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1983
A Jorge Carpizo y Flector Zachrisson:
Maestros y Amigos.
INDICE
Pág.
Presentación, Francisco Rolando Velázquez González
Prologo, Héctor Fix Zamudio
Prefacio ix
APENDICE DOCUMENTAL 81
Consideramos una grata tarea hacer algunas reflexiones con motivo del ex-
celente libro elaborado por el destacado jurista guatemalteco, pero también me-
xicano, el profesor Jorge Mario García Laguardia, Y decirnos mexicano, no só-
lo por haber cursado en nuestro país sus estudios de postgrado, sino por su
fructífera labor de varios años en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de
la UNAM.
El profesor García I aguardia aborda con profundidad la apasionante cues-
tión contemporánea de la Defensa de la Constitución, tanto en sus lineamien-
tos generales como en su regulación, concreta en los diversos ordenamientos.
de Guatemala, y para ello utiliza los dos instrumentos metodológicos sin los
cuales no puede realizarse seriamente ningún estudio jurídico en nuestra épo-
ca; por una parte la comparación en el tiempo o sea Historia del Derecho, y
por la otra, la comparación en el espacio, es decir, Derecho comparado.
Inicia el distinguido autor su estudio con el examen de los aspectos esen-
ciales del concepto de Constitución, destacando sus atributos de supremacía
e imperatividad, en virtud de que, dentro del ordenamiento jurídico existen
las disposiciones constitucionales con una primacía clara, como base de todo
el restante conjunto de normas y que recogen las decisiones políticas funda-
mentales de una comunidad política. Por otra parte, la propia Constitución
tiene operatividad inmediata, al establecer una vinculación automática para
gobernantes y gobernados, de manera que con independencia de si las nor-
mas fundamentales tienen carácter programático u operativo, poseen un valor
normativo y directo, según la expresión del conocido jurista español Eduardo
García de Enterría.
En sus reflexiones de carácter general el profesor García Laguardia abor-
da el problema relativo a la legitimidad constitucional, es decir, que única-
mente merece ser defendida la Constitución cuando es producto de un con-
senso popular libre y democráticamente obtenido, tomando en considera-
ción que el citado problema de la legitimidad se encuentra en la base de la
estabilidad política y constitucional.
Una segunda parte del excelente estudio se refiere al concepto y al con-
tenido de la defensa constitucional, y para ello hace referencia a la clásica
polémica entre Hans Kelsen y Carl Schmitt en los años treintas de este siglo,
en la cual se fijan las bases de una teoría general de la defensa constitucional,
la que comprende a todos los instrumentos establecidos para limitar los abu-
iv HECTOR FIX ZAMIJDIO
teado por las partes en un proceso concreto ya sea en vía de acción, es decir,
impugnando directamente el ordenamiento que se considera contrario a la
Carta Fundamental, o bien por la llamada vía de excepción, en realidad, in-
cidental o prejudicial, o sea como una cuestión previa que debe decidirse an-
tes de entrar al fondo de la controversia; pero en todos estos supuestos, el fa-
llo se traduce en la desaplicación de las disposiciones impugnadas, es decir,
que la sentencia es declarativa al determinar una nulidad preexistente en for-
ma retroactiva (ex tunc) y los efectos se limitan a los hechos en que se basó
el caso concreto en el cual se plantea la cuestión de inconstitucionalidad.
El aspecto realmente novedoso de la Carta de 1965 y su ley reglamenta-
ría de 1966, es 1a relativa al establecimiento de la llamada Corte de Constitu-
cionalidad, que no es un tribunal permanente, puesto que se integra cada vez
que se plantea una cuestión de inconstitucionalidad, con doce miembros, cin-
co de los cuales son Magistrados de la Suprema Corte, incluyendo el Presiden-
te de esta última y los restantes se designan por sorteo practicado por la pro-
pia Corte entre los magistrados de la Corte de Apelaciones y del Tribunal de
lo Contencioso Administrativo.
Dicho tribunal constitucional ha tenido una actividad restringida en vir-
tud de que la legitimación corresponde exclusivamente al Consejo de Estado.
(órgano de carácter consultivo); al Colegio de Abogados por acuerdo de su
asamblea general; al Ministerio Público por disposición del Presidente de la
República tomada en Consejo de Ministros, y por cualquiera persona o enti-
dad a quien afecta directamente la inconstitucionalidad de las disposiciones
impugnadas, con el auxilio de diez abogados en ejercicio; además, y particular-
mente por la difícil situación política de los últimos años en Guatemala; pero
de cualquier manera constituye un importante precedente de la introducción
dentro de un sistema tradicional inspirado en el derecho angloamericano, de
carácter difuso con efectos particulares, del modelo europeo la Carta Federal
Austríaca de 1920, inspirada en el pensamiento del insigne Hans Kelsen, de
las Cortes o tribunales constitucionales que realizan un control concentrado
y cuyas sentencias tienen efectos generales para el futuro (ex nunc).
En la última parte de su trabajo, el distinguido jurista guatemalteco abor-
da la compleja cuestión de las relaciones de política y justicia respecto de los
tribunales constitucionales especializados, y que ha renacido nuevamente en
los últimos años entre aquéllos que no obstante reconocer la función políti-
ca del control de la constitucionalidad, consideran que dicho control no alte-
ra la naturaleza judicial de los tribunales constitucionales; y los que por el con-
trario afirman que se ha producido una politización de la justicia debido a la
intervención de los jueces en la decisión de las cuestiones de constitucionali-
dad. En el fondo, esta polémica no hace sino reiterar el clásico debate que
se produjo durante la tercera década de este siglo entre Hans Kelsen y Carl
Schmitt .
PROLOGO VI I
Héctor FIX-ZAMUDIO
PREFACIO
1 Hans Keiscn, Teoría general de/derecho y del Estado (México; 1949) pp. 127-128.
2 JORGE MARIO GARC1A LAGUARDIA
pueblo de Centro América cumpliendo con sus deseos y en uso de sus sobe-
ranos derechos decretamos la siguiente Constitución.., decía el preámbulo
de la nuestra primera Constitución, la Federal de 1824 que constituyó la re-
pública independiente y Nosotros, los representantes del pueblo de Guate-
mala, reunidos en asamblea nacional constituyente cumpliendo el mandato
extraordinario para el que fiarnos electos y en ejercicio de las facultades so-
beranas de las cuales estamos investidos, solemnemente decretamos y sancio-
namos la siguiente Constitución de la República... dice el preámbulo de la úl-
tima, la de 1965, manteniéndose con esto una continuidad teórica en nuestro
derecho constitucional.
El significado de la Constitución —que parte del siglo XVIII está en cons-
—
4 Sobre los antecedentes de esta norma en nuestro derecho, ver infra., p.53 y siguientes.
5 Ver infra., p.56 y siguientes. "Pero la Constitución no sólo es una norma, sino pre-
cisamente la primera de las normas del ordenamiento entero, la norma fundamental, /ex su-
perior por varias razones, Primero porque la constitución define el sistema de fuentes for-
males del Derecho, de modo que sólo por dictarse conforme a lo dispuesto por la Constitu-
ción (órgano legislativo por ella diseñado, su composición, competencia y procedimiento)
una Ley será válida o un Reglamento vinculante: en este sentido, es la primera de las nor-
mas de producción, la norma norrnarum, la fuente de las fuentes. Segundo, porque en la
medida en que la Constitución es la expresión de una intención fundacional, configuradora
de un sistema entero que en ella se basa, tiene una pretensión de permanencia._ o duración...
lo que parece asegurarla una superioridad sobre las normas ordinarias carentes de una inten-
ción total tan relevante y limitada a objetivos mucho mas concretos, todos singulares dentro
del marco globalizador y estructural que la Constitución ha establecido", Eduardo García
de Enterría, "La Constitución como norma jurídica", en La Constitución española de 1978.
Estudio sistemático dirigido por los profesores Alberto Predieri y E. García de Enterría
(Madrid: editorial civitas S.A., 1981). p. 106.
6 El artículo 9 de la Constitución Española de 1978 es más preciso y corto: "los ciu-
dadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento
jurídico".
4 JORGE MARIO GARCIA LAGUARDIA
11 11 potere costituente (Roma: 1946) pp. 68-69. Citado por Linares Quintana, Op
cit., pp. 140-141. El profesor Irving Louis Horowirz —de la Washington University— consi-
dera que la razón de la crisis política permanente en América Latina, es la "falta de legitimi-
dad política por medio de la soberani a popular y de la legalidad constitucional", que se rela-
ciona con el surgimiento de un sistema normativo, basado en la violencia, que implica el con-
trol del sistema político por medios arbitrarios, no consentidos y por eso se ha instituciona-
lizado la ilegitimidad más bien que la autoridad reconocida. Los gobiernos legítimos tienden
hacia la crisis, rnás bien que a la estabilidad", "La legitimidad política y la institucionaliza-
ción de la crisis en América Latina", Foro Internacional, Revista del Colegio de México, Vol.
VII, No. 3 (enero-marzo 1968) pp. 235-257.
12 Hermann Heller, Teoría del estado (México: fondo de cultura económica, 1947)
p. 308.
13 "Comentario a El Poder Constituyente, de Nicolás Pérez Serrano", Revista de es-
tudios políticos, Madrid, T. XVII, Núms. 31-32 (1947) p. 467. Sobre la Constitución espa-
ñola de 1978, y el arreglo político que está en su base, Javier Jiménez Campo, "Crisis políti-
ca y transición al pluralismo en España (1975-1978)", La Constitución espaifola de 1978...
8 JORGE MARIO GARCIA LAGUARDIA
Op. cit., pp. 45-94 y J. Jiménez Campo y J. Porres Ackona, "Conflicto político, técnica jurí-
dica y aplicación inmediata en una Constitución de compromiso: la Constitución española
de 1978", Revista de derecho público, 2a. época, Vol. 1, No. 74, pp. 83-112 entre otros.
David Pantoja Morán, en lúcido análisis, llama la atención en las implicaciones políticas y ju-
rídicas de la legitimidad: "...a la democracia se le ha fincado sustancialmente en el proceso
electoral, en las garantías para el multipartidismo y en la división de poderes consagrados to-
dos ellos en la Constitución y en la estructura del orden jurídico imperante. Pero si bien es-
tas condiciones formales son necesarias para el ejercicio democrático, no son suficientes. An-
te nuestros ojos estos valores del Estado de derecho se han hecho nugatorios: la voluntad
ciudadana manipulada por poderosísimos instrumentos de condicionamiento social, las op-
ciones verdaderas de voto sensiblemente reducidas, la democracia interna de los partidos es-
camoteada por la burocracia de sus aparatos y la división de poderes desvanecida gracias al
proceso de concentración de capitales y del poder político y la creciente fusión de ambos.
Lo enunciado anteriormente de manera rápida nos revela que el simple garantismo constitu-
cional, la sola estructura jurídico-formal, no bastan para garantizar la realidad democrática.
Nos revela también que uno de los problemas más graves a que se enfrenta la teoría demo-
crática moderna es, sin duda alguna, el de 'encontrar los mecanismos de una participación
real de las mayorías en el ejercicio del poder y en la toma de decisiones', vale decir, el pro-
blema de la legitimación de la autoridad por el consenso real de la voluntad ciudadana. Con
todo, lo dicho no basta; la voluntadlsoberana no solo se forma del consenso mayoritario, si-
no también con el de las minorías. Es imposible, por tanto, suprimir uno u otro —pues se
encuentran dialécticamente unidos— so pena de secar la fuente de la legitimidad. En la de-
mocracia moderna la oposición es un órgano de la soberanía del pueblo tan vital como la
mayoría gobernante y se hace necesario que los dos contrarios se puedan manifestar real-
mente y obrar mutuamente, respetándose en su esfera particular", en "Contribución al estu-
dio de la legitimidad de los regímenes políticos con referencia a los de América Latina", Re-
vista Mexicana de ciencia política, Año XVII, No. 66 (octubre-diciembre de 1971) pp.69-79.
14 Enrique Peralta Azurdia, Remembranzas del gobierno militar de Guatemala. 1963-
l956 (Miami: Pan American Litho, 1972) Cfr. Jorge Mario García Laguardia, Política y
Constitución en Guatemala (Guatemala: serviprensa centroamericana, 1977) pp. 35 y si-
guientes; Adolfo Mijangos López, "La Constitución guatemalteca de 1965", Revista de la Fa-
cultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de San Carlos, época VIII, Núms. 3
a 6 (julio-diciembre de 1967; enero junio de 1968) pp. 3-13 y Ramiro de León Carpio, Aná-
lisis doctrinario y legal de la Constitución de la República de Guatemala (Guatemala: tesis,
Facultad de Derecho Universidad Landívar, 1973).
DUFFNSA 1)F LA CONSTITUCION
cialmente por la Suprema Corte, en los primeros años del siglo pasado; la recep-
ción de la institución inglesa del habeas corpus; y la configuración del juicio
de amparo mexicano como institución protectora, son los antecedentes decimo-
nónicos de la teoría, que ha tenido diversos desarrollos. Y, en 1920, en la Cons-
titución austríaca, la creación de la Corte de Justicia Constitucional como siste-
ma concentrado, bajo la inspiración directa de Hans Kelsen.
Precisamente la discusión sobre esta institución, permitirá formular la idea
expresa de la defensa constitucional. Kelsen publicará en 1928 un artículo me-
morable, La garantía jurisdiccional de la Constitución," en la que se defien-
de su idea clave: la Constitución rígida solo puede ser defendida eficazmen-
te, si para garantizar su cumplimiento se crea una específica Corte Constitu-
cional de justicia.18 Que inmediatamente provocó una muy viva polémica, que
aún no termina. En octubre de ese mismo año, en la sesión plenaria del Insti-
tuto de Derecho Público, (con asistencia de Alvarez, Berthelemy, Bonnard,
Duez, Duguit, Fleiner, Gascón y Marín, Gronski, Jeze, Kelsen, Leférriere,
Laun, Mestre, Mirkine-Guetzevitch, Nolde, Politis, Romieu e Thoma), la te-
sis kelseniana fue drásticamente rebatida. Especialmente por Duguit, quien des-
pués de rechazar terminantemente la clasificación jerárquica keIseniana —por
considerar que las reglas (normas generales) y actos jurídicos (normas indivi-
duales) son cosas diversas y por consiguiente imposible de jerarquizar— se opo-
ne expresamente a la creación de una jurisdicción constitucional especial ...que
sería inoperante o muy peligrosa porque se transformaría en una tercera o en —
en la más pura tradición francesa, que desconfía del cuerpo judicial y entiende
al Parlamento como el representante de la soberanía popular.2°
Carl Schmitt, quien no estuvo en esta primigenia confrontación, se va a
hacer presente espectacularmente, como el gran interlocutor de Kelsen. En
marzo de 1929, publica en los Archivos de Derecho Público, su trabajo "Der
Huter der Verfassung" (Nueva serie, XVI, pp. 161-237), que dos años más
tarde en 1931 apareció, elaborado, ampliado y enriquecido con notas de ar-
tículos y conferencias de 1929 y 1930. Y que fue inmediatamente traducido
V. PROTECCION CONSTITUCIONAL,
A. Políticos.
1. División de poderes.
cho comparado, Nueva Serie, Año I, Núm. 1 (Enero-abril de 1968) pp. 89-118, y Jorge Mario
García 1.aguardia, Teoría general de la defensa de la Constitución (Guatemala: Septem-Parti-
tarum, publicación de la Asociación de Estudiantes de la Universidad Rafael Landívar, 1973).
En un sentido amplio dice José Almagro Nosete— "La expresión defensa constitucional de-
nota el conjunto de actividades encaminadas a la preservación o reparación del orden jurídi-
co establecido por la Constitución, y en particular, de la Constitución misma, que en cuanto
ley suprema vincula a los ciudadanos y a los poderes públicos", Justicia constitucional (Co-
mentarios a la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional) (Madrid: Artigrafía S.A., 1980)
p. 4.
27 'lector Fix zainudio, Op. cit., pp. 92-93.
V PROTECCION CONSTITUCIONAL. INSTRUMENTOS 13
A. Políticos 13
1. División de Poderes 13
2. Controles intraórganos e mterórganos 14
a) Procedimiento legislativo 15
b) Refrendo ministerial 15
e) Organización jerárquica del poder judicial 16
d) Veto presidencial 16
e) Interpelación ministerial 16
B. Económicos y hacendarios 18
C. Sociales. Régimen constitucional de los partidos 19
D. Rigidez constitucional 22
LA DEFENSA DE LA CONST1TUCION 13
V. PROTECCION CONSTITUCIONAL,
A. Políticos.
I. División de poderes.
cho comparado, Nueva Serie, Año 1, Núm. I (Enero-abril de 1968) pp. 89-118, y Jorge Mario
García 1.aguardia, Teoría general de la defensa de la Constitución (Guatemala: Septem-Parti-
tarum, publicación de la Asociación de Estudiantes de la Universidad Rafael Landívar, 1973).
En un sentido amplio dice José Almagro Nosete— "La expresión defensa constitucional de-
nota el conjunto de actividades encaminadas a la preservación o reparación del orden jurídi-
co establecido por la Constitución, y en particular, de la Constitución misma, que en cuanto
ley suprema vincula a los ciudadanos y a los poderes públicos", Justicia constitucional (Co-
mentarios a la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional) (Madrid: Artigrafía S.A., 1980)
p. 4.
27 Hector Fix Zamudio, Op. cit., pp. 92-93.
14 JORGE MARIO GARCIA LAGUARDIA
Dentro del juego del poder, entre los distintos órganos, que cooperan
en el proceso de gobierno, se han creado instituciones de control. Algunas
funcionan dentro del propio órgano y otras entre diversos órganos. Karl Loe-
wenstein,3° quien formula este esquema, los llama controles intraórganos (p. ej :
28 La bibliografía sobre el tema es profusa. Ver dos trabajos de primer orden: Charles
Eisenman, "El Espíritu de las Leyes y !a separación de poderes' , Anuario Jurídico, del Ins-
tituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad de México, No. 2 (1975) pp. 429-450 y
Lotus Althusser, Montesquieu. La política y la historia (Madrid: ediciones Ciencia Nueva;
1968).
29 Jorge Mario García Laguardia, "Evolución del constitucionalisrno social en Centro-
américa y Panarna", Boletín mexicano de derecho comparado, Año VII, Núm. 20 (mayo-
agosto 1974) pp. 3-43, y Ernesto de la Torre Villar y Jorge Mario García Laguúdia, Desarro-
llo histórico del constitucionalismo hispanoamericano (México: Instituto de Investigaciones
Jurídicas, Universidad Nacional Autónoma de México, 1976) pp. 225 y siguientes.
30 reoría de la Constitución (Barcelona: ediciones Ariel, 1964) pp. 232 y siguientes.
LA DEFENSA DE LA CONSTITUCION 15
a) Procedimiento legislativo
b) Refrendo ministerial
Este es otro autocontrol del poder Ejecutivo. Para que los actos del
Presidente de la República tengan validez, deben ser legitimados por el refren-
do de uno de sus Ministros. En este sentido, se produce un control interno del
mismo organismo, que compromete a mayor número de funcionarios en la de-
cisión que se toma. El Arto. 181, indica que el Presidente a quien correspon-
den las funciones ejecutivas actuará siempre con los ministros, en Consejo o
separadamente con uno más de ellos; el 197, inciso 3o., atribuye a los Minis-
tros de Estado, la función de refrendar los decretos, acuerdos y reglamentos
dictados por el Presidente de la República, relacionados con su despacho, pa-
ra que tengan validez; el Arto. 198, que el Presidente de la República y los
Ministros de Estado, reunidos en sesión, constituyen el Consejo de Ministros,
16 JORGE MARIO GARCIA LAGUARD1A
d) Veto presidencial.
e) Interpelación ministerial
cia de la Constitución de 1965, también una sola vez, en marzo de 1967, cuan-
do el Ministro de Economía del Presidente Méndez Montenegro fue citado al
Congreso, y al negarse a comparecer, se le otorgó un voto de falta de confian-
za que lo obligó a dimitir, entre una guerra de papel, sobre la constitucionali-
dad del procedimiento, por sus características especiales.
Este mecanismo de control ha sido muy controvertido y el Congreso
de la República ha hecho diversas interpretaciones. En 1959, afirmó que la in-
terpelación es un derecho ilimitado de los diputados y no está sujeta a la cali-
ficación previa de ninguna especie. Pero en 1972, la mayoría conservadora,
se decidió por un criterio restrictivo, sentando la tesis de que la solicitud debe
calificarse previamente por la Junta Directiva, la que determina si se ajusta a
la Constitución y a la naturaleza de la institución para evitar que se desnatura-
lice y sea objeto de exceso de iniciativa de los diputados, o de cualquier otro
factor que haga perder el sentido de la unidad de los actos y resoluciones del
Congreso de la República, haciendo el planteamiento al pleno del Congreso
para su aceptación o no. Como se ve, con esta interpretación el derecho de
los diputados se anula, y el ejercicio de la interpelación queda en manos de la
mayoría, la que reiteradamente ha hecho uso de esta prerrogativa.32
En la misma línea, están los informes que los Ministros están obliga-
dos a presentar anualmente al Congreso, con la memoria de sus actividades y
la ejecución presupuestaria de su dependencia (Arto. 201) y la facultad del
Congreso o de sus comisiones internas, para citar a los Ministros y al Procura-
dor General de la Nación, para oirlos cuando se discuta una ley o se estudie
un negocio (Arto. 167).
B. Económicos y hacendarios.
inicio del ejercicio fiscal, el que deberá aprobarlo (Arto. 170 inciso 2o.). Tam-
bién el Congreso aprobará o improbara anualmente en todo o en parte y pre-
vio informe de la Contraloría de Cuentas, el detalle y justificación de todos
los ingresos y egresos de la Hacienda Pnblica que le presente el Ejecutivo t.Arto.
170 inciso 4o.) y la fiscalización general de la Contraloría de Cuentas de los
ingresos, egresos e intereses hacendados de los organismos del Estado, los mu-
nicipios, las entidades descentralizadas, autónomas y semiautónomas.
Institución ésta --la Contraloría—, de control técnico y con funciones des-
centralizadas, cuyo jefe es electo por el Congreso para un período de cuatro
anos (Arto. 226 y 227).
35 Sobre este y otros puntos del texto del 45, ver Jorge Mario García Laguardia,
Los constituyentes de 1945, Mss., donde recogemos entrevistas con la mayoría de los
diputados, que se refieren a éste y otros problemas.
LA DEFENSA DE LA CONSTITUCION 21
por parte del poder público. Requisitos —a primera vista inofensivos— de afilia-
ción, reconocimiento, actividades, programas, antecedentes de la dirigencia y fi-
nanciamiento, reflejan una encubierta intención limitativa, que deja en manos
del gobierno central a través de órganos específicos de control, la decisión so-
bre la misma existencia de los partidos y naturalmente de su actividad. Todo
este marco legal, que aquí solo sugerimos, ha sido construido conscientemente
para controlar la vida partidaria y mantener un régimen de pluralismo restrin-
gido, que ha impedido que la oposición se manifieste libre y realmente, y en si-
tuaciones límites, se ha usado para controlar el escrutinio y realizar fraudes de-
nunciados por la oposición y la opinión pública y reconocidos incluso por los
propios grupos de gobierno, que muy erosionados con ese estilo de ejercicio
del poder, han perdido Iegitimidad36.
D. Rigidez constitucional.
36 Un desarrollo mayor de estas ideas en Jorge Mario García Laguardia, "La constitu-
cionalización del régimen jurídico de los partidos políticos en Centroamérica", en nnia.eie
nergoa et. al., El régimen constitucional da los partidos políticos (México: Instituto de In-
vestigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, 1975) pp. 45-83;
del mismo autor, "Subversión, contrainsurgencia, pluralismo restringido. La cuadratura del
círculo político-constitucional en Guatemala". Ponencia al II Congreso lberoiunericano de
Derecho Constitucional, en Anuario Jurídico, Instituto de investigaciones Jurídicas LINAM,
No, IX (1982) pp. 99-115. Ver también Edrnundo Vázquez Martínez, "Los partidos políti-
cos ene! derecho guatemalteco", El Imparcial, ciudad de Guatemala, agosto de 1973.
LA DEFENSA DE LA CONSTITUCION 23
lonstitucional del país. El Acta Constitutiva de 1851 que fijó las base,
constitucionales del régimen conservador, fue reformada una sola vez, en el
año 1854, de acuerdo con el sistema flexible que establecía --por la Cámara
de Representantes después de auscultar opinión de autoridades constituidas
para declarar a Rafael Carrera, Presidente Vitalicio con derecho a nombrar su-
cesor. Y la constitución de la generación liberal, la de 1879, que estuvo vi-
gente hasta 1944 -longevidad común a dichos textos-- fue reformada ocho
veces (1885;1887, 1897, 1903, 1921, 1927, 1935 y 1941). Sólo las refor-
mas del 21 y 27 afectaron su orientación general, iniciando la constituciona-
lización de la cuestión social que se afirmará en la segunda postguerra. Las
otras, indefectiblemente se refieren a los poderes y período presidencial y
juegan alrededor del Arto. 66 que prohibía la reelección. La última, del 41,
es muy representativa: se limitó a dejar en suspenso dicho artículo, para am-
pliar legislativarnente el período del dictador Jorge Ubico (1931-1944) hasta
el año 49, quien solo parcialmente pudo disfrutar de su malabarismo consti-
tucionalista, porque fue derrocado en 1944.
Qpnstitucionai del país. El Acta Constitutiva -de 1851 que fijó las bases
constitucionales del régimen conservador, fue reformada una sola vez., en ei
año 1854, de acuerdo con el sistema flexible que establecía - por la Cámara
de Representantes después de auscultar opinión de autoridades constituidas
para declarar a Rafael Carrera, Presidente Vitalicio con derecho a nombrar su-
cesor. Y la constitución de la generación liberal, la de 1879, que estuvo vi-
gente hasta 1944 -longevidad común a dichos textos-- fue reformada ocho
veces (1885;1887, 1897, 1903, 1921, 1927, 1935 y 1941). Sólo las refor-
mas del 21 y 27 afectaron su orientación general, iniciando la constituciona-
lización de la cuestión social que se afirmará en la segunda postguerra. Las
otras, indefectiblemente se refieren a los poderes y período presidencial y
juegan alrededor del Arto. 66 que prohibía la reelección. La última, del 41,
es muy representativa: se limitó a dejar en suspenso dicho artículo, para am-
pliar legislativamente el período del dictador Jorge Ubico (1931-1944) hasta
el año 49, quien solo parcialmente pudo disfrutar de su malabarismo consti-
tucionalista, porque fue derrocado en 1944.
A. Habeas Corpus.
za del que había en la corona de Aragón, llamado de Greug'es". José Barragán hace un exce-
lente análisis sobre la propuesta en "Proposición para redactar una ley al tenor de la del !la-
beas Corpus en las Cortes de Cádiz", Temas del liberalismo gaditano (México: Coordinación
de Humanidades, Universidad Nacional Autónoma de México, 1978) pp. 79-108.
44 Diario de Cortes... T. I., p. 141.
45 Perdro Rich, Diputado por la Junta Superior de Aragón era regente de la Audien-
cia; Domingo Dueñas, diputado suplente por Granada era Oidor Agregado de la Audiencia
de Sevilla; Vicente Traver, diputado por Valencia, catedrático de derecho y el propio Manuel
de Llano, Diario de Cortes..., T. II. p. 31. Los diputados americanos daban cuenta puntual
,
cultad de juzgar las diferencias y crímenes de los ciudadanos, y para que el preso sufra lo
menos que sea posible en aquella triste mansión a que le conduce su desgracia", Dierio de
Cortes, sesión de 19 de abril de 1811, TV., p. 115. En el acta de la sesión está el texto com-
pleto del Proyecto de Reglamento del Poder Judicial, ldern., pp. 116-118.
48 En este contexto es razonable señalar como antecedentes en Guaternala el Arto.
298 de la Constitución de Cádiz, como lo hace Díaz Castillo, Op. cit., pp. 3437, e incluso
los Artos. 41 y 130 de la Constitución de Bayona. Sobre ésta última ver Jorge Mario García
Laguardia, "La Constitución de Sayona. Participación del Diputado por Guatemala", en
Reviste de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de Guatemala, Nos. 7 y 8 (1968)
pp. 127-147.
49 Livingston (1764-1836) fue un conocido jurista y reformador norteamericano. Au-
tor del System of Penal Law for the State of Louisiana de 1821, de un Código de Comercio
y un Coda of Practico. Su obra se inscribe en el proceso general de codificación e influyó en
varios países. El espíritu liberal democrático de sus proyectos hacen a Barrundia denominar
a estos códigos "leyes populares" y defenderlos entusiastamente. Cuando muere, se mandó
colocar en el salón de sesiones de la asamblea su retrato con esta leyenda: "Eduardo Livings-
ron dio leyes a la Louisiana que ha adoptado Guatemala: por su medio la civilización herma-
nó ambos pueblos y enlazó sus libertades". Ver William B. Hatcher, Edward Livingston
(Louisiana State University, 1940) y Ginger Roberts, "Edward Livingstone and american
penology", Louisiana Lave Review, Vol. 37, No. 5 (Summer 1957) pp. 1037-1067.
50 Código Penal (Guatemala: Imprenta de la Unión, 1831). Es un folleto de 193 pá-
ginas más un extenso Discurso preliminar del propio Barrundia.
51 El 26 de abril de 1834, decretó la asamblea el Código de reforma y disciplina en
las prisiones. El 30 de abril de 1834, puso en vigor el Código Penal. El Decreto de este día
fue sancionado por el Consejo Representativo el 24 de junio, día mismo que Gálvez le puso
el Ejecútese; tiene el Código 682 artículos incluidos en dos libros, que están divididos en
capítulos y éstos en secciones. El 27 de agosto de 1835, decretó la asamblea la Ley Orgáni-
ca de la Administración de Justicia por Jurados, que tienen 79 artículos. El 10 de Diciem-
bre de 1835, decretó el Código de procedimientos del ramo criminal, sancionado el 12 de
marzo de 1836 por e! Consejo Representativo y se mandó ejecutar el 15 de ese mes, de
966 artículos y el 10 de diciembre de 1835 se decretó el Código de pruebas judiciales,
sancionado y mandó ejecutar el 24 de mayo de 1836, con 239 artículos. Todo este cuer-
po de leyes se editó en la Imprenta de la Nueva Academia de Estudios y se distribuyeron
ejemplares gratuitamente para conocimiento de los ciudadanos.
LA DEFENSA DE I.A CONSTITUCION
Arto. 60. Los procedimientos a que da lugar este auto se consideran como
la más eficaz salvaguardia de la libertad personal contra las tentativas públi-
cas o particulares para invadirla. Declarándose, por tanto, que en todos los
casos en que ofreciere alguna duda la inteligencia de cualquiera disposición
de este capítulo se le dará la que sea más favorable a la persona en cuyo
socorro y remedio se ha ya expedido, y que diere la acción más extensa en
todos los casos a los remedios aquí proveídos contra la detención ilegal.
tuyó un verdadero escándalo que desató encendidas polémicas. Con motivo del
aparecimiento del cólera morbus, se ordenó al médico Mariano Croquer ir a com-
batirlo quien se excusó ante la Junta de Sanidad sin éxito y sintiéndose restrin-
gido en el uso de su libertad invocó el habeas corpus. El juez ante quien se pre-
sentó el recurso le dio trámite e intimó al presidente a que se presentara a las
nueve de la noche en su domicilio, quien desatendió la citación por consi-
derarla irrespetuosa para su cargo. En interesante epistolario muy de épo-
ca-- entre el jefe de Estado y el traductor de los códigos y Presidente de la
Asamblea, se hacía por éste una interpretación auténtica de la institución:
La ley de habeas corpus —decía— está combinada precisamente para conte-
ner el Poder Ejecutivo, porque en los particulares es inútil y sin ejemplo, y en
las autoridades subalternas judiciales casi innecesaria; porque ellas son con-
tenidas por las leyes de responsabilidad, y por la acción inmediata de los tri-
bunales superiores. Pero no así en el Gobierno, que posee toda la fuerza y
el poder público, y cuyos abusos son más fáciles y más irresistibles. Así es
que el prólogo mismo de la ley de exhibición personal y todas sus combina-
ciones demuestran, que su protección es sin excepción de personas, y sobre las
autoridades más elevadas." Y en cuanto a otro importante aspecto: Dr/. su-
pone que el preso debe serio materialmente para este caso, y no reflexiona que
todo el que se halle bajo cualquier restricción, bajo la acción de cualquier po-
der-, ya sea físico o moral por una orden o por una amenaza siempre que con-
traríe la libertad de la persona se halla por la definición de la palabra restric-
ción del mismo Código en el caso de pedir y merecer el auto de habeas cor-
pus "
des frente a los recursos. Sin embargo en la misma "Noticia" se apunta que al "restablecer-
se el orden constitucional" las cosas marcharon de otra manera y dan cuenta de otros recur-
sos esta vez declarado con lugar: "El Comandante Mariscal rodeado del odio, y de acusa-
ciones importantes, enemigo del Código y de todos los principios de restauración, es preso
por una orden del Comandante General. Solicita un auto de habeas corpus: el juez consul-
ta con los patriotas, expide el auto; y la comandancia militar lo obedece, expone sus moti-
vos ante el Magistrado; y el enemigo de los patriotas y de la ley es puesto en libertad por la
32 JORGE MARIO GARCIA LAGUARDIA
ley y los patriotas, raen, p. 320. Para una visión general del problema, Mario Rodríguez,
The Livingston Codes in the guatemalan crisis of 1837-1838 (New Orleans: Tulane Universi-
ty, 1955)Passim.
57 Recopilación de las leyes de Guatemala, compuesta y arreglada por don Manuel Pi-
neda de Mont, a virtud de orden especial del gobierno supremo de la República. Edición ofi-
cial hecha en conformidad del acuerdo particular de la Cámara de Representantes de la Na-
ción (Guatemala: Imprenta de la Paz, en el palacio: año de 1869) Tomo I, Volumen 1, p.
229, Artículo 14 del decreto legislativo de 29 de marzo de 1838. "Unicarnente se dejó en
vigor el capítulo II del libro primero del Código de procedimientos criminales, que se mandó
rigiese como ley de Habeas Corpus", Antonio Barres Jáuregui, El Dr. Mariano Gálvez y su
época, 2a. ed. (Guatemala: Editorial del Ministerio de Educación, 1957) pp. 130. Es impor-
tante indicar aquí que con motivo de la crisis del régimen, Gálvez promulga la primera decla-
ración de derechos del país con el nombre de Declaración de los derechos y garantías que
pertenecen a todos los ciudadanos y habitantes del Estado de Guatemala, Decreto Legislati-
vo de 11 de septiembre de 1837, en cuya enumeración aunque se habla del sistema de jura-
dos, no se hace referencia específica al habeas corpus, instituciones ambas, banderas de la
oposición disidente liberal, Boletín oficial, No. 103, Guatemala, Septiembre 13 de 1837,
pp. 417-423.
58 Decreto de la asamblea constituyente, de 16 de octubre de 1848.
59 Decreto de la asamblea constituyente de 30 de octubre de 1848.
LA DEFENSA DE LA CONSTITUClON 33
especialmente protegidos por otros preceptos del derecho y que esta ley comple-
mentaria tendrá también el carácter de constitutiva.63
En diciembre de 1927 una nueva reforma constitucional mantuvo la institu-
ción dentro del amparo incorporado en el 21. En el Arto. 34 en su parte general
dejaba abierto el catálogo de los derechos no consignados expresamente a aqué-
llos que nacen del principio de la soberanía del pueblo y de la forma republicana
de gobierno y en la segunda parte del inciso 2o. apuntó que toda persona ilegal-
mente presa, detenida o cohibida de cualquier modo en el goce de su libertad in-
dividual, o que sufriere velámenes aún en su prisión legal, tiene derecho de pe-
dir su inmediata exhibición ya sea con el fin de que se le restituya en su liber-
tad o para que se le exonere de los vejámenes o se haga cesar la coacción a que
estuviere sujeta. Apuntaba una limitación a los individuos cuya extradición se
hubiere pedido conforme a los tratados o al Derecho de Gentes. 64
En la Ley de Amparo, Dto. Legislativo No. 1539 de 18 de mayo de 1928,
en su artículo lo. se desarrolla su tratamiento y así se puede interponer recur-
so de exhibición o de habeas corpus, cuando se encuentra la persona ilegalmen-
te presa, detenida o cohibida de cualquier modo en el goce de su libertad indivi-
dual y cuando en su prisión legal se apliquen al detenido o preso, tormentos,
torturas, exacciones ilegales, vejámenes y toda coacción, restricción o molestia,
innecesaria para su seguridad o para el orden de la prisión. El Capítulo IV se
refiere al Recurso de exhibición personal y otorga acción popular para interpo-
nerlo, fija requisitos, competencia y sanciones (Artos. 15-26).65
La Constitución liberal con sus reformas fue sustituida como consecuen-
cia del movimiento popular de 1944 y el año siguiente se dictó una nueva cons-
titución - que en muchos aspectos marca una etapa nueva en el constituciona-
lismo en la región.- y en ésta se mantuvo la institución del arnparo66 (Arto. 51)
pero se amplió la garantía a nivel constitucional agregando que si el tribunal de-
cretare la libertad de la personal ilegalmente recluida, ésta quedará libre en el
mismo acto y lugar. Cuando así se solicite o el juez o tribunal lo juzgue perti-
nente, la exhibición a que se alude en este inciso, se practicara en el lugar don-
67 Una especial argumentación se die.> en las sesiones finales del cuerpo constituyente
que funcionó con la presencia obsesiva del fantasma de la dictadura de Ubico recién derro-
cado (1931-1944). Buscando reparar injusticias contra sanciones impuestas aun con las for-
malidades legales se propuso un decreto ampliando la procedencia del recurso del habeas
corpus. Los autores del proyecto argumentaban que "si nos atenemos al tenor literal del
texto que lo contiene, el recurso de exhibición personal basta por sí solo para poner térmi-
no a la ejecución de las condenas apuntadas... las sentencias firmes, las que han pasado en
autoridad de cosas juzgadas, son susceptibles de frustrarse por el recurso de exhibición per-
sonal, cuando es posible establecer que fueron proferidas con vicios de ilegalidad.., pero
frente a tan clara e irrebatible interpretación, existen prejuicios legalistas impuestos por la
rutina que impedirán la prosperidad del recurso de exhibición personal cuando se interpon-
gan contra sentencias arbitrariamente pronunciadas que han pasado en autoridad de cosa
juzgada", Clemente Marroquín Rojas, Op. cit, pp. 106 y siguientes y Diario de sesiones de
la asamblea constituyente de 1945 (Guatemala: Tipografía Nacional, 1951).
68 El Estatuto, en Revista de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Univer-
sidad de San Carlos de Guatemala, Epoca V, No. 1 (enero-diciembre 1954). En el proceso
anárquico y represivo de ese periodo se dicta antes por la Junta Militar de Gobierno el De-
creto 41 de] 28 de julio que reconoce el habeas corpus con fuertes limitaciones (Art. 2) y de-
roga todos los artículos de la Constitución del 45 que se refieren al amparo, incluso el ha-
beas corpus (Arto. 6) Vid. supra., PP. 26 Y 27.
36 JORGE MARIO GARCIA LAGUARDIA
B. Amparo.
72 Una descripción del proceso en Francisco Lainfiesta, Op. cit., p. 449 y siguientes.
Información de primera mano sobre las reformas en La administración del general don Ma-
nuel Lisandro Badilas 0885-18921. Documentos oficiales (Guatemala: se., s.f.); "Actas a
la asamblea nacional constituyente 1885", Archivo General de Centroamérica, B. 74.71.,
Legajo 41.228; "Actas de las sesiones de la asamblea nacional constituyente de 1887)),
ldem., B. 78.27, Legajo 70, expediente 15721; Reformas a la Ley constitutiva de la Repú-
blica de Guatemala decretada por la Asamblea Nacional Constituyente de 1887 (Guatemala:
Tipografía Nacional, 1887).
73 Dictamen de la Comisión extraordinaria de reformas a la Constitución. Op. cit.,
PP. 3 Y 7-
LA DEFENSA DE LA CONSTITUCION 39
74 "Para facilitar la unión definitiva, los Estados procurarán establecer como ba-
ses de su derecho público constitucional lo siguiente: separación de la Iglesia y el Estado;
respeto absoluto a las creencias; carácter puramente civil de los actos que establezcan o mo-
difiquen la capacidad de las personas; libertad de enseñanza, siendo laica, gratuita y obliga-
toria la que se preste en los establecimientos oficiales; libertad de Imprenta, sin previa cen-
sura; libertad de testar, con la sola restricción que las leyes especiales fijen para las herencias
o legados a favor de las instituciones de carácter religioso y para los alimentos debidos; in-
violabilidad de la vida humana por delitos políticos; igualdad ante la ley; la garantía del ha-
beas corpus; inviolabilidad de las personas, salvo el caso del delito o falta, no pudiendo du-
rar la detención para inquirir más de 5 días; inviolabilidad de sus papeles privados; libertad
de domicilio y su inviolabilidad; inviolabilidad del derecho de defensa; reconocimiento de
los derechos de petición individual o colectiva y del de reunión pacífica; absoluta indepen-
dencia entre los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial; absoluta igualdad en la capacidad
del hombre y de la mujer; abolición de toda vinculación o institución de manos muertas,
salvo las que tuviesen algún objeto de beneficencia o instrucción pública; inviolabilidad de
la propiedad, salvo el caso de expropiación por utilidad y necesidad pública, y previa indem-
nización, que en caso de guerra podrá no ser previa, y la no retroactividad de las leyes sus-
tantivas, salvo las penales si favorecen al reo", Laudelino Moreno, Historia de las relaciones
interestatales de Centroamérica, 2a. ed., prólogo de Rafael Altamira (Madrid: Compañía Ibe-
roamericana de Publicaciones, 1928) pp. 136-137. Ver también Adolfo Posada, Institucio-
nes Políticas de los pueblos hispanoamericanos (MadridL 1900) p. 113 y siguientes.
40 JORGE MARIO GARCIA LAGUARDIA
75 Manuel Diéguez Flores, Loc. Cit.tp. 10; Ricardo Gallardo, Las Constituciones federa-
les de Centroamérica (Madrid 1958) T. I. p. 308. "La disposición de que estas leyes se ten-
gan como parte integrante de la Constitución, y la circunstancia de figurar el precepto en el
primer articulo del título XII de ésta (La Constitución Federal de 1921), que tiene como
epígrafe: "Leyes complementarias y reformas de la Constitución" parece indicar que si ex-
presamente la Constitución sólo establece un procedimiento especial para las reformas que
en ella se propongan, al mismo procedimiento han de someterse las que se inicien en las le-
yes de imprenta, amparo y estado de sitio, puesto que se tienen como parte integrante de la
Constitución. Pero, aún sin llegar a esta conclusión, que tengo por cierta, es innegable que
estas leyes, que las Constituciones de algunas Repúblicas centroamericanas venían declaran-
dotas constitutivas, gozan de posición privilegiada respecto a las ordinarias, porque la Cons-
titución, para garantizadas de modo especial, las tiene como parte integrante de ella", Lau-
defino Moreno, Op. cit., p. 400.
76 Ricardo Gallardo, Op. cit., T. II, reproduce el texto de la ley, pp. 866-876.
LA DEFENSA DE LA CONSTITUCION 41
cualquier otro orden que regulen el ejercicio de los derechos que garantizan la
constitución, si los disminuyen, restringen o tergiversan, así como los actos o
contratos que violen las normas constitucionales. Reconoció además como le-
gítima la resistencia adecuada para la protección de los derechos y la acción
pública para perseguir las infracciones constitucionales dejando abierto el catá-
logo de los derechos a los de naturaleza análogo a los expresamente reconocidos
o que deriven del principio de soberanía del pueblo, de la forma republicana y
democrática de gobiemp y de la dignidad del hombre (Arto. 50).
Incluye en los casos de protección tres hipótesis distintas:
1. Procede contra todas las autoridades a efecto de que se mantenga o res-
tituya a la persona en el goce de los derechos y garantías que la Constitución re-
conoce (Arto. 51 inc. a) siendo así un claro medio de protección y además abun-
da en este sentido al afirrnar en otra parte que de los negocios en que la Admi-
nistración pública proceda como parte, conocerán los tribunales comunes, y
cuando se reclame por abuso de poder contra quienes ejerzan funciones ejecu-
tivas, se procederá conforme a la Ley de Amparo (Arto. 172).
2. Para que en casos concretos se declare que una ley, un reglamento o
cualquier disposición de la autoridad no le es aplicable (Arto. 51 inc. b). En
este caso, actúa como recurso contra actos legislativos, como amparo contra
leyes inconstitucionales. Lo sumario de la declaración provocó discusiones
sobre su interpretación. La más correcta parece ser la que explica que la ins-
titución en este caso se refiere a las llamadas IeyesautoapIicativas, aquéllas que
por su sola promulgación afectan a los destinatarios pudiéndoles causar agra-
vios, caso en el cual debe recurrirse contra la propia disposición legislativa,
a diferencia de las leyes de acción mediata que solamente inciden sobre los
destinatarios a través de actos de aplicación, caso en el cual debe recurrirse
contra estos actos de ejecución de la nonna.81
3. Corno recurso de babeas corpus (Arto. 41, parte final).82 Una nor-
ma de competencia pasó al texto constitucional, que en el Arto. 164 declaró
que como jurisdicción privativa existirá el Tribunal de Amparo, que conocerá
en los casos de violación de las garantías constitucionales y que se organizará
de conformidad con la ley respectiva, que siguió siendo el Decreto 1539 con
sus limitaciones, lo que provocó muchos problemas de interpretación y apli-
cación.83
La ejecución del programa reformista de los gobiernos de los presidentes
Arévalo (1945-1951) y - especialmente de Jacobo Arbenz (1951-1954), los
enfrentó con una derecha interna- cada vez más aglutinada y fuerte y con los
intereses norteamericanos afectados. Los escarceos diplomáticos de Bogotá
-1948-- Río de Janeiro -1949- y Caracas --1954- terminan con el derro-
camiento, en junio de este ario, del régimen revolucionario y el inicio de la
contrarrevolución anticomunista que calificará la historia reciente del país,
hasta nuestros días.
La Junta Militar que sustituyó al Presidente Arbenz, por decreto de 5 de
julio de 1954, suspendió los efectos de la Constitución de 1945, pero dejó
en vigor varios títulos, entre ellos el III, -que consagraba las Garantías indi-
81 Sobre las leyes autoaplicativas ver Ignacio Burgos, El Juicio de Amparo (México:
Editorial Porrúa, 1950) pp. 259-284. Con referencia al texto del 45, Maximiliano Kestler
Farnés, Introducción a la Teoría constitucional guatemalteco, 2a. cd., (Guatemala: Edito-
rial del Ministerio de Educación Pública. 1964) pp. 495-496, 273-274 y 284-286.
82 Ver infra., pp. 26 y siguientes.
83 Kestler Farnés, Op. cit., sigue siendo el mejor trabajo para estudiar la constitu-
ción de 1945, de la cual hace un analisis crítico de orientación conservadora que se resien-
te de la falta de un adecuado marco histórico. El capítulo sobre La defensa de la Constitu-
ción, pp. 457-496 es muy sugestivo, aunque al apegarse al texto constitucional, no realiza
una distinción adecuada entre las distintas garantias: amparo, inconstitucionalidad de las le-
yes y habeas corpus.
44 JORGE MARIO GARCIA LAGUARDIA
87 "La modalidad más importante que introduce el nuevo texto en el régimen de ga-
rantías es la extensión dada al recurso de amparo, al que las constituciones anteriores de-
dicaban un solo artículo, y que es objeto ahora de un capítulo entero... el recurso de am-
paro conserva, al igual que en el texto de 1927, su carácter de control constitucional, y
no de legalidad por lo que no cabe en los asuntos ya ventilados por leyes o procedimien-
tos determinados... En la misma forma que en la Constitución mexicana de 1917 (Ar-,
título 107 ha) cuyo modelo sigue en último término", Luis Mariñas Otero, Las constitu-
ciones de Guatemala (Madrid: Instituto de estudios políticos, 1958) p. 232.
88 Recopilación de leyes de Guatemala, T. 82, pp. 21-25; Enrique Peralta Azurdia,
Remembranzas del gobierno militar de Guatemala, 1963-1966 (Miami: Pan American Lidio,
1972).
89 Alejandro Silva Falla, La institución del amparo en Guatemala (Guatemala: Tesis
Universidad de San Carlos, 1964) hace un análisis de esta situación. Mario Aguirre Godoy,
Op. cit., p. 10, apunta cómo la Corte, en el caso Edelberto Torres vis. Pan American Air-
ways Comp., de fecha 27 de noviembre de 1963 "se negó a aceptar un fallo en su contra
dictado por el Tribunal Extraordinario de Amparo, alegando falta de jurisdicción en el mis-
mo por no estar vigente el Dto. Leg. 1539". Los antecedentes de este fallo pueden verse en
el Boletín del Colegio de Abogados de Guatemala, Año XI, 1963, No. 2, pp. 6-28.
46 JORGE MARIO GARCIA LAGUARDIA
90 Que no tiene justificación, ya que tenemos el dudoso honor de ser uno de los paí-
-ses que más constituciones hemos redactado y ciue el cuerpo constituyente estuvo integrado
con varios técnicos, muchos de ellos con experiencia en constituyentes recientes anteriores,
porque en Guatemala muchas veces los hombres son más perrnanentes que los textos cons-
titucionales, Vid. Jorge Mario García Laguardia, Teoría General de la defensa de la consti-
tución (Guatemala: Universidad Rafael Landívar, Colección Septern-Partitarurra, 1973), tarn-
bién en Memoria del VII Congreso Jurídico del Colegio de Abogados de Guatemala. Cuando
se presentó el proyecto constitucional al pleno por el presidente de la Comisión redactora,
muy escuetamente se afirmó: "Las garantías constitucionales quedaron divididas en dos
grupos: Las garantías individuales y las garantías sociales; las garantías individuales además
de contener su numeración comprenden, como capítulo auxiliar lo relativo al amparo, r
las garantías sociales, con capítulo dedicado a la familia, trabajo, cultura y servicio civil...'
"Discurso del Diputado Jorge Skinner Klee haciendo la Exposición de Motivos del Proyecto
de Constitución", sesión del 2 de febrero de 1965, Diario de sesiones de le asamblea nacio-
nal constituyente de 1965, Ti., No. 23, Mimeo., Archivo del Congreso de la República.
91 En cuanto a las instituciones que analizamos decía el Presidente de la Comisión
Redactora: "Las reglas tradicionales del habeas corpus, como han venido desde el Código de
Livingston de 1837, fueron conservadas y ampliadas, las normas del amparo se mantuvieron
tal como establecían (sic) el amparo en la Constitución de 1956, con tres cambios de gran
importancia, en primer lugar se creó el amparo, se le dio la extensión id acto administrativo
general (sic), o sea que por demora de la resolución de la administración pública, que ha si-
do una de las peores corruptelas, con lo que más ha sufrido el gobernado en Guatemala, se
permite al juez, en aquellos casos en que hay demora injustificada, señalar un término ra-
zonable para la solución de cualquiera petición administrativa; se estableció el amparo en
lo administrativo, contra el abuso de poder, cuando hubiere temor de ocurrir (sic) cualquier
agravio, y finalmente se entregó a la Corte Suprema de Justicia la facultad, en todo caso, de
-establecer la competencia de un Tribunal de amparo, sin formar artículo: ha sido corriente
en el pasado que no se podía conocer de ningún amparo, porque como la ley de amparo no
mencionaba específicamente a cual tribunal le correspondía el conocimiento, aquel asunto
se quedaba sin resolver", 'dem. Los errores de construcción se explican porque la versión
taquigráfica sin revisión es la única que existe en el Archivo del Congreso en una copia mí-
megrafica.
LA DEFENSA DE LA CONSTITUCION 47
sos concretos. 92
1. Casos de procedencia.
92 Arto. 2. de la Ley; Podrá también recurrirse de amparo contra los actos y resolu-
ciones de entidades de derecho público; de entidades descentralizadas, autónomas y semiau-
tónomas, de empresas y entidades sostenidas con fondos del Estado o creadas por ley o con-
cesión; o de aquéllas que actúen por delegación de los órganos del Estado, en virtud de con-
trato, concesión o conforme a otro status semejante. Arto. 3o. Asimismo podrá recurrirse
de amparo, contra los actos y resoluciones de las entidades a las que se deba ingresar por
mandato legal; y contra los actos y resoluciones de entidades reconocidas por ley, tales co-
mo asociaciones, sociedades, sindicatos, cooperativas y otras semejantes, cuando causaren
al recurrente daño patrimonial, profesional o de otra naturaleza.
48 JORGE MARIO GARCIA LAGUARDIA
2. Improcedencia.
reiteradamente.96
En lo que respecta a los actos consentidos, aunque la Constitución no los
define, la Ley presume como tales aquéllos por los cuales no se hubiere recu-
rrido de amparo, dentro de los veinte días siguientes al de su notificación. En
lo que se refiere al amparo contra leyes, se ha producido alguna controversia:
un autor opina que en estos casos no debe haber término alguno por la carac-
terística especial de la norma,97 en tanto que otro opina que aunque no haya
notificación específica, la publicación en el Diario Oficial y la fecha de entrada
en vigencia de la ley, hace surgir la presunción, de que es conocida por todos
según los Artos. 177 Constitucional (entrada en vigor) y 2o. de la Ley de Orga-
nismo Judicial Dto. 1762 del Congreso (no puede alegarse ignorancia de la
ley). 98
3. Competencia.
Los tribunales encargados de conocer del amparo son los mismos tribuna-
les de la jurisdicción ordinaria, pero constituídos en Tribunales de amparo, con
atribuciones especiales por lo que constituyen una jurisdicción privativa. La
Constitución ordena que el Tribunal Extraordinario de Amparo, a quien corres-
ponde conocer de los recursos que proceden contra la Corte Suprema o cual-
quiera de sus miembros y contra el Congreso de la República y el Consejo de
Estado por actos o resoluciones no meramente legislativas, se integrará por el
presidente de la Sala Primera de la Corte de Apelaciones o en su defecto por el
de las otras, en orden numérico y seis vocales de las propias salas, que serán de-
signados por sorteo entre los propietarios y suplentes de las mismas (Arto. 260).
Y remite a las disposiciones de la ley todo lo relativo a la organización y funcio-
namiento de los demás tribunales que deben conocer de los recursos que se in-
4. Efectos.
5. Disposiciones varias.
6. Jurisprudencia.
1. Antecedentes.
100 Fuentes Charnaud, op. cit., passim., apunta por otro lado que de setenta y una
sentencias que analizó, solamente se declararon con lugar un 14%y también indica que la
corte "restringe mucho la procedencia del amparo" y que "es excesivo el fonnaliano con
que la Corte conoce de los recursos de amparo, y su falta de claridad y precisión al emitir sus
fallos", p. 97. Por su parte, Auyon Barneond, estima "Después de consultar numerosos ex-
pedientes", que un noventa y cinco por ciento de recursos de amparo se declaran sin lugar,
0P. eit, p. 96.
101 Informe sobre la Constitución. Leído en la Asamblea Nacional Constituyente el
23 de mayo de 1824 (Guatemala: impreso por Arévalo, 1824) p. 5.
102 "Asamblea constituyente de 1824. Actas de sesiones públicas. Mes de julio, se-
sión del 24", Archivo General de Centroamérica, en ciudad de Guatemala, 8626, expedien-
te 2968, legajo 115. El mismo Barrundia, en polémica posterior sobre las primeras bases
constitucionales, refutando un documento que atribuía a José Aycinena —el mejor líder del
partido conservador— en el que, sobre las huellas de Jefferson, se prevenía contra la dictadu-
ra de las asambleas, afirrna que "...La constitución federal no es la genuina expresión de las
convicciones de don José Francisco Barrundia. El quería libertad de cultos, y la constitu-
ción federal no la otorga. Quería, con razón o sin ella, elecciones directas y no pudo obte-
nerlas; quería que la Corte Suprema tuviera las atribuciones políticas que a la Corte Federal
americana otorga la Constitucion firmada por Washington y tampoco la tuvo".
LA DEFENSA DE LA CONSTITI1C1ON 53
hacer lo mismo, cuando hemos querido imitar las instituciones del norte?"3 Y
antes, en su Mensaje a la Asamblea Legislativa, al iniciar sus sesiones en 1833,
en el clímax de un agudo conflicto entre el Ejecutivo y el Legislativo, afirmaba
que la paz es inconcebible mientras la constitución política sea un simulacro
burlado en nombre de las leyes secundarias, emanadas de tronos corrompidos
erigidos en tiempos de barbarie.1 04
No fue recogido en el texto constitucional, pero cuando la Asamblea Legis-
lativa del Estado de Guatemala —el más importante de la Federación promul-
ga el Decreto de 11 de septiembre de 1837, la Declaración de los Derechos y
garantías que pertenecen a todos los Ciudadanos y habitantes del Estado de
Guatemala.105 en su artículo 5o., fijaba un antecedente realmente clave y pre-
cursor: Que toda determinación sea en forma de ley, decreto, providencia,
sentencia, auto ú orden que proceda de cualquier poder, si ataca alguno ó al-
gunos de los derechos naturales del hombre, á de la comunidad, á cualquiera
de las garantías consignadas en la ley fundamental, es ipso jure nula, y ningu-
no tiene obligación de acatarla y obedecerla. Y el año 1838, inicio del rom-
pimiento de la Federación, en el mes de febrero, la misma asamblea promul-
gó un Decreto de cuatro artículos que desarrollaba esta idea de la supremacía
constitucional. Ninguna Ley contraria a la Constitución puede ni debe subsis-
tir (Arto. lo.); cuando se presenta alguna notoriamente contraria a la Consti-
tución, los tribunales deberán arreglarse en sus juicios al sentido claro de la
fundamental, informando en seguida al cuerpo legislativo (Arto. 2o.); cuando
se presentaren casos dudosos los tribunales y cualquier ciudadano puede pe-
dir a la asamblea la declaratoria correspondiente, sin perjuicio de que dichos
tribunales resuelvan desde luego, según entienden de justicia, y por su propio
convencimiento (Arto. 3o.); y la declaratoria del cuerpo legislativo solamente
podrá aplicarse a los casos posteriores al que motivó la duda; y sin que pueda
tener jamás un efecto retroactivo (Arto. 40.).
Pero a la caída del régimen liberal, que coincidió con el rompimiento de
la Federación, esta idea es abandonada. Los gobiernos de la restauración con-
servadora, desconfían de la revisión judicial, y el 27 de septiembre de 1845, die-
tan un decreto que inhibe del conocimiento de los tribunales de justicia, los
actos de los poderes Legislativo y Ejecutivo. Consta de cuatro pequeños ar-
tículos que hablan por sí mismos: Arto. lo. Ningún acto del Poder Legisla-
tivo ni Ejecutivo, está sujeto a la revisión de los tribunales de justicia, los cua-
les no pueden conocer de la nulidad o injusticia que aquéllos contengan. Arto.
2. Las sentencias que se dieren nulificando los actos de gobierno y de las asam-
bleas, serán nulas; y los jueces y magistrados que las pronunciaren serán respon-
sables por los perjuicios que aquéllas causen a los particulares. Arto. 3. Se de-
clara que las sentencias pronunciadas por los jueces y magistrados, dándose por
competentes para calificar la validez o nulidad, justicia o injusticia de los de-
cretos legislativos, o de los actos del gobierno que los cumplimentaron, serán nu-
las. Arto. 4. El gobierno cuidará de ejecutar y sostener la ejecución de las
mismas leyes y de sus propios actos que tiendan a cumplimentarlas.
En el siglo diez y nueve no encontramos ningún antecedente más,
al menos de derecho vigente, y solo hemos registrado el artículo 130 de la
Constitución Federal de 1898 —que no tuvo aplicación en uno de los inten-
tos fallidos de reconstrucción de la Federación centroamericana— que decía
que los tribunales en sus resoluciones aplicarán de preferencia la Constitución
a las Leyes y éstas a cualquier otra disposición. 107
En las reformas constitucionales de marzo de 1921 -a que nos he-
mos referido antes.- en su artículo 93 inciso c), se estableció que dentro de
la potestad de administrar justicia, corresponde al Poder Judicial declarar la
inaplicación de cualquier ley o disposición de los otros poderes cuando fue-
re contraria a los preceptos contenidos en la Constitución de la República,
pero de esta facultad sólo podrán hacer uso en las sentencias que pronuncie.
Se fijaban así atribuciones al Poder Judicial, modificando el artículo corres-
pondiente de la Constitución de 1879, que dejaba la reglamentación a una
ley ordinaria. Este artículo pasó a la Constitución Federal de septiembre del
mismo año de 1921 —en otro intento fallido de la reconstrucción nacional--
con una leve modificación: sólo podrá hacer uso (el Poder Judicial) de es-
ta facultad en los casos concretos en que tenga que pronunciar sentencia. Y
en su Arto. 130, afirmó que podrá también establecerse ante la 'Corte Supre-
ma de Justicia Federal el recurso de inconstitucionalidad de una ley que se
refiera a asuntos no ventilados ante los tribunales, por toda persona a quien
perjudique en sus legítimos derechos, por su aplicación en caso concreto.
Las líneas generales, del control judicial, difuso e incidental estaban fijadas.
Y la institución siguió configurándose. En las nuevas reformas constitucio-
nales de diciembre de 1927, se afirmó expresamente que ninguna ley podrá
contrariar las disposiciones de la Constitución (Arto. 54), y que El Poder Ju-
dicial se ejerce por los jueces y Tribunales de la República; a ellos compete
2. La Constitución de 1965.
1 108 Mario Aguirre Godoy, llama la atención que este sistema mixto, es el que reco-
mendó como mejor en la Conclusión V de la IV Jornada Latinoamericana de Derecho Proce-
sal, en la que se recomendó adoptar la declaración general de Inconstitucionalidad combina-
da con la desaplicación en el caso concreto,OP. Cit., p. 18 y Derecho Procesal Civil, (Guate-
mala: Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, 1982) T. II, Vol. lo., p. 483.
109 Hugo Alsina, Tratado de derecho procesal, T. II, (Buenos Aires: EDIAR, 1957)
pp. 232 y 246. Ricardo Haro, en exclente trabajo afirma: "Como expresión cabal de esta
actitud de las partes y del juez dentro del proceso, desde el derecho romano nos llega aquel
viejo pero siempre orientador aforismo procesal narra mihi factum, debo tibis ius, que signi-
ficativamente quiere decir, "nárrame los hechos que yo te diré el derecho"... los jueces tie-
nen el deber de dirimir los conflictos litigiosos según el derecho vigente aplicable a cada
caso, de acuerdo con las reglas jura novit curia, con prescindencia de los fundamentos que
enuncian las partes. Deben calificar automáticamente los hechos del caso y subsumirlos en
las normas jurídicas que los rigen, cualesquiera sean las invocadas por las partes", "El con-
trol del oficio de constitucionalidad", El Derecho, diario de la jurisprudencia, Buenos Aires,
Tomo 64, p. 648.
LA DEFENSA DE LA CONSTITUC1ON 57
110 El derecho constitucional del poder (Buenos Aires: EDIAR, 1967) T. II., p. 325,
y también del mismo autor "La declaración de inconstitucionalidad sin petición de parte (en
el derecho Argentino)', Revista Iberoamericana de Derecho Procesal, No, 2 (1966) pp. 201-
221. Con respecto al derecho guatemalteco, en las constituciones de 1945 y 65, ver Ma.ximi-
llano Kesder Farnés, Op, cit, pp. 52-53 y Jorge Mario García Laguardia, "La defensa de la
Constitución. Aspectos del control de constitucionalidad", Revista de la Universidad de San
Carlos, No. XL (1957) p, 120; Miguel Enrique Solís Rojas, Op. cit, p. 115, se pronuncia por
su procedencia. Otro aspecto a considerar sería el de que no solicitar la inconstitucionali-
dad, no puede representar una renuncia de derechos, porque una vez provocada la jurisdic-
ción, ninguna renuncia puede presumirse; el mantenimiento del orden público constitucio-
nal, y la correcta aplicación del derecho, no puede estar sujeta a la voluntad de los particu-
lares.
111 Es una impugnación de inconstitucionalidad por la vía judicial, Vid., Mauro Cap-
pelletti, La pregiudizialite costituz fanal* nel processo civile (Milano: Giuffré, 1957) pp. 4-70.
140 es ocioso, recordar las clásicas categorías del control judicial según sus diversas modalida-
des, que Piero Calarnandrei, formuló en estudios ya clásico: por su objeto, formal, cuando
hay vicio de procedimiento y material, cuando es vicio de fondo; por órgano judicial strictu
sensu, también difuso, cuando se encarga a todos los tribunales y autónomo o concentrado,
cuando se crea un órgano especial de examen constitucional; por la legitimación en la pro-
puesta, incidental, cuando únicamente la parte en un caso concreto puede plantearla en vía
prejudicial o no y principal, cuando puede proponerse como demanda principal sin atender a
una controversia concreta; por la extensión de los efectos, en general, cuando invalida "erga
omnes" y especial, cuando invalida solo en caso concreto produciendo inaplicabilidad; por la
naturaleza de tos efectos, declarativa, cuando establece una nulidad preexistente en forma
retroactiva "ex tunc" y constitutiva, cuando actúa como ineficacia o anulación "ex nun",
que vale para el fututo pero respeta en el pasado la validez de la ley declarada ilegítima; nor-
malmente, el sistema judicial strictu sensu, es difuso, incidental, especial y declarativo y el
concentrado o autónomo, es principal, general y constitutivo, La ilegitimidad constitucional
de las leyes en el proceso civil, en Estudios sobre el proceso civil, traducción de Santiago
Sentis Melendo (Buenos Aires: 1962) pp. 61-107.
58 JORGE MARIO GAHCIA LACUARDIA
1) Vía de acción,
2) Vía de excepción.
112 Mario Aguirre Godoy, ha defendido la tesis de que en estos casos el proceso debe
tia ser un especial sumario "ya que se trata de una cuestión de derecho"; como autor lel
miembro más importante de la comisión) del Proyecto del Código Procesal Civil y Mercantil,
propuso dentro de los juicios sumarios, uno especial de "declaratoria de inconstitucionali-
dad para los Casos COOCTClo,, 1411C no pasí. al código aprobado, Op. Cit. , 485.
LA DEFENSA DE LA CONSTITUCION 59
113 Op. cit., p. 486. Recuerda el autor que J aime Gua.sp, '1 .a Justicia constitucional
en España", Primer congreso mexicano y Segundas Jornadas Latinoamericanas de Derecho
Procesal (México: 1960) p. 209-210, utiliza para este supuesto el término "cuestión inci-
dental".
114 Mario I .pez Lartave, "La inconstitucionalidad de las leyes en materia laboral y
como motivo de casación", Revista del Colegio de Abogados de Guatemala. No. 8 (julio-di-
ciembre 1978) pp. 11-28.
60 JORGE MARIO GARCIA LAGUARDIA
bién tienen efectos jurisprudenciales. No tiene efectos erga omnes, sino sólo in-
valida en caso concreto, produce inaplicabilidad.
c. La Corte de Constitucionalidad
1) Antecedentes y modelo.
3) Objeto y efectos.
4) Legitimación.
121 Héctor Fix Zamudio, Op. cit., p. 141-142. Mario López Larrave, Loc. cit., ..."por
el rigor de los requisitos —tanto formales como de implicación económica— exigidos por el
Dto. 8 de la Asamblea Constituyente al regular el recurso de inconstitucionalidad, práctica-
mente se veda el ejercicio de esta defensa constitucional a la gran mayoría de trabajadores
guatemaltecos que si no consiguen muchas veces un solo abogado director mucho menos
conseguirían diez...", p. 14.
VII POLITICA Y JUSTICIA. LA GRAN CUEST1ON 64
A. La revisión judicial de la legislación. Proceso histórico 64
B. Los cuestionamientos. Izquierda y derecha 67
C, El debate sobre el papel político de la función judicial 69
D. La Constitución de 1965 y la experiencia reciente. Balance
de la Corte de Constitucionalidad 72
VIII POST-SCRIPTUM 78
64 JORGE MARIO GARCIA LAGUA RIMA
121 Héctor Fix Zarnudio, CAo. cit., p. 141-142. Mario López Larrave, Loc. cit., ..."por
el rigor de los requisitos —tanto formales como de implicación económica— exigidos por el
Dto. 8 de la Asamblea Constituyente al regular el recurso de inconstitucionalidad, práctica-
mente se veda el ejercicio de esta defensa constitucional a la gran mayoría de trabajadores
guatemaltecos que si no consiguen muchas veces un solo abogado director mucho menos
conseguirían diez...", p. 14.
LA DEFENSA DE LA CONSTITUCION 65
122 Linares Quintana, op. cit., T. II, p. 264. Segúnnue-stra modesta opinión, los
trabajos clásicos siguen siendo los mejores sobre el tema. Vid. Joseph Story, Comentario
abreviado de la Constitución Federal de los Estados Unidos (México: imprenta del Corner.
cio de Dublín y Cía, 1979); Charles Evans Hughes, La Suprema Corte de los Estados Unidos
(México: Fondo de Cultura Económica, 1971) y Edward S. Corwin, La Constitución nortea-
mericana (Buenos Aires: Editorial Kraft, 1942). En su sentencia, Marshall asentó: "Los po-
deres del Legislativo son definidos y limitados; y para que estos límites no puedan confun-
dirse u olvidarse, la Constitución es una Constitución escrita. ¿Cón qué finalidad limitarían
lorpoderes y con qué propósito se habrían puesto esas limitaciones por escrito si esos lími-
tes pudieran, en cualquier ocasión, ser sobrepasados por las personas mismas a quienes la
Constitución intenta constreñir...? Es demasiado claro para que se pueda discutir que, o la
Constitución está por encima de cualquier norma legislativa que no está de acuerdo con ella,
o el Legislativo.puede modificar la Constitución por una ley ordinaria. Entre esas dos.alter-
nativas no hay término medio. O la Constitución es una norma superior y suprema y no
puede ser alterada por los medios ordinarios, o está al mismo nivel que las disposiciones le-
gislativas ordinarias, y como ellas, puede ser alterada cuando al Legislativo le plazca alterar-
la... Si una ley aprobada por el Legislativo, contraria a la Constitución, es nula, ¿podrá, no
obstante su invalidez, obligar a los Tribunales, forzándolos a ponerla en práctica?... La
obligación y el deber del departamento judicial es, sin ningún género de dudas, declarar el
derecho... Así, pues, si una ley está en pugna con la Constitución, si tanto la ley como la
66 JORGE GARCIA LAGUARDIA
más de la tercera parte del total de diputados, o a un tribunal que niegue validez
a una ley.123 Pero, fundamentalmente, con la creación del Tribunal Consti-
tucional austríaco, obra de Hans Kelsen, quien crea un sofisticado mecanis-
mo original. Las diferencias con el judicial review son sustanciales. El con-
trol difuso se sustituye por uno concentrado. El Tribunal Constitucional no
conoce supuestos de hecho, con base en los cuales se produciría la aplicación
concreta de la ley, lo que se reserva a los tribunales a-quo que plantean el in-
cidente de constitucionalidad. Su función se limita a realizar un análisis de
la compatibilidad entre el contenido abstracto de la Constitución corno norma
suprema y del contenido también abstracto de la ley ordinaria, eliminando la
ley contraria a la Constitución. Por eso —según Kelsen la actividad del Tri-
bunal Constitucional, no sería en sentido estricto judicial, sino puramente le-
gislativa: actuaría como legislador negativo. Como bien apunta García de
Enterría, de este modo, el Tribunal Constitucional, en lugar de competidor
del Parlamento, termina siendo su complemento lógico; no puede indagar la
relación de adecuación o no a la norma legislativa con el supuesto de hecho
que intenta regular (no examina, pues, la eventual injusticia de la ley) sino
que, como depositario de las categorías lógicas del ordenamiento, enjuicia-
rá solo la validez de la Ley, por vía de simple lógica racional, desvinculada de
la necesidad de decidir las controversias de pleitos reales. 124 El examen de
constitucionalidad es aislado cuidadosa y terminantemente del proceso don-
de las situaciones de hecho se ventilan.
Piero Calamandrei y Hans Nawiasky, pugnan por la creación de un tribu-
nal sobre las líneas kalsenianas, pero en las constituciones italiana de 1948 y
alemana de 1951 se llega a una solución ecléctica: un sistema intermedio, en-
tre los sistemas estrictamente judicial y difuso como es el estadounidense y el
que podríamos calificar de judicial y concentrado establecido por la Constitu-
ción Austriaca de 1920 (y puesta en vigor nuevamente por la ley de lo. de mar-
eo de 1945) por inspiración de Kelsen...125 Según el ordenamiento italiano, es
Constitución son aplicables a un caso particular, de tal modo que la Corte deba decidir el ca-
so con arreglo a la ley, apartándose de la Constitución o con arreglo a la Constitución, apar-
tándose de la ley, la Corte debe determinar cuál de estas dos normas contradictorias en con-
flicto es aplicable al caso. Esto es de la propia esencia de los jueces". El texto completo de
la sentencia en Revista mexicana de derecho público, Vol. I, Núm. 3 (enero-marzo de 1947)
pp. 317-343. Para un análisis completo de la institución ver el excelente estudio de J. A. C.
Grant, El control jurisdiccional de la constitucionalidad de las leyes. Una contribución de
las Américas a la Ciencia Política (México: Facultad de Derecho de la UNAM, 1963).
123 Ottmar Bühler, La Constitución alemana de 11 de agosto de 1919. Texto com-
pleto, comentarios, introducción histórica y juicio general, por... (Madrid-Barcelona-Buenos
Aires: Editorial Labor, 1931) pp. 54-46.
124 Eduardo García de Enterría, La Constitución como norma y el Tribunal Consti-
tucional (Madrid: Editorial Civitas, 1981) p. 58.
125 lléctor Fix Ziunudio, "La aportación de Piero Calamandrei al Derecho Procesal
Constitucional", Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma
de México, 1' VI, No, 24 (Octubre-diciembre 1956) p. 196
LA DEFENSA DE LA CONSTITUCION 67
130 lord Devlin, "Judgcs and Lawmakers", The moderm Law Review, London, Vol.
39, No. 1 (January 1976) pp. 1-16; S. Belaid, Essai sur la pouvoir createur et normatif du
juge (París: Libraire generale de droit et de jurisprudence, 1974)
70 JORGE MARIO GARCIA LAGUARDIA
131 Carl Scmitt, La defensa de la Constitución... Op. cit., p. 33. Vid. Jorge Mario
García Laguardia, "La defensa de la Constitución. Aspectos..., Loc. cit. p. 95 y siguientes.
132 Harold J. Laski, El liberalismo europeo (México: Fondo de Cultura Económi-
ca, 19541 p. 215.
133 L. B. Boudin, "Government by judiciary'', Political Science Ouarterly, XXXI
(1911) pp. 238-270; en Europa, Lamben la popularizó en la década del 20, Le gouverne-
ment des jugos (París: 1921) y recientemente la expresión se retorna desde una crítica con-
servadora a la jurisprudencia Warren, R. Berger, Government by judiciary. The transforma-
non of the fourthenn ammendmertt (Cambridge, Mass Harvard University Presa, 1977).
LA DEFENSA DE LA CONSTITUCION 71
134 Sayler, Boyer y Goobing eds., The Warren Court A. critica! analysis (New York:
Chelsea I louse, 1980).
135 John A. G. Griffith, The Political of the judiciary (London: Williams Colina,
Sons e C. Ltd. 1977); hay traducción italiana, Giudice e politica in flighilterre, Introduzione
a cura de Mario P. Chiti (Milano: Feltrinelli Editores, 1980),
136 Varias escuelas jurídicas se han orientado a favorecer una mayor libertad del juz-
gador frente a la ley: la escuela libre de derecho, de la comunidad del pueblo, escuela realista
y últimamente la teoría del "uso alternativo del derecho" que ha surgido en Italia. G. Schu-
bert, ha hecho análisis empíricos, en una rica lína de investigación, sobre la hipótesis de la
72 JORGE MAI(10 GARCIA LAGUARDIA
actividad de losjueces guíada por el uso de sus personales escalas de valores, Nutran jurispru-
dence (Honolulu : University of Hawai Presa, 1975).
137 Carlos Guarnieri, L'independenza della Megistratura (Padova: CEDAM, 1981) p. 50.
138 Sobre esto ver Carlo Guarnieri, "Elites, correnti e conflitti fra i magistrati italiani:
1964-1976", Politica del diritto, VII (1976) pp. 653-682. Aquí debe llamarse la atención en
el peligro que comporta esta posición, en cuanto se puede rebasar el propio fin institucional
de magistratura —resolver controversias que surgen en la aplicación de normas de derecho—
y atribuirse funciones que corresponden a otros órganos.
LA DEFENSA DE I.A CONSTITUCION 73
de febrero de 1 965,
el diputado Skinner Klée, Presidente de la Comisión de los
25 (Comisión de Constitución), presentó el proyecto al pleno e hizo una amplia
exposición de motivos. El proyecto -dijo ...tiene proffindos cambios en la
parte orgánica.., nos ofrece una nueva estructura del estado, totalmente nueva...
sobre todo la radical refórma que se ha hecho con la reglamentación del Orga-
nismo Judicial, al cual se le ha provisto de poderes extraordinarios, de fáculta-
des que carecen de antecedentes en Guatemala, a sabiendas de que aquéllo nos
va a llevar, nos puede llevar indudablemente, si se hubiere abusado de esto, al
gobierno de los jueces (el subrayado es nuestro), de que algunas veces se ha acu-
sado a alagún país de la América, de tener, pero creemos no haber llegado a ese
extremo, creemos que no hemos caído en el gobierno de los jueces, creernos que
hemos logrado para los jueces de la República, la dignidad y la majestad de su
sitial..
Y específicamente: Cómo novedad de orden institucional, señaló la crea-
ción de una Corte constitucional, no debemos confundir los propósitos de es-
te tribunal con los del amparo, o recurso de inconstitucionalidad; el amparo
tiene un tipo de efectos en casos concretos y el recurso de inconstitucionalidad
llega a una decisión judicial también, en casos absolutamente concretos, en
cambio la Corte constitucional es un contralor de la constitucionalidad de las
leyes, es un Tribunal que sopesa, que hace juicio de los actos del Congreso co-
mo legislador, para determinar si una ley se adecúa o no a la Constitución de
la República, y su resolución tiene efectos de derogatoria general de la ley;
es una función muy especial y por eso se sacramentó el recurso, se vio el ma-
yor número de garantías posibles para que su interposición únicamente obede-
ciese a razones de suficiente seriedad, a fin de que no estuviere a disposición de
cualquier mecanismo de embate en un momento político. 139
Cuando en el mes de mayo, se discutió el capítulo sobre la Corte en el
pleno, se hizo evidente el desconocimiento de los diputados sobre la materia,
y naturalmente de las implicaciones que la adopción de la institución traería.
En una discusión de muy bajo nivel, se refirieron solamente al problema de la
legitimación activa. En la sesión del 25 de mayo, se suprimió el inciso que le-
gitimaba a cualquier persona a quien afectara directamente la inconstituciona-
lidad, para presentar el recurso con el auxilio de siete abogados, con una única
intervención coherente aunque confusa. La del diputado Villacorta, quien argu-
mentó que el recurso de inconstitucionalidad, es un recurso de tipo general, que
nunca puede estar en manos de particulares... no se trata de un recurso de garan-
tías individuales... si.. alguna empresa, una persona individual a un grupo de
personas, estuvieran interesadas o consideraran de por sí, que es inconstitucio-
nal una ley, tendrían que dirigirse a organismos más técnicos, que sirvieran para
140 Ideal,
141 ldem.
142 En el último constituyente español de 1978, el diputado Solé Tura habló del pe-
ligro de convertir al Tribunal en una "Tercera Cámara, escasamente controlable", y Manuel
Fraga Iribarne, recordó la famosa frase de "gobierno de los jueces", pero en realidad fueron
expresiones dichas fuera de un debate de fondo sobre las funciones del tribunal, porque en
España, se había logrado un consenso entre todos los grupos parlamentarios y los partidos,
sobre las decisiones fundamentales, entre las que estaba la creación del Tribunal Constitucio-
nal, "Sesión de 19 de junio de 1979", Diario de sesiones del Congreso de diputados, pp.
34413 y 3449.
LA DEFENSA DE LA CONSTITUOON 75
este caso, eludió el análisis de constitucionalidad planteado, con base en dos ar-
gumentos: por una parte, consideró insuficiente la representación que se acre-
ditó —lo que para nuestro objeto tiene importancia secundaria— y por la otra,
al interpretar el artículo 264 inciso 4o. de la Constitución, lo hizo, no en for-
ma extensiva y con el criterio que debe orientar la aplicación de normas cons-
titucionales, sino en una forma restrictiva, limitando la legitimidad activa, se-
gún nuestro criterio, en forma equivocada, negando la garantía al derecho gene-
ral de asociación y especial de formar partidos políticos, afectados claramente.
La Corte argumentó que el recurso fue interpuesto por los abogados Mijangos
López y Zachrisson Descampa ...en al propio nombre... pero sin expresar el
interés jurídico que tienen ni en qué forma y por qué razón los afecta directa-
mente la inconstitucionalidad de la ley que impugnan, que, como hemos dicho,
era el artículo 23 de la Ley de Partidos Políticos que dice: La autorización
otorgada a un grupo de ciudadanos para la formación de un partido político,
tendrá vigencia improrrogable de seis meses para ejercitar el derecho que le
confiere esta ley.
Lo escueto de la argumentación de la Corte en el fallo, se suple con el vo-
to razonado de su Presidente, quien enriquece la argumentación en el mismo
sentido: ...la autorización constitucional para impugnar de inconstitucionali-
dad una ley o disposición gubernativa de carácter general... no es absoluta,
porque la propia Constitución limitó el ejercicio de ese derecho para deter-
minados institutos (sic), por lo que es conveniente referirse a la disposición
que contiene el inciso 4o. del artículo 264 de la Constitución para establecer
si esa facultad ampara o apoya... para interponer en lo personal el recurso...
habiendo ocurrido el profesional Colom Argueta en representación de la en-
tidad o asociación política constituida con miras a la formación de un parti-
do político, porque a su juicio el artículo impugnado es inconstitucional, ya
que afecta directamente los intereses de dicha asociación, no se ve por qué
razón los otros profesionales también comparecen alegando que en sus inte-
reses particulares los afecta directamente la inconstitucionalidad de ese artícu-
lo. Si todos y cada uno de los miles de afiliados están formando la entidad re-
currente y ésta gestiona ante las autoridades la defensa de sus derechos por
medio del recurso de inconstitucionalidad, no se comprende por qué moti-
vos otros afiliados que pudieran llamarse Juan, Pedro, Pablo, etc., acudieran
con el mismo pretexto que lo hacen Mijangos López y Zachrisson Descamps,
a gestionar la misma inconstitucionalidad. Esto no es posible, porque en este
caso ni los abogados nangos López y Zachrisson Descamps, ni Juan, ni Pe-
dro, Pablo, etc., que también pertenezcan a esa asociación, se encuentran afec-
tados directamente por la inconstitucionalidad de la ley; no, en este caso, sería
la entidad o asociación, como persona jurídica la única que pudiera alegar esa
inconstitucionalidad por medio de acción. En este caso no pueden confundir-
se la persona particular con la asociación, para mezclar sus intereses, puesto que
LA DEFENSA DE LA CONSTITUCION 77
la ley se refiere bien a una persona o bien a una entidad que resulten afectados
directamente por la inconstitucionalidad de una ley o de una disposición gu
bernativa. Es indudable también que, cuando el inciso se refiere a cualquier
persona o a cualquier entidad, no se está refiriendo a facultar a la persona par-
ticular para que conjuntamente con la asociación de que forma parte pueda
ejercitar esta acción de inconstitucionalidad, porque la persona particular no
resulta, claro está, directamente afectada por esa inconstitucionalidad; puede
resultar afectada indirectamente como miembro de la asociación, pero la dis-
posición constitucional se refiere a que resulta directamente afectada. En
otros recursos presentados, dice el Presidente de la Corte, los recurrentes sí
eran personas afectadas directamente por las leyes cuya inconstitucionalidad
demandaron, puesto que eran propietarios de raíces... Y en la misma línea
de intereses restrictiva, agrega otro curioso argumento: ...los recurrentes ex-
ponen que "el interés jurídico en este caso, máxime tratándose de profesiona-
les del derecho, es manifiesto". Debo advertir a este respecto, que el inciso
2o. del artículo 264 de la Constitución, al cual me he referido, dispone que po-
drá interponer la inconstitucionalidad de la ley "El Colegio de Abogados, por
decisión de su Asamblea General". Es un mandato constitucional, en el que
está limitado al Colegio por decisión de su asamblea general el ejercicio de la
defensa de inconstitucionalidad.., por lo que entiendo que la filosofía tanto
de éste, como del inciso 4o. ya comentado, que también son disposiciones de
orden constitucional, no arriba a la interpretación que en este caso o en cual-
quier otro semejante, un profesional en su carácter puramente particular es-
té facultado por la .ley para hacer uso del recurso de inconstitucionalidad 147
La segunda de las razones que limitó la posible politización y confronta-
ción entre los poderes del estado, hace referencia a la posición general del
Organismo Judicial dentro del sistema político, autónomo, en alguna medi-
da, pero no independiente, dado el mecanismo de reclutamiento y formación
de los jueces y la praxis política del Ejecutivo e influencia de los grupos de
presión e'n la estructura de gobierno. Sin tomar en cuenta la patología de la
sociedad civil, cuyos patrones de corrupción alcanzan la mayoría de institu-
ciones y órganos.
VIII. POST-SCRIPTUM
148 11, A . Dahl, ej. Regimen end Oppositions (New Ilaven: Vale University Press,
1973) y J.J. Linz, "An authoritarin regirnen: Spain", E. Allardt y 5. Rokkan edis, Masa
politics (New York: 'l'he free presa, 1970).
LA DEFENSA DE LA CONSTITUCION 79
do entonces, a nivel político, la más vituperable traición a los valores del cons-
titucionalismo auténtico y, a nivel científico, la negación más rotunda de las
funciones primordiales que la jurisdicción constitucional está llamada a desem-
peñar. Por ello, si jurídicamente el control de constitucionalidad sólo se con-
cibe desde la definición previa de la Constitución como ley suprema, políti-
ca y científicamente sólo es lícito sostener la existencia de una justicia cons-
titucional cuando la Constitución se entiende como realidad normativa y no
como una mera configuración nominal y semática. Proceder de otro modo
supondría condenar la teoría constitucional y la labor de los constituciona-
listas al más menesteroso y errante de los quehaceres. 149
Y Mauro Cappelletti, el jurista que más ha reflexionado en esta temática,
con su habitual amplitud de análisis nos recuerda su esencial significación:
Consta el hecho de que el instituto de control judicial de constitucionalidad de
las leyes, es ciertamente uno de los más ricos en implicaciones y en problemas
para todo jurista abierto a las ideas que se agitan en el mundo contemporá-
neo: un mundo que, sería vano ocultarlo, se mueve con cada vez mayor rapi-
dez hacia la que —me lo recordaba recientemente Max Rheinsteín- un poeta
alemán llamó como bellísima palabra la Stemstunde, la hora de la estrella,
la hora de las elecciones y de las decisiones supremas. Si la elección será,
como todos queremos augurar, la de la justicia, y no de la destrucción —una
forma internacional de justicia que garantice también entre los pueblos como
entre los individuos la permanencia de ciertos valores fundamentales—, en-
tonces yo sostengo que también las diversas y múltiples experiencias en ac-
tos de justicia constitucional, habrán dado y darán su no despreciable contri-
bución a la supervivencia misma de la civilización y de la humanidad. 150
3o. Que siempre que algún Gobierno, cualquiera que sea su forma, no llena
el objeto de su institución manteniendo la paz pública por la observancia de le-
yes justas, el pueblo tiene un derecho indisputable para alterarlo en todo o en
parte, o abolirlo, e instituir otro según crea que mejor conviene a su seguridad
y felicidad.
4o. Que los funcionarios públicos no son dueños sino depositarios de la
autoridad, sujetos y jamás superiores a las leyes legítimamente establecidas
para garantizar los derechos individuales, y por su mantenimiento, conservar
el orden social, que no es ni puede ser otra cosa, que la efectiva conservación
de aquellos derechos.
So. Que toda determinación sea en forma de ley, decreto, providencia,
sentencia, auto u orden que proceda de cualquier poder, si ataca alguno o al-
gunos de los derechos naturales del hombre, o de la comunidad, o calquiera
de las garantías consignadas en la ley fundamental, es ipso jure nula, y ningu-
no tiene obligación de acatarla y obedecerla.
6o. Que todo hombre tiene por la naturaleza un derecho indisputable
para tributar a Dios Todo Poderoso culto según se lo dicte su conciencia, ya
sea en privado ya en público, con la sola restricción de nd perturbar a otros
en el libre ejercicio de su culto, ni la tranquilidad y reposo público.
7o. Que el poder civil jamás tiene facultad para dominar la conciencia
de ningún hombre, ni para prescribir los términos de la creencia religiosa, ni
para prohibir ninguna reunión con el objeto de tributar culto a Dios, ni pa-
ra impedir a los hombres el que por donación intervivos, o por testamento,
puedan dejar el todo o parte de sus bienes para perpetuar la solemnidad y
mantenimiento del culto que profesan, o bien según su creencia sufragios
perpetuos por sus almas, porque nada es más duro y cruel, que el que uno o
muchos hombres se arroguen el poder de regir la conciencia de otros hom-
bres sobre puntos como éstos, que dependen del convecimiento personal so-
lamente.
80. Que el poder civil no tiene facultad para anular en la substancia, ni
en sus efectos, ningún acto público, ni privado, ejecutado en conformidad de
una ley anterior vigente al tiempo de su verficación, o sin la prohibición de
una ley preexistente; y que cualquiera ley, decreto, sentencia, orden o pro-
videncia en contravención de este principio, es ipso jure nula y de ningún va-
lor, como destructora de la estabilidad social, y atentatoria a los derechos in-
dividuales.
9o. Que el juicio por jurado subsistirá inviolable, debiéndose fijar por
una ley particular las circunstancias personales de los que hayan de ser ju-
rados; de suerte que la justicia sea administrada por hombres no solo ínte-
gros, sino de suficiente capacidad para llenar los objetos de esta institución.
10o. Que todo hombre puede libremente comunicar sus pensamientos
por la palabra, por la escritura, y por la imprenta sin previa censura; mas sien-
APENDICE DOCUMENTAL 85
cia firme que condenó a González a diez años de prisión con calidad de presi-
dio, esa ejecutoria debe conceptuarse revestida de cierto carácter internacio-
nal.
Que fenecida la condena de González no por que haya expirado al tér-
mino de ella sino por indultos decretados por una sola de las naciones refe-
ridas, el Acuerdo Gubernativo de 3 de abril que manda suspender los efec-
tos del Ministerial de 20 de marzo, es un reconocimiento de la ejecutoria ex-
pedida por los Tribunales, y del Gobierno a hacerla cumplir tal cual fue dic-
tada.
Que estando pendiente este asunto del arreglo que se espera entre el Go-
bierno de Guatemala y de la Gran Bretaña, los Tribunales, fuera de la órbi-
ta de su respectiva competencia, no pueden mezclarse en atribuciones que
pertenezcan a otros poderes públicos, como terminantemente lo prescribe
el artículo So. de la Ley Orgánica y Reglamentaria del Poder Judicial.
Y finalmente, que la exhibición personal ha tenido lugar para que el
peticionario pudiera presentar libremente sus alegaciones.
Por tanto: la Sala Primera de la Corte de Justicia, en haz del señor Fis-
cal, declara que no ha lugar por ahora a dictar providencia respecto a la li-
bertad que solicita don José María González. Notifíquese Farfán, Falla Cal-
derón J. Francisco Flores - Miguel Solares.
APENDICE DOCUMENTAL 89
ANTECEDENTES:
CONSIDERANDO:
LEYES APLICABLES:
POR TANTO
CONSIDERANDO:
POR TANTO:
ANTECEDENTES:
11
Interés jurídico en la declaratoria de Inconstitucionalidad:
Expresó que ci Decreto Ley 52 establece que se declaran nulas, de ple-
no derecho, las enajenaciones de bienes nacionales originadas de operaciones
fraudulentas, ilegales notoriamente lesivas a los intereses nacionales, dejando asal-
APEND10E DOCUMENTAL 93
III
IV
Que, por otra parte, en el articulo 3o. del 1)ecreto 1725 impugnado, se es-
tablece que quedan sobreseídos todos los juicios civiles y sus efectos entabla-
dos contra el Estado o por el Estado que se deriven de las expropiaciones ema-
nadas de los Decretos Ley a que se refiere este articulo.... lo cual invade atri-
buciones que únicamente competen al Organismo Judicial; que hace caso omi-
so de la autoridad de cosa juzgada que producen las resoluciones firmes de los
tribunales, por tratarse de juicios fenecidos favorablemente a los intereses del
Estado, y que, consecuentemente, esta disposición legal tiene también efecto
retroactivo, porque afecta situaciones jurídicas anteriores a su promulgación;
que los juicios civiles a que se refiere tal ley, fueron iniciados en el mes de ju-
lio de mil novecientos sesenta y tres y que los tribunales que conocieron de
ellos, inclusive la Corte Suprema de Justicia, resolvieron en favor de la Nación,
por lo cual es noticia la retroactividad del decreto 1725 referido que manda
sobreseer procesos o juicios anteriores a su promulgación, ya sea que se en-
cuentren en trámite o que se encuentren fenecidos; que los interesados, des-
de la promulgación de los Decretos Leyes 2, 52, 64 y 68, en el año de mil no-
vecientos sesenta y tres, iniciaron los juicios que aquel Decreto del Congreso
de la República manda sobreseer, retrotrayendo sus efectos a siete años atrás.
Organismo Legislativo que se den por terminados los procesos civiles, infringe
principios constitucionales.
VI
VII
VIII
1X
X1
Documentos acompañados.
XII
De fondo:
Pidió que al dictar sentencia se .declarará: a) que el Decreto 1725 del Con-
greso de la República es inconstitucional por violar disposiciones legales con-
tenidas en nuestra Carta Magna; b) que se ordenará la publicación del fallo en
el Diario Oficial para que la ley impugnada dejara de surtir efectos.
Se fundó en las leyes citadas en su exposición y en los artículos lo., 2 y
12 del Decreto 512 del Congreso de la República; 222, 262, 263, 264, 265
de la Constitución de la República; 105, 106, 107, 108, 109, 110, 111 del
Decreto 8 de la Asamblea Constituyente; y acompañó trece fotocopias del
memorial y de cada uno de los documentos que adjuntó, así como un ejem-
plar del Diario Oficial donde se publica el Acuerdo Gubernativo que lo facul-
ta para interponer el recurso.
100 JORGE MARIO GARCIA LAGUARD1A
CONSIDERACIONES:
II
que le ordena acondicionar todas sus resoluciones a lo dispuesto por la Ley Fun-
damental; pero constitucional y estrictamente, le está vedado, como ya se dijo,
hacer estimaciones que presupongan una declaratoria de inconstitucionalidad
de las leyes que ya están en vigor, toda vez que esto último es atribución ex-
clusiva de la Corte de Constitucionalidad, en virtud de lo ordenado por los ar-
tículos 263 de la Constitución de la República y 106 de Ia Ley Constitucio-
nal de Amparo, Habeas Corpus y de Constitucionalidad.
H1
La acción de una nueva ley sobre las relaciones jurídicas nacidas bajo la
protección de una ley anterior, constituye la retroactividad; por el contrario,
la irretroactividad es la aplicación exclusiva de cada ley a las relaciones jurí-
dicas nacidas durante su vigencia y bajo su imperio. Las leyes positivas no
existen sino cuando se promulgan y no pueden tener efecto sino cuando exis-
ten; retrotraerías en sus efectos, salvo excepción preestablecida, sería atenta-
torio a la estabilidad jurídica. Consecuente con estos principios nuestra Cons-
titución, en su artículo 48, expresa que la ley no tiene efecto retroactivo, sal-
vo en materia penal cuando favorece al reo.
IV
ganisnao para cumplir con su función estatal, no pueden traspasar los linde-
ros de la jurisdicción de los otros organismos, sin incurrir en una violación
de la Constitución, ley fundamental que delimita las atribuciones de cada or-
ganismo del Estado.
Tal como se manifiesta en párrafos anteriores, la inconstitucionalidad de
las leyes solo puede ser declarada por el Organismo Judicial, y, en el caso sub-
judice, se ve que el Congreso de la República, al emitir el Decreto Número
1725 fundamentó la derogatoria de las leyes que indica, en una calificación
de inconstitucionalidad de las mismas, lo cual presupone una declaratoria de
inconstitucionalidad. Esta declaratoria de inconstitucionalidad privativa de
esta Corte— integrante del Decreto número 1725 y base del mismo, lo vicia
en su totalidad, porque solo a ella compete hacer aquella declaratoria den-
tro de los procedimientos judiciales establecidos para esta materia.
Por otra parte, el artículo 10 de las Disposiciones Transitorias y Finales
de nuestra Constitución, dio validez jurídica a todos los Decretos-Leyes ema-
nados del Gobierno de la República, los cuales, por tal circunstancia, tenían
vigencia por mandato constitucional al ser aplicados.
Lo expuesto hace estimar a esta corte que el Decreto del Congreso de
la República número 1725 es inconstitucional.
Leyes Aplicables:
POR TANTO:
RESUMEN:
norme que en el texto de una ley que se relacione con actos ejecutados por el
Congreso, ésta deba explicar como llevó a cabo el acto respectivo; ni puede
prejuzgarse que tal acto no se efectuó como debe ser, por lo que si el Congreso
practicó el escrutinio de las elecciones y las estimó legales, no puede tacharse
de inconstitucional el Decreto DOS GUION SETENTA Y OCHO (2-78), como
tampoco el Decreto TRES GUION SETENTA Y OCHO (3-78) que no signi-
fica más, que la constancia de una realidad, o sea, lo actuado por el Congreso
después de las elecciones; y como consecuencia de éstas, la proclamación de
los candidatos electos para Presidente y Vicepresidente de la República, en lo
que ajustó a preceptos constitucionales vigentes. Agregó, que el criterio de
la Institución respecto de las objeciones consistentes en la inclusión de la ex-
presión popularmente electos, y que el período presidencial se prolongó al
computarse del primero de julio de mil novecientos setenta y ocho, l prime-
ro de julio de mil novecientos ochenta y dos, carecen de asidero legal. La
primera, porque se trata de un calificativo que en modo alguno afecta la na-
turaleza jurídica de los cargos mencionados; y la segunda, porque el artículo
187 de la Constitución dispone que el Presidente electo tomará posesión de su
cargo el primero de julio siguiente a su elección; de donde en el momento en
que toma posesión de su cargo el nuevo Presidente, el anterior deja de serio.
pues no pueden existir dos Presidentes y dos Vicepresidentes al mismo tiem-
po, ni tampoco puede quedarse sin Presidente la República por algún momen-
to. Concluyó su exposición enfatizando que el recurrente ni tiene legitima-
ción para interponer el recurso, ni las razones que invoca generan inconstitu-
cionalidad de los Decretos que impugna.
III.- DE LOS ALEGATOS DEL MINISTERIO PUBLICO Y DEL RECU-
RRENTE: El día de la vista, el Ministerio Público reiteró los argumentos ex-
puestos en su memorial presentado al evacuar, la audiencia inicial que se le
corriera, especialmente, que en el caso de que se trata, se evidencia que el in-
terponente carece de legitimidad por no afectarle directamente los Decretos
impugnados, ni ser titular de un derecho desconocido, disminuido o tergiver-
sado por los mismos, y que el hecho de no haberle favorecido el resultado de
las elecciones, no le da la posibilidad jurídica de presentar con éxito el Re-
curso de Inconstitucionalidad. Insistió en que el Congreso de la República
al emitir los Decretos cine se cuestionan, se ajustó a terminantes preceptos
constitucionales y que si declaró la validez de las elecciones, fue porque las
encontró sin vicio alguno. Refirió finalmente, que la Corte de Constituciona-
lidad deberá examinar la documentación que acompañó el recurrente para de-
terminar si es o no titular de un derecho violado; confrontar analíticamente las
leyes impugnadas con las normas de la Constitución que se señalan infringidas,
y con base en el examen respectivo se declare sin lugar e] recurso, dadas las ra-
zones Inrídicas aducidas por el oponen( e
APENDICE DOCUMENTAL 109
Por su parte, el Coronel Enrique Alfredo Peralta Azurdia expresó: que las
leyes impugnadas le afectan en forma directa porque ponen fin definitivamente
al proceso electoral en el cual participó como candidato presidencial, impidiendo
que el ejercicio del sufragio se produzca con apego a la libertad y pureza y por
ende, que constituya fiel expresión de la voluntad popular; y que la inconstitu-
cionalidad alegada por él es obvia porque las personas a quienes se declaró po-
pularmente electas Presidente y Vicepresidente, fueron inscritas como candida-
tos por partidos políticos que no tenían calidad ni aptitud como tales, por ha-
berse extinguido su inscripción. Que el enfoque que hace el Ministerio Público
es erróneo, antijurídico e insostenible, porque la inconstitucionalidad por él
alegada, no se refiere a nulidades de actos impugnables en la vía administrati-
va, sino a la suspensión o cancelación de los partidos políticos conforme la Ley
de la materia, las que se producen de pleno derecho, cuando éstos dejan de cum-
plir los requisitos para serlo, dentro de los cuatro años de vigencia de su inscrip-
ción como instituciones de Derecho Público; y que reconocer la atribución del
Congreso de la República de pronunciarse acerca del proceso electoral, en lo
que concierne a Presidente y Vicepresidente, no implica admitir que los De-
cretos DOS GUION SETENTA Y OCHO (2-78) y TRES GUION SETENTA Y
OCHO (3-78) del mismo, tengan validez. Solicitó que para mejor fallar la Cor-
te de Constitucionalidad mandara traer a la vista los antecedentes relacionados
con el proceso electoral recién pasado, desde su iniciación hasta su conclusión,
y que se dictara una sentencia con apego a la Constitución de la República y
demás leyes aplicables.
CONSIDERACIONES.
II
gran Kramer, para ejercer tales cargos, durante el período constitucional del pri-
mero de julio de mil novecientos ochenta y dos; y dispone además que en se-
sión solemne del Congreso, se les reciba la protesta de legitimación para inter-
poner el recurso, que como candidato a la Presidencia de la República en las
elecciones celebradas el cinco de marzo citado, fue afectado por los indicados
Decretos, los cuales él afirma que son inconstitucionales. Argumenta en apo-
yo de la Incostitticionalidad del Decreto Dos guión sesenta y ocho (2-78), que
las Entidades Políticas postulantes: Partido Revolucionario (P.R.), Partido
Institucional Democrático (P.I.D.), Movimiento de Liberación Nacional (M.L.N.)
y Democracia Cristiana Guatemalteca (D.C.G.), no estaban legalmente inscri-
tos en el Registro Electoral, ni en el momento de la convocatoria a elecciones
generales, ni en el de la inscripción de sus candidatos, pues la inscripción de di-
chos partidos, había caducado al vencerse los cuatro años de duración que la
Ley Electoral concede a tal inscripción, sin haberla éstos renovado; por lo que
concluye, que tanto los partidos mencionados, como las inscripciones de sus
candidatos, son insubsistentes; y en general, todo el proceso eleccionario, in-
cluso los Decretos impugnados, habida cuenta que son actos realizados por el
Congreso de la República como órgano electoral. Cita como infringidos los
artículos 29, 30 y 166 incisos 2o. y 3o. de la Constitución de la República.
En contra del Decreto Tres guión setenta y ocho (3-78) manifiesta, por una
parte, que el Congreso de la República sólo puede declarar popularmente elec-
tos, Presidente y Vicepresidente, a los ciudadanos que hubieren obtenido ma-
yoría absoluta de votos, pero no, como lo hizo, a quienes hubiere elegido en
planilla o en segundo grado. Y por la otra, que el proclamar popularmente
electos al General de Brigada Fernando Romeo Lucas García y al Doctor Fran-
cisco Villagrán Kramer, como Presidente y Vicepresidente, respectivamente,
para ejercer dichos cargos durante el período constitucional del primero de
julio de mil novecientos setenta y ocho, al primero de julio de mil novecien-
tos ochenta y dos, prolongó por un día más el período presidencial, lo que
contraría flagrantemente los artículos 166 incisos 2o. y 3o., 182, 187 y 191
de la Constitución de la República, los que estima violados.
Hl
Ahora bien, si el proceso eleccionario está formado por una serie de actos
concatenados con sentido precluyente, que se inicia con la convocatoria a elec-
ciones y termina con el Decreto del Honorable Congreso de la República que
proclama popularmente electos a los ciudadanos que hubieren obtenido ma-
yoría absoluta de votos; o fueren elegidos en planilla entre las dos que hayan
obtenido mayor número de sufragios, cuando no se hubiere producido la ma-
yoría absoluta es obvio que las irregularidades que se cometan dentro del mis-
mo, deben ser impugnadas oportunamente y por medio de los recursos o ac-
112 JOMA:MARIO GARCIA LAGUARDIA
IV
VI
Leyes Aplicables:
POR TANTO:
cerse de las razones del juzgador para pronunciarse en uno u otro sentido. Pe-
ro esas razones deben sopesarse en la balanza de la imparcialidad y siempre
ajustándola. a las disposiciones legales atinentes a cada caso. En el presente
muy bien pude omitir la exposición que antecede, pero entonces mi perso-
nal modo de enfocar el problema hubiera quedado incompleto.
Las argumentaciones anteriores deben sumarse a las que contiene el au-
to dictado el día veintidós del corriente mes por la Corte de Constitucionali-
dad, pues unas y otras respaldaron ini voto de rechazo de ese recurso.