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Fernando Ayala Blanco / Salvador Mora Velazquez Grupos de Poder La toma de decisiones en un modelo democratico 9. LAS ELITES POLITICAS YLA DEMOCRACIA Pablo Gonzdlez Ulloa Aguirre Para conservar su influencia sobre las masas, los Iideres estudian a los nombres, descubren sus debilidades y sus pasiones, y se aplican a hacer que sirvan para su propio beneficio. Robert Michels ‘Masa es todo aquel que no se valora a si mismo —en bien o-en mal— por razones especiales, sino que se siente “como todo el mundo”, y, sin embargo, no se angustia, se siente a sabor al sentirse idéntico a los demas. José Ortega y Gasset Introducion pectivas. Principalmente durante los siglos XIX y XX ha causado un gran interés su conformacién, la manera en la que cambian o se renuevan, y las élites politicas comparadas, es decir, cudles son las diferencias entre un pais y otro en sus ele- mentos, pero obviamente también se han desarrollado ciertas ge- neralidades sobre su funcionamiento y conformacién. Hoy, a raiz de los fenémenos globales, las élites politicas es- tan cada vez mas interrelacionadas, aunque siguen guardando L os grupos de poder han sido estudiados desde varias pers- ™® Catedratico de la Facultad de Ciencias Politicas y Sociales de la UN- AM. Actualmente cursa el Doctorado en Ciencias Politicas en la misma Casa de Estudios. 203 PABLO GONZALEZ ULLOA AGUIRRE ciertas particularidades unas y otras. Este ensayo se desarrollara desde una perspectiva teérica y trataré las distintas posturas con respecto a estos grupos. Obviamente que el que escribe esto, tie- ne como referencia ciertas particularidades sobre su pais (Mé- xico), y en algunos momentos, de manera tangencial, tal vez suenen conocidos algunos ejemplos o parezca que se hace refe- rencia a nuestro pais. Elites y elites politicas El término élite en su concepcién mas general hace referencia a ‘una capa social que alcanza los mayores logros en un determi- nado dmbito de accién (deporte, ciencia, cultura, etcétera).”° Es de destacar que hay una diferencia entre los actores lideres y los lideres politicos. En el primer caso se refiere a una suerte impli- cita de prestigio, fama o ingreso; mientras en la segunda, aunque no quiere decir que éstos no estén preocupados por los tres pun- tos anteriores, se refiere a personas que est4n a la cabeza de una organizacién social en especifico y que tiene una estructura in- terna de autoridad.** Dentro del pensamiento social, Jas elites son los hacedores de decisiones cuyo poder no est su- jeto al control de grupo dentro de la sociedad. Para otros, las elites son una fuente de valores en la sociedad o constituyen la fuerza integradora en la comunidad sin la cual ésta se des- membraria.”* De acuerdo con Dieter Nohlen, los conceptos élite politica y clase politica (este segundo término acufiado por Mosca) son uti- lizados como sinénimos. En los afios noventa, la elite politica 20 Noblen, Dieter, en colaboracién con Schultze, Rainer-Olaf, Diccionario de ciencia politica, México, Porria México/El Colegio de Veracruz, 2006, tomo I, p. 470. 251 Giddens, Anthony, “Elites in British Class Structure”, en Scott, John (comp,), The sociology of elites, Londres, Edward Elgar Publishing, 1990, tomo 1, p. 6. [Todas las traducciones son mias.] 2 Parry, Geraint, Political elites, London, George Allen & Unwin, 1988, p. 13. 204 LAS ELITES POLITICAS Y LA DEMOCRACIA quedé mas encajonada en la discusién de la teoria de las élites. Y la clase politica se encausé en la referencia de las personas que participan en la direccién del Estado Este tltimo grupe tiene el poder de controlar y manipular el consentimiento de las per- sonas, por lo que sin el ingrediente de poder, la nocién de élite quedaria incompleta. De esta forma, una élite no tiene capacidad de imponerse sobre la mayoria, no logra uno de sus objetives mas importantes o fundamentales que es obtener el control y el poder; sin embargo, cuando lo logra y llega a imponer sus deci- siones sobre la mayorfa y tiene poca competencia, esto suscitara que se cohesione cada vez mas formando un grupo social que se situaré por encima de toda la sociedad. Un grupo de élite que maneja las tres “C” propuestas por Meisel: conciencia, cohesién y conspiracién.”* Bajo estos tres supuestos, las élites tienden a conducirse, debido a que un grupo de élite el cual es totalmente abierto y poco homogéneo no es muy facil que pueda tomar decisiones comunes. Obviamente, la apertura o no apertura de la organizacién esta condicionada a grupos con ciertos antecedentes econdémicos, sociales y culturales comunes, pero no para todo el grueso de la poblacién, aunque es- to no quiere decir que en ciertos momentos puedan abrir mas el espectro para ganar ciertas posiciones 0 legitimacién. Anthony Giddens pone el énfasis en dos aspectos bdsicos para entender a las élites: integracién social.e integracién moral. La primera hace referencia a la forma en la que comparten ideas y una ética comin; y la forma en que son conscientes en la im- portancia de la solidaridad. El segundo hace referencia a la fre- cuencia y naturaleza de los contactos sociales entre los grupos de élites.° Se puede afirmar que este enfoque explica de mejor ma- nera las tres “C” de Meisel y nos da una perspectiva mas fina. Tratando de ampliar un poco mas la definicién de élite, hay que estar conscientes de que el concepto no esta atado simple- mente a un status alto y una posicién superior de alguna forma compartida con un grupo de personas, al contrario, necesariamente coin- 2 Nohlen, Dieter, op. cit., p. 471. 24 Parry, Geraint, op. cit., p. 48. #8 Giddens, Anthony, op. cit., pp. 7-8. 205 PABLO GONZALEZ ULLOA AGUIRRE cide con un totalmente organizado y “cerrado” grupo. En otras palabras, las elites, como se entienden en este caso, deben te- ner un cierto grado de corporeidad, un caracter de grupo y ex- clusividad. Debe haber barreras de admisién?* Lo anterior hace que el concepto de élites tenga una conno- tacién por momentos negativa. “De origen pertenece a un clima hostil a las ideas modernas del liberalismo y la democracia”.”*” Ello debido a su alejamiento entre la libertad y la igualdad que establecian estas dos doctrinas como la base basica para el de- sarrollo de la sociedad. La idea de élite hace recordar a pensadores como Nietzs- che, Sorel y otros, menos inspiradores, creyentes de una oligar- quia compuesta por los “elegidos”, los menos “aptos para gober- nar”, si el concepto de élite no predica un sistema particular de gobierno, ni una creencia politica limitada. Es posible referirse a un hecho empirico, nombrar la existencia en muchas, tal vez en Jas mas, sociedades, con un estrato de la poblacién que, por cual- quier razén, puede reclamar una posicién de superioridad y por tanto influir sobre el destino de toda la comunidad ?** La élite, por lo mismo, debe ser un grupo selecto y cerrado como se ha expuesto y tiene una evocacién a la exclusién de un gran numero de personas. La cuestién principal es la posibilidad de sobreponer a las decisiones de las minorias sobre la mayoria. Por ello, una elite gobernante es un grupo que controla y que tie- ne como caracteristica el ser menos que la mayoria en tamaiio. No es un puro artefacto de gobierno democratico. Es una minoria “cuyas predilecciones regularmente pre- valecen en los casos de diferencias en la preferencias entre los asuntos politicos claves”. Este aspecto es uno de los puntos fundamentales: la forma en la que las élites politicas pueden im- poner sus decisiones, y representar sus intereses, sobre la mayo- % Nadel, Sigfried, “The concept of social elites’, en Scott, John (comp.), ‘The sociology of elites, Londres, Edward Elgar Publishing, 1990, t. I, p. 33. 2" Ibidem, p. 31. 28 Idem. %° Dahl, Robert, “A critique of the ruling elite model”, en Scott, John (comp.), The sociology of elites, Londres, Edward Elgar Publishing, 1990, t. I, p. 62, 206 LAS ELITES POL{TICAS Y LA DEMOCRACIA ria, incluso en contra de ésta. Lo anterior podria causar proble- mas de legitimidad, sin embargo, no siempre debe ser asi, ya que Ja élite debe buscar formas de legitimarse, ya sea por un buen manejo de los medios, los cuales deben estar en control de la minoria, o a través de ciertas politicas sociales. Dentro de la teoria de las élites existen tres autores que son claves: Gaetano Mosca, Wilfred Pareto y Robert Michels, quienes comparten algunos puntos en comtin que sefialo a continuacién: 1. El poder politico, como cualquier bien social, es distri- buido de manera desigual. 2. Esencialmente, la gente puede caer en dos grupos: aque- Ilos que tienen un poder politico significante y aquellos que no tienen nada. 3. La élite es internamente homogénea, unificada y auto consciente. No son individuos aislados, sino que se conocen el uno al otro muy bien, tienen pasados, valores, lealtades e intere- ses comunes. 4. La élite se auto-perpetta y es trazo de un segmento de la sociedad muy exclusivo. Los lideres tienden a escoger a sus suce- sores dentro de esos pocos privilegiados. 5. La élite es esencialmente auténoma, los asuntos politicos son puestos a discusién y resueltos de acuerdo a sus propios in- tereses. De acuerdo con los puntos anteriores, entendemos que la élite es una formacién que parece intrinseca a la organizacién so- cial y veremos que existe un principio de organizacién jerarquica que es recurrente en la historia de la humanidad, en unas socie- dades son los ancianos, en otras los mas sabios y en algunas otras las personas con mayor poder econémico. Seguin Geraint Parry, “la tinica ley cierta es que la sociedad siempre va a estar gobernada por una elite de alguna clase”. Por ello, uno de los puntos fundamentales en la teoria de la élites es que siempre habra un cierto grupo por encima de los demas, el cual tomara »© Putnam, D. Robert, The comparative study of political elites, New Jer- sey, Prentice Hall, 1976, pp. 3-4. 251 Parry, Geraint, op. cit., p. 25. 207 PABLO GONZALEZ ULLOA AGUIRRE las decisiones en nombre de la mayoria, a pesar de que éste no sea politico en el sentido estricto del término, esto es, que no co- rresponda a ninguno de los érdenes de gobierno como el Poder Legislativo. ‘Lo anterior crea una distribucién desigual de poder. El po- der politico termina siendo la capacidad de una persona o un grupo de personas de tomar ciertas decisiones por encima de los demas, es decir, sobreponiéndose a la mayoria. Si no se tiene esta capacidad, el poder politico es limitado. En una monarquia absoluta las decisiones son tomadas por el soberano pero con la participacién de sus consejeros; “en una aristocracia un pequefio grupo de activistas crean las politicas a nombre de todos los aristécratas y en la democracia los electores soberanos son manipulados por los politicos”. La masa, pien- san los estudiosos de la élites, necesita de un liderazgo fuerte porque por si mismos son incapaces de tomar decisiones.”* El poder politico de las diversas elites no se presenta natu- ralmente, sino que tiene un principio racional de maximizacién de los resultados, para lo cual necesita de una organizaci6n bien estructurada que tenga la posibilidad de reacionar de manera ra- pida y efectiva ante cualquier circunstancia o a veces asumir que el costo de accién es mayor al del beneficio e ignorar el asunto. Cuando la capacidad de reaccién se ve disminuida, es uno de los motivos por el que estas elites comienzan a entrar en cri- sis y se comienza a dar la renovacién de las mismas. El conflicto se ve mas acentuado en sociedades que se encuentran en cam- bio, “cuando las concepciones tradicionales y anti-tradicionales se encuentran y chocan”.” Esto también va ligado al cambio tecno- légico, la tecnologia es una de las grandes modificadoras de cos- tumbres en la sociedad. Ahora vivimos en lo que te6ricos como Manuel Castells denominan la sociedad de la informacién, y si la capacidad adaptativa de las elites no se da a partir de las nue- vas tecnologias es dificil que puedan seguir prevaleciendo como 22 Ibidem, p. 24. *5 Lipset, Seymour Martin, “Introduccién” en Michels, Robert, Los parti- dos politicos. Un estudio sociolégico de las tendencias oligérquicas de la demo- cracia moderna, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1991, tomo I, p. 15. 24 Nadel, Sigfried, op. cit., p. 38. 285 Castells, Manuel, La era de la informacién, México, Siglo XXI, 1999. 208 LAS ELITES POL{TICAS Y LA DEMOCRACIA la fuerza dominante, por ello en lo Ultimos aiios hemos visto surgir una nueva elite basada en el dominio de las tecnologias informaticas.* La burocracia y las elites La burocracia es una de las formas mas acabadas de la elites, primero se le pensé como una “carrera abierta a los talentos” y establecerla fue un gran logro de los liberales del siglo diecinueve. En principio la forma de entrar al servicio del gobierno estaba abierta a cualquier hom- bre de talento y no dependia de influencia o patronazgo.”*” Por ello la burocracia ayudé a crear Estados fuertes basa- dos en el imperio de la ley, y en el cual los mejores eran los que formaban parte de este grupo selecto. Ortega y Gasset ve en la preparacién un punto fundamen- tal en la cuestién de la élites; veamos: La sociedad es siempre una unidad dinamica de dos fac- tores: minorias y masas. Las minorias son individuos o grupos de individuos especialmente cualificados. La masa es el con- junto de personas no especialmente cualificadas.* 6 Para Pareto, el cambio de la elite no tiene lugar debido a alteraciones socio-econémicas 0 debido a ciertas divisiones sociales que puedan aparecer dentro de estos grupos. Lo anterior sélo sucede mediante “degeneraciones den- tro de la misma elite, cuyas presiones en sus dirigentes Hevan al levantamiento de una contra elite, que quita a la existente y da lugar a una nueva”. Gutts- man, W.L., “Social stratification and political elite”, en Scott, John (comp.), The sociology of elites, Londres, Edward Elgar Publishing, 1990, tomo I, p. 79. Sin embargo, esto tiene limitaciones teéricas importantes, ya que deja de lado cam- bios, sociales, politicos y econémicos, que son fundamentales para el cambio de la elites. 257 Parry, Geraint, Political elites, London, George Allen & Unwin, 1988, p. 15. 288 Ortega y Gasset, José, La rebelién de las masas, Madrid, Tecnos, 2008, p. 125. 209 PABLO GONZALEZ ULLOA AGUIRRE Y que en un principio y en algunas 4reas técnicas, como se vera mas adelante, la burocracia se encuentra en este punto de la especial preparacién y cualificacién. El hecho de que fueran sélo los mejores dentro de las buro- cracias, parecia dificil de concretarse como légica constante, de- bido a que solamente en condiciones teéricas de competencia per- fecta podia suceder lo anterior. En la préctica esto no siempre pasa. Debido a que diver- sos factores tales como la fortuna, el lugar de nacimiento y la corrupcién dan ventajas sobre los menos habilidosos para ob- tener las posiciones de poder, particularmente en aquellas acti- vidades menos técnicas y racionales como la politica” Sin embargo, como sucede en la elites, los grupos comenza- ron a ser mds cerrados, y por lo tanto mds selectos, y cambié la forma de seleccién de los mejores, por la de los tenian un status social determinado y compartian ciertos valores comunes, como lo hemos visto a lo largo de la descripcién de las elites politi- cas?” No obstante, Lipset sefiala esto como una forma natural en las que las organizaciones a gran escala funcionan.”" Debido a que si no fuera asi, seria muy complicado que el aparato buro- cratico se desempefiara de forma adecuada. En un principio, tal como lo habia sefialado, la burocracia se manejaba de manera meritocrdtica, no obstante “[...] el precio [del] aumento de la burocracia es la concentracién del poder en la cumbre, y la pérdida de la influencia de los miembros de nt- mero” 2” 2 Parry, Geraint, op. cit., p. 46. 2 Por muy sabios y dignos que sean los miembros de una élite gobernan- te dotada del poder de gobernar el Estado cuando acceden a él por primera vez, es posible que en unos pocos afios o en unas pocas generaciones:acaben abu- sando de él. Si la historia humana nos proporciona alguna leccién, una de ellas es seguramente que los guardianes de un Estado tender4n a convertirse en déspotas valiéndose de la corrupcién, el nepotismo, la promocién del interés in- dividual o de grupo, y mediante el abuso de su monopolio sobre el poder coerci- tivo del Estado para climinar la critica, extraer riqueza de sus stibditos, y ase- gurar la obediencia mediante la coercién. Dahl, Robert, La democracia. Una guia para los ciudadanos, Madrid, Taurus, 1999, p. 86. 211 Lipset, Seymour Martin, op. cit., p. 13. ™ Tbidem, p. 15. 210 LAS ELITES POLfTICAS Y LA DEMOCRACIA Por ello, estos grupos conformaron una nueva elite, que en- tendian a la perfeccién el funcionamiento del Estado. Al final de cuentas estas organizaciones no sdlo se conectaban directamente con los érganos legislativos, para aplicar las leyes. La propia eficiencia de la burocracia del Estado le permi- tia apropiarse de la toma de decisiones y de la formacién de politicas de la autoridad politica de jure. Esta posibilidad se da- ba gracias al experiencia técnica de los burécratas.2* Esta gran caja negra de conocimientos, a la que sdlo unos pocos podian acceder, significé también la clave para su consoli- dacién. Lo anterior se puede observar en las diversas secretarias y Organos estatales, que aunque cambien los secretarios 0 minis- tros, siempre persiste una burocracia que es la que logra mante- nerse principalmente en asuntos demasiado técnicos como son Jos econémicos. Tampoco podemos decir que los marcos institucionales y de- mocraticos no le dan cierta constriccién a las actividades de la burocracia, pero a pesar de estos limites hay una gran discrecio- nalidad y cuando las instituciones son débiles, la corrupcién se vuelve parte comin del accionar de estos grupos. La cuestién de la democracia Como ya habia apuntado, a la teorfa de las élites se le piensa en contraposicién a la democracia, ya que uno de los sentidos basi- cos de la democracia —por lo menos representativa—es que los electores tengan la capacidad de escoger a la persona que decide por nosotros.2” Todo mundo sabe que en un principio la democracia se ma- nejaba bajo un principio elitista, desde la Grecia antigua, hasta *8 Parry, Geraint, Political elites, London, George Allen & Unwin, 1988, p. 16. 4 Para un estudio sobre la democracia representativa, véase GonzAlex Ulloa Aguirre, Pablo Armando, “La democracia representativa y sus funda- mentos teéricos”, en Gonzdlez Ulloa Aguirre, Pablo Armando (coord.), Declive y reconfiguracién de la democracia representativa, México, Miguel Angel Porrda, 2009. 211 PABLO GONZALEZ ULLOA AGUIRRE la primera mitad del siglo XX, en las cuales habia restricciones de muchos tipos para que alguien fuera aceptado como ciuda- dano y pudiera votar. Incluso el voto de las mujeres fue adap- tado paulatinamente ya bien entrado el siglo XX. Pero bueno, los derechos politicos —entre ellos el voto— se fueron ampliando en occidente hasta que cualquier persona adquirié los derechos plenos de ejercer el voto y participar de una forma u otra en la toma de decisiones. Los te6ricos de las elites, por lo menos Mosca, Pareto y Mi- chels, estén muy conscientes de la imposibilidad de que la demo- cracia en un sentido ideal exista. Siendo asi que: La aparicién del control de la democracia mayoritaria so- bre la minoria es algo engafioso. La minoria siempre estard en una posicién de manipular el proceso electoral para sus propios fines, lo que significa medidas de coercién de votantes, sobor- nos 0 el uso habilidoso de propaganda para la seleccién de can- didatos. Por lo que el elector soberano “escogeré” sus lideres de aquellos que son aceptables para la elite.” La democracia— por lo tanto— se puede definir tal como Schumpeter lo hacia: como una “oligarquia competitiva”, en la cual la no élite esta constrefiida al tiempo de las elecciones para escoger a sus lideres y que —como se dijo antes— estan acep- tados por la elite. El hecho de que sea la misma gente la que escoge a sus go- bernantes y que esto suceda de forma democratica, para pensa- dores como Parry Geraint y también los teéricos de la elites, es una falacia, ya que “el gobierno en una democracia es cierta- mente de la gente, y puede ser incluso para la gente, pero nunca ha sido por la gente, sino tnicamente por la clase dominante”.?”° Y esto es de alguna manera “natural”, entre menos cultura politica hay en un determinado pais, la participacién no sdlo se piensa en forma electoral, sino que abarca muchos mas Ambitos para crear contrapesos. Sin embargo, la organizacién es la base, y el grueso de la poblacién es tan amplio y con tal cantidad de 5 Parry, Geraint, op. cit., p. 31. 7 Tbidem, p. 25. 212 LAS ELITES POL{TICAS Y LA DEMOCRACIA intereses que estaré atomizada hacia sus demandas. Lo cual es mas comtin en sociedades en donde los minimos de subsistencia no estan garantizados, y la participacién politica no es una de las prioridades, y la manipulacién por parte de una minoria se pue- de dar de una manera mas facil. Al final de cuentas, “el liderazgo puede transformar a la masa de un agregado aislado de unidades en un sélido y unifica- do grupo. Pero esta unidad enteramente artificial no aparece es- pontaneamente de la masa”.” La mayoria es un ciimulo desor- ganizado que establece redes que no tienen como fin ultimo el ejercicio del poder, la participacién se queda en respuestas co- yunturales, y como sea, esto termina convirtiéndose en una ven- taja, porque una sociedad en la que todo mundo busca ejercer el poder seria un caos, que es diferente a la intencién de participar politicamente. La mayoria no se toma el tiempo de asistir a reuniones, a informarse politicamente, ya que, como se sefiald, tienen mas in- tereses que solamente la politica, es a lo que Michels nombra como la masa incompetente. Y tal como sucede con la burocracia, algunas veces estos eventos se hacen pasar sdlo para los expertos 0 los mas ilustrados dentro de esta masa, con lo cual las decisio- nes se terminan tomando de manera vertical. Lo que también esta asociado a menor educacién, que se refleja en la menor cul- tura politica antes mencionada. Aunque la apatia puede provenir de la falta o de la imposi- bilidad de obtener informacién. El problema es cuando esta apa- tia puede ser aprovechada por las elites nacionales en su bene- ficio.?* En la democracia representativa los partidos politicos son claves, y fue Robert Michels uno de los estudiosos del tema. Para Michels, los partidos democraticos tienen intrinsecamente una proclividad hacia el mal oligdrquico. Y se hace la pregunta: {Es imposible que un partido democratico practique una politica de- mocratica 0 que un partido revolucionario desarrolle una politica revolucionaria? No obstante, el partido democratico, pese a que se encuen- tra sujeto a un control oligdrquico, puede actuar con un sentido "7 Ibidem, p. 55. *8 Ibidem, p. 25. 213 PABLO GONZALEZ ULLOA AGUIRRE democratico. De acuerdo con Michels, la naturaleza oligdrquica del partido no es responsable de las acciones oligArquicas exter- nas, siempre y cuando no sea responsable de la produccién de una politica oligdrquica. Es indudable que mientras mds grande y poderoso es un partido, se vuelve casi imposible mantener la lucha por los gran- des principios. Las batallas ya no se libran en el campo de las ideas y de los argumentos, sino que se basan en cuestiones per- sonales y superficiales. La finalidad del partido cambia de lograr reformas que beneficien a la mayoria, a una simple légica poli- tica de incorporar al mayor niimero de miembros. Las luchas ideolégicas son evitadas para no separar o disgregar a los miem- bros, el tnico objetivo es obtener el mayor numero de miembros y el mayor nimero de votos. Entonces, {qué es —en realidad— el moderno partido poli- tico? El partido politico moderno es la organizacién metédica de masas electorales. Seguin Michels, la relacién entre el partido y el Estado es de tensién, el partido destruye el poder centralizado del Estado; de esta manera, cuando el partido adquiere una fuer- te centralizacién y se basa en los principios de autoridad y dis- ciplina, se transforma en un partido gubernamental, y se encuen- tra a la espera de tomar el poder algun dia. Michels detalla las relaciones de algunas formas de organi- zacion de los partidos, describe el partido revolucionario como un Estado dentro del Estado, el cual trata de destruir al Estado existente y subordinarlo a un orden social diferente. Por otro lado, se encuentra el partido subversivo, el cual or- ganiza el marco de la revolucién social, fortalece sus posiciones, extiende su mecanismo burocratico y acumula energias y dinero. Cada persona comprometida con el partido es un nuevo agente de la revolucién. En el partido socialista ocurre lo mismo, el miedo a la reac- cién lo obsesiona, lo paraliza y hace imposible toda manifestacién de fuerza, ya que lo priva de toda la energia para la lucha coti- diana. Para Michels, el partido socialista tiene una burocracia que con respecto a su celo, su conciencia de los deberes y su su- misi6n a la jerarquia, rivaliza con el Estado. Durante los primeros afios de vida de un partido (segan Mi- chels), se considera revolucionario en ideologia y en medios, pero 214

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