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Ate Presltina const un conloerad de ates y estos (que abarca aos dss pucblos el cantente amano, no bo en ouato a espaco geogizo so tain en cuanto a as sucess tapas hiss, desde proinadamente 10.000 aos ‘ antes de Crista hasta a logate de los conqustadoresesparles. Ente voumen, y de una forma ‘mena peo exhaustva, se tazan ls Ueas maestas de los més sinifatvs aspects de este at, oteindo as una attics ave masts para aoxeder a un niverso esto tan aactvo ‘am sopendete AOE ALON FRANOH ha sido Catedrtio de Arutcogs ‘Amescaa on a Unversidad sou e-207-<29-8 Comptes de Madi y ha real excavaciones en Prt, Ecuador, Gusta y México, send ator de numersos bras oWrenuautract ais sce la materia 1549018 BIArte: BIBLIOTECA BASICA de ARTE) EI Arte Precolombino CColeccisn: Biblioteca Bésica Serie: Arte Edicién y diseRio: Nareis Feméndez Inés Plana Tustraciones: José Alcina Franch Coordinacién cientifia: Juan Antonio Ramirez (Catedrético de Historia del Arte) Coordinacin editorial: Emilio Pascual Primera edicidn: septembre 1991 028084 esas ds dow. De confor oy uty (al ate Sout Cag Plo, pcs casi Sn peas my pei de rad is reo 0. ‘azo, nd et pret sn cra ares ro ‘do nia po Se pore, act xc © de tet: Akin rch © 109, de sin pt, Gg Ana, S.A. isbn Soagiog. Dpto ae 125 185.1081 Firs etn bei 19 tngen por NOMA Ue A, 1 ‘lao fe hac PATO Oa Snpren en Pot nas La América precolombina (4) Arte Zapoteco: Monte Albén (42) Arte anno del postelésio (80) El arte de los cazadores (6) Arte aldeano del Valle de México (10) El arte Olmeca (16) . ‘Arte aldeano del Guayas (22) La chilizacion Chavin (26) La ciudad de Teotthuacén (4) El clasicismo Maya (48) Arte clisico andino (58) Arte postclisico mexicano (66) ‘Cultura mayatolteca (74) Los Incas (86) Apéndlices (92) L LLAMADO Arte Precolombino de América constituye tun heterogéneo conglomerado en el que se mezcla el ‘més remoto arte parietal de los primeros habitantes del continente con el arte etnogrético de los indios de las anuras norteamericanas, de las pampas argentinas 0 de las selvas amazénicas con el multisecular desarrollo arttico de lo que conocemos como América Nuclear, alli donde se alcanzaron los més altos logros en el terreno de la civilizacidn y que en el momento del encuentro» con los europeos constitufan organizaciones politcas tan extensas e importantes como la de los atecas en México y los incas en el Peri. De los cerca de cuarenta mil aiios de historia independiente de los amerindios, y salvo una breve pincelada acerca del arte de los cazadores més primitivos, lo més importante desde el punto de vista. artstico y cultural se ha desarrollado en América desde el 1500 a. C. hasta el 1500 d. C.: un total de tres nilenios que, al menos en lo que se refiere a Mesoamérica y el érea andina —desde el suroeste de los Estados Unidos hasta la regidn septentrional de Chile—, puede dividirse en tres grandes perfodos u horizontes: formative o preclésico, cldsico y postclésico. De la primera etapa, que abarca aproximadamente mil quinientos afi y llega, por lo tanto, hasta el comienzo de la era cristiana, hay que destacar por un lado el arte aldeano de los primeros horticultores y agricultores, que podemos localizar en el Valle de ‘México o en la cuenca del rfo Guayas y en la costa del Pacifico inmediata, en el actual Ecuador. En esta zona destaca sobre todo el arte de las efigurillase de cerémica, con tipos de valor simbélico y posiblemente religoso en el dmbito de la fecundidad. Por otra parte, en dos dreas muy concretas —la costa del Golfo de México el Calleiin de Huayla, en Peri— hay que sefialar el nacimiento casi simulténeo y paralelo de las dos primeras civlzaciones americanas: Ia Olmeca en México 7 la Chavin en Peri. 1a ea clésia, que abarca casi un milenio (200 a 900-1000 d. C) tanto en Mesoamerica como en el rea andina, constitye el momento de mayor esplendor atistico y cultural de la América precolombina. En Mesoamiérica, las dreas de expresin artsica més extraordinaras son tres: la cvlizacin teotihuacana en el centro ée México, la zapoteca en el Valle de Oaxaca y la maya en las cuencas de los rios Usumacinta y Motagua y en la region del Petén, en Guatemala. El chsicismo andino tuvo su desarrollo en varias altas civlzacones de la rein, como son la Mochica y Nazca en la cast y la civilizacién de Tiahuanaco en la regién del lago Titicaca, en el aliplano. Por timo, el perfodo postclésico abarca en realidad Jos stimos quinientos afos de la historia precolombina de Améica y representa, tras una gran crisis poltica y ecoldgia en tomo al aio 1000, el renacimiento de formas artisticas pasadas y el establecimiento de pautas polticas nuevas en las cuales el militarismo y la clase social de los comerciantes consttuyen un factor de peso. Las civlizaciones tolteca y mayatolteca, en Mesoamérca, conducin al desarollo politico de los aztecas, mientras ‘que en al rea andina, Iss culturas Wari, Chime o Tea culminarén en el imperio Inca L ARTE rupestre americano —hay que decirlo desde principio no resulta comparable, en general, con el del Viejo Mundo, ni por su calidad, ni por el nero de obras conocidas hasta el presente ni tampoco por la seguridad en cuanto a su antigedad en términos absolutos. Los hallazgos de tradcién paleolica mas septentrionales de todo el continente son, sin duda, los de la zona de Prince William Sound (Alaska), con representaciones muy cesquemiticas de hombres, animales 0 embarcaciones. En NNorteamérica, Ia zona con mayor densidad de pinturas rupestes es la de Baja California, en las sierras de San Borja, ‘San Juan, San Francisco y Guadalupe, Entre éstas, la cueva dde San Bonita (I) destaca por el nimero y tamaiio de las pinturas que, generalmente,representan seres humanos, aunque no fallan los temas zooméricos. Segin la investigadora Barbro Dahlgren, se pueden clasifcar en tres, tipos principals: espantajos, cardones y bicoores. Otros Jmportantes lugares con pinturas de Baja California son: la Cueva Pintada del Caisin de Santa Teresa, la Cueva de los ‘Venados y la Cueva de Ia Cafiada de la Soledad En el Grea andina hay que destacar uno de los hallazsos. més importantes de todo el continente: el de la Cueva de “Toquepala (Moquegua), para la que existe una fecha no asociada de 7630 a. C. Las representaciones de hombres y fnimales, que son de gran tamafio, recuerdan especialmente el ‘estilo naturalista de las pinturasrupestres dela regién. del Levante espaol. Segin elinvestigador Muelle, wel cardcter magico de las pinturas del paleo, reconocido para la ‘mentalidad del cazador, no falta en las representaciones parietales de Toquepala, Es rto propiciatorio. Hay animales heridos ealdos: uno que corre perseguido tiene un dardo clavado en el lado posterior derecho y los hombres que lo siguen levan méscaras de animales.» “Ademiés de las halladas en Pert, norte de Chile y Bras, lo ‘mas importante en lo que se refiere a pinturas rupestres en ‘América se stéa en Patagonia, donde el prehistriador Osvaldo F. Menghin distingue hasta siete esilos, el mas antiguo de los cuales es el de enegativos de manos y pies. En el estilo de wescenass, que parece posterior al de negativos (hacia €! alo 8000 a. C), se representan temas de caza y persecucién de animales. El denominado de spsadase utiliza simultéreamente pinturay grabado y en él se representan hnuellas de animales tales como el puma, guanaco, avestruz 0 anda y linea onduladas que cabe interpretar como huellas de serpintes. Hay, ademés, signos geométricos y esquemiticos de cardctersimblico, como linea, cruces, citculos, rectingulos, escaleras, etc: Este estilo puede relacionarse con el Tehuelchense antiguo (200 2, C) Los estilos de vparalelasey sgrecas» se relacionan con la cultura Barrels El de »miniaturas seria comparable con el de los Diaguitasy el de ssimbolos complicadose se habrfa Aesarroiado desde el aio 500 d. C. ‘Menes pintedas Segin el investigador Osvaldo F. ‘Menghin, el esto de pintras rupes- ‘res mis antguo en la Patagonia (Ar- sentina) es el llamado de «negativose ‘ode snegativos de manose —aunque también hay negativos de pies—. Se trata de imagenes, generalmente de Ja mano izqulerda, que se obtentan por imposicién de una mano sobre Ta roca y cuyo contorno se embar ddumaba luego con pintura. Como hemos sefialad, cas siempre eelige a mano izquierda, echo que com- ‘prueba que los primitivos pintores trabajaban con la mano derechar (Mlenghin. Estas pinturas, de las que se conoven cientos de eemplaes, se ‘eparten ampliamente por toda la Pa- tagoniay se sefialan en el Cafiadén de las Cuevas, perteneciente ala es- {ancia de Los Toldos, al sur del rio Deseado, en el terrtorio de Santa ‘Crux: también existen en el lamado ‘Cafadn de las Manos Pintadas si- ‘tuado en el teitorio del Comodoro Rivadavia (1 y 2), al oeste de Las alga, asf como también en Piedra Pintada, del aroyo de Vaca Mala, y en as regiones de La Rioja y de San Luis. Bn varias de esas cuevas no solamente se han pintado manos, ‘sino tambin pies, como los diecséis cemplaes de Piedra Pintada, del arroyo de Vaca Mala Este tipo de negatives, especial mente de manos, constituye un tipo de pintura rupestre précticamente ‘universal. En el Nuevo Mundo, ade- ‘mds dels localizados en Patagonia, se han descubierto otros repartidos por todo el continente. En los Es- tados Unidos, por eemplo, hay que ‘mencionar ejemplares en Arizona y cen Texas, y son especialmente impor ‘antes las pinturas de negativos de Finger Print Cave, de los condados ‘de Dawson y Boren, en el estado de “Texas, También se han ctado algu- nas representaciones semejantes en la gruta de Corinto, en la replica «de El Salvador, las manos pintadas| fen rojo y blanco de las cuevas de Mojocoya (Bolivis). Para obviar el problema de la cro- nologla de las pinturas rupestres, “Menghin ha propuesto una secuencia de pinturas en negativo tomando ‘como base la utilizacion de dversos colores. De acuerdo con esa secuen cia, parece bastante seguro que el color rojo corresponderta, al igual qque en la Europa Occidental, a la <época més antiguas pore contrario, el blanco, el negro y el amarillo que- darian ubcados en pitas mis tardias. A partir de las compara cones con el arte aborgen de Nueva, Guinea, Australia y otras regiones préximas, se ha podido conjeturar ‘Que estas pinturas en negativo es tarian relacionadas eon los rtos de ‘aza y con el clto alos antepasados. Por otra parte, hay que seialar que este estilo de negatvos se sigue rea lizando con posteriordad ala cultura, Toldense, ¢ incluso ala Casapeciren- se, que se halla emparentada con la primera, E LOS MUCHOS lugares y regionés que pueden sefalarse en ‘Mesoamérica como puntos de interés, dentro del proceso que cconocemos como revolucién neoltica, uno de los més conocidos y més importantes es el Valle de México. Las condiciones ecoldgcas extremadamente favorables que se daban en esta regién, entre el aio 1500 y el comienzo de la a ctistiana, hicieron que se estableciean en la zona un ‘buen miimero de aldeas en las que la agricultura debia tener tanta importancia como la pesca y la caza, realmente abundantes en la red fluvial y lacusre del valle. Las aldeas de esta época, ocalizadas por razones obvias «en Ia olla de los rios y lagos de la reqién, no debieron sobrepasar los doscients habitantes yestarian formadas por un reducido nimero de chozas de madera, cafes, tule y barro, contando como utllaje con una cantidad variable de mazos, bolas para golpear, morteros, machacadores 0 metates. Desde muchos puntos de vista, el preclisico del Valle de México, especialmente en su fase final, consituye el inicio de la civlizaciin mesoamericana, puesto que en esa época tiene lugar el nacimiento de la arquitetura religosa de la regién con la eonstruccin de la pirdmide de Cuiculco, que es el monumento mas importante de este perfodo. Constiuye tuna muestra sobresaliente de lo que representa no sélo el esfuerzo comunitario de una mulitud de aldeas para ergir un primer femplo, sino, lo que es més importante, a primera sconcepcidne simbélica de una morada para la divnidad. El ‘monumento de Cuicuileo consiste en una pirdmide escalonada compuesta por cuatro plataformas superpuestas de planta circular, con un didmetvo méximo de 135 m y una altura total de 25 m, Ademds de este extraordinario monumento, se descubrié en el Cerro del Tepalcate una construccién de gran antigiedad: se trata de una plataforma con muros en talud y una peguefta escalera. De la 6poca de Tzacuali —preclésico final— es, por ikimo, ix primera construccin de la Piimide del Sol de ‘Teotihuzcan. Diferetes detalles de orientacin y el Aescubriniento de una cueva bafo la gran pirémide teotihuacana hace pensar que muchos de los conceptos bisicos de la cosmovisidn mesoamericana ya se habla configurado en esa Gpoca temprana. Lo ms conocido del arte del Valle de México durante ef preclisico corresponde ala cerémica, y muy especialmente a Tas sfigurillass, de las que se conocen millares, Algunos conceptes religosos que se desarollarén posteriomente ya se perflan en esta época preclésica; as, por ejemplo, el concepto de dualidad aparece en una serie de figuras representando mujeres con dos cabezas, con una cabeza ) tres ojos 0 con un rostro diviido en dos partes: una representando la muerte y la otra la vida, lo cual podria ser el ‘origen del dios de la duaidad en el pantedn mexicano. El arquedlogo Vaillant hizo una muy completa y complied clasificacin de todas la figura, designando a ‘eada tipo con una letra —de la A a la O— y a las variantes| de estos tipos con subindices numérico. El tipo A, de figuras generalmente sentadas, con piemas y ‘brazos nal desarvollados y cuerpos pequefis, se extiende por toda Mesoamérica y corresponde al periodo Medio. El tipo B, que aparece asociado con el anterior y presenta formas aplastadss con relieve poco acentuado, se extiende por el Valle de México y Oaxaca. Los tipos ¢,, C2, C3, Dy F cortespenden al perfodo Temprano. Los tipos &, B, Ca, Cx, Cx, Ky O al perfodo Medio y los restants al periodo Tard ‘Segin Covarrubias, esta clasiicacién se podra resumir en dos trorcos: C; ¥ Cs. Sus deivados serin B y F, que represertan un grupo de gentes con prognatismo simiesco, sgruesos cuerpos y extremidades cortas y el otro caracterizado por sus formas delicadas —la «mujer bonita-— y mucho més finas —ti0s C3, Cs, Gy. De entre los numerosos tpos de f- gurl del preclisico del Valle de ‘México destacan, por la deicadeza de sus formas y la fnura de sus ras 0s, las que se conocen con el nom bre de las opretty ladies: o smujeres Donitass. Este tipo, que ya fue dado 2 conocer por Zelia Nuttall tras sus investgaciones a princpis de sig, constituye el tipo D de la clasifca cin de Vallanty se caracteriza por ‘que ls rss facials estin hechos mediante incisiones y ayudados por ‘medio de pastilae, al tiempo que en el perfil desu figura se destacan sus amplias caderas. Debidoa un cierto aire estlistico occidental se popul- ‘26 el nombre de «mujer bonitay Seg Vallant, pueden distinguir- ‘se cuatro subtipos del tipo D. El D; se caracteriza por tener los ojos i buen ejemplo dela cultura preclsica de esa regin, en la que se aprecia, ‘una notable y reciente influencia de Ta cultura Olmeca de la costa vera- Estudiando la temtica de las fu tills de Tlatico,observaremos cémo ‘una buena cantidad de esas piezas ‘epresentan shamanes o brujos con rascaras que les cubren el rosto, ju adores de pelo, misicos, danzan- tes, hombres sentados en bancos 0 hanquetas, mujeres embarazadas 2), madres amamantando a sus hijo, en fermos,cangadorese incluso acréb- tas, como vemos en una vasia (3) pracedente de Tiatico, Los vestidos y adomos, como son turbantes, ta parrabos, elucas,camisas de piles 0 de algodén, faldellines,et., nos ‘muestan los diferentes tipos huma- os de una sociedad que, al parecer, era bern por aaulos bros 0 ‘Ademis de los mencionados la so- edad preclsica de Tatileo contaba con alfareros, carpinteros,tehedores, esters, lpidarios, et., como se desprende de los materiales encon- trados en las excavacones: metas, punzones, aguas, pulidores y todo tipo de omamentos como espjos de pirita y hematita, cuenta de piedra verde, ade ycaracolesy orejeras tir bulares, entre otros objetos. Las figuras, como esta cabera (8) perieneciente a una coleecién parti- cular de México, también nos mues- ‘yan otros detalles, como la pintura facial y comporl,escarfiaciones, de formaciones crancales,mutilaciones dentaras, multiples adomos de cabe- 2a y cortes de pelo especiales for ‘mando mechones o trenzas.

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