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Introducción

Un intérprete geofísico, en su búsqueda del conocimiento de las estructuras que


hay en el subsuelo, tiene como herramienta útil y primordial la información sísmica.
No es más que una “imagen” del subsuelo. Hay una rama de la geofísica que se
especializa en adquirir esta información (geofísico de adquisición) y otra rama que
se encarga de procesarla (geofísico de procesamiento)

La señal sísmica es, justamente, una señal. Esa onda tiene una amplitud, una
frecuencia, una fase, etc. Un atributo sísmico es una operación matemática que se
le aplica a una traza esperando encontrar una información adicional.

Los atributos sísmicos tienen tal vez una decena de clasificaciones, pero muy
básicamente se pueden dividir en dos: atributos estructurales y estratigráficos.

Cada uno juega un rol igual de importante en la generación de conocimiento. Un


intérprete recibe una masa de información gigantesca (el cubo sísmico) y con los
conocimientos preexistentes, analogías con otras áreas y mucha imaginación y
lógica, desentraña la historia geológica de un área en particular.

Gran variedad de atributos sísmicos radica en su utilización como herramientas


predictivas en la caracterización de yacimientos. Para la evaluación de un reservorio
se requiere el manejo de información de parámetros petrofísicos como la porosidad,
saturación de hidrocarburos, permeabilidad y volumen de arcilla, etc.

La caracterización sísmica implica la inferencia de propiedades físicas de la roca a


partir de datos sísmicos. Generalmente, para el momento de realizar un estudio de
subsuelo se dispone de datos sísmicos y de datos geológicos provenientes de los
pozos, por los cuales pueden obtenerse a partir de perfiles de pozo o de análisis de
núcleos. Estos datos se relacionan entre sí a través de técnicas estadísticas, y en
caso de que la relación entre ellos sea suficientemente buena, se aplica dicha
relación a los datos sísmicos .
Conclusión

Año a año surgen nuevos atributos que pueden ayudar al intérprete a entender el
comportamiento de un área. Las matemáticas detrás de ellos pueden ser tan
simples como una correlación de trazas a escaneos del dip de la señal, o trabajar
con la parte compleja, descomposición espectral de frecuencias, algoritmos
genéticos, inversiones estocásticas y simultáneas y un largo etc. Muchas veces un
atributo sísmico consiste de hacerle varios cálculos matemáticos a la señal y
procesar un cubo de tamaño medio puede tomar hasta un día de trabajo
computacional.

Es aquí donde entra en juego la experiencia y el conocimiento del intérprete para


saber elegir entre el mar de atributos, cuál es el más adecuado para interpretar un
área. Muchas veces una falla se “ve” mejor con el atributo A pero otra falla lo es con
el atributo B, y si uno ya conoce la respuestas de los atributos se va a ahorrar mucho
tiempo testeando cuál es el más exacto.

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