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Revolución en las aulas: 5 tendencias educativas protagonistas en 2018

20 de noviembre de 2017Redacción Realinfluencers


Motivación, desarrollo personal y enfoque práctico del aprendizaje, elementos
comunes de las principales tendencias en educación en 2018.

El panorama actual y los avances tecnológicos han revolucionado el mundo de


la educación. El futuro de los alumnos parte de la escuela y eso tiene su reflejo
en las nuevas tendencias en educación. La formación es clave para un
desarrollo que evoluciona hacia nuevas direcciones aún por descubrir.

Trasladar a las aulas una nueva conciencia social y una concepción global
surgida al albor de nuevos recursos digitales es todo un reto materializado en
un sinfín de opciones para un aprendizaje productivo que se reinventa a una
velocidad de vértigo. Con el año a punto de tocar a su fin, repasamos algunas
de las tendencias que serán claves en educación en 2018.

Educación emocional y Mindfulness (Happy and Healthy)


Los procesos cerebrales, en general, y las emociones o el conocimiento
interior, en particular, son aspectos fundamentales en el aprendizaje. Tanto
es así que diversos estudios señalan la importancia de técnicas educativas
que, sin ser algo notoriamente revolucionario, han de estar muy presentes en la
escuela. La educación emocional centra su atención en la influencia que las
emociones tienen en el proceso cognitivo y en el desarrollo del individuo.

Los estímulos positivos despiertan la curiosidad, las ganas de saber y, en


consecuencia, potencian el aprendizaje. La inclusión de dinámicas que
favorezcan una conciencia emocional de los alumnos, es una tendencia que se
recupera con fuerza en las aulas.
En la misma línea trabaja el Mindfulness, una corriente con aplicaciones en
diferentes ámbitos y basada en la búsqueda del bienestar físico y mental.
En las aulas, esta tendencia persigue, entre otras cosas, reducir el estrés y
fomentar la felicidad (emociones positivas) con dinámicas más ligadas
al aprendizaje basado en el entretenimiento.

Neuroeducación

Otra de las tendencias en educación para 2018 tiene que ver con la
neuroeducación, una disciplina que aúna psicología, neurociencia y
educación. La clave de su traslado a las metodologías de enseñanza gira en
torno al conocimiento de los procesos cognitivos con el fin de desarrollar
estrategias que mejoren la práctica pedagógica y las experiencias de
aprendizaje.

Movimiento maker

La unión hace la fuerza es una máxima tan antigua como real y es, en buena
medida, una de las claves del movimiento maker. La definición engloba, en
líneas generales, a personas y proyectos que apuestan por el conocimiento
compartido, el acceso a recursos y el desarrollo de ideas encaminadas a
mejorar la vida del conjunto de la sociedad. En las aulas, su aplicación práctica
se traduce en metodologías activas en línea con el aprendizaje basado en
proyectos, siendo las preguntas (y no tanto las respuestas) las que
determinan la forma en que se adquiere el conocimiento. El trabajo
colaborativo, la adaptación de espacios apropiados para el desarrollo de
proyectos y el acceso a recursos compartidos son señas de identidad de esta
tendencia educativa.

Las nuevas tecnologías juegan un papel fundamental en la implementación de


este movimiento gracias al desarrollo de herramientas que permiten esa
cultura maker. Las tendencias Techno Craft (tecno-creativo) o B-Tech son una
buena prueba de ello.

Robótica y programación, tendencias en educación también en 2018


En un mundo cada vez más tecnológico, el pensamiento robótico y
la programación se perfilan como ingredientes claves en la receta del
éxito de cualquier alumno. Traducido al ámbito de la educación, estas
tendencias permiten, no sólo motivar a los estudiantes a llevar a cabo
razonamientos lógicos, programar o dar vida a nuevos dispositivos, sino
también fomentar el trabajo en equipo e interactuar con los mismos de una
manera real. Ambas corrientes son ya una realidad en muchas aulas y seguirán
siendo tendencia en 2018.

¿La clave? El increíble potencial que la robótica y la programación tienen en la


experiencia de aprendizaje que no se limita únicamente a materias vinculadas
a nuevas tecnologías sino que, además, puede trasladarse a otros ámbitos
dado que los alumnos aprenden mediante actividades basadas en la
manipulación, desarrollan sus capacidades para entender ideas abstractas,
mejoran las competencias de trabajo en equipo y adquieren unos
conocimientos informáticos y fluidez tecnológica que puede adaptarse a
cualquier edad.
Aprender con imágenes – Visual thinking

El pensamiento visual (Visual thinking) es algo que ha trascendido de las


antiguas civilizaciones y que, sin embargo, hoy más que nunca es una
tendencia educativa a tener muy presente. Se trata del aprendizaje a través
de las imágenes o, lo que es lo mismo, la capacidad para acceder a la
información, conectarla con otras ideas, organizarlas y alcanzar la comprensión
de fórmulas o planteamientos más complejos visualmente. La mecánica es
extremadamente útil en medio de un panorama de sobreinformación que, en
ocasiones, puede conducir a un bloqueo cognitivo.

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En el entorno educativo, las metodologías basadas en el uso de imágenes


facilitan el aprendizaje y permiten identificar cómo interpreta un alumno
determinados conceptos o hacia dónde dirigir los esfuerzos para una labor
pedagógica más efectiva. La creación de un alfabeto visual propio, la
captación de ideas esenciales y su traducción a un lenguaje visual, el
acompañamiento de las imágenes con palabras clave o el uso de metáforas
visuales son algunas de las herramientas vinculadas al pensamiento visual que
pueden aplicarse en las aulas.

 EDUCACIÓN Y TECNOLOGÍA
¿Qué tendencias marcaron la tecnología educativa en 2017?

27 de diciembre de 2016Redacción Realinfluencers


Repasamos las principales tendencias en educación y tecnología que marcaron
el rumbo del sector en 2017.

2016 fue un año de crecimiento moderado en el sector EdTech (tecnología


educativa) a nivel global, pero analistas del mercado predicen un alza
significativa para el próximo año y un crecimiento anual constante de cerca de
20% hasta 2020. Repasamos las principales tendencias educativas que
marcaron la industria en 2017.

1. Cuatro ‘C’ de la educación

Hace algunos años que las “cuatro ‘C’ de la educación” – Colaboración,


Creatividad, Pensamiento Crítico y Comunicación – entraron en el léxico
corriente de los educadores en todo el mundo pero solo ahora empiezan a
quedar más claras las ventajas de basar los modelos de aprendizaje en estas
cuatro vertientes, sobre todo cuando las TIC están cada día más presentes en
el aula. Así, es previsible que esta tendencia se consolide en los enfoques de
docentes y currículos al largo del año que viene.

2. Más programación en el currículo

2016 fue el año en que los conocimientos de programación han entrado en


los currículos– incluso en primaria – de varios países. Los buenos resultados
obtenidos con esta medida en el desempeño de los alumnos, junto con la idea
de que la programación se volverá “la alfabetización del futuro
próximo” defendida por muchos expertos educativos, deberá impulsar el peso
de la asignatura en el currículo a plazo inmediato.
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3. Amplia utilización de la gamificación en el aula

La ubicuidad de los dispositivos móviles hizo llegar los videojuegos a un público


que anteriormente no hacía mucho caso a este tipo de software. A través de la
gamificación los docentes encontraron una vía especialmente eficaz de
comunicarse con los alumnos y transmitirles conocimiento de una forma
accesible y estimulante. El éxito de la integración de esta metodología en el
aula sugiere un refuerzo de la apuesta en 2017.

4. Rediseño de los espacios de aprendizaje

Las nuevas tecnologías aplicadas a la educación están cambiando el aula de


forma radical. No solo en lo que respecta a la dinámica e interacciones entre
alumnos y profesores pero también de una forma más tangible en el espacio
físico de las clases. Este nuevo paradigma, donde conviven móviles y
tabletas, realidad aumentada y virtual y metodologías como el blended o
el flipped learning obligan a repensar la organización del aula. El modelo
de pizarra y alumnos sentados empieza a caer en el anacronismo por lo que
centros y docentes deberán trabajar conjuntamente buscando un espacio físico
de enseñanza más adecuado a la nueva realidad educativa.

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5. Pensamiento computacional y robótica

De acuerdo con la definición de Jeannete Wing, quien primero acuñó el término


en 2006, el pensamiento computacional “implica resolver problemas,
diseñar sistemas y comprender el comportamiento humano, haciendo uso
de los conceptos fundamentales de la informática”. La integración de las
nuevas tecnologías, incluyendo herramientas como la robótica o la impresión
3d en el aula, están convenciendo a los docentes de que hay una necesidad de
adaptar el lenguaje educativo a esta forma de pensar la transmisión del
conocimiento.

6. Realidad aumentada y virtual

El videojuego Pokémon GO fue uno de los fenómenos veraniegos de 2016 e


introdujo en el lenguaje popular el término “Realidad aumentada”. Varios
docentes en todo el mundo que hasta ese momento no estaban familiarizados
con la tecnología, se han enterado de sus posibilidades y, en un corto espacio
de poco meses, se han multiplicado aplicaciones poniendo al servicio de los
profesores opciones de integración de realidad aumentada en sus lecciones.
Igualmente impactante (aunque por sus costes menos presentes en los
colegios) fue la realidad virtual, cuyas gafas y software educativo
especialmente diseñado han introducido un nivel de inmersión en el
conocimiento sin precedentes por parte del alumnado. Existe amplio
consenso entre los analistas de que estas serán dos tendencias de gran
relevancia a lo largo de los próximos tiempos empezando ya en 2017.

7. Mayor personalización

Todos los ejemplos citados anteriormente tienen un contexto, un objetivo y un


hilo conductor común: la educación personalizada. Ya parecen lejanos los
tiempos en los que la educación era impartida de forma totalmente estándar,
independiente de los alumnos como individuos. A día de hoy ese modelo,
además de obsoleto, ya no es aceptable ni para docentes ni para alumnos o
padres. Los distintos ritmos de aprendizaje de los estudiantes obliga a
adoptar un enfoque personalizado de forma a lograr extraer el máximo
potencial de cada uno de ellos. Todo lo que se está logrando en las aulas de
todo el mundo, particularmente en lo que respecta a la integración de TIC en el
aula, se está consiguiendo exactamente por tener presente la importancia de
personalizar el contenido, actividades y evaluaciones (obviamente sin
perjuicio de la igualdad de exigencia para todo el alumnado) a las necesidades
específicas de cada alumno. 2017 no será seguramente excepción a una
personalización educativa cada día más extensa, desarrollada y apurada.

Aula invertida: 5 razones para dar la vuelta a tu clase


17 de marzo de 2016Mirian Touzani
La instrucción se traslada a casa y la práctica, a clase. ¿Te atreves a dar la
vuelta a tu clase?

Flipped Classroom, Inverted Classroom o aula invertida, como también se


conoce en castellano, es definida por Raúl Santiago Campión, de la
Universidad de la Rioja, como:

“un modelo pedagógico que transfiere el trabajo de determinados procesos de


aprendizaje que habitualmente se producen en el aula; los sacamos fuera del
aula y utilizamos el tiempo de clase para explotar al máximo el proceso de
aprendizaje del alumno”

El objetivo es aprovechar el tiempo en clase para que los estudiantes apliquen


los conceptos y contenidos a los que han accedido previamente, así como
promover un aprendizaje activo que permita que el alumno desarrolle los
pensamientos crítico y analítico.

Aula Invertida podría no ser, por tanto, una metodología educativa, sino
un modelo pedagógico que puede desarrollarse mediante la aplicación de
diferentes metodologías, tales como la Instrucción entre Pares, el
Aprendizaje Basado en Problemas o el Aprendizaje Basado en Proyectos.

Taxonomía de Bloom en el contexto del Aula Invertida

En 1956, el psicólogo cognitivo Benjamín Bloom dio a conocer su


famosa Taxonomía de los Objetivos de la Educación, popularmente
conocida como Taxonomía de Bloom, una categorización ideada para
clasificar los objetivos de aprendizaje en niveles. La clasificación de Bloom
comprendía tres esferas de aprendizaje: cognitiva, afectiva y psicomotora. Sin
embargo, es frecuente que al hablar de Taxonomía de Bloom se hable en
realidad de la taxonomía de las habilidades cognitivas o taxonomía del
dominio cognoscitivo.
En su marco, Bloom dividía el dominio cognitivo en seis niveles o categorías
ordenados de lo más simple y concreto a lo más complejo y
abstracto: conocimiento, comprensión, aplicación, análisis, síntesis y
evaluación. Los tres primeros niveles corresponderían al pensamiento
concreto, mientras que los tres superiores caerían en el campo de los
pensamientos creativo y abstracto.

En 2001, Anderson y Krathwohl sometieron la taxonomía a un proceso de


reevaluación que resultó en la conocida como Taxonomía Revisada de
Bloom. En esta revisión, las categorías quedan divididas de la siguiente
manera: recordar, entender, aplicar, analizar, evaluar y crear. Como se
puede observar, en contraposición a la taxonomía original, Anderson y
Krathwohl optan por verbos en vez de sustantivos, ya que estos reflejan mejor
la naturaleza activa del proceso de aprendizaje. Además, cada nivel es
acompañado por una serie de verbos que ayudan al profesor a organizar
el proceso de aprendizaje. Así, por ejemplo, la categoría crear va asociada a
acciones tales como inventar, diseñar o producir.

¿Por qué es importante la Taxonomía de Bloom para el Aula


Invertida? Cuando el alumno afronta el trabajo previo, ejercita áreas diferentes
a las incididas en clase. Así, con ese trabajo preparativo trabajaría las tres
primeras áreas (recordar, entender, aplicar), mientras que en el aula se
ejercitarían los niveles de mayor complejidad (analizar, evaluar y crear).
Al profesorado, apoyarse en la taxonomía le permite marcar objetivos
específicos según qué áreas desee tratar o potenciar, así como diseñar un plan
de aprendizaje que permita a cada estudiante ir avanzando desde la base
hacia la cúspide de la pirámide. El educador se transforma en guía del proceso
de aprendizaje, mientras que el alumno se convierte en el centro del mismo,
asumiendo un papel necesariamente activo.

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5 ventajas del modelo flipped classroom


Elizabeth Millard señala 5 razones por las que usar Inverted classroom:
1. Incrementa el compromiso del alumnado
Este modelo pedagógico requiere del alumnado una participación activa, pues
debe hacerse (co)responsable de su aprendizaje. Este compromiso es posible
gracias a un mayor grado de motivación justificado, entre otros factores, por la
expectativa de enfrentarse a algo nuevo y por la entrada de las TIC en el
aula, herramienta con la que las nuevas generaciones gozan de un alto nivel de
familiarización.
Otro aspecto a destacar es que los alumnos se marcan su propio ritmo de
aprendizaje gracias a la posibilidad de volver a visualizar o consultar el
material facilitado por el maestro. Con ello, aprenden a identificar sus propias
necesidades.
El alumno se hace (co)responsable de su propio aprendizaje.
2. Favorece la orientación personalizada
Gracias al avance tecnológico, es frecuente que el contenido previo vaya
acompañado de cuestionarios o ejercicios interactivos que permiten al profesor
no solo comprobar quién trabaja (o no) en casa, sino localizar tanto a los
alumnos más avanzados como aquellos que presentan más problemas.
Así mismo, no tiene que esperar a la entrega y corrección de un trabajo o
examen para detectar las necesidades especiales del alumnado, porque la
interactuación en el aula le permite conocer esta información en tiempo real.

3. Fortalecimiento del trabajo en equipo:


Uno de los conceptos directamente relacionados con el flipped classroom es
el trabajo colaborativo. Si bien es cierto que el trabajo previo se realiza de
forma individual, en clase se anima al trabajo en equipo, mediante, por ejemplo,
la resolución de problemas en grupo. Así mismo, se fomenta la Instrucción
entre Pares, de modo que aquellos alumnos más adelantados pueden ayudar
a aquellos que avanzan más despacio.
4. Aporta más libertad al profesorado:
Los profesores de una misma área pueden crear una base conjunta de material
para instrucción previa (vídeo, presentaciones, podcasts, etc.), lo que facilita
una mayor flexibilidad a la hora de diseñar la estrategia dentro del aula,
adaptándola a las necesidades específicas de ese grupo concreto de
estudiantes.
5. Promueve el debate en el aula:
El tiempo de clase es utilizado para que el alumno piense y reflexione en torno
a los contenidos, trabajo cognitivo potenciado por el intercambio con otros
compañeros.

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