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DOPPLER

El doppler representa un método no invasivo para el estudio del flujo sanguíneo en los
vasos fetales y, por lo tanto, facilita el conocimiento de la fisiopatología del embarazo.
En la tabla 6 puede verse un esquema de los vasos fetales que podemos estudiar con
el doppler en relación con el estudio del bienestar fetal. Los principales vasos fetales
que vamos a estudiar con el doppler, y que son los siguientes:

a) Circulación fetoplacentaria.
La importancia del estudio doppler en la circulación fetoplacentaria se basa en
la posibilidad de hacer un screening del estado de bienestar fetal mediante un
estudio de la circulación placentaria. Se estudian dos vasos: arteria umbilical y
vena umbilical.

b) Circulación fetal.
La importancia del estudio doppler en la circulación fetal se basa en la relación
entre el proceso de la hipoxia fetal y la distribución del flujo sanguíneo; es
decir, el fenómeno conocido como centralización del flujo sanguíneo fetal. La
circulación fetal puede esquematizarse en tres circuitos:

a) circuito central, mediante la valoración de la arteria aorta


b) circuito cerebral, mediante la valoración de las arterias cerebrales
c) circuito periférico, mediante la valoración de las arterias renal y femoral.
Doppler en arteria umbilical

La arteria umbilical es el vaso más estudiado, con el principal objetivo de predecir el


grado de compromiso fetal. El doppler en arteria umbilical puede obtenerse con
doppler continuo, pulsado y pulsado color, siendo preferible la utilización del pulsado
por la rapidez, facilidad y conocimiento de la porción del cordón umbilical estudiada.

La onda de velocidad de flujo de la arteria umbilical refleja la resistencia al flujo del


árbol vascular vellositario. Las alteraciones en su forma se han relacionado con
lesiones histológicas y con el número de arteriolas de las vellosidades terciarias. El
doppler en arteria umbilical debe estudiarse siempre en la misma porción del cordón
umbilical, ya que los índices de resistencia son relativamente diferentes si elegimos la
porción más próxima al feto (IR superiores) o la porción proximal a la placenta (IR
inferiores). Esto indica que la resistencia vascular va aumentando desde el extremo
placentario hasta la inserción del cordón umbilical en el abdomen fetal.

Gracias al doppler pulsado y al sistema dúplex (ecografía en tiempo real y doppler)


podemos ver en pantalla las ondas correspondientes a la arteria umbilical y a la vena
umbilical, en forma simultánea. La correcta técnica de medianos obliga a evaluar las
características de la onda cuando tengamos en pantalla al menos cinco ondas
consecutivas de buena calidad, la señal de la vena umbilical sea estable, sin
oscilaciones, lo cual indica que el feto se encuentra en un período de apnea, y la
frecuencia cardíaca fetal sea normal, ya que las medidas de los índices de resistencia
pueden variar en función de la FCF. No obstante, cuando la FCF está comprendida
entre 120-160 latidos por minuto, las variaciones de los índices de resistencia son
mínimas. Como hemos dicho anteriormente, hay que evitar los movimientos fetales,
respiratorios y corporales, ya que ocasionan movimientos del cordón umbilical y
ascensos transitorios de la FCF, que en algunos casos pueden superar los 160 lpm.

Los índices de resistencia y pulsatilidad del doppler en arteria umbilical disminuyen a


lo largo de la gestación por un aumento del flujo placentario debido a la disminución de
la resistencia periférica vascular, como podemos apreciar en la figura 14. Dichos
índices no se ven influidos por el sexo fetal. La onda de la arteria umbilical puede
apreciarse desde la semana 7-8 y, desde la semana 16 del embarazo, tiene un
componente sistólico y diastólico. La forma de la onda de la arteria umbilical no
muestra ninguna muesca o notch a lo largo del embarazo. La presencia de
contracciones uterinas no parece influir en los valores de los índices de resistencia y
pulsatilidad de la arteria umbilical.
La disminución del flujo diastólico (se traduce en un aumento de los índices de
resistencia y pulsatilidad), incluyendo la posibilidad de un flujo diastólico ausente o
reverso, es considerado por la mayoría de los autores como un signo de alarma,
indicando un aumento de la resistencia placentaria, y es relacionado con un mal
pronóstico fe-tal, pudiendo llegar en algunos casos de flujo reverso a ser equivalente a
un estado premortem fetal. El hallazgo de una onda patológica cambiante, con y sin
flujo diastólico, obliga a su reproducción utilizando otro ángulo de incidencia, antes de
considerarla como patológica.

En las figuras 8 a 11 pueden observarse ejemplos delos distintos tipos de onda que
podemos obtener: normal, sospechosa, flujo diastólico ausente y flujo diastólico
reverso, en sentido correlativo, desde la normalidad a la patología.
Doppler en arteria cerebral

La tecnología doppler en las arterias cerebrales del feto es muy joven, ya que tiene
sólo 17 años, puesto que los primeros estudios fueron realizados por el grupo sueco
de MarMarsal en 1984. De las arterias cerebrales fetales, anterior, media y posterior,
la cerebral media ha sido la más estudiada con la tecnología doppler, ya que es la más
fácil de localizar mediante doppler pulsado, y mejor aún con su modificación en color,
lo cual nos facilita mucho la correcta localización de las arterias cerebrales fetales,
situadas en el polígono de Willis. La elección de una arteria cerebral u otra no altera
los resultados.
Numerosos estudios coinciden en que la aplicación doppler en las arterias cerebrales
mejora la sensibilidad del método para la detección del retardo del crecimiento fetal y
las patologías fetales en general. La principal indicación del estudio doppler en las
arterias cerebrales del feto consiste en la evaluación del fenómeno conocido como
centralización del flujo sanguíneo fetal, que ocurre como respuesta a la hipoxemia y a
la hipercapnia fetales. Los vasos cerebrales fetales son los principales efectores del
fenómeno “brainspearing” (ahorro cerebral), mecanismo que se pone en marcha en
situaciones de hipoxia fetal para preservar el tejido cerebral.

La morfología de las ondas de velocidad de flujo en las arterias cerebrales


corresponde a vasos de resistencia elevada, superior a la umbilical, en los que se
diferencian claramente un componente sistólico y otro diastólico. La obtención de
estas ondas es fácil cuando el feto se encuentra en una posición occipitotransversa,
siendo más dificultosa en otras presentaciones cefálicas y en las nalgas. Al igual que
ocurría con las arterias umbilicales y aorta, deben evitarse los movimientos fetales y la
compresión excesiva de la cabeza fetal con el transductor de ultrasonidos.

En las arterias cerebrales fetales, las frecuencias diastólicas finales están siempre
presentes durante el segundo y tercer trimestres del embarazo. Los índices de
resistencia y pulsatilidad descienden ligeramente a partir de la semana 32. La
disminución de los índices de resistencia y pulsatilidad cerebrales, por debajo de los
valores normales, parece traducir una reacción vasomotora de compensación en el
riego sanguíneo, que ante la disminución del riego en el cordón umbilical trataría de
favorecer al cerebro fetal. En la figura 12 se muestra la arteria cerebral media fetal
normal (índices de resistencia y pulsatilidad altos), y en las figuras 13 y 14 se
muestran dos gráficos de doppler en arteria cerebral patológicos (índices de
resistencia y pulsatilidad bajos, por aumento de la diástole), reflejo de una
vasodilatación cerebral, como ocurre en la fase secundaria de la hipoxia fetal, con el
flujo reverso final.
BIBLIOGRAFIA

M. Gallo Vallejo, M. Martínez Cuevas y C. Santiago Blázquez. Control del


bienestar fetal anteparto Métodos biofísicos y bioquímicos. España.2014; 43:
363-375.

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