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JUICIOS ORALES

El Derecho Procesal Civil y Mercantil es amplio e interesante, ya que comprende el


conjunto de normas adjetivas jurídicas, doctrinas y principios que regulan el proceso
que debe seguirse para lograr la tutela jurídica de aquellos asuntos diversos donde
se dilucidan cuestiones como los alimentos a favor del alimentista, la rendición de
cuentas, la división de la cosa en común, la declaratoria de jactancia, el
arrendamiento y desocupación, rescisión de contratos, interdictos, etc; que se
ventilan específicamente en la vía oral y sumaria respectivamente.
En este orden de ideas, se han abordado temas interesantes que contribuyen a la
formación científica del que pretende ser un profesional del Derecho, mismos que
comprenden la estructura y el procedimiento a desarrollarse en los juicios oral y
sumario respectivamente, abarcándose algunos preceptos del juicio ordinario, por
ser éste aplicable en ciertas normas al los juicios mencionados con antelación, lo
que como consecuencia viene a conformar la información contenida en este trabajo
de investigación, análisis y hermenéutico, que se configura a través de un texto
paralelo versado sobre la materia; información que fue sustraída, mediante la
consulta de diferentes fuentes bibliográficas, así como de copias, producto de
resúmenes hechos en clase, y sobre todo de algunas leyes aplicables que
conforman nuestro ordenamiento jurídico nacional como el Código Civil, la
Constitución Política de la República de Guatemala, la Ley de Tribunales de Familia
y principalmente; el Código Procesal Civil y Mercantil.
Sin duda alguna, este material puede servir a los estudiantes del Derecho en
cualquier ciclo o semestre que cursen, puesto que las anotaciones jurídicas y
doctrinarias, son el pan diario del futuro Licenciado, Abogado y Notario. Permitirá
obtener aclaraciones y simplificaciones de los temas que en muchas ocasiones son
poco comprensibles en cualquier otro libro de la materia, pues el lenguaje utilizado
en su redacción es el mismo que los estudiantes interrelacionan en sus
conversaciones más típicas de la carrera.
JUICIO ORAL
No puede existir la oralidad pura, sin el auxilio de la escritura para documentar los
actos procesales.
El actual Código Procesal Civil y Mercantil de Guatemala regula en el título II el
procedimiento que debe efectuarse en materia del juicio oral, dedicando para su
sistematización importantes normas jurídicas como también los supuestos jurídicos,
en los cuales las contiendas deben ventilarse en esta vía.
El juicio oral en Guatemala, es aplicable para ciertos asuntos, por los Jueces de
Primera Instancia del ramo Civil y por los Jueces Menores en aquellos asuntos de
ínfima y de menor cuantía; aunque en la realidad, los asuntos de ínfima cuantía casi
no se llevan a la práctica.
El objeto de diligenciar el procedimiento del juicio oral, es que el juez escuche a las
partes procesales y se declare de manera rápida el derecho que se pretende hacer
valer, por su importancia y por su carácter urgente.
DISPOSICIONES GENERALES.
De acuerdo a lo que establece el artículo ciento noventa y nueve (199) del Código
Procesal Civil y Mercantil de Guatemala, los juicios orales pueden versar sobre:
a) Los asuntos de menor cuantía.
b) Los asuntos de ínfima cuantía.
c) Los asuntos relativos a la obligación de prestar alimentos.
d) La rendición de cuentas por parte de todas las personas que están obligadas a
ello; por ejemplo: los administradores, albaceas, Alcaldes Municipales, etc.
e) La división de la cosa común y las diferencias que surgieren entre los
copropietarios en relación a la misma.
f) La declaratoria de jactancia.
g) Los asuntos que por disposición de la ley o por convenio entre las partes, deben
seguirse en juicio oral.
Al hacer un análisis del artículo doscientos (200) del Código Procesal Civil y
Mercantil guatemalteco, se establece una analogía que puede existir entre el juicio
oral y el juicio ordinario, en cuanto a algunas disposiciones, siempre y cuando las
mismas no se opongan a los preceptos propios del juicio oral, es decir, existe
supletoriedad de normas. Como ejemplo de ello, puede mencionarse lo relativo a
las pruebas y a la demanda.
¿QUÉ ORGANO JURISDICCIONAL DEBE CONOCER DEL JUICIO ORAL?.
En relación a esta interrogante, es necesario hacer algunas acotaciones:
a) Muchos juristas han discutido si el juicio oral debe ventilarse ante un órgano
unipersonal o bien ante un órgano colegiado.

b) El conflicto analítico surge al momento de establecer que si conoce un juez


singular, no es posible pensar en la instancia única, considerando que lo resuelto
por él, debe conocerse o ser objeto de revisión en una instancia superior,
afectándose con ello, el principio de inmediación logrado en la primera audiencia.
Mediante este principio que establece la doctrina propia del Derecho Procesal Civil
y Mercantil, lo que se pretende es que el Juez se encuentre en un contacto directo
con las partes procesales, principalmente en la recepción personal de pruebas. Es
importante tomar nota que el mismo es aplicable con mayor frecuencia en el proceso
oral que en el escrito.
c) Ahora bien, si el juicio es conocido por un tribunal colegiado, no existe posibilidad
de una segunda instancia, aunque sí puede existir una revisión de lo resuelto, por
medio de un órgano superior, en cuanto a las cuestiones de derecho y no a los
hechos.
d) En realidad, en ningún proceso debe haber más de dos instancias, de acuerdo a
lo que establece el artículo doscientos once (211) de la Constitución Política de la
República de Guatemala, actualmente vigente; es decir, el magistrado o juez que
haya ejercido jurisdicción en alguna de ellas, no puede conocer en la otra, ni en
casación en el mismo asunto, pero también es importante analizar que dicha norma
limita el número de instancias, pero tampoco prohíbe que haya solo una.
e) De todo ello resulta, que los principios aplicables frecuentemente al juicio oral
principalmente son: la publicidad, porque los actos procesales pueden ser
conocidos incluso por los que no son parte del litigio; la inmediación, por el objeto
mencionado en líneas anteriores y la concentración, para desarrollar el mayor
número de etapas procesales en el menor número de audiencias, minimizando con
ello tiempo y recursos, tomando en cuenta que el juicio oral debe ser celérico por la
naturaleza del derecho que en el mismo se pretende hacer valer.
f) Se puede concluir que en nuestro país, el juez que conoce en primera instancia
debe ser unipersonal y solamente es tribunal colegiado, el que conoce en segunda
instancia, es decir en cuanto al recurso de apelación (Corte de Apelaciones).
g) En Guatemala, el juicio oral que se ventila por cualquiera de los asuntos a que
hace referencia el artículo ciento noventa y nueve (199) del cuerpo legal
anteriormente citado, es aplicable por los Jueces de Primera Instancia del ramo civil
y por los Jueces Menores (Jueces de Paz) en aquellos asuntos de menor e ínfima
cuantía, de acuerdo a lo a lo que establece el Acuerdo Número 37- 2006 de la Corte
Suprema de Justicia.
h) Tomando en cuenta la cantidad excesiva de litigios en materia de familia, la Corte
Suprema de Justicia, creó a los Tribunales de Familia, para conocer
específicamente sobre los mismos.
¿ES NECESARIO EL AUXILIO DE ABOGADO EN LOS JUICIOS ORALES?.
La norma general, exige el auxilio de Abogado Colegiado Activo, tomando como
fundamento el artículo 50 y 61 numeral octavo del Código Procesal Civil y Mercantil;
sin embargo, al respecto existen dos excepciones:
a) En aquellos asuntos de ínfima cuantía que en la realidad casi no son aplicables.
b) Cuando en la población donde tenga su sede el tribunal, estén radicados menos
de cuatro abogados hábiles. Al respecto, también puede citarse el artículo ciento
noventa y siete (197) de la Ley del Organismo Judicial, Decreto Legislativo 2-89.
De lo contrario, podemos darnos cuenta que si falta la firma y el sello del profesional
de derecho y los timbres forenses correspondientes, los escritos serán rechazados
de plano.
El Abogado será responsable del fondo y de la forma de los escritos que autorice
con su firma.
LA DEMANDA:
Es la etapa procesal que da inicio prácticamente a todo un proceso, en este caso,
el juicio oral. De acuerdo con lo que establece el artículo doscientos uno (201) del
Código Procesal Civil y Mercantil, la demanda puede presentarse de forma oral,
levantándose para el efecto el acta correspondiente por parte del secretario del
órgano jurisdiccional, para dejar constancia de lo que el demandante expone
verbalmente. El mismo artículo citado, establece que la demanda puede
presentarse también por escrito, sin olvidar que en ambos casos, debe cumplirse
cabalmente con los requisitos que para el efecto establecen los artículos 61, 106 y
107 del cuerpo legal citado constantemente.
En la demanda deben fijarse con claridad y precisión los hechos en que se
fundamenta, las pruebas que en su momento oportuno deben rendirse, los
fundamentos de derecho y por supuesto, la petición. El actor también debe
acompañar a su demanda los documentos en que funda su derecho y si en caso no
los tiene a su disposición, debe mencionarlos con la individualidad posible,
expresando lo que en ellos resulte y debe designar el archivo, oficina pública o lugar
donde se encuentren los originales.
En cuanto a la demanda, debe aplicarse supletoriamente, los requisitos esenciales
que se mencionan en el artículo 61 del Código Procesal Civil y Mercantil. Además,
la demanda puede ser ampliada o modificada antes de que haya sido contestada,
de acuerdo al principio de preclusión, con fundamento en el artículo 110 de la ley
citada anteriormente, artículo que es aplicable por supletoriedad al juicio oral. Ahora
bien, si la demanda se amplía o modifica en la primera audiencia, el juez debe
suspender la misma, señalando nueva audiencia para que las partes comparezcan
a juicio oral, por el derecho de defensa; salvo que el demandado prefiera contestarla
en el mismo acto, esto con fundamento en el artículo 204, tercer párrafo del cuerpo
legal citado en oportunidades anteriores.
JUICIO EJECUTIVO
Es un proceso de cognición que, por estar destinado a satisfacer una pretensión de
ejecución fundada en un título procesalmente privilegiado, se tramita por un
procedimiento sumario que reduce considerablemente los actos procesales
destinados a facilitar el conocimiento del tribunal sobre el fondo del asunto litigioso
planteado. En este sentido, el juicio ejecutivo es la vía más expedita con que
cuentan los acreedores cuyo derecho se funda en un título ejecutivo. Uno de los
primeros trámites de este juicio es el embargo, con lo que se acentúa el carácter
expeditivo del proceso ejecutivo. Pero ello no debe autorizar para confundirlo con el
proceso de ejecución, que no termina en sentencia, mientras que el juicio ejecutivo
sí acaba con sentencia. El procedimiento del juicio ejecutivo, siendo un proceso de
cognición, es esencialmente distinto del juicio ordinario de mayor cuantía. Incluso
es frecuente denominar ejecutante al demandante, y ejecutado al demandado.
Por sus orígenes y en la actualidad por la sistemática recibida en
las leyes procesales, en el código y fuera de el, los juicios ejecutivos son procesos
especiales, vale decir, procedimientos particulares regulados al margen de los
procesos de conocimiento.
Esta ubicación, ocupada por los ejecutivos dentro de la clasificación de los tipos
procesales, se advierte no solo por la determinación del objeto litigioso, reducido a
prestaciones de dar sumas de dinero líquidas y exigibles, generalmente
documentadas en instrumentos públicos o privados, cuanto en el trámite particular
que el legislador ha previsto para estas contiendas, creado a semejanza del
aplicable a la ejecución de sentencia de condena al pago de dinero. ESte último
espectro, traducido en el celeridad de trámites y etapas procedimentales, pero
especialmente tipificada en la sumariedad
del conocimiento judicial, que veda la oposición y examen de determinadas
excepciones al demandado, nos permite afirmar que los ejecutivos integran un
capítulo aparte dentro de la sistemática procesal.
El juicio ejecutivo, regulado en los códigos procesales que siguieron al código
español de 1855 o posteriores, no se encuentra incoado
sobre la base de una sentencia de condena, cuanto partiendo de títulos ejecutivos
extrajudiciales.
Ellos contienen declaraciones de certeza de obligaciones de dar sumas de dinero,
documentadas en instrumentos públicos o privados, a los que la ley otorga
fehaciencia (prenda, pagarés, reconocimiento de deudas).
Estos procesos, nacidos a la sombra y a imitación de la ejecución de sentencias,
son en realidad ejecuciones impropias, juicio especiales, de conocimiento sumario,
restringido esté al examen de aquella excepciones que taxativamente autoriza el
legislador.
Nuestros títulos ejecutivos, en atención a su origen privado, no merecen la autoridad
y eficacia que corresponde a la sentencia de condena, por lo que el proceso
privilegiado que originan, en favor del acreedor, persigue el examen judicial en torno
a la legalidad formal y extrínseca del documento, y de no oponer el demandado
excepción se dictará sentencia mandando llevar adelante la ejecución. Firme esta
decisión, de carácter condenatorio, recién se la ejecuta por el procedimiento de
cumplimiento de la sentencia de remate, es decir que aquí principia la ejecución
propiamente dicha.
La gran variedad de títulos ejecutivos, y mayor o menor fehaciencia de los mismos,
ha motivado la regulación de distintos juicio ejecutivos.
Los requisitos de fondo y forma están contenidos en la definición de Manresa y
Navarro. Dice Manresa y Navarro que el juicio ejecutivo es el procedimiento que se
emplea a instancia de un acreedor para exigirle a su deudor moroso breve y
sumariamente el pago de una cantidad líquida de plazo vencido y que conste en
documento indubitado. Este es el título ejecutivo. Aquí define Manresa el juicio
ejecutivo de dar. En esta definición se encuentran los requisitos del juicio ejecutivo
conforme la jurisprudencia, antigua. Esos requisitos son, la existencia de un:
acreedor cierto
un deudor también cierto
una deuda liquida
plazo vencido o mora como dice nuestro Código
finalmente el título ejecutivo;
Requisitos del título ejecutivo
Los requisitos de fondo son tres:
El título ejecutivo debe ser cierto, la certeza quiere decir que el juez a primera vista,
con sólo leer el título ejecutivo debe quedar informado de quien es el acreedor y de
quien el es deudor. La sola lectura del título ejecutivo debe suministrar los datos
suficientes y bastantes. Si los datos que se necesitan para liquidar la deuda no
aparecen en el título ejecutivo, entonces carece de este segundo requisito de fondo
para ser considerado como título ejecutivo.
La liquidez de la obligación de la deuda, o liquibilidad, pero por medio de datos que
ofrezca el mismo título ejecutivo, el mismo documento no datos extratítulos, es decir,
sólo conocer lo que se debe, sino cuánto se debe; en eso consiste la liquidez, ha de
ser líquida la obligación para poder exigirse en la vía ejecutiva.
La exigibilidad: vamos a ver en qué consiste la exigibilidad, porque nuestro código
al definir el juicio ejecutivo dice que el deudor ha de ser deudor moroso, así lo dice
también Manresa y Navarro cuando dice que el procedimiento que se emplea a
instancia de un acreedor para exigirle su deudor moroso breve y sumariamente el
pago de una cantidad liquida exigible que resulta de un documento indubitado. El
concepto de mora en el juicio es el mismo que tenemos en los juicios ordinarios, es
decir con criterios civilistas? No, no es el mismo concepto. El concepto de mora con
criterio civilista es aquel que resulta después de la intimación judicial o extrajudicial.
De modo que al deudor para colocarle en mora hay que intimarlo de previo porque
la mora implica la facultad del acreedor a cobrarle al deudor moroso, daños y
perjuicios, implica situación de culpa, de modo que no se confunde con el simple
retardo cuando vence el plazo, no es el día el que interpela, no es el día del
vencimiento del plazo el que constituye en mora al deudor, sino que la intimación
porque si se deja pasar el plazo y el acreedor no cobra hay que suponer que ese
acreedor no necesita el cumplimiento de la obligación, esa es una actitud graciosa
de su parte. Pues, en el juicio ejecutivo, la situación de mora se confunde con la de
retardo, de modo que la deuda es exigible ejecutivamente desde que ha vencido el
plazo, desde que ha sucedido la condición a la cual estaba subordinada la
exigencia, el reclamo de la obligación, de modo que usted no lo tiene que colocar
en estado de mora en una situación de mora previa a ese deudor para poder
ejecutarlo, por el vencimiento del plazo ya es deudor moroso como dice la definición
de nuestro código, es deuda exigible. Sólo en las obligaciones de hacer es que
requiere la intimación del deudor para poder ejecutarlo en una situación previa de
mora. Pero en las obligaciones de dar como en las de no hacer no es necesaria la
intimación judicial ni extrajudicial, el vencimiento del plazo lo coloca en estado de
mora para los efectos de la ejecución.
De modo que en el juicio ejecutivo como dice Emilio Reus, no se trata de decidir o
de conocer, sobre lo derechos dudosos o controvertidos, se trata más bien de llevar
a ejecución lo que consta, lo que aparece en el título ejecutivo, derechos claros,
definidos, indiscutible, pero toda esta jurisprudencia antigua se ha modificado, hoy
el juicio ejecutivo más bien constituye una modalidad del juicio de cognición, del
proceso de cognición solo que la fase cognoscitiva queda reducida a su mínima
expresión. En el juicio ejecutivo el juez le cree al actor, cree por lo menos hasta ese
momento que tiene la razón y por ello es que condena in nomine litis inaudita parte
al ejecutado a pagar. (En el juicio ordinario el juez cuándo ordena pagar? Cuando
queda dicta sentencia, y sin no paga en el acto le embarga sus bienes, pero eso no
queda firme).
Naturaleza jurídica
La naturaleza jurídica del juicio ejecutivo es la de un proceso sumario por razones
cualitativas. La palabra ejecutiva denota la idea de ejecución. En vista de esta
naturaleza del juicio ejecutivo es que se ha admitido por la Corte Suprema de
Justicia que dentro de este juicio existe lo que se ha de llamar procedimiento de
oficio, esto consiste en la facultad que conservan los jueces o tribunales para
denegar la ejecución aún cuando ya la hubieren admitido inicialmente, aún cuando
se deduzca la oposición pertinente los jueces y tribunales han conservado esta
facultad, esta jurisdicción para denegar la ejecución, revocando el auto de solvendo
que inicialmente dictaron o proveyeron cuando a juicio de ellos por un estudio mejor
lleguen a la conclusión, a la convicción de que le faltan al título ejecutivo alguno de
los requisitos de fondo o de forma, requisitos sin los cuales la ley no lo considera
como título ejecutivo bastante o suficiente.
El título ejecutivo tiene dos significados: sustancial y formal:
Sustancial: Lo sustancial consiste en la declaración en él contenida y en esa
declaración es que debemos buscar los requisitos de fondo (certeza, liquidez,
exigibilidad).
Formal: Los requisitos de forma se refieren al documento mismo, al título, al
documento que contiene esa declaración. Hay muchas clases; documentos
públicos, documentos privados, documentos emitidos por funcionarios judiciales,
administrativos, emitidos exclusivamente por los particulares que serán los
privados, mercantiles, civiles, muchas clases de documentos, entonces la ley toma
alguna de esas clases de documentos y dice: estos son documentos en algunos
casos exige requisitos más que otros, es decir un documento que originalmente,
primordialmente no ejecutivo, se puede hacer ejecutivo por eje. El documento
privado se puede hacer ejecutivo mediante el reconocimiento judicial, también por
ej. Cuando usted carece de papelito para establecer la obligación que ha contraído
a su favor determinada persona, usted puede pedirle posiciones, porque a través
de esas posiciones tiene un documento y presta mérito ejecutivo la confesión,
cuando esa confesión la hace una persona que tiene capacidad de contraer deudas,
créditos legítimos en forma liquida, cierta y exigible. El carecer de un título ejecutivo
no quiere decir que no pueda una arbitrárselo, por ej. Usted acostumbra dar dinero
prestado y exige únicamente documentos privados, lo cual no es aconsejable, si
tiene dificultad con su deudor puede hacer de ese documento privado un título
ejecutivo pidiéndole reconocimiento de firma y de los conceptos. Si reconoce su
firma expresamente o si se tiene por fictamente reconocida, entonces presta mérito
ejecutivo y habría que acompañar al documento privado las diligencias de
reconocimiento de firma. En las letras de cambio en los pagarés, en obligaciones
que constan en cupones que expiden ciertas sociedades, ha de estar en el código
explicado y por eso ha dividido los títulos ejecutivos.
EL JUICIO ORDINARIO
lleva, en su tramitación judicial, unas pautas bastante sencillas de entender, las
cuales pasaremos a resumir, con el fin de que cualquier persona sepa cuál es el
trámite judicial en el que se encuentra su procedimiento y, en la práctica qué es lo
que pueden suponer estos trámites.
El proceso se iniciará por demanda firmada por Letrado y con obligatoria
representación procesal (Procurador). La demanda es casi la parte más importante,
debe estar bien redactada y fijar bien el objeto del litigio (art. 399 LECiv), dado que
según el art. 412 LECiv no se podrá alterar luego, salvo para alegaciones
complementarias. Asímismo adjuntar tantas copias como demandados haya y
también, los documentos que, para la admisión de la demanda, en el caso que la
ley lo exija expresamente.
Una vez presentada la demanda, lo habitual es que el Secretario Judicial la admita
mediante Decreto, pocas veces se va a dar cuenta al Juez para poder admitir la
demanda (art. 404 LECiv). Una vez admitida la demanda se da traslado de la misma
a los demandados para que contesten a la demanda en un plazo improrrogable de
20 días.
La contestación a la demanda se redactará de la misma forma señalada por la Ley
para la demanda. En la contestación se negarán o admitirán los hechos aducidos
en la demanda, es decir, el demandado defenderá su posición en el proceso ante lo
demandado por la parte actora (demandante).
Asimismo en esta contestación, el demandado puede demandar a la parte actora,
mediante la reconvención, que no es nada más que el redactar una nueva demanda
contra quien ha demandado primeramente. Por supuesto, el demandante dispondrá
de 20 días de plazo para contestar a la demanda reconvencional.
Seguidamente y una vez realizado el trámite de contestación a la demanda o, en su
caso, a la demanda reconvencional, el Secretario Judicial convocará a las partes a
una Audiencia Previa al Juicio oral.
A la Audiencia Previa las partes deberán ir asistidas de su Letrado y, si lo consideran
y no quisieran concurrir personalmente, representadas por Procurador con los
poderes especiales necesarios, el otorgamiento de este poder es indispensable, en
caso de no asistencia, sino se tendrá por no comparecida a la parte.
En esta Audiencia Previa se intentará primordialmente que las partes lleguen a un
acuerdo o intenten una mediación para llegar al mismo. Se trata de evitar juicios
innecesarios.
Aún así, si las partes siguen enfrentadas en la Audiencia Previa, el Juez seguirá
resolviendo las cuestiones procesales previas, posteriormente se fijarán con
precisión el objeto y los extremos del proceso y finalmente propondrán y admitirán
las pruebas que se vayan a querer utilizar en el juicio. El orden en la Audiencia
Previa es importante (como en el resto del proceso) y una vez terminado el momento
procesal, posteriormente no se pueden alegar cuestiones que se debieron alegar
en su momento procesal oportuno.
La Audiencia Previa puede terminar:
Por sobreseimiento del proceso, en el caso de que el demandante no comparezca
en forma y el demandado no quiera seguir con el proceso. Asímismo también se
sobreseerá el proceso si no compareciera ninguna de las partes.
Por Sentencia (20 días para dictarla), si sólo comparece el demandado y este quiere
seguir.
Por acuerdo entre las partes, las cuales pueden pedir la homologación judicial del
mismo.
Por Sentencia (que se dictará en el plazo de 20 días), en el caso de que la
discrepancia en el litigio sea méramente en cuestiones jurídicas.
Por la admisión de las pruebas para el juicio y el señalamiento para el juicio oral.
El juicio oral se señalará para su celebración en el plazo de un mes desde la
finalización de la Audiencia Previa o también, en el plazo de 2 meses si hubiera de
practicarse alguna prueba fuera de la sede del Tribunal (obviamente esto no se
cumple nunca, las agendas de los juzgados están saturadísimas).

El Juicio tendrá por objeto:


Practica de pruebas de declaración de partes y testifical.
Informes orales y contradictorios de peritos.
Reconocimiento judicial, en su caso.
Reproducción de palabras, sonidos e imágenes.
Las partes deben comparecer en el juicio con Abogado y Procurador, de lo contrario
se les tendrá por no comparecidas.
Si no comparecen ninguna de las partes se tendrá el juicio visto para Sentencia. Su
comparece una sola parte se seguirá con lo que diga dicha parte. Y si comparecen
las dos partes en forma, se seguirá con la vista oral del juicio ordinario.
Si se alegara por alguna parte una vulneración de Derechos Fundamentales, esta,
se resolverá antes de la práctica de pruebas.
Si hubiese nuevos hechos conocidos después de la Audiencia Previa, se procederá
a oír a las partes y a la proposición y admisión de pruebas, sólo con respecto a estos
hechos nuevos.
Practicadas las pruebas, los Letrados formularán oralmente las conclusiones. Una
vez expuestas las conclusiones, cada Letrado concretará los argumentos jurídicos
en los que apoye sus pretensiones.
Si el Juez o el Tribunal no se considera suficientemente ilustrado, concederá
nuevamente la palabra a las partes las veces que crea por conveniente, con el fin
de que estas realicen las manifestaciones oportunas sobre las cuestiones que
precise.
Terminado este último trámite el juicio oral quedará visto para Sentencia, y así lo
manifestará el Juez o Tribunal. La sentencia habrá de dictarse en el plazo de 20
días desde la finalización del juicio oral.

1. ¿Cómo se inicia el procedimiento ordinario?


Se inicia mediante la presentación de una demanda patrocinada por un abogado, o
mediante la interposición de una medida prejudicial.
2. ¿Cuáles son las etapas de este procedimiento?
Este procedimiento está conformado por tres etapas: la de discusión, la de prueba
y la de sentencia. Y eventualmente, puede haber una cuarta etapa, la de Ejecución
incidental de la sentencia.
ETAPA DE DISCUSIÓN
3. ¿Qué es la etapa de Discusión?
Es la primera etapa o momento jurisdiccional en que las partes presentan sus
alegaciones y defensas, estando conformada por los siguientes actos procesales:
la demanda, la contestación, la réplica y dúplica.
4. ¿Qué es la demanda?
En términos simples se puede decir que la demanda corresponde a la
materialización de una acción ante los órganos jurisdiccionales.
El destacado abogado y profesor de derecho procesal, don Mario Mosquera Ruiz,
la define de la siguiente manera: “Es un acto jurídico procesal, en virtud del cual, un
sujeto del conflicto, denominado actor o demandante, requiere que se ponga en
movimiento a la jurisdicción, y que se solucione en su favor el conflicto, formulando
al tribunal pretensiones concretas y
5. ¿Cuáles son los requisitos de la Demanda?
La demanda debe cumplir con los siguientes requisitos:
Los requisitos comunes a todo escrito;
Los relativos a la Ley 18120 (Debe ir patrocinada por abogado habilitado para el
ejercicio de la profesión);
Los específicos (señalados en el artículo 254 del Código de Procedimiento Civil).
6. ¿Cuáles son los efectos de la sola interposición de la demanda?
Son tres:
Queda abierta la instancia; esto significa que el juez queda obligado a conocer las
pretensiones del demandante;
Si se interpone en un tribunal que no es naturalmente competente, se prorroga la
competencia;
Fija la extensión del juicio.
7. ¿Cuáles son las actitudes que puede adoptar el tribunal frente a la interposición
de la demanda?
Hay que distinguir:
Si la demanda no cumple con los requisitos de la Ley 18.120, es decir, si no está
patrocinada por Abogado habilitado para el ejercicio de la profesión, el tribunal no
la proveerá, y se tendrá por no presentada para todos los efectos legales;
Si la demanda no cumple con los tres primeros requisitos del artículo 254 del Código
de Procedimiento Civil, el juez puede no darle curso de oficio a la demanda, dictando
una resolución en que se exprese el defecto de que adolece la demanda;
Si la demanda cumple con todos los requisitos legales, el tribunal deberá dictar una
resolución en que conferirá traslada al demandado, mediante la formula procesal
“traslado” o “téngase por interpuesta la demanda”. Dicha resolución deberá indicar
el Rol de la causa, y la cuantía del asunto.
EL PROCESO ORDINARIO
consiste en la realización de un procedimiento que se efectúa ante la autoridad
judicial, donde las partes en conflicto reseñan hechos, exponen los fundamentos de
sus derechos y solicitan se declare mediante sentencia a quien corresponde el
derecho debatido, según lo alegado y probado durante el proceso.
El proceso ordinario se seguirá en todas aquellas demandas que contengan las
pretensiones civiles consignadas en el art. 391 CPCN, denominado ámbito del
proceso ordinario. La ley N° 902, Código Procesal Civil, establece que toda persona
interesada antes de interponer el escrito de demanda, debe de acudir a una sede
de la Dirección de Resolución Alterna de Conflicto o a un centro de mediación
autorizado, a procurar resolver la contienda y evitar el inicio de un proceso en sede
judicial. De manera que es un requisito de procedibilidad, la previa realización del
trámite de mediación en sede no judicial.
El proceso ordinario iniciará mediante la interposición de una demanda civil, escrita
en papel de ley, debiendo expresar al menos aquellos requisitos que permitan,
identificar y localizar tanto al actor como al demandado, (art. 420 CPCN),
destacándose la necesaria descripción de los hechos en que se funda la petición,
expuestos numeradamente en forma precisa, en orden y con claridad, relacionando
los medios de prueba que deben ser practicados e indicando qué hechos pretende
demostrar con cada medio de prueba ofrecido, fijando las pretensiones que se
formulen y que piden ser tuteladas.
Presentada la demanda, la autoridad judicial deberá analizar de oficio si es
competente o no, si las partes están en capacidad para comparecer en el proceso;
en su caso verificar si se ha cumplido con la representación legal, y acompañando
el o los documentos que acrediten y justifiquen su comparecencia. La admisión de
la demanda deber realizarse en un plazo de cinco días.
La figura del guardador para el proceso se encuentra contenida en las disposiciones
comunes a todos los procesos declarativos, como un imperativo legal, a fin de evitar
indefensión a la parte demandada. Y procede en los supuestos siguientes:
• Que se haya ausentado de su domicilio o se ignore su paradero.
• Que conste o se presume que se encuentra fuera de la república.
• Cuando se desconozca su domicilio.
• Cuando habiendo sido notificado del emplazamiento
por edictos, la parte demandada no comparece.
Esquema del procedimiento para el nombramiento de guardador
Asimismo debe examinar la procedencia del proceso, es decir, si debe tramitarse
como ordinario, en atención al reparto de la competencia (art. 29, 390 y 391), al
cumplimiento de los requisitos referidos a la acumulación de pretensiones y en su
caso a la falta del debido litisconsorcio. Todo este examen, es con el fin último que
el proceso se inicie y se desarrolle sin vicio alguno.
Si del examen de la demanda, la autoridad judicial, considera que hay aspectos que
deben subsanarse, así lo ordenará dentro el plazo de cinco días. Si la parte
demandante no lo hiciere, se ordenará el archivo definitivo del expediente y la
devolución de los anexos para que haga uso de su derecho. También se aplicará
esta misma medida cuando los defectos resulten ser insubsanables.
La contestación a la demanda, es la actuación procesal que realiza la persona que
ha sido demandada dentro del plazo de 30 días que ordena la ley. En la contestación
a la demanda, se negarán o admitirán los hechos aducidos por la parte actora; se
expondrán los fundamentos de la oposición a las pretensiones del actor, alegando
las excepciones materiales (perentorias) que a criterio del demandado
correspondan; se aducirán o alegarán las excepciones procesales (dilatorias) y
podrá oponerse a la acumulación de pretensiones, expresando las razones que le
asistan.
El silencio ante los hechos interpuestos en la demanda, por parte del demandado
en su contestación, se tendrán por admitidos, es decir la admisión de los hechos
sólo podrá verificarse de forma expresa. El silencio del demandado o sus respuestas
evasivas, se tendrán como negación de los hechos que le sean perjudiciales.
Efectuadas las alegaciones iniciales (Demanda y Contestación de demanda), en
debida forma, o transcurrido el plazo para contestar la demanda, la autoridad judicial
convocará dentro del plazo de cinco días a la audiencia inicial que deberá celebrarse
en un plazo no mayor a los veinte días.
Esquema Audiencia Inicial
En la audiencia inicial la autoridad judicial deberá dar cumplimiento a las siguientes
finalidades: instar a las partes a lograr un arreglo; permitir el saneamiento de los
defectos procesales alegados; fijar con precisión la pretensión y la oposición, así
como los términos de su debate; ratificar la nómina de los medios de prueba
propuestos; y finalmente admitir la prueba de que intenten valerse las partes en la
audiencia probatoria, así como señalar su día, fecha y hora.
Es en esta audiencia donde se privilegia la simplificación procesal del nuevo
proceso civil, por cuanto, la autoridad judicial con la activa participación de las
partes, elimina todos los obstáculos procesales
que impedirían resolver la contienda en el fondo, es decir, se trabaja para pautar la
futura decisión que resolverá el conflicto otorgando el derecho a quien corresponda.
Resulta clave advertir que lo primero que debe hacer en la audiencia inicial la
autoridad judicial, es instar a las partes para que alcancen un acuerdo mediante la
mediación. Esta finalidad, no debe subvalorarse, tampoco debe efectuarse de forma
superflua, es decir limitarse al simple recordatorio de la posibilidad que poseen las
partes para mediar. Lo óptimo, es que la autoridad judicial, realice una activa y
dinámica invitación destacando las ventajas que ofrece la mediación, para que de
común acuerdo las partes puedan acudir a un centro de la Dirac o a un Centro
privado autorizado, y de forma voluntaria pongan fin a la contienda.
La finalidad de saneamiento o depuración del proceso, implica resolver todas las
excepciones procesales (dilatorias) promovidas por el demandado en la audiencia
inicial, o que se subsanen las omisiones o defectos encontrados, dentro de los diez
días siguientes de interrumpida dicha audiencia, en los casos que la ley lo autoriza,
todo con el propósito de habilitar la contienda para una decisión sobre el fondo del
asunto controvertido.
La finalidad de fijar con precisión la pretensión y la oposición, consiste en determinar
lo que será objeto del proceso, es decir qué se va a debatir y qué se va a probar.
Para cumplir con esta finalidad, la parte demandante o reconviniente, deberán hacer
las precisiones, aclaraciones y
concreciones que estimen oportunas en relación con la pretensión deducida en su
demanda o en la reconvención en su caso, las que no podrán ser alteradas o
modificadas sustancialmente.
La autoridad judicial a fin de dirigir el debate, podrá ordenar a las partes, que aclaren
los puntos dudosos de sus alegaciones. Las partes podrán formular alegaciones
complementarias, sobre hechos nuevos o de nueva noticia que sean de relevancia
para la fijación de la causa de pedir, o para la concreción de los términos del debate,
proponiendo su prueba; siempre y cuando ocurriera o se conociera el hecho nuevo
o de nueva noticia una vez contestada la demanda o reconvención y hasta antes de
la audiencia inicial.
Las partes habrán fijado los términos del debate, cuando determinen los hechos
sobre los que existe discordancia y sobre los que deberá recaer la prueba, y cuales
hechos han sido admitidos por ellas; y en tal caso, se les concederá la palabra para
que ratifiquen o no las pruebas ofrecidas, argumentando o justificando lo que en
derecho convenga. La autoridad judicial apreciará y resolverá motivadamente, es
decir, mediante auto sobre la admisión o no de cada una de las pruebas para su
práctica en la audiencia probatoria.
Como consecuencia de la fijación del objeto del debate, puede ocurrir que las partes
muestren conformidad con los hechos y las discrepancias sean únicamente en
cuanto a su consecuencia jurídica, o que se haya admitido sólo un medio de prueba;
o que la única prueba admitida sea la documental aportada por la parte y sin haber
sido impugnada; en estos casos no se celebrará audiencia
probatoria, sino que la autoridad judicial resolverá pudiendo dictar el fallo de forma
oral en la audiencia inicial y posteriormente la sentencia dentro del plazo de diez
días.
En la audiencia inicial se fijará lugar, fecha y hora para la audiencia probatoria, que
deberá estar comprendida dentro de los veinte días posteriores a la finalización de
la audiencia inicial, debiéndose citar únicamente a la parte que no hubiera asistido,
teniendo por notificadas a las presentes.
La audiencia probatoria será oral y pública. Las pruebas admitidas se practicarán
de manera concentrada y bajo el principio de contradicción, salvo que resulte
imposible por la naturaleza de los medios probatorios, documentándose a través de
los medios audiovisuales que se dispongan y del levantamiento del acta respectiva.
En los casos contemplados en el Código, podrá practicarse prueba fuera de la
audiencia y fuera de la sede, para ello se procurará que se realice antes que se
celebre la audiencia. En tales casos, las partes tendrán derecho a intervenir en la
práctica de las mismas y siempre en presencia de la autoridad judicial.
La práctica de prueba (parte, testifical y pericial), por regla general, se hace
mediante la formulación de preguntas orales al momento de los interrogatorios o
exámenes directos y los declarantes deben responderla según la forma en como
han sido elaboradas, a no ser
que se haya objetado la procedencia de alguna pregunta, en cuyo caso, se deberá
esperar a que la autoridad judicial, resuelva si procede o no a contestarla,
atendiendo la valoración y decisión del juez o jueza.
Las partes podrán para solicitar justificadamente la interrupción de la audiencia para
la práctica de uno de los medios de pruebas aportados y admitidos por las causas
fijadas en el Código. Si el juez o jueza accediera, continuará la audiencia para la
práctica de los otros medios de prueba, señalando en el acto, fecha y hora para
continuar la audiencia respecto de las pruebas que no se pudieron practicar y
originaron la interrupción, haciendo las citaciones respectivas.
Concluida la práctica de la prueba y antes de ponerle fin a la audiencia, las partes
efectuarán sus alegatos finales que tendrán como objeto concretar y adecuar, tanto
los hechos alegados como la petición, en base al resultado de la práctica de las
pruebas. No se admitirán alegatos que supongan cambio de la pretensión, tal y
como quedó fijado en la audiencia inicial.

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