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RITUAL DEL MATRIMONIO

Méndez Torres

Monitor: Eny Medina

RITO DE RECEPCIÓN

El sacerdote, con las vestiduras litúrgicas propias para la celebración Eucarística, se dirige a
la entrada de la iglesia, pero si las circunstancias lo aconsejan, va solo al altar.

Entra el cortejo con la marcha nupcial y se detienen antes de llegar al lugar preparado
para ellos, esperando que el ministro les de la acogida.

Espera a los novios, a sus familiares y amigos a quienes saluda afablemente y les expresa
cómo la Iglesia comparte la alegría de ellos.
Una vez terminado lo anterior puede hacer una monición, con estas u otras palabras
semejantes.
Monición:

Queridos hermanos:
Nos hemos reunido
en la casa de Nuestro Padre Celestial
para participar en la celebración
del Matrimonio de JOSE ALBERTO y SOFIA ALEJANDRA
quienes han decidido unirse para siempre delante
del mismo Dios.
El matrimonio no ha sido establecido por los hombres, sino que es obra de Dios para
prolongar la vida humana,
por medio de la unión entre el hombre y la mujer.
Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre,
no solamente confirmó el carácter divino del Matrimonio, sino que además lo elevó a la
dignidad de Sacramento, es decir, de símbolo de la unión que existe entre Él y la Iglesia.
Esto nos hace comprender
la grandeza de la unión matrimonial,
en la cual los esposos
son los ministros de este Sacramento
que les confiere la gracia necesaria
para cumplir las obligaciones de su estado.
Recordad que el mismo Jesús proclamó solemnemente el carácter indisoluble del
Matrimonio cuando dijo:
“No separe el hombre lo que Dios ha unido”.
No hay, por tanto, ninguna autoridad,
ninguna ley humana
que pueda destruir esta unión consagrada por Dios.
Lazo indisoluble de mutua posesión
se establecerá entre vosotros Armando y Silvia,
continua comunicación de gracias divinas,
que por virtud del Espíritu Santo
y vuestra colaboración,
harán que hasta el más pequeño detalle de vuestra vida,
la menor delicadeza,
el trabajo,
todo cuanto haga el uno para el otro,
sean medios de acercaros a Dios,
si permanecéis en su gracia.
Vosotros, pues, debéis guardaros una mutua fidelidad, a semejanza de Cristo, quien “amó a
su Iglesia y se entregó por ella para hacerla santa e inmaculada en su presencia”
El ministro y los novios se dirigen al altar, mientras tanto se entona el canto “Encontré el
amor de mi vida”
RITOS INICIALES DE LA EUCARISTÍA
Terminado el canto de entrada, el sacerdote y lo fieles – de pie- se signan. El sacerdote
dice:

En el Nombre del Padre,


y del Hijo +
y del Espíritu Santo
R/. Amén

La gracia de nuestro Señor Jesucristo,


el amor del Padre,
y la comunión del Espíritu Santo
estén con todos vosotros.

R/ Y con tu espíritu.

Hermanos:
Antes de escuchar la Palabra de Dios,
de participar en la celebración de este Matrimonio
y de recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo,
dispongámonos con la gracia divina,
a arrepentirnos de todo lo malo
que haya en nuestro proceder.

Yo confieso ante Dios todo poderoso…

Dios todo poderoso


tenga misericordia de nosotros
perdone nuestros pecados
y no s lleve a la vida eterna

R/. Amén
ORACIÓN COLECTA
¡Oh! Dios, de quien procede toda paternidad
en el cielo y el la tierra,
y que al crear el genero humano
estableciste la unión
entre el hombre y la mujer;
une en la fidelidad eterna del amor
a estos hijos tuyos Armando y Silvia,
que van a contraer Matrimonio,
para que con su vida
den testimonio de tu amor.
Por Nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Lectura del libre del Tobías 8, 4 – 8. (Sara Herrera)

Los padres salieron y cerraron la puerta de la habitación. Entonces Tobías se levantó del
lecho y le dijo a Sara: «Levántate, hermana, y oremos y pidamos a nuestro Señor que se
apiade de nosotros y nos salve.»

Ella se levantó y empezaron a suplicar y a pedir el poder quedar a salvo. Comenzó él


diciendo: ¡Bendito seas tú, Dios de nuestros padres, y bendito sea tu Nombre por todos los
siglos de los siglos! Te bendigan los cielos, y tu creación entera, por los siglos todos.
Tú creaste a Adán, y para él creaste a Eva, su mujer, para sostén y ayuda, y para que de
ambos proviniera la raza de los hombres. Tú mismo dijiste: No es bueno que el hombre se
halle solo; hagámosle una ayuda semejante a él.

Yo no tomo a esta mi hermana con deseo impuro, mas con recta intención. Ten piedad de
mí y de ella y que podamos llegar juntos a nuestra ancianidad.
Y dijeron a coro: «Amén, amén.»

L. Palabra de Dios.
A. Te alabamos Señor
Salmo 128 – (Coro)

R:/Dichoso los que temen a Yahvé


y recorren todos sus caminos.
Del trabajo de tus manos comerás,
¡dichoso tú, que todo te irá bien!
Tu esposa, como parra fecunda,
dentro de tu casa;
tus hijos, como brotes de olivo,
en torno a tu mesa

Con tales bienes será bendecido


el hombre que teme a Yahvé.
¡Bendígate Yahvé desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida,
y veas a los hijos de tus hijos!
¡Paz a Israel!

Lectura de la Primera Carta a los Corintios 13, 1-13 (Carlos Inestroza)

Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como
bronce que suena o címbalo que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía, y conociera
todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar
montañas, si no tengo caridad, nada soy. Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara
mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha.
La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se
engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra
de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo
lo soporta.
La caridad no acaba nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá
la ciencia. Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía. Cuando vendrá lo
perfecto, desaparecerá lo parcial.
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño. Al
hacerme hombre, dejé todas las cosas de niño.

Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de un
modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido.
Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la
caridad.

L. Palabra de Dios
A. Te alabamos Señor.
ALELUYA INTERLECCIONAL #1: MT 5, 16

“Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y
glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”
Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo Mt 5, 1 – 16

En aquel tiempo Jesús viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos
se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos>>.
<<Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra>>.
<<Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados>>.
<<Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán
saciados>>.
<<Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia>>.
<<Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios>>.
<<Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de
Dios>>.
<<Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de
los Cielos>>.
<<Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase
de mal contra vosotros por mi causa>>.

<<Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la
misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros>>.

«Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no
sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres>>.

«Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un
monte; ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el
candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa>>.

P. Palabra del Señor.


A. Gloria a Ti Señor Jesús.

Homilía

RITO DEL MATRIMONIO

Estando todos de pie, el sacerdote se dirige a los novios, con las palabras siguientes u otras
parecidas:

Es una satisfacción para mí


ser el testigo de la Iglesia
en el Matrimonio que vais a celebrar en la fe,
y que será en adelante expresión de vuestro mutuo amor. pero, antes de pediros el
consentimiento
quiero que comprendáis mejor
el sentido de ese “Sí” que vais a dar,
y que desde el momento en que salga de vuestros labios, va a uniros para siempre en
vuestro amor.
Ante todo debéis conocer el plan divino
acerca del Matrimonio,
y lo que Jesucristo, Maestro de Amor,
piensa del amor humano en la familia,
y también la dimensión de la mutua ayuda de los esposos.
Porque el Matrimonio fue instituido por Dios
para que el género humano se propagara en la tierra, y Cristo lo elevó a la dignidad de
Sacramento, haciendo de él un medio eficaz de santificación.
El Matrimonio es, según la expresión de San Pablo, un “gran Sacramento” que simboliza la
unión de Cristo con la Iglesia.
Así como Cristo la amó
y se entregó a ella con un don total e irrevocable,
así los que se unen en Matrimonio
quedan ligados entre sí con estrecho vínculo,
el cual sólo la muerte puede disolver.
El uno con el otro peregrinaréis hacia el Padre,
quien espera a todos sus hijos con eterno amor;
porque la vida es una marcha,
y el Matrimonio un nuevo punto de partida hacia Dios.
Familiares y amigos están alrededor,
junto con los testigos
que habéis escogido para vuestro Matrimonio.
Voy a pedirles que escuchen juntamente conmigo la promesa sacramental que vais a hacer
de vivir en adelante el uno para el otro,
como casados cristianos.
Por lo tanto, delante de la Iglesia,
representada en esta comunidad cristiana,
os interrogo acerca de vuestra determinación y propósito:

Interrogatorio

En seguida el sacerdote los interroga acerca de su libre voluntad de contraer Matrimonio,


de su decisión de ser fieles en él, de la procreación y de la educación de los hijos.

JOSE ALBERTO y SOFIA ALEJANDRA


¿Vinisteis con plena libertad
a celebrar el Matrimonio mediante este sacramento?

Cada uno de los novios responde por separado

Sí, Vengo libremente

¿Al elegir el estado del matrimonio


estáis dispuestos a amaros,
honraros y respetaros toda vuestra vida?

Sí, estoy dispuesto (a)

¿Estáis preparados para recibir


responsable y amorosamente los hijos
como don de Dios
y a educarlos según la ley de Dios
y de su Iglesia?

Sí, estoy dispuesto (a)

CONSENTIMIENTO

El sacerdote invita a los contrayentes a que manifiesten su consentimiento.

Así pues, ya que queréis establecer entre vosotros la alianza santa del matrimonio, unid
vuestras manos y expresad vuestro consentimiento delante de Dios y de su Iglesia.

Los contrayentes se dan la mano derecha.

El novio dice:

Yo, JOSE ALBERTO, te acepto a ti SOFIA ALEJANDRA, como mi esposa y prometo


serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y amarte y
respetarte todos los días de mi vida.

La novia dice:

Yo, Andrea Sofía te, acepto a ti Emersom Baruc como mi esposo y prometo serte fiel en lo
próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los
días de mi vida.

Ratificación del consentimiento

Para ratificar el consentimiento, el sacerdote extiende la mano derecha sobre los esposos,
mientras dice la siguiente oración y traza sobre ellos la señal de la cruz.
El Sacerdote, antes de dar la bendición, invita a que le coloquen el lazo a los novios y luego
continua diciendo:

El Señor confirme el consentimiento


que habéis manifestado ante la Iglesia
y con su bendición +
se digne ayudaros toda la vida
a cumplir el compromiso que habéis contraído.
Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre.

Todos responden

R/. Amén

Entrad, pues, en esta vida sacramental del Matrimonio, formad con ese “Sí” una nueva e
indisoluble sociedad conyugal; atraed con esa palabra la gracia sacramental, que será para
vosotros fuente de auxilio constante, para cumplir los deberes de vuestro nuevo estado, sea
vuestra vida entera el cumplimiento de la promesa que hacéis a Dios, con ese “Sí” que dais
el uno al otro.

Aclamación
El sacerdote invita a orar en silencio. Luego la asamblea manifiesta su acción de Gracias y
su alegría, cantando el salmo 150

BENDICIÓN Y ENTREGA DE LOS ANILLOS

El sacerdote invita que le traigan los anillos y dice la siguiente oración:

Envía, Señor, tu bendición sobre estos anillos


que bendecimos + en tu nombre,
para que quienes los van a llevar
se guarden absoluta fidelidad,
gocen de la paz que da el cumplir tu voluntad
y vivan siempre amándose mutuamente.
Por Nuestro Señor Jesucristo.

Luego el sacerdote entrega al novio el anillo de la novia para que éste se lo coloque en el
dedo anular derecho a la novia conlas siguientes palabras:

Andrea Sofía, recibe este anillo como signo de mi amor y de mi fidelidad. En el Nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Luego el sacerdote entrega a la novia el anillo del novio para que ésta se lo coloque en el
dedo anular derecho al novio con las siguientes palabras:

Emersom Baruc, recibe este anillo como signo de mi amor y de mi fidelidad. En el Nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
BENDICIÓN Y ENTREGA DE LAS ARRAS

El sacerdote invita que le traigan las arras y dice la siguiente oración:

Bendice, + Señor, a estos hijos tuyos


y santifícalos en tu amor,
y que estas arras
símbolo de ayuda mutua
les recuerde siempre
el cariño que se tienen.
Por Nuestro Señor Jesucristo...

Luego el sacerdote entrega al novio las arras para que éste se las coloque en las manos de la
novia con las siguientes palabras:

Andrea Sofía, recibe también estas arras:


son prenda del cuidado que tendré
de que no falte lo necesario
en nuestro hogar.

La novia las recibe diciendo:

Yo las recibo
en señal del cuidado que tendré
de que todo se aproveche
en nuestro hogar
Oración Universal

Presidente

Hermanos: Oremos al Padre de la misericordia y Dios de todo consuelo, no sólo por


quienes hoy se unen en vínculo matrimonial, sino por toda la familia humana, y por todo el
pueblo de Dios.

Lector

Por la Iglesia santa de Dios:


para que permanezca fiel a su Esposo,
en la integridad de la fe, roguemos al Señor:

R/. Te rogamos Señor óyenos.

Por Baruc y Sofía:


para que el Espíritu Santo los llene con su gracia,
y haga de su unión un signo vivo del amor
de Jesucristo a su Iglesia, roguemos al Señor:

R/. Te rogamos Señor óyenos.

Por nuestros difuntos:


María Angélica, Aníbal, Luis Ángel, Haroldo, Matilde,
María Alejandra y Carlos Claudio, que han muerto en la esperanza de la resurrección para
que Cristo los acoja en su reino y los revista de gloria y de inmortalidad, roguemos al
Señor:

R/. Te rogamos Señor óyenos.

Por los hogares sin techo y sin pan,


por los huérfanos y las viudas:
para que nuestra caridad con ellos
sea viva y operante, roguemos al Señor:

R/. Te rogamos Señor óyenos.


.
Por los gobernantes de las naciones:
Para que busquen con sinceridad la justicia y la paz,
roguemos al Señor:
R/. Te rogamos Señor óyenos.
Presidente

Padre de bondad, escucha nuestra oración y concede a tus siervos que confían en Ti,
conseguir los dones de tu gracia, conservar la unidad del amor, y llegar después de esta vida
al reino eterno. Por Jesucristo Nuestro Señor…

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Padre de amor,
acoge propicio nuestras súplicas,
y acepta con agrado estas ofrendas
que te presentamos por estos hijos tuyos
unidos por la alianza del Matrimonio,
para que por la celebración de estos Misterios
permanezcan firmes en su mutua caridad
y en su constante amor hacia ti.

Por Jesucristo Nuestro Señor…

Prefacio matrimonial

P. El Señor esté con vosotros


A. Y con tu espíritu

P. Levantemos el corazón
A. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

P. Demos gracias al Señor nuestro Dios.


A. Es justo y necesario (bis)
P. Realmente es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias,
siempre y en todo lugar
a ti, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno.

Que con el yugo suave del amor


y el vínculo indisoluble
de la unidad,
hiciste más fuerte la alianza nupcial,
para que aumenten los hijos de tu adopción
por la honesta fecundidad de los esposos.

Tu providencia, Señor y tu amor,


lo dispuso así de modo tan admirable.
que el nacer llena la tierra,
y el renacer aumenta tu Iglesia.
Por Cristo Señor Nuestro.

Es él, que muriendo


destruyó nuestra muerte
Resucitando
restauró nuestra vida.

Por eso, con los ángeles y los santos,


cantamos, cantamos sin cesar
el himno de tu gloria.
SANTO, SANTO, SANTO…

Santo eres en verdad, Señor


fuente de toda santidad
Santifica estos dones
con la efusión de tu Espíritu,
de manera que sean para nosotros
Cuerpo y + Sangre
de Jesucristo, nuestro Señor.

El cual,
cuando iba a ser entregado a su Pasión,
voluntariamente aceptada,
tomó pan,
dándote gracia,
lo partió
y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi cuerpo,
que será entregado por vosotros.

Del mismo modo,


acabadala Cena,
tomó el cáliz
y dándote gracias de nuevo,
lo dio a sus Discípulos diciendo:

Tomad y bebed todos de el,


porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para el perdón de los pecados.
haced esto en conmemoración mía.

Este es el sacramento de nuestra fe

Anunciamos tu muerte señor


proclamamos tu resurrección,
ven señor Jesús.

Así pues, Padre,


al celebrar ahora el Memorial
dela Muerte y Resurrección de tu Hijo,
te ofrecemos
el pan de vida y el cáliz de Salvación,
y te damos gracias
porque nos haces dignos de servirte en tu presencia.
Te pedimos humildemente
que el Espíritu Santo congregue en la unidad
a cuantos participamos
del Cuerpo y Sangre de Cristo.
Acuérdate, Señor,
de tu Iglesia extendida por toda la tierra;
y con el Papa Juan Pablo II
con nuestro Obispo Fernando
y todos los pastores que cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad.
Acuérdate también de tus hijos: María Angélica, Aníbal, Luis Ángel, Haroldo, Matilde,
María Alejandra y Carlos Claudio
que durmieron en la esperanza de la resurrección
y de todos los que han muerte en tu misericordia
admítelos a contemplar la luz de tu rostro.
ten misericordia de todos nosotros,
y así, con María, la Virgen Madre de Dios,
los apóstoles
y cuantos vivieron en tu amistad
a través de los tiempos,
merezcamos por tu Hijo Jesucristo,
compartir la vida eterna
y cantar tus alabanzas.

Por cristo, con él y en él,


a ti, dios padre omnipotente,
en la unidad del espíritu santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos

Amén

RITO DE COMUNIÓN

Llenos de alegría por ser hijos de Dios,


digamos confiadamente
la oración que Cristo nos enseño:

Padre nuestro, que estás en el cielo,


santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en al tierra como en el cielo.
danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Amén
BENDICIÓN DE LOS ESPOSOS
Oración sobre los esposos
Después del Padre nuestro – omitido su embolismo “Líbranos de todos los males…” – el sacerdote
vuelto hacia los esposos los bendice.

Amados hermanos,
imploremos con humildad
a Dios nuestro Padre,
que bondadoso derrame la gracia de su bendición
sobre esta hija suya Andrea Sofía,
y sobre Emersom Baruc,
a quien en Cristo tomó como esposo,
y a ellos unidos indisolublemente
por la alianza del matrimonio
y por la participación en el Sacramento
del Cuerpo y de la Sangre de Cristo
concédales vivir unidos por el amor,
la comprensión y la paz.
Todos oran en silencio uno momentos. Luego el sacerdote – con las manos extendidas – dice la
siguiente bendición.

Oh Dios,
que con tu poder creaste todo de la nada,
y, desde el comienzo de la creación,
hiciste al hombre a tu imagen.
Y le diste, la ayuda inseparable de la mujer,
de modo que ya no fuesen dos, sino una sola carne,
enseñándonos que nunca será lícito separar
lo que quisiste fuera una sola cosa.
Oh Dios,
que al consagrar la unión conyugal
le diste un significado tan grande,
en ella prefiguraste
la unión de Cristo con la Iglesia.

Oh Dios,
que unes la mujer al varón
y otorgas a esta unión
establecida desde el principio,
aquella bendición que nunca fue abolida
ni por la pena del pecado original,
ni por el castigo del diluvio.
Mira, con bondad a tu hija Sofía
que unida en matrimonio,
pide tu protección.
Abunde en ella el amor y la paz,
y siga siempre los ejemplos de las santas mujeres,
cuyas alabanzas canta la Escritura.
Confíe en ella, el corazón de Baruc su esposo,
y teniéndola por digna compañera,
y coheredera, de la gracia de la vida,
la respete y ame siempre
como Cristo ama su Iglesia.
Ahora Padre,
derrama el Espíritu Santo
sobre estos hijos tuyos.
Que permanezcan en la fe
y amen tus preceptos;
que hoy, unidos en matrimonio,
sean ejemplo por la integridad de su costumbres.
Y fortalecidos, con el poder del Evangelio,
manifiesten a todos el testimonio de Cristo;
que su unión sea fecunda,
sean padres de probada virtud,
vean ambos los hijos de sus hijos.
Y después, de una feliz ancianidad,
lleguen a la vida de los bienaventurados,
en el Reino celestial.
Por Cristo nuestro Señor.R/. Amén
(El resto del rito de la comunión se hace tal como aparece en el Misal Romano.)
Oración después de la comunión

Dios Padre,
fuente y autor de toda santidad,
aumenta en estos hijos tuyos, Armando y Silvia,
la eficacia del Sacramento del Matrimonio,
y concédenos a todos recibir
los efectos del Sacrificio celebrado.

Por Jesucristo nuestro Señor

RITO DE DESPEDIDA
Terminada la oración después de la comunión, el sacerdote extiende las manos, y saluda a los
esposos y a todos los presentes. En seguida los bendice.

El Señor esté con vosotros.


R/. Y Con tu Espíritu.
El sacerdote bendice a los esposos – antes de bendecir al pueblo – con la siguiente formula:

El Dios, Padre, os conserve unidos


en el mutuo amor
para que la paz de Cristo
habite en vosotros,
y permanezca siempre en vuestro hogar.

R/. Amén

Os bendiga en los hijos,


encontréis consuelo en los amigos,
y tengáis verdadera paz con todos.

R/. Amén

Os haga testigos de su amor en el mundo,


generosos y compasivos
con los pobres y los afligidos
y así, gratos ante Él,
os acoja en sus mansiones eternas.

R/. Amen

Y a todos vosotros los aquí presentes,


os bendiga Dios todopoderoso,

Padre, Hijo + y Espíritu Santo

R/. Amén

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