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CICLO:V
MODALIDAD: DISTANCIA
INTEGRANTES:
INTRODUCCION 4
CUERPO
1. Testamento 7
2. El testamento: procedentes y concepto legal 9
3. Actos de disposición mortis causa y testamento 10
4. Clases de testamento 10
5. Interpretación del testamento 14
6. Ineficacia del testamento 16
6.1.-Nulidad del testamento 16
6.2.-Revocación del testamento 18
6.3.-Caducidad des testamento 19
CONCLUSIONES 20
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 21
El siguiente trabajo del tema del testamento es la Declaración voluntaria de una persona
expresando lo que quiere que se haga con sus bienes después de su fallecimiento; es un
acto solemne sometido a ciertos requisitos de forma y en el que necesariamente consta la
institución de un heredero.
Testamento, acto formal y solemne por el cual una persona declara su última voluntad
disponiendo de todos sus bienes o de parte de ellos y ordenando cuantas cuestiones
familiares y personales deban ser atendidas tras su muerte. Las disposiciones patrimoniales
fundamentales son la institución de heredero y, en su caso, la ordenación de legados. Hay
también otro tipo de disposición, el "modo", destinado a limitar o encauzar una institución de
heredero o un legado señalando su finalidad, o alguna restricción o conducta que se impone
al instituido o legatario.
El objetivo prioritario del estudio es realizar un trabajo preciso y riguroso de un tema ah sido
tratado por la doctrina sectorialmente y, por este trabajo, se aborda globalmente. De esta
forma se pretende otorgar al lector un conocimiento integral de la nulidad testamentaria.
OBJETIVOS ESPECIFICOS
1. TESTAMENTO
LA SUCESIÓN TESTADA: SU FUNDAMENTO
EL principio del RESPETO A LA VOLUNTAD personal del causante aunque, desde luego,
no debe colisionar con la noción de orden público, siéndole de aplicación la norma
preceptiva del Art. V del Título Preliminar que, por lo demás, se refleja en el Art. 686, en
cuanto establece que las disposiciones deben hacerse dentro de los "límites de la ley y con
las formalidades que ésta señala"
En el testamento si dispone a quién debe pasar su patrimonio, éste pasa al tercero a quien
el causante designó como sucesor, al que instituyó por testamento, a diferencia de caso en
que no hay testamento en que inevitablemente la mayor parte de la herencia pasa a los
herederos forzosos y sólo la parte de libre disposición puede ser deferida a la persona
designada por el testador.
La ley defiende pues, la parte que pasa a los herederos forzosos., el causante tiene libre
disposición sobre el total de los bienes, lo que indica que el Código concilia el principio de la
libre disposición con el de la herencia deferida por ley, la herencia de libre disposición
limitada en la primera hipótesis con la disposición total en la segunda, que se defiere
únicamente por actos de voluntad, sucesión testamentaria, que es lo que vamos a estudiar.
No hay otras formas de deferir la herencia sino por ley o por testamento; no se le puede
deferir por otro acto jurídico como el contrato por ejemplo, porque el Código excluye esta
posibilidad en el artículo 1338 cuando dice: "Se prohíbe todo contrato sobre el derecho de
suceder en los bienes de una persona que no ha fallecido o cuyo fallecimiento se ignora"
[Art. 1405 del C.C. de 1984].
El Código peruano como todos los Códigos modernos dijimos, concilia los dos principios: el
de la sucesión legal y el de la libre disposición.
Ahora bien, por un acto de la voluntad del testador, en nuestros días, se puede deferir la
herencia a un tercero. Anteriormente en el Derecho Romano sólo existía la herencia legal,
basada en relaciones familiares, pues los vínculos de sangre creaban la herencia y no se
consentía que el causante la diera a otro que no estuviera relacionado por vínculos de
sangre. Pero más tarde se establece el principio de que debía respetarse la voluntad del
causante y permitir que dispusiera libremente de sus bienes. Ya desde las Siete Partidas se
LA SUCESIÓN INTESTADA
Desde el instante del fallecimiento de una persona, los bienes, derechos y obligaciones que
constituyen la masa hereditaria se trasmiten a sus sucesores. La sucesión intestada se
encuentra determinada por la ley por haber fallecido una persona sin haber dejado
testamento. No hay que esperar que puedan fallecer los padres o demás parientes para
solicitar o tramitar la sucesión intestada porque conforme va pereciendo una persona o
causante los demás o los herederos van adquiriendo nuevos derechos y obligaciones.
ELEMENTOS.
Para Delia Revoredo, el testamento es el acto jurídico por el cual el testador puede ordenar
su propia sucesión dentro de los límites que le señala la ley.
Palacios Pimentel nos dice que el testamento es un acto jurídico unilateral que contiene una
declaración de última voluntad, que el causante efectúa para suponer de su patrimonio o de
otros asuntos que le atañen, para después de su muerte.
Mortis causa o causa mortis es una expresión latina que significa "por causa de muerte" o "a
causa de la muerte". que se utiliza en Derecho para referirse a aquellos actos jurídicos que
se producen o tienen efecto a partir del fallecimiento de una persona.1
Se opone al acto jurídico inter vivos producto de la voluntad de dos o más personas vivas.
Actos negociales típicos con carácter mortis causa son los relativos a la sucesión, por
ejemplo, el testamento, la declaración de herederos en caso de no existir testamento, la
posterior aceptación de la herencia del causante y el reparto de la masa hereditaria o caudal
relicto entre los herederos.2
Las donaciones mortis causa, son comunes y aún vigentes en antiguas legislaciones, sin
embargo, ya desde la antigua Roma se prefería tomarlas por legados por ser casi
indistinguibles de ellas.
1) Testamento ológrafo. Art. 3639: "el testamento ológrafo para ser válido en cuanto a sus
formas, debe ser escrito todo entero, fechado y firmado por la mano misma del testador. La
falta de alguna de estas formalidades lo anula en todo su sentido".
No necesita la presencia de testigos ni la intervención de oficial público, son las
disposiciones de última voluntad. No exige fórmulas solemnes o sacramentales, pero del
contexto del acto debe resaltar la voluntad inequívoca de testar.
Constituye la forma más simple de testar, ya que el otorgante puede redactarlo en el
momento más conveniente, y sus previsiones permanecen en secreto. Puede ser redactado
en cualquier idioma. De acuerdo a los artículos 3639 y 3640, no debe haber intervención de
extraños en el acto.
El testamento ológrafo debe ser un acto separado de otros escritos y en que el testador
acostumbra escribir por expresas que sean con respecto a la disposición de los bienes, no
pueden formar un testamento ológrafo (art. 3648).
2) Testamento por acto público. Es aquel en el que el testador entrega por escrito o dicta a
un escribano público, en presencia de testigos, sus disposiciones de última voluntad a
efectos de que aquél lo incluya en el libro de protocolo.
Se trata de un testamento que, cumplidas las formalidades específicas (art. 3654 y ss.),
consta en escritura pública y, por lo tanto, las disposiciones en él contenidas gozan de fe
pública no sólo de quienes intervinieron en su redacción sino también respecto de terceros.
Por ello se ha denominado también testamento notarial o testamento abierto, por
contraposición al testamento cerrado, ya que su otorgamiento y contenido se hacen públicos
desde el día del acto.
Toda persona capaz puede, en principio, otorgar testamento. Se incluyen a los analfabetos
pero se excluyen a los sordos, mudos y sordomudos. La incapacidad del sordo se debe a
que no puede escuchar la lectura del testamento, requisito ineludible según los términos del
art. 3658. En cuanto a la del mudo, Vélez se limitó a copiar las disposiciones del derecho
francés.
El art. 3654 establece que el testamento "debe ser hecho ante escribano público y tres
testigos residentes en el lugar".
El art. 3689 dispone: "Si por causa de peste o epidemia no se hallare en el pueblo o lazareto,
escribano ante el cual pueda hacerse el testamento por acto público, podrá hacerse ante un
municipal, o ante el jefe del lazareto, con las demás solemnidades prescritas para los
testamentos por acto público".
El testamento consular está autorizado por el art. 3636: "Es válido el testamento escrito
hecho en país extranjero, por un argentino, o por un extranjero domiciliado en el estado, ante
un ministro plenipotenciario del gobierno de la República, un encargado de negocios, o un
cónsul, y dos testigos argentinos o extranjeros, domiciliados en el lugar donde se otorgue el
testamento, teniendo el instrumento el sello de la legación o consulado." La ley 4.712, al
organizar las funciones consulares, otorga a los cónsules la facultad de autorizar los mismo
actos que en nuestro país se realizan ante escribanos públicos.
El art. 3637 prevé la protocolización y seguridad testamento consular: "El jefe de legación, y
a falta de éste, el cónsul, remitirá una copia del testamento abierto o de la carátula del
cerrado, al Ministro de Relaciones Exteriores de la República, y éste, abonando la firma del
jefe de la legación o del cónsul en su caso, lo remitirá al juez del último domicilio del difunto
en la República, para que lo haga incorporar en los protocolos de un escribano del mismo
domicilio. No conociéndose el domicilio del testador en la República, el testamento será
remitido por el ministerio de Relaciones Exteriores a un juez de primera instancia de
la capital para su incorporación en los protocolos de la escribanía que el mismo juez
designe."
"El escribano debe, bajo pena de nulidad del testamento, designar el lugar en que se otorga,
su fecha, el nombre de los testigos, su residencia y edad, si ha hecho el testamento, o si
sólo ha recibido por escrito las disposiciones".
El sordo puede otorgar testamento cerrado. El ciego, siempre y cuando lea y se redacte en
escritura Braile. En cuanto a los mudos, el art. 3668 dispone: "El que sepa escribir aunque
no pueda hablar, puede otorgar testamento cerrado". En este supuesto, su incapacidad la
reemplaza con la aptitud de escribir, debiendo redactar el testamento de puño y letra como
lo establece el precepto mentado.
El pliego interior debe contener la escritura y la firma. El escrito puede no ser de puño y letra,
salvo el caso del otorgante mudo, ya mencionado. No se requiere la fecha, ya que se tomará
válida para todos los efectos la del acta notarial que se extenderá en la cubierta. Este se
entrega a un escribano público en presencia de cinco testigos residentes en el lugar,
expresando que lo contenido en aquél pliego es su testamento.
El acta que se extiende sobre la cubierta del sobre o pliego, será firmado por el testador y
por todos los testigos que puedan hacerlo, y por los que no puedan los otros a su ruego;
pero nunca serán menos de tres los testigos que firmen por sí.
Si el testador no pudiere hacerlo por alguna causa que le haya sobrevenido, firmará por él
otra persona o alguno de los testigos. El escribano debe expresar al extender el acta en la
cubierta del testamento, el nombre, apellido y residencia del testador, de los testigos, y del
que hubiere firmado por el testador, como también el lugar, día, mes y año en que el acto
pasa.
El testamento cerrado puede quedar en poder del escribano o del testador, ya que no se
establece en ninguna norma. En el caso de que el testador dejase en depósito o custodia el
testamento en poder del escribano, éste está obligado cuando muera el testador, a ponerlo
en noticias de las personas interesadas, siendo responsable de los daños y perjuicios que su
omisión les ocasione (art. 3671).
El testamento cerrado que no pudiese valer como tal por falta de alguna de las
solemnidades que debe tener, valdrá como testamento ológrafo, si estuviere todo él escrito y
firmado por el testador; y, en caso de no estar fechado, valdrá la fecha del acta labrada
contenida en la cubierta.
Pero cuando han cesado las circunstancias especiales y transcurrido un término prudencial,
el acto carece de eficacia. Son actos transitorios, limitados a un período dado, a
cuyo vencimiento caducan.
a) Testamento militar. En el derecho romano, los milites gozaban de un fuero particular que
les permitía testar bajo determinadas formas. En el derecho moderno, el testamento militar
no conserva ese carácter, y sólo se autoriza esa forma testamentaria en caso de guerra (art.
3672).
Se requiere que el militar integre una expedición militar, o en una plaza sitiada, o en un
cuartel o guarnición fuera del territorio de la República, y asimismo, los voluntarios, rehenes
o prisioneros, los cirujanos militares, el cuerpo de intendencia, los capellanes, los
vivanderos, los hombres de ciencia agregados a la expedición, y los demás individuos que
van acompañando o sirviendo a dichas personas, podrán testar ante un oficial que tenga a lo
menos el grado de capitán, o ante un intendente del ejército, o ante el auditor general y dos
testigos.
El art. 3681 dispone: "Si el buque, antes de volver a la República, arribare a un puerto
extranjero en que haya un agente diplomático o un cónsul argentino, el comandante
entregará a este agente un ejemplar del testamento, y el agente lo remitirá al Ministerio de
Marina, para los efectos que se ha dispuesto respecto al testamento militar. Si el buque
volviese a la República, lo entregará al capitán del puerto, para que lo remita a iguales
efectos al Ministerio de Marina.".
Tendrá validez sólo cuando el testador hubiese fallecido antes de desembarcar o dentro de
los noventa días siguientes al desembarco, el cual no se considerará el bajar a tierra por
corto tiempo para reembarcarse en el mismo buque.
Averiguar la verdadera voluntad del testador puede ser a veces difícil, porque tal voluntad ha
de averiguarse una vez que éste ha fallecido, lo que impide su colaboración en este proceso
interpretativo Por ello, la voluntad “verdadera” del testador ha de deducirse de su voluntad
“manifestada“, es decir, ha de deducirse tal voluntad del tenor literal del testamento.
Dados los esenciales efectos que el testamento tiene en cuanto a las personas interesadas
en el mismo, se ha de interpretar en el sentido más favorable para que produzca efectos,
según el principio del “favor testamenti“.
El testador no puede prohibir que se impugne el testamento en los casos en que haya
nulidad declarada por la ley.
Esta voluntad puede resultar:
• La interpretación debe tener en cuenta todas las circunstancias del caso para dar a
las palabras el sentido que sea más conforme con la situación, ideas y hábitos del testador,
de conformidad con la supremacía que ha de concederse a la voluntad de éste; ello supone
la necesidad de tener en cuenta los usos lingüísticos del testador, prevalentes incluso
sobre el significado común del lenguaje.
• En cuanto al momento que debe de tenerse en cuenta para determinar la voluntad del
testador, parte de la doctrina mayoritaria y la jurisprudencia considera que siendo el
testamento un negocio perfecto desde que se otorga, habrá que estar a la voluntad en el
momento de su otorgamiento
Las causas de ineficacia de los testamentos son tres: nulidad, revocación y caducidad.
Por otra parte, los elementos de validez del acto son la capacidad de los otorgantes, la
ausencia de vicios de la voluntad, que el objeto, motivo o fin sea ilícitos y que la voluntad se
haya manifestado en la forma que la ley establezca; en consecuencia, establece que si falta
alguno de esos elementos, el acto jurídico será anulable, ya de manera absoluta, ya de
manera relativa.
En el ámbito de las sucesiones, los principios vertidos acerca de los demás actos jurídicos
son aplicables por remisión expresa de la ley, como lo prescribe el siguiente numeral:
“Articulo 1859.- Las disposiciones legales sobre contratos serán aplicables a todos los
convenios y a otros actos jurídicos en los que no se opongan a la naturaleza de este o a
disposiciones especiales de la ley sobre los mismos”. ¿Son aplicables al testamento las
reglas de contratos o no, por ser contrarias a su naturaleza?, no es aplicable debido a que
los testamentos no producen efectos provisionales, ni los testamentos pueden ser objeto de
prescripción. Veamos algunos supuestos en que los testamentos no producen efectos:
TERCERO. La ley dispone que es nulo el testamento otorgado por dolo o fraude (mala fe),
sin especificar qué tipo de nulidad, ni tampoco establece que se pueda “revalidar” el
testamento, consideramos que no es posible ratificar el testamento, ya que en materia de
sucesiones debe concluirse que hay o no testamento, pero nunca podemos decir que hay un
testamento afectado de nulidad relativa.
CUARTO. Esta sancionado con la nulidad el caso en el que el testador no exprese cumplida
y claramente su voluntad; en este supuesto no nos referimos a la forma que debe revestir la
voluntad como el elemento de validez, más bien a una forma especial para entender que el
testador expresó su voluntad, si no la expreso de ese modo, la ley considera que no hubo
voluntad, como si el testador no hubiese dicho nada, no solo considera que la voluntad
estuviese incompleta, sino que considera que no hubo voluntad alguna. El testador no
expresa su voluntad de manera clara y cumplida cuando lo hace mediante señales o
monosílabos en respuesta a las preguntas que se le hacen.
QUINTO. Como ya se comentó, cuando no se cumple con la forma exigida por la ley, el
testamento es nulo, y debe ser la nulidad absoluta de conformidad con la legislación. En la
doctrina se señala que la forma en los testamentos es un elemento de existencia, por lo cual
su falta será sancionada con la inexistencia.
La revocación del testamento es la facultad que tiene el testador para evitar que produzca
efectos el mismo, es la facultad que tiene el testador para hacer que, por su propia y
exclusiva voluntad, el testamento válidamente otorgado no produzca efectos.
Por otra parte, la revocación del testamento puede ser expresa o tácita; sin embargo,
considero que ello tampoco es exacto, ya que siempre debe ser expresa, aunque puede ser
de manera explícita o implícita, lo cual depende de que el testador al revocar el testamento
anterior lo diga explícitamente o no, pero nunca podremos presumir que quiso revocar el
testamento, sino que por necesidad deberá revocarlo de manera expresa. La única forma
para hacer revocar un testamento es hacer uno posterior.
La ley dispone que el testamento posterior sea perfecto, pero sus disposiciones caduquen, la
revocación del anterior subsistirá, pero si el testamento posterior es nulo o no es perfecto, el
testamento anterior nunca habrá sido revocado, nunca perdió su eficacia. Un testamento
solo dejara de tener efectos por revocación, cuando el posterior sea perfecto (aunque su
disposiciones hayan caducado), y siempre y cuando en el último no se haya dicho que el
anterior surta efectos, es decir, el testamento anterior “recobrara” su fuerza si el testador al
Las disposiciones testamentarias caducan cuando son perfectas y no pueden surtir efectos,
sea por la causa que fuere. La ley establece algunos casos de caducidad de las
disposiciones testamentarias y en relación con los herederos y legatarios, pero pueden
caducar otras disposiciones como el reconocimiento de un futuro hijo, el cual no llego a ser
persona, en términos jurídicos, por no haber nacido vivo y viable, o por ejemplo las
disposiciones relativas al albacea que no llego a serlo.