los daños que el ambiente marino puede ocasionar a las estructuras de
hormigón de un refuerzo de forjado ejecutado con perfiles metálicos. El forjado antes de la reparación, presentaba casi todas las viguetas rotas por su cara inferior debido a la oxidación de sus armaduras activas, además de estar muchos de los pilares y vigas también desconchados por la misma razón. El refuerzo fue ejecutado apenas hace un par de años, pero la perfilería empleada ya comienza a presentar zonas oxidadas, a pesar de haber sino aplicada una imprimación superficial.
De momento, todavía se trata de una oxidación muy superficial, pero ya
hemos visto lo que puede llegar a provocar la oxidación, por lo que es importatísimo el correcto mantenimiento de las imprimaciones antioxidantes. Una solución más duradera puede ser pintar los elementos metálicos con una lechada de mortero epoxídico, con propiedades pasivadoras. Es una solución con maor protección y durabilidad que la imprimación con pintura antioxidante.
El acero de refuerzo del hormigón ha sido alcanzado por el ambiente
exterior a través de pequeñas fisuras, grietas o la propia porosidad del hormigón, seguramente no se encontrarían con los recubrimientos adecuados para ambiente marino, o quizás se utilizó arena de la propia playa en la construcción del edificio, algo habitual en estas zonas en la época de la que aproximadamente data éste edificio.
La consecuencia es que el acero ha oxidado, aumentando por tanto de
volumen con una fuerza tal, que ha sido capaz de romper el hormigón que lo recubría, quedando se al exterior con una exposición total, sin protección, favoreciendo que el proceso de oxidación vaya aumentando.