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NIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO VILLAREAL

Facultad de oceanografía pesquería y ciencias alimentarias

ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA ALIMENTARIA Y ACUICULTURA -


FOPCAA

Efecto invernadero y gases del efecto


invernadero

Profesora : Pascual Alejandro Martínez


Asignatura : ANALISIS QUIMICO

Año y sección : 2 – “A”

Alumna : Alvarado Sernaque Ian


EFECTO INVERNADERO

Se denomina efecto invernadero al fenómeno por el cual determinados gases, que son
componentes de la atmósfera planetaria, retienen parte de la energía que el suelo emite
por haber sido calentado por la radiación solar. Afecta a todos los cuerpos planetarios
dotados de atmósfera. De acuerdo con la mayoría de la comunidad científica, el efecto
invernadero se está viendo acentuado en la Tierra por la emisión de ciertos gases, como
el dióxido de carbono y el metano, debido a la actividad humana.

Este fenómeno evita que la energía solar recibida constantemente por la Tierra vuelva
inmediatamente al espacio, produciendo a escala mundial un efecto similar al observado
en un invernadero.

Balance de Calor

La mayor parte de la energía que llega a nuestro planeta procede del Sol. Viene en forma
de radiación electromagnética. El flujo de energía solar que llega al exterior de la
atmósfera es una cantidad fija, llamada constante solar. Su valor es de alrededor de 1,4 •
103 W/m2 (1354 Watios por metro cuadrado según unos autores, 1370 W•m-2 según
otros), lo que significa que a 1 m2 situado en la parte externa de la atmósfera,
perpendicular a la línea que une la Tierra al Sol, le llegan algo menos que 1,4 • 103 J cada
segundo.

Para calcular la
cantidad media
de energía solar
que llega a
nuestro planeta
por metro
cuadrado de
superficie, hay
que multiplicar
la anterior por
toda el área del
círculo de la Tierra y dividirlo por toda la superficie de la Tierra lo que da un valor de
342 W•m-2 que es lo que se suele llamar constante solar media
En un período suficientemente largo el sistema climático debe estar en equilibrio, la
radiación solar entrante en la atmósfera está compensada por la radiación saliente. Pues
si la radiación entrante fuese mayor que la radiación saliente se produciría un
calentamiento y lo contrario produciría un enfriamiento.2 Por tanto, en equilibrio, la
cantidad de radiación solar entrante en la atmósfera debe ser igual a la radiación solar
reflejada saliente más la radiación infrarroja térmica saliente. Toda alteración de este
balance de radiación ya sea por causas naturales u originado por el hombre (antropógeno),
es un forzamiento radiactivo y supone un cambio de clima y del tiempo asociado. Otro
ejemplo de estos procesos es la energía solar que actúa en los océanos, la mayor parte se
consume en la evaporación del agua de mar, luego esta energía es liberada en la atmósfera
cuando el vapor de agua se condensa en lluvia.

Los flujos de energía entrante y saliente interaccionan en el sistema climático


ocasionando muchos fenómenos tanto en la atmósfera, como en el océano o en la tierra.
Así la radiación entrante solar se puede dispersar en la atmósfera o ser reflejada por las
nubes y los aerosoles. La superficie terrestre puede reflejar o absorber la energía solar que
le llega. La energía solar de onda corta se transforma en la Tierra en calor. Esa energía no
se disipa, se encuentra como calor sensible o calor latente, se puede almacenar durante
algún tiempo, transportarse en varias formas, dando lugar a una gran variedad de tiempo
y a fenómenos turbulentos en la atmósfera o en el océano. Finalmente vuelve a ser emitida
a la atmósfera como energía radiante de onda larga.2 Un proceso importante del balance
de calor es el efecto albedo, por el que algunos objetos reflejan más energía solar que
otros. Los objetos de colores claros, como las nubes o las superficies nevadas, reflejan
más energía, mientras que los objetos oscuros absorben más energía solar que la que
reflejan.

GASES DE EFECTO INVERNADERO (GEI)

Gases integrantes de la atmósfera, de origen


natural y antropogénico, que absorben y
emiten radiación en determinadas
longitudes de ondas del espectro de
radiación infrarroja emitido por la superficie
de la Tierra, la atmósfera, y las nubes. Esta
propiedad causa el efecto invernadero. El
vapor de agua (H2O), dióxido de carbono
(CO2), óxido nitroso (N2O), metano (CH4),
y ozono (O3) son los principales gases de
efecto invernadero en la atmósfera terrestre.
Además existe en la atmósfera una serie de gases de efecto invernadero totalmente
producidos por el hombre, como los halocarbonos y otras sustancias que contienen cloro
y bromuro, de las que se ocupa el Protocolo de Montreal. Además del CO2, N2O, y CH4,
el Protocolo de Kiyoto aborda otros gases de efecto invernadero, como el hexafluoruro
de azufre (SF6), los hidrofluorocarbonos (HFC), y los perfluorocarbonos (PFC).

Las moléculas de los GEI tienen la capacidad de absorber y re emitir las radiaciones de
onda larga (esta es la radiación infrarroja, la cual, es eminentemente térmica) que
Gases de Efecto Invernadero

Gas de Efecto Invernadero Fuente Actividad

 Quema de combustibles fósiles


(petróleo, carbón y gas natural)

 Deforestación
 Transporte y
 Cambio de uso del suelo
generación térmica
 Quema de bosques
Dióxido de Carbono (CO2)  Forestal
 Transporte y generación
 Agricultura
térmica
 Incendios Forestales
 Forestal

 Agricultura

 Incendios Forestales

 Botaderos de basura

 Excrementos de animales
 Descomposición de
 Gas natural desechos orgánicos
Metano (CH4)  Descomposición de desechos  Ganadera
orgánicos
 Petrolera
 Ganadera

 Petrolera

 Combustión de automóviles

 Fertilizantes  Transporte
 Alimento de ganado  Agricultura
Oxido Nitroso (N2O)  Fertilización nitrogenada  Industrias
 Estiércol  Quema de desechos
 Desechos sólidos sólidos

Carburos Hidrofluorados (HFC) y  Sistemas de refrigeración  Industria frigorífica

provienen del sol y la que refleja la superficie de la Tierra hacia el espacio, controlando
el flujo de energía natural a través del sistema climático. El clima debe de algún modo
ajustarse a los incrementos en las concentraciones de los GEI, que genera un aumento de
la radiación infrarroja que es absorbida por los GEI en la capa inferior de la atmósfera (la
troposfera), en orden a mantener el balance energético de la misma. Este ajuste generará
un cambio climático que se manifestará en un aumento de la temperatura global (referido
como calentamiento global) que generará un aumento en el nivel del mar, cambios en los
regímenes de precipitación y en la frecuencia e intensidad de los eventos climáticos
extremos (tales como tormentas, huracanes, fenómenos del Niño y la Niña), y se
presentará una variedad de impactos sobre diferentes componentes, tales como la
agricultura, los recursos hídricos, los ecosistemas, la salud humana, entre otros.

Fuente: Segunda Comunicación Nacional sobre Cambio Climático – Ecuador, 2011

Cambio climático

El cambio climático es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo y supone una
presión adicional para nuestras sociedades y el medio ambiente. Desde pautas
meteorológicas cambiantes, que amenazan la producción de alimentos, hasta el aumento
del nivel del mar, que incrementa el riesgo de inundaciones catastróficas, los efectos del
cambio climático son de alcance mundial y de una escala sin precedentes. Si no se toman
medidas drásticas desde hoy, será más difícil y costoso adaptarse a estos efectos en el
futuro.

La huella humana en los gases de efecto invernadero

Los gases de efecto invernadero (GEI) se producen de manera natural y son esenciales
para la supervivencia de los seres humanos y de millones de otros seres vivos ya que, al
impedir que parte del calor del sol se propague hacia el espacio, hacen la Tierra habitable.
Un siglo y medio de industrialización, junto con la tala de árboles y la utilización de
ciertos métodos de cultivo, han incrementado las cantidades de gases de efecto
invernadero presentes en la atmósfera. A medida que la población, las economías y el
nivel de vida crecen, también lo hace el nivel acumulado de emisiones de ese tipo de
gases.

Se han relacionado científicamente varios hechos:

• La concentración de GEI en la atmósfera terrestre está directamente relacionada


con la temperatura media mundial de la Tierra;

• Esta concentración ha ido aumentando progresivamente desde la Revolución


Industrial y, con ella, la temperatura mundial;

• El GEI más abundante, el dióxido de carbono (CO2), es resultado de la quema de


combustibles fósiles.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC)

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) fue creado


por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y el Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) con el objetivo de proporcionar una fuente
objetiva de información científica. El año 2013 arrojó más claridad que nunca sobre el
cambio climático generado por el ser humano. El IPCC publicó su Quinto Informe de
Evaluación, que se centró en la ciencia del cambio climático. Su conclusión es categórica:
el cambio climático es real y las actividades humanas son sus principales causantes.

El Acuerdo de París ha entrado en vigor, pero el clima no espera

og.

Quinto Informe de Evaluación

El Informe proporciona una evaluación exhaustiva del aumento del nivel del mar y sus
causas a lo largo de las últimas décadas. También calcula las emisiones acumuladas de
CO2 desde la época preindustrial y ofrece una estimación sobre futuras emisiones de CO2
con el objetivo de limitar el calentamiento a menos de 2 ˚C. En 2011, ya se había emitido
aproximadamente la mitad de esta cantidad límite. Gracias al IPCC sabemos lo siguiente:
 De 1880 a 2012 la temperatura media mundial aumentó 0,85 °C.

 Los océanos se han calentado, las cantidades de nieve y hielo han disminuido y el
nivel del mar ha subido. De 1901 a 2010, el nivel medio mundial del mar ascendió
19 cm, ya que los océanos se expandieron debido al hielo derretido por el
calentamiento. La extensión del hielo marino en el Ártico ha disminuido en cada
década desde 1979, con una pérdida de 1,07 × 106 km2 de hielo cada diez años.

 Debido a la concentración actual y a las continuas emisiones de gases de efecto


invernadero, es probable que el final de este siglo presencie un aumento de 1–2°
C en la temperatura media mundial en relación con el nivel de 1990
(aproximadamente 1,5–2,5°C por encima del nivel preindustrial). Así, los océanos
se calentarán y el deshielo continuará. Se estima que el aumento del nivel medio
del mar será de entre 24 y 30 centímetros para 2065 y de 40 a 63 centímetros para
2100 en relación al periodo de referencia de 1986-2005. La mayoría de los efectos
del cambio climático persistirán durante muchos siglos, incluso si se detienen las
emisiones.

Existen pruebas alarmantes de que se pueden haber alcanzado o sobrepasado puntos de


inflexión que darían lugar a cambios irreversibles en importantes ecosistemas y en el
sistema climático del planeta. Ecosistemas tan diversos como la selva amazónica y la
tundra antártica pueden estar llegando a umbrales de cambio drástico debido al
calentamiento y a la pérdida de humedad. Los glaciares de montaña se encuentran en
alarmante retroceso y los efectos producidos por el abastecimiento reducido de agua en
los meses más secos tendrán repercusiones sobre varias generaciones.

Los instrumentos jurídicos de las Naciones Unidas

Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático

El sistema de las Naciones Unidas está a la vanguardia de los esfuerzos para salvar nuestro
planeta. En 1992, la Cumbre para la Tierra dio lugar a la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) como primer paso para afrontar
el problema. Hoy en día cuenta con una composición casi universal. Un total de 197 países
han ratificado la Convención, convirtiéndose en Partes de la misma. El objetivo final de
la Convención es prevenir una interferencia humana "peligrosa" con el sistema climático.
Protocolo de Kyoto

En 1995 los países iniciaron las negociaciones para fortalecer la respuesta mundial al
cambio climático y, dos años después, adoptaron el Protocolo de Kyoto. Este obliga
jurídicamente a los países desarrollados que son Parte a cumplir unas metas de reducción
de las emisiones. El primer período de compromiso del Protocolo comenzó en 2008 y
finalizó en 2012. El segundo período de compromiso empezó el 1 de enero de 2013 y
terminará en 2020. Hoy en día hay 197 Partes en la Convención y 192 en el Protocolo de
Kyoto.

Acuerdo de París

En la 21ª Conferencia en París, las Partes en la CMNUCC alcanzaron un acuerdo


histórico con el objetivo de combatir el cambio climático y acelerar e intensificar las
acciones y las inversiones necesarias para un futuro sostenible con bajas emisiones de
carbono. El Acuerdo de París se basa en la Convención y, por primera vez, agrupa a todas
las naciones bajo una causa común: realizar ambiciosos esfuerzos con el objetivo de
combatir el cambio climático y adaptarse a sus efectos, con mayor apoyo para ayudar a
los países en desarrollo a que lo hagan. De esta manera, define un nuevo camino en el
esfuerzo climático a nivel mundial.

El principal objetivo del Acuerdo de París es reforzar la respuesta mundial a la amenaza


del cambio climático manteniendo el aumento de la temperatura mundial en este siglo por
debajo de los 2 ˚C con respecto a los niveles preindustriales y proseguir con los esfuerzos
para limitar aún más el aumento de la temperatura a 1,5 ˚C.

En el Día de la Tierra, el 22 de abril de 2016, 175 líderes mundiales firmaron el Acuerdo


de París en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Este fue, con diferencia, el
acuerdo internacional que más países firmaron en un solo día. Otros también lo han
firmado desde entonces.

Premio Nobel de la Paz

En 2007, el Premio Nobel de la Paz se concedió de manera conjunta al ex-Vicepresidente


de los Estados Unidos, Al Gore, y al IPCC «por sus esfuerzos para construir y difundir
más conocimientos sobre el cambio climático provocado por el hombre y sentar las bases
de las medidas que se necesitan para contrarrestar ese cambio».

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