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¿QUÉ ES VER?
Ver es captar imágenes a través del sentido de la vista, poniendo esta en un ángulo no
definido, solo a una dirección, sin determinar detalles, percibiendo consciente e
inconscientemente.
El ver implica la visión, la cual es la capacidad de interpretar nuestro entorno gracias a los
rayos de luz que alcanzan el ojo. La visión o sentido de la vista es una de las principales
capacidades sensoriales del hombre y de muchos animales. Existen diferentes tipos de
métodos para la examinación de la visión.
El ojo es la puerta de entrada por la que penetran los estímulos luminosos que se
transforman en impulsos eléctricos gracias a unas células especializadas de la retina que
son los conos y los bastones. El nervio óptico transmite los impulsos eléctricos generados
en la retina al cerebro, donde son procesados en la corteza visual. En el cerebro tiene lugar
el complicado proceso de la percepción visual gracias al cual somos capaces de percibir la
forma de los objetos, identificar distancias y detectar los colores y el movimiento.
¿QUÉ ES MIRAR?
Mirar es considerar, buscar, inquirir, informarse; sobre todo es fijarse en un objeto,
prestando más atención en lo que la vista percibe. Se fija la mirada en alguna parte,
diferenciando uno o varios detalles en un determinado ángulo de visión.
La observación parte, en primer lugar de la reunión de datos sensoriales brutos y, a
continuación, de su contenido, es decir: lo que uno ha visto, oído, entendido, sentido, etc.
Observar es considerar con una atención sostenida lo que acontece en una situación
concreta, es hacer un examen minucioso y reflexionado de esta situación.
Es la técnica de investigación básica, sobre las que se sustentan todas las demás, ya que
establece la relación básica entre el sujeto que observa y el objeto que es observado, que
es el inicio de toda comprensión de la realidad.
¿QUÉ ES OBSERVAR?
La observación constituye un proceso activo que tiene un sentido, un fin propio.
Se dice que la observación es la acción mediante la cual consideramos, con una atención
sostenida e incondicional, los hombres o las cosas, con el fin de conocerlas mejor y teniendo
siempre presente un objetivo muy concreto. De aquí que la observación sea un proceso
activo y voluntario gracias a la atención prestada y teniendo siempre presente el objetivo
que se pretende conseguir mediante esta. Es por tanto un proceso activo que exige por
parte del observador un espíritu despierto, en estado de alerta, con el fin de poder hacer
una observación minuciosa. El valor de la observación depende de la enumeración precisa
de los hechos y de las cosas observadas. Estas deben de ser: precisas, concisas, completas,
selectivas y discretas.
El arte de observar requiere la interpretación, esta es la acción de explicar, de dar una
significación clara a una cosa oscura. Esta permite ver si hemos observado bien las cosas.
Toda observación da lugar a reflexiones. Esto significa que uno analiza, aprecia o estima en
función de: unos conocimientos científicos precisos. Por ejemplo: biológicos, sociales, etc.,
teniendo unos conocimientos del hombre sano, enfermo, o del medio ambiente, etc.
Existen dos clases de observación: la Observación no científica y la observación científica.
La diferencia básica entre una y otra está en la intencionalidad: observar científicamente
significa observar con un objetivo claro, definido y preciso: el investigador sabe qué es lo
que desea observar y para qué quiere hacerlo, lo cual implica que debe preparar
cuidadosamente la observación. Sin duda, esto facilita el saber qué camino tomar o qué
estrategia puede ser la más conveniente para llegar a cumplir el objetivo principal. La
observación no científica significa observar sin intención, sin objetivo definido y por tanto,
sin preparación previa.
Según Bunge la observación en cuanto es un procedimiento científico se caracteriza por ser:
* Intencionada: Coloca las metas y los objetivos que los seres humanos se proponen en
relación con los hechos, para someterlos a una perspectiva teleológica.
* Ilustrada: Cualquier observación para ser tal está dentro de un cuerpo de conocimientos
que le permite ser tal; solo se observa desde una perspectiva teórica.
* Selectiva: Necesitamos en cada paso discriminar aquello que nos interesa conocer y
separarlo del cúmulo de sensaciones que nos invade a cada momento.
* Interpretativa: En la medida en que tratamos de describir y de explicar aquello que
estamos observando. Al final de una observación científica nos dotamos de algún tipo de
explicación acerca de lo que hemos captado, al colocarlo en relación con otros datos y con
otros conocimientos previos.
Con base a esto, la observación científica ha dado cabida al estudio de un sinnúmero de
fenómenos presentes en la naturaleza y la sociedad. De no haber sido por este fundamental
proceso, no se hubiera previsto lo que podía ser un gran descubrimiento; por ejemplo:
Thomas Alva Edison no habría inventado la bombilla, si antes no hubiera observado en los
libros de ciencia (que leía con encanto) lo que podía ser en potencia la luz eléctrica -
observación indirecta-; Antonio Meucci no hubiera inventado el teléfono sino hubiera
observado la necesidad de acortar la distancia entre su oficina y el cuarto del segundo piso
donde se hallaba su reumática esposa. Estos y muchos más avances han surgido a partir de
la observación que el hombre realizaba a medida que se presentaba la necesidad o el interés
por mejorar su calidad de vida, optimizar procesos de producción, agilizar el comercio
multilateral, acortar distancias y demás; grandes avances que tuvieron que pasar en un
principio por la percepción del ojo humano y luego ser sometidos a un proceso de
observación científica para determinar su estudio en la práctica.
En el proceso de observación, siempre se distinguen cinco elementos:
Presentado por:
Diana Carolina García Díaz
Presentado a:
Universidad libre
Licenciatura en humanidades
Lineamientos e investigación II
Bogotá D.C.
2016