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Instructorado de Ayurveda y

Yogaterapia

Meditaci
ón
Trabajo monográfico realizado por:

Stella Guillem
Martín Delaloye
Paraná, noviembre de 2005

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I. Introducción.
En el transcurso de las últimas décadas han ocurrido muchos cambios políticos,
culturales, sociales, así como grandes cambios tecnológicos, en diferentes partes del mundo,
especialmente en el mundo occidental. Además, se ha notado un ritmo cada vez más acelerado
en casi todos los campos de la vida humana.
El hombre moderno debe tener una capacidad de aprendizaje mayor de la que haya
tenido nunca, pues ahora hay más para aprender, en menos tiempo. Por lo cual tiene que
capacitarse para adaptarse a situaciones nuevas todos los días; al mismo tiempo la sociedad
global languidece por falta de comprensión espiritual de la naturaleza humana. En medio de la
actividad frenética, se aniquilan la armonía interna y la comprensión bajo el peso de un sistema
nervioso sobrecargado.
Paradójicamente, en esta época, llamada la era de las comunicaciones, cada vez mas
personas se sienten aisladas. Se ha incrementado el individualismo y existen problemas
profundos de comunicación, tanto interpersonal, como intrapersonal, produciéndose
disociaciones dentro del mismo individuo, ya que el sentir, el pensar y el accionar está cada día
mas alejado de ser una unidad y de poseer el equilibrio necesario para llevar una vida armónica.
La experiencia de este estrés en un nivel masivo, ha subrayado la necesidad de un
medio para lograr una cohesión interna. En la psicología, investigadores y practicantes han
comenzado a comprobar la eficacia de las técnicas de expansión mental de la meditación, para
reintegrar la personalidad.
Por todo esto, a través del presente trabajo nuestra intención es realizar un acercamiento
a la meditación, aclarando conceptos e ideas nuevas, para quienes desean ampliar y aprovechar
los conocimientos existentes sobre este tema.

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II. ¿Qué es la Meditación?
Podría decirse que “meditación” es una palabra de uso común y corriente. Sin embargo,
el hecho de que esta palabra sea tan familiar no implica que su significado, y lo que ésta
realmente representa, esté claro y que se entienda correctamente.
Hay quienes dicen, "La meditación consiste en poner la mente en blanco". Otros piensan
que meditar es sentarse sin hacer nada, o que es entrar en una especie de trance o en estados
alterados de conciencia, estados de autohipnosis, etc. Estas son algunas de las ideas erróneas,
más comunes acerca de la meditación.
Es un error común pensar que hay realmente solo un tipo de meditación, o que la
práctica de meditación está restringida al uso de una técnica particular de concentración. A
veces los que conocen o practican solo uno de estos métodos tienden a concebir la meditación
en términos muy limitados y muy particulares.
La causa de estos malentendidos es que la meditación es un tema relativamente nuevo
en Occidente, o al menos en Occidente moderno. No ha surgido nada comparable, al menos en
la historia reciente, dentro de nuestra experiencia. Ni poseemos siquiera las palabras correctas,
los términos técnicos propios, para describir los estados y procesos de la meditación.
Por eso, es cada vez más urgente que se aclaren dichas confusiones y que se resuelvan
los malentendidos.
La palabra meditar tiene en nuestra cultura varios significados. Etimológicamente
proviene del latin meditari que significa “reflexionar”, “pensar en algo”, “estudiar”. Pero en
oriente, el concepto es distinto, allí, la meditación se refiere a prácticas formales cuyo objeto es
observar la mente llevándola gradualmente a la concentración en un solo punto, ya sea un
objeto o en sus propios contenidos.
Por lo general la mente es confundida con sus contenidos. Pero los contenidos de la
conciencia, los recuerdos, los deseos, los valores, las explicaciones sobre la vida y el cosmos,
pueden ser observados por el mismo “órgano”, la mente, que los origina continuamente.
Algunos creen que no se puede dominar el pensamiento. Les parece inevitable que los
pensamiento vengan y se hagan cargo de la mente. En cambio, lo primero que se debe
comprender es que todos esos contenidos de la conciencia que son expresados en los
pensamientos, no son otra cosa que nuestras propias creaciones y como tales pueden ser
observadas. Y también cuando aparezcan desde ese lugar desconocido que llamamos
“inconsciente”, pueden ser observadas las imágenes y los símbolos universales que proceden de
nuestra propia cultura y la memoria ancestral que guarda las experiencias de toda la especie
humana.
En las tradiciones orientales, se clasifica la conciencia en cuatro niveles o etapas. En
primer lugar se tiene lo que se conoce como la conciencia sensorial, es decir, la conciencia
asociada a la percepción a través de los sentidos, que a veces se denomina conciencia simple,
que es el nivel de conciencia que tenemos en común con los animales. En segundo lugar, está la
conciencia reflexiva, la conciencia del ser consciente, del saber que sabemos. En este nivel, la
conciencia se duplica, por así decirlo, conociéndose y experimentándose a sí misma. Se puede
decir que la conciencia reflexiva es la conciencia humana. Luego se tiene lo que se llama
Conciencia Trascendental, la cual, se puede decir, que está en contacto directo con la Realidad,
la Realidad Ultima, fundamental y esencial de las cosas que se experimentan como objetos
"externos". En cuarto y último lugar, se encuentra la Conciencia Absoluta. En este nivel la
dualidad sujeto-objeto se ha disuelto completamente, dando paso a la experiencia total de la
Realidad Ultima, que, en sí misma, es la experiencia pura, más allá de dualidades, prejuicios y
marcos de referencias.
Según esta clasificación, el primer nivel de conciencia corresponde predominantemente
al ser humano corriente, que no se interesa por desarrollarse espiritualmente; y el cuarto nivel
corresponde al ser humano Iluminado.

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De esta forma se puede comprender lo que es la vida espiritual, lo que es en esencia la
Evolución Superior. Podemos decir que ésta consiste en una progresión continua de estados de
conciencia y de ser cada vez más sublimes, yendo desde el mundo de la experiencia sensual al
mundo de la forma mental y espiritual; del mundo de la forma mental y espiritual, al mundo de
la no-forma y, del mundo de la no-forma, a un estado de Iluminación.
Para recorrer este sendero, hay dos métodos o dos enfoques diferentes para desarrollar
la conciencia, uno objetivo o indirecto, y el otro subjetivo o directo.
Desde este punto de vista se puede definir la meditación como el método directo o
subjetivo para elevar el nivel de conciencia.
Meditar entonces, para estas tradiciones, no es pensar en algo, sino por el contrario, es
“dejarse estar” en perfecta calma para poder auto observarse. Es la experiencia de observar el
cuerpo y la mente sin juzgar. Por eso meditar no es algo que se aprende, si no que es dejar
surgir libremente lo que se es sin interferir en ello. Dejar que las cosas sean como son. Meditar
es dejarse ser.
Meditar es lograr que los aspectos positivo y negativos de la mente se vuelvan neutros,
es decir salir de la polaridad en la que nos encontramos cotidianamente. Esto es posible porque
los dos hemisferios del cerebro, el lógico y el intuitivo, se armonizan durante la meditación y se
sincronizan de tal manera que el meditador descubre su realidad existencial.
Como se ha dicho antes, esa auto observación, puede hacerse de tantas diferentes
maneras como tradiciones orientales u occidentales existan. Lo cierto es que cada uno debe
buscar la forma que mas se adecue a su personalidad, y al encontrarla, hay que tratar de
mantenerla.

III. Beneficios y efectos de la meditación

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Desde hace mucho tiempo en occidente la meditación ha adquirido mayor relevancia, ya
que la misma es recomendada por profesionales de la medicina para calmar el estrés y las
enfermedades que de él se generan.
El estrés se produce cuando frente a estímulos externos, el cuerpo genera reacciones que
al acumularse provocan enfermedades tales como la hipertensión, trastornos digestivos,
afecciones cardíacas, problemas musculares, jaquecas, etc.
Si bien la meditación nació como una práctica espiritual, en la última mitad del siglo
XX comenzó a estudiarse sus efectos tanto en la salud física como mental de sus practicantes.
Gracias al electroencefalograma, se descubrió que los hemisferios cerebrales tenían
diferentes ritmos vibratorios y se pudieron identificar los diferente estados de la conciencia. Las
ondas cerebrales se nombran según su frecuencia, con las letras alfa, beta, delta o theta. Así
cuando predominan las ondas beta estamos despiertos o en vigilia. Mientras estamos dormidos,
las ondas cerebrales son mas profundas y pausadas, delta durante el sueño profundo y theta en
la somnolencia o sueño ligero. En estado de meditación las ondas predominantes son las alfa,
que indican que estamos relajados pero atentos, y pueden estar acompañadas por otras pautas
de actividad mental. Durante la meditación, a diferencia de otros estados, ambos hemisferios
cerebrales funcionan en armonía, se activan regiones que por lo general se mantienen inactivas
y se experimenta una sensación de profunda relajación y al mismo tiempo gran claridad y alerta
mental.
Además se ha observado que durante la meditación el ritmo respiratorio y el cardíaco
disminuyen, provocando una disminución en el consumo de oxígeno en el organismo, pero al
mismo tiempo, una disminución del anhídrido carbónico, lo que significa una reducción general
de la actividad celular del organismo. Así el ritmo metabólico es mas bajo y las células
“descansan” y se regeneran.
En EEUU se han realizado estudios, sobre mas de dos mil meditadores. Al comparar los
resultados con un grupo semejante en edad, sexo y profesión, se encontró que quienes
meditaban necesitaron un 87% menos de atención hospitalaria por problemas coronarios, un
55% menos por cáncer y un 87% menos por desórdenes mentales.

Dentro de los principales beneficios de la meditación se pueden citar los siguientes:

 Reduce el estrés y la ansiedad.


 Reduce el riesgo a contraer enfermedades cardiovasculares.
 Mejora las relaciones en ámbitos grupales, tanto laborales como familiares.
 Contribuye mejorando las actividades intelectuales.
 Rejuvenece y revitaliza el cuerpo.
 Mejora e incrementa el rendimiento laboral, la creatividad y la autoestima.
 Trae conciencia, armonía y orden natural a la vida humana.
 Elevan al individuo a un estado de conciencia liberada.
 Despierta la inteligencia para hacer la vida feliz y pacífica.

IV. Antes de comenzar a meditar.

Maestros:

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Uno de los aspectos mas importantes de la meditación es la continuidad de la práctica.
Por lo cual trabajar con un maestro, sobre todo al principio, facilita el aprendizaje y es un guía a
quién recurrir ante cualquier duda.
El maestro es el instrumento mas útil para iniciarse en la práctica de meditación. Esta
persona debe ser competente tanto en sus conocimientos como en la práctica para poder guiar al
principiante. La elección del maestro no debe estar condicionada por sus títulos, ni por la
popularidad ni la riqueza que haya obtenido por lo que cobra para transmitir sus enseñanzas, si
no por sus cualidades personales como el altruismo, la pureza, el amor, la compasión y la
paciencia.
El maestro debe respetar al alumno, darle libertad y no crear dependencia, ya que la
devoción por una persona nos hace vulnerables. Es por eso que un buen maestro, no trata de
cambiar o dominar a la persona. Tampoco exhibe poderes, ni le interesan los cambios de
religión, ni la cantidad de devotos, ni acepta honores. Se debe tener en cuenta que el maestro de
meditación, en occidente, no es un ser divino, al que en oriente se le debe obediencia total, sino
una persona igual al resto de los mortales.
El verdadero maestro es quien enseña la observación de nosotros mismos, quien enseña
a ver la realidad.
Se debe también tener presente que el maestro es externo e interno, y que al aferrarse a
un maestro externo, por bueno que sea, llegará un momento en el que ya no se podrá avanzar,
por eso nunca se debe dejar de lado el maestro interno, que es quien muestra el camino a seguir.

El lugar para la meditación:

El lugar específico y los ritos para la meditación, no son imprescindibles, pero


establecen una rutina que permite entrar con mayor facilidad en la práctica. Cada persona debe
buscar su propio lugar y rituales para la práctica.
Es conveniente, al principio, meditar siempre en el mismo lugar y a la misma hora,
porque esto ayuda a no distraerse.
El lugar debe ser tranquilo. Se puede aromatizar el ambiente, colocar flores o la imagen
de un maestro espiritual.
No es recomendable poner música, pero si el lugar no es lo suficientemente silencioso,
se podrá usar música suave para ayudar a que la mente no se distraiga con los sonidos del
exterior. También es beneficioso oscurecer el ambiente de la práctica, manteniendo una luz
tenue.
Por último es importante usar ropa cómoda de tejidos naturales y mantener los pies
descalzos para favorecer la relajación.
Como ya se dijo, todo lo anterior no es imprescindible, ya que cuando la práctica se ha
hecho firme y constante, se verá que es posible meditar en cualquier lugar y en cualquier
condición.

El tiempo:

Establecer un horario y un tiempo determinado para meditar diariamente, ayudará a


vencer la apatía y la falta de docilidad de la mente, y a no poner excusas para dejar la práctica
para otro momento.

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Es aconsejable meditar un mínimo de diez a un máximo de treinta minutos dos veces
por día. Los horarios mas convenientes son por la mañana, antes de desayunar, ya que es
aconsejable realizar la práctica con el estómago vacío; o al atardecer, luego de haber terminado
con las tareas diarias. No es conveniente meditar antes de dormir ya que puede producir
inconvenientes para conciliar el sueño.
Es necesario que el tiempo dedicado para la meditación esté de acuerdo con el ritmo de
vida de cada uno, para que la práctica pueda ser realizada diariamente.

La postura del cuerpo:

Adoptar una buena postura permite aquietar el cuerpo y suprimir los estímulos externos
que nos distraen y llevan la mente hacia fuera. Es por esto que una buena postura es el
instrumento mas importante para lograr éxito en la meditación ya que cuando se logra que el
cuerpo esté en calma, inmóvil durante largo tiempo, se comienza a olvidarse de él, que es el
primer paso para aquietarse y poder comenzar a observar la mente.
A medida que se gana experiencia en la práctica, la postura también pierde importancia,
pudiendo meditar en cualquier postura, lugar o momento.
Patánjali, quien sistematizó las técnicas del yoga, dice que la postura para la meditación
debe ser “estable y cómoda”. Por lo que se debe adoptar una postura que permita mantenerla
por mucho tiempo sin necesidad de moverse, sin que haya molestias o dolores, lo cual provoca
tensiones que hacen difícil concentrarse.
Las posturas clásicas de meditación, proporcionan una base muy estable, reducen la
circulación en las piernas incrementándola en la parte superior del cuerpo, sobre todo en la
cabeza. Además ayudan a mantener recto el tronco sin tensión, dejando que la energía fluya
libremente desde la base de la columna hasta la coronilla.
Padmasana, o “postura del loto”, es la mas conocida de las posturas de meditación. En
ésta, el pie derecho se apoya sobre el muslo izquierdo y el pie izquierdo sobre el muslo derecho
con las rodillas apoyadas en el piso, y los talones apoyados en el abdomen, de esta manera el
cuerpo está equilibrado y en simetría, lo cual permite mantener la espalda recta sin esfuerzo.
Pero esta postura es difícil de conseguir para la mayoría de las personas.
Siddhasana, la “postura del sabio”, se logra flexionando la pierna izquierda y colocando
el talón tocando el perineo. Luego se flexiona la pierna derecha y se coloca el pie entre la
pantorrilla y el muslo izquierdo, con la planta hacia arriba y el talón en la pelvis. Como esta
postura es asimétrica, se debe cuidar que la columna no se descentre y los hombros se
encuentren a la misma altura.
Otra postura posible, si los empeines y tobillos son flexibles es vajrasana , o la “postura
del rayo”, que se logra sentándose sobre los talones y la tensión del cuerpo va hacia la parte
baja del abdomen.
La más común y fácil de las posturas de meditación es sukhasana, o la postura cómoda,
que también recibe el nombre de postura del sastre, en la cual se flexiona la pierna derecha y se
coloca el talón debajo del muslo izquierdo, luego se flexiona la pierna izquierda y se coloca el
tobillo contra la derecha.
Para que estas posturas sean mas cómodas pueden realizarse colocando debajo de las
nalgas un pequeño almohadón o un banco diseñado para la meditación.
En todas las posturas se debe mantener la columna erguida pero sin rigidez. Si las
piernas están cruzadas las rodillas deben estar mas bajas que la pelvis y ésta levemente
inclinada hacia delante, de manera que la nariz quede alineada con el ombligo. El abdomen
debe estar relajado, los hombros alineados y flojos, los brazos y las manso sueltos y pesados.
La nuca estirada con el mentón levemente recogido de manera que la cabeza quede un poco
inclinada hacia delante. El rostro relajado, los ojos entreabiertos o cerrados. Los labios
levemente separados, y si se coloca la punta de la lengua apoyada sobre el nacimiento de los

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incisivos superiores, el rostro logrará una mayor relajación. Las manos pueden colocarse sobre
las rodillas haciendo con ellas algún mudra, que son gestos – símbolos que se realizan con las
manos, siendo los mas conocidos:
 Dhyana mudra, o gesto de la meditación, que se realiza con las manos
apoyadas en el regazo, el dorso de la mano izquierda sobre la palma de la
mono derecha, formando con ambas manos un cuenco, uniendo los
pulgares.
 Jñana mudra, o gesto de la sabiduría, colocando la yema del dedo pulgar
sobre la uña del dedo índice, dejando los otros tres dedos extendidos.
También es llamado chin mudra, cuando las palmas están hacia abajo.
 Atmanjali mudra, es un tipo de gesto de oración, con las palmas juntas
tocándose en el pecho

Estas son las posturas tradicionales usadas para la meditación, pero es importante que la
persona tome conciencia que para meditar, se debe estar cómodo, por lo cual, cada persona
deberá buscar la postura que más le convenga, ya que nada se logrará estando sentado en
Padmasana, pero incómodo, con tensiones y dolores en el cuerpo.

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V. La práctica de meditación

El proceso de la meditación:

Una vez que la persona ha elegido el método de meditación, ha adoptado la postura y se


dispone a meditar, entra luego en un proceso que se puede dividir en varios pasos. Tal división
se hace desde un punto de vista teórico ya que cada paso se integra y sucede a los demás
formando una unidad.
Estos pasos son los correspondientes a los estadíos superiores del Yoga, descriptos por
Patánjali en los Yogasutras, que son: pratyahara o retracción de los sentidos, dharana o
concentración, dhyana o meditación y samadhi, iluminación o momento de supraconciencia.
Pratyahara se practica no solo para eliminar los pensamientos que genera
continuamente la mente, sino también las imágenes o impresiones mentales, llamadas
samskaras. Durante esta etapa la mente se va desconectando de las sensaciones corporales y de
todos los estímulos exteriores, reduciendo el contacto con el mundo exterior. Desaparecen las
preocupaciones, como así también todo cuanto rodea al meditador, salvo aquello que ha elegido
como objeto para la concentración.
Dharana, se produce cuando la mente es capaz de quedar enfocada en un solo objeto
durante un lapso de tiempo. El objeto elegido para la concentración, puede ser al principio algo
externo, como la llama de una vela, una figura geométrica, un sonido, etc. Pero también pueden
ser objetos de concentración la respiración o alguna parte específica del cuerpo (punta de la
nariz, entrecejo, etc.). Una vez que la mente se acostumbra a responder al estímulo elegido, la
concentración se logra mas rápidamente y cada vez con menor esfuerzo, pero al principio la
mente tenderá a “dispararse”, por lo que se deberá volver una y otra vez al objeto de
concentración. Aquí se puede ver la importancia de la postura del cuerpo y de la comodidad en
la práctica, ya que si sentimos dolores o molestias, estos serán distracciones para la mente, no
pudiendo el meditador pasar al paso siguiente.
Dhayana, o meditación es cuando entre la mente y el objeto se produce una conexión,
un fluir de la mente hacia el objeto. La mente esta centrada, quieta y en silencio contemplativo.
Swami Sivananda enseña que si la concentración se mantiene por un lapso mayor de doce
segundos, ya es meditación. Este estado es propicio para la conexión con la divinidad y la
expansión de la conciencia.
Por último, el sujeto ya no contempla, sino que se une con el objeto y todo lo demás se
disuelve llegando el Samadhi, o iluminación, cuando el ego desaparece completamente
quedando solo el Atman, pura conciencia, existencia y bienaventuranza.
Describir este estado es imposible ya que en él las palabras desaparecen, por lo cual quienes
intentaron hacerlo debieron recurrir a metáforas o poesías. Se vive una plenitud emocional
diferente a todo lo conocido, se pierde la noción del tiempo y el espacio.
Luego se regresa al estado normal de conciencia, pero con una comprensión y
percepción diferente; en equilibrio, bienestar y gran compasión por todo, reconociendo que la
realidad, va mas allá de lo perceptible cotidianamente, pudiendo ver lo divino en cada ser y en
nosotros en todo momento.

Tipos de meditación:

La tradición del yoga clasifica a la meditación en dos tipos principales: concreta o


saguna y abstracta o nirguna. En al meditación saguna, quien medita, se concentra en un objeto
concreto, sobre el cual la mente puede fácilmente detenerse, y que puede ser una imagen o un

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símbolo visual, o un mantra que trae al meditador a la unidad. En la meditación nirguna el
objeto de concentración es una idea abstracta, como puede serlo el Absoluto, un concepto que
no se puede describir con palabras. La meditación saguna es dualista, ya que el meditador se
considera separado del objeto de la meditación, en tanto que en la meditación nirguna el
meditador se percibe como uno con el objeto.
Otro tipo de meditación podría llamarse subjetiva, en la cual el objeto de concentración
son los contenidos de la propia mente. Consiste en tomar una actitud de testigo, observando, sin
identificarse, los pensamientos que van surgiendo a cada momento.
Mas allá de los diferente tipos, técnicas y métodos de meditación y sus cualidades
diferentes debemos tener presente que el propósito final es uno, aumentar el nivel de
conciencia, para llegar al final a la Iluminación.

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VI. Técnicas de meditación
Como ya se dijo anteriormente, existen un sin número de técnicas y métodos para llegar
a la meditación. Pero se debe tener presente que estas técnicas no son la meditación en si, es
mas, al surgir la meditación, la técnica se vuelve innecesaria, desaparece.
Estas técnicas han sido desarrollada y experimentadas a lo largo de los siglos, y han
ayudado, en distintas épocas y culturas, a facilitar el camino par llegar a la meditación.
A continuación se describen algunas de las técnicas más conocidas y tradicionales de
meditación:

Anapana-Sati. Meditación en la respiración:


Esta técnica que consiste en centrarse en la respiración es tan estimada que la tradición
budista la considera la puerta de la Iluminación. En ella, la concentración se fija en el
movimiento de la respiración producida por la inhalación y la exhalación. Se debe estar
absolutamente conciente de la respiración, de la entrada y salida del aire por las fosas nasales,
del ritmo respiratorio, tratando de no modificar el ritmo respiratorio, solo observando, sin
juzgar ni analizar.

El Tratak
Este es un excelente ejercicio de concentración, que consiste en contemplar, sin
parpadear, un objeto o un punto, alternando la concentración con la visualización mental del
objeto, con los ojos cerrados. Este ejercicio estabiliza el movimiento mental y concentra la
atención hasta permitir que la imagen sea enfocada con absoluta precisión. Lo más común es
practicar tatrak con una vela, pero también puede hacerlo con cualquier otro objeto, como
pueden ser imágenes, yantras (diagramas geométricos usados para enfocar la mente),
mandalas, símbolos, la imagen de un maestro, etc. También puede enfocarse la mirada en la
punta de la nariz o en el entrecejo. Independientemente de cual sea el objeto escogido la técnica
es la misma. El objeto debe estar a la altura de los ojos y a una distancia aproximada de un
metro. Se comienza regulando la respiración, acomodando la postura del cuerpo y luego se
comienza a contemplar el objeto elegido. Después de mas o menos un minuto se cierran los
ojos y, controlando la mirada interior, se visualiza el objeto en el entrecejo. Cuando la imagen
se desvanece se abre los ojos nuevamente y se repite el ejercicio. A medida que la
concentración se hace mas profunda y la visualización mas clara se puede aumentar el tiempo
del ejercicio.

Meditación con mantras


El sonido es una forma de energía constituida por vibraciones. Los mantras son sílabas,
palabras o frases sánscritas que, al ser repetidas en la meditación, llevan al individuo a un
estado de conciencia superior. Todo verdadero mantra tiene seis cualidades las cuales son: ha
sido revelado a un sabio que mediante él alcanzó la realización, y después lo transmitió; tiene
cierta medida y una deidad que lo preside; tiene en su esencia un bija o semilla, que lo inviste
de un poder especial; tiene energía cósmica divina o shakti; y finalmente tiene un llave que ha
de ser destrabada mediante la repetición constate antes de que se revele la conciencia pura. El
japa, o repetición del mantra, no solo proporciona un punto en el cual concentrar la mente, sino
que también libera la energía contenida en el sonido. La energía se manifiesta literalmente,
creando en la mente una pauta específica de pensamiento, por esto es de suma importancia que
el mantra sea correctamente pronunciado o vocalizado. La repetición del mantra conduce al
pensamiento puro en que la vibración del sonido se mezcla con la vibración del pensamiento, y
no hay percepción del significado. De esta manera el mantra conduce a la meditación, a un
estado de unidad, de no dualidad. El mantra puede ser repetido en voz alta, en un susurro o
mentalmente, siendo este último el mas efectivo. Se puede usar para este tipo de técnica un

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mala, o collar de meditación, el cual tiene ciento ocho cuentas, mas una mayor llamada sumeru,
las que se van pasando una a una con cada repetición del mantra.

Meditación en el sonido interior So Ham


Esta es la unión de la técnica de concentración en la respiración y la técnica de
meditación con mantras. El So Ham es llamado el mantra que no se recita, ya que es el sonido
que se produce naturalmente en la inhalación y en la exhalación. Su significado en sánscrito
quiere decir “Yo soy Eso”, o “Yo soy la energía”. Esta técnica activa el sistema nervioso,
purifica y armoniza los canales energéticos del cuerpo y eleva la conciencia hacia planos
superiores. En este caso también puede utilizarse el collar de meditación o mala.

Además de las técnicas tradicionales de meditación, expondremos otras transmitidas por


Osho, uno de los maestros espirituales contemporáneos mas lúcido e influyente, quien
popularizó las técnicas de meditación dinámica. Algunas de ellas son:

La meditación dinámica
Primera etapa: 10 minutos
Respirando rápidamente, inhalando y exhalando por la nariz, concentrándose siempre en la
exhalación. La respiración tiene que penetrar en los pulmones profundamente, y se tiene que
expandir el pecho con cada inhalación. Se debe respirar lo más rápido posible, asegurándose
que la respiración sea siempre profunda, haciéndolo en forma total, sin tensar el cuerpo.
Respirando de esta manera hasta “convertirse” en la respiración, literalmente, dejando que esta
sea caótica (eso quiere decir no en un tiempo regular, predecible). Una vez que empieza a
moverse la energía, va a empezar a moverse el cuerpo. Dejando que se den esos movimientos
corporales libremente, usándolos para que ayuden a crear mucha más energía. Mantener este
movimiento sin relajarse y sin disminuir el ritmo en la primera parte.

Segunda etapa: 10 minutos


En la segunda parte, se debe seguir al cuerpo; darle libertad para que exprese todo lo que
surja.¡Explotar!. Dejar que tome el control el cuerpo, ayudando a que salga todo lo que
necesitas expulsar, volverse loco. Cantando, gritando, riendo, llorando, saltando, sacudiéndose,
pateando y tirándose al suelo. Sin reprimir nada; manteniendo todo el cuerpo en movimiento,
sin dejar que interfiera la mente con lo que está pasando; siendo total con el cuerpo.

Tercera etapa: 10 minutos


Relajando los hombros y cuello, levantar los brazos lo más alto que se pueda, sin trabar los
codos. Con los brazos levantados, saltar gritando el mantra ‘¡JU!’ -¡JU!.¡JU!.¡JU!- , lo más
profundo que se pueda, haciendo que salga el sonido del fondo del vientre. Cayendo sobre las
plantas de los pies (asegurándote que los talones toquen el suelo), haciendo que golpée el
sonido profundamente en el centro sexual; dando todo, quedando totalmente exhausto.

Cuarta etapa: 15 minutos


A la voz de ‘¡STOP!’, quedarse inmóvil en el lugar, en la posición que se encuentre. Sin
acomodar el cuerpo en ninguna forma. Una tos, un movimiento, cualquier cosa puede disipar el
flujo de energía y desperdiciar todo el esfuerzo. Presenciar así, todo lo que sucede.

Quinta etapa: 15 minutos


¡Festeja! Con la música y la danza expresando cada cosa que se sienta. Llevando luego esta
energía de vida por todo el día…

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Meditación Kundalini

Consiste de cuatro etapas de 15 minutos cada una.

Primera etapa: 15 minutos


Soltar y dejar que se sacuda todo el cuerpo, sintiendo que se mueve la energía subiendo
desde los pies. Soltar por completo y dejarse llevar, convirtiéndose en la sacudida. Pueden
mantenerse los ojos abiertos o cerrados.

Segunda etapa: 15 minutos


Bailar, de cualquier manera que lo sienta, y dejando que todo el cuerpo se mueva como
quiera.

Tercera etapa: 15 minutos


Cerrar los ojos y quedarse quieto, sentado o parado, presenciando todo lo que pasa adentro y
fuera y del cuerpo.

Cuarta etapa: 15 minutos


Manteniendo los ojos cerrados, acostarse y quedarse quieto.

Al practicar esta meditación, se debe dejar que la sacudida se dé sola, sin forzarla. Si la
forzaras, se convertiría en un ejercicio, un ejercicio corporal, físico, entonces la sacudida va a
estar pero solamente en la superficie. Por dentro se seguirá siendo el que lo hace y el cuerpo
solamente va a estar siguiéndolo. Y no se trata del cuerpo, se trata del ser…
Y cuando el ser pétreo se vuelva líquido, el cuerpo lo va a seguir. Entonces ya no está el “yo
me sacudo”, solamente está el proceso. Entonces no lo está haciendo nadie, solamente está
pasando; entonces ya no está el que hace...

La meditación de la no-mente

Se divide en tres partes:


La primera parte es gibberish. La palabra gibberish viene de un místico Sufi, Jabbar.
Jabbar no hablaba ningún lenguaje, solamente pronunciaba sonidos sin sentido. Igualmente,
tuvo miles de discípulos porque lo que estaba diciendo era:
“Tu mente no es nada más que gibberish; déjala de lado y vas a sentir el sabor de tu propio
ser…”

Primera etapa: Gibberish o locura conciente


Parado o sentado, cerrar los ojos y empezar a proferir sonidos sin sentido –gibberish-. Hacer
cualquier sonido, pero sin hablar ningún lenguaje, ni usar palabras conocidas. Permitirse
expresar todo lo que se tenga adentro y necesite salir. Largar todo afuera; volviéndose
“concientemente loco”… Esto ayuda a romper este patrón de verbalización continua que tiene
la mente. Con el gibberish se puede sacar afuera los pensamientos sin necesidad de reprimirlos.
Se permite todo: cantar, gritar, pegar alaridos, murmurar, hablar… Dejar que el cuerpo haga
lo que quiera: saltar, acostarse, caminar, sentarse, patear, etc… No dejar que queden espacios
sin acción; si no hay más sonidos, solamente decir:
‘la, la, la…’ o lo que sea.
Si se practica esta meditación en grupos, no se debe relacionarse con los demas, ni interferir
de ninguna manera. Solo limitándose a lo que está pasando dentro.

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Segunda etapa: Presenciar
Después del gibberish, sentarse totalmente quieto, en silencio y relajado, acumulando la
energía para adentro, dejando que los pensamientos se alejen más y más, dejándose caer en el
silencio y la paz que están en nuestro centro. La cabeza y espalda tienen que estar derechas, el
cuerpo relajado, los ojos cerrados y la respiración natural.
Permanecer conciente, totalmente en el momento presente. Volviéndose el observador en la
cima, mirando todo lo que pasa... los pensamientos van a tratar de correr al futuro, o volver al
pasado. Solamente observarlos a la distancia –sin juzgarlos, sin quedarse encerrado en ellos,
solamente manteniéndose en el presente, mirando... En este proceso que es la meditación, no
importa qué se está mirando.

Tercera etapa: Let-go


Esta etapa sirve para entrar en lo trascendente...
Después de presenciar, dejar que el cuerpo caiga al suelo sin ningún esfuerzo o control.
Quedarse acostado, seguir presenciando estando conciente que no se es ni el cuerpo, ni la
mente; que se es algo separado de ambos. Viajando más y más profundo hacia adentro,
eventualmente se va a llegar al centro.

Meditación Nataraj

Dejar que fluya el baile a su manera; sin forzarlo…más bien, siguiéndolo; dejando que se de
por sí solo. No es un hacer sino un suceder…Manteniéndose con ánimo festivo; como si no
estuvieras haciendo algo serio, solamente jugando, jugando con la energía de vida, jugando con
la bioenergía, dejándola que se mueva a su manera…De la misma forma que sopla el viento y
fluye el río, dejarse fluir… sintiéndolo.
Nataraj es bailar como una meditación total. Tiene tres etapas, con una duración total de 65
minutos.

Primera etapa: 40 minutos


Con los ojos cerrados, bailar como si se estuviera poseído; dejando que el inconsciente se
apodere. Sin controlar los movimientos, ni ser testigo de lo que está pasando. Perdiéndose en el
baile.

Segunda etapa: 20 minutos


Manteniendo los ojos cerrados, acostarse inmediatamente. Quedarse completamente quieto y
en silencio.

Tercera etapa: 5 minutos


Bailar a modo de celebración, disfrutando del baile...

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VII. Conclusión
Después de lo investigado, y comparando diversos autores, y puntos de vistas, podemos
concluir, que la meditación, es uno de los caminos principales para llegar a la autorrealización
del ser humano, y todos los beneficios que esto trae.
También se ha visto la importancia de las técnicas, que son el medio para llegar a la
meditación, pero no la meditación en sí, ya que las mismas se vuelven irrelevantes al
producirse la meditación.
La meditación es esencialmente práctica y vivencial.
Por todo esto creemos que todo esfuerzo por definirla, teorizarla o intelectualizarla, no
sólo nos da un pequeño esbozo de lo que en realidad es, si no que además nos aleja de su
misma esencia.
Solo nos queda una cosa... comenzar a practicarla.

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Bibliografía

- Devi, Indra: Yoga para todos. Editorial Vergara. Buenos Aires. Febrero de 2000.
- Ianantuoni, Stella: Meditación, Guía práctica de técnicas orientales. Agama publicaciones.
Buenos Aires. 2002.
- Lucy Lidell con Narayani y Giris Babinovitch: YOGA, una guía para su práctica. Plaza &
Janes Editores S.A. Barcelona. 1995.
- Osho: Meditación: La primera y la última libertad.
- Sangharákshita: La iluminación: el ideal del desarrollo humano.

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Índice

I. Introducción........................................................................................ 2
II. ¿Qué es la meditación?....................................................................... 3
III. Beneficios y efectos de la meditación................................................ 5
IV. Antes de comenzar a meditar............................................................ 6
Maestros................................................................................ 6
El lugar para meditar.......................................................... 6
El tiempo............................................................................... 7
La postura del cuerpo.......................................................... 7
V. La práctica de meditación.................................................................. 9
El proceso de la meditación................................................. 9
Tipos de meditación.............................................................. 9
VI. Métodos y técnicas............................................................................... 11
VII. Conclusión............................................................................................ 15

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