Vous êtes sur la page 1sur 12

CAPITULO 4

1.INDIVIDUOS SINGULARES, INDIVIDUALIZADOS Y PLURALES

En Francia, durante la década de los ochenta, el individuo se volvió objeto de una


variedad de indagaciones A los fines de precisar la expresión “individuo”,
tomaremos prestado del antropólogo Louis Dumont su distinción entre dos
categorías de utilización sociológica de esa noción. 1)El agente empírico presente
en cualquier sociedad, 2) el ser provisto de razón, el sujeto normativo de las
instituciones., propio de las sociedades individualistas modernas. El filósofo
Vincent Descombes habla de individuación para la primera y de individualización
para la segunda.

En relación con esos dos sentidos del término “individuo”, las “nuevas sociologías”
abordaron tres tipos de problemas:

1) La singularidad del individuo, que remite a una propiedad de cualquier


individuación, pero que adopta formas específicas en las sociedades
individualistas, en las que se valora la individualidad;
2) 2) la hipótesis de una individualización mayor de los individuos en las
sociedades contemporáneas conocidas como “individualistas”;
3) 3) la pluralidad de recursos constitutivos de cada individuo, que podría
caracterizar a un gran número de sociedades, pero que se incrementaría en
nuestras sociedades más diferenciadas.

Paralelismos entre filosofía y sociología en el tratamiento de la individualidad

En el terreno contemporáneo de los análisis filosóficos, las individualidades tienen


que ver con la identidad personal, pero también con aquello que la desborda.
Pierre Bourdieu

Identidad-mismidad/ habitus individual

Para el filósofo Paul Ricoeeur,(1913-2005), la mismidad da respuesta a la


pregunta ¿Qué soy?. Apunta a la continuidad de propiedades de la persona, lo
que Ricoeur resume con la noción de “carácter”, concebido como “conjunto de
disposiciones durables en las cuales se reconoce una persona”. En cierto modo,
es la parte “objetiva” de la identidad personal.

Ese en un ámbito familiar de la sociología, con la noción de habitus en Pierre


Bourdieu: un “sistema de disposiciones durables y transferibles” incorporado por
el individuo durante su socialización. Ahora bien Bourdieu diferencia claramente el
habitus de clase, que, en el seno de una clase de individuos, remite a las
probabilidades de pasar por experiencias en común, del “habitus individual”. En
efecto, quedaría excluido “que todos los integrantes de la misma clase pasaron
por las mismas experiencias y en el mismo orden”. Cada persona se presentaría
como un compuesto individual, único, de disposiciones colectivas.

Francois Dubet

Identidad-ipseidad/ en cuanto a sí mismo

La ipseidfad se enlaza, en Ricoeur a la pregunta por el ¿quién?. En tanto


ireducible a cualquier pregunta ¿qué? La orienta la pregunta “¿quién soy?” que
desemboca en la figura de la “preservación del sí-mismo. La ipseidad constituiría
la parte “subjetiva” de la identidad personal, remitiendo a lo que para uno mismo
es ser uno mismo.

Las ciencias sociales también hicieron incursiones en ese ámbito con la sociología
de la experiencia elaborada por Francois Dubet 81994). Este último propone la
hipótesis de la sedimentación de un en cuanto a sí mismo personal que se
representa como imposible de desplegar a los rolas sociales encarnados.
Luc Boltanski

Momentos de subjetivación/agapé

La singularidad de que sería portador el individuo no se agotaría en esas dos


dimensiones identitarias ya mencionadas (mismidad e ipseidad). También existiría
lo que el filósofo Jocelyn Benoist caracteriza como momentos de subjetivación.
Con esta modalidad de la experiencia, la presencia del sujeto sería “en un
principio la de una separación y una carencia de identidad”. Dentro de esa
configuración, el Yo no expresaría una identidad en sí, sino un carácter
irrefrenable, una singularidad en el carácter momentáneo de un instante de acción.

Esta dimensión, menos sondeada por la sociología, obedece más bien a


sociologías que poseen un anclaje interaccionista. La sociología de los estados
de agapé formalizada por Luc Boltanski (1990) examinó una categoría de m
omentos de subjetivación. La agapé, según este autor, remite a momentos de
despreocupación que involucran un amor singular sin recurso al cálculo.

En el cruce entre normas sociales y subjetivación, sendas a partir de


MICHEL FOUCAULT

El trabajo del filosofo Mathieu Potte-Bonneville acerca de Michel Foucault


proporcionó sugerencias heurísitcas a las ciencias sociales. Potte-Bonneville
esboza conexiones entre Foucault crítico de normas sociales opresivas y el
Foucault filósofo de la “subjetivación” (especialmente en “La inquietud de sí,”
1984b).

En el primer Foucault la individualización resultaría de una lógica impuesta a los


individuos mediante dispositivos de saberes/poderes. Eso sucede, por ejemplo,
con aquello que Foucault (1975) denomina “individualidad disciplinaria en su
investigación acerca de la prisión. Esta individualidad socialmente normada podría
caracterizar las identidades-mismidades/habitus.

El segundo y último Foucault se interesa por las “formas y modalidades de la


relación consigo mismo mediante las cuales el individuo se constituye y se
reconoce como sujeto” (Focault 1984b). Identidad-ipseidad/en cuanto a sí mismo y
momentos de subjetivación/agapé podrían estar involucrados
.

Poniendo en relación los dos Foucault, Potte-Bonneville caracteriza la subjetividad


foucaultiana como “ a la vez libre y atada” de cara a las normas sociales. La
subjetivación sería dependiente de las normas dominantes, a la vez que
autorizaría un espacio de posible inventiva por parte del sujeto.

En “La inquietud de sí” el propio Foucault se refiere a “una respuesta original en


forma de una nueva estilística de la existencia” frente a lógicas sociales coactivas.
Ahora bien, la “respuesta a” no es la única “determinación por obra de” de los
sociólogos, aunque sin abolir la restricción social.

2.INDIVIDUOS SOCIALES E INDIVIDUALIZADOS

Las nuevas sociologías francesas se interesaron especialmente por los individuos


individualizados de nuestras sociedades individualistas.

ADOPCION DE PERSPECTIVAS HISTORICAS

Las nociones individualismo e individualización suelen participar en relatos


históricos, al resituar los fenómenos contemporáneos en la historia de las
sociedades humanas.

Elucidaciones históricas (Louis Dummont, Norbert Elias, Charles Taylor, Robert


castel

Louis Dumont trabajó en una antropología comparada de las sociedades holistas


(entre ellas la India de las castas) e individualistas (que reposan sobre “la
ideología moderna” occidental).Las sociedades holistas “tradicionales” pondrían el
acento “sobre la sociedad en conjunto” conforme a una lógica “jerárquica”, para la
cual los individuos empíricos son independientes de un “todo”, mientras que las
sociedades individualistas-modernas privilegiarían las unidades individuales, en
torno a los valores “de libertad e igualdad”. Esta tendencia habría empezado a
generalizarse en la historia occidental a partir del siglo XVIII.
Para Norbert Eias (1987) nuestra presentación de un “Yo” provisto de interioridad,
y separado de los otros, habría aparecido recién “en fecha bastante tardía en la
historia e la humanidad, en un primer momento lentamente y durante un breve
período en círculos restringidos de las sociedades de la Antigüedad, más tarde
nuevamente a partir del período del Renacimiento en las sociedades
occidentales.” Ese movimiento de individualización habría contribuido a modificar
el “equilibrio yo-nosotros”, con un paulatino “predominio de la identidad del yo
sobre la identidad del nosotros”. Los individuos, aunque cada vez más se perciban
como individuos individualizados, permanecerían inscriptos en relaciones de
interdependencia.

El filósofo canadiense Charles Taylor (1989) propuso una genealogía de las


concepciones filosóficas del “Yo” en Occidente. Uno de sus principales aportes es
el de haber dejado en evidencia “lazos entre los conceptos del yo y las visiones
morales”. Así, se habría forjado el “Yo” de los filósofos occidentales a partir de
fuentes heterogéneas como la afirmación de la vida ordinaria, portadora de
tendencias centradas en el ego. Ahora bien, hoy en día aparecerían “zonas de
tensión o de fractura que amenazan la cultura moral moderna, entre apologías del
“primado de la “plena realización personal, tentadas de “desacreditar cualquier
noción de bien”, y defensas de una continuidad del arraigo moral de la
individualidad.

Robert Castel (2001),quien se inscribe en la línea de Emile Durkheim, enriqueció


una lectura más directamente sociológica de la historia del individualismo
moderno, l ponerla en relación con la constitución del Estado social. Así, demostró
cómo la autonomía individual moderna se apoyó sobre “soportes sociales” que
permiten al individuo desligarse de los azares de la vejez, de los accidentes, de la
enfermedad o de la coyuntura económica, para proyectarse en el tiempo y
culminar una vida personal. El movimiento de autonomización de los individuos
necesitaría, pues, condiciones sociales. Este planteo sociohistórico sale al cruce
de la ficción liberal de un individuo autónomo desde el comienzo anteponiendo
una individualidad sostenida por dispositivos e solidaridad.
LECTURAS DEL INDIVIDUALISMO CONTEMPORANEO

En el terreno de las sociologías del individualismo contemporáneas discutidas en


Francia pueden identificarse, a partir de su tendencia, dos grandes polos. En
primer lugar, un polo crítico, en una doble acepción del término: corriente y
sociológico. En segundo lugar, un polo comprensivo, también en dos sentidos
corriente y sociológico.

Esos polos sociológicos revelan presupuestos antropológicos, de los que no se es


consciente la mayoría de las veces. Así, el polo crítico parecería hacer pie más
bien sobre una antropología filosófica de los deseos frustrados, disgregadora para
las personas tanto como para el lazo social, en concordancia con Durkheim; en
cambio, el polo comprensivo parece más bien alimentarse de una antropología
filosófica de los deseos humanos creadores, en convergencia con Marx.

Polo crítico: Richard Sennett, Christopher Lasch, Alan Ehrenberg

Según el sociólogo Richard Sennett (1974), nuevas tiranías de la intimidad se


diferenciarían de las tradicionales tiranías del nosotros. Así Sennett registra una
escalada “tiránica” de la intimidad como referente cada vez más exclusivo en
nuestras sociedades. De ello se deriva un retroceso o declive del espacio público
ante esos violentos impactos. El mito de Narciso indicaría que “uno puede
ahogarse en su propio yo”.

El historiador y filósofo Christopher Lash(1932-1994) refina la indagación de “la


cultura del narcisismo”. Enesa configuración, el Yo recurriría a los otros de cierta
manera:

“Pese a sus esporádicas ilusiones de omnipotencia, Narciso necesita de los


demás para estimarse a sí mismo; no puede vivir sin un público que lo admire. Su
aparente emancipación de los lazos familiares y de las restricciones institucionales
no le aporta la libertad de sr autónomo y de complacerse en s individualidad. Al
contrario, hace su aporte a la inseguridad que sólo puede dominar si ve su
“grandísimo Yo” reflejado en la atención que otro le destina” 1979

A eso se debe una “ansiosa vigilancia de sí mismo”. Esas expectativas narcisistas


asiduamente decepcionadas residirían en el origen de frustraciones.
Con otra inspiración, cercana a lo que se dio en llamar el “primer Foucault”, Alain
Ehrenberg (1998) echó luz sobre el individualismo contemporáneo por medio de
una historia sociológica de la depresión. En su opinión, el individualismo se
debería en primer lugar a normas sociales constrictivas. Ahora bien cuando uno no
consigue estar a la altura de las normas dominantes, se desarrollarían
“patologías”. Ehrenberg desglosa dos eras del individualismo contemporáneo en
Francia.

Entre las décadas de 1960 y 1970 dominaría la norma de la “identidad individual”


(haría falta ser uno mismo), secretando en algunos la patología de la inseguridad
identitaria”.

En los años ochenta aparecería, sin eliminar la anterior, la norma de la “acción


individual” (haría falta “tener un gran desempeño” y cada cual sería “responsable”
de su acción o inacción). “El temor a no rendir”, a no “estar a la altura” constituirían
su reverso patológico.

El polo comprensivo.

Anthony Giddens, Francois de Singly, Jacques Ion

A contrapelo del polo crítico, ciertas investigaciones se esforzaron por revalorar los
aspectos positivos del movimiento histórico de la individualización.

El británico Anthony Giddens (1990-1992) diferencia la “segunda modernidad”, ala


cual asistiríamos a partir de las décadas de 1960 y 1970, de las Luces de la
“primera Modernidad”. En esta etapa del individualismo moderno, la reflexividad (el
giro de la sociedad hacia sí misma, así como delos individuos hacia sí mismos)
ocuparía un lugar creciente y positivo.

La identidad de uno mismo (self-identity) estaría cada vez más constituida por un
trabajo reflexivo y discursivo de ese tipo (un giro hacia sí m ismo y una manera de
“relatarse” en su “fuero íntimo” y ante los demás) Aquí se abordaría una de las
modalidades de lo que Ricoeur (1990) denominó “identidad narrativa”: la
fabricación de una identidad en la puesta en relato.
En el área de la sociología de la familia, Francois de Singly (1996) se interesó muy
especialmente en los nuevos equilibrios que se bosquejan entre el yo y el
nosotros. Si bien profundamente autonomizado, el individuo no se reduciría a una
unidad de tipo narcisista. La identidad sería coproducida, sobre todo por el
partenaire. En “Libres ensemble”, De Singly (2000) observa las tensiones y
compromisos entre el individuo “solo” el individuo “con”. Durante el transcurso de
numerosas ocasiones de la vida cotidiana, el individuo sería proclive a ajustarse a
las expectativas de los otros, según la dinámica de una “socialización por roce”,
sin que ello signifique renunciar a sí mismo.

INDIVIDUALIDAD Y CRITICA COMPRENSIVA

Una serie de autores que toman como punto de partida un planteo comprensivo se
vieron llevados a la vez a poner en entredicho las disimetrías de recursos entre
actores y grupos de actores. Así, podemos hablar de una crítica comprensiva.

Individualización y desigualdades

Ulrich Beck, Vincent de gaulejac, jean Claude Kaufmann

El sociólogo alemán Ulrich Beck (1986) construyó su paradigma de “sociedad del


riesgo”, que sería propia de nuestra “modernidad avanzada” (o modernidad
reflexiva), por la senda de una analogía entre a cuestión de los riesgos
tecnocientíficos y la cuestión de los riesgos biográficos en una sociedad
individualista. En esta segunda faceta, diagnostica “durante el proceso de
modernización del Estado de Bienestar posterior a la Segunda Guerra
Mundial…un impulso social de individualización, de amplitud e intensidad sin
precedentes. Si tanto “la autoconstrucción de uno mismo” como la “emancipación
con relación a los estatutos sexuales” habrían progresad, nuestras sociedades
también asistirían a una “individualización de la desigualdad social” asociada a
una “dependencia de cara al mercado en todas las dimensiones de la existencia”.

En la confluencia entre las trayectorias de la sociología y del psicoanálisis, Vincent


de Gaulejac (1987, 2009) propone una sociología clínica de aspectos
simultáneamente comprensivos y críticos, afrontando con determinación las
desigualdades sociales.
Por su parte Jean Claude Kaufmann (2004) puso en circulación la hipótesis de lo
“social reformulado por la identidad”. Según este autor, surgiría “un nuevo espacio
de desigualdades”: 2el de la representación de uno mismo, de las imágenes y de
las emociones que vehiculiza”. Ese nuevo espacio de desigualdades se exhibe a
la vez como alimentado por las desigualdades sociales clásicas, portadoras de
“sufrimientos materiales”, pero además adquiere una dinámica autónoma,
“abriendo un abismo de padecimientos psicológicos”.

Críticas contra el neocapitalismo

Axel Honneth, Philippe Corcuff, Isabelle Ferreras

La identificación, por parte de Corcuff (2006b) de una contradicción


capital/individualidad en el seno del neocapitalismo converge con los análisis e
Honneth. Desde esta perspectiva, el neocapitalismo, al estimular-mediante los
nuevos mecanismos productivos así como e consumo masivo- los deseos de
individualidad, incrementaría las frustraciones. En efecto, crearía expectativas de
expansión personal a las cuales podría dar satisfacción sólo de modo parcial
dentro de un marco mercantilista existencialmente empobrecedor. Por
consiguiente, la atención se orientó hacia los imaginarios cotidianos forjados en el
seno de las individualidades de nuestros contemporáneos, así fragilizadas.

INDIVIDUOS SOCIALES Y PLURALES

El carácter plural de cada individuo suscitó creciente curiosidad en las ciencias


sociales en Francia. Por ejemplo, Bernard Lahire (2005) escribió acerca del
“hombre plural” y Laurent Thévenot (2006) de “personalidad a tiroirs” (inestable,
desarticulada). Se tomará sólo dos importantes elucidaciones relacionalistas: un
polo disposicional y un polo pragmático.
UNA PLURALIDAD DISPOSICIONAL: DE PIERRE BOURDIEU A BERNARD
LAHIRE

El habitus indiidual, en tanto, “sistema de disposiciones durables t y transferibles


,presupone más bien la unidad de la persona. Pese a todo Bourdieu suavizó sus
formulaciones durante los años noventa, al señalar la especificidad de “habitus
desgajados, librados a la contradicción y a la división en contra de uno mismo”.

Bernard Lahire (2004) se sitúa en la prolongación crítica de Bourdieu, tomando en


cuenta los habitus individuales más radicalmente plurales. En Lahire más ben
habría que hablar de stocks de disposiciones individualizadas, no unificadas en los
habitus. Por ejemplo, Lahire observa que en el ámbito de las prácticas y de los
gustos culturales, los perfiles individuales parecen cada vez más disonantes,
desde el punto de vista de la legitimidad cultural dominante. Este incremento de
singularidades disonantes tendría raíces sociales: la plurisocialización de los
individuos en sociedades diferenciadas da cuenta de la variación interindividual de
sus comportamientos sociales.

Sin embargo, la fuerza heurística del léxico disposicional revela un punto ciego.
E los límites del campo visual de Bourdieu y de Lahire se sitúa la cuestión de las
competencias. Una disposición es una tendencia, ligada a la socialización,
que suele imponerse de manera no consciente al individuo. Una competencia
remite al aprendizaje de una capacidad, como aprender futbol o piano, es decir,,
algo que nos vuelve “capaz de”, con una autonomía más o menos grandes en el
manejo de esa competencia.
COMPETENCIAS, CUERPOS Y COSAS:

LA SOCIOLOGIA PRAGMATICA DE LUC BOLTANSKI Y LAURENT


THEVENOT

Luc Boltanski y Laurent Thévenot, esbozaron un paradigma pragmático (centrado


en la “acción situada”) desde finales de los años ochenta: rompían así, con el
marco de la sociología de Bourdieu, en cuyo seno habían realizado sus primeros
trabajos.

Esta sociología de los regímenes de acción o sociología de los regímenes de


compromiso se interesa en cueros provistos de competencias y confrontados a
cosas dentro de “curos de acción”. Las relaciones sociales no se perciben sólo con
el sesgo delas relaciones entre personas, sino también según se condigan con las
cosas.

Un nuevo paradigma pragmático en ciencias sociales

Puede considerarse la sociología de los regímenes de acción una construcción de


segundo grado, en el sentido de la sociología fenomenológica de Alfred Schutz,
vale decir, una “construcción de las construcciones erigidas por los actores en la
escena social” Para comprender mejor de qué modo la sociología constituye un
conocimiento de segundo grado, debemos especificar un poco más su contenido:
en la sociología de los regímenes de acción, la acción se percibe por medio de la
dotación mental y gestual de las personas, en la dinámica de ajuste de las
personas entre ellas o con las cosas. Por ende, e recorte que esta sociología
efectúa en la acción intenta seguir el recorte efectuado por los actores en
situación; es un recorte de recorte. NO es que se apunta al mundo
“objetivamente”, sino al mundo por intermedio de los sentidos usuales delo que es
el mundo movilizado por las personas en “cursos de acción”.

Por consiguiente se elaboró un instrumental pluralista ara percibir la acción en


situación. Esta sociología no toma como punto de partida un modelo general, sino
modelos regionales de acción. Este es un aspecto que la diferencia de gran
cantidad de sociologías con que se cuenta hoy en día, que suelen ser léxicos
propios de descripción-interpretación-explicación, válidos para cualquier situación.
Diversidad de regímenes de acción sondeados

El primer régimen de acción construido fue el de justificación pública ( o de la


justicia; Boltanski y Thévenot, 1987). El modelo analiza el sentido cotidiano de la
justicia movilizado por las personas en situaciones de disputa. Según Boltanski y
Thévenot, en nuestra sociedad existen diversos modelos de argumentaciones
generales, que reposan sobre distintas concepciones de bien común ( o de
justicia) en una ciudad. Debido a ese nexo, recurrirán a autores clásicos de
filosofía política, percibidos como gramáticos del lazo político. Se identificaron seis
modos de justificaciones públicas, o concepciones de la ciudad justa: la
justificación cívica (Rousseau); la justificación industrial (Saint-Simon), la
justificación doméstica (Bossuet),la justificación mediante la opinión (Hobbes), la
justificación mercantil (Smith) y la justificación inspirada (San Agustín).

Vous aimerez peut-être aussi