Vous êtes sur la page 1sur 2

CASO INICIAL: WANG LABORATORIES

An Wang, inmigrante chino, fundó el 1951 Wang Laboratories, Inc. y en la década de


1970 formó parte de un pequeño grupo de compañías que se las ingeniaba para superar
con ingenio a IBM y apoderarse de un nicho rentable en la industria de los
computadores. En el caso de Wang su nicho estaba constituido por el procesamiento
de palabras. A comienzos de la década de 1970 Wang desarrolló su propio software
propietario para procesamiento de palabras, que cargó en sus minicomputadores los
cuales funcionaban en su sistema operativo. Las terminales de procesamiento de textos
se conectaban a estos minicomputadores; éstas reemplazaron las máquinas de escribir,
y condujeron las cartas y documentos escritos hacia una nueva era.
Se cuenta que un día An Wang recorrió el edificio de las Naciones Unidas, las
secretarias empezaron a aplaudirlo a su paso. “Soy el amigo de las secretarias”, explicó
sus acompañantes, “las liberé de la tiranía de la máquina de escribir”. De esa manera
Wang Labs se convirtió en una de las milagrosas empresas de la alta tecnología en la
década de 1970. En 1988 esta organización empleó 31,500 personas en todo el mundo,
generó ingresos superiores a los US$3,000 millones, obtuvo utilidades netas por
US$92.7 millones y ocupó la posición de 143 de las 500 firmas industriales que aparecen
en la revista Fortune. Sin embargo, en agosto de 1992 la compañía se acogió a la
protección de bancarrota contemplada en el capítulo 11 del Código de Quiebras de
EE.UU. Los ingresos habían caído a US$19,000 millones y el nivel de empleo a menos
de 8,000. La empresa había perdido un total de US$19,000 millones desde 1988 y su
valor accionario en el mercado, que estaba en US$5,600 millones, cayó a US$42.50 en
1982, en ese entonces estaban a 37.5 centavos por unidad.
Wang cayó debido a que perdió contacto con los cambios registrados en el mercado.
Así como superó a IBM en la década de 1970, fue desplazada a su vez por un sin
número de compañías productoras de software a mediados de la década de 1980. La
demanda del costoso sistema de procesamiento de palabras de Wang, basado en el
minicomputador, declinó en forma precipitada a medida que los computadores
personales ganaron popularidad y se hizo disponible el económico software para
procesar textos. Por ejemplo, un asiduo usuario de Wang explicó cómo desechó su
minicomputador Wang de US$400,000, a un costo anual de servicio de US$100,000, y
lo reemplazó por una red de 25 computadores personales cuyo costo total era inferior a
los US$100,000. Al enfrentarse este tipo de competencia de bajo costo, el mercado de
Wang se derrumbó en la segunda mitad de esa década.
Sin embargo, el aspecto lamentable de la historia de Wang fue que en sus inicios
rechazó la oportunidad de ingresar a la industria de los computadores personales. En
marzo de 1984, la compañía consideró la posibilidad de asociarse con Apple Computer,
que había acabado de lanzar el Macintosh. El propósito era combinar el software para
procesamiento de palabras de Wang con la interfaz gráfica del usuario y aplicaciones
de Apple, y tener participación en el mercado de los sistemas con base en MS-DOS,
como el PC original de IBM. El presidente de apple, John Sculley reconocía el valor de
su aplicación de procesamiento de textos, y estaba entusiasmado con el trato. Apple
incluso adelantó conversaciones acerca de autorizar a Wang para utilizar su sistema
operativo Macintosh, que le habría permitido fabricar los PC. Sin embargo, Wang
desechó la propuesta. Según los memorandos internos, los gerentes senior
consideraban que “la automatización de oficinas es nuestro negocio, Apple podría
utilizar a Wang para ingresar en el mercado... Apple es una empresa joven, volátil y
excesivamente autónoma. ¿Deberíamos asociarnos con una firma impredecible?”
Wang también desdeñó los programas de procesamiento de palabras, desarrollados por
sus similares WordStar y WordPerfect. Como organización de US$ 2,000 millones en
capital, Wang no percibió las pequeñas manifestaciones operativas de WordPerfect
como uno de los posibles competidores. Además, fue renuente a vender su software
separado del hardware. La compañía consideraba que si vendía el software de
procesamiento de textos aparte; nadie compraría el hardware. Es posible, sin embargo
que en la actualidad nadie compre su software ni su hardware, mientras que compañías
como WordPerfect la han superado en ventas.

Vous aimerez peut-être aussi