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MENÉNDEZ PELAYO
Percepción visual y auditiva
Alumno ...................................................................................................................................................................................
Los sentidos de la vista y del oído son tan complejos que solo podemos acometer el estudio de algunos as-
pectos muy concretos de los mismos. En particular, vamos a analizar tu capacidad de percibir los colores y
tu sensibilidad a sonidos de diferentes frecuencias.
Los seres humanos podemos distinguir luces de diferentes longitudes de onda —lo que nuestro cerebro per-
cibe como diferentes colores— gracias a unas células especializadas de la retina llamadas conos. La mayoría
de las personas posee tres tipos de conos:
Los conos L, que se estimulan con luces de longitud de onda larga (sobre todo las amarillo-verdosas).
Los conos M, que se estimulan con luces de longitud de onda media (verdes).
Los conos S, que se estimulan con luces de longitud de onda corta (azules).
Como consecuencia, la mayoría de los seres humanos son tricrómatas, esto es, perciben directamente tres
colores primarios, y su cerebro combina los estímulos captados por conos de varios tipos para recrear una
amplia gama de colores. Algunas personas, sin embargo, son dicrómatas, es decir, carecen de uno de los ti-
pos de conos y solo captan dos colores primarios. Esta «ceguera a los colores» o daltonismo puede ser:
Protanopia, o ausencia de conos L. El sujeto tiene dificultades para distinguir entre el azul y el verde,
y también entre el rojo y el verde. El color rojo puro es percibido como negro, el color púrpura no se
distingue del azul y los tonos rojo-anaranjados se perciben como amarillos muy tenues.
Deuteranopia, o ausencia de conos M. Afecta a la discriminación de colores de manera similar a la
protanopia, aunque sin el efecto de atenuación característico de ésta.
Tritanopia, o ausencia de conos S. Es una anomalía muy rara. Los tonos azules se perciben como
verdosos, los amarillos y naranjas como rosáceos, y los púrpuras como rojos.
Por último, muchas personas conservan los tres tipos de conos, aunque alguno de ellos no «funciona» ade-
cuadamente. Esta condición se conoce como tricromatismo anómalo, y también lleva a confundir un color
con otro («desplazamiento»), aunque no imposibilita distinguirlos. Así, la protanomalía y la deuteranomalía
(la más común de las alteraciones en la visión del color) implican el desplazamiento entre el rojo y el verde,
mientras que la rara tritanomalía afecta a la discriminación entre azul y verde y entre amarillo y rojo.
Para detectar este tipo de deficiencias en la visión del color se han desarrollado varias pruebas. La más utili-
zada es el llamado test de Ishihara. Consiste en la visualización de una serie de cartas de colores, llamadas
cartas de Ishihara, y está diseñado para detectar, sobre todo, protanopia y deuteranopia.
Procedimiento
Cada persona tiene una sensibilidad diferente hacia los sonidos. Por ejemplo, la mayoría de la gente es bas-
tante sensible a sonidos de frecuencias comprendidas entre 1 y 4 kHz (kilohercios), lo que significa que son
capaces de percibir esos sonidos aunque el volumen sea bajo; en cambio, son menos sensibles a sonidos de
frecuencias menores (más graves) y mayores (más agudos). Es muy corriente que los adultos sean incapaces
de percibir sonidos de frecuencias altas, como 16 kHz, que los jóvenes oyen sin problema.
Procedimiento