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La Litosfera

La litosfera es la capa externa de la Tierra y está formada por materiales sólidos, engloba la corteza
continental, de entre 20 y 70 Km. de espesor, y la corteza oceánica o parte superficial del manto
consolidado, de unos 10 Km. de espesor. Se presenta dividida en placas tectónicas que se desplazan
lentamente sobre la astenosfera, capa de material fluido que se encuentra sobre el manto superior.
Las tierras emergidas son las que se hallan situadas sobre el nivel del mar y ocupan el 29% de la
superficie del planeta. Su distribución es muy irregular, concentrándose principalmente en el
Hemisferio Norte o continental, dominando los océanos en el Hemisferio Sur o marítimo.
Las tierras emergidas se hallan repartidas en seis continentes:
Asia: Es el continente de más superficie, se extiende de Este a Oeste en el Hemisferio Norte, aunque
su parte meridional se interna en la zona tropical.
Europa: En realidad es una gran península situada al Oeste del continente asiático o euroasiático. La
separación entre Asia y Europa se ha fijado de forma convencional en los montes Urales, el río Ural y
la cordillera del Cáucaso.
África: Situado al Suroeste de Asia y Sur de Europa, predominantemente en la zona intertropical, pero
es mucho más ancho en el Hemisferio Norte que en el Hemisferio Sur.
América: Este continente se organiza en sentido de los meridianos y se distribuye tanto en el
Hemisferio Norte como en el Hemisferio Sur. Debido a esta distinta situación de sus partes y a sus
formas diferenciadas, suele hablarse de dos subcontinentes o incluso de dos continentes, América
del Norte y América del Sur.
La Antártida: Es el único continente cubierto permanentemente por una gran masa de hielo, ya que se
sitúa en su totalidad en el Polo Sur.
Oceanía: No es un conjunto continuo de tierras emergidas como el resto de los continentes, está
formado por un número muy elevado de islas de tamaños y formas muy distintas, situadas al Sureste
de Asia y en el océano Pacífico.

La litosfera es la capa más externa de nuestro planeta tierra y está conformada por la corteza y por
una parte del manto, es sólida y rígida y la más superficial que existe.
Entonces, al tratarse de la parte más exterior es que podemos tomar contacto justamente con su lado
externo, ya que por ejemplo la misma conforma los continentes y las islas.

Ahora bien, esta capa aparece fragmentada en placas tectónicas, tal como se denomina a aquella
porción de la litosfera justamente que se caracteriza por los movimientos que en ella se generan. Ese
movimiento cabe destacarse que se da en tipo bloque sin que medie por ello alguna deformación.

La Hidrosfera

El término hidrosfera procede de los vocablos griegos hydros (agua) y sphaira (esfera). Es
considerada como la capa de la Tierra formada por agua, ya sea en estado sólido, líquido o gaseoso,
y se sitúa sobre la corteza terrestre, cubriendo las tres cuartas partes (un 71%) de la superficie de la
Tierra.
La hidrosfera esta formada principalmente de océanos (que suponen el 94% del agua de la Tierra),
así como también de todas las superficies acuáticas del mundo, como mares interiores, ríos, lagos,
torrentes, aguas subterráneas, glaciares, hielos polares, nieve de las montañas, vapor de agua, etc.
El volumen total del agua que hay en la Tierra es de 1.400 millones de kilómetros cúbicos, la mayor
parte del estado líquido; en estado sólido solo hay 29 millones de kilómetros cúbicos. Este volumen
de agua esta repartido en agua salada (océanos y mares), se llama así porque tiene un gran
contenido de sal común (NaCl); y en agua dulce (ríos, lagos, hielos y aguas subterráneas), los cuales
tienen menos contenidos de sales.
La hidrosfera engloba la totalidad de las aguas del planeta, incluidos los océanos, mares, lagos, ríos y
las aguas subterráneas.
Este elemento juega un papel fundamental al posibilitar la existencia de vida sobre la Tierra, pero su
cada vez mayor nivel de alteración puede convertir el agua de un medio necesario para la vida en un
mecanismo de destrucción de la vida animal y vegetal.
A) El agua salada: océanos y mares
El agua salada ocupa el 71% de la superficie de la Tierra y se distribuye en los siguientes océanos:
El océano Pacífico, el de mayor extensión, representa la tercera parte de la superficie de todo el
planeta. Se sitúa entre el continente americano y Asia y Oceanía.
El océano Atlántico ocupa el segundo lugar en extensión. Se sitúa entre América y los continentes
europeo y africano.
El océano Índico es el de menor extensión. Queda delimitado por Asia al Norte, África al Oeste y
Oceanía al Este.
El océano Glacial Ártico se halla situado alrededor del Polo Norte y está cubierto por un inmenso
casquete de hielo permanente.
El océano Glacial Antártico rodea la Antártida y se sitúa al Sur de los océanos Pacífico, Atlántico e
Índico.
Los márgenes de los océanos cercanos a las costas, más o menos aislados por la existencia de islas
o por penetrar hacia el interior de los continentes, suelen recibir el nombre de mares.
B) El agua dulce
El agua dulce, que representa solamente el 3% del agua total del planeta, se localiza en los
continentes y en los Polos. En forma líquida en ríos, lagos y acuíferos subterráneos y en forma de
nieve y hielo en los glaciares de las cimas más altas de la Tierra y en las enormes masas de hielo
acumuladas entorno al Polo Norte y sobre la Antártida.

C) El ciclo del agua


En la Tierra el agua se encuentra en permanente circulación, realiza un círculo continuo llamado ciclo
del agua.

El agua de los océanos, lagos y ríos y la humedad de las zonas con abundante vegetación se
evapora debido al calor. Cuando este vapor de agua se eleva comienza a enfriarse y a condensarse
en forma de nubes, hasta que finalmente precipita en forma de lluvia, nieve o granizo.
El ciclo se cierra con el retorno del agua de las precipitaciones al mar, la escorrentía, a través de las
corrientes superficiales, los ríos, y de los flujos subterráneos del agua infiltrada en el subsuelo, los
acuíferos.

La Atmósfera
Es la capa de aire que envuelve a nuestro planeta.
Está compuesta de gases y partículas en suspensión retenidas cerca de la superficie terrestre debido
a la fuerza de la gravedad de la Tierra.
Además de regular la entrada y salida de energía de nuestro planeta, proporcionar los gases que
necesitamos los seres vivos y evitar la entrada de radiaciones peligrosas provenientes del Sol, en ella
se producen todos los fenómenos climáticos y meteorológicos que afectan a la Tierra.

Origen y evolución de la atmósfera


Se calcula que originariamente nuestra atmósfera estaba compuesta solamente de emanaciones
volcánicas a muy alta temperatura (vapor de agua, dióxido de carbono, metano, amoniaco y
nitrógeno). Luego, gran parte del vapor de agua se condensó, generando mares y océanos. Las
primitivas formas de vida capaces de realizar la fotosíntesis (bacterias y algas), empezaron a producir
oxígeno, que más tarde aumentó lo bastante como para permitir la existencia de vida marina y
después la evolución de animales terrestres capaces de respirar aire.

Imprescindible para la Vida


En la tierra, la atmósfera es la responsable del llamado efecto invernadero, fenómeno natural
mediante el cual se conserva el calor procedente del sol, evitando que las temperaturas varíen
bruscamente. Además de contener oxígeno y dióxido de carbono, gases imprescindibles para la
respiración y la fotosíntesis, la atmósfera participa en el ciclo del agua, nos protege del impacto de los
meteoritos y con su capa de ozono filtra gran parte de los rayos ultravioleta provenientes del sol. Por
lo tanto, sin la atmósfera la tierra sería un planeta desierto, incapaz de mantener la vida.
Propiedades únicas
Si bien la tierra no es el único planeta del sistema solar que tiene atmósfera, la nuestra presenta
características únicas. Son elementos distintivos la presencia de oxígeno y la presencia de agua en
estado gaseoso (vapor), líquido y sólido (gotitas de agua y hielo en las nubes).

La Tierra está rodeada por una envoltura gaseosa llamada atmósfera, que es imprescindible para la
existencia de vida, pero su contaminación por la actividad humana puede provocar cambios que
repercutan en ella de forma definitiva.
La atmósfera tiene un grosor aproximado de 1.000 km. y se divide en capas de grosor y
características distintas:
La troposfera es la capa inferior que se halla en contacto con la superficie de la Tierra y alcanza un
grosor de unos 10 km. Hace posible la existencia de plantas y animales, ya que en su composición se
encuentran la mayor parte de los gases que estos seres necesitan para vivir. Además, aquí ocurren
todos los fenómenos meteorológicos y actúa de regulador de la temperatura del planeta, ya que el
denominado efecto invernadero hace que la temperatura no llegue a valores extremos ni aumente o
disminuya bruscamente, al ser absorbido el calor por las partículas de vapor de agua de las nubes.

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