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Caffarena fue la quinceava mujer abogada en Chile y cuenta que fue ahí cuando “me
percaté de la inferioridad en que se encontraban las mujeres frente a la ley” .
También se relacionó al trabajo obrero de la época, que llevaban adelante
organizaciones como el Partido Obrero Socialista y la Federación Obrera de Chile, con
figuras como la de Luis Emilio Recabarren y Teresa Flores. Caffarena recuerda en la
misma entrevista que “Él fue, precisamente, el iniciador de 1os centros Belén de
Sárraga. Eran grupos pequeños, formados por esposas e hijos de 1os trabajadores del
salitre. Se preocupaban de organizar a la mujer desde el punto de vista cultural”.
Entre otras cosas, fundó la Asociación de Mujeres Universitarias y, en 1935, el
MEMCH, que luchaba por los derechos y la emancipación de las mujeres y las
trabajadoras; incluso participaron en la campaña por la elección de Pedro Aguirre
Cerda y estuvo vinculado a la experiencia de los gobiernos del Frente Popular. El
Frente Popular tenía una política de conciliación o colaboración de clases, agrupando
tanto a partidos de la burguesía como también partidos de trabajadores, esta política
fue impulsada por el Partido Comunista, que y tenía como objetivo canalizar o
contener las iniciativas y demandas obreras y populares. Estas experiencias se
estaban llevando adelante en España, Francia y otros países. En Chile, el Frente
Popular fue integrado por distintos partidos en diferentes momentos, entre ellos el
Partido Radical, Comunista, Socialista, Democrático y otros, también contó con el
apoyo de la Central de Trabajadores de Chile (CTCh).
Editaron también una revista, La Mujer Nueva, en la que se publicaban artículos sobre
la situación de la mujer y sus demandas. En uno de sus números se publicó el
programa del MEMCH que reclamaba, entre otras cosas, el reconocimiento de los
derechos políticos de las mujeres, la ampliación de los derechos civiles, el derecho a
divorcio, la igualdad de sueldos y salarios, “mejoramiento de las condiciones de
trabajo y del cumplimiento de la legislación social”, abaratamiento de la vida; también
se proponía “emancipar a la mujer de la maternidad obligada, mediante la divulgación
de métodos anticoncepcionales y por una reglamentación científica que permita
combatir el aborto clandestino que tan graves peligros encierra” . Por último, el
programa señala la necesidad de luchar contra el fascismo y contra la guerra.
Recordemos que son años donde está en auge el fascismo y se da inicio a la II guerra
mundial.
Según Caffarena, el feminismo es uno solo, con distintas orientaciones “el feminismo
reformista que persigue únicamente la igualdad de la mujer frente a la ley. Tenemos el
feminismo radical que pone el acento en el problema del sexo. Despu6s hay un tercer
grupo que sostiene que la mujer va a lograr su emancipación con un cambio de la
estructura social. Yo estoy con esa última tendencia y pienso que además de cambios
en la estructura social, tiene que haber cambios en la mentalidad, tanto del hombre
como de la mujer. Porque hay bastantes mujeres que son machistas... Bueno, eso tiene
que cambiar. Pero costará muchos años, los mismos años, quizá, que ha durado el
sistema patriarcal”.