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Por otra parte en los microporos del suelo queda retenida el agua por fuerzas
capilares.
Para el agua del suelo la capilaridad es una propiedad que le confiere la
capacidad de subir por los tubos capilares (<1mm). Depende de su tensión
superficial la cual, a su vez, está regulada por las fuerzas de adhesión y ls fuerzas
de cohesión.
Las moléculas de agua son atraídas por los lados del tubo de vidrio (adhesión) y
comienzan a extenderse a lo largo de las paredes. Al mismo tiempo, las moléculas
del agua se atraen entresí (cohesión) con una fuerza mayor que la que las une al
aire manteniéndose por tanto juntas y creando una tensión superficial que curva la
superficie formando un menisco en la interfase agua-aire. Como resultado de la
adhesión de las moléculas del agua con las paredes del tubo la presión es más
baja debajo del menisco (P2 en la figura) que por encima (P1) lo que permite que
el agua libre (P1) suba por el tubo hasta que el peso de la columna de agua llegue
a compensar el déficit de presión (P2=P1).
Como es lógico, cuanto más pequeño es el diámetro del tubo capilar mayor será la
presión capilar y la altura alcanzada. La altura alcanzada por el agua en el tubo es
inversamente proporcional al diámetro del tubo.
Potencial osmótico es debido a las sales y por tanto sólo es importante para los suelos salinos.
Cuando se ponen en contacto dos líquidos de diferente concentración la disolución más
concentrada atrae al agua para diluirse. Sólo es importante en el caso de suelos salinos.
(2) Una vez listo el recipiente, colocar dentro de él la muestra de suelo, sin que el
suelo llene completamente la lata, puesto que posteriormente se invertirá cierta
cantidad de agua.
(3) Esperar hasta el momento en que caiga por la fuerza de gravedad, la última
gota de agua por los agujeros de la lata, es decir hasta que el suelo esté en su
capacidad de campo o máxima capacidad de retención de humedad.
(4) Tomar la muestra de suelo, colocarla en la estufa para ser secada por 24
horas.
*Pesar la muestra de suelo antes y después de colocarla en la estufa.
Reemplazarlos datos en la fórmula:
DATOS
a) Peso del Tarro:D
b) Peso de Suelo + Tarro + Raíces: A
c) Peso de Suelo Seco:B
d) Peso de la parte aérea de la planta:C
CÁLCULOS DEL PUNTO DE MARCHITEZ PERMANENTE DE LA PRIMERA Y
SEGUNDA CAPA DE LAS CALICATAS.
PRIMERA CALICATA
CAPA N°01: Suelo franco arcilloso arenoso
a) Peso del Tarro (D): 83.78gr
b) Peso de Suelo + Tarro + Raíces (A): 765.42gr
c) Peso de Suelo Seco (B): 701.48gr
d) Peso de la parte aérea de la planta (C): 0.15gr.
CAPA N°02: Suelo Franco Arenoso
a) Peso del Tarro (D): 71.82gr
b) Peso de Suelo + Tarro + Raíces (A): 837.05gr
c) Peso de Suelo Seco (B): 789.73gr
d) Peso de la parte aérea de la planta (C): 0.18gr.
SEGUNDA CALICATA
CAPA N°01: Suelo Arcilloso
a) Peso del Tarro (D): 80.91gr
b) Peso de Suelo + Tarro + Raíces (A): 852.19 gr
c) Peso de Suelo Seco (B): 749.24 gr
d) Peso de la parte aérea de la planta (C): 0.25 gr.
CAPA N°02: Suelo Arenoso
a) Peso del Tarro (D): 75.47 gr
b) Peso de Suelo + Tarro + Raíces (A): 745.17 gr
c) Peso de Suelo Seco (B): 719.34 gr
d) Peso de la parte aérea de la planta (C): 0.21 gr.
TERCERA CALICATA
CAPA N°01: Suelo arcilloso limoso
a) Peso del Tarro (D): 74.32 gr
b) Peso de Suelo + Tarro + Raíces (A): 897.02 gr
c) Peso de Suelo Seco (B): 763.26 gr
d) Peso de la parte aérea de la planta (C): 0.28 gr.
CAPA N°02: Suelo arenoso
a) Peso del Tarro (D): 82.42 gr
b) Peso de Suelo + Tarro + Raíces (A): 807.64 gr
c) Peso de Suelo Seco (B): 773.35 gr
d) Peso de la parte aérea de la planta (C): 0.23 gr.
PRIMERA CALICATA
CAPA N°01: Suelo franco arcilloso arenoso
a) CC: Capacidad de campo=19.45%
b) PMP: Punto de marchitez permanente=10.34%
TERCERA CALICATA
CAPA N°01: Suelo arcilloso limoso
a) CC: Capacidad de campo=37.79%
b) PMP: Punto de marchitez permanente=19.39%
Donde:
Vw es el volumen de agua en la muestra de suelo (cm3 ) el cual es
numéricamente igual a la masa de agua debido a que la densidad del agua Pw es
aproximadamente 1.0 gm/cm³
Vb es el volumen total de la muestra (cm3 ) .
Cuando el peso volumétrico de la masa de suelo seco, ~b (gm/cm\ es conocido y
con la densidad del agua considerada como 1.0 gm/cm , resulta una relación muy
útil:
Finalmente se anota que las muestras no deben perder agua entre el tiempo de
tomarlas y el pesaje para así obtener datos de campo correctos. Las latas usadas
en la toma de muestras no deben permitir la entrada de aire y deben ser pesadas
tan pronto como sea posible. Algunas veces es necesario ponerles una cinta
adhesiva a las latas para impedir la entrada de aire.
Después que la muestra es secada al horno, regularmente se deja enfriar antes de
pesar en la atmósfera seca de un desecador o con la tapa del envase puesta. Sin
embargo, si se pesa la muestra seca aún caliente no se afectaría
significativamente la utilidad de los resultados para los propósitos de manejo de
riego.
Métodos basados en equipos
La presión capilar del agua en el suelo indica la fuerza que debe ser ejercida para
extraer el agua del suelo. Así ésta constituye un buen indicador de la
disponibilidad de agua para las plantas. Hay una relación definida entre el agua
del suelo y la tensión capilar para un suelo determinado (Véase Figura 18); de tal
modo, que la medición de la tensión capilar o tensión de humedad del suelo
puedepermitir la determinación de las deficiencias de humedad y requerimientos
de riego.
Para determinar el potencial mátrico del suelo se utilizan distintos aparatos,
ninguno de los cuales lo mide directamente, siendo preciso efectuar algunas
correcciones a las lecturas directas. Entre estos aparatos los de más frecuente
uso son:
• Tensiómetros, que miden la suma del potencial mátrico y el gravitacional.
• Bloques de Yeso y Sicrómetros de Termopar que miden, la suma del potencial
mátrico y el osmótico.
Figura 18. Relación entre el agua del suelo y la tensión capilar para un suelo
determinado
2.3.3.1 El Tensiómetro
El tensiómetro es un aparato que responde a los cambios en la t~msión del agua
en el suelo (es decir determina los cambios en el contenido de humedad del
suelo). Como el agua del suelo se agota por acción de las raíces o es renovada
mediante el agua lluvia o los sistemas de riego, las lecturas sobre el tensiómetro
indicarán los cambios que se sucedan.
- Principio de funcionamiento
La tensión de agua del suelo es un indicador del estado de humedad del suelo, y
se basa en las características termodinámicas del agua.
El principio de funcionamiento del tensiómetro (Véase Figura 19) está relacionado
con la fuerza de succión que presenta el suelo por el agua y esto ha hecho que
este equipo sea ampliamente usado para medir el potencial mátrico del suelo.
Existen varios modelos de tensiómetros que más adelante se presentan; pero el
principio de su funcionamiento es similar, y ellos comprenden tres componentes
principales:
• El cuerpo del tensiómetro, lleno de agua libre de aire y cerrado herméticamentea
la entrada de aire desde el exterior.
• Una cápsula porosa de cerámica al extremo inferior del instrumento, que es la
que se empotra en el suelo, y a través de la cual el agua puede entrar alsistema o
salir del mismo cuando es ejercida sobre la misma una succión determinada. La
cápsula de cerámica tiene una propiedad importante: cuando está humedad
impide la entrada de agua al sistema.
• Un instrumento de medida de la tensión del agua, la cual puede hacerse según
dos métodos:
Por cambios en la altura del mercurio en un tubo capilar (manómetro mercurial)
- Utilizando un reloj de vacío (vacuómetro).
En sintesís, un tensiómetro consiste de una cápsula de cerámica porosa, con un
tubo conector hermético que lleva al instrumento de medición de presión que es
generalmente un medidor de vacío o un manómetro. El tubo que conecta la
cápsula de cerámica con el medidor está lleno de agua. La cápsula de cerámica
debe estar saturada y hacer un buen contacto con el suelo en el cual se pretende
medir la humedad.
Métodos indirectos:
¿Qué es un tensiómetro?
El tensiómetro es un instrumento que se utiliza para determinar la frecuencia de
riego, basado en la medición del potencial matricial del agua en el suelo, o en
términos simples el esfuerzo que realizan las raíces del cultivo para extraer del
suelo la humedad que necesita. De modo que el instrumento actúa como una raíz
artificial.
¿Cómo funciona?
Consiste en una capsula permeable y porosa de cerámica conectada a un por un
tubo hermético a un manómetro, u otro medidor de presión (figura 1). El rango de
presión del instrumento se mide generalmente en centibares (0 a los 100 cb).
Sonda de Capacitancia
¿Qué es un Sonda FDR?
Sonda que mide la constante dieléctrica del suelo, la cual varía en función del
contenido de agua de este.
¿Cómo funciona?
Genera un shock de ondas electromagnéticas que va a ser conducido por un
material, la capacidad de conducir estas ondas se conoce como constate
dieléctrica. De esta forma un suelo seco es del orden de 4 -10, mientras que el
agua pura 80.
Esta sonda no nos dice directamente el contenido de agua en el suelo, para
aquello hay que calibrarlas ( los fabricantes incluyen una calibración estándar,
aunque se recomienda hacer una de acuerdo a las características específicas de
suelo del lugar)
Aspersor de neutrones
¿Qué es un Aspersor de neutrones?
Aparato que mide el contenido de agua en el suelo basado en el principio de que
la cantidad de neutrones termalizados esta directamente relacionado con el
contenido de agua del suelo.
¿Cómo funciona?
- El número de neutrones lentos es detectados es proporcional al número de
colisiones entre neutrones y núcleos de hidrógeno, los cuales reflejan el contenido
de agua en el suelo a través de una curva de calibración.
- Los neutrones rápidos son emitidos desde una fuente en un tubo, instalado en el
suelo, los neutrones lentos son contabilizados por un detector.
- En la mayoría de los casos, el la cantidad de hidrógeno es asociada al agua del
suelo, aunque en suelo de alta materia orgánica o densamente enraizados esto no
sucede.
Química.
Química del suelo.
El suelo es un sistema complejo formado por partículas solidas orgánicas e
inorgánicas, aire, agua y microorganismos. Estos elementos conocidos como
fases gozan de gran interacción, debida a la enorme cantidad de reacciones
químicas que sufren, por ejemplo: aire y agua intemperizan las partículas sólidas,
y los microorganismos se encargan de catalizar estas reacciones.
La ciencia que estudia las propiedades químicas del suelo y de sus componentes
orgánicos e inorgánicos, así como los fenómenos a que da lugar la mezcla de
éstos, se define como química del suelo; es de primordial importancia mencionar
que dicha ciencia se encuentra estrechamente relacionada con algunas disciplinas
de la ciencia del suelo, tales como: la química de los coloides, la fertilidad, la
mineralogía y la microbiología del suelo:
La fertilidad considera al suelo como un medio que permite el crecimiento de las
plantas; la mineralogía, por su parte, determina la estructura química de la fase
solida, mientras que la microbiología estudia las reacciones bioquímicas que
ocurren en el suelo. Tal subdivisión es fundamental para un estudio completo del
suelo.
La química se encarga de analizar los elementos acumulados en el complejo del
suelo, necesarios para el desarrollo de las plantas. La química de los elementos
implica, tanto el estudio del origen de las cargas en los coloides como los
fenómenos de adsorción y el equilibrio dinámico del suelo.
Con base en la información sobre la composición, propiedades y reacciones
químicas que ocurre en el suelo se pueden aclarar problemas relacionados con la
fertilidad y la nutrición vegetal. Los resultados de los análisis químicos permiten
clasificar a los suelos en sus diferentes grupos y servir como base en la
planificación del desarrollo agrícola, ganadero y forestal.
En esta obra se encuentran los aspectos fundamentales de la composición, la
función y las propiedades del suelo. El lector obtendrá conocimientos básicos
acerca de los elementos que componen el suelo: partículas orgánicas e
inorgánicas, aire, agua y microorganismos. Así mismo, conocerá cada una de las
disciplinas encargadas de estudiar a los mismos, tales como la microbiología, la
mineralogía, la química de los coloides y la fertilidad.
Esta es, sin duda, una obra completa e interesante, dirigida a todos los estudiosos
de este elemento indispensable para la vida: el suelo.
Contenido: Perspectiva histórica, Composición de los suelos, constituyentes
minerales, componentes orgánicos del suelo, coloides del suelo, fenómeno de
intercambio iónico en el suelo, Reacción del suelo.
Las propiedades químicas del suelo varían con el tiempo
La meteorización del material de partida por el agua determina, en gran medida, la
composición química del suelo que por último se ha producido. Algunas sustancias
químicas se Hxivian* en las capas inferiores del suelo donde se acumulan,
mientras que otras sustancias químicas, que son menos solubles, quedan en las
capas superiores del suelo. Las sustancias químicas que se eliminan con más
rapidez son los cloruros y los sulfatos, a los que siguen el calcio, el sodio, el
magnesio y el potasio.
Los silicatos y los óxidos del hierro y el aluminio se descomponen con mucha
lentitud y apenas se lixivian*. Cuando algunos de estos productos se ponen en
contacto con el aire del suelo, tienen lugar reacciones químicas como, en
partícular la oxidación, que provoca la formación de sustancias químicas más
solubles o más frágiles que las originales. En consecuencia, se aceleran los
procesos de meteorización, aumenta la lixiviación* de las sustancias químicas y se
producen otros cambios en la composición química del suelo.
Cuando los suelos anegados que contienen sulfuros ferruginosos (piritas) se
exponen al aire, como por ejemplo, durante la construcción de estanques, éstos
pueden convertirse en suelos ácido-sulfáticos de agua dulce (véase la Sección
1.8), lo que provoca la oxidación de las piritas y la acidificación del suelo. El agua
del estanque puede entonces hacerse demasiado ácida para la piscicultura (véase
la Sección 4.2).
El aire presente en el suelo contiene también dióxido de carbono. Al combinarse
con agua, ese gas puede formar un ácido débil (ácido carbónico) que reacciona
con algunas de las sustancias químicas del suelo para formar otras.
Capacidad de intercambio catiónico.
Esta propiedad química del suelo se refiere a la cantidad total de cargas negativas
que están disponibles sobre la superficie de las partículas en el suelo. También se
puede definir como el número total de cationes intercambiables que un suelo en
particular puede o es capaz de retener (cantidad total de carga negativa).Conocer
la Capacidad de Intercambio Catiónico (CIC) de un suelo es fundamental, pues
este valor nos indica el potencial de un suelo para retener e intercambiar
nutrientes. Además la CIC afecta directamente la cantidad y frecuencia de
aplicación de fertilizantes. La mayor influencia sobre la CIC viene de las arcillas
del suelo y de la materia orgánica. La arcilla tiene una capacidad de 10-150
cmol(+)/kg, mientras que la materia orgánica tiene una capacidad de 200-400
cmol(+)/kg, es decir la materia orgánica tiene más alta CIC. Los cmol(+)/kg =
meq/100g. Los aportes de materia orgánica además de provocar un incremento en
la CIC, también mejoran las propiedades físicas del suelo, incrementa la
infiltración de agua, mejora la estructura del suelo, provee de nutrimentos a la
planta y disminuye las pérdidas por erosión. Por otro lado los aninones en el suelo,
tienen un comportamiento muy distinto
a los cationes. El fosfato es retenido
fuertemente debido a la formación
rápida de compuestos insolubles. El
sulfato es retenido débilmente. El
nitrato y el cloruro no son retenidos en
el suelo y se mueven libremente con el
agua del suelo.
La CIC en diferentes suelos Por lo general, los suelos con alta CIC, son aquellos
con altos contenidos de arcilla y/o materia orgánica. La alta CIC les brinda mayor
capacidad para retener nutrientes, eso normalmente los hace más fértiles. En el
cuadro 1 se pueden apreciar las CIC para diferentes tipos de arcillas, comparadas
con la materia orgánica y para diferentes texturas del suelo.
Los terrenos cultivados gastan lentamente sus nutrientes y están más expuestos a
la pérdida de suelo. El suelo arado opone menos resistencia a ser arrastrado por
el agua y el viento. La erosión se intensifica en terrenos en pendiente y no
protegidos por cortinas rompevientos y setos vivos, formados por árboles y
arbustos.
Además, el producto de la cosecha se usa como alimento o como materia prima
para algunas industrias y no regresa al suelo para enriquecerlo. Si no actuamos
para reponer la fertilidad perdida, después de varios años de cultivo continuo la
tierra se agota. Por eso debemos cuidar el suelo que cultivamos, incorporando
abono y materia orgánica.
Si queremos sostener nuestro productividad, base de nuestro desarrollo, debemos
proteger el suelo. Su degradación tiene numerosas causas, pero las que agotan
rápidamente la tierra son la erosión, la contaminación, la sobreexplotación de los
pastos y la destrucción de los bosques.
La erosión
El suelo que utilizamos para la agricultura es una capa delgada que descansa
sobre una base de rocas. Esta capa necesitó muchos siglos para formarse, pero
puede ser destruida en pocos años si no se la usa con cuidado. Los suelos que se
originan a partir de la roca madre crecen un centímetro en un período que puede
durar varios cientos de años. Sin embargo, los terrenos pueden degradarse con
rapidez, volviéndose estériles.
Además, sólo el 12% de la superficie de la tierra es fácilmente cultivable. Son más
abundantes las zonas difíciles de trabajar. Los obstáculos posibles son varios:
sequía por falta de lluvia, temperaturas muy bajas, suelos no fértiles por carencia
de nutrientes minerales o por contener exceso de sal, terrenos siempre cubiertos
de nieve o hielo o con pendiente muy acentuada.
Varios peligros amenazan el suelo: la pérdida de fertilidad, la contaminación y la
desaparición del suelo mismo debido a la erosión. Muchas veces la pérdida de
fertilidad o la contaminación acaban con la vegetación y el suelo desprotegido se
erosiona rápidamente. Así, estos efectos se producen en la misma zona, uno
después de otro.
La pérdida de fertilidad y la contaminación se deben a cambios en la composición
del suelo. Sabemos que para crecer la vegetación necesita nutrientes de los que
se alimenta. Y que existen sustancias que son tóxicas para las plantas, que actúan
como verdaderos venenos.
Las plantas absorben por las raíces determinados elementos,
imprescindibles para su desarrollo, especialmente nitrógeno, fósforo,
potasio, magnesio y calcio. Estos minerales se reducen con los cultivos. Si
no son reemplazados con el agregado de abono y materia orgánica, la
fertilidad del suelo disminuye hasta agotarse.
La contaminación es otra forma de deterioro del suelo debida a sustancias
químicas dañinas para la vegetación, los animales o para la salud humana.
Puede estar causada por el agua de riego contaminada por letrinas y pozos
negros o por desechos mineros o industriales. También contaminan ciertos
insecticidas y herbicidas, que destruyen especies no nocivas e incluso
perjudican la salud de las personas.
Se llama erosión al desgaste, arrastre y pérdida de partículas de suelo. Se
produce por acción del agua y del viento sobre zonas no protegidas:
Las gotas de lluvia caen con fuerza sobre el suelo deshaciendo
progresivamente su estructura. El agua, al escurrirse, quita partículas y
nutrientes al suelo y los transporta a las zonas bajas. Los arroyos y ríos
arrancan la tierra de las riberas. El material arrastrado se sedimenta y
rellena cauces y embalses, aumentando la probabilidad de inundaciones.
El viento también arrastra partículas de tierra fértil, especialmente cuando
está recién removida o en los períodos de sequía, produciendo en algunos
lugares verdaderas tormentas de polvo.
El suelo se mantiene debido a la capa de vegetación que lo cubre. Las hojas
atenúan el impacto de la lluvia, del calor del sol y de los vientos fuertes sobre el
suelo y las raíces ayudan a sostenerlo. El follaje que cae forma una capa de
protección, y contribuye a la formación del humus.
Al disminuir la vegetación, disminuye el aporte de materia orgánica y la densidad
de las raíces que ayudan a sujetar el suelo. Desciende la actividad de los
microorganismos y el suelo pierde fertilidad. Asimismo, pierde porosidad y
estructura, haciéndose más erosionable.
En resumen, cuando el suelo se empobrece y se reduce la vegetación que crece
en él y ayuda a fijarlo, aumenta la erosión causada por la lluvia y el viento.
Otras causas que aceleran la erosión son la destrucción de los bosques, la
labranza inapropiada y el pisoteo excesivo del ganado sobre un suelo limitado
(sobrepastoreo).
El arrastre de la capa fértil es mayor con las lluvias intensas y en las laderas no
protegidas. El agua no alcanza a infiltrarse y fluye por la superficie cargada de
partículas de tierra. Luego se concentra en chorros que cavan surcos de pocos
centímetros de profundidad, en los que el líquido corre a mayor velocidad. En esta
etapa la erosión ya causa graves daños, pero puede ser detenida con barreras de
piedras, cultivando en andenes perpendiculares a la pendiente, sembrando pastos
que cubran el suelo y construyendo zanjas de escurrimiento.
¿Qué debemos hacer para conservar el suelo y mantener su fertilidad?
La cantidad de tierra que disponemos para cultivar es escasa y debe ser usada
cuidadosamente y aplicando medidas de conservación apropiadas.
Un adecuado manejo del suelo ayuda a mantenerlo, restaurarlo y a mejorar su
calidad. Para asegurarnos buenas cosechas durante muchos años, es importante
que sepamos qué es y cómo se produce la erosión. Además, debemos conocer y
utilizar técnicas de cultivo que eviten la pérdida de suelo y conserven su fertilidad.
Los métodos usados para prevenir la erosión ayudan a sujetar el suelo,
reduciendo el impacto del agua y del viento para evitar que lo arrastre. La pérdida
de la fertilidad se combate reponiendo en el suelo los nutrientes y la materia
orgánica que los cultivos y la misma erosión se llevan.
La pérdida de suelo es más intensa en zonas en pendiente porque en ellas el
agua corre con más fuerza.
Para impedir que el agua y el viento se lleven partículas de tierra, podemos usar
algunas técnicas que son muy eficaces a pesar de su sencillez. Se trata de
prácticas para conservar el suelo y el agua.
Cuando cultivamos suelos de laderas, hay que realizar las operaciones de
cultivo en sentido perpendicular a la pendiente o en curvas de nivel. De esta
manera, cada surco actúa como una barrera que frena el movimiento del
agua.
La cobertura vegetal (pastos tupidos, residuos de cosecha), además de
enriquecer el suelo, ayuda a protegerlo contra la erosión, especialmente en
la época de lluvias.
Asimismo, la utilización del rastrojo como cobertura ayuda a controlar las
malezas y aumenta la materia orgánica y la fertilidad.
Para defender al suelo de la erosión provocada por el viento y la lluvia es
necesario usar barreras. Pueden ser barreras vivas, formadas por franjas
de árboles y arbustos de hojas perennes y crecimiento denso, transversales
a la dirección del viento y a la pendiente del terreno.
Las zanjas y acequias permiten capturar el agua de escorrentía, que puede
ser acumulada allí (surcos de infiltración), o puede ser llevada fuera del
terreno (zanjas de drenaje y canales de desviación) hacia tanques para
almacenarla.
Las terrazas o andenes: hay terrenos de pendiente muy acentuada, y en
ellos la construcción de terrazas ayuda a que el agua se absorba, evitando
que arrastre el suelo y lo erosione. Además se obtienen superficies planas y
más profundas, lo que permite sembrar diversos cultivos. Pueden
construirse pequeñas terrazas individuales y circulares, en las que se
planta, generalmente, un frutal.
La labranza mínima limita la roturación del suelo a los surcos donde se va a
sembrar. El resto del terreno queda sin tocar. Este tipo de labranza permite
mantener la estructura del suelo, disminuyendo el arrastre ocasionado por
la lluvia y el viento.
El control de cárcavas: las cárcavas son zanjas causadas por el agua, que
socava el suelo y se lo lleva. Dificultan la agricultura y tienden a
agrandarse, aumentando la erosión y los desmoronamientos de tierra. Para
controlarlas, hay que detener el flujo de agua que las forma. Después hay
que intentar su recuperación, construyendo muros de piedras dentro de la
cárcava para que se acumule tierra.
Es importante evitar el sobrepastoreo. Cuando se concentra el ganado, el
pisoteo constante compacta el suelo. Al alimentarse selectivamente de los
pastos que prefieren, estos desaparecen poco a poco.
Enmienda.
La función principal atribuida a las enmiendas orgánicas es el aporte de materia
orgánica al suelo, con el fin de generar humus para mejorar la fertilidad del suelo.
La normativa reguladora de los productos fertilizantes contempla varios tipos de
enmiendas orgánicas para las que, dependiendo de la materia prima utilizada en
su elaboración, se exigen los contenidos mínimos de Materia orgánica total, de
humedad relativa y de Extracto húmico total.
Los tipos de enmiendas pueden ser:
Húmicas, hechas con materia prima Animal o vegetal (turba, lignito o leonardita).
Turba de musgo, realizada con materia prima Musgo, principalmente género
Sphagnum.
Turba herbácea, realizada con materia prima Turberas bajas principalmente
(Carex, Phragmytes…).
Compost, hecho con materia prima Ciertos residuo orgánico biodegrable.
Compost Vegetal, realizado con materia prima Restos Vegetales.
Compost de estiércol, realizado con materia prima Deyecciones de animales.
Vermicompost, procedente de la Digestión por lombrices de materiales
orgánicos, esencialmente estiércol.
Enmienda húmica
Su interés radica en la aportación directa al suelo de compuestos húmicos, que
pueden proceder del proceso de transformación de restos vegetales o animales y
fundamentalmente de materia orgánica de tipo sedimentario como las turbas,
lignitos y leonarditas, ligados al proceso de formación del carbón.
Las sustancias húmicas son compuestos de color amarillento a negro, amorfos,
muy polirizados, con elevado peso molecular y de naturaleza coloidal. Se
clasifican en función de su solubilidad en ácidos y bases, pudiéndose separar en
diversas fracciones húmicas: ácidos húmicos, ácidos fúlvicos y huminas. Los
ácidos húmicos representan la fracción más interesante del humus del suelo,
pudiendo suponer hasta un 80% del mismo.
En este tipo de enmienda debe valorase un buen equilibrio entre los dos tipos de
ácidos, considerándose como idónea una relación de 4 a 1 (80% de húmicos y
20% de fúlvicos).
Las sustancias húmicas inciden de forma beneficiosa en el crecimiento de las
plantas actuando de la siguiente forma:
• Los grupos funcionales ácidos húmicos y fúlvicos que contienen intervienen en
las reacciones de intercambio catiónico de los suelos.
• Interaccionan con las arcillas y estabilizan los agregados del suelo, previniendo
la erosión.
• Tienen un papel importante en la disponibilidad de micronutrientes, puesto que
forman complejos con los metales como el hierro, manganeso, zinc y cobre,
contribuyendo además a mejorar la absorción por las plantas del fósforo,
nitrógeno, potasio, calcio y magnesio.
Turbas
La turba es un material procedente de la degradación bioquímica de materiales
vegetales acumulados en medios anaeróbicos o semi-anaeróbicos (turberas).
Pueden ser de dos tipos según las condiciones de formación, diferenciándose en
turberas bajas o "eutróficas" y turberas altas u "oligotróficas".
Se contemplan en la normativa dos tipos de turbas según las especies vegetales
de que proceden: "Turba herbácea", o turba negra, formada por caña común
(pastos de Phragmytes) y carrizos (género Carex), y la "turba de musgo" o turba
rubia en la que predomina el género Sphagnum.
Las primeras se originan en las turberas bajas que suelen formarse en zonas de
llanura con aguas estancadas, con un gran contenido en materia orgánica. Las
segundas se originan en zonas de gran altitud, frias y de elevadas precipitaciones.
Su interés reside en su elevado contenido de materia orgánica utilizándose para la
recuperación de suelos degradados, como soporte general de suelos, como
materia prima para la fabricación de sustratos y como enmienda orgánica natural
en general.
Compost
Se entiende por compost al producto resultante de un proceso controlado de
descomposición microbiana aeróbica de residuos orgánicos biodegradables.
De forma general en el proceso de compostaje se distinguen dos fases bien
diferenciadas, que se caracterizan por la intensidad de la actividad microbiana.
Una primera fase de actividad intensa (compostaje) y otra en que esta actividad
microbiana se ralentiza como consecuencia del agotamiento del residuo
biodegradable (maduración o estabilización).
Los factores que inciden en el proceso de elaboración del compost y en
consecuencia del producto final, son esencialmente, la naturaleza de los residuos
biodegradables y de los microorganismos, el tamaño de las partículas, la
temperatura y el pH.
Según la procedencia de los residuos utilizados en su fabricación, en la normativa
se contemplan tres tipos de productos, cuyas características físicas y químicas
son diferentes: compost, compost vegetal y compost de estiércol.
Aunque como se ha dicho las características físicas y químicas de estos productos
difieren según el origen de la materia prima utilizada en su fabricación, su interés
reside en su contenido en materia orgánica que con carácter general oscila entre
un 35 y un 45%.
Es importante señalar a la hora de elegir un compost el grado de madurez del
mismo. Un compost inmaduro con una relación C/N superior a 25-30 puede
producir efectos depresivos en las plantas al disminuir el nivel de concentración de
oxigeno en la zona radicular, así como bloquear el nitrógeno
Valores medios de los parámetros agronómicos de un compost:
Conductividad (dS/m) 700-4.000
pH 7-8,5
Humedad % 35-40
Materia orgánica % 35-45
Nitrógeno (N) % 0,5-2,6
Fósforo (P2O5) % 0,3-2,1
Potasio (K2O) % 0,4-1,2
Calcio (CaO) % 5,0-16,0
Magnesio (MgO) % 0,7-2,1
Suelos salinos y sódicos.
El término suelo salino se usa con relación a los suelos que tienen un alto valor de
la conductividad eléctrica en el extracto de saturación, mientras que el termino
suelo sódico se emplea para referirse a suelos que tienen un alto porcentaje de
sodio intercambiable.
Los suelos alcalinos pueden o no contener excesos de sales solubles, los suelos
salinos se encuentran principalmente en zonas de climas áridos a semiáridos.
Esto ocurre no solamente porque hay menos precipitación adecuada para lavar y
transportar las sales, sino también a consecuencia de la elevada evaporación,
característica del clima árido, que tiende a concentrar las sales del suelo, en el
agua superficial.
Las aguas actúan como fuentes de sales, cuando se usan para riego, o cuando el
agua subterránea por efecto de inundaciones, sube hasta muy cerca de la
superficie e inundan tierras bajas.
El drenaje restringido es un factor que frecuentemente contribuye a la salinización.
La baja permeabilidad del suelo es causa del mal drenaje, impidiendo el
movimiento descendente del agua.
La baja permeabilidad puede deberse a texturas o estructuras desfavorables o la
presencia de capas endurecidas impermeables.
SUELOS SALINOS
El término salino se aplica a suelos cuya conductividad del extracto es mayor a 4
mmhos/cm, con un porcentaje de sodio intercambiable menor de 15.
Generalmente el pH es menor a 8,5
SUELOS SODICO-SALINOS
Llamase asi a aquellos suelos cuya conductividad del extracto de saturación es
mayor a 4 mmhos/cm y el porcentaje de sodio intercambiable es mayor de 15
Este tipo de suelos se produce como resultado de procesos combinados de
salinización y acumulación de sodio.
La FAO elaboró un portal sobre biodiversidad del suelo con un elevado contenido
divulgativo. Sin embargo, se encuentra en suahili, para variar. Es cierto que
también ofrecen una versión en castellano sobre los organismos del suelo. Sien
embargo, a penas aporta información, remitiendo inmediatamente al lector a la
página en inglés. Lamentable. O uno es suahileño, o parece que no tenemos
derecho a que ni los organismos internacionales de cooperación incluyan en sus
portales y páginas Web material divulgativo. Esto es prácticamente todo lo que
uno puede encontrar.
Biodiversidad del suelo
La biodiversidad del suelo refleja la variedad de organismos vivos, comprendidos
los innumerables microorganismos invisibles (por ej. bacterias y hongos), la
microfauna (por ej. protozoarios y nemátodos), la mesofauna (por ej. ácaros y
tisanuros) y la macrofauna, mejor conocida (por ej. lombrices y termitas). Las
raíces de las plantas también pueden considerarse organismos del suelo debido a
su relación simbólica e interacción con los demás elementos del suelo. Estos
diversos organismos interactúan entre sí y con las diversas plantas del
ecosistema, formando un complejo sistema de actividad biológica.
Los organismos del suelo aportan una serie de servicios fundamentales para la
sostenibilidad de todos los ecosistemas. Son el principal agente del ciclo de los
nutrientes, regulan la dinámica de la materia orgánica del suelo, la retención del
carbono y la emisión de gases de efecto invernadero, modifican la estructura
material del suelo y los regímenes del agua, mejorando la cantidad y eficacia de la
adquisición de nutrientes de la vegetación y la salud de las plantas. Estos servicios
no sólo son decisivos para el funcionamiento de los ecosistemas naturales, sino
que constituyen un importante recurso para la gestión sostenible de los sistemas
agrícolas.
En consecuencia, me he visto obligado a traducir la siguiente tabla, con vistas a
que los más jóvenes o los ciudadanos no versados en el tema, podía alcanzar una
imagen breve y precisa de las funciones que desempeña la biota en el suelo.
Figuras geométricas.
Polígonos.
Triángulos.
Cuadriláteros.
Figuras geométricas.
Pentágono.
Hexágono.
Figuras geométricas.
Hexágono.
Octágono.
Circunferencia y elipse.
Circunferencia y elipse.
Sistemas de proyección.
Proyecciones ortogonales. Dos dimensiones,
Vista superior. Vista frontal. Vista lateral. (planta, elevación y perfil) de un objeto.