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Recordemos que se denomina trabajo a toda aquella actividad ya sea de origen manual o
intelectual que se realiza a cambio de una compensación económica por las labores concretadas
bajo dependencia de uno o varios empleadores quienes deben facilitar las herramientas
necesarias para realizar el trabajo en condiciones de respeto a sus derechos laborales y en
general de todos sus derechos humanos.
Para poder desempeñar las exigencias de un trabajo, el ser humano hace uso de todas sus
capacidades, y facultades arriesgando inclusive su bien más preciado, su salud; entendiéndose
como Salud, el estado de bienestar físico, psíquico y social del individuo y no únicamente la
ausencia de enfermedad. El trabajo y la salud se encuentran íntimamente relacionados, puesto
que el trabajador necesita estar sano para poder realizar el trabajo; y por otra parte el trabajo,
con todos sus componentes y variables, se puede transformar en una fuente de riesgo para su
salud.
De acuerdo al Art. 326 numeral 5 de la Constitución Ecuatoriana que señala; Toda persona
tendrá derecho a desarrollar sus labores en un ambiente adecuado y propicio, que garantice su
salud, integridad, seguridad, higiene y bienestar y en concordancia con el Art. 42 de la
Codificación del Código de Trabajo sobre las obligaciones que tiene el empleador con respecto a
brindar condiciones adecuadas al trabajador para que realice su labor, mismas que deben
constar en un Reglamento de Seguridad que debe tener toda empresa que cuente con 10
trabajadores en adelante y si fueren menos de 10 trabajadores tendrá un plan de seguridad
contra riesgos, mismo que será autorizado por el Ministerio de Relaciones laborales.
Según el Art. 410 de la Codificacion del Código de Trabajo; los empleadores están obligados a
asegurar a sus trabajadores condiciones de trabajo que no presenten peligro para su salud o su
vida y los trabajadores están obligados a acatar las medidas de prevención, seguridad e higiene
determinadas en los reglamentos y facilitadas por el empleador. Su omisión constituye justa
causa para la terminación del contrato de trabajo de cualquiera de las partes.