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O c t u br e s

Sociedad Cultural Apoyo Mutuo

Suplemento
a

Desde una 2
perspectiva Septiembre 2010
Periódico de frecuencia imprevisible
Edita: Sociedad Cultural Apoyo Mutuo

libertaria
Correo: interhelpo@gmail.com
Depósito Legal: B-32993-2010

ARCHINOV, Piotr: «Les deux Octobre», Dielo Truda (octubre 1927)

Traducción española de Jordi Alcàsser, 2010

2010
Sociedad Cultural Apoyo Mutuo
Carretera d'Esplugues, 46
08940 Cornellà de Llobregat
Los dos Octubres
Piotr Archinof
En el calendario bolchevique, se ha
institucionalizado llamar a la revolución
victoriosa de los obreros y los campesi-
nos de 1917 «Revolución de Octubre».
Hay una parte de verdad en ello, pero no
es totalmente exacto.
En octubre de 1917, los obreros y cam-
pesinos se desembarazaron de un colosal
obstáculo que impedía el desarrollo de
su revolución; suprimieron el poder no-
minal de las clases capitalistas, antes de
ello, sin embargo, llevaron a cabo actos
de una importancia revolucionaria no
menor ―y quizá más fundamentales in-
cluso― quitando a las clases capitalistas
su poder económico: la tierra a los gran-
ARCHINOF: Los dos Octubres
des propietarios agrarios en el campo, el
derecho a un trabajo libre y no controla-
do en la ciudad, cuando no el control to-
tal de las fábricas. Por tanto, es mucho
antes de octubre, cuando los trabajado-
res revolucionarios destruyeron las ba-
ses del capitalismo. No quedaba más que
la superestructura política.
Si no hubiese habido en el país esta
expropiación general de los capitalistas
por los trabajadores, la revolución políti-
ca que destruyó la maquinaria estatal
burguesa no habría triunfado del modo
en que lo hizo e, incluso, es posible que
no hubiese triunfado en absoluto, por-
que entonces la resistencia de los posee-
dores habría sido mucho mayor.
Por otra parte, el objetivo de la revolu-
ción social de octubre no se agotaba con
el derrocamiento del poder capitalista.
Se abría ante los ojos de los trabajadores
un largo período de realizaciones prácti-
cas, de autogestión social y de edifica-
ción socialista, sin embargó fracasó en
los años siguientes. Así, pues, al conside-
rar todo el desarrollo de la revolución so-
cialista rusa, Octubre aparece sólo como
una de sus etapas, aunque una de pode-
rosa y decisiva, es cierto.
He aquí por qué Octubre solo no re-
presenta la revolución social. Hay que
tener en cuenta esta circunstancia histó-
rica, determinante para la revolución so-
cial rusa, al pensar en las jornadas victo-
riosas de Octubre.
Otra particularidad, no menos im-
portante, radica en que Octubre contiene
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dos significaciones: la que le dieron las interpretaciones de Octubre.
masas trabajadoras que habían partici- El Octubre de los obreros y campesi-
pado en la revolución social ―y, con nos es la supresión del poder de las cla-
ellas, los anarco-comunistas―, la otra ses parásitas en nombre de la igualdad y
significación es la que le ha dado el par-
la autogestión. El Octubre de los bolche-
tido político que tomó el poder a partir viques es la conquista del poder por el
de esta aspiración a la revolución social y
partido de la intelectualidad revolucio-
que traicionó y sofocó por la fuerza todonaria, la instauración de su «socialismo»
ulterior desarrollo. estatal y de sus métodos «socialistas» de
Hay un abismo enorme entre estas dos gobernar a las masas.

El Octubre de los trabajadores

La revolución de febrero sorprendió a
los diferentes partidos revolucionarios
en plena debacle y fue, sin duda, con una
considerable sorpresa que les apareció el
profundo carácter social de la revolución
naciente. Al principio, nadie, salvo los
anarquistas, quería creer en ella. El Par-
tido Bolchevique, que siempre pretendió
expresar las aspiraciones más radicales
de la clase obrera, no sobrepasaba en sus
expectativas los límites de la revolución
burguesa.
No fue hasta la conferencia de abril de
1917, cuando se planteó la cuestión de
saber qué era aquello que realmente pa-
saba en Rusia: ¿se trataba sólo del derri-
bo del zarismo o la revolución aspiraba a
ir más lejos, hasta derribar el capitalis-
mo?

2 Desde una perspectiva libertaria / Suplemento

 Esta última eventualidad planteaba a
los bolcheviques el problema de decidir
qué táctica usar. Lenin había tomado
conciencia antes que los otros bolchevi-
ques del carácter social de la revolución
y preconizó la necesidad de la toma del
poder. Veía un apoyo decisivo en el mo-
vimiento de los obreros y campesinos
que socavaba cada vez más los funda-
mentos de la burguesía industrial y te-
rrateniente. No se logró alcanzar un
acuerdo unánime sobre este asunto has-
ta las jornadas mismas de octubre de
1917; el partido oscilaba durante todo el
tiempo entre las consignas sociales de
las masas y el concepto de una revolu-
ción socialdemócrata, a partir del que
fue creado y desarrollado.
Sin oponerse a la consigna de la pe-
queña y gran burguesía por una asam-
blea constituyente, el partido se afanó
por controlar las masas, tratando de
mantenerse en el curso de su cada vez
más rápida marcha. Durante ese tiempo,
los trabajadores avanzaron impetuosa-
ARCHINOF: Los dos Octubres
mente; alzándose sobre sus poderosas
espaldas tras el derribo del zarismo, aba-
tieron sin pausa a sus enemigos de dere-
chas y de izquierdas y marchaban teme-
rariamente hacia su victoria. Los gran-
des propietarios agrarios corrieron por
todas partes a evacuar el campo salván-
dose del campesinado insurgente y bus-
cando protección para sus bienes y per-
sonas en la ciudad, puesto que el campe-
sinado procedía a un reparto directo de
las tierras y no quería saber nada de co-
habitación o coexistencia con los propie-
tarios agrarios.
En la ciudad, también se produjo un
«cambio brusco de relaciones» entre los
obreros y los propietarios de las empre-
sas. Gracias al esfuerzo del genio colecti-
vo de las masas, los comités de trabaja-
dores tomaron cuerpo en todas las em-
presas: fábricas, transportes, minas... in-
terviniendo firmemente en la produc-
ción, dejando de lado las amenazas de
los poseedores y poniendo al orden del
día su eliminación de la producción.
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 Así, en todos los rincones del país, los mités de fábrica no estaban ligados con
obreros empezaron la socialización de los principios autoritarios.
las empresas. Al mismo tiempo, toda la Al contrario, eran, en el sentido pleno
Rusia trabajadora y revolucionaria se cu- del término, órganos de autogestión so-
brió de una vasta red de sóviets de obre- cial y económica de las masas y de nin-
ros y campesinos que empezaron a fun- gún modo los órganos de un poder esta-
cionar como órganos de autogestión. De- tal. Se oponían a la máquina estatal que
sarrollaron, prolongaron y defendieron pretendía dirigir a las masas y se prepa-
la revolución. raban para un combate decisivo contra
El orden y el poder capitalistas todavía ella.
existían nominalmente en el país, pero «Las fábricas a los obreros, la tierra a
paralelamente nacía y se desarrollaba un los campesinos». He aquí las consignas
vasto sistema de autogestión social y con que las masas revolucionarias de las
económica de los trabajadores. ciudades y del campo participaron en el
Este régimen de los sóviets y de los co- derribo de la máquina del estado de las
mités de fábrica, por el mero hecho de clases poseedoras en nombre del nuevo
aparecer, amenazó de muerte al sistema sistema social fundado sobre las células
estatal. Hay que precisar que el naci- básicas que eran los comités de fábrica y
miento y el desarrollo de los sóviets y co- los sóviets económicos y sociales.

4 Desde una perspectiva libertaria / Suplemento

 Estas consignas circulaban de un ex-
tremo al otro de la Rusia trabajadora im-
pregnando profundamente su acción di-
recta contra el gobierno de coalición so-
cialista-burgués.
Como se ha expuesto más arriba, los
obreros y campesinos operaban ya antes
de octubre de 1917 en la reconstrucción
total del régimen industrial y agrario de
Rusia. El problema agrario había sido
virtualmente resuelto por el campesina-
El Octubre del Partido Bolchevique
Todos los partidos estatistas, incluido
el Partido Bolchevique, limitaban los ob-
jetivos de la revolución rusa a la instau-
ración de un régimen socialdemócrata.
Sólo cuando los obreros y campesinos de
toda Rusia empezaron a sacudir seria-
mente el orden caciquil-burgués, cuando
la revolución social se mostró como un
hecho histórico irreversible, los bolche-
viques empezaron a discutir el carácter
social de la revolución rusa y a modificar
en consecuencia su táctica. No hubo
ARCHINOF: Los dos Octubres
do pobre de junio a septiembre de 1917.
Los obreros de las ciudades, por su
parte, ponían a punto los órganos de au-
togestión social y económica después de
arrebatar al estado y a los poseedores las
funciones directivas de la producción. La
Revolución de Octubre de los trabajado-
res derribó el último y mayor de los obs-
táculos al desarrollo de su revolución: el
poder estatal de las clases poseedoras ya
vencidas y desorganizadas. Esta última
evolución abría un ancho horizonte para
la consecución de la revolución social,
introduciéndola en el camino creador de
la reconstrucción socialista de la socie-
dad, ya apuntada por los trabajadores
durante los meses anteriores. He aquí el
Octubre de los obreros y campesinos.
Significó un vigoroso intento de los
trabajadores manuales sobreexplotados
de destruir totalmente los fundamentos
de la sociedad capitalista y edificar una
sociedad de trabajadores basada en los
principios de igualdad, de independen-
cia y de autogestión del proletariado de
las ciudades y del campo. Aquel Octubre
no alcanzó su conclusión natural. Fue
violentamente interrumpido por el Octu-
bre del Partido Bolchevique, que exten-
día progresivamente su dictadura por
todo el país.
unanimidad en el seno del partido sobre
las cuestiones del carácter y la orienta-
ción de los acontecimientos que ocurrían
ni aún en el mismo mes de octubre.
Por otro lado, la Revolución de Octu-
bre, como los acontecimientos que le si-
guieron, ocurrió mientras el comité cen-
tral del partido estaba dividido en dos
tendencias opuestas. Mientras que una
parte del comité central, con Lenin a la
cabeza, preveía la inevitable revolución
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social y proponía la preparación para la
toma del poder, la otra tendencia, con
Kamenev y Zinoviev a la cabeza, denun-
ciaba como aventurista el intento de re-
volución social y no iba más allá de la
instauración de una asamblea constitu-
yente en la que los bolcheviques ocupa-
sen los escaños más a la izquierda (Cf.
TROTSKY: Las lecciones de Octubre)
El punto de vista de Lenin prevaleció
y el partido empezó a movilizar sus fuer-
zas para el caso de una lucha decisiva las fuerzas revolucionaras.
contra el gobierno provisional. El parti- La divergencia, como vemos, era enor-
do se lanzó a la corriente de los comités me. Aumentó enseguida, durante todo el
de fábrica, de los sóviets de diputados curso ulterior de la revolución rusa, en el
obreros, haciendo todo lo posible por ob- destino de la que jugó un papel tan fu-
tener, en estos órganos de autogestión nesto. El éxito de los bolcheviques en la
todavía inexpertos, el mayor número po- Revolución de Octubre, o sea, el hecho
sible de mandatos para poder controlar de que se encontraran en el poder y de
su acción. Sin embargo, el concepto y la que subordinaran inmediatamente toda
aproximación a los comités de fábrica la revolución a su partido, se explica por-
del Partido Bolchevique eran fundamen- que les fue posible substituir con un pase
talmente distintos de los que tenían las de prestidigitador la idea de revolución
masas. social y de emancipación social de las
Mientras la masa de los trabajadores masas por la idea de un poder soviético.
consideraba los sóviets y los comités de A priori, puede parecer que las dos
fábrica y taller, que habían constituido ideas no son contradictorias, puesto que
ellos mismos, como los órganos de su es posible comprender el «poder soviéti-
autogestión social y económica, el Parti- co» como el poder de los sóviets y esto
do Bolchevique los consideraba un sim- facilitó la substitución de la idea de la re-
ple medio con ayuda del cual era posible volución por la del poder soviético.
arrancar el poder a la burguesía en reti-
rada y seguidamente utilizar este poder Sin embargo, en su realización y en
conforme a su doctrina de partido. sus consecuencias, estas ideas chocan
violentamente. La concepción del poder
Así se reveló una enorme diferencia en soviético encarnado en el estado bolche-
las concepciones y perspectivas de Octu- vique se transformó en un poder bur-
bre entre las masas revolucionarias y el gués totalmente tradicional concentrado
Partido Bolchevique. en un puñado de individuos que quieren
En el primer caso, se trataba del derri- someter a su autoridad todo lo que hay
bo del poder para fortalecer y ampliar de más fundamental y vigoroso en la
los órganos ya constituidos de la auto- vida de un pueblo: la revolución social,
gestión de los obreros y los campesinos. en este caso preciso. Pues, con la ayuda
En el segundo caso, se trataba de apo- de la idea del «poder de los sóviets», en
yarse en estos órganos para hacerse con los que los bolcheviques acapararon to-
el poder, de subordinar al partido todas dos los puestos, obtuvieron efectivamen-

6 Desde una perspectiva libertaria / Suplemento

te un poder total y pudieron proclamar de los cuales fueron la fuerza de la revo-
su dictadura en todo el país revoluciona- lución rusa y la orientaron hacia la revo-
rio. lución social. Otras medidas consistieron
Esto les dio la posibilidad de asfixiar en la prohibición de un movimiento
todas las corrientes revolucionarias de obrero independiente, la supresión de la
los trabajadores que estuvieran en desa- libertad de prensa obrera y de la libertad
cuerdo con su doctrina, de modificar de expresión de los trabajadores en ge-
todo el curso de la revolución rusa y de neral.
hacerle adoptar multitud de medidas Todo se redujo a un único centro de
contrarias a su esencia. donde emanaban todas las instrucciones
Una de estas medidas fue la militariza- concernientes a la forma de vivir, de
ción del trabajo durante los años del co- pensar y de actuar de las masas trabaja-
munismo de guerra; militarización de doras. He aquí lo que es el Octubre de
los trabajadores, mientras millones de los bolcheviques.
vividores y parásitos pudieron vivir en la En él se encarna el ideal perseguido
tranquilidad, el lujo y la pereza. Otra de durante decenas de años por la intelec-
estas medidas fue la guerra encendida tualidad socialista revolucionaria, final-
entre la ciudad y el campo, provocada mente realizado en el presente por la
por la política del partido que considera- dictadura sin fisuras del Partido Comu-
ba a los campesinos como elementos nista Panruso. Este ideal satisface a la
poco seguros y extraños a la revolución. intelectualidad dirigente, pese a las ca-
Lo fue finalmente el sofocamiento del tastróficas consecuencias para los traba-
pensamiento libertario y del movimiento jadores; actualmente, puede celebrar con
anarquista, las ideas sociales y consignas fasto el décimo aniversario de su poder.

ARCHINOF: Los dos Octubres 7

Los anarquistas
sión no se produjo.
Anarquistas aislados desempeñaron a
veces una actividad revolucionaria inten-
sa entre los trabajadores, pero no hubo
una organización de gran amplitud para
conducir las acciones de un modo más
fluido y coordinado (a parte de la Confe-
deración del Nabat y de la Makhnovschi-
na en Ucrania).
Sólo una organización así habría podi-
do ligar ideológicamente a los anarquis-
tas y los millones de trabajadores. En
cambio, durante un período revoluciona-
rio tan importante y privilegiado, los
anarquistas se centraron en su mayor
parte en actividades limitadas de peque-
ños grupos, no salieron de su caparazón
grupuscular en vez de orientarse hacia
acciones y consignas políticas de masas.
Prefirieron ahogarse en el mar de sus
El anarquismo revolucionario fue la disputas intestinas sin intentar, siquiera
única corriente político-social que pro- una sola vez, plantear y resolver el pro-
pugnó la idea de una revolución social blema de una política y una táctica co-
ante los obreros y los campesinos, tanto munes del anarquismo.
durante la revolución de 1905 como des- A causa de esta falta, se condenaron a
de los primeros días de la revolución de la inacción y a la esterilidad en los mo-
1917. De hecho, el papel que podría ha- mentos más importantes de la revolu-
ber jugado habría sido colosal, tanto ción social.
como los medios lucha empleados por
Las causas de este estado catastrófico
las masas mismas.
del movimiento anarquista residen indu-
Por otra parte, ninguna teoría político- dablemente en la dispersión, la desorga-
social se habría podido fundir tan armo- nización y la ausencia de una táctica co-
niosamente con el espíritu y la orienta- lectiva, que casi siempre han sido erigi-
ción de la revolución. Las intervenciones das como principios entre los anarquis-
de los oradores anarquistas en 1917 eran tas y que les impiden dar un solo paso
escuchadas con una confianza y una organizativo para poder orientar de una
atención raras en los trabajadores. manera decisiva la revolución social.
Habría podido parecer que la unión Actualmente, no tiene ningún interés
del potencial revolucionario de los obre- denunciar a aquellos que por su demago-
ros y campesinos y la potencia ideológica gia, su despreocupación y su irresponsa-
y táctica del anarquismo representaría bilidad han contribuido a crear esta si-
una fuerza a la que nada se habría podi- tuación de hecho. Sin embargo, la expe-
do oponer. Lamentablemente, esta fu- riencia trágica que ha conducido a las

8 Desde una perspectiva libertaria / Suplemento

masas trabajadoras a la derrota y al la realización de la sociedad anarquista-
anarquismo al borde del abismo debe ser comunista.
asimilada desde ahora mismo. Debemos Las masas trabajadoras aprecian y se
combatir con el desprecio y estigmatizar sienten instintivamente atraídas por el
implacablemente a todos aquellos que, anarquismo, pero no colaborarán con el
de una manera u otra, perpetúan el caos movimiento anarquista hasta que estén
y la confusión en el anarquismo, a todos convencidas de su coherencia teórica y
aquellos que obstaculizan su restableci- organizativa. Es preciso que cada uno de
miento y su organización. nosotros haga todo lo que esté en su
Es decir, todos los esfuerzos del movi- mano para que se alcance esta coheren-
miento por la emancipación del trabajo y cia.

Conclusiones y perspectivas
La práctica bolchevique de estos diez
últimos años muestra claramente la
orientación de este poder, cada año res-
tringe un poco más los derechos sociales
y políticos de los trabajadores y les quita
sus conquistas revolucionarias. No hay
duda alguna de que la «misión
histórica» del Partido Bolchevique se va-
cía de todo sentido y que intentará con-
ducir la revolución rusa a su objetivo fi-
nal: el capital de estado, el salariado es-
clavista, es decir, al poder reforzado de
los explotadores y a la miseria creciente
de los explotados.
Al hablar del Partido Bolchevique
como partido de la intelectualidad socia-
lista que ejerce su poder sobre las masas
trabajadoras de las ciudades y del cam-
po, nos referimos a su núcleo dirigente
central, el que por su origen, su forma-
ción y su modo de vida actual no tiene
nada en común con la clase obrera y,
pese a ello, reglamenta todos los detalles
de la vida del partido y de las masas; este
núcleo intentará mantenerse hasta el fin
por encima del proletariado y éste no
debe esperar nada de él.
Las posibilidades de los militantes de
base, incluyendo a las juventudes comu-
nistas, aparecen de otra manera. Esta
masa ha participado pasivamente en la
política negativa y contrarrevolucionaria
del partido.
Dado que ha salido del corazón de la
masa obrera, es capaz de llegar a tomar
conciencia del auténtico Octubre de los
obreros y campesinos y de venir a su en-
cuentro. No dudamos que de esta masa
saldrá un buen número de combatientes
por el Octubre de los trabajadores.
Deseamos que asimile lo más rápida-
mente posible el carácter anarquista de
este octubre y que venga en su ayuda;
por nuestra parte, haremos todo lo que
podamos por mostrar este carácter y
ayudar de esta manera a las masas a re-
conquistar y conservar las grandes con-
quistas revolucionarias.

Piotr Archinof, octubre de 1927

ARCHINOF: Los dos Octubres 9