
había 6.900 locales de est e est ilo a finales de los años cuarent a [ 1 8 ] .

Pero si la visibilidad y accesibilidad de los com ic books ayudaba a las vent as,t am bién colaboraba
a desat ar las prim eras polém icas. Es indudable que la excesiva sexualidad de las prot agonist as
de algunas de aquellas publicaciones es uno de los m últ iples fact ores que alent aron las
cam pañas de decencia que organizaron grupos religiosos, clubs de m uj eres y asociaciones de
padres y profesores t ras la Segunda Guerra Mundial. Para defenderse de est os at aques, la
[ 19]
Associat ion of Com ics Magazine Publishers creó un código de conduct a en 1948 , el prim ero
de cuyos seis punt os est á dedicado a las represent aciones erót icas:

«Las hist oriet as que m uest ren erot ism o grat uit am ent e no serán publicadas. Ningún
dibuj o m ost rará a una m uj er de m anera indecent e ni se excederá m ost rando sus
at ribut os, y en ningún caso se la m ost rará con m enos ropa que con un t raj e de
baño de los que se em pleen habit ualm ent e en los Est ados Unidos de Am érica» [ 2 0 ] .

No obst ant e, dicho código sería adopt ado por apenas un t ercio de las edit oriales, y hacia 1954
había sido práct icam ent e abandonado [ 2 1 ] .

Durant e 1954 se desarrolla ot ro código de conduct a, el Com ic Code Aut horit y, adopt ado por
t odas las edit oriales en 1955, salvando a Dell, que no obst ant e posee su propio código. Aunque
nuest ra invest igación concluye j ust o ant es de que el Com ic Code Aut horit y ent re en vigor, es
im port ant e señalar que est a norm at iva es m ucho m ás rest rict iva que la de la Associat ion of
Com ics Magazine Publishers en m uchos aspect os, y en lo referent e al erot ism o es int eresant e
ver cóm o se regula el uso de la m uj er com o obj et o sexual a la par que se reafirm a una visión
conservadora del m at rim onio y las relaciones de parej a, sin m ost rar el m ás m ínim o int erés en

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los est ereot ipos fem eninos ni su em pleo, t al y


com o puede observarse en el apart ado general C,
secciones “ Cost um e” y “ Marriage and Sex” :

«ROPAS:

1. La desnudez en cualquier form a queda


prohibida, igual que las exhibiciones
indecent es o indebidas.

2. Tant o las ilust raciones sugerent es y


picant es com o las poses sugerent es son
inacept ables.

3. Todos los personaj es deberán ser


represent ados en ropas razonablem ent e I m a ge n 2 . Rit a Hay w o rt h fo t o grafiada en bik ini a
acept ables para la sociedad. m ediado s de lo s año s cuarent a. Ést a sería la m ínim a
represent ació n de ro pa po sible aco rde al có digo de
co nduct a de la Associat ion of Com ics Magazine
4. Las m uj eres deberán ser dibuj adas de
Publishers, si bien m uchas edit o riales prescindiero n de
m anera realist a sin exagerar ninguna de sus las indicacio nes de dicho có digo . Fuent e: LI FE M AGAZI NE.
cualidades físicas.

MATRI MONI O Y SEXO:

1. El divorcio no se t rat ará de m anera hum oríst ica ni se m ost rará com o deseable.

2. Las relaciones sexuales ilícit as no serán insinuadas ni m ost radas. Tant o las escenas de
am or violent as com o las anorm alidades sexuales son inacept ables.

3. ( …) Una aproxim ación com prensiva a los problem as am orosos no es una licencia para
las dist orsiones m órbidas.

4. El t rat am ient o de las hist orias rom ánt icas enfat izará el valor del hogar y la sant idad del
m at rim onio.

5. La pasión y los int ereses rom ánt icos nunca deberán t rat arse de m anera que est im ulen
las baj as pasiones.

6. Ni la seducción ni la violación serán m ost radas ni sugeridas.

7. Las perversiones sexuales o cualquier referencia a las m ism as est án est rict am ent e
prohibidas» [ 2 2 ] .

En resum idas cuent as, la indust ria del com ic book present a ent re 1935 y 1954 un m odelo de
producción en cadena que favorece los est ereot ipos y las fórm ulas, donde predom inan los
hom bres en t odos los puest os im port ant es: agent es, edit ores, guionist as y dibuj ant es. Su
reducido precio y su om nipresencia perm it irán que en pocos años se cree un público cuant ioso,
¿pero quiénes com ponen ese público?

3 . LOS PÚBLI COS Y LOS GÉN EROS LI TERARI OS

Saber quiénes leían com ic books nos perm it e


com prender m ej or a qué público llegaba el m ensaj e que
dest ilaban los cóm ics, el t ipo de ident ificación que podía
exist ir ent re el público y dicho m ensaj e, adem ás de
saber la im port ancia que las edit oriales daban, si acaso
daban alguna, a ciert os sect ores del público en
det rim ent o de ot ros.

3 .1 . Los pú blicos

Lo prim ero que t enem os que t ener en cuent a al hablar


de los consum idores de est e periodo es que no exist e un
único público, sino m uchos públicos. Ciert am ent e, en un
principio, los edit ores creyeron que sus lect ores
solam ent e eran niños, lo que llevó a que la m ayoría de
las publicaciones est uviesen dom inadas por hom bres, de
t al m odo que Fam ous Funnies, aparecida en j ulio de
1934, no m uest ra a una niña en sus port adas hast a
diciem bre de 1938, ni a una adolescent e hast a febrero
de 1939; igualm ent e, Det ect ive Com ics, aparecido en
m arzo de 1937, no enseña el rost ro de una m uj er en su
port ada hast a sept iem bre de 1943, y no vem os una
I m a ge n 3 . Princess Pant ha fue una de las figura fem enina hast a abril de 1947.
reinas de la j ungla cuy as figuras ado rnaro n
cient o s de po rt adas ent re 1 9 3 8 y 1 9 5 4 . El
perso naj e es fuert e y v alero so , co m o m uest ra El prim er indicio de que las edit oriales son conscient es
el hecho de que po rt a arm as y se enfrent a a de que hay un público m ás adult o lo t enem os en 1938,
una fiera salv aj e, pero al m ism o t iem po v ist e cuando algunas edit oriales, com o Fict ion House,
unas ro pas que so n práct icam ent e del m ism o
com ienzan a m ost rar volupt uosas m uj eres t ant o en las
t am año que el bañado r que Hay w o rt h lucía en
la im agen 2 , lo que debía de result ar at ract iv o port adas com o en el int erior de sus com ic books ( im agen
a lo s lect o res m asculino s de la épo ca. Po r lo 3) [ 2 3 ] . Hacia m ediados del periodo que est udiam os, no
t ant o , el có m ic m uest ra un perso naj e fuert e obst ant e, la proporción de lect ores y lect oras es
que puede at raer a las lect o ras, pero t am bién
una figura eró t ica que puede at raer a lo s
práct icam ent e idént ica ent re los m enores de edad ( t abla
lect o res. Thrilling Com ics # 7 1 ( abril 1 9 4 9 ) . 1) , si bien, com o verem os a cont inuación, las edit oriales
dan preferencia a los gust os de los lect ores.

TABLA1 : PORCEN TAJE D E LA POBLACI ÓN QUE LEÍ A COM I C BOOKS EN 1 9 4 5

H om br e s ED AD ES Mujeres
95,00% 06- 11 91,00%
87,00% 12- 17 81,00%
41,00% 18- 30 28,00%

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16,00% Más de 30 16,00%

FUENTE: Rev ist a YANK del 2 3 de no v iem bre de 1 9 4 5 , cit ada en WRIGHT, Bradfo rd W.: Com ic
Book Nat ion: The Transf orm at ion of Yout h Cult ure in Am erica, Balt im o re ( EE UU) , The Jo hns
Ho pk ins Univ ersit y Press, 2 0 0 3 .

3 .2 . Los gé n e r os lit e r a r ios

¿Qué géneros lit erarios predom inan ent re 1935 y 1954? Es relat ivam ent e sencillo hacer una
clasificación general: avent uras, crim en, educat ivo, hum or adolescent e, hum or infant il, rom ance
y t error. Sin em bargo, ést os se pueden dividir en num erosos subgéneros, lo que com plica hacer
una clasificación m ás com plet a: Las avent uras dan lugar a las avent uras exót icas, bélico,
det ect ives, superhéroes y west ern; el crim en se subdivide en crím enes fict icios, crím enes reales
y relat os negros; los educat ivos pueden ser cient íficos, hist óricos, m orales y religiosos; el hum or
adolescent e ofrece avent uras de pandilla, chicas t rabaj adoras y j óvenes adolescent es; el hum or
infant il se cent ra casi por com plet o en funny anim als, es decir, anim ales ant ropom órficos; el
rom ance t iene t odo un abanico de subgéneros, com o am or adolescent e, confesiones reales,
hist orias de m at rim onios, prim er am or y un largo et cét era; el t error present a hist orias
m acabras, sobrenat urales y de suspense. Est a clasificación se vuelve aún m ás com plej a si
t enem os en cuent a que los géneros no son com part im ent os est ancos, y los cóm ics de Archie,
que en principio son hum or adolescent e, t am bién t enían num erosos elem ent os rom ánt icos; de
igual m odo, los cóm ics de Super Rabbit fusionan anim ales ant ropom órficos y superhéroes.
Nosot ros, por crit erios de com odidad, vam os a em plear una clasificación general y, cuando sea
necesario, harem os las punt ualizaciones oport unas.

Ahora bien, ¿cóm o podem os


saber si un género lit erario es
para hom bres o m uj eres?
Tradicionalm ent e se ha
considerado que si un cóm ic
t enía un prot agonist a
m asculino era para chicos, y si
aparecía una prot agonist a
fem enina est aba dest inado a
las chicas. Sin em bargo, un
prim er vist azo a los héroes y
heroínas nos dem uest ra que
no es t an sencillo: los héroes
son un cant o a las
capacidades m asculinas t ales
com o fuerza, int eligencia,
at let ism o y valor que pret ende
inspirar a los lect ores
( im ágenes 4 y 5) ; por el I m á ge ne s 4 y 5 . Lo s héro es, y so bre t o do lo s superhéro es, dem uest ran una
cont rario, m uchas heroínas ex alt ació n de la m asculinidad que se m uest ra en su m usculat ura, sus po ses y su
t rem endo v alo r a la ho ra de luchar co nt ra sus enem igo s. Act ionCom ics # 6 6
son un derroche de belleza
( no v iem bre 1 9 4 3 ) y BlueBeet le # 1 4 ( sept iem bre 1 9 4 2 ) .
dest inada a sat isfacer al oj o
m asculino ( im ágenes 6 y 7) , si
bien eso no im pide que
exist an personaj es
excepcionales que sí
pret endan ser un m odelo para
las m uj eres. Por lo t ant o, el
sexo de los personaj es que
prot agonizan una hist oriet a no
nos sirve para conocer quiénes
la leen.

Puest o que la m ayoría de las


publicaciones no suelen incluir
en aquellos años secciones de
correo, una form a de hacernos
una idea de los públicos
pot enciales es m irando la
publicidad que se incluye en I m á ge ne s 6 y 7 . A diferencia de lo s héro es, lo s perso naj es fem enino s no suelen
cada cóm ic, pues a t ravés de m o st rar una ex alt ació n de su fem inidad, sino ex clusiv am ent e de su sex ualidad.
los anuncios podem os Torchy# 5 ( j ulio 1 9 5 0 ) y Phant om Lady # 2 3 ( abril 1 9 4 9 ) .
descubrir si una publicación
iba dest inada a un público infant il, j uvenil o adult o, m asculino o fem enino. No obst ant e, est o no
nos dice realm ent e quiénes son los públicos, sino lo que edit ores y anunciadores creen. La
realidad es que los procesos de ident ificación son m uy com plej os, y es im posible saber con t ot al
cert eza el porcent aj e de lect ores y lect oras que leían los diferent es géneros lit erarios, m ucho
m enos dist inguirlos por edad, nivel cult ural o económ ico.

3 .2 .1 . Ave n t u r a s

El géner o de avent ur as es m uy ant erior a los com ic books. Sus orígenes se r em ont an a la I líada
y la Odisea, a relat os de caballería com o los del francés Chrét ien de Troyes ( s. XI I ) o el brit ánico
Thom as Mallory ( s. XV) , novelas de avent uras com o las de Alexandre Dum as, Jules Verne y Jack
London en el XI X o, ya en el siglo XX, los relat os de fant asía de Edgar Rice Burroughs o los
m ist erios exót icos de Sax Rohm er. Las t iras de prensa, que habían preferido el hum or durant e
el prim er t ercio del siglo XX[ 2 4 ] , se rindieron a las hist orias de avent uras a part ir de 1929,
cuando la crisis económ ica t raj o com o consecuencia que m illones de desem pleados est uviesen
ansiosos por sum ergirse en t ram as exót icas que garant izaban unos m inut os de escapism o ant e
la dura realidad [ 2 5 ] .

El género es bast ant e sencillo t ant o en form a de cant ar épico com o en novela o hist oriet a: un

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héroe o una heroína, acom pañados de sus am igos, aliados y parej as, son t rasladados a lugares
exót icos o sórdidos para el público ( el lej ano Oest e, un país en guerra, Orient e, las j unglas
africanas, los barrios baj os, ot ros planet as o incluso el fut uro) donde deben luchar por su propia
supervivencia, pero t am bién por im plant ar los ideales de su sociedad en dicho lugar, en el que
claram ent e se m uest ran com o superiores. Aunque en un prim er m om ent o los com ic books
im it an a las t iras de prensa, con héroes que son copias descaradas de Flash Gordon, Buck
Rogers, Dick Tracy, Tarzán, Phant om o Mandrake, la aparición de Superm an en Act ion Com ics
# 1 ( j unio de 1938) inaugura un nuevo subgénero, el de los superhéroes, al que post eriorm ent e
se sum an las superheroínas con la aparición de Black Cat en Pocket Com ics # 1 ( agost o de
1941) . Aunque las hist oriet as superheroicas result an m uy sim ilares a las de avent uras, suelen
t ener t res elem ent os dist int ivos: los superpoderes ( en ocasiones sust it uidos por una gran
m aest ría en com bat e y accesorios t ecnológicos) , un uniform e colorido y una ident idad secret a
t ras la que el superhéroe o la superheroína se ocult an.

El género de los superhéroes


est á dom inado m ayorm ent e
por personaj es m asculinos
com o Superm an, Bat m an,
Blue Beet le, Capt ain Am erica,
Hum an Torch, Capt ain Marvel,
Black Terror, et c., si bien
exist en excepciones com o la
ya m encionada Black Cat , a la
que pront o siguen Wonder
Wom an, Miss Am erica, Mary
Marvel o Phant om Girl. La
escasa proporción de m uj eres
queda pat ent e, por ej em plo,
en los pocos grupos de
superhéroes que
encont ram os: la Just ice
Societ y of Am erica cuent a
solam ent e con dos m uj eres
( Wonder Wom an y Black
I m á ge ne s 8 y 9 . Do s ej em plo s de publicidad para chicas en Capt ain Am erica
Com ics # 7 1 ( m arzo 1 9 4 9 ) y Planet Com ics # 7 2 ( 1 9 5 3 ) , com ic books co n Canary) frent e a quince
héro es m asculino s. Mucho s de lo s anuncio s dirigido s a las m uj eres so lían o frecer personaj es m asculinos. De
so lucio nes rápidas y fáciles a pro blem as de so brepeso , aunque t am po co eran igual m odo, no pocas heroínas
ex t raño s lo s anuncio s que o frecían herm o so s t raj es y co m plem ent o s co n
son versiones fem eninas de
descuent o .
héroes ya exist ent es, de t al
m odo que Nam ora es una
fem inización de Nam or, Mary
Marvel de Capt ain Marvel,
Miss Am erica de Capt ain
Am erica, Sun Girl de Hum an
Torch y num erosas reinas de
la j ungla lo son de Tarzán.
Junt o al papel de heroínas, las
m uj eres t am bién aparecen en
est as hist oriet as com o novias
del est ilo de Lois Lane,
com pañeras com o Golden Girl
o villanas com o Cat wom an.

Originalm ent e, edit ores y


art ist as creyeron que las
avent uras, en t odos sus
subgéneros, at raían
exclusivam ent e a los chicos,
I m á ge ne s 1 0 y 1 1 . Do s ej em plo s de publicidad para chico s en Phant om Lady pues consideraban que
# 2 3 ( abril 1 9 4 9 ) y Torchy # 2 ( enero 1 9 5 0 ) , com ic books co n pro t ago nist as ofrecían un “ ideal de fuerza
fem eninas. Lo s anuncio s po dían est ar dirigido s t ant o a un público infant il co m o m asculina ( …) t an viril y
adult o , dest acando ent re lo s prim ero s lo s anuncio s de j uguet es, y ent re lo s
segundo s, lo s anuncio s que o frecían est udio s a dist ancia y m aneras de ganarse la
at ract ivo que [ el héroe] nunca
v ida, po r lo que es de supo ner que lo s anunciado res esperaban que su público necesit aba ir t ras una chica,
fuesen ado lescent es y adult o s co n escasa cualificació n. salvo para ayudarlas” [ 2 6 ] . Sin
em bargo, el int erés del
público fem enino por est e t ipo de hist orias fue cada vez m ayor, com o nos m uest ra el hecho de
que algunas avent uras prot agonizadas por héroes incluyesen anuncios dirigidos a las
adolescent es que querían baj ar de peso ( im ágenes 8 y 9) adem ás de anuncios para hom bres.
De igual m odo, la publicidad de las avent uras prot agonizadas por m uj eres, sobre t odo aquellas
que m uest ran sus m uslos o prom inent es escot es, est aban cargadas de anuncios dirigidos a un
público m asculino ( im ágenes 10 y 11) .

3 .2 .2 . Cr im e n

El género crim inal present a influencias del cine ( con ej em plos com o The Public Enem y, de 1931,
o Scarface, de 1932) , la lit erat ura ( principalm ent e la novela de det ect ives, com o Red Harvest ,
de Dashiel Ham m et , publicada en 1929 o The Big Sleep, de Raym ond Chandler, edit ada en
1939) y las publicaciones de sucesos, m uchas de ellas pulps que novelizan o direct am ent e
invent an los crím enes que describen, com o True Crim Cases, 10 True Crim e, True Crim e
Det ect ive, Wom en in Crim e: True Fact Det ect ive Cases o Best True Fact Det ect ive. Muchas de
est as publicaciones, que incluyen num erosas fot ografías, no dudan en em plear la im agen de la
m uj er com o reclam o ( im ágenes 12 y 13) .

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I m á ge ne s 1 2 y 1 3 . La m uj er crim inal, pro v o cat iv a y sex ual I m á ge ne s 1 4 y 1 5 . Las crim inales de lo s com ic books
en el cine y lo s pulps, es im it ada po r lo s com ic books. El siguen el m o delo m arcado po r la cult ura po pular,
núm ero Best True Fact Det ect iv e de j ulio de 1 9 4 8 o frece la m o st rándo se co m o m uj eres peligro sas y herm o sas,
siguient e hist o ria: “ La m uert e llega ant es a las espo sas que no capaces de po ner en apriet o s a lo s ho m bres, co m o v em o s
so n deseadas” , m ient ras que el núm ero de Wom en in Crim e: en Real Clue Crim e St ories # 1 ( m arz o 1 9 5 2 ) y Crim es by
True Fact Det ect iv e Cases de j unio de 1 9 4 8 anuncia: “ Las Wom en # 1 2 ( abril 1 9 5 0 ) . Sin em bargo , lo s com ic books no
espo sas engañadas result an v iudas alegres” . Lo s ro st ro s frío s, m uest ran a las crim inales t an ligeras de ro pa co m o en lo s
lo s cuerpo s at ract iv o s apenas t apado s po r pro v o cat iv a ro pa pulps.
int erio r, adem ás de elem ent o s at ribuido s a lo s ho m bres co m o
el cigarrillo y un arm a de fuego , env uelv en a las m uj eres de
est as po rt adas en una aureo la que las hace sex ualm ent e
deseables pero m o ralm ent e repudiables.

Aunque los com ic books ya present aban a algunos policías y det ect ives que luchaban cont ra el
crim en, el aut ént ico éxit o de est e género llega con Crim e Does Not Pay, que se publica ent re
1942 y 1955, y cuyo t ít ulo hace referencia a una popular serie de películas y program as de
radio hom ónim os. La serie present a hist orias supuest am ent e reales de crim inales que siem pre
acaban siendo derrot ados por la j ust icia, si bien el lect or puede acom pañarles por una espiral de
excesos, crím enes y venganza ant es de que encuent ren su t rágico final. Su éxit o hace que
aparezcan m uchos im it adores, com o Headline Com ics, Real Clue,Official True Crim e Cases,
Gang Bust ers o Crim e and Punishm ent , ent re ot ros. Las m uj eres j uegan un papel im port ant e
com o crim inales o víct im as en m uchas de est as hist orias, im it ándose el aspect o de la crim inal
que ya hem os vist o en los pulps ( im ágenes 14 y 15) . I ncluso hay algunas series dedicadas
exclusivam ent e a crím enes fem eninos, com o Crim es by Wom en, Crim e Report er o Wom en
Out laws, aunque al ser publicadas por pequeñas edit oriales no t ienen dem asiado éxit o.

Al igual que sucedía con las


publicaciones de avent uras,
las hist oriet as de crim en
t am bién cont ienen anuncios
para el público fem enino, no
sólo para el m asculino
( im ágenes 16 y 17) .

3 .2 .3 . Edu ca t ivo

La aparición de los com ic


books educat ivos responde
a un deseo de em plear las
hist oriet as com o
herram ient a pedagógica,
frut o del enorm e éxit o que
poseen ent re los m ás
pequeños. Las hist oriet as
educat ivas pueden explicar
m it os j udíos y crist ianos,
com o en las series Pict ure
I m á ge ne s 1 6 y 1 7 . Publicidad de m o da fem enina en All- True Crim e # 1 6 ( febrero
St ories from t he Bible, 1 9 4 8 ) y Crim es Does Not Pay # 9 6 ( m arz o 1 9 5 1 ) .
dedicadas al Ant iguo y
Nuevo Test am ent o; hechos hist óricos, com o en Pict ure St orie from Am erican Hist ory o Pict ure
St ories from World Hist ory; descubrim ient os cient íficos, com o en Pict ure St ories from Science; o
biografías de personaj es m odélicos, com o en TrueCom ics.

El papel j ugado por las m uj eres en est e t ipo de publicaciones es m ínim o, no apareciendo
ninguna figura fem enina en las port adas de la m ayoría de est as series, salvo excepciones
punt uales com o la Virgen María en una port ada de Pict ure St ories from t he Bible o Cleopat ra en
el prim er núm ero de Pict ure St ories from World Hist ory. Las lect oras que quieran encont rar
m uj eres ext raordinarias deben leer las páginas de Wonder Wom an, donde se encuent ra la
sección “ Wonder Wom en of Hist ory...” , dedicada a enferm eras, esposas de polít icos y, en
ocasiones, sufragist as y abolicionist as. Las m uj eres pasan a la hist oria, en consecuencia, por su
caráct er de cuidadoras, esposas de gent es im port ant es o luchadoras sociales, pero no se las
m uest ra com o profesionales fuera de sus oficios t radicionales ( enferm eras, m aest ras, et c.) ,
m ucho m enos com o cient íficas ni art ist as.

Algunos de est os cóm ics educat ivos son un 50% m ás caros de lo habit ual y est án libres de
publicidad, por lo que es difícil saber qué público t enían en m ent e los edit ores. Ot ros, com o True
Com ics, port an publicidad dest inada a un público bast ant e am plio y, por lo t ant o, los edit ores
debían de pensar que at raían a lect ores de am bos sexos, a pesar de que las m uj eres apenas
t engan prot agonism o.

3 .2 .4 . H u m or a dole sce n t e

En los años t reint a se va forj ando una cult ura adolescent e cent rada en el inst it ut o, la m úsica,
las cit as y la popularidad, y la j uvent ud com ienza a t ener una presencia cada vez m ayor en el
cine, la radio y la lit erat ura [ 2 7 ] . Uno de est os product os cent rados en los j óvenes, la serie de
películas de Andy Hardy, inspira en 1941 a Archie Andrews, aparecido en Pep Com ics # 22

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( diciem bre 1941) , y a t oda una legión de im it adores.

Los cóm ics de hum or adolescent e, al igual que los dedicados al crim en, im it an unos arquet ipos
ya est ablecidos en ot ros m edios. Para Grace Palladino, la represent ación de los j óvenes de
am bos sexos coincide en que se les m uest ra com o personas bienint encionadas, idealist as, llenas
de energía y con un fut uro prom et edor, pero al m ism o t iem po se les m uest ra com o alocados,
t em peram ent ales, irresponsables, perezosos, ignorant es, siem pre ham brient os y una causa de
problem as const ant es para sus padres[ 2 8 ] . Para I lana Nash, adem ás de lo ant eriorm ent e dicho,
los problem as creados por los chicos siem pre son m enos graves que los ocasionados por las
chicas[ 2 9 ] .

En general, las m uj eres


j uegan un papel fundam ent al
en est e t ipo de narraciones:
cuando el prot agonist a es un
hom bre, su int erés por las
m uj eres le crea num erosos
problem as, com o vem os en
las series Archie, Georgie,
Henry Aldrich o Hect or;
cuando la prot agonist a es
una m uj er, su deseo de
desarrollar un t rabaj o para el
que no est á preparada ( es
decir, cualquiera de los
t rabaj os que se considerasen
m asculinos) o su propia
I m á ge ne s 1 8 y 1 9 . Do s ej em plo s de lo s dist urbio s que puede causar una
m uchacha at ract iv a. Archie queda t o t alm ent e at rapado po r las chicas en Pep
belleza dan pie a num erosas
Com ics # 6 4 ( no v iem bre 1 9 4 7 ) , m ient ras que el t ex t o no s av isa de que “ la sit uaciones cóm icas
fo t o grafía so lía ser una afició n bast ant e t ranquila hast a que Kat hy em pezó a ( im ágenes 18 y 19) , com o
pract icarla” , en Thrilling Com ics # 6 8 ( o ct ubre 1 9 4 8 ) . Nó t ese el m arcado esco t e de descubrim os en Millie t he
Kat hy , cuy a sex ualidad co nt rast a co n su incapacidad para desarro llar un t rabaj o
fuera del ho gar.
Model, Tessie t he Typest ,
Nelly t he Nurse, Torchy o
Suzie. Aunque m uchos de
est os personaj es fem eninos
parecen carecer de cualquier
conocim ient o u oficio,
algunos desem peñan
act ividades de enferm era,
secret aria o m odelo,
profesiones t radicionalm ent e
consideradas fem eninas.

Por lo general, aunque al


adolescent e t odavía se le ve
com o una persona aniñada
( carece de bigot e, m úsculos
y aún vist e ropa que lo
ident ifica com o est udiant e de
inst it ut o) , las adolescent es sí
I m á ge ne s 2 0 y 2 1 . La belleza fem enina no es puram ent e plat ó nica en lo s relat o s
que t ienden a m ost rarse
de hum o r ado lescent e, sino que se cent ra en un cuerpo desarro llado y en unas com o m uj eres desarrolladas
curv as visibles que suelen m o st rarse al lect o r a la m eno r ex cusa. Archie # 2 7 en su culm en físico, con
( ago st o 1 9 4 7 ) y Torchy # 3 ( m arzo 1 9 5 0 ) . sunt uosas curvas que les
dan un aspect o m ucho m ás
adult o de lo que realm ent e son, at rayendo sobre ellas el int erés sexual del personaj e de la
hist oriet a y del lect or ( im ágenes 20 y 21) .

La publicidad nos m uest ra que las series que hacen m ás hincapié en la sensualidad de las
m uj eres est án dest inadas a un público principalm ent e m asculino, aunque t am bién hay alguna
publicidad para m uj eres que incide en lo que ya hem os vist o: reducción de peso, ropas y
com plem ent os económ icos, et c. Por el cont rario, las series prot agonizadas por chicas y donde el
cuerpo de la m uchacha no es m ost rado grat uit am ent e cont iene m ás publicidad para chicas,
dando a ent ender que los anunciant es o edit ores no creían que la serie int er esar a especialm ent e
a los lect ores.

3 .2 .5 . H u m or in fa n t il

El hum or dest inado a los m ás pequeños sobrevive en los com ic books am parado en los funny
anim als, es decir, los anim ales ant ropom órficos inspirados en los personaj es de Disney, Warner,
Terryt oons y ot ros est udios de anim ación. Est os cóm ics, al igual que los cort os de anim ación
donde aparecen, m uest ran unos personaj es que carecen de at ribut os sexuales ( m usculat ura,
vello facial, senos, curvas, órganos sexuales visibles, et c.) y a los que ident ificam os por su
género, es decir, por los at ribut os cult urales que ident ificam os com o m asculinos o fem eninos,
por ej em plo, el pant alón y la gorra en los hom bres, la falda y el m aquillaj e en las m uj eres. De
igual m odo, la m asculinidad o la fem inidad se refuerzan por las act ividades de los personaj es:
los hom bres buscan t esoros y luchan cont ra los villanos, m ient ras que las m uj eres realizan las
t areas dom ést icas y son víct im as de los villanos[ 3 0 ] . La publicidad de est e t ipo de hist oriet as
parece dirigida a un público j oven, t ant o m asculino com o fem enino.

3 .2 .6 . Rom a n ce

El rom ance est á present e en la m ayoría de los com ic books desde finales de los años t reint a,
cont ando la m ayoría de los personaj es, sin im port ar su sexo, con una parej a het erosexual. No
obst ant e, en las hist oriet as de avent uras est as relaciones siem pre result an algo secundario a lo
que edit ores y aut ores nunca llegan a dar dem asiada im port ancia, siendo el et erno y cast o
rom ance de Superm an y Lois Lane buen ej em plo de ello.

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Sin em bargo, en 1947 est o


cam bia. De la m ano de dos
art ist as vet eranos del género
superheroico, Joe Sim on y Jack
Kirby, irrum pe el prim er com ic
book rom ánt ico, en el cual se
t rat a con ciert o t oque
dram át ico el am or y el
desam or, siguiendo la m ayoría
de las hist orias un esquem a
bien sim ple: «chica desea
chico, chico es difícil de
conseguir, chica at rapa a chico,
viven felices por siem pre
j am ás» [ 3 1 ] . No obst ant e, hay
num erosas variaciones del
t em a, com o la chica que t iene
que elegir ent re el hom bre que
am a y su fam ilia o su t rabaj o, I m á ge ne s 2 2 y 2 3 . Las hist o riet as ro m ánt icas glo rificaban el am o r y el
la m uchacha que alt erna con sacrificio po r la perso na am ada, pero t am bién se recreaban en hist o rias
pro hibidas que, po r lo general, alcanzaban un final m o ralizant e. Teen- Age
dem asiados hom bres, el am or
Rom ance # 1 4 ( febrero 1 9 5 1 ) y Hi- School Rom ance # 1 1 ( o ct ubre 1 9 5 1 ) .
prohibido con alguien que ya
est á casado o com prom et ido, et c. ( im ágenes 22 y 23) .

Las prot agonist as siem pre son m uj eres j óvenes, est udiant es de inst it ut o, universit arias o recién
casadas. Las hist orias suelen acabar con la consolidación de la parej a en la m ayoría de las
ocasiones, incluso en una prom esa de m at rim onio, si bien t am bién hay hist oriet as en las que la
prot agonist a fracasaba en su relación, generalm ent e por culpa de su am bición. La inspiración de
est as hist orias son, obviam ent e, las novelas rom ánt icas, e inicialm ent e est án pensadas, en
palabras de Joe Sim on, para «las chicas, las esposas, las am as de casa, las criadas, t odo el
m undo que leía cóm ics [ y] quería leer algo adult o» aunque él m ism o reconoce que las hist orias
result an «m uy, pero que m uy, inocent es. Sólo un beso y caía rendida ant e el am or, y las chicas
se lo t ragaban. Aquello no era real» [ 3 2 ] .

Generalm ent e, los cóm ics


rom ánt icos se han
considerado un género
em inent em ent e fem enino, y
result a difícil encont rar
t est im onios de lect ores que
reconozcan ser aficionados a
los m ism os, puest o que eso
puede acarrearles burlas. No
obst ant e, est as prim eras
hist oriet as rom ánt icas
incluyen bast ant es
narraciones de escándalos y
seducción, adem ás de
m ost rar m uj eres m uy
herm osas, por lo que no es
difícil im aginar el at ract ivo
que podían t ener para el
I m á ge ne s 2 4 y 2 5 . Lo s có m ics ro m ánt ico s o frecen anuncio s en lo s que se público m asculino de la
o frece a lo s j ó v enes im presio nant es m úsculo s o una so lució n co nt ra la caída del
época. De hecho, en la
cabello . I deal Rom ance # 5 ( ago st o 1 9 5 4 ) y Young Lov e # 2 8 ( diciem bre 1 9 5 1 ) .
correspondencia que el
público com ienza a m ant ener con est os cóm ics, y donde habit ualm ent e se com part en
experiencias, dudas y esperanzas, John Benson localiza cart as de hom bres, m ayorm ent e para
solicit ar int ercam bio de correspondencia con chicas[ 3 3 ] . A poco que se sigan los pasos de
Benson, es fácil encont rar cart as de hom bres, al m enos hast a m ediados de los años cincuent a.
Por ej em plo, en la sección de correo “ Nancy Drake.. Personal Heart Problem s” , en My Secret
Marriage # 8 ( j ulio 1949) , encont ram os la cart a del cabo J. T., en la que est e m ilit ar confiesa su
m iedo y el de sus com pañeros, dest inados en Francia, a que sus novias les olviden; al
despedirse reconoce que: «Leem os su sección t odos los m eses y pensam os que t al vez pueda
ayudarnos. Esperam os ansiosam ent e su respuest a». De hecho, las edit oriales no dudan en
incluir algunas secciones de publicidad exclusivam ent e para hom bres ( im ágenes 24 y 25) , y en
cont adas ocasiones, com o en Cowgirl Rom ances, dicha publicidad supera la dirigida a las
m uj eres.

3 .2 .7 . Te r r or y su spe n se

El género de t error y suspense com ienza a t om ar form a en 1948 con la aparición de Advent ures
I nt o t he Unknown, de la edit orial B&I Publishing, y se desarrolla ent re 1949 y 1950, cuando la
edit orial EC da un giro radical a sus publicaciones y com ienza a apost ar por hist orias m ás
adult as, en ocasiones m ás violent as, que suelen acabar con un final inesperado. Ent re los t ít ulos
de EC encont ram os Tales from t he Crypt , The Vault of Horror and The Haunt of Fear, Shock
SuspenSt ories, Crim e SuspenSt ories y algunas hist oriet as aparecidas en Weird Science y Weird
Fant asy, a los que rápidam ent e se sum an t ít ulos de ot ras edit oriales com o Advent ures I nt o
Terror, Journey I nt o Myst ery, Mist er Myst ery o Advent ures I nt o Weird Worlds.

El prot agonist a de est as hist orias de t error suele ser un personaj e m asculino, si bien no es
ext raño que aparezcan m uj eres en el papel de villanas, ya sean sensuales crim inales o
m onst ruos ( siendo las vam piresas las m ás habit uales) , y por supuest o t am bién com o víct im as
( im ágenes 26 y 27) . Así, por ej em plo, de los veint isiet e núm eros de Crim e SuspenSt ories, las
m uj eres aparecen com o víct im as o asesinas en t rece port adas.

Aunque algunas edit oriales piensan que est as hist oriet as no deben de ser del gust o de las
lect oras, y en consecuencia no incluyen publicidad para las m ism as, ot ras sí dedican part e de su
publicidad a product os dirigidos específicam ent e a m uj eres ( im ágenes 28 y 29) .

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En resum idas cuent as, en


cont ra de lo que suele
pensarse, en el periodo que
est udiam os no exist e una
línea divisoria clara ent re
publicaciones m asculinas y
fem eninas. Encont ram os
m uj eres herm osas
práct icam ent e en t odas las
publicaciones que t engan
com o público a adolescent es o
adult os ( es decir, no aparecen
en los funny anim als ni en los
cóm ics educat ivos) , y
generalm ent e conllevan una
carga erót ica, si bien unas
edit oriales van a explot ar la
im agen de la m uj er m ás
obviam ent e que ot ras. I m á ge ne s 2 6 y 2 7 . La figura fem enina es represent ada en num ero sas
o casio nes co m o m o nst ruo y víct im a en las hist o rias de t erro r y suspense, co m o
4. REPRESEN TACI ÓN , vem o s en est as po rt adas de Adv ent ures I nt o Weird Worlds # 1 6 ( m arzo 1 9 5 3 ) y
ROLES Y M EN SAJES D E LOS Crim e SuspenSt ories # 2 3 ( j ulio 1 9 5 4 ) .

PERSON AJES FEM EN I N OS

Las represent aciones, roles y


m ensaj es que encont ram os en
los com ic books que van de
1935 a 1954 no result an
casuales ni arbit rarios. Por el
cont rario, son frut o de una
ideología pat riarcal concret a y
de una form a de producción
específica, así que no
debem os ext rañarnos de que
las hist oriet as prom uevan
personaj es fem eninos
hogareños, dóciles y
cariñosos, condenando a las
m uj eres independient es e
indóm it as. Pero, com o bien
I m á ge ne s 2 8 y 2 9 . La pérdida de peso co nt inúa siendo uno de lo s t em as m ás
nos indica Margaret co m unes de lo s anuncio s dirigido s al público fem enino , anunciándo se en o casio nes
Marshm ent , edit ores y aut ores ingenio so s y po siblem ent e po co út iles art ilugio s. Adv ent ures I nt o Terror # 4 4
no crean ni desarrollan a los ( febrero 1 9 4 1 ) y Mist er My st ery # 1 6 ( abril 1 9 5 4 ) .
personaj es fem eninos
pensando en reproducir un m odelo social, sino que la m ayoría creen sinceram ent e que sus
represent aciones obedecen al sent ido com ún ( por ej em plo, que una m uj er m alvada debe de ser
sexualm ent e provocat iva) , sin ser conscient es de que a lo que realm ent e obedecen es a la
ideología pat riarcal que im pera en su sociedad, y que les hace pensar que ciert as definiciones y
[ 34]
represent aciones son nat urales . De hecho, en el periodo que est udiam os, la idea m ás
ext endida sobre los hom bres y las m uj eres es que poseen conduct as propias y excluyent es frut o
[ 35]
de su propia biología , que se t raduce en un discurso oficial que present a a los hom bres com o
seres racionales a los que la nat uraleza ha dot ado de capacidades para la t écnica y la ciencia,
m ient ras que las m uj eres son criat uras em ocionales relacionadas con el m undo de la
[ 36]
sensibilidad y los sent im ient os .

En la cult ura popular, est a diferenciación ent re lo m asculino y lo fem enino es m ás que obvia.
Por ej em plo, en la novela On t h Beach, el escrit or Neville Shut e no duda en expresar el
desasosiego de un m arido al com prender que, por m ás que lo int ent e, su esposa es incapaz de
adopt ar una act it ud racional ant e los problem as que afront an:

«–¡Las m aldit as m uj eres, at rincheradas de la realidad, viviendo en un m undo de sueños


sent im ent aloides que ellas m ism as se han creado! Si encarasen la realidad podrían ayudar
a un hom bre, ayudarlo enorm em ent e» [ 3 7 ] .

De igual m odo, en la narración A Princess of Mars, de Edgar Rice Burroughs, la princesa Dej ah
Thoris reconoce que los sent im ient os le son m ás út iles que la razón:

«–¡¿Por qué preocupar a m i pobre cabeza con t ales problem as, cuando m i corazón m e
[ 38]
dice que crea porque deseo creer?! » .

Por supuest o, acorde a est e discurso, t odos los hom bres t ienen una act it ud racional y t odas las
m uj eres una act it ud em ocional, y al ser una diferencia biológica y no cult ural, es m uy difícil, por
no decir im posible, que hom bres y m uj eres t rasciendan sus roles y se com port en de m anera
diferent e. Ahora bien, eso no im pide que la cult ura popular plant ee diferent es t ipos de m uj eres,
dividiéndolas en dos cam pos m uy am plios y diversos: las m uj eres buenas y las m alas. Las
prim eras, que pueden ser m uj eres norm ales o heroínas, van a seguir las norm as sociales,
m ient ras que las segundas rom pen con las convenciones; por lo t ant o, las prim eras son las
aliadas nat urales de los hom bres ( m adres y esposas que perpet úan un sist em a pat riarcal) ,
m ient ras que las segundas son sus enem igas y se aprovechan de ellos ( al subvert ir el orden
social est ablecido) .

4 .1 . La s m u j e r e s bu e n a s

Aunque hom bres y m uj eres son m uy diferent es, el am or, el deseo de crear un proyect o com ún
de fam ilia y de perpet uarse a t ravés de los hij os e hij as les une. Por lo t ant o, no es de ext rañar
que, en unas edit oriales que se cent ran en los gust os del público m asculino, los prim eros
personaj es fem eninos recurrent es que aparecen sean las novias de los héroes. La relación
rom ánt ica es, en un prim er m om ent o, un gancho para at raer a los lect ores m asculinos, pues las
novias siem pre aparecen com o m uj eres at ract ivas, aunque t am bién m uy decent es. No obst ant e,

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puest o que las avent uras son una cosa t eóricam ent e m asculina, la novia carece de t odo
prot agonism o y relevancia m ás allá de ser un herm oso obj et o decorat ivo, com o vem os en
Myst ery Men Com ics # 4 ( noviem bre 1939) , donde Cynde, la novia del héroe espacial Rex
Dext er of Mars, se pasa t oda la hist oriet a sin decir una sola palabra, de hecho sin act uar en
absolut o, no t eniendo ot ro papel que el de acom pañar al héroe y escuchar sus soliloquios. Bien
es ciert o que encont ram os personaj es fem eninos con m ás personalidad, com o Lois Lane,
aparecida en Act ion Com ics # 1 ( j unio 1938) , que suele t ener iniciat iva e incluso desarrolla una
exit osa carrera profesional com o periodist a, pero incluso est e t ipo de personaj es buscan un
hom bre al que som et erse, m as no un hom bre cualquiera, sino un hom bre fuert e, valient e y
m asculino ( im agen 30) . Un ej em plo de est o lo t enem os en el superhéroe Jay Garrik, que sólo
consigue enam orar a la m uj er de sus sueños al obt ener sus superpoderes com o Flash en Flash
Com ics # 1 ( enero 1940) , y la propia Lois Lane pierde t oda su rebeldía y personalidad cuando
Superm an hace su aparición en escena, si bien det est a al débil, cobarde y afem inado Clark
Kent , com o ella m ism o le dej a claro en Act ion Com ics # 9 ( febrero 1939) :

«–Clark Kent : t e DESPRECI O. ¡Te aborrezco com plet am ent e, pasivo debilucho! ¡Jam ás t e
vuelvas a at rever a dirigirm e la palabra!
–¡No m e engañas! ¡Hay alguien m ás! Dim e, Lois, ¿quién es ese hom bre al que am as?
¡Dím elo! ( ...)
–¡Es grande! ¡ Es glorioso! ¡Es increíble! Es t odo lo que t ú no eres: valient e, arroj ado,
at ract ivo... ¡m agnífico!
–¿Quién es?
–¡SUPERMAN! »

I m a ge n 3 0 . A pesar de su rebeldía e independencia, Lo is Lane cae rendida ant e el héro e que acaba de salv arla y se
arro j a a sus brazo s para besarle, si bien lo s aut o res creen ex cesiv o m o st rar el beso . Act ion Com ics # 5 ( o ct ubre 1 9 3 8 ) .

Est e deseo de encont rar un hom bre m asculino no es algo invent ado por los aut ores de las
hist oriet as, sino una idea que ya exist e en la cult ura popular: en seriales cinem at ográficos com o
el de Flash Gordon prot agonizado por el at let a olím pico Bust er Crabbe [ 3 9 ] , t am bién en relat os
pulp, com o reflej a “ The Purple Heart of Erlik” , una narración de Robert E. Howard que es t odo
un cant o a la m asculinidad y su efect o afrodisíaco sobre las m uj eres:

«Era grande, ancho de hom bros, de puños fuert es, con ardient es oj os azules y un m echón
salvaj e de cabello negro asom ándole baj o la gorra de capit án de barco. Era Wild Bill
Clant on, m arinero, t raficant e de arm as, secuest rador, recolect or furt ivo de perlas, adem ás
de un com bat ient e de prim era clase ( ...) . Había posesividad en la form a en que sus
brazos se aferraban al suave cuerpo de ella, pero la chica encont ró una reconfort ant e
solidez al apoyar su cabeza en su pecho m usculoso. Había una prom esa de seguridad en
su fuerza m asculina. Repent inam ent e, ella ya no odiaba su persist encia por conseguirla.
Ella necesit aba su fuerza, necesit aba un hom bre que pudiera luchar por ella ( …) . Había
placer en la dom inación de sus fuert es m anos» [ 4 0 ] .

Sin em bargo, la m uj er decent e se caract eriza por su fidelidad, y una vez se enam ora de un
hom bre, va a desear perm anecer siem pre a su lado. Pero ¿qué puede ofrecer una m uj er a un
hom bre? Por supuest o, su belleza física ( de la que no se disfrut ará plenam ent e hast a el
m at rim onio) , pero t am bién cuidados y m im os, la prom esa de som et erse a su volunt ad y de
crearle los m enos problem as posibles ( im agen 31) . Aunque est e discurso puede sorprendernos,
no debem os pensar que es exclusivo de las viñet as o de los aut ores m enos sofist icados, pues
grandes nom bres de la lit erat ura caen en los m ism os t ópicos. Por ej em plo, la enferm era
Cat herine Barkley habla así a su prom et ido en la novela de Ernest Hem ingway Farewell t o Arm s:
«Yo sólo diré lo que quieras, y haré t odo lo que quieras, y así nunca desearás a ot ra m uj er,
¿verdad?» [ 4 1 ] .

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I m a ge n 3 1 . Independient em ent e de la capacidad que t enga una m uj er, ha de o bedecer la v o lunt ad del ho m bre al que
am a, que sabe lo que es m ej o r para ella. Así, t ras recibir la ay uda de Bet t y Ro ss, Capt ain Am erica le pide que dej e el
t rabaj o a lo s ho m bres y se m arche a casa, co sa que la j o v en hace sin rechist ar. Capt ain Am erica Com ics # 2 ( abril
1941) .

Est a sencilla visión de las relaciones se am plía, no obst ant e, a m edida que las edit oriales van
siendo conscient es de que su público ya no est á com puest o solam ent e por chicos j óvenes, sino
t am bién por j óvenes m ayores de edad y chicas de t odas las edades. El hum or para adolescent es
y las hist oriet as rom ánt icas son las prim eras en present ar un m odelo de cort ej o m ás parecido al
del m undo adolescent e de la época, en el que la m uj er ya no t om a un papel t an pasivo y que
em plea nuevos espacios, com o los bailes, los cines, el inst it ut o y, por supuest o, el aut om óvil [ 4 2 ] .
Así, aunque el noviazgo es la razón de ser de las m uj eres, ést as ya no caen rendidas a los pies
del prim er hom bre at ract ivo y m asculino que se present a ant e ellas: «¡Vosot ras sois una
desgracia para el sexo fem enino! », exclam a Dot t y a sus com pañeras de frat ernidad en Dot t y
# 35 ( j unio 1948) , «¡Sent adas pasivam ent e com o un puñado de corderit os a la espera de que un
par de pant alones os pidan una cit a! ¿Dónde est á vuest ra dignidad?». De igual m odo, Louise, la
prot agonist a de G. I . Sweeheart s # 34 ( oct ubre 1953) , busca act ivam ent e al hom bre de sus
sueños, acudiendo a cit as con diferent es soldados. Aparece así un nuevo m odelo de m uj er que
t iene m ás libert ad de opción a la hora de elegir a su fut uro m arido, creándose los prim eros
t riángulos am orosos ( im ágenes 32 y 33) , a im it ación de lo que sucede en películas com o Road
t o Singapore, donde Bing Crosby y Bob Hope com pit en por el corazón de Dorot hy Lam our [ 4 3 ] , si
bien no hay ninguna duda de que la m uj er acabará pasando por el alt ar.

Ahora bien, t ant o en las


hist oriet as de acción com o en las
de hum or adolescent e y
rom ance, una chica debe ser,
ant e t odo, una dam a. Las
revist as para chicas son las
prim eras que, ya desde los años
t reint a, aconsej an a sus lect oras
no ser dom inant es y dej ar a los
chicos t om ar las decisiones de
adónde ir o qué hacer durant e
las cit as ( a fin de cuent as, son
I m á ge ne s 3 2 y 3 3 . El t riángulo am o ro so que t iene en su cent ro a una m uj er ellos quienes pagan) , pero al
decent e siem pre se caract eriza po r ser m ás plat ó nico que físico , po r lo que la
m uchacha nunca t o m a v ent aj a del afect o que le pro fesan sus adm irado res,
m ism o t iem po deben m ost rarse
ant es al co nt rario , sufre po r la dificult ad de elegir al ho m bre co rrect o . Do s recat adas en t odo m om ent o,
ej em plo s de t riángulo am o ro so en Nellie t he Nurse # 2 ( prim av era 1 9 4 5 ) y recordando que los chicos no
First Lov e I llust rat ed # 6 ( diciem bre 1 9 4 9 ) . aprecian realm ent e a las chicas
cuyos besos son fáciles, aunque
[ 44]
no dudan en aprovecharse de las chicas que les dan pie . La propia cult ura popular avisaba a
los chicos que no debían enam orarse de las m uj eres que ofrecen sus favores libre o fácilm ent e,
com o descubre el popular personaj e cinem at ográfico Andy Hardy, que rechaza a una chica
porque va dem asiado rápido [ 4 5 ] . Por supuest o, si un chico se propasa con una m uchacha, ella es
la culpable, pues le ha dado expect at ivas y alicient es en lugar de pararle los pies ( im agen 34) .

De hecho, acorde a las películas, la m úsica, la


t elevisión y los cóm ics, el solo hecho de besarse es un
act o m uy especial que no se puede realizar
alegrem ent e con cualquier persona: No se besa
por que sea una act ividad placent era, sino porque es
un signo de com prom iso, un j uram ent o de am or y
fidelidad. Tal es la carga de un beso que en la popular
serie t elevisiva Meet Corliss Archer encont ram os que
Corliss y su novio, Dext er, no se dan un solo beso, a
pesar del afect o que se t ienen y la com penet ración
que m uest ran [ 4 6 ] . «Tu beso fue algo sagrado para
m í». [ 4 7 ] . En las secciones de correo de los com ic books
rom ánt icos t am bién se fom ent a est a visión con
secciones com o “ My First Kiss” , donde se com ent a el
prim er beso y las consecuencias que ha t enido, con
cart as com o la aparecida en Firs Love I llust rat ed # 6

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( diciem bre 1949) : por ello, no es de ext rañar que el I m a ge n 3 4 . Co rrespo nde a una m uchacha
cant ant e Ted Weem s reflej e dicho sent im ient o en una pararle lo s pies a lo s chico s y hacerse respet ar,
de sus canciones: co m o descubre Ellen en Teen- Age Rom ances # 1 0
( j ulio 1 9 5 0 ) . Un ho m bre respet ará a una m uj er
que le pare lo s pies, y po r lo t ant o , la idea del
«Llevaba dos m eses saliendo con est e chico
abuso no ex ist e.
cuando nos besam os. Una noche habíam os ido a
cenar al lago y, después de com er, nos t um bam os sobre un m ant el a cont em plar las
est rellas. Cuando fui a coger m i refresco, sin querer rocé su hom bro... y bueno... ya
sabéis el rest o. Seguim os j unt os desde ent onces y t enem os planes para casarnos el
próxim o año».

Sin em bargo, est as


represent aciones del am or
adolescent e, si bien pueden
reflej ar las práct icas de algunos
j óvenes, no son ni m ucho
m enos t an universales com o la
cult ura popular quiere m ost rar
( im ágenes 35 y 36) . Aislados en
la t ranquilidad de sus
aut om óviles, m uchos j óvenes
de los años cuarent a y
cincuent a disfrut an con besos y
caricias ínt im as ant es de
despedirse, si bien est a práct ica
no suele discut irse
abiert am ent e, ya que la buena
reput ación t iene una gran
im port ancia en la vida de los
I m á ge ne s 3 5 y 3 6 . Las relacio nes decent es se m uest ran co m o hist o rias adolescent es, e incluso las
herm o sas en las que la parej a ado lescent e parece carecer de t o do deseo
sex ual, bast ándo les lo s abrazo s y algún beso cargado de co m pro m iso de t arde
chicas m ás rebeldes se t om an
en t arde. Las im ágenes idílicas que se m uest ran en Young Lov e # 2 8 ( diciem bre m uy en serio no parecer fáciles
1 9 5 1 ) y Hi- Scho o l Ro m ance # 5 ( j unio 1 9 5 0 ) reflej an j ust am ent e esa im agen ( slut s) . No obst ant e, la buena
idílica y , en la práct ica, irreal. reput ación es una cuest ión de
apariencias, por lo que la vida
sexual de una chica con buena reput ación y una con m ala puede ser idént ica[ 4 8 ] . Un ej em plo de
est a necesidad de m ant ener una buena im agen la encont ram os en una cart a enviada por una
lect ora que firm a com o Baffled ( " Desconcert ada" ) :

«Recient em ent e m e he m udado de m i pueblo nat al a una ciudad m ás grande, donde he


conocido a un chico con el que he com enzado a salir. Después de seis m eses se ha ido al
ej ércit o. Ahora, t odos los chicos del inst it ut o parecen conocerm e, incluso gent e con la que
nunca he hablado o ni siquiera he vist o. Siem pre andan hablando de m í ( …) . Em piezo a
odiar ir al inst it ut o. No soy una cualquiera, así que creo que t engo el novio equivocado.
¿Puede decirm e qué hacer?».

Una buena reput ación, un alt o grado de com prom iso, m ucha t ernura y fidelidad t ienen com o
result ado la conquist a del hom bre, da igual que est em os hablando de un cóm ic rom ánt ico o de
avent uras, llevando al final feliz, que es el m at rim onio o, en las hist oriet as de avent uras, donde
no se considera oport uno casar al héroe para no hacerle m adurar a oj os de los lect ores, el
et erno noviazgo que, eso sí, es de suponer que algún día acabará en un feliz m at rim onio
( im ágenes 37 y 38) . Bing Crosby define est e sent im ient o de com prom iso m asculino en su
canción “ Only for Ever” :

«¿Que si quiero est ar cont igo / m ient ras los años van y vienen? / Sólo para siem pre ( …) /
¿Qué si quiero cum plir t odos t us deseos / y est ar orgulloso de ello? / Sólo para siem pre
[ 49]
( ...) » .

I m á ge ne s 3 7 y 3 8 . Muchas hist o riet as t erm inan co n una pro puest a de m at rim o nio , cuando no co n un m at rim o nio feliz y
lleno de dicha, do nde el am o r suplía t o das las carencias. Do s escenas de m at rim o nio s felices ex t raídas de First Lov e
I llust rat ed # 6 ( diciem bre 1 9 4 9 ) y My Secret Lif e # 2 5 ( enero 1 9 5 0 ) .

Por supuest o, hay algunas excepciones a t odo lo que hem os dicho. John Benson, por ej em plo,
ha sacado a la luz m uchas de las hist oriet as rom ánt icas escrit as por el guionist a Dana Dut ch
que, sin rom per t ot alm ent e con los pat rones que hem os vist o, sí que ofrecen una visión m ás
com plej a de los personaj es fem eninos, dándoles m ayor posibilidad de decisión, relegando el
deseo de m at rim onio a un segundo e incluso t ercer lugar, incluso insinuando m uy levem ent e
[ 50]
ciert a sexualidad .

4 .2 . La s m u j e r e s h e r oica s

Adem ás de su papel en las hist oriet as rom ánt icas, el ot ro gran rol que se at ribuyó a las m uj eres
fue el de víct im as. Aunque algunos aficionados y est udiosos pret enden ver en las m uj eres
[ 51]
at adas y encadenadas referencias sadom asoquist as encubiert as , para Dorot a Wisniewska la
m uj er es la víct im a predilect a porque el público sient e m ás m iedo e indefensión al ver al sexo
[ 52]
débil en peligro, y el público m asculino, adem ás, se ident ifica con el héroe salvador . Las

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sit uaciones de peligro t am bién


son ideales para que las
m uj eres decent es se desgarren
la ropa y m uest ren unos
encant os que, de ot ro m odo, ni
los héroes ni el público
m asculino habrían conocido, si
bien est a práct ica varía según
la polít ica de cada edit orial
( im ágenes 39 y 40) .

Generalm ent e, las m uchachas


en apuros ( pues casi siem pre
son chicas j óvenes) logran
sobrevivir en las hist oriet as de
avent ura a t odos los peligros
gracias al héroe, si bien en los
cóm ics de crim en, suspense y
I m á ge ne s 3 9 y 4 0 Algunas edit o riales se lim it aban a em plear a las m uj eres
t error pueden encont rar una
co m o v íct im as, m ient ras que o t ras t am bién em pleaban su cuerpo co m o
m uert e inesperada o reclam o . Capt ain Am erica ( Tim ely Co m ics) y su co m pañero Buck y acuden a
desagradable. Ahora bien, est e salv ar a una m uj er perfect am ent e vest ida, m ient ras que Kaanga ( Fict io n Ho use)
final suele ser aleccionador, de salv a a Ann Maso n, que a la par que se ret uerce no s m uest ra sus curv as.
t al m odo que una chica Capt ain Am erica # 2 3 ( febrero 1 9 4 3 ) y Jungle Com ics # 3 3 ( sept iem bre 1 9 4 2 ) .

decent e rara vez m uere,


m ient ras que una chica que present e una conduct a reprobable t iene m uchas m ás posibilidades
de fallecer. Por ej em plo, en Crim e SuspenSt ories# 23 ( j ulio 1954) encont ram os a Mona, que ha
usado su dinero para com prar a Jerry, el hom bre de sus sueños, que acaba m at ándola para
verse libre de ese m at rim onio que no desea: aunque el asesino acaba siendo capt urado por la
j ust icia, el hecho es que si Mona se hubiese casado con un hom bre que la am ase en lugar de
som et er con el dinero a Jerry, no habría sufrido t an t rágico final. Tam bién la casera solt erona
aparecida en Advent ures I nt o Terror # 9 ( abril 1952) , j ust am ent e por su m anía de m et erse
donde no la llam an y espiar a su nuevo inquilino, acaba desencadenando una serie de
acont ecim ient os que culm inan con su m uert e.

Sin em bargo, la aparición


de Sheena en Jum bo
Com ics # 1 ( sept iem bre
1938) ofrece un nuevo
arquet ipo que rom pe con
el de dam isela en apuros:
el de heroína. Aunque las
heroínas son
relat ivam ent e pocas si las
com param os con la
cant idad de héroes
m asculinos que aparecen
m ensualm ent e, present an
los prim eros personaj es
fem eninos fuert es y
I m á ge ne s 4 1 y 4 2 . Do s ej em plo s de raciones de erot ism o, en Jungle Com ics # 3 3
poderosos, capaces de
( sept iem bre 1 9 4 2 ) y Fight Com ics # 4 2 ( febrero 1 9 4 6 ) , do nde las escenas de acció n luchar o com bat ir en
no so n m ás que una ex cusa para lucir el herm o so cuerpo de la hero ína. igualdad de condiciones
que un hom bre, algo
realm ent e rom pedor. No obst ant e, m uchas edit oriales prefirieren explot ar la sexualidad de est as
heroínas com o gancho para at raer a los lect ores m asculinos. Por ej em plo, Fict ion House suele
pedir a sus dibuj ant es ( da igual su sexo) que incluyan deep sex shot s ( que podríam os t raducir
librem ent e com o raciones de erot ism o) , que no son ot ra cosa que escenas en las que la heroína
m uest ra su exuberant e cuerpo apenas t apado ( im ágenes 41 y 42) ; y aunque hoy día dichas
im ágenes nos pueden result ar cot idianas, en la época at raen poderosam ent e a los lect ores
m asculinos, que las encuent ran picant es y excit ant es, com o reconoce el dibuj ant e George
[ 53]
Evans . Est e t ipo de represent aciones de las heroínas da lugar a lo que, ya en los años
set ent a, se denom ina GoodGirlArt , que se refiere «no a las publicaciones que cont ienen hist orias
de chicas buenas, sino a aquellas que present an ilust raciones de chicas j óvenes y herm osas.
[ 54]
Est as j óvenes solían lucir poca ropa o lucir prendas provocat ivas.» . Com o en el caso de las
víct im as, cada edit orial t iene su propio crit erio a la hora de represent ar a las m uj eres, y
m ient ras algunas apuest an por una im agen provocat iva ot ras prefirieren ot ra m ás conservadora
( im ágenes 43 y 44) , e incluso hubo edit oriales que cam biaron levem ent e la im agen de sus
personaj es fem eninos para hacerlos m ás adecuados a t odos los públicos ( im ágenes 45 y 46) .

I m á ge ne s 4 3 y 4 4 . Do s im ágenes m uy diferent e de la hero ína: Black Cat


Com ics # 1 ( 1 9 4 6 ) y Sun Girl # 1 ( ago st o 1 9 4 8 ) . La prim era m uest ra a un
perso naj e que m uest ra buena part e de su cuerpo y un herm o so esco t e,
m ient ras que la segunda cubre t o do su cuerpo co n un t raj e que, eso sí, es t an
ceñido que no s perm it e o bserv ar claram ent e algunas de sus curv as.

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I m á ge ne s 4 5 y 4 6 . Un m ism o perso naj e po día ser represent ado de m anera


m uy diferent e. Faw cet t Co m ics co m enzó m o st rando a Mary Marv el co m o una
m uj er at ract iv a de piernas herm o sas en Wow Com ics # 1 0 ( febrero 1 9 4 3 ) , pero
co n el t iem po alargó la falda del perso naj e hast a cubrirle las ro dillas y le dio un
ro st ro m ás aniñado , co m o se puede o bserv ar en Mary Marv el # 9 ( febrero
1947).

Un caso curioso es el de Wonder Wom an, creada por el psicólogo William Moult on Marst on y el
dibuj ant e Harry G. Pet er y aparecida en All St ar Com ics # 8 ( diciem bre 1941) . La prem isa de
Marst on es crear un personaj e fem enino at ract ivo y poderoso, pero al m ism o t iem po m enos
violent o y capaz de t ransm it ir un m ensaj e de paz y am or, que el aut or considera inherent e a la
[ 55]
biología fem enina , y que por lo t ant o sigue anclado en los m ism os est ereot ipos sobre la
condición biológica de la m uj er. La originalidad del personaj e reside en que su serie se elabora
pensando en el público fem enino, lo que no sólo aport a un elenco de secundarias m ás rico, sino
que adem ás perm it e m ost rar a una heroína herm osa pero carent e de la carga erót ica que
poseen Sheena o Black Cat ( im agen 47) .

Sin em bargo, a pesar de


cont ener una carga de erot ism o
ost ensiblem ent e m enor, algunos
invest igadores creen ver en sus
avent uras elem ent os alt am ent e
sexuales y fet ichist as, y aún hoy
encont ram os una legión de
aficionados y art iculist as que
repit en dicha idea, sin que ni
unos ni ot ros aport en realm ent e
pruebas m ás allá de algunas
pocas im ágenes
descont ext ualizadas. Por
ej em plo, para el doct or
Wert ham , las hist oriet as de
Wonder Wom an m uest ran «un
odio ext rem o y sádico a t odos
I m a ge n 4 7 . A diferencia de o t ras
los hom bres en un cont ext o
hero ínas, el perso naj e de Wo nder I m a ge n 4 8 . Una de las escenas que,
[ 56]
claram ent e lésbico» . De igual según Wert ham , se pro duce en un
Wo m an no pret ende at raer lect o res
m odo, el dibuj ant e Jim St eranko “ cont ex t o claram ent e lésbico” , co n
co n im ágenes sex ualm ent e
Wo nder Wo m an siendo recibida en su
ex cit ant es, po r lo que lo s dibuj ant es
asegura que las avent uras de lugar de o rigen en Wonder Wom an # 3
no inciden en las curv as del
est a superheroína est án ( febrero - m arz o 1 9 4 3 ) .
perso naj e. Sensat ion Com ics # 8 5
cargadas de elem ent os «psico- ( enero 1 9 4 9 ) .
sexuales que hast a un niño de
diez años podía ent ender», afirm ando que t odas las hist orias acaban con escenas de sum isión
[ 57]
«que com placerían hast a al m ás duro de los seguidores del sadom asoquism o» . Les Daniels
t am bién apoya dicha visión, considerando que el creador de Wonder Wom an «j ugaba con el
subconscient e de los lect ores, usando diversos t ipos de sim bolism o sexual para crear respuest as
[ 58]
em ocionales» . Est as obvias im ágenes de lesbianism o, erot ism o y sadom asoquism o se
pueden observar, según est os aut ores, en num erosas escenas en las que Wonder Wom an
abraza a ot ras m uj eres ( im agen 48) o at a a sus rivales t ant o m asculinos com o fem eninos con
su lazo ( im agen 49) , pero Trina Robbins rebat e est a int erpret ación:

«En veint icinco avent uras de Wonder Wom an de los años cuarent a, he encont rado cinco
escenas en las que Wonder Wom an abrazaba a ot ras m uj eres: en dos ocasiones abrazaba a una
niña pequeña, en ot ra ocasión a una m uj er m oribunda y a su m adre, lo que supongo que puede
[ 59]
considerarse perm isible» .

I m a ge n 4 9 . Últ im as viñet as de una av ent ura de Wonder Wom an # 2 ( inv ierno 1 9 4 2 ) , que según Jim St erank o
“ co m placerían hast a al m ás duro de lo s seguido res del sado m aso quism o ” .

Robbins recuerda, adem ás, que est os abrazos no son m uest ra de un deseo sexual, sino una
m uest ra de afect o que, de hecho, es habit ual ent re m uj eres; y el uso del lazo par a inm ovilizar a
sus enem igos, insist e la aut ora, es part e de la est rat egia del personaj e ( y su aut or) de evit ar la
violencia. De hecho, quienes crit ican a Wonder Wom an suelen olvidar que los m ism os elem ent os
que j uzgan sexuales y erót icos se dan en las publicaciones con héroes m asculinos: Los héroes
suelen m overse en un m undo m ayorm ent e m asculino, donde la única m uj er que suele aparecer
es la novia, a la que el héroe t am poco prest a excesiva at ención, prefiriendo por lo general la

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com pañía de ot ros hom bres. De igual m odo, personaj es com o Bucky, Toro, Capt ain Marvel,
Capt ain Marvel Jr. o Mary Marvel prot agonizan num erosas escenas en las que son at ados e
incluso am ordazados ( sólo en los prim eros t reint a prim eros núm eros de Capt ain Am erica Com ics
encont ram os quince port adas en las que Bucky, el j oven com pañero del héroe, aparece
encadenado o at ado) , pero ningún aut or ha vist o en ello sum isión ni sadom asoquism o [ 6 0 ] . Así, a
pesar de exist ir decenas de heroínas que enseñan sus cuerpos y adopt an post uras que no t ienen
ot ro obj et ivo que excit ar sexualm ent e a los lect ores m asculinos, m uchos t eóricos cent ran sus
crít icas ( y posiblem ent e proyect en sus fant asías) sobre uno de los pocos personaj es fem eninos
que, de hecho, no pret ende excit ar a los lect ores.

4 .3 . La s m u j e r e s m a lva da s

Opuest as a las m uj eres


decent es encont ram os a las
m alvadas, aquellas que
at ent an cont ra los valores y
norm as de la sociedad. Acorde
a Luis Gasca y Rom án Gubern,
la apariencia de los personaj es
de cóm ic suele ser un reflej o
de su int erior [ 6 1 ] , por lo que
no es de ext rañar que una de
las caract eríst icas de las
villanas sea una gran belleza,
si bien fría, carent e de la
calidez y el am or que se
at ribuyen a las m uj eres
I m a ge n 5 1 . La cam isa abiert a de decent es ( im agen 50) . De
Valk y rie, sus pant alo nes y bo t as
I m a ge n 5 0 . El ro st ro frío y la t ranquilidad co n de ho m bre, su ro st ro indiferent e
igual m odo, según William C.
que el perso naj e de Gay se m uev e envuelt a ant e el sufrim ient o del héro e y el Cline, los villanos han de
en ro pa int erio r, a pesar de est ar ant e un hecho de so st ener un arm a de m ost rar físicam ent e su
ho m bre, no s dej an v er que no s enco nt ram o s fuego ( que es un art ilugio
depravación [ 6 2 ] , lo que en el
ant e un perso naj e de m o ral cuest io nable. relacio nado co n lo m asculino ) no s
Jum bo Com ics # 8 3 ( enero 1 9 4 6 ) . m uest ran claram ent e que es una caso de las m uj eres m alvadas
v illana. Air Fight ers Com ics # 2 va a explicar una vest im ent a
( no v iem bre 1 9 4 3 ) . provocat iva y m uy sexual que
las hace m uy deseables, pero,
al m ism o t iem po, las m arca com o m uj eres de m oral cuest ionable ( im agen 51) .

Adem ás de est as caract eríst icas, la m uj er m alvada t am bién puede ser t rem endam ent e
divert ida, experim ent ada y ast ut a. Delant e de los hom bres a los que quisiera conquist ar finge
ser dulce y delicada, result ando m ucho m ás int eresant e que cualquier m uj er decent e, t al y
com o describe en uno de sus relat os el escrit or Russ West :

«Ham lin ( …) est aba ent ret eniendo a un puñado de preciosidades. Eran las t ípicas fem m e de j oie
e hij as del pecado. Una llevaba la rendij a de la falda t an arriba que Ferdinand pudo ver no sólo
los lím it es de sus vaporosas m edias, sino t am bién largos cent ím et ros de piel fem enina donde
sus blancas curvas daban paso a una part e m ás ínt im a. Sus pechos, sólo cubiert os por su
brillant e e increíblem ent e pequeño corpiño, eran com o calabazas perfect am ent e m oldeadas y
cuidadosam ent e blanqueadas salpicadas de coral. Sus labios roj o dam asco se m ovían con frases
ardient es, posiblem ent e halagadoras; sus oj os encendidos de pasión brillaban t enuem ent e,
[ 63]
rendidos y suplicant es ( …) » .

Lo que im pulsa a act uar a una m uj er m alvada puede variar enorm em ent e, aunque en general
carecen de la int eligencia necesaria para t razar grandes planes, conform ándose en ocasiones
con pequeños crím enes com o robar j oyas o perfum es o seducir a un hom bre com prom et ido,
com o vem os hacer a Cat wom an en Bat m an # 1 ( prim avera 1940) , Lavender en Capt ain Am erica
# 66 ( abril 1948) o Madam Sat an en Pep Com ics # 18 ( agost o 1941) , respect ivam ent e. Cuando
part icipan en planes m ás am biciosos, com o dom inar el m undo o com et er crím enes a m ayor
escala, lo hacen baj o el m ando de algún villano m asculino, m ás int eligent e, com o es el caso de
personaj es com o Black Widow en Myst ic Com ics # 4 ( agost o 1940) , que t rabaj a para el propio
diablo, o la ya m encionada Valkyrie, Air Fight ers Com ics # 2 ( noviem bre 1943) , que t rabaj a para
los nazis.

En cualquier caso, independient em ent e de cuál sea su


obj et ivo, la m uj er m alvada result a peligrosa para los
hom bres, a los que at rapa en sus redes y m anej a a
volunt ad. Para ello ut iliza t odo t ipo de art im añas, en
ocasiones drogas, hipnosis y bruj ería, pero sobre t odo
m ent iras ( im agen 52) y su propia sexualidad
desbordant e. Est e uso de su sexualidad le perm it e
at raer a los hom bres y com pet ir con las m uj eres
decent es, ofreciendo j ust am ent e lo que una dam a
j am ás acept aría dar. Así describe la novelist a Fannie
Hurst la act it ud y sexualidad de una j oven que decide
rom per las norm as de conduct a para obt ener el int erés
de los hom bres:

«A Ray siem pre la acariciaban por debaj o de las


m esas. Hast a donde podía recordar, prim ero
cuando era niña y luego cuando com enzó a
hacerse una m uj er ( …) los chicos siem pre la
habían acariciado y la habían abrazado en busca
de besos. Los roces no eran desagradables,
part icularm ent e si se producían en la t arde,
cuando los chicos abandonaban la cruda realidad I m a ge n 5 2 . La m uj er fat al seduce al héro e a
y se sum ergían en la oquedad de los t úneles de sabiendas de que su pro m et ida le est á m irando
t erciopelo de Cincinnat i ( …) “ Ray dej a que los en Flam ing Lov e # 1 ( diciem bre 1 9 4 9 ) . Para el
chicos se aprovechen de ella” , decían ho m bre es m uy difícil resist irse a lo s encant o s
de una m uj er, po r lo que una m uj er m alv ada es
acusadoram ent e en [ su barrio] . De hecho no era una am enaz a no só lo para sus v íct im as,

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ext raño, m ás bien t odo lo cont rario, verla a los t am bién para las dem ás m uj eres.
quince años en las escaleras que daban acceso a
[ 64]
su casa, acom pañada de dos, t res y, en ocasiones, un solo chico» .

La m uj er m alvada hace que los am igos discut an y que los hom bres desat iendan sus
responsabilidades, com o descubre el sidekick de Capt ain Am erica cuando su m ent or cae r endido
a los pies de una villana en Capt ain Am erica # 65 ( enero 1948) , o Airboy cuando el hij o de un
buen am igo discut e con su padre a causa de una delincuent e que él ha seducido en Airboy
Com ics s/ n ( noviem bre 1948) . Est e dom inio sobre los hom bres hace que, incluso cuando ést os
son conscient es de la corrupción m oral de su com pañera, no sean capaces de rom per sus lazos
con ella, t al y com o nos narra Dashiell Ham m et : «[ El dinero] la vuelve loca, desde luego, pero
por algún m ot ivo a uno no le im port a. Es t an int eresada, t an sinceram ent e m et alizada, que no
result a nada desagradable» [ 6 5 ] . No obst ant e, est o acaba conduciendo a la dest rucción de los
hom bres, t ant o m oral com o económ icam ent e, com o se nos m uest ra en la película La j ungla de
asfalt o:

«–Me dij eron que est á arruinado.


–¿Est ás loco? Le he vist o llevar el negocio durant e veint e años ( ...) Tiene dos casas,
cuat ro coches y m edia docena de criados...
[ 66]
–Y una rubia» .

Por lo t ant o, los hom bres han de saber com port arse ant e una m uj er ( im agen 53) , com o ya
vim os que hacía Andy Har dy en la película Life Begings for Andy Hardy,o com o el duro det ect ive
Mike Ham m er, que sabe esperar cuando considera que una chica vale la pena:

«Charlot t e despegó sus labios de los m íos y se abandonó, exánim e, ent re m is brazos ( …) .
–Mike –balbució–, t engo necesidad de t i.
–No –respondí.
–Por favor, por favor…
–No puede ser.
–Pero, ¿por qué no, Mike? ¿Por qué no?
–Porque hay cosas bellas que no deben ser est ropeadas así. Para t odo habrá t iem po; pero
[ 67]
debe ser com o Dios m anda» .

I m a ge n 5 3 . Cat w o m an pro po ne a Bat m an una alianz a para co nv ert irse en “ ¡Rey y reina del crim en! ” , co sa que el seño r
de la no che rechaza a pesar de reco no cer que la pro puest a le result a “ t ent ado ra” . Bat m an # 1 ( prim av era 1 9 4 0 ) .

Aunque la m uj er m alvada posee una vida excit ant e, con una legión de hom bres a sus pies,
riquezas e independencia, al final los hom bres la acaban abandonando o evit ando, t al y com o
recuerda una canción del grupo The Four Seasons:

«Adiós, nena, est o no es un hast a luego. / Voy a seguir con m i vida. / Pront o com enzarás
[ 68]
a llorar a causa de t us m ent iras. / Oh sí, m ira quién se ríe ahora» .

Com o la m uj er m alvada no encuent ra a ningún hom bre que la quiera, acaba sola,
convirt iéndose en una am argada e incluso en una dem ent e. Est e final no suele m ost rarse en los
cóm ics, pero se observa en el rest o de la cult ura popular. Por ej em plo, así define el novelist a
Pat Frank la m onót ona y t rist e vida de una m uj er que no encuent ra m arido:

«Florence ( …) no t enía fam iliares cercanos y se acercaba a una edad en la que una
persona razonable no podía esperar una propuest a de m at rim onio ( …) Su vida ent era
est aba cent rada en la oficina ( …) Solía llegar un poco ant es de lo necesario. A m edia
m añana, m aldecía el descenso de t r abaj o, que finalm ent e acababa a las cinco. A part ir de
las cinco, nada la esperaba en casa, salvo sus páj aros, un pez t ropical y sus viaj es
indirect os a siglos m ás rom ánt icos, a los que accedía a t ravés de las novelas
hist óricas» [ 6 9 ] .

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I m a ge n 5 4 . Las m uj eres crim inales suelen enco nt rar un final so lit ario , ya sea m uriendo , ya sea dando co n sus hueso s
en prisió n, do nde env ej ecerán sin enco nt rar a un ho m bre que las despo se. All- True Crim e # 3 1 ( enero 1 9 4 9 ) . I m a ge n
5 5 ( de re cha ) . Valk yrie no puede resist irse al buen co razó n de Airbo y , enam o rándo se de él y uniéndo se al bando aliado .
Air Fizght ers Com ics # 2 ( no v iem bre 1 9 4 3 ) .

Ot ro novelist a, Frank G. Slaught er, especializado en dram as m édicos, describe así a un


personaj e ant ipát ico que t am poco ha encont rado el am or: «Em ily Sloane, la j efa de las
enferm eras de la sección de cirugía, [ era] una am argada solt erona que t enía ideas m uy
[ 70]
concret as sobre la disciplina» . I ncluso Agat ha Christ ie m uest ra la visión cruel que los
hom bres t ienen de las m uj eres solt eras que alcanzaban ciert a edad: «Me par ece que est a m uj er
est á loca de at ar. Muchas solt eronas t erm inan igual. No quiero decir con est o que les dé por el
[ 71]
asesinat o en serie, pero les funciona m al la cabeza» . Por lo t ant o, las m uj eres m alvadas
pueden disfrut ar algunos años de la gloria que les ofrece su belleza, pero cuando dicha belleza
decline o sus engaños sean descubiert os, acabarán solas ( im agen 54) .

No obst ant e, a las m uj eres m alvadas se les perm it e t om ar el cam ino de la redención y rom per
con su pasado crim inal. Cuando una m uj er decide redim irse, eso sí, no lo hace t ant o debido a
m ot ivos ideológicos ( es decir, no hay una int rospección que le haga com prender que se ha
port ado m al) com o por el am or que sient e hacia algún hom bre decent e, generalm ent e el héroe
( im agen 55) . Sólo reform ándose, la m uj er m alvada puede aspirar a conquist ar el corazón de un
hom bre decent e, aunque el cam ino que ha de seguir es largo, m as vale la pena, porque a part ir
de ese m om ent o los hom bres la t rat arán con respet o y, finalm ent e, su am or será correspondido
y podrá realizarse com o m uj er.

La reform a de la m uj er m alvada suele venir acom pañada de un im port ant e cam bio en su
represent ación, perdiendo la frialdad que la caract erizaba y m ost rándose sum isa a los deseos
del héroe. No obst ant e, la villana reform ada sigue siendo m uy erót ica, con la diferencia de que
su sexualidad se som et e a los deseos de su am ado, por lo que ya no la em plea librem ent e para
dom inar a los hom bres ( im agen 56) .

Sin em bargo, en una indust ria t an dom inada por las fórm ulas com o la del com ic book de los
años cuarent a y cincuent a, algunos aut ores no se at reven a prescindir de sus villanas y del
poderoso at ract ivo erót ico que despiert an en los lect ores, por lo que prefieren convert irlas en
personaj es am biguos que lo m ism o ayudan al héroe que se em barcaban en una cruzada
crim inal ( ilust ración 57) .

I m a ge n 5 7 . Cat w o m an es una de las


I m a ge n 5 6 . Nó t ese la diferencia ent re est a im agen de v illanas preferidas de lo s lect o res, co m o
Valk y rie de Air Fight ers Com ics # 7 ( abril 1 9 4 4 ) y la dem uest ran sus num ero sas aparicio nes
aparecida en la im agen 5 1 . Aquí, Valk y rie sigue siendo a lo largo de lo s año s cuarent a y
at ract iv a y t eniendo éxit o ent re lo s ho m bres, pero su cincuent a. Para po der seguir j ugando
ro st ro es m ás dulce, sus sím bo lo s de po der m asculino co n su at racció n hacia el ho m bre
han desaparecido ( llev a un t raj e en lugar de pant alo nes y m urciélago pero , al m ism o t iem po ,
no v a arm ada) y se ex cusa ant e lo s ho m bres diciendo : po der em plearla co m o v illana, lo s
“ Mi prim er baile est á reserv ado ...” , m o st rando así su aut o res o pt aro n po r co nv ert irla en un
co m pro m iso y so m et im ient o hacia Airbo y . perso naj e am biguo que siem pre est aba
a un paso de la salv ació n o de la
co ndenació n. Bat m an # 6 5 ( j unio - j ulio
1951)

4 .4 . La s j óve n e s in e x pe r t a s

A lo largo de los años cuarent a, según se hace evident e que los j óvenes t ienen sus propios
espacios en los que pueden disfrut ar en m ayor o m enor grado de su sexualidad, se van
m ult iplicando los docum ent ales en los que se busca inst ruir a los m ás j óvenes sobre cóm o
com port arse en una cit a, cóm o ser popular y aun así m ant ener la buena fam a, la m anera de
[ 72]
hacer una fiest a o incluso cóm o saber si se est á realm ent e enam orado En los com ic
books,est e deseo de educar se ve reflej ado en el arquet ipo de las j óvenes inexpert as,

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m uchachas que com ienzan a t ener cit as pero que, ya sea por su falt a de experiencia o por su
deseo de nuevas vivencias, am enazan con rom per las convenciones sociales y convert irse en
m uj eres m alvadas. Así, a t ravés de est as hist oriet as que casi siem pre prot agonizan m uj eres ( de
ahí que aparezcan principalm ent e en los t ít ulos rom ánt icos) , los lect ores y las lect oras aprenden
qué com port am ient os son correct os, cuáles no, y las consecuencias que acarr ean.
Obviam ent e, una de las lecciones m ás im port ant es que se int ent a enseñar es la del cont rol de la
sexualidad. La aut ocont ención es m uy im port ant e, pues si una chica j oven se dej a llevar por sus
pasiones, puede acabar t eniendo problem as:

«I ncluso ant es de llegar a la universidad, ya había decidido que la vida era para
disfrut arse... ¡y la j oven sangre que hierve en m is venas iba a obt ener las em ociones que
ansiaba! ( …) Ent regaba m is besos alegrem ent e... ¡y por t odo el cam pus SE COMENTABA
[ 73]
QUE YO ERA FÁCI L! » .

Las m uj er es que disfrut an librem ent e de su


sexualidad son represent adas, adem ás, com o
personas egoíst as y envidiosas que no t ienen en
cuent a los sent im ient os de los dem ás, no les
im port a robarles la parej a a sus am igas o incluso
herm anas, y en realidad no saben lo que
significaba el am or ( im ágenes 58 y 59) .

Aunque el t em a de la sexualidad es uno de los


m ás represent ados, t am bién encont ram os
advert encias sobre las cazadoras de fort una, com o
m uest ra la hist oriet a “ I Spelled KI $$E$ t he Wrong
Way” en Diary Secret s # 10 ( febrero 1952) ; los
peligros que afront a una chica que se cree
independient e y quisiera vivir sola, com o se vería
en “ Your Own Apart m ent ! ” , aparecido en Young
Rom ance # 40 ( diciem bre 1951) , y la necesidad de
evit ar los celos excesivos, com o en la t rágica
avent ura “ We Bot h Loved Jerry” en Girl
Confessions # 10 ( sept iem bre 1952) . La m ayoría
de est os cóm ics t erm inan con un final feliz, en el
que la m uchacha aprende una im port ant e lección
y acaba en brazos del chico am ado, aunque
t am poco falt an las ocasiones donde se m uest ra un
final t rágico en el que la m uchacha acaba sola. I m á ge ne s 5 8 y 5 9 . En la hist o ria de t erro r “ The Mad
Mam ba” enco nt ram o s a Lo la Brit t o n, cuy a env idia
I ncluso las j óvenes que se com port an de form a hacia su riv al Jo lie Mart in le im pide v er sus pro pio s
decent e y poseen una buena reput ación pueden t alent o s y v irt udes. En la hist o riet a “ Reck less Lo v e
Alm o st Ruined My Reput at io n” no s enco nt ram o s a
verse t ent adas por sueños alocados o am ores Anne, una j o v en cuy a falda co rt a no s m uest ra su
int ensos hacia algún chico adult o o m ist erioso. Ése friv o lidad y su ex cesiv a sex ualidad, que co nt rast a co n
es el caso de Judy Fost er en la película A Dat e wit h la falda larga de su am iga. Adv ent ures I nt o Weird
Judy, que dej a a un lado a su vecino Oogie Pringle Worlds # 2 5 ( enero 1 9 5 4 ) y Teen- Age Rom ances # 1 0
( j unio 1 9 5 0 ) .
( que se puede considerar su novio, aunque nunca
se hayan besado) cuando conoce a un at ract ivo
universit ario varios años m ayor que
[ 74]
ella .Obviam ent e, est o es m enos not orio en las
publicaciones de avent uras, donde el héroe es un
ej em plo de m asculinidad y caballerosidad, pero sí
que lo vem os de m anera bast ant e frecuent e en los
cóm ics hum oríst icos y, sobre t odo, en los
rom ánt icos ( im ágenes 60 y 61) . Sin em bargo, la
cult ura popular prom ueve las relaciones de am or
con las personas cercanas a las que se conoce de
t oda la vida, t al y com o se m uest ra en el relat o
“ Disappearence” :

«Alderdale... t an sólo una pequeña


población de I llinois, no m uy diferent e de
t odas las ot ras pequeñas poblaciones
disem inadas a lo largo y ancho del cam po.
Él y Vickie habían nacido en Alderdale.
Habían crecido j unt os, habían acudido al
m ism o inst it ut o. Habían ido a las m ism as
fiest as, picnics y bailes j unt os. Sim plem ent e
era nat ural que finalm ent e acabasen
[ 75]
casándose» .

Por lo general, la m uchacha que abandona a su novio por un chico nuevo y excit ant e acaba
descubriendo que se ha equivocado, ya sea porque se arrepient e o porque el chico m ist erioso
dem uest ra que no t enía int erés en convert irla en una m uj er decent e. Así, por ej em plo, t ras
rom per con su novio de t oda la vida, la prot agonist a de Diary of Secret s # 22 ( febrero 1952)
habla al chico m ist erioso y adinerado de los planes de fut uro que ella ha t razado para am bos, a
lo que él:

«Qué es eso de... n u e st r o fut uro? ( …) Si est ás pensando en m at rim onio, ¡olvídalo! Mis
coches deport ivos son m ás caros que una esposa, ¡pero dan m enos problem as! ¡No quiero
ninguna cadena at ada a m i cuello! ».

De igual m odo, la prot agonist a de una de las hist oriet as aparecidas en Venus # 9 ( m ayo 1950)
descubre dem asiado t arde que la pasión y el m ist erio t ienen una vida m uy breve:

«Sí, fue un encuent ro repent ino, una am ist ad repent ina, un noviazgo repent ino y... ¡un
m at rim onio repent ino! En un m es, m e había convert ido en la señora de Hal Bennet t , ¡y en
la m uj er m ás feliz del m undo! Vi [ a m i ant iguo novio, Lest er] en la cerem onia ( …) pobre

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chico sin chispa... no podría haberm e casado con él... ¡sim plem ent e no t enía el suficient e
glam our! Nuest ro m at rim onio fue com o nuest ro noviazgo: excit ant e, em ocionant e,
apasionado... alocado, divert ido, feliz, rom ánt ico y... ¡BREVE! Un m es después, m e
encont ré sola en casa... sola con m is lágrim as... y m i t rist eza... ¡y m i arrepent im ient o!
Sola con el conocim ient o de que m e había casado con un hom bre con el que no t enía
nada en com ún: ¡un hom bre al que apenas conocía! ¡Así que hoy he vuelt o [ a m i ciudad] !
En seis sem anas est aré divorciada... ¡una m ás en la t rágica legión de m uj eres que han
com et ido un error! ¡Muj eres que t ienen que volver a em pezar! Quizás, si t engo suert e,
Lest er Dowd, el hom br e aut ént ico, genuino y decent e con el que debería haberm e casado,
m e est ará esperando... pero si no, al m enos, he aprendido una dura lección... ¡y espero
ser una m ej or persona gracias a ella! ».

La chica debe reconocer ent onces su error, volver con la cabeza baj a a su ant iguo novio y pedir
perdón, com o t am bién sucede en Fist Loved I llust rat ed # 64 ( m ayo 1954) : «¿Cóm o he podido
ser t an idiot a? St an, querido St an... ¡Si t an sólo m e dieses ot ra oport unidad! ». Por supuest o, a
la chica ni se le ocurre seguir adelant e con su vida y conocer a ot ros hom bres, m enos aún
quedarse solt era.

5 . CON CLUSI ON ES: EROTI SM O Y REPROD UCCI ÓN SOCI AL

Aunque la sexualidad y la represent ación de


las m uj eres en el com ic book est adounidense
de la edad dorada ha int eresado a diversos
erudit os y expert os, la ausencia de un m ét odo
de t rabaj o ha llevado a form ular conclusiones
erróneas, const ruidas sobre un puñado de
im ágenes sacadas de cont ext o o sobre
int erpret aciones que t ienen m ás que ver con
los deseos y fant asías de quienes las form ulan
que con la realidad.

En prim er lugar, ant es de sum ergirnos en los


personaj es fem eninos, lo que hem os de hacer
es com prender el cont ext o en el que son
producidos y el público al que llegan. Así, ent re
1935 y 1954 encont ram os una indust ria que
no para de crecer, por lo que se van
art iculando una serie de m ecanism os que
favorecen el t rabaj o en cadena, la repet ición
de géneros ya acept ados por el público, el
em pleo de est ereot ipos fácilm ent e reconocibles
y el em pleo de fórm ulas fij as que lim it an
ost ensiblem ent e la creat ividad de los aut ores.
Por lo t ant o, los aut ores de las hist oriet as
beben de la cult ura popular que conocen,
repit iendo aspect os que previam ent e han vist o
y asim ilado en la lit erat ura, el cine, la radio y,
I m á ge ne s 6 0 y 6 1 . El deseo de relacio narse co n ho m bres ya en los años cincuent a, la t elevisión. Por lo
m ist erio so s o adult o s hace que las j ó v enes ado lescent es, t ant o, a pesar de no ser plenam ent e
siem pre represent adas co m o inco nst ant es y alo cadas,
conscient es de ello, los aut ores y edit ores
dej en de lado a lo s chico s que realm ent e las am an y
respet an. Diary Secret s # 2 2 ( febrero 1 9 5 2 ) y Miss Am erica favorecen la repet ición de los valores que
Magazine # 1 ( no v iem bre 1 9 4 4 ) . predom inan en su época, y que son
claram ent e pat riarcales.

Sin em bargo, a diferencia de los ot ros m edios


de m asas, los com ic books carecen de un
sist em a de aut or regulación de sus cont enidos,
por lo que algunas edit oriales no dudan en
buscar ganchos para aum ent ar las vent as, ya
sea a t ravés del aum ent o del nivel de violencia
o de erot ism o. Pero com o ya indicábam os al
principio de est e t ext o, una indust ria
cont rolada por hom bres y en una sociedad
pat riarcal t iende a reflej ar sus propios
int ereses, por lo que ese erot ism o va a ir
dirigido a sat isfacer al público m asculino y
het erosexual, algo que, por ot ro lado, era
habit ual en el cont ext o de una cult ura popular
en la que vam os a encont rar m ás
prot agonist as m asculinos que fem eninos,
[ 76]
aunque los públicos de am bos sexos sean casi idént icos en núm ero .

Pero independient em ent e de que se em plee m ás o m enos la figura fem enina com o reclam o, las
viñet as enseñan t ant o a los lect ores com o a las lect oras una serie de lecciones sobre la sociedad
en la que viven. En nuest ro caso, la lección m ás im port ant e es la de la división de las m uj eres
en dos am plios cam pos, las buenas y las m alas, aquellas con las que un hom bre desea casarse
y aquellas con las que un hom bre sólo debe divert irse. I ndudablem ent e, la figura de la m alvada
es m ucho m ás at ract iva para una lect ora que la de la m uj er decent e, pues la prim era disfrut a de
su sexualidad, rom pe con su som et im ient o y obt iene riquezas, m ient ras que la segunda apenas
consigue at raer la at ención del héroe, t iene un novio aburrido y debe reprim ir sus deseos
sexuales; por t odo ello, las hist oriet as hacen hincapié en lo t rágica que acaba result ando la vida
de la m uj er m alvada, frent e al t riunfo final de la m uj er decent e. ¿Pero qué diferencia a una
m uj er decent e de una m alvada? Más allá de su belleza, frialdad y obj et ivos, lo que realm ent e
diferencia a una de ot ra es el uso que hacen de su sexualidad: las m uj eres decent es son
víct im as de su sexualidad, pues no sólo no pueden ceder al deseo propio, sino que adem ás
deben sufrir la insist encia de sus cit as y parej as; por el cont rario, las m uj er m alvadas dom inan
su sexualidad y conviert en a los hom bres en víct im as de ella. El problem a de la m uj er m alvada

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no es, por lo t ant o, solam ent e que subviert a el orden est ablecido ( “ los hom bres dom inan a las
m uj eres” ) , sino que su egoísm o la puede llevar a int erferir con ot ras relaciones. Por ello, la
m uj er m alvada que se quiera redim ir debe som et erse a ot ro hom bre, de t al m odo que aunque
siga m ant eniendo una vida sexual act iva, al m enos se rest ablezca el dom inio del hom bre sobre
la m uj er y ést a no vuelva a represent ar una am enaza para ot ras parej as. Por ello, aunque
algunos cóm ics t engan una m ayor carga erót ica que ot ros, en el fondo se da el m ism o m ensaj e:
a las m uj eres se les enseña a reprim ir sus deseos y el de sus parej as, m ient ras que a los
hom bres, si bien se les excit a con im ágenes de m uj eres herm osas y poco vest idas, se les
inst ruye para que desconfíen de las m uj eres que son dem asiado fáciles; se crea así la im agen
de la m uj er cast a, y por lo t ant o decent e, con la que hay que com prom et erse, y de la fácil, y en
consecuencia m alvada, con la que sólo hay que divert irse.

A part ir de 1955, cuando se regulan las publicaciones con un código de conduct a, el fin del
erot ism o no va a significar el final de dicho m ensaj e pat riarcal, ant es t odo lo cont rario. En una
sociedad com o la de principios de los años cincuent a, en la que las m uj eres cada vez pasan m ás
t iem po fuera del hogar ( prim ero inst ruyéndose, luego t rabaj ando en em pleos rem unerados) [ 7 7 ]
se refuerza un m ensaj e hogareño, que excluye de las hist oriet as rom ánt icas cualquier t ipo de
rupt ura con los pat rones m orales, que a fin de cuent as eran la únicas que m ost raban a m uj eres
haciendo uso libre de su sexualidad, y conviert e el noviazgo decent e y el m at rim onio en el t em a
cent ral de práct icam ent e t odas las hist oriet as. Así, si hast a 1954 encont ram os un m ensaj e que
t iende a reprim ir la sexualidad libre de las m uj eres, a part ir de 1955 dicha sexualidad es
t ot alm ent e borrada de las hist oriet as dirigidas principalm ent e a m uj eres, y aparece m ucho m ás
diluida en aquellas que t ienen com o público pot encial a hom bres.

Ahora bien, ¿hast a qué punt o cala est e m ensaj e en los públicos? Para Hans- Georg Gadam er, el
recept or o recept ora de una obra no es un suj et o pasivo que acept a m ansam ent e lo que se le
est á diciendo, sino que, m uy por el cont rario, est ablece un diálogo con la obra y puede t om ar
sólo algunos elem ent os de la m ism a, o incluso reint erpret ar com plet am ent e el m ensaj e que
recibe, ot orgándole así un significado nuevo [ 7 8 ] . Pongam os por ej em plo las hist oriet as de
avent uras prot agonizadas por m uj eres erót icas, t eóricam ent e dirigidas a un público m asculino,
pero que igualm ent e at raen a lect oras, pues son t an escasas las narraciones prot agonizadas por
m uj eres que las lect oras no dudan en seguir cualquiera que se publique, por irreales que sean
las m uj eres que aparezcan represent adas[ 7 9 ] : así, m ient ras un lect or puede obt ener con una
avent ura de Sheena una fant asía erót ica, una lect ora puede encont rar en la m ism a hist oriet a un
m odelo de m uj er independient e y fuert e. El propio hecho de que m uchas parej as adolescent es
t engan una vida sexual, aunque ést a no pase en m uchas ocasiones de besos y caricias, nos
m uest ra que m uchos lect ores y m uchas lect oras logran adapt ar el m ensaj e que lanzan los
cóm ics en part icular, y la cult ura popular en general, creando así una doble m oral en la que en
el ent orno de la parej a se disfrut a de la sexualidad, m ient ras que en el ent orno fam iliar y
público se defienden los valores que fom ent a la sociedad; surge así la reput ación, que no se
basa en lo que una persona hace, sino en lo que los dem ás creen que esa persona hace.

En resum idas cuent as, los com ic books publicados ent re 1935 y 1954 m uest ran un m undo
donde predom inan los valores pat riarcales, obviam ent e en la represent ación que se hace del
cuerpo de las m uj eres, pero t am bién a t ravés de los usos y cost um bres relat ivos a la
sexualidad. Por lo t ant o, el fin de las r epresent aciones erót icas no será el final de dicho m ensaj e
pat riarcal, pues se refuerzan los cont enidos que ensalzan la concepción t radicional del
m at rim onio ( het erosexual, m onógam o, con finalidad procreadora e indisoluble) . No obst ant e,
dicho m ensaj e no condiciona de form a definit iva la act it ud de las personas en su vida privada,
aunque sí que apunt ala dichos valores en la esfera pública.

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NOTAS

[1]
Para una interpretación queer de Batman y Robin léase CEBALLOS MUÑOZ, Alfonso, y ARAGÓN VARO,
Asunción: "Mis héroes ya no son lo que eran. Una lectura queer de Batman y Xena, la princesa guerrera", en
ESTÉVEZ SAÁ, José Manuel et al. (Eds.): Sociedades y Culturas: Nuevas formas de aproximación literaria y
cultural, Sevilla, Universidad de Sevilla, Publicaciones y Recursos Audiovisuales y SELICUP, 2004.
[2]
BRONFENBRENNER, Urie: La ecología del desarrollo humano, Barcelona, Paidos, 1987, pp. 41-45.
[ 3]
STOREY, John: Cultural Studies and the Study of popular Culture, Athens (EE UU), The University of
Georgia Press, 2003, pp. 5-6.
[4]
MARSHMENT, Margaret: “The Picture is Political: Representation of Women in Contemporary Popular
Culture”, en ROBI NSON, Victoria, y RICHARDSON, Diane (coords.): Introducing Women's Studies, Houndmillis
(EE UU) y Londres (Reino Unido), MacMillan Press, 1997, p. 125.
[5]
PETERSON, R. A.: “Five Constraints of The Production of Culture: Law, Technology, Market, Organizational
Structure and Occupational Careers”, Journal of Popular Culture, Vol. 16 Nº 2, Wilmington (EE UU), Wiley
Periodicals, 1982, p. 143.
[6]
DANI ELS, Les: DC Comics, a Celebration of the World's Favorite Comic Book Heroes, Nueva York (EE UU),
Billboard Books, 2003, p. 14; y SABI N, Roger: Comics, Comix, & Graphics Novels, Londres (Reino Unido)
Inglaterra, Phaidon Press Limited, 1996, p. 35.
[7]
RODRÍGUEZ MORENO, José Joaquín: Los cómics de la Segunda Guerra Mundial: Producción y mensaje en
la editorial Timely (1939-1945) , Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, 2010, pp. 54-56,
78-79.
[8]
GUBERN, Román: El lenguaje de los cómics, Barcelona, Península, 1972, p. 8.
[9]
Lloyd Jacket citado en SIMON, Joe, y SIMON, Jim: Comic Book Maker, Lebanon (EE UU), Vanguard
Productions, 2003, pp. 26 y 27.
[ 10] “An Interview with Irwin Stein”, I rwin Stein entrevistado por John Benson en BENSON, John: Confessions,
Romances, Secrets, and Temptations. Archer St. John and the St. John Romance Comics, Seattle (EE UU),
Fantagraphics Books, 2007, pp. 15-16.
[11]
ROBBINS, Trina: The Great Women Superheroes, Northampton (EE UU), Kitchen Sink Press, 1996, pp. 26,
29.
[12]
RODRÍGUEZ MORENO, op. cit., p. 57.
[13]
“C. C. Beck”, C. C. Beck entrevistado por Tom Heintjes en Hogan’s Alley, consultado el 4 de abril de 2010,
< http:/ / www.cagle.msnbc.com/ hogan/ interviews/ beck/ home.asp> .
[ 14] WRIGHT, Bradford W.: Comic Book Nation: The Transformation of Youth Culture in America, Baltimore
(EE UU) The Johns Hopkins University Press, 2003, p. 6.
[15]
“Origins of the Golden Age: Sheldon Mayer”, Sheldon Mayer entrevistado por Anthony Tollin en Amazing
World # 5, Nueva York (EE UU), DC Comics, Marzo-Abril 1975, p. 6.
[16]
NYBERG, Amy Kiste: Seal of Approval. The History of the Comics Code, Jackson (EE UU), University of
Mississippi, 1998, p.19.
[17]
Ibídem, pp. 144-145.
[ 18]
WRI GHT, op. cit., pp. 98-99.
[ 19]
NYBERG, op. cit., p. 23.
[20]
Ibídem, p. 165.
[21]
WRIGHT, op. cit., p. 102, y NYBERG, op. cit., p. 35.
[22]
NYBERG, op. cit., pp. 166-169.
[23]
GOULART, Ron: Comic Book Culture. An Illustrated History, Portland (EE UU), Collector Press, 2000, pp.
181-182.
[24]
Cabe destacar como excepción la serie Little Nemo, de Windsor McCay, que si bien empezó como una
historia humorística, pronto desarrolló un universo de aventuras nunca antes visto en las páginas de la
prensa. La serie se editó originalmente entre 1905 y 1914, y aún hoy día se reedita.
[25]
DÍ EZ ESPI NOSA, José Ramón: El desempleo de masas en la Gran Depresión: Palabras, imágenes, sonidos,
Valladolid, Universidad de Valladolid, 2006, p. 17.
[26]
FEIFFER, Jules: The Great Comic Books Heroes, Seattle (EE UU), Fantagraphics Books, 2003, p. 15.
[27] PALLADINO, Grace: Teenagers. An American History, Nueva York (EE UU), Basic Books, 1996, pp. 45-46.
[28]
Ibídem, p. 118.
[ 29]
NASH, I lana: American Sweetheart. Teenage Girls in Twentieth-Century Popular Culture, Bloomington (EE
UU), I ndiana University Press, 2006, p. 131.
[ 30]
RODRÍ GUEZ MORENO, José Joaquín: “La guerra de las bestias. Una lectura de los Estados Unidos en la

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Segunda Guerra Mundial a través de los cómics de animales”, en MORGADO GARCÍA, Arturo, y RODRÍGUEZ
MORENO, José Joaquín (Eds.): Los animales en la historia y la cultura, Cádiz, Servicio de Publicaciones de la
Universidad de Cádiz, 2011, pp. 228-229.
[ 31]
McKNIGHT-TRONTZ, Jennifer: The Look of Love. The Art of the Romance Novel, Nueva York (EE UU),
Princeton Architectural Press, 2002, p. 35.
[ 32]
“More Than Your Average Joe”, Joe Simon entrevistado por Mark Evanier en: Jack Kirby Collector # 25, EE
UU, TwoMorrows, subido en agosto de 1999 y consultado el 2 de marzo de 2007, < http:/ / twomorrows.com
/ kirby/ articles/ 25simon.html> .
[ 33]
BENSON, op. cit., pp. 101-102.
[ 34]
MARSHMENT, op. cit., p. 125.
[ 35]
PI NERL, John P. J.: Biopsicología, Madrid, Adisson-Wesley, 2006, pp. 328-330.
[ 36]
DAUNNE-RICHARD, Anne-Marie: “Cualificación y representación social”, en Las nuevas fronteras de la
desigualdad, Barcelona, Icaria, 2004, pp. 76, 78-79.
[ 37]
SHUTE, Neville: On the Beach, Londres (Reino Unido), Vintage Books, 2009 (publicada originalmente en
1957), p. 159.
[ 38]
BURROUGHS, Edgar Rice: A Princess of Mars, Nueva York (EE UU), Penguin Books, 2007 (publicado
originalmente en 1917), p. 64.
[ 39]
STEPHANI , Frederick (director): Flash Gordon, EE UU, Universal Pictures, 1936.
[ 40]
HOWARD, Robert E.: “The Purple Heart of Erlik”, en GOODSTONE, Tony (editor): The Pulps: Fifty Years of
American Pop Culture, Nueva York (EE UU), Bonanza, 1970 (publicado originalmente en 1936), pp. 145,
149-150.
[ 41]
HEMI NGWAY, Ernest: Adios a las armas, Madrid, Unidad Editorial, 1999 (publicado originalmente en
1929), p. 107.
[ 42]
COONTZ, Stephanie: Historia del matrimonio, Barcelona, Gedisa Editorial, 2006, p. 261.
[ 43]
SCHERTZINGER, Victor (director): Road to Singapore, EE UU, Paramount Pictures, 1940.
[ 44]
PALLADI NO, op. cit., pp. 27-28.
[ 45] SEI TZ, George B. (director): Life Begings for Andy Hardy, EE UU, Metro-Goldwyn-Mayer, 1941.
[ 46]
ADELMAN, Jerry (guionista): "No Clothes for the Party", temporada 1, en Meet Corliss Archer, EE UU, ZIV
Television Programs, 1955.
[ 47]
TED WEEMS: “Heartaches”, en Greatest Hits, Collector's Choice, 2001 (grabada originalmente a finales de
1947).
[48]
PALLADINO, op. cit., pp. 166-168.
[49]
BI NG CROSBY: "Only for Ever" en Only for Ever: His Greatest Hits of the 40s, Asv Living Era, 2001
(grabada originalmente a finales de 1940).
[50]
BENSON, op. cit., pp. 87-100.
[ 51]
Por ejemplo, en STERANKO, Jim: The Steranko History of Comics vol. 1, Pennsylvania (EE UU),
Supergraphics Publication, 1970, p. 72.
[ 52] WI SNIEWSKA, Dorota: “A Beauty in Distress or the attack of the 50 ft. Woman? Some Perspectives of the

Portrayal of Women in the American Horror Films”, en Sites of Female Terror. En torno a la mujer y el terror,
Navarra, Aranzadi, 2008, p. 398.
[ 53]
Ibídem.
[ 54]
GOULART, op. cit, p. 181.
[ 55]
DANI ELS, Les: Wonder Woman: The Complete History, San Francisco (EE UU), Chronicle Books, 2000, pp.
22-23.
[ 56]
WERTHAM, Fredric: Seduction of the Innocent , Nueva York (EE UU), Rinehart, 1954, pp. 192-193.
[ 57]
STERANKO, op. cit., p. 72.
[ 58] DANIELS, op. cit., p. 61.
[59]
ROBBI NS, op. cit., p. 11.
[ 60] I bídem, pp. 11-13.
[ 61]
GASCA, Luis, y GUBERN, Román: El discurso del cómic, Madrid, Ediciones Cátedra, 1988, p. 94.
[62]
CLI NE, William C.: In the Nick of Time. Motion Picture Sound Serials, Jefferson (EE UU) , McFarland &
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[63]
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[64]
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[65]
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[66]
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[67]
SPILLANE, Mike: Yo, el jurado, Madrid, El País, 2004 (publicado originalmente en 1947), p. 137.
[68]
THE FOUR SEASONS: “Walk Like a Man”, en VV.AA.: Super Hits: Early '60s Classics, Time-Life Music, 1992
(grabada originalmente en 1963).
[ 69]
FRANK, Pat: Alas, Babylon, Nueva York (EE UU), Harper Perennial, 2005 (publicado originalmente en
1959), p. 107.
[70]
SLAUGHTER, Frank S.: Hospital General del Este, Barcelona, Planeta, 1969 (publicado originalmente en
1952), p. 20.
[ 71]
CHRISTIE, Agatha: Y no quedó ninguno, Barcelona, RBA, 2007 (publicado originalmente en 1939), p. 143.
[72]
Algunos ejemplos son: PESHAK, Ted (director): Are you Popular, EE UU, Coronet Instructional Media,
1947; PESHAK, Ted (director): Dating: Do's and Don'ts, EE UU, Coronet I nstructional Media, 1949; SMART,
David A. (productor): What Makes a Good Party?, EE UU, Coronet I nstructional Media, 1950; PESHAK, Ted
(director): What to Do on a Date, EE UU, Coronet I nstructional Media, 1951; SMART, David A. (productor):
More Dates for Kay, EE UU, Coronet Instructional Media, 1952.
[73]
Campus Loves # 2 (febrero 1950).
[74]
THORPE, Richard (director): A Date with Judy, EE UU, Metro-Goldwyn-Mayer, 1948.
[75]
GELER, Chester S.: “Disappearance”, Astounding Science Fiction Vol. XXXV Nº 5, Julio de 1945, Nueva
York (EE UU), Street and Smith Publications, p. 118.
[76]
NASH, op. cit., p. 160.
[77]
LEFAUCHEUR, Nadine: “Maternidad, familia, Estado”, en Historia de la mujer: El siglo XX Tomo 5, Madrid,
Taurus Ediciones, 1993, p. 444.
[ 78]
GADAMER, H. G.: Truth and Method, Londres (Reino Unido), Sheed and Ward, 1979, pp. 264-266 .
[79]
NASH, op. cit., p. 160.

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