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1 INTRODUCCIÓN
Las características de los hornos son tan variadas que resulta imposible agruparlos en
categorías bien definidas. A continuación, veremos algunas de las subdivisiones posibles:
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ya que el calentamiento y enfriamiento alternado produce dilataciones y contracciones en
las paredes.
En los hornos continuos, la carga es movida mientras se la calienta. El calor del
material elaborado precalienta el aire de combustión y el material que aún no fue tratado,
disminuyendo así el consumo energético. Generalmente, el producto obtenido por estos
hornos es de mejor calidad.
Dado que los combustibles gaseosos usados en hornos industriales son obtenidos
mediante la gasificación de combustibles sólidos en aparatos apropiados (gasógenos), la
clasificación es la siguiente:
Hornos que utilizan el calor producido por la combustión directa de combustibles
sólidos.
Hornos a combustible líquido.
Hornos que utilizan el gas producido por la gasificación de combustibles sólidos,
tanto si el generador de gas forma parte integrada del horno como si el mismo es
independiente a aquel.
Calor teórico
Calor de pérdidas
El calor teórico es aquel necesario para generar los cambios físicos y químicos
requeridos del material en proceso dentro del horno. La energía térmica teórica necesaria
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será función de la naturaleza del material a tratar, d e l a cantidad y la operación térmica
que el mismo debe sufrir dentro del horno. El calor teórico, en general, se encuentra
compuesto por tres componentes distinguibles.
o calor de calentamiento
o calor de vaporización del agua
o calor de transformación
El calor de calentamiento es aquel que se precisa para llevar al material desde su
temperatura inicial hasta la temperatura deseada, como puede ser, la temperatura necesaria
para que se produzcan las reacciones físicas o químicas buscadas, o bien aquella necesaria
para luego proceder a sucesivas etapas de elaboración fuera del horno.
El calor de vaporización del agua es el necesario para evaporar toda el agua que pueda
encontrarse en el material que se procesa, ya sea como humedad o combinada en el material
y liberable con el calentamiento.
El calor de transformación es el calor necesario para que se lleven a cabo las
transformaciones físicas o químicas deseadas en el material, una vez que el mismo alcanzó
la temperatura adecuada a la cual dichas transformaciones se desarrollan. Estas
transformaciones pueden ser, la fusión o la vaporización del material, o reacciones químicas
diversas (oxidación, reducción, combinación de varias sustancias).
En general, el calor teórico a suministrar será la suma de las tres cantidades de calor
descriptas. En determinadas operaciones, el calor teórico puede reducirse al calor de
calentamiento solamente, por ejemplo, en aquellos hornos diseñados para el calentamiento
de metales.
De estas pérdidas, algunas pueden ser atenuadas en gran medida mediante una
buena regulación del horno o mediante equipos de recuperación, como ser las pérdidas por
gases no quemados o el calor que se llevan los materiales elaborados. Sin embargo,
muchas de las pérdidas existentes no pueden ser evitadas totalmente. Las pérdidas en el
conducto de humos (que tratan de ser minimizadas a través de la disminución de la
temperatura de los humos por medio de recuperadores y con una menor entrada de aire
compatible con el buen funcionamiento del horno) y la pérdida por disipación de calor a
través de las paredes del horno son algunos ejemplos. Este último caso es particular ya que
en ciertos casos de hornos a altas temperaturas estas pérdidas más que ser evitadas, son
necesarias para la conservación de las paredes del horno y a veces se la aumenta con una
circulación de agua entre las paredes del mismo.
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Figura N° 2. Pérdidas de calor en un horno de combustión.
a) Perdida en el hogar
La escasez del aire que alimenta la combustión, una inadecuada granulometría del
combustible, irregularidades en la carga, defectos constructivos que puedan existir en el
hogar son algunos de los factores que derivan en una combustión incompleta, generando una
tendencia del C a la oxidación a CO más que CO2. De tal modo, se verifica una pérdida
respecto al calor que el combustible desarrollaría si quemase completamente. Es importante
remarcar que, aún cuando el aire suministrado se encuentra en exceso respecto al teórico
necesario para la combustión, las otras causas mencionadas pueden dar lugar igualmente a
la formación de elementos no quemados.
Las pérdidas generadas por combustión incompleta son de gran importancia aún
para porcentajes pequeños de gases no quemados en los humos, por lo tanto, excepto casos
de exigencias particulares de la operación térmica ( necesidad de un ambiente reductor , por
ejemplo) , la pérdida por gases no quemados se debe buscar evitar absolutamente, o al
menos reducirse en su mayor parte , lo cual en general puede lograrse buscando contrarrestar
las causas antes mencionadas , sumadas a una cuidadosa vigilancia y monitoreo del aparato
de combustión y regulación adecuada del combustible.
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Debido al impacto que posee, es de gran utilidad para la economía de ejercicio de
un horno el análisis de los productos de la combustión, lo cual nos permite la detección y
eliminación de la pérdida por gases no quemados
Esta fórmula es válida solamente para los hornos continuos y para los intermitentes
con un período largo de funcionamiento en el cual el horno permanece por un período
prolongado de tiempo a una temperatura máxima constante
Asimismo, se debe notar que cuando el material tratado contiene agua higroscópica
o de combinación, se desarrolla vapor de agua, el cual ( se entiende en un horno de llama
libre) se mezcla a los productos de la combustión y , pasando por el conducto de humos a
alta temperatura, extrae una cierta cantidad de calor ;dicho calor, debe ser naturalmente
provisto por el combustible quemado en el horno, y constituye por lo tanto una pérdida
suplementaria que va a aumentar la pérdida en el conducto de humos. Pero, siendo que
consideramos como teóricamente necesario el calor suministrado al material para evaporar
el agua en él contenido, y cómo naturalmente la vaporización se desarrolla a la
temperatura de 100 C0, se debe considerar como perdido a los efectos del rendimiento del
horno aquel calor que lleva por el conducto de humos el vapor de agua en correspondencia
con la diferencia de temperaturas entre 100 C0 y aquella a la cual los humos pasan por el
conducto.
Además del vapor de agua, también el material tratado puede desarrollar dentro del
horno otros gases o vapores, los cuales si lo son en cantidad apreciable, concurren a elevar
el valor de las pérdidas en el conducto de humos.
El cálculo de esta pérdida se efectúa en base a las fórmulas de transmisión del calor
a través de una pared entre dos fluidos en reposo. Solamente en casos especiales será
oportuno considerar el fluido interno como en movimiento. Cuando el horno, o una parte de
él, en relación a sus dimensiones tiene temperaturas internas sensiblemente diferentes de
punto a punto y variables con continuidad, para el cálculo conviene dividirlo en tramos para
cada uno de los cuales se tomará una temperatura interna de valor medio.
La cantidad de calor transmitida a través de las paredes tiene una pequeña
influencia debido a la permeabilidad de las mismas a los gases .Tal es así, que si el horno
se encuentra a una presión relativamente elevada respecto al exterior (aunque no existan
grietas, sólo por el hecho de poseer cierta porosidad) pasa a través de ellas una cierta cantidad
de gas caliente el cual extrae calor que aumentar las pérdidas.
Por simplicidad, en general se desprecia el calor disipado por la parte correspondiente
a la fundación y por las partes enterradas de los hornos dado que
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generalmente dicha perdida es leve, mientras que el cálculo relativo sería laborioso y poco
exacto
Es importante remarcar que al calcular la suma total de las pérdidas de calor de un
horno durante un período Integro de funcionamiento las pérdidas de calor concerniente a la
disipación a través de la estructura deben calcularse solamente a partir del momento en el
cual el horno ha alcanzado la temperatura de régimen, en el período precedente a tal momento
esta pérdida se considera por calentamiento.
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Para el caso de hornos intermitentes en los cuales el material se enfría dentro del
mismo, se considera pérdida el calor cedido por el material desde que el horno se apaga hasta
que el material es extraído del mismo para su procesamiento a la temperatura de salida.
a. Precalentamiento de la carga.
b. Generación de vapor, calentamiento de agua o aire.
c. Precalentamiento del aire de combustión.
Precalentar la carga puede resultar costoso y ocupa mucho espacio, pero normalmente
es un método ideal de recuperación de calor, especialmente en hornos continuos y consiste
en alargar la cámara de entrada haciendo que los humos se pongan en contacto con la carga
que avanza. Este es el caso de los hornos tipo túnel, de empuje y de solera de rodillos entre
otros.
La generación de vapor o el precalentamiento de agua o aire puede ser un medio
efectivo si se piensa en un sistema de calefacción general o local de la planta industrial.
El precalentamiento del aire de combustión es el método mas utilizado ya que es el
más simple y utiliza además el calor recuperado donde se produce. Los dispositivos que se
utilizan se denominan intercambiadores de calor, precalentadores de aire o regeneradores.
En resumen, para obtener un mayor rendimiento energético se recomienda:
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la salida del horno de la que sería normal, lo que disminuye sensiblemente el calor
disponible en el interior y por lo tanto el rendimiento del horno.
En la casi totalidad de los hornos industriales debe mantenerse en su interior una
presión ligeramente positiva (normalmente de 5 a 25 Pa). Una presión excesivamente alta da
lugar a salida de humos por las puertas, ranuras, aberturas, etc. con el consiguiente peligro
de deterioro del horno y disminución del rendimiento. Es por lo tanto del mayor interés
conocer y controlar los parámetros en que se desarrolla la combustión en un horno y
ajustarlos de forma que se alcance la máxima eficacia energética.
1.1.4 Rendimiento
Es de notar que el calor utilizado será igual al calor suministrado menos el calor
perdido, por lo tanto tenemos que, si llamamos al número total de calorías perdidas CP:
Es cierto que el calor teórico es aquel que debe ser suministrado al material a fin de
que se cumplan sobre el mismo las transformaciones físicas o químicas deseadas, sin
embargo, no es verdadero que dicho calor sea totalmente utilizado en dichas
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transformaciones, ya que parte de él puede ser recuperado del material elaborado. Es posible
pensar qué, si el objetivo es producir un material que luego ha de terminarse de elaborar en
frío, el calor extraído por dichos materiales sea recuperado para utilizarlo nuevamente.
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En los primeros, al introducir la carga, baja, evidentemente, la temperatura del horno,
se enfría el revestimiento, aunque cede su calor a la carga, pero la energía cedida por la
llama se utiliza para calentar el revestimiento nuevamente y la carga hasta la
temperatura de proceso. En los segundos, al introducir la carga, el horno está a baja
temperatura y se calientan simultáneamente la carga y el revestimiento con todos los
elementos del interior del horno. Después de un periodo de tiempo en el cual se completa
el proceso, la carga se enfría en el interior del horno juntamente con el revestimiento. Es
fundamental, por lo tanto, el calor absorbido por el revestimiento, durante el calentamiento
y el tiempo de proceso, y cedida en el enfriamiento.
Las entradas de calor y los puntos de distribución varían den proceso a otro. En
general, las partidas que proporcionan ingresos de calor se pueden clasificar de la siguiente
manera:
Calor de combustión del combustible (ó energía eléctrica suministrada en el caso
de los hornos eléctricos).
Calor sensible del combustible (que por lo general es pequeño y despreciable,
excepto en el caso de un combustible gaseoso precalentado).
Calor sensible del aire empleado (si es precalentado).
Calor sensible de la carga del horno (despreciable).
Calor desprendido por las reacciones exotérmicas.
Los resultados de los cálculos realizados para las partidas de calor suministrado y
calor distribuido, deben ser presentados en una tabla resumen. Los valores de cada partida
pueden presentarse en unidades de energía, o en porcentajes del calor total suministrado.
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acero, proceso de enfriamiento de refractarios, pérdidas por gases y calor llevado por la
formación de escoria.
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piedra caliza, en la producción de cal, para un horno rotativo simple que no cuenta con
precalentadores del material entrante.
Del gráfico se infiere que la temperatura del horno es del orden de los 1000°C
en la zona más caliente y decrece a 400 o 500°C en la zona de salida de los gases por
la chimenea.
En la Figura N° 3 se observa también el perfil de temperaturas, pero en función del
diámetro del horno.
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Figura N° 4. Etapas en la elaboración del Clinker en Horno Rotativo
1.2.4 Dimensionamiento del Horno
G = velocidad de alimentación
V = velocidad de desplazamiento del material dentro del horno
M = masa de material que se encuentra en el horno
S = pendiente del horno
N = velocidad de rotación del horno
t = tiempo de permanecía
R = retención, relación entre vol. de material y el vol. del horno
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1.2.5 Balance Térmico del Horno Rotativo
En el balance térmico del horno rotativo, de igual forma que en cualquier otro tipo
de horno, se debe establecer una igualdad de calores puestos en juego dentro del proceso.
Es decir, que el calor que se entrega al horno, al quemar el combustible, debe ser igual al que
se consume en el proceso y las pérdidas en el horno o que se llevan los gases que salen por
la chimenea.
Seguidamente se plantearán las ecuaciones para el balance térmico del horno,
aplicadas al caso de la calcinación de piedra caliza para la obtención de cal.
Al horno se le entrega calor, quemando combustible en un quemador Q1. Dicho calor
en parte se utiliza para el proceso en el interior del horno Q2; otra parte se escapa por la
chimenea, con los gases calientes del horno Q3 y la otra parte se pierde por diversas fugas
del horno y radiación del cuerpo mismo Q4 (Figura N° 6).
Donde:
Q1 = Q2 + Q3 + Q4
Que para los hornos rotativos alcanza valores del orden del 25% al 35%. Los
nuevos hornos rotativos para cemento portland alcanzan mejores valores de rendimiento
térmico, dado que los gases que salen se usan para precalentar el material entrante.
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Q4 = Q1 – (Q2 +
Q3)
También se puede calcular como el calor radiado por toda la superficie del horno:
1.2.6.1 Precalentadores
Los precalentadores se usan para calentar el material que va a entrar al horno rotativo,
a efectos de lograr un mayor rendimiento térmico del proceso y economizar combustible.
Existen precalentadores de distintos tipos, pero todos se basan en aprovechar los
gases calientes que salen del horno e intercambiar su calor en forma directa con el material
ingresante al horno en grandes torres que cuentan con conductos y ciclones. El material
ingresa al horno a temperaturas del orden de los 800°C. En la Figura N° 8 se esquematiza
un tipo de torre de precalentamiento.
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Figura N° 8. Precalentador de Suspensión Reforzado
Los enfriadores son aparatos que constan de una caja cerrada, con una parrilla en su
interior donde cae el material que sale del horno a temperaturas del orden de los 1500°C y
se va desplazando. Mientras pasa el material por la parrilla, se sopla con ventiladores aire
desde el exterior el que pasa a través del material y lo enfría. El material que sale del
enfriador lo hace a temperaturas del orden de los 100°C.
A la salida del enfriador pasa a través de un molino de martillos que reduce las
partículas grandes de Clinker. En la Figura N° 9 se esquematiza un enfriador de aire.
El aire de enfriamiento eleva su temperatura y es utilizado en precalentadores de
material, molienda, quemadores, secado de materiales, etc.
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