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1- Escuela de chicago e influencias epistemológicas en la IAPT.

2- interpretaciones critica de la realidad y niveles de conciencia: Falsa


conciencia política, conciencia ingenua e intransitiva, conciencia
dependiente.

4.- componentes que caracterizan la pedagogía el amor, el ejemplo y la


curiosidad. Vinculación entre la palabra y la acción

ESCUELA DE CHICAGO

La escuela de chicago es una corriente del pensamiento económico que


se origina en la facultad de Economía y en la escuela de negocios Booth de la
Universidad de Chicago en el siglo XX.

Esta escuela se caracterizó por rechazar ideas principales de la síntesis


clásico-keynesiana, principalmente aquellas ideas que estaban a favor de la
intervención del estado en el mercado, para así promover el libre mercado e
inculcar las ideas del régimen del monetarismo estricto definido por el
gobierno. Algunos de sus exponentes más importantes fueron Milton
Friedman y George Stingle; los cuales precisamente ganaron un Nobel de
Economía (cada uno).

IDEAS DE LA ESCUELA DE CHICAGO

Los participantes de la escuela de chicago estaban convencidos de que


la economía del mercado era completamente cambiante y que la mala
intervención del estado podría ocasionar graves problemas en la economía
(como por ejemplo, crisis o depresiones económicas).

De esta forma, uno de sus representantes, Milton Friedman afirmó que la


causa de la gran depresión ocurrida en los años 30 fue una contracción de
la oferta monetaria; contradiciendo lo que afirmaba Keynes, el cual decía que
esta depresión fue causada por la falta de inversión en el mercado.

La escuela de Chicago es muy conocida por poseer un enfoque en pro de


la libertad del mercado, el cual tiene en cuenta los componentes que veremos a
continuación:

 La teoría de consumo: esta estudia como los individuos toman las


decisiones sobre lo que van a consumir; para tomar estas decisiones se
tienen en cuenta las preferencias de los consumidores (las cuales se
representan en las curvas de indiferencia) y su capacidad adquisitiva
(representada por la recta presupuestaria). Es decir, se estudia lo que
quiere y puede adquirir el individuo.

 Teoría de las expectativas racionales: Asume que los individuos crean


sus expectativas de forma racional, es decir, que los individuos usan la
información que tienen de manera óptima. Gracias a esto, las
expectativas deberían tender a ser acertadas y sus errores deberían
presentarse de manera aleatoria.

 Critica al Keynesianismo: Como ya mencionábamos, esta escuela


critica la intervención del estado como estabilizante de la economía.
Asume que el mercado se estabiliza por sí solo.

 Tradición Marshaliana: realización del estudio a mercados específicos,


con fines concretos.

 Teoría del capital humano: Indica que uno de los factores más
importantes para dar explicación a la productividad es la capacidad de
los trabajadores, es decir, su habilidad, experiencia, capacitación,
estudio, etc.

La escuela de chicago no solo realizó análisis e hizo propuestas a nivel


económico, pues esta también se expandió a realizar análisis de temas legales
y sociales (que también se relacionan entre sí y con los temas económicos).
Algunos de estos fueron: la esclavitud, los cambios demográficos, la institución
del matrimonio, etc.

CRÍTICAS A LA ESCUELA DE CHICAGO

Las personas que criticaron a la escuela de Chicago afirman que sus


ideas (las cuales fueron apoyadas por los estadistas Ronald Reagan y
Margaret Thatcher), están fundadas en la desregulación y pasan por alto los
procedimientos de corrección y compensación que plantea el keynesianismo,
podrían haber derivado en la gran recesión del año 2008 y en una erosión y
degradación difícil de sostener del entorno natural y del clima, los cuales
tendrían resultados impredecibles al principio, pero que serían fatalmente
patentes. Así mismo, hay otras críticas contra la escuela de Chicago como: el
regulacionismo de Michel Aglietta, André Orlean, entre otros. Y también la
teoría de las convenciones.

MEDIDAS ECONÓMICAS QUE PROPUSO LA ESCUELA DE CHICAGO


Por el hecho de que esta escuela consideraba a la intervención del estado
como un generador de ineficiencia y que este a su vez causaba un
entorpecimiento en el crecimiento, la escuela propuso ciertas medidas que
estaban a favor del libre mercado, algunas de estas fueron:

 Desregulación: Se basaba en la eliminación o la reducción de las


restricciones y regulaciones impuestas a las empresas privadas y a sus
actividades económicas.

 Privatización: Se trata de la venta o traspaso de las propiedades


estatales a agentes privados. Afirma que los agentes privados tendrían
mejor preparación para llevar a cabo la administración óptima de los
recursos.

 Concesiones: Trata la realización de contratos de concesiones para


que las empresas privadas se encarguen de la administración de los
benes y las estructuras del estado.

 Eliminar los subsidios y otro tipo de ayudas: La eliminación de


subsidios y ayudas, pues afirman que interfieren en la libre competencia
del mercado.

 Reducir la burocracia: Para que así, el aparato estatal se vuelva más


eficiente.

¿CÓMO SE APLICARON LAS TEORÍAS DE LA ESCUELA DE CHICAGO?

Estas fueron bastante difíciles de aplicar en los ambientes de democracia, en


los cuales trabajadores y empresarios estarían completamente en desacuerdo
a la eliminación o disminución de los subsidios y ayudas que eran otorgadas.
Por esto, estas teorías se aplicaron en países que poseían dictadura; uno de
los casos más conocidos, fue la aplicación de estas en Chile, en la dictadura de
Pinochet.

RESUMEN

Con el término Escuela de Chicago, se distingue a un conjunto de trabajos


de investigación en el campo de las ciencias sociales, realizado por profesores y
estudiantes de la Universidad de Chicago, entre 1915 y 1940. Se trata de una
sociología urbana, que desarrolla una serie de estudios, íntimamente ligados a
problemas confrontados por la ciudad de Chicago, en una época de delincuencia y
otras graves dificultades, en una urbe de crecimiento desproporcionado, poblada
por miles de inmigrantes. Este interés por investigar el fenómeno social urbano a
partir de la observación participante del investigador, va a ejercer una influencia
significativa en el progreso de algunos métodos originales de investigación en la
sociología contemporánea. La Escuela de Chicago promueve la utilización de
procedimientos con fines científicos, como instrumentos para la interpretación de
aspectos de la realidad social en la búsqueda de la aproximación científica. Cuando
en la actualidad nos acercamos al paradigma interpretativo que orienta la
perspectiva de investigación cualitativa, siempre es conveniente indagar donde
están los orígenes de estas proposiciones epistemológicas. Por eso al aproximarnos
a algunos fundamentos ideológicos que influyeron en la Escuela de Chicago, como:
El Pragmatismo (Dewey) y el Interaccionismo Simbólico (Mead y Blumer), el
análisis de sus preceptos fundamentales sirve para hacernos comprender mejor las
tendencias actuales que orientan la Etnosociología.

Escuela de Chicago – Arquitectura.

La Escuela de Chicago es el nombre de un estilo arquitectónico


originado en los últimos años del siglo XIX y comienzos del siglo XX, en la
ciudad de Chicago. Se caracteriza por ser el primero en utilizar cierto tipo de
materiales y por implementar nuevas técnicas para la edificación de grandes
construcciones.

Por lo regular, los nuevos estilos surgen cuando hay carencia de alguna
cosa, pero la escuela de Chicago, fue la excepción, es decir surge en un
momento que reina la prosperidad, en cuanto al nivel demográfico. Con la
ayuda del nuevo estilo, el urbanismo tuvo mayor relevancia.

Los orígenes de la Escuela de Chicago.

En el año 1871, a causa de un grave incendió que sufre la ciudad, es


necesario volver a levantarla, ocasión esta en que se pone de manifiesto la
Escuela de Chicago, trayendo consigo un concepto diferente a la arquitectura
de la época: el rascacielos. La solución adoptada fue la construcción en
vertical, es decir aprovechar una planta de escasas dimensiones y construir un
nivel sobre el otro, comenzaron con edificaciones que oscilaban entre los 10 y
los 16 pisos de altura. Con las edificaciones en altura, vienen también los
ascensores eléctricos.

William Le Baron Jenney (1832 – 1907).


Considerado el padre de la Escuela de Chicago. Creador de El Home
Insurance Company Building en el año 1884, construcción esta que se cataloga
como la primera edificación en poseer su estructura de hierro. Es la primera
vez que son colocadas oficinas en una edificación de este tipo. Esto se debió a
la necesidad de agrupar más personas en un espacio de estas dimensiones.
Tenía un total de 10 niveles, fue le primero en lograrlo. Se elaboró con la
técnica de incrustaciones de hierro por medio de pilares, de vigas y de
entramados recubiertos de una sustancia que los protegía del fuego. De esta
manera no era necesario que aparecieran pilares gruesos, lo que hizo posible
la colocación de numerosos ventanales, conocidas como las Bow Windows,
ventanas que tenían tres cristales, y las Chicago Windows, formadas por dos
partes separadas de una parte central fija.

Henry Hobson Richardson (1838 – 1886).

Creador del Marshall Fields Store, una edificación sencilla, de muros


consistentes, elaborados en piedra no pulimentada y cuyas ventanas son para
captar la luz. En el se emplean diversas formas y tamaños. Burnham & Root.
En el estudio de Le Baron Jenney, se conocieron Daniel Burham, y John Root,
dos personajes en los que se puede resumir los mecanismos de la realidad
profesional americana. Burham, un personaje practico y muy emprendedor,
excelente para las relaciones publicas. Root por su lado, tenía habilidades más
artísticas, su talento estaba más cultivado. En su asociación se crearon
edificaciones como el Rokery Buildind, Monadnock Building y el Reliance
Building, entre otros tantos.

L. Henry Sullivan (1856 – 1924).

Su aporte más significativo, es el haber diseñado distintos tipos de


rascacielos, con su estructura interior elaborada a base de hierro y cuyas
fachadas son de mampostería. Entre ellos están: El Wainwrigh Building, el
Carson Pirie Scott Department Store y el Guaranty Building.

Interpretaciones critica de la realidad y niveles de conciencia: Falsa


conciencia política, conciencia ingenua e intransitiva, conciencia
dependiente.

La expresión “falsa conciencia” (falsche Bewutseins) es utilizada, no definida, por Marx y


Engels en el contexto de sus análisis de las “ideologías”, tal como ellos las entendieron (en
oposición, por cierto, a como las entendía Desttut de Tracy): “La ideología es un proceso
realizado conscientemente por el así llamado pensador, en efecto, pero con una conciencia
falsa; por ello su carácter ideológico no se manifiesta inmediatamente, sino a través de un
esfuerzo analítico y en el umbral de una nueva conyuntura histórica que permite comprender la
naturaleza ilusoria del universo mental del período precedente” (carta de Engels a Mehring de
14 de junio de 1893). Marx entendió las ideologías como determinaciones particulares,
propias (idiologias) de la conciencia, no como determinaciones universales, al modo de Desttut
de Tracy. Y no sólo esto: particulares o propias, no ya de un individuo, sino de un grupo social
(en términos de Bacon: idola fori, no idola specus). La gran transformación que Marx y Engels
imprimieron al problema de las ideologías, consistió en haber puesto la temática de ellas en el
contexto de la dialéctica de los procesos sociales e históricos, sacándolas del contexto
abstracto, meramente subjetivo individual, dentro del cual eran tratadas por los “ideólogos” y,
antes aún, por la “Teoría de las Ideas trascendentales” de Kant. Las ideologías, según su
concepto funcional, quedarán adscritas, desde Marx y Engels, no ya a una mente (o a una
clase distributiva de mentes subjetivas), sino a una parte de la sociedad, en tanto se enfrenta a
otras partes (sea para controlarlas, dentro del orden social, sea para desplazarlas de su
posición dominante, sea simplemente para definir una situación de adaptación). Lo que
caracteriza, pues, la teoría de Marx y Engels, frente a otras teorías de las ideologías, es el
haber tomado como “parámetros” suyos a las clases sociales (“ideología burguesa” frente al
“proletariado”); pero también pueden tomarse como parámetros a otras formaciones o
instituciones que forman parte de una sociedad política dada, profesiones (gremios, ejército,
Iglesia). Y, asimimo, podrá ser un “parámetro” la propia sociedad política (“Roma”,
“Norteamérica”, “Rusia”) en cuanto es una parte de la sociedad universal, enfrentada a otras
sociedades políticas (y así hablaremos de “ideología romana”, “ideología yanqui”, o “ideología
soviética”). En cualquier caso, el concepto de ideología debe ser coordinado con el concepto
de “conciencia objetiva” (conciencia social, supraindividual, no en el sentido de una conciencia
sin “sujeto”, sino en el sentido de una conciencia que viene impuesta al sujeto en tanto éste
está siendo moldeado por otros sujetos del grupo social). Y debe ser desconectado del
concepto de conciencia subjetiva, que nos remite a una conciencia individual, perceptual,
distinta y opuesta a la conciencia objetiva.

Poner a las ideologías en su contexto dialéctico es tanto como tratarlas desde una
perspectiva crítica, es decir, analizarlas en cuanto formaciones que tienen que ver con la
verdad y la falsedad, y no meramente, tratarlas desde una perspectiva psicológica, o social-
funcional. El mismo concepto de “falsa conciencia” es ya constitutivamente un concepto crítico,
pero al que, sin embargo, se le atribuyen unas referencias que se suponen sometidas a una
legalidad o necesidad del mismo orden que la necesidad que Espinosa atribuía a la
concatenación de las ideas inadecuadas y confusas. Pero con esto, Marx y Engels han abierto
problemas de fondo que ellos mismos ni siquiera tuvieron tiempo de formular. Pues la idea de
una “conciencia falsa” implica, desde luego, la idea de “conciencia”, y ni Marx ni Engels han
ofrecido un análisis mínimo de esta idea. Incluso han arrastrado usos mentalistas de la misma
(como cuando Marx expone las diferencias entre una abeja y un arquitecto diciendo que éste
“se representa en su mente la obra antes de hacerla”). No es posible, sin embargo, seguir
adelante sin responder a esta pregunta: ¿qué idea mínima de conciencia es preciso determinar
para que pueda alcanzarse su especificación de “falsa conciencia”?

No se trata, por tanto, partiendo del uso del concepto de “falsa conciencia” de regresar a una
definición convencional (tautológica, metafísica o mística) de conciencia del tipo (a) tautológico:
“Conciencia es darse cuenta de las cosas”, como si ese “darse cuenta” no fuera una simple
paráfrasis del término “conciencia”, o bien, (b) metafísico: “Conciencia es la autopresencia del
sujeto”, como si “autopresencia del sujeto”, fuese un concepto legítimo dotado de alguna
contrapartida precisa; o bien (c) místico: “Conciencia es la voz íntima de mi ser”, como si esto
fuese algo más que una metáfora sonora, la metáfora de “la voz de la conciencia” (sacralizada
místicamente por quienes apelan a ella al formular, por ejemplo, la “objeción de conciencia”). Y
una vez alcanzado este concepto general de “conciencia” fingir que se redefine la “falsa
conciencia” como una simple especificación de la conciencia, por el error. Pues la cuestión
estriba en comprender cómo la conciencia puede ser falsa. Si la conciencia fuera
autopresencia, cogito, ¿cómo podría haber una autopresencia falsa?; ¿no habría de ser esa
autopresencia siempre verdadera, de suerte que, de no tener lugar, más que de falsa
conciencia habría que hablar de no conciencia, de inconsciencia, de no autopresencia? Pero la
falsa conciencia es conciencia, no es inconsciencia; y no es mera conciencia “equivocada”
porque la conciencia verdadera también se equivoca y cae en el error. Necesitamos pues, ante
todo, una definición genérica de conciencia tal que, a partir de ella, podamos entender, por
desarrollo interno del concepto genérico, tanto la especificación de la conciencia verdadera
como la especificación de la conciencia falsa –y todo ello, dentro de los contextos dialécticos
de referencia. Especificaciones por la verdad y falsedad (por tanto, “epistemológicas”, críticas)
que no han de confundirse con las especificaciones morales (buena conciencia, mala
conciencia, o mala fe), o psicológicas (conciencia vigilante, somnolienta). Pero tampoco, cabe
disociar todas estas especificaciones de un modo absoluto. {CC 382-385}

Conciencia Ingenua

El educador Paulo Freire ha sido el filósofo de la educación más importante del


siglo XX. Su reflexión pedagógica nos ha situado en los riesgos de una
educación que no provoca en los sujetos una reflexión crítica de la realidad.

Freire parte de que toda lectura humana siempre será una interpretación de la
realidad en la que el ser humano vive y ella estará inexorablemente marcada y
condicionada por la ideología que el mismo preconiza, por los valores que
sustentan su vida, por la creencia religiosa que profesa, por la clase social a la
que pertenece, por los intereses económicos que defiende y por su condición
de género.

Freire también sostiene que la acción del sujeto en la realidad social,


dependerá del tipo de conciencia en que haya sido educado y divide la
conciencia en tres modos: conciencia ingenua, conciencia mágica y conciencia
crítica.

El término conciencia hace referencia a una manera determinada de “estar en


el mundo”. A aquella manera de existir, propia del ser humano, como ser
inacabado y diferente, a las demás especies. Es una manera de entenderse
como un sujeto, como un yo en relación con un tú.

Se reconoce como persona única, irrepetible y diferente. Esta conciencia de lo


diferente es lo que le confiere identidad al sujeto. El comportamiento del ser
humano va a obedecer al tipo de conciencia que posea, porque dependiendo
de ello podría comportarse como sujeto teniendo voz propia o ser manipulado
de la peor manera por intereses oscuros y no tan oscuros. En este primer
momento sólo abordaré la conciencia ingenua porque nos servirá para
entender muy bien las reacciones sociales post-electoral.

La conciencia ingenua se considera conciencia fanática. Quien posee este tipo


de conciencia se cree superior a los hechos dominándolos desde afuera y por
eso se juzga libre para entenderlos conforme le agradan. Es propia la
superposición a la realidad que lo lleva a la irracionalidad.
El ser humano con una conciencia ingenua no logra llegar a la raíz profunda de
la realidad, no conoce sus causas profundas y su explicación de la realidad es
de tipo fantástico, religioso o mágico.

La persona de conciencia ingenua no profundiza en la causalidad del hecho


mismo. Sus conclusiones son apresuradas, superficiales.

La persona de conciencia ingenua es frágil en la discusión de los problemas. El


ingenuo parte de la base de que lo sabe todo. Pretende ganar la discusión con
argumentaciones débiles. Es polémico, no pretende esclarecer. Su discusión
se nutre más de la emocionalidad que de criticidad. No busca la verdad: trata
de imponerla y buscar medios históricos para influir con sus ideas.

Podría decirse que muchas personas que salen a las calles a exponer su vida
por un resultado electoral a favor de algún candidato son personas de
conciencia ingenua que no llegan a la raíz profunda de la realidad, actúan
según las emociones que le genere el candidato o la coyuntura específica.

Desconoce que los líderes políticos se conocen, tienen sociedades comerciales


y que cualquier diferencia de campaña queda resuelta en alguna reunión con
buena comida, bebidas y compañía femenina.

¿Ha visto usted al líder por quien lucha tomar una goma y salir a incendiarla a
las calles? ¿Cuántos políticos han muerto en esta campaña y cuántos
votantes?

Mi consejo es que si un político quiere protestar que lo haga él, pero usted deje
de arriesgar su vida pues ya lo dijo Galeano: “Me preocupa ver a los pobres
defendiendo a los ricos, cuando la mayoría de ellos son los responsables de la
pobreza en que viven”.

Conciencia intransitiva

La conciencia "intransitiva" es la limitación de la esfera de comprensión, es su


impermeabilidad a desafíos que desde afuera de la órbita vegetativa. En este sentido y
sólo en este sentido,la intransitividad representa casi una falta de compromiso del hombre
con la existencia. El discernimiento sé dificultá, se confunden los objetivos y los desafíos
del exterior,y el hombre se hace mágico, por no captar la auténtica causalidad.
En la medida,pues en que amplía su poder de captación y de respuestas a las sugerencias
y a las cuestiones que parten del exterior y aumenta su poder de diálogo, no sólo con otro
hombre sino con su mundo, se "transitiva". Sus intereses y preocupaciones se prolongan a
otras esferas, no sólo a la simple esfera vital.
Está transitividad de la conciencia hace permeable al hombre,lo lleva a vencer su falta de
compromiso con la existencia, carácterística de la conciencia intransitiva , y la compromete
casi totalmente. Es por eso por lo que existir es un proceso dinámico; implica un diálogo
eterno del hombre con el hombre, del hombre con su mundo.
De "La educación como práctica de la libertad" Paulo Freire.

Conciencia intransitiva: característica de sociedades cerradas, con


este término define sociedades donde lo que prima es el autoritarismo,
explotación económica, conservación de privilegios.
Es típica de las colonias donde el hombre se caracteriza por una escasa
capacidad de comprensión. Esta conciencia genera individuos con escasa
capacidad para el dialogo por lo que existe gran numero de analfabetos.

B) conciencia transitiva: se encuentra en las sociedades en transición,


sociedades que están a medio camino para convertirse en sociedades
democráticas. Los ciudadanos descubren en la educación un camino para
cambiar el estatus.

C) conciencia crítica: es el extremo opuesto a la conciencia


intransitiva, las sociedades con esta conciencia se caracterizan por su apertura
al dialogo y la existencia de una libertad que fomentara el desarrollo personal.-
La educación tiene como responsabilidad la de orientar el cambio social y
político. Para ello será fundamental el dialogo, a través del dialogo se
conseguirá la concientización es decir se con conseguirá desarrollar
conciencias criticas que para freire no son otra cosa que conciencias políticas.

Digamos, aunque el ojo de uno pueda estar sano, si las formas externas no caen
dentro del campo de la visión, y no se efectúa la correspondiente conjunción, en
ese caso no ocurrirá la formación del correspondiente aspecto de la conciencia. O,
aunque el ojo de uno este sano, y las formas externas caigan dentro del campo de
la visión, si todavía la conjunción no toma lugar, en ese caso tampoco ocurrirá la
formación del correspondiente aspecto de la conciencia. Si, sin embargo, el ojo de
uno está sano, y las formas externas caen dentro del campo de la visión, y la
conjunción correspondiente toma lugar, en ese caso sí surgirá el aspecto
correspondiente de la conciencia.

Por lo tanto digo: el surgimiento de la conciencia depende de las condiciones; y sin


esas condiciones, ninguna conciencia surge. Y cualquiera que sea la condición, la
conciencia que surge es dependiente del nombre de eso:

La Conciencia cuyo nacimiento depende del ojo y la forma, la cual


llamamos "conciencia visual."

La Conciencia cuyo nacimiento depende del sonido, se le llama "conciencia


Auditiva."

La Conciencia cuyo nacimiento surge del órgano olfativo y los olores, se le llama "
conciencia olfatoria."

La Conciencia cuyo nacimiento depende de la lengua y sabores, se le llama "


conciencia gustativa."

La Conciencia cuyo surgimiento depende del cuerpo y de los contactos corporales,


se le llama " conciencia táctil."
La Conciencia cuyo nacimiento depende de la mente y las ideas, se le llama
"conciencia mental."

Donde quiera que haya un sentido de “corporabilidad” en la conciencia que surge,


esto pertenecerá al grupo de conciencia corporal. Donde quiera que halla
sentimientos como: armonía, dolor, alegría, tristeza, o sentimientos indiferentes,
estos pertenecerán al Grupo de Conciencia de los Sentimientos.

Donde quiera que haya percepciones de objetos visuales, sonidos, olores, gustos,
impresiones corporales, o impresiones de objetos mentales, estos pertenecen al
grupo de las percepciones.

Donde quiera que haya formaciones mentales, tales como impresiones volitivas,
etc. estas pertenecerán al Grupo de Conciencia de las formas mentales.

Donde quiera que haya “Conciencia”, las cosas que caen dentro de este rango
pertenecen al grupo de la Conciencia.

Es imposible que nadie pueda explicar el tránsito de su existencia, y la entrada en


una nueva existencia, el crecimiento, aumento, y desarrollo de la conciencia, con
independencia de la corporabilidad, sentimientos y formaciones mentales.

LAS TRES CARACTERISTICAS DE LA EXISTENCIA

Todas las formaciones son "transitorias"; todas las formas están "sujetas al
sufrimiento"; y todas las cosas carecen de "Entidad Egótica". La Corporeidad es
transitoria, el sentimiento es transitorio, la percepción es transitoria, las
formaciones mentales son transitorias, la conciencia es transitoria.

Y todo aquello que es transitorio, está sujeto al sufrimiento; y aquello que es


transitorio, y está sujeto al sufrimiento y al cambio, uno no puede decir en verdad:
"Esto es mío; éste soy yo; éste es mi Ego."

Por consiguiente, cualquier cosa del cuerpo, del sentimiento, de la percepción, de


las formaciones mentales, o de la conciencia, si es propia o externa, si es la
totalidad o es sutil, es alto o muge, está lejos o cerca de lo que sea, uno debe
entender, según la realidad, y la verdadera sabiduría: "Esto no pertenece a mí;
esto es yo no; éste no es mi Ego."

Suponga, un hombre, que observa muchas burbujas en el Ganges, y que ellas


están surgiendo juntas mientras él las observa, y cuidadosamente las examina.
Después de este cuidadoso examen, ellas le parecen vacías, irreales, e
insustanciales. De igual manera, un monje debe mirar todos los fenómenos
corporales de sentimiento, de percepción, de formaciones mentales, y de estados
de conciencia – ya sean del pasado, presente, o futuro, lejano, o cercano. Y él los
examinará cuidadosamente; y, después de haberlos examinados, ellos le parecerán
vacíos, y sin Ego.

Quienes se deleitan en la corporalidad, sentimientos, percepción, formaciones


mentales, o estados de conciencia, se deleita en el sufrimiento; y los que se
deleitan en el sufrimiento, no se liberarán de él. Por eso digo:

¿Cómo puede usted deleitarse y alegrarse


ahí dónde hay sufrimiento sin fin?
¡Aquellos que hacen tal cosa, están envueltos en profundas tinieblas!
¿Por qué no buscáis la luz?

Mirad esta pupa, bien abrigada


en un nido de muchos hilos,
Enferma, y llena de codicia,
¡Inestable, y efímera!

Devorada por la vejez en este momento,


Presa de la enfermedad, débil y frágil;
Que se rompe en piezas y que se pudre,
Como toda vida material debe acabar en muerte.

LAS TRES ADVERTENCIAS

1. ¿Ha visto usted un hombre, o una mujer, de ochenta, noventa, o cien años de
edad, frágil, de pasos inestables, encorvado, apoyándose en muletas, sin dientes,
débil, con cabellos grises, o totalmente calvo, y lleno de arrugas?
¿Y nunca se le ha ocurrido de que usted también esta sujeto al deterioro y a la
vejez, sin escape posible de esto?

2. ¿Usted nunca a visto un hombre, o una mujer afligido por una enfermedad,
revolcándose en su propia suciedad, conducido y puesto en la cama por otros? ¿Y
no a pensado que usted está sujeto a la enfermedad y que tampoco usted podrá
evitarlo?

3. ¿Usted nunca ha visto el cadáver de un hombre, o una mujer, dos, o tres días
después de haber muerto, mal oliente, inflado, con un color morado, y lleno de
pudrición? ¿Y no se le ha ocurrido que usted está sujeto a la muerte y putrefacción
de la cual no podrá escapar?

El origen dependiente es uno de los conceptos claves en los que se

fundamenta el budismo. Estrechamente relacionado con el concepto de vacío,

el origen dependiente significa que todo aquello que existe ha surgido a partir

de otro algo debido a unas causas y condiciones determinadas. Si esas causas

y condiciones cesasen, dejaría de existir.

Se trata de una relación causa-efecto universal, en la que todo aquello que

existe, da igual si se trata de algo tangible o intangible, no es más que el efecto

de alguna causa. Todo lo llegado a ser se podría explicar por tanto mediante el

origen dependiente.

Un ejemplo fácil de entender sería el fuego. Éste surge a partir de un

combustible determinado en unas condiciones determinadas. Por ejemplo, si


calentamos un leño hasta la temperatura suficiente, este empezaría a arder. La

causa de este fuego sería por tanto el calor que el leño alcanza, las

condiciones serían la disponibilidad de oxígeno, la suficiente sequedad del leño

y del ambiente, etc.. Si el leño se consume, si lo enfriamos lo suficiente si lo

mojamos, o si el oxígeno disponible se acaba, el fuego automáticamente se

extingue. El fuego, por tanto, a surgido dependientemente de unas causas y

condiciones determinadas, y al cesar estas, se ha extinguido. El fuego por sí

solo no existe, depende de de otro algo para existir.

Aunque más complejo, el sufrimiento es el ejemplo más representativo del

origen dependiente. Como el propio Buddha dijo en el Gran sermón sobre la

aniquilación del deseo:

<<Condicionadas por la ignorancia surgen las composiciones mentales,

condicionada por las composiciones mentales surge la conciencia,

condicionado por la conciencia surge el organismo psicofísico, condicionados

por el organismo psicofísico surgen las seis esferas de los sentidos,

condicionado por las seis esferas de los sentidos surge el contacto,

condicionada por el contacto surge la sensación, condicionado por la sensación

surge el deseo, condicionado por el deseo surge el apego, condicionado por el

apego surge el devenir, condicionado por el devenir surge el nacer,

condicionados por el nacer surgen el envejecer, el morir, la pena, el lamento, el

dolor, la aflicción y la tribulación>>.

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