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El agua del suelo.

Estado energético del suelo.


El concepto de estado energético es tan importante o más que la cantidad de agua
del suelo, pues predice el comportamiento, ya que el movimiento del agua está
regulado por su energía.
El agua en el suelo tiene varias energías y su medida se expresa en unidades de
potencial (energía por unidad de masa). Los tipos de energía más importantes
son: energía potencial (es la que tiene un cuerpo por su posición en un campo de
fuerza), energía gravitacional (es la que tiene un cuerpo en función de su posición
en el campo gravitacional), energía cinética (debida al movimiento; despreciable
en nuestro caso dada la lenta circulación del agua en el suelo), energía calorífica,
energía química, energía atómica, energía eléctrica... La energía libre será la
suma de todas estas energías.
E. libre = Ep + Eg + Ec + Ecal + Eq + Ea + Ee +..
Como resultado de esa energía un cuerpo se puede desplazar o quedar en
reposo. El grado de energía de una sustancia representa una medida de la
tendencia al cambio de ese cuerpo. Las sustancias sufren cambios para liberar y
disminuir su energía, es decir el agua del suelo se mueve de las zonas de más
alto potencial a las de valor más bajo.
En realidad para el agua del suelo son sólo dos las enregía importantes, la
potencial y la gravitacional. Al conjunto de fuerzas que retienen el agua del suelo
se llama potencial de succión. Tiene un sentido negativo y es el responsable de
las fuerzas de retención del agua dentro del suelo, es igual al potencial matricial
más el osmótico. Frente a él está el potencial gravitacional que tiene un signo
positivo y tiende a desplazar el agua a capas cada vez más profundas.
Cuando el potencial de succión es mayor que el potencial gravitacional, el agua
queda retenida en los poros, y cuando el potencial de succión es menor que el
gravitacional, el agua se desplaza hacia abajo.
Potencial matricial es debido a dos fuerzas, adsorción y capilaridad.
El agua del suelo está sometida a fuerzas de adhesión o también llamada
adsorción (fuerzas de atracción debidas a la adsorción en la superficie de dos
sustancias de distinta composición; unión agua-suelo) y fuerzas de cohesión
(atracción entre dos partículas adyacentes de un mismos material; unión de las
moléculas del agua entre sí). Otra propiedad importante es la tensión superficial
que se desarrolla en la interfase entre el agua y el aire y es el resultado de la
mayor intensidad entre las fuerzas de unión entre las partículas del agua
(cohesión) que entre las partículas del agua y las del aire.
La atracción por adsorción se origina como consecuencia de que la superficie de
las partículas de los sólidos se encuentran descompensadas eléctricamente. Las
moléculas del agua actúan como dipolos y son atraídas por fuerzas electrostáticas
sobre la superficie de las partículas de los constituyentes del suelo. Como
consecuencia de estas fuerzas de adsorción se origina la adhesión de una capa
de moléculas de agua a la superficie de las partículas del suelo.

Por otra parte en los microporos del suelo queda retenida el agua por fuerzas
capilares.
Para el agua del suelo la capilaridad es una propiedad que le confiere la
capacidad de subir por los tubos capilares (<1mm). Depende de su tensión
superficial la cual, a su vez, está regulada por las fuerzas de adhesión y ls fuerzas
de cohesión.
Las moléculas de agua son atraídas por los lados del tubo de vidrio (adhesión) y
comienzan a extenderse a lo largo de las paredes. Al mismo tiempo, las moléculas
del agua se atraen entresí (cohesión) con una fuerza mayor que la que las une al
aire manteniéndose por tanto juntas y creando una tensión superficial que curva la
superficie formando un menisco en la interfase agua-aire. Como resultado de la
adhesión de las moléculas del agua con las paredes del tubo la presión es más
baja debajo del menisco (P2 en la figura) que por encima (P1) lo que permite que
el agua libre (P1) suba por el tubo hasta que el peso de la columna de agua llegue
a compensar el déficit de presión (P2=P1).
Como es lógico, cuanto más pequeño es el diámetro del tubo capilar mayor será la
presión capilar y la altura alcanzada. La altura alcanzada por el agua en el tubo es
inversamente proporcional al diámetro del tubo.
Potencial osmótico es debido a las sales y por tanto sólo es importante para los suelos salinos.
Cuando se ponen en contacto dos líquidos de diferente concentración la disolución más
concentrada atrae al agua para diluirse. Sólo es importante en el caso de suelos salinos.

Clases de agua del suelo.

El agua en el suelo se halla en tres formas: gravitacional, capilar y


higroscópica [2], [3].

 Agua gravitacional: Es el agua que se que se introduce y fluye a


través del suelo por efecto de las fuerzas gravitatorias.
 Agua capilar: Es el agua que se mantiene por tensión superficial
sobre las superficies de las partículas y agregados del suelo, y
rellenando huecos y poros capilares interpartículas. EL agua capilar
engrosa la lámina de agua higroscópica a la que se une y rodea.
Dentro de ella distinguimos el agua capilar absorbible y la no
absorbible.

 Agua capilar no absorbible. Se introduce en los tubos capilares más


pequeños <0.2 micras. Está fuertemente retenida y no es absorbible por las
plantas; la fuerza de succión es de 31-15 atmósferas.
 Agua capilar absorbible. Es la que se encuentra en tubos capilares de 0.2-8
micras. Es un agua absorbible por las plantas. Es un agua útil para la
vegetación, constituye la reserva durante los períodos secos. La fuerza de
retención varía entre 15 a 1 atmósferas.

 Agua higroscópica: Es el agua se mantiene fuertemente


adherida a las partículas por fuerzas de adhesión de origen
molecular. Forma una lámina alrededor de las partículas, cuyo
espesor es de unas decenas de moléculas de agua.

Coeficientes hídricos del suelo.


Con el propósito de conocer la disponibilidad de agua en el suelo, es necesario
establecer límites de contenido de humedad los que son definidos por la textura y
conocidos como coeficientes o parámetros hídricos.
Los valores más importantes que entran en juego en la relación SUELO-AGUA-
PLANTA son:
Capacidad de campo.
- Es el contenido de humedad o la máxima capacidad de agua que puede
almacenar un suelo en condiciones de campo, contra la fuerza de gravedad. Se
presenta dos a cuatro días después de una lluvia fuerte o un riego abundante y de
que ha drenado el agua gravitacional. Depende de la textura, contenido de materia
orgánica y compactación del suelo.
Un suelo arcilloso a capacidad de campo retiene el agua a una tensión de 1/3 de
atmósfera, mientras que un suelo arenoso la retiene a 1/10 de atmósfera. Esto
significa que un suelo arcilloso retendrá más agua que uno arenoso, pero a
tensiones tan altas que las plantas en crecimiento pueden llegar a marchitarse.
- Para determinar la Capacidad de campo se recomienda un método rápido y
bastante aproximada al de laboratorio, el método del alcohol, que consiste en
recoger la muestra de suelo, pesarla, agregar ¼ litro de alcohol por kilogramo de
suelo, encender y quemar la muestra hasta que se evapore el agua, pesar la
muestra de nuevo y aplicar la siguiente fórmula:

- Para nuestros cálculos de laboratorio hemos considerado un método diferente al


del anterior:
¿Como hallar la capacidad del campo?
Objetivo:
Hallar una de las características físicas del suelo que está directamente
relacionado con el riego, siendo básica para la comprensión de los conceptos
fundamentales del manejo del agua.
- Entender la relación suelo-agua, determinando la capacidad del suelo como
reservorio de agua.
Materiales:
- Muestra de suelo, aproximadamente 500 gramos.
- Tarro o recipiente que pueda contener la muestra de suelo.
- Balanza.
- Agua.
Procedimiento:
(1) Hacer agujeros pequeños en la parte inferior de un recipiente de lata, el cual
va a contener la muestra de suelo. Los agujeros se harán de adentro hacia afuera,
como lo muestra la fotografía N°1.

(2) Una vez listo el recipiente, colocar dentro de él la muestra de suelo, sin que el
suelo llene completamente la lata, puesto que posteriormente se invertirá cierta
cantidad de agua.

(3) Esperar hasta el momento en que caiga por la fuerza de gravedad, la última
gota de agua por los agujeros de la lata, es decir hasta que el suelo esté en su
capacidad de campo o máxima capacidad de retención de humedad.
(4) Tomar la muestra de suelo, colocarla en la estufa para ser secada por 24
horas.
*Pesar la muestra de suelo antes y después de colocarla en la estufa.
Reemplazarlos datos en la fórmula:

a) PSH: Peso del suelo húmedo


b) PSS: Peso del suelo seco
CÁLCULOS DE LA CAPACIDAD DE CAMPO DE LA PRIMERA Y SEGUNDA
CAPA DE LAS CALICATAS
PRIMERA CALICATA CAPA N°01: Suelo franco arcilloso arenoso
a) PSS: Peso del suelo seco=406.42gr b)
PSH: Peso del suelo húmedo=485.48gr

CAPA N°02: Suelo Franco Arenoso


a) PSS: Peso del suelo seco=361.74gr
b)PSH: Peso del suelo húmedo=410.52gr
SEGUNDA CALICATA
CAPA N°01: Suelo Arcilloso
a) PSS: Peso del suelo seco= 357.68gr
b) PSH: Peso del suelo húmedo= 478.66gr

CAPA N°02: Suelo Arenoso


a) PSS: Peso del suelo seco= 429.33gr
b) PSH: Peso del suelo húmedo= 463.68gr
TERCERA CALICATA
CAPA N°01: Suelo Arcilloso Limoso
a) PSS: Peso del suelo seco= 574.94gr
b) PSH: Peso del suelo húmedo= 417.23gr

CAPA N°02: Suelo Arenoso


a) PSS: Peso del suelo seco= 433.31gr
b) PSH: Peso del suelo húmedo= 474.13gr
PUNTO DE MARCHIITEZ PERMMANENTE (PMP)
1. Para uso agronómico, las constantes hídricas más utilizadas son Capacidad de
Campo y Punto de Marchitez Permanente, las cuales están relacionadas con
ciertos niveles de energía del agua en el suelo y corresponden a % de humedad
del suelo, que son características para cada suelo

2. El punto de marchitez permanente (PMP) es el potencial hídrico por el cual la


planta ya no puede absorber más agua del suelo ya que: suelo raíces. La
capacidad de campo (CC) es el del suelo cuando está en capacidad de campo,
que es el contenido de agua que puede contener el suelo cuando ha perdido toda
su agua gravitacional y sólo se queda con el agua capilar, que es la útil para las
plantas.
3. El agua útil para la planta es el agua comprendida entre PMP Y CC,
observamos así que el agua útil es un 9-10% de la humedad para suelos
arenosos, para el limo es el el 12-22%, y para los suelos arcillosos es también
superior el % en peso de agua útil. El agua útil en suelo arcilloso se da en mayor
% que en suelo arenoso y limo.
¿CÓMO HALLAR EL PUNTO DE MARCHITEZ PERMANENTE?
Objetivo:
- Constatar la parte teórica de los coeficientes hídricos con la práctica de
laboratorio.
- Comprender el PMP, para orientar un buen uso del agua, partiendo del suelo
como unidad básica de apoyo para el desarrollo de los cultivos.
Materiales:
- Muestra de suelo.
- Tarro o recipiente que pueda contener la muestra de suelo.
- Balanza.
- Semillas de girasol.
Procedimiento:
(1) Para hallar el punto de marchitez permanente de las texturas de los suelos de
las primeras dos capas de la calicata, se tuvo en un primer momento que realizar
la siembra de la semilla de girasol.

2) La germinación de las semillas de girasol se da en un tiempo determinado, esto


depende de la textura del suelo, de los nutrientes de la planta, de la aireación, de
la entrada solar, de la cantidad de agua útil para la planta, etc.
(3) Al momento de germinar las diferentes semillas, crecen plantas de distintos
tamaños, pero solo se quedará la de mejores condiciones para ser empleada en la
segunda parte del experimento, las restantes serán cortadas al ras de la superficie
del suelo. La planta a trabajar tendrá 4 hojas.

(4) A partir de este momento se dejará de abastecer a la planta de agua, de tal


manera que se pueda obtener el Punto de Marchitez Temporal, esta fase de
marchitamiento de la planta ha durado aproximadamente tres días después del
último riego.

(5) Después de darse el PMT, se empieza, con la recuperación de la planta, para


ello se le ha colocado una cubierta (balde), con una rejilla por la parte de abajo y
un depósito con agua, de tal manera que la planta pueda absorber por las noches
la humedad que requiere para su recuperación, a este se le denomina Cámara
Húmeda. Este proceso se repite las veces necesarias hasta que la planta ya no se
vuelva a recuperar y llegue al Punto de Marchitez Permanente, en esta parte de
la experimentación empezaremos a realizar nuestros cálculos.
(6) Para poder desarrollar los datos de Punto de Marchitez Permanente, se
necesita pesar el tarro vacío, el tarro con suelo y raíces de la planta, el suelo seco,
y la parte aérea de la planta, para lo es necesario cortar la planta de girasol hasta
el ras de la superficie de suelo. Reemplazar los valores obtenidos en la siguiente
fórmula:

DATOS
a) Peso del Tarro:D
b) Peso de Suelo + Tarro + Raíces: A
c) Peso de Suelo Seco:B
d) Peso de la parte aérea de la planta:C
CÁLCULOS DEL PUNTO DE MARCHITEZ PERMANENTE DE LA PRIMERA Y
SEGUNDA CAPA DE LAS CALICATAS.
PRIMERA CALICATA
CAPA N°01: Suelo franco arcilloso arenoso
a) Peso del Tarro (D): 83.78gr
b) Peso de Suelo + Tarro + Raíces (A): 765.42gr
c) Peso de Suelo Seco (B): 701.48gr
d) Peso de la parte aérea de la planta (C): 0.15gr.
CAPA N°02: Suelo Franco Arenoso
a) Peso del Tarro (D): 71.82gr
b) Peso de Suelo + Tarro + Raíces (A): 837.05gr
c) Peso de Suelo Seco (B): 789.73gr
d) Peso de la parte aérea de la planta (C): 0.18gr.

SEGUNDA CALICATA
CAPA N°01: Suelo Arcilloso
a) Peso del Tarro (D): 80.91gr
b) Peso de Suelo + Tarro + Raíces (A): 852.19 gr
c) Peso de Suelo Seco (B): 749.24 gr
d) Peso de la parte aérea de la planta (C): 0.25 gr.
CAPA N°02: Suelo Arenoso
a) Peso del Tarro (D): 75.47 gr
b) Peso de Suelo + Tarro + Raíces (A): 745.17 gr
c) Peso de Suelo Seco (B): 719.34 gr
d) Peso de la parte aérea de la planta (C): 0.21 gr.

TERCERA CALICATA
CAPA N°01: Suelo arcilloso limoso
a) Peso del Tarro (D): 74.32 gr
b) Peso de Suelo + Tarro + Raíces (A): 897.02 gr
c) Peso de Suelo Seco (B): 763.26 gr
d) Peso de la parte aérea de la planta (C): 0.28 gr.
CAPA N°02: Suelo arenoso
a) Peso del Tarro (D): 82.42 gr
b) Peso de Suelo + Tarro + Raíces (A): 807.64 gr
c) Peso de Suelo Seco (B): 773.35 gr
d) Peso de la parte aérea de la planta (C): 0.23 gr.

AGUA APROVECHABLE (AA)


-Se refiere al agua disponible en el suelo para el crecimiento de la planta. Es la
cantidad de agua retenida en el suelo entre los valores de capacidad de campo y
de punto de marchitez permanente. Este valor constituye a campo, una importante
característica del suelo cuando es interpretada apropiadamente. La capacidad de
agua disponible de diferentes suelos varía ampliamente. En general, suelo de
textura fina tienen mayor capacidad de agua útil que suelos de textura gruesa.
- El suelo es el único lugar de almacenaje de agua, pero no toda el agua
almacenada está disponible para el cultivo, sino sólo la fracción de agua útil.
- Para hallar el agua aprovechable, se utiliza la siguiente fórmula:

PRIMERA CALICATA
CAPA N°01: Suelo franco arcilloso arenoso
a) CC: Capacidad de campo=19.45%
b) PMP: Punto de marchitez permanente=10.34%

CAPA N°02: Suelo franco arenoso


a) CC: Capacidad de campo=13.48%
b) PMP: Punto de marchitez permanente=6.58%
SEGUNDA CALICATA
CAPA N°01: Suelo arcilloso
a) CC: Capacidad de campo=33.82%
b) PMP: Punto de marchitez permanente=15.39%

CAPA N°02: Suelo arenoso


a) CC: Capacidad de campo=8%
b) PMP: Punto de marchitez permanente=3.99%

TERCERA CALICATA
CAPA N°01: Suelo arcilloso limoso
a) CC: Capacidad de campo=37.79%
b) PMP: Punto de marchitez permanente=19.39%

CAPA N°02: Suelo arenoso


a) CC: Capacidad de campo=9.42%
b) PMP: Punto de marchitez permanente=4.95%
Interpretación e índice de humedad del suelo.
Los suelos contienen diferente cantidad de agua dependiendo de su textura y
estructura. El límite superior de almacenamiento de agua se denomina con
frecuencia “capacidad de campo” (CC), mientras que el límite inferior se denomina
“punto de marchitamiento permanente” (PMP). Después de un evento de lluvia o
de riego que satura el suelo, hay un rápido movimiento descendente (drenaje) de
una parte del agua del suelo debido a la fuerza de gravedad. Durante el proceso
de drenaje, la humedad del suelo disminuye continuamente. La velocidad de
drenaje está relacionada con la conductividad hidráulica del suelo.
En otras palabras, el drenaje es más rápido en los suelos arenosos en
comparación con los suelos arcillosos. Después de un tiempo, el rápido drenaje se
hace insignificante y en ese punto, la humedad del suelo se denomina “capacidad
de campo.” El punto de marchitamiento permanente se define como el contenido
de humedad del suelo en el que la planta ya no tiene la capacidad de absorber
agua del suelo haciendo que la planta se marchite y muera si agua adicional no
es proporcionada. Sin embargo, la mayoría de las plantas estarán sometidas a un
estrés hídrico significativo antes de este punto, y será muy factible que las plantas
sufran unareducción importante en su rendimiento mucho antes dealcanzar el
punto de marchitamiento.
La cantidad total de agua disponible para absorción de la planta es el “agua
disponible para la planta” (ADP) que es la diferencia entre CC y PMP (Figura 1) y
a menudo se expresa como un porcentaje en volumen (volumen de agua/
volumen de muestra de suelo). La “capacidad de retención de agua disponible”
(CRAD) se determina multiplicando el ADP por la profundidad de la zona de las
raíces donde se produce la extracción de agua. La disminución del contenido de
agua al PMP afecta negativamente la salud y el rendimiento de la planta. Así, para
fines de riego, un “reducción máxima permisible” (RMP) o fracción del CRAD que
representa el “agua disponible” para la planta, (AD) es el rango operativo ideal de
contenido de agua del suelo para la planificación del riego. Teóricamente, la
programación del riego consiste en iniciar el riego a bajos contenidos de agua de
suelo, correspondientes al RMP dado, y regar hasta que el agua eliminada haya
sido remplazada sin exceder CC, de lo contrario, ocurriría una percolación o un
drenaje profundo.
Programación del riego
La programación del riego es simplemente la aplicación de agua a los cultivos en
el momento “adecuado” y en la cantidad “adecuada,” y se considera una buena
práctica de gestión (BPG). Por lo general, la programación del riego la establece la
decisión del productor agrícola en la mayoría de los casos, o mediante el uso de
un calendario predeterminado de programas de riego basado en las necesidades
de agua de las campañas anteriores. Con el fin de establecer una adecuada
programación del riego, varios factores son tomados en cuenta, tales como: la
capacidad de evapotranspiración de la planta, las características del suelo y la
distribución de las raíces. En Florida se usa una amplia gama de métodos para la
programación de riego, con sus correspondientes niveles de aplicación del agua.
El método recomendado para la programación de riego (por goteo o por
aspersión) en cultivos de hortalizas es combinar, (1) las necesidades hídricas del
cultivo teniendo en cuenta la etapa de crecimiento de la planta; (2) la medición del
contenido de agua del suelo; y (3) las directrices para el riego dosificado.
Determinación práctica de la capacidad de campo para suelos arenosos usando
mediciones de humedad del suelo
La Figura 2 muestra el contenido de humedad de suelo a una profundidad de 0–6
pulgadas, medidas por un sensor de capacitancia durante un período de 4 días.
Hubo dos riegos los días 11/06 y 11/09 a las 7:00 am. Para la determinación del
punto de capacidad de campo, aplicamos intencionalmente una cantidad de agua
en el riego que llevo la capa de suelo estudiado a saturación, en este caso en
particular, 0–6 pulgadas.
La profundidad de riego aplicada fue de 0.17 pulgadas (equivalentes a 4,645
gal/ac con riego por goteo). Después de los dos eventos de riego, se evidenció un
aumento en el contenido de humedad del suelo. El grado al cual el contenido de
humedad del suelo aumenta, sin embargo, depende del volumen de riego, el cual
por lo general se establece por la duración del evento de riego. Para el riego por
goteo con acolchado plástico en suelos arenosos, ciclos de riego largos, dan como
resultado un gran aumento en la humedad del suelo en el área debajo del emisor
de goteo.
En la Figura 2, el pico de humedad del suelo es solamente temporal, en la medida
que el agua de riego se drena rápidamente en profundidad más allá de las 6
pulgadas (11/06, entre las 9:00 am y 7:00 pm). Este aumento rápido en el
contenido de agua, indica que el contenido de agua del suelo medido con los SHS
rápidamente alcanza un punto por encima de la capacidad de retención de agua
del suelo, y el agua percoló hacia las capas más profundas del suelo. Entre el
11/06 a las 6:00 pm y el 11/07 a las 7:00 pm (Figura 2), la tasa de disminución del
contenidode agua del suelo mostró una tasa constante debido a la
“lenta” extracción de agua por drenaje, que se produjo durante el día y la noche.
La evapotranspiración, también disminuyó el contenido de agua del suelo, que
tuvo lugar exclusivamente durante el día. Para suelos arenosos, el punto en el
cual la pendiente del drenaje y las líneas de extracción cambian de una
disminución de contenido de agua del suelo “rápida” a una “más lenta” se pueden
asumir como el “punto de capacidad de campo.” En este punto, el agua ha sido
drenada a través de los poros grandes del suelo (macroporos), y ha sido
reemplazada por aire. Los espacios porosos remanentes, (microporos), siguen
todavía llenos de agua y le suministraran a las plantas la humedad requerida.
Es muy importante que el operario de riego entienda este concepto de “capacidad
de campo,” para establecer una estrategia de control de riego con el fin último de
suministrar una humedad de suelo óptima para el crecimiento de la planta,
productividad, y reducir la pérdida de nutrientes por lixiviación.
Ejemplos de la planificación de riego de cultivos hortícolas en suelos arenosos
Las Figuras 3 y 4 muestran ejemplos de exceso deriego y de un manejo adecuado
del riego por goteo, respectivamente. En la Figura 3, el riego se aplicó una vez por
día con una profundidad de 0,18 pulgadas, equivalente a 4,718 gal/ac con riego
por goteo. Después de cada evento de riego, se produjo un aumento en el
contenido de humedad del suelo seguido por un drenaje rápido. Eventos de lluvia
pueden producir un aumento significativo de la humedad del suelo.
El 10/29, justo después del riego, se produjo un evento de lluvia fuerte de 0.44
pulgadas (in), el cual provocó un segundo aumento del contenido de humedad del
suelo, el mismo día. El riego del día siguiente, (10/30) comenzó cuando el
contenido volumétrico de agua del suelo se encontraba por encima de la
capacidad del campo y pudo ser evitado sin ningún riesgo.
Entre el 10/31 y el 11/02, no se regó el cultivo. El contenido volumétrico de agua
disminuyó de 0.14 a 0.08 pul3/pul3 . Debido a la baja capacidad de retención en
los suelos arenosos, la falta de riego durante varios días podría resultar en un
estrés hídrico innecesario para el cultivo, especialmente durante días muy
calurosos o con mucho viento (altastasas de evapotranspiración), o durante el
período de crecimiento. Entre el 11/02 y el 11/06, se repitieron eventos de riego de
gran magnitud, excediendo la “zona de riego segura,” y produciendo un alto
drenaje y lixiviación lixiviación de nutrientes.
En promedio, el contenido volumétrico de agua del suelo se encuentra próximo a
la capacidad de campo, manteniendo el agua y los nutrientes dentro de la zona de
las raíces. Para este ejemplo en particular, no se produjo percolación profunda de
agua. Además, con la información del contenido del agua de suelo, el operario de
riego puede tomar decisiones de no llevar a cabo el riego cuando el contenido de
humedad del suelo se encuentre en un nivel adecuado.
Por ejemplo, el 11/17, debido a un evento de lluvia de 0.04 pulgadas, no hubo
necesidad de regar, debido a que la humedad del suelo estaba por encima de la
capacidad de campo, por lo tanto, para mantener altos niveles deeficiencia no se
realizó el riego.
Instrumentos para medir el agua del suelo.
Generalidades
La cantidad de agua en el suelo es expresada por el porcentaje de humedad del
suelo. La necesidad de riego, así como la de drenaje, se determinan conforme al
contenido de agua del suelo, el cual es medido directa ó indirectamente.
Además de los sistemas aplicados en el laboratorio, para estimar las fuerzas de
retención de humedad en el suelo, como son los platos y ollas de presión, existen
algunos equipos empleados en el campo que permiten inferir sobre el contenido
de humedad a diferentes tensiones. Los equipos más utilizados como los
tensiómetros y las unidades de resistencia eléctrica, no miden directamente el
contenido de humedad en el suelo sino que a través de la fuerza de retención o
potencial matricial, permiten deducir los contenidos de agua en el suelo. Los
sistemas mencionados se complementan con la medición en el laboratorio del
contenido de humedad por los sistemas gravimétricos o volumétricos.
Métodos basados en el suelo
Tacto y Apariencia
Uno de los métodos más antiguos y empleados para estimar el contenido de
humedad de un terreno consiste en su inspección ocular y su tacto. Este método
basado en el suelo correlaciona cuándo y cuánto regar con el tacto y apariencia
del suelo. La Tabla 3 sirve para indicar en qué medida la humedad utilizable ha
sido extraída del terreno, y la que, en consecuencia, debe ser proporcionada al
mismo, durante la estación de riegos. Este método es rápido y simple, además es
bastante correcto cuando es usado por personal experimentado, permitiendo que
un gran número de muestras sean analizadas rápidamente en el campo. Sólo
requiere del uso del barreno para obtener las muestras.
Método Gravimétrico
Con los métodos gravimétricos, el contenido de humedad es determinado por la
diferencia en peso de la muestra humeda con la seca. Típicamente, con el método
gravimétrico la muestra de suelo es recogida y pesada. Luego se seca la muestra
en un horno durante 24 horas a 105 oC y después se pesa la muestra secada. La
ecuación básica para expresar el contenido de humedad en base a la masa seca:
W=~/~
Donde:
W es el contenido de humedad del suelo (gm/gm);
Mw es la masa de agua en la muestra de suelo (gm); y
Ms es la masa de la muestra de suelo secado al hamo (gm)
El contenido de humedad volumétrico, e , (cm3 /cm3 o cm/cm) basado en el
volumen total es expresado como:

Donde:
Vw es el volumen de agua en la muestra de suelo (cm3 ) el cual es
numéricamente igual a la masa de agua debido a que la densidad del agua Pw es
aproximadamente 1.0 gm/cm³
Vb es el volumen total de la muestra (cm3 ) .
Cuando el peso volumétrico de la masa de suelo seco, ~b (gm/cm\ es conocido y
con la densidad del agua considerada como 1.0 gm/cm , resulta una relación muy
útil:

Finalmente se anota que las muestras no deben perder agua entre el tiempo de
tomarlas y el pesaje para así obtener datos de campo correctos. Las latas usadas
en la toma de muestras no deben permitir la entrada de aire y deben ser pesadas
tan pronto como sea posible. Algunas veces es necesario ponerles una cinta
adhesiva a las latas para impedir la entrada de aire.
Después que la muestra es secada al horno, regularmente se deja enfriar antes de
pesar en la atmósfera seca de un desecador o con la tapa del envase puesta. Sin
embargo, si se pesa la muestra seca aún caliente no se afectaría
significativamente la utilidad de los resultados para los propósitos de manejo de
riego.
Métodos basados en equipos
La presión capilar del agua en el suelo indica la fuerza que debe ser ejercida para
extraer el agua del suelo. Así ésta constituye un buen indicador de la
disponibilidad de agua para las plantas. Hay una relación definida entre el agua
del suelo y la tensión capilar para un suelo determinado (Véase Figura 18); de tal
modo, que la medición de la tensión capilar o tensión de humedad del suelo
puedepermitir la determinación de las deficiencias de humedad y requerimientos
de riego.
Para determinar el potencial mátrico del suelo se utilizan distintos aparatos,
ninguno de los cuales lo mide directamente, siendo preciso efectuar algunas
correcciones a las lecturas directas. Entre estos aparatos los de más frecuente
uso son:
• Tensiómetros, que miden la suma del potencial mátrico y el gravitacional.
• Bloques de Yeso y Sicrómetros de Termopar que miden, la suma del potencial
mátrico y el osmótico.

Figura 18. Relación entre el agua del suelo y la tensión capilar para un suelo
determinado
2.3.3.1 El Tensiómetro
El tensiómetro es un aparato que responde a los cambios en la t~msión del agua
en el suelo (es decir determina los cambios en el contenido de humedad del
suelo). Como el agua del suelo se agota por acción de las raíces o es renovada
mediante el agua lluvia o los sistemas de riego, las lecturas sobre el tensiómetro
indicarán los cambios que se sucedan.
- Principio de funcionamiento

La tensión de agua del suelo es un indicador del estado de humedad del suelo, y
se basa en las características termodinámicas del agua.
El principio de funcionamiento del tensiómetro (Véase Figura 19) está relacionado
con la fuerza de succión que presenta el suelo por el agua y esto ha hecho que
este equipo sea ampliamente usado para medir el potencial mátrico del suelo.
Existen varios modelos de tensiómetros que más adelante se presentan; pero el
principio de su funcionamiento es similar, y ellos comprenden tres componentes
principales:
• El cuerpo del tensiómetro, lleno de agua libre de aire y cerrado herméticamentea
la entrada de aire desde el exterior.
• Una cápsula porosa de cerámica al extremo inferior del instrumento, que es la
que se empotra en el suelo, y a través de la cual el agua puede entrar alsistema o
salir del mismo cuando es ejercida sobre la misma una succión determinada. La
cápsula de cerámica tiene una propiedad importante: cuando está humedad
impide la entrada de agua al sistema.
• Un instrumento de medida de la tensión del agua, la cual puede hacerse según
dos métodos:
Por cambios en la altura del mercurio en un tubo capilar (manómetro mercurial)
- Utilizando un reloj de vacío (vacuómetro).
En sintesís, un tensiómetro consiste de una cápsula de cerámica porosa, con un
tubo conector hermético que lleva al instrumento de medición de presión que es
generalmente un medidor de vacío o un manómetro. El tubo que conecta la
cápsula de cerámica con el medidor está lleno de agua. La cápsula de cerámica
debe estar saturada y hacer un buen contacto con el suelo en el cual se pretende
medir la humedad.
Métodos indirectos:
¿Qué es un tensiómetro?
El tensiómetro es un instrumento que se utiliza para determinar la frecuencia de
riego, basado en la medición del potencial matricial del agua en el suelo, o en
términos simples el esfuerzo que realizan las raíces del cultivo para extraer del
suelo la humedad que necesita. De modo que el instrumento actúa como una raíz
artificial.
¿Cómo funciona?
Consiste en una capsula permeable y porosa de cerámica conectada a un por un
tubo hermético a un manómetro, u otro medidor de presión (figura 1). El rango de
presión del instrumento se mide generalmente en centibares (0 a los 100 cb).

Sonda de Capacitancia
¿Qué es un Sonda FDR?
Sonda que mide la constante dieléctrica del suelo, la cual varía en función del
contenido de agua de este.
¿Cómo funciona?
Genera un shock de ondas electromagnéticas que va a ser conducido por un
material, la capacidad de conducir estas ondas se conoce como constate
dieléctrica. De esta forma un suelo seco es del orden de 4 -10, mientras que el
agua pura 80.
Esta sonda no nos dice directamente el contenido de agua en el suelo, para
aquello hay que calibrarlas ( los fabricantes incluyen una calibración estándar,
aunque se recomienda hacer una de acuerdo a las características específicas de
suelo del lugar)
Aspersor de neutrones
¿Qué es un Aspersor de neutrones?
Aparato que mide el contenido de agua en el suelo basado en el principio de que
la cantidad de neutrones termalizados esta directamente relacionado con el
contenido de agua del suelo.
¿Cómo funciona?
- El número de neutrones lentos es detectados es proporcional al número de
colisiones entre neutrones y núcleos de hidrógeno, los cuales reflejan el contenido
de agua en el suelo a través de una curva de calibración.
- Los neutrones rápidos son emitidos desde una fuente en un tubo, instalado en el
suelo, los neutrones lentos son contabilizados por un detector.
- En la mayoría de los casos, el la cantidad de hidrógeno es asociada al agua del
suelo, aunque en suelo de alta materia orgánica o densamente enraizados esto no
sucede.

Química.
Química del suelo.
El suelo es un sistema complejo formado por partículas solidas orgánicas e
inorgánicas, aire, agua y microorganismos. Estos elementos conocidos como
fases gozan de gran interacción, debida a la enorme cantidad de reacciones
químicas que sufren, por ejemplo: aire y agua intemperizan las partículas sólidas,
y los microorganismos se encargan de catalizar estas reacciones.
La ciencia que estudia las propiedades químicas del suelo y de sus componentes
orgánicos e inorgánicos, así como los fenómenos a que da lugar la mezcla de
éstos, se define como química del suelo; es de primordial importancia mencionar
que dicha ciencia se encuentra estrechamente relacionada con algunas disciplinas
de la ciencia del suelo, tales como: la química de los coloides, la fertilidad, la
mineralogía y la microbiología del suelo:
La fertilidad considera al suelo como un medio que permite el crecimiento de las
plantas; la mineralogía, por su parte, determina la estructura química de la fase
solida, mientras que la microbiología estudia las reacciones bioquímicas que
ocurren en el suelo. Tal subdivisión es fundamental para un estudio completo del
suelo.
La química se encarga de analizar los elementos acumulados en el complejo del
suelo, necesarios para el desarrollo de las plantas. La química de los elementos
implica, tanto el estudio del origen de las cargas en los coloides como los
fenómenos de adsorción y el equilibrio dinámico del suelo.
Con base en la información sobre la composición, propiedades y reacciones
químicas que ocurre en el suelo se pueden aclarar problemas relacionados con la
fertilidad y la nutrición vegetal. Los resultados de los análisis químicos permiten
clasificar a los suelos en sus diferentes grupos y servir como base en la
planificación del desarrollo agrícola, ganadero y forestal.
En esta obra se encuentran los aspectos fundamentales de la composición, la
función y las propiedades del suelo. El lector obtendrá conocimientos básicos
acerca de los elementos que componen el suelo: partículas orgánicas e
inorgánicas, aire, agua y microorganismos. Así mismo, conocerá cada una de las
disciplinas encargadas de estudiar a los mismos, tales como la microbiología, la
mineralogía, la química de los coloides y la fertilidad.
Esta es, sin duda, una obra completa e interesante, dirigida a todos los estudiosos
de este elemento indispensable para la vida: el suelo.
Contenido: Perspectiva histórica, Composición de los suelos, constituyentes
minerales, componentes orgánicos del suelo, coloides del suelo, fenómeno de
intercambio iónico en el suelo, Reacción del suelo.
Las propiedades químicas del suelo varían con el tiempo
La meteorización del material de partida por el agua determina, en gran medida, la
composición química del suelo que por último se ha producido. Algunas sustancias
químicas se Hxivian* en las capas inferiores del suelo donde se acumulan,
mientras que otras sustancias químicas, que son menos solubles, quedan en las
capas superiores del suelo. Las sustancias químicas que se eliminan con más
rapidez son los cloruros y los sulfatos, a los que siguen el calcio, el sodio, el
magnesio y el potasio.
Los silicatos y los óxidos del hierro y el aluminio se descomponen con mucha
lentitud y apenas se lixivian*. Cuando algunos de estos productos se ponen en
contacto con el aire del suelo, tienen lugar reacciones químicas como, en
partícular la oxidación, que provoca la formación de sustancias químicas más
solubles o más frágiles que las originales. En consecuencia, se aceleran los
procesos de meteorización, aumenta la lixiviación* de las sustancias químicas y se
producen otros cambios en la composición química del suelo.
Cuando los suelos anegados que contienen sulfuros ferruginosos (piritas) se
exponen al aire, como por ejemplo, durante la construcción de estanques, éstos
pueden convertirse en suelos ácido-sulfáticos de agua dulce (véase la Sección
1.8), lo que provoca la oxidación de las piritas y la acidificación del suelo. El agua
del estanque puede entonces hacerse demasiado ácida para la piscicultura (véase
la Sección 4.2).
El aire presente en el suelo contiene también dióxido de carbono. Al combinarse
con agua, ese gas puede formar un ácido débil (ácido carbónico) que reacciona
con algunas de las sustancias químicas del suelo para formar otras.
Capacidad de intercambio catiónico.
Esta propiedad química del suelo se refiere a la cantidad total de cargas negativas
que están disponibles sobre la superficie de las partículas en el suelo. También se
puede definir como el número total de cationes intercambiables que un suelo en
particular puede o es capaz de retener (cantidad total de carga negativa).Conocer
la Capacidad de Intercambio Catiónico (CIC) de un suelo es fundamental, pues
este valor nos indica el potencial de un suelo para retener e intercambiar
nutrientes. Además la CIC afecta directamente la cantidad y frecuencia de
aplicación de fertilizantes. La mayor influencia sobre la CIC viene de las arcillas
del suelo y de la materia orgánica. La arcilla tiene una capacidad de 10-150
cmol(+)/kg, mientras que la materia orgánica tiene una capacidad de 200-400
cmol(+)/kg, es decir la materia orgánica tiene más alta CIC. Los cmol(+)/kg =
meq/100g. Los aportes de materia orgánica además de provocar un incremento en
la CIC, también mejoran las propiedades físicas del suelo, incrementa la
infiltración de agua, mejora la estructura del suelo, provee de nutrimentos a la
planta y disminuye las pérdidas por erosión. Por otro lado los aninones en el suelo,
tienen un comportamiento muy distinto
a los cationes. El fosfato es retenido
fuertemente debido a la formación
rápida de compuestos insolubles. El
sulfato es retenido débilmente. El
nitrato y el cloruro no son retenidos en
el suelo y se mueven libremente con el
agua del suelo.

La CIC en diferentes suelos Por lo general, los suelos con alta CIC, son aquellos
con altos contenidos de arcilla y/o materia orgánica. La alta CIC les brinda mayor
capacidad para retener nutrientes, eso normalmente los hace más fértiles. En el
cuadro 1 se pueden apreciar las CIC para diferentes tipos de arcillas, comparadas
con la materia orgánica y para diferentes texturas del suelo.

Los cationes intercambiables


Los denominados cationes del suelo son el K+, Ca2+, Mg2+, Na+, Al 3+ y H+.
Estos cationes son los predominantes en los suelos agrícolas y pueden ser
reemplazados por otros cationes presentes en la solución del suelo. El NH4+,
Fe2+, Mn2+ y Cu2+ son otros nutrientes que presentan carga positiva pero se
encuentran en cantidades muy pequeñas. En relación al contenido de estos
cationes intercambiables, la cantidad de estos en la solución del suelo es muy
pequeña comparando con la cantidad que se retiene en las arcillas. Entonces la
mayor proporción de cationes están adheridos a las superficies de las partículas
del suelo, y los cuales están en equilibrio con la solución del suelo. La CIC, por lo
tanto, proporciona una reserva de nutrientes para reponer los nutrientes que
fueron absorbidos por las plantas o lavados de la zona radical.
La CIC en suelos ácidos
Cuando en un suelo el pH es menor de 5.5 ocurre la presencia de Aluminio (Al
+++), elemento que es nocivo para las plantas, ya que afecta fuertemente al
sistema radical (Figura 3). A la suma del Al +++ e H+ se le denomina acidez
intercambiable. Por lo tanto cuando está presente el aluminio en el suelo, el % de
saturación de bases (Ca, Mg, Na y K) es menor de 100. Por otro lado en suelos
neutros y alcalinos la saturación lo dan el Ca, Mg, Na y K (aproximadamente), ya
que el Al no está en una forma asimilable por las plantas. En otras palabras, en
suelos ácidos el 100 % de la saturación es igual al % de saturación de bases + %
de acidez intercambiable.
PH de suelo.
La reacción química del suelo: el pH
¿Qué significa el pH?
Los suelos pueden tener una reacción ácida o alcalina, y algunas veces neutral.
La medida de la reacción química del suelo se expresa mediante su valor de pH.
El valer de pH oscila de O a 14, y el pH = 7 es el que indica que el suelo tiene una
reacción neutra. Los valores inferiores a 7 indican acidez y los superiores a 7
alcalinidad. Mientras más distante esté la medida del punto neutro, mayor será la
acidez o la alcalinidad.
¿Cómo se mide el pH?
El método de mayor precisión para la determinación del pH del suelo es el que se
realiza mediante un contador eléctrico del ph, que ofrece una lectura directa del
valor de pH cuando los electrodos de vidrio se introducen en una solución que se
obtiene mezclando una parte de la muestra del suelo y dos partes de agua
destilada. Los equipos de esa índole se pueden encontrar en los laboratoríos de
análisis de suelos.
Como indicación general del pH del suelo, se pueden utilizar sobre el terreno el
papel de tornasol y los indicadores cromáticos. El papel de tornasol que adquiere
un color rojo en condiciones ácidas y azul en condiciones alcalinas, es
relativamente poco costoso y, por lo general, se puede comprar en farmacia.
Dicho papel se sumerge parcialmente en una suspensión de suelo que se obtiene
mezclando una parte de suelo y dos partes de agua destilada o, si fuese
necesario, de agua de lluvia pura recogida directamente en un recipiente limpio.
También se pueden adquirir equipos para ensayos de campo, incluidos diversos
indicadores cromáticos. Como se indica en las instrucciones, normalmente se
mezcla una pequeña muestra de suelo con un poco de agua destilada y una
sustancia química, y se agregan varías gotas de un indicador cromático. El color
de la solución cambia y ese nuevo color se compara con un gráfico que acompafía
al equipe de ensayo, a partir de lo cual se determina el valor de pH.
¿Cuál debe ser el valor del pH del suelo?
El pH de las capas de suelo que más tarde constituirán los diques y el fondo de
sus estanques influirá considerablemente en su productividad. En agua ácida, por
ejemplo, el crecimiento de los microorganismos que sirven de alimento a los peces
puede disminuir marcadamente. Cuando la acidez o la alcalinidad son extremas,
podría hasta verse en peligro la salud de sus peces, lo que afectarla a su
crecimiento y reproducción.
Para lograr buenas condiciones productivas, el valor del pH del suelo del estanque
no debe ser demasiado ácido ni demasiado alcalino. Es preferible que el pH esté
dentro de la gama de 6,5 a 8,5. Los suelos que tienen un pH inferior a 5,5 son
demasiado ácidos y los que tienen un pH superior a 9,5 son demasiado alcalinos.
Ambos casos requieren técnicas de ordenación especiales que aumentan
considerablemente el costo de la piscicultura. Este tema se tratará en un próximo
manual de la Colección FAO: Capacitación. Si el pH del suelo es inferior a 4 o
superior a 11, debe considerarse como un suelo no apto para la construcción de
diques de estanque o para su utilización como fondo de estanque.
Un caso partícular: los suelos ácido-sulfáticos de agua dulce
Suelos ácido-sulfáticos reales y potenciales
Los suelos acido-sulfáticos reales no son frecuentes. Se pueden identificar
fácilmente en un perfil de suelo si se tienen en cuenta dos características
importantes:
 Su valor de pH es igual o inferior a 4;
 Generalmente abundan las manchas de color amarillo pálido (véanse las
láminas en color).
Los suelos ácido-sulfáticos potenciales son mucho más frecuentes (véase la
página 25). Se definen como material edáfico no consolidado y anegado, que se
convertiría en ácido-sulfático de someterse a drenaje y exponerse al aire. Su pH
vana de 5 a 6 aproximadamente. Sin embargo, la oxidación química y biológica
provoca la acidificación del suelo y el pH Nega a 4 o incluso menos en cuestión de
pocos meses.
Nota: si se mantuviese sumergido, el suelo ácido-sulfático potencial nunca Ilegaría
a adquirir esa propiedad. Es precisa mente la exposición al aire la que propicia el
cambio.
Como identificar un suelo ácido-sulfático potencial
Durante el levantamiento de suelos en el lugar del estanque es importante
identificar el suelo ácido-sulfático potencial. Entonces quizás se pueda planificar la
construcción del estanque a fin de no exponer al aire ese tipo de suelo y así evitar
la fuerte acidificación de los diques y las aguas del estanque. Este tema se tratará
en un próximo manual de la Colección FAO: Capacitación.
Para identificar un suelo ácido-sulfático potencial proceda de la forma siguiente:
 Tome un puñado de suelo para ser examinado;
 Humedezca la muestra si está seca;
 Amase la muestra húmeda hasta formar una torta de 1 cm de espesor;
 Introduzca la torta húmeda en una bolsa de material plástico y selle la
bolsa;
 Un mes más tarde, mida el pH del suelo en la torta;
 Si el pH ha descendido a menos de 4, el suelo es ácido-sulfático potencial.
Nota: Es importante mantener húmeda la muestra de suelo para asegurar una
elevada actividad bacteriana y una acidificación más rápida. En las muestras
secas, el pH mínimo no se obtendrá hasta que hayan transcurrido varíos meses.
Fertilidad del suelo.
Sabemos que para crecer las plantas precisan agua y determinados minerales.
Los absorben del suelo por medio de sus raíces. Un suelo es fértil cuando tiene
los nutrientes necesarios, es decir, las sustancias indispensables para que las
plantas se desarrollen bien.
Las plantas consiguen del aire y del agua algunos elementos que necesitan, como
el carbono, el hidrógeno y el oxígeno. Otros nutrientes esenciales están en el
suelo: aquellos que los vegetales requieren en grandes cantidades se llaman
nutrientes principales. Son el nitrógeno, el fósforo, el potasio, el calcio y el
magnesio. Proceden de las rocas que dieron origen al suelo y de la materia
orgánica descompuesta por los microorganismos. Los nutrientes deben estar
siempre presentes en las cantidades y proporciones adecuadas.

Un suelo es fértil cuando:


 su consistencia y profundidad permiten un buen desarrollo y fijación de las
raíces.
 contiene los nutrientes que la vegetación necesita.
 es capaz de absorber y retener el agua, conservándola disponible para que
las plantas la utilicen.
 está suficientemente aireado.
 no contiene sustancias tóxicas.
Los suelos naturalmente cubiertos de vegetación conservan su fertilidad. Un
ejemplo es el bosque: las raíces de los árboles sujetan la tierra, el follaje de las
copas suaviza el impacto de la lluvia y la fuerza del viento. Las hojas secas que
caen (hojarasca), junto con los animales muertos y sus excrementos, se pudren y
son descompuestas por los microorganismos, formando humus. El humus es un
abono orgánico que enriquece el suelo, aumenta la porosidad superficial, absorbe
el agua lentamente y la retiene. Así, el suelo permanece húmedo por más tiempo,
el agua no se escurre por su superficie y no se produce arrastre de tierra.
La sombra de los árboles permite el desarrollo de otras especies vegetales que no
pueden crecer a pleno sol, como los helechos, orquídeas, musgos y líquenes.
Diversos insectos y pájaros se alimentan de sus frutos y ayudan a la multiplicación
de las plantas colaborando en la polinización de las flores y en la diseminación de
las semillas.
También protegen el suelo las praderas de pastos bajos y tupidos: las gotas de
lluvia y los vientos llegan al suelo a través de las hojas que atenúan su impacto y
la tierra se mantiene entre sus raíces entrelazadas. El suelo es rico en humus
debido al constante aporte de materia orgánica.

Los terrenos cultivados gastan lentamente sus nutrientes y están más expuestos a
la pérdida de suelo. El suelo arado opone menos resistencia a ser arrastrado por
el agua y el viento. La erosión se intensifica en terrenos en pendiente y no
protegidos por cortinas rompevientos y setos vivos, formados por árboles y
arbustos.
Además, el producto de la cosecha se usa como alimento o como materia prima
para algunas industrias y no regresa al suelo para enriquecerlo. Si no actuamos
para reponer la fertilidad perdida, después de varios años de cultivo continuo la
tierra se agota. Por eso debemos cuidar el suelo que cultivamos, incorporando
abono y materia orgánica.
Si queremos sostener nuestro productividad, base de nuestro desarrollo, debemos
proteger el suelo. Su degradación tiene numerosas causas, pero las que agotan
rápidamente la tierra son la erosión, la contaminación, la sobreexplotación de los
pastos y la destrucción de los bosques.
La erosión
El suelo que utilizamos para la agricultura es una capa delgada que descansa
sobre una base de rocas. Esta capa necesitó muchos siglos para formarse, pero
puede ser destruida en pocos años si no se la usa con cuidado. Los suelos que se
originan a partir de la roca madre crecen un centímetro en un período que puede
durar varios cientos de años. Sin embargo, los terrenos pueden degradarse con
rapidez, volviéndose estériles.
Además, sólo el 12% de la superficie de la tierra es fácilmente cultivable. Son más
abundantes las zonas difíciles de trabajar. Los obstáculos posibles son varios:
sequía por falta de lluvia, temperaturas muy bajas, suelos no fértiles por carencia
de nutrientes minerales o por contener exceso de sal, terrenos siempre cubiertos
de nieve o hielo o con pendiente muy acentuada.
Varios peligros amenazan el suelo: la pérdida de fertilidad, la contaminación y la
desaparición del suelo mismo debido a la erosión. Muchas veces la pérdida de
fertilidad o la contaminación acaban con la vegetación y el suelo desprotegido se
erosiona rápidamente. Así, estos efectos se producen en la misma zona, uno
después de otro.
La pérdida de fertilidad y la contaminación se deben a cambios en la composición
del suelo. Sabemos que para crecer la vegetación necesita nutrientes de los que
se alimenta. Y que existen sustancias que son tóxicas para las plantas, que actúan
como verdaderos venenos.
 Las plantas absorben por las raíces determinados elementos,
imprescindibles para su desarrollo, especialmente nitrógeno, fósforo,
potasio, magnesio y calcio. Estos minerales se reducen con los cultivos. Si
no son reemplazados con el agregado de abono y materia orgánica, la
fertilidad del suelo disminuye hasta agotarse.
 La contaminación es otra forma de deterioro del suelo debida a sustancias
químicas dañinas para la vegetación, los animales o para la salud humana.
Puede estar causada por el agua de riego contaminada por letrinas y pozos
negros o por desechos mineros o industriales. También contaminan ciertos
insecticidas y herbicidas, que destruyen especies no nocivas e incluso
perjudican la salud de las personas.
Se llama erosión al desgaste, arrastre y pérdida de partículas de suelo. Se
produce por acción del agua y del viento sobre zonas no protegidas:
 Las gotas de lluvia caen con fuerza sobre el suelo deshaciendo
progresivamente su estructura. El agua, al escurrirse, quita partículas y
nutrientes al suelo y los transporta a las zonas bajas. Los arroyos y ríos
arrancan la tierra de las riberas. El material arrastrado se sedimenta y
rellena cauces y embalses, aumentando la probabilidad de inundaciones.
 El viento también arrastra partículas de tierra fértil, especialmente cuando
está recién removida o en los períodos de sequía, produciendo en algunos
lugares verdaderas tormentas de polvo.
El suelo se mantiene debido a la capa de vegetación que lo cubre. Las hojas
atenúan el impacto de la lluvia, del calor del sol y de los vientos fuertes sobre el
suelo y las raíces ayudan a sostenerlo. El follaje que cae forma una capa de
protección, y contribuye a la formación del humus.
Al disminuir la vegetación, disminuye el aporte de materia orgánica y la densidad
de las raíces que ayudan a sujetar el suelo. Desciende la actividad de los
microorganismos y el suelo pierde fertilidad. Asimismo, pierde porosidad y
estructura, haciéndose más erosionable.
En resumen, cuando el suelo se empobrece y se reduce la vegetación que crece
en él y ayuda a fijarlo, aumenta la erosión causada por la lluvia y el viento.
Otras causas que aceleran la erosión son la destrucción de los bosques, la
labranza inapropiada y el pisoteo excesivo del ganado sobre un suelo limitado
(sobrepastoreo).
El arrastre de la capa fértil es mayor con las lluvias intensas y en las laderas no
protegidas. El agua no alcanza a infiltrarse y fluye por la superficie cargada de
partículas de tierra. Luego se concentra en chorros que cavan surcos de pocos
centímetros de profundidad, en los que el líquido corre a mayor velocidad. En esta
etapa la erosión ya causa graves daños, pero puede ser detenida con barreras de
piedras, cultivando en andenes perpendiculares a la pendiente, sembrando pastos
que cubran el suelo y construyendo zanjas de escurrimiento.
¿Qué debemos hacer para conservar el suelo y mantener su fertilidad?
La cantidad de tierra que disponemos para cultivar es escasa y debe ser usada
cuidadosamente y aplicando medidas de conservación apropiadas.
Un adecuado manejo del suelo ayuda a mantenerlo, restaurarlo y a mejorar su
calidad. Para asegurarnos buenas cosechas durante muchos años, es importante
que sepamos qué es y cómo se produce la erosión. Además, debemos conocer y
utilizar técnicas de cultivo que eviten la pérdida de suelo y conserven su fertilidad.
Los métodos usados para prevenir la erosión ayudan a sujetar el suelo,
reduciendo el impacto del agua y del viento para evitar que lo arrastre. La pérdida
de la fertilidad se combate reponiendo en el suelo los nutrientes y la materia
orgánica que los cultivos y la misma erosión se llevan.
La pérdida de suelo es más intensa en zonas en pendiente porque en ellas el
agua corre con más fuerza.
Para impedir que el agua y el viento se lleven partículas de tierra, podemos usar
algunas técnicas que son muy eficaces a pesar de su sencillez. Se trata de
prácticas para conservar el suelo y el agua.
 Cuando cultivamos suelos de laderas, hay que realizar las operaciones de
cultivo en sentido perpendicular a la pendiente o en curvas de nivel. De esta
manera, cada surco actúa como una barrera que frena el movimiento del
agua.
 La cobertura vegetal (pastos tupidos, residuos de cosecha), además de
enriquecer el suelo, ayuda a protegerlo contra la erosión, especialmente en
la época de lluvias.
 Asimismo, la utilización del rastrojo como cobertura ayuda a controlar las
malezas y aumenta la materia orgánica y la fertilidad.
 Para defender al suelo de la erosión provocada por el viento y la lluvia es
necesario usar barreras. Pueden ser barreras vivas, formadas por franjas
de árboles y arbustos de hojas perennes y crecimiento denso, transversales
a la dirección del viento y a la pendiente del terreno.
 Las zanjas y acequias permiten capturar el agua de escorrentía, que puede
ser acumulada allí (surcos de infiltración), o puede ser llevada fuera del
terreno (zanjas de drenaje y canales de desviación) hacia tanques para
almacenarla.
 Las terrazas o andenes: hay terrenos de pendiente muy acentuada, y en
ellos la construcción de terrazas ayuda a que el agua se absorba, evitando
que arrastre el suelo y lo erosione. Además se obtienen superficies planas y
más profundas, lo que permite sembrar diversos cultivos. Pueden
construirse pequeñas terrazas individuales y circulares, en las que se
planta, generalmente, un frutal.
 La labranza mínima limita la roturación del suelo a los surcos donde se va a
sembrar. El resto del terreno queda sin tocar. Este tipo de labranza permite
mantener la estructura del suelo, disminuyendo el arrastre ocasionado por
la lluvia y el viento.
 El control de cárcavas: las cárcavas son zanjas causadas por el agua, que
socava el suelo y se lo lleva. Dificultan la agricultura y tienden a
agrandarse, aumentando la erosión y los desmoronamientos de tierra. Para
controlarlas, hay que detener el flujo de agua que las forma. Después hay
que intentar su recuperación, construyendo muros de piedras dentro de la
cárcava para que se acumule tierra.
 Es importante evitar el sobrepastoreo. Cuando se concentra el ganado, el
pisoteo constante compacta el suelo. Al alimentarse selectivamente de los
pastos que prefieren, estos desaparecen poco a poco.
Enmienda.
La función principal atribuida a las enmiendas orgánicas es el aporte de materia
orgánica al suelo, con el fin de generar humus para mejorar la fertilidad del suelo.
La normativa reguladora de los productos fertilizantes contempla varios tipos de
enmiendas orgánicas para las que, dependiendo de la materia prima utilizada en
su elaboración, se exigen los contenidos mínimos de Materia orgánica total, de
humedad relativa y de Extracto húmico total.
Los tipos de enmiendas pueden ser:
Húmicas, hechas con materia prima Animal o vegetal (turba, lignito o leonardita).
Turba de musgo, realizada con materia prima Musgo, principalmente género
Sphagnum.
Turba herbácea, realizada con materia prima Turberas bajas principalmente
(Carex, Phragmytes…).
Compost, hecho con materia prima Ciertos residuo orgánico biodegrable.
Compost Vegetal, realizado con materia prima Restos Vegetales.
Compost de estiércol, realizado con materia prima Deyecciones de animales.
Vermicompost, procedente de la Digestión por lombrices de materiales
orgánicos, esencialmente estiércol.
Enmienda húmica
Su interés radica en la aportación directa al suelo de compuestos húmicos, que
pueden proceder del proceso de transformación de restos vegetales o animales y
fundamentalmente de materia orgánica de tipo sedimentario como las turbas,
lignitos y leonarditas, ligados al proceso de formación del carbón.
Las sustancias húmicas son compuestos de color amarillento a negro, amorfos,
muy polirizados, con elevado peso molecular y de naturaleza coloidal. Se
clasifican en función de su solubilidad en ácidos y bases, pudiéndose separar en
diversas fracciones húmicas: ácidos húmicos, ácidos fúlvicos y huminas. Los
ácidos húmicos representan la fracción más interesante del humus del suelo,
pudiendo suponer hasta un 80% del mismo.
En este tipo de enmienda debe valorase un buen equilibrio entre los dos tipos de
ácidos, considerándose como idónea una relación de 4 a 1 (80% de húmicos y
20% de fúlvicos).
Las sustancias húmicas inciden de forma beneficiosa en el crecimiento de las
plantas actuando de la siguiente forma:
• Los grupos funcionales ácidos húmicos y fúlvicos que contienen intervienen en
las reacciones de intercambio catiónico de los suelos.
• Interaccionan con las arcillas y estabilizan los agregados del suelo, previniendo
la erosión.
• Tienen un papel importante en la disponibilidad de micronutrientes, puesto que
forman complejos con los metales como el hierro, manganeso, zinc y cobre,
contribuyendo además a mejorar la absorción por las plantas del fósforo,
nitrógeno, potasio, calcio y magnesio.
Turbas
La turba es un material procedente de la degradación bioquímica de materiales
vegetales acumulados en medios anaeróbicos o semi-anaeróbicos (turberas).
Pueden ser de dos tipos según las condiciones de formación, diferenciándose en
turberas bajas o "eutróficas" y turberas altas u "oligotróficas".
Se contemplan en la normativa dos tipos de turbas según las especies vegetales
de que proceden: "Turba herbácea", o turba negra, formada por caña común
(pastos de Phragmytes) y carrizos (género Carex), y la "turba de musgo" o turba
rubia en la que predomina el género Sphagnum.
Las primeras se originan en las turberas bajas que suelen formarse en zonas de
llanura con aguas estancadas, con un gran contenido en materia orgánica. Las
segundas se originan en zonas de gran altitud, frias y de elevadas precipitaciones.
Su interés reside en su elevado contenido de materia orgánica utilizándose para la
recuperación de suelos degradados, como soporte general de suelos, como
materia prima para la fabricación de sustratos y como enmienda orgánica natural
en general.
Compost
Se entiende por compost al producto resultante de un proceso controlado de
descomposición microbiana aeróbica de residuos orgánicos biodegradables.
De forma general en el proceso de compostaje se distinguen dos fases bien
diferenciadas, que se caracterizan por la intensidad de la actividad microbiana.
Una primera fase de actividad intensa (compostaje) y otra en que esta actividad
microbiana se ralentiza como consecuencia del agotamiento del residuo
biodegradable (maduración o estabilización).
Los factores que inciden en el proceso de elaboración del compost y en
consecuencia del producto final, son esencialmente, la naturaleza de los residuos
biodegradables y de los microorganismos, el tamaño de las partículas, la
temperatura y el pH.
Según la procedencia de los residuos utilizados en su fabricación, en la normativa
se contemplan tres tipos de productos, cuyas características físicas y químicas
son diferentes: compost, compost vegetal y compost de estiércol.
Aunque como se ha dicho las características físicas y químicas de estos productos
difieren según el origen de la materia prima utilizada en su fabricación, su interés
reside en su contenido en materia orgánica que con carácter general oscila entre
un 35 y un 45%.
Es importante señalar a la hora de elegir un compost el grado de madurez del
mismo. Un compost inmaduro con una relación C/N superior a 25-30 puede
producir efectos depresivos en las plantas al disminuir el nivel de concentración de
oxigeno en la zona radicular, así como bloquear el nitrógeno
Valores medios de los parámetros agronómicos de un compost:
Conductividad (dS/m) 700-4.000
pH 7-8,5
Humedad % 35-40
Materia orgánica % 35-45
Nitrógeno (N) % 0,5-2,6
Fósforo (P2O5) % 0,3-2,1
Potasio (K2O) % 0,4-1,2
Calcio (CaO) % 5,0-16,0
Magnesio (MgO) % 0,7-2,1
Suelos salinos y sódicos.
El término suelo salino se usa con relación a los suelos que tienen un alto valor de
la conductividad eléctrica en el extracto de saturación, mientras que el termino
suelo sódico se emplea para referirse a suelos que tienen un alto porcentaje de
sodio intercambiable.
Los suelos alcalinos pueden o no contener excesos de sales solubles, los suelos
salinos se encuentran principalmente en zonas de climas áridos a semiáridos.
Esto ocurre no solamente porque hay menos precipitación adecuada para lavar y
transportar las sales, sino también a consecuencia de la elevada evaporación,
característica del clima árido, que tiende a concentrar las sales del suelo, en el
agua superficial.
Las aguas actúan como fuentes de sales, cuando se usan para riego, o cuando el
agua subterránea por efecto de inundaciones, sube hasta muy cerca de la
superficie e inundan tierras bajas.
El drenaje restringido es un factor que frecuentemente contribuye a la salinización.
La baja permeabilidad del suelo es causa del mal drenaje, impidiendo el
movimiento descendente del agua.
La baja permeabilidad puede deberse a texturas o estructuras desfavorables o la
presencia de capas endurecidas impermeables.
SUELOS SALINOS
El término salino se aplica a suelos cuya conductividad del extracto es mayor a 4
mmhos/cm, con un porcentaje de sodio intercambiable menor de 15.
Generalmente el pH es menor a 8,5
SUELOS SODICO-SALINOS
Llamase asi a aquellos suelos cuya conductividad del extracto de saturación es
mayor a 4 mmhos/cm y el porcentaje de sodio intercambiable es mayor de 15
Este tipo de suelos se produce como resultado de procesos combinados de
salinización y acumulación de sodio.

SUELOS SODICOS NO SALINOS


Son aquellos cuyo porcentaje de sodio intercambiable es mayor a 15 y la
conductividad es menor a 4 mmhos/cm. El pH varía entre 8,5 y 10.- Corresponden
a los suelos llamados “álcali negro”
La clasificación final quedaría asi:

La salinización de los suelos es un proceso parcialmente reversible, este proceso


a veces es muy lento, pero puede ser acelerado si se dejan residuos superficiales
de cobertura vagetal, para impedir la evaporación, evitando la concentración de
sales en superficie.
Es necesario lograr inicios de coberturas con siembras de especies adaptadas y
evitar el pastoreo continuo y la compactación superficial.
Las áreas totalmente desnudas son las más críticas en cuanto a posibilidades de
recuperación, puesto que primero hay que lograr un mulch. También se puede
probar una tarea de remoción que favorezca la infiltración y lavado de sales. Este
cincelado/disqueado es bueno aunque desaparece a los 12 meses, pero puede
ayudar a la implantación inicial.
Los pastoreos deben ser moderados, evitando la compactación que se produce
especialmente cuando el suelo está húmedo.
EL BORO
El boro es un elemento esencial para las plantas ( ej probado en girasol) pero la
concentración necesaria es muy pequeña
Aun cuando este elemento esté presente en cantidades relativamente pequeñas,
en suelos salinos tiene un efecto marcadamente tóxico.
Los síntomas puede ser: , quemaduras, clorosis, necrosis… ( agropiros con hojas
cloróticas en El Ancla ?) Estudiar.
El límite marginal del boro es de 0,7 a 1,5 ppm, más de 1,5 ppm es un problema
Especies tolerantes al boro: remolacha forrajera, acelga forrajera, colza.
Las especies a sembrar en los bajos:
 Tenemos el clásico agropiro, que hay que dejarle descansos prolongados y
fortalecerlos con aplicaciones de urea de forma estratégica (otoño temprano
o primavera), más los agregados de Melilotus alba y/o Vicia villosa, etc.
Siempre buscando armar el mulch.
 Luego deberemos incursionar con las mega térmicas, fundamentalmente
con Mijo perenne (Panicum coloratum) y la Gramma rhodes (Chloris
gayana) var. Finecut, sembrados al voleo de 6 a 7 kg/ha con un largo
periodo de siembra que va de octubre a diciembre.
Hay que tener en cuenta que las áreas en que se van a sembrar estas forrajeras,
pueden estar con pelo de chancho, gramón, salicornia (jume)
Habrá que usar glifosato y un disco liviano a los 10 días
Si la presencia principal es de pelo de chancho es recomendable agregar el
glifosato 0,5 lt/ha de Select (potencia su control). Siempre agregar coadyuvantes.
Las siembras son virtualmente al voleo y/o en directa lo más superficial posible.
El periodo de implantación sin pastorear debe ser prolongado ( 6 meses ) a fin de
asegurar un buen establecimiento del cultivo.
Resúmen:
Cuidado, no ir muy abajo…
Trabajar siempre con mulch.
Manejo de suelos salinos y sódicos.
Origen de los suelos salinos y sódicos.
El proceso de acumulación de sales en los suelos con predominio del Ca y el Mg
se le denomina salinización. Cuando es el Na el que predomina netamente el
suelo evoluciona de muy distinta manera, desarrollándose un proceso, con
resultados completamente distintos, que es el llamado alcalinización.
Dos son las condiciones necesarias para que se produzca la acumulación de sales
en los suelos: aporte de sales y su posible eliminación ha de estar impedida.
Origen de los suelos salinos
Las sales, tanto las de Ca, Mg, K como las de Na, proceden de muy diferentes
orígenes. En líneas generales, pueden ser de origen natural o proceder de
contaminaciones antrópicas.
Causas naturales
Material original: algunas rocas, fundamentalmente las sedimentarias, contienen
sales como minerales constituyentes. Por otra parte, en otros casos ocurre que si
bien el material original no contiene estas sales, se pueden producir en el suelo
por alteración de los minerales originales de la roca madre.
Sales disueltas en las aguas de escorrentía:
Se acumulan en las depresiones y al evaporarse la solución se forman
acumulaciones salinas. Muchos de los suelos salinos deben su salinidad a esta
causa.
Sales a partir de mantos freáticos suficientemente superficiales
(normalmente a menos de 3 metros): Los mantos freáticos siempre contienen
sales disueltas en mayor o menor proporción y en las regiones áridas estas sales
ascienden a través del suelo por capilaridad. En general, la existencia de mantos
freáticos superficiales ocurre en las depresiones y tierras bajas, y de aquí la
relación entre la salinidad y la topografía.
La contaminación de sales de origen eólico es otra causa de contaminación. El
viento en las regiones áridas arrastra gran cantidad de partículas en suspensión,
principalmente carbonatos, sulfatos y cloruros que pueden contribuir en gran
medida a la formación de suelos con sales.
El enriquecimiento de sales en un suelo se puede producir, en las zonas costeras,
por contaminación directa del mar, a partir del nivel freático salino y por la
contribución del viento. En algunas ocasiones, la descomposición de los residuos
de las plantas, liberan sales que estaban incluidas en sus tejidos y contribuyen de
esta manera a aumentar las al inidad del suelo; otras veces las plantas
contribuyen a la descomposición de minerales relativamente insolubles y a partir
de ellos se forman sales. De cualquier manera, aunque este efecto ha sido
mostrado por varios autores (examinando la salinidad de suelos sin vegetación y
suelos con un determinado tipo de vegetación) globalmente este efecto carece de
importancia.
Contaminación antrópica
La salinidad del suelo también puede producirse como resultado de un manejo
inadecuado por parte del hombre. La agricultura, desde su comienzo, ha
provocado situaciones de salinización, cuando las técnicas aplicadas no han sido
las correctas.
Actividad agraria y especialmente el riego, ha provocado desde tiempos remotos
procesos de salinización de diferente gravedad: cuando se han empleado aguas
conteniendo sales sin el debido control (acumulándose directamente en los suelos
o contaminando los niveles freáticos), o bien cuando se ha producido un descenso
del nivel freático regional y la intrusión de capas de agua salinas, situadas en
zonas más profundas, como consecuencias de la sobreexplotación.
También se ocasionan problemas graves de salinización en superficies de cotas
bajas, cuando se realizan transformaciones de riego de áreas situadas en zonas
altas y no se ha previsto su influencia en aquellas otras. Directamente por la
acción de las aguas de riego, pero también se puede producir por las
movilizaciones de tierras que pueden provocar la aparición de rocas salinas en la
superficie del terreno que además de contaminar a los suelos in situ provocaran su
acumulación en los suelos de las depresiones cercanas por acción de las aguas
de escorrentía.
El empleo de elevadas cantidades de fertilizantes, especialmente los más
solubles, más allá de las necesidades de los cultivos, es otra de las causas que
provocan situaciones de altas concentraciones de sales, que contaminan los
acuíferos y como consecuencia los suelos que reciben estas aguas. Todas estas
situaciones son muy típicas de zonas más o menos áridas sometidas a una
actividad agrícola muy intensa, como sucede, en los países tropicales de centro y
Suramérica.
Finalmente la actividad industrial, en ocasiones, puede acarrear situaciones serias
de acumulación de determinadas sales en los suelos situados bajo su zona de
influencia, por medio de la contaminación atmosférica o mediante las aguas que
discurren por su cuenca hidrográfica.
Manejo de suelos salinos y sódicos
Existen distintas técnicas disponibles para recuperar o rehabilitar suelos salinos y
sódicos. Estas técnicas difieren en cuanto a su grado de efectividad y deben ser
puestas a prueba en cada situación. Existen diferentes técnicas de manejo, que
difieren según los objetivos. Los principios básicos que guían a la mayoría de ellas
son:
Lavado de sales del perfil del suelo
Para la recuperación de suelos salinos es necesario el lavado de las sales,
mediante el cual, o son transportadas a horizontes más profundos de los
explorados por las raíces de las plantas, o son evacuadas a otras zonas, por
medio de drenes. Las zonas receptoras no deben ser sensibles a la contaminación
originada.
El manejo del suelo, para la eliminación de las sales, se realiza de distinta manera
y con resultados diferentes según que el problema tóxico sean las sales solubles o
el sodio en el complejo de cambio (carbonato y bicarbonato sódicos).
En el primer caso su planteamiento es muy sencillo y su realización práctica
también es relativamente fácil, en general, pero si el problema de toxicidad lo
representan las sales alcalinas de sodio el problema es más complejo y los
resultados son aún más problemáticos.
Para eliminar las sales solubles, basta con regar abundantemente con lo que se
produce el lavado de las sales que no se habría producido por causa de la aridez.
El tipo de sales presentes va a condicionar las posibilidades de recuperación: Para
los cloruros sódicos el lavado es relativamente fácil en suelos con yeso, en los que
el Ca2+ que se libera no permite que el Na+ pase a forma intercambiable.
La eliminación del cloruro magnésico y del sulfato magnésico del suelo es difícil, y
a que el magnesio, debido a su alta densidad de carga tiende a ocupar las
posiciones de intercambio, desplazando a los iones monovalentes durante el
lavado; por lo que su lavado requeriría enmiendas cálcicas.
Para conseguir el lavado en suelos de secano, se debe preparar el terreno, para
asegurar una infiltración del agua de lluvia lo más elevada posible. Esto se
conseguirá mejorando las propiedades físicas del suelo, incrementando el tiempo
de contacto del agua de lluvia con su superficie, mediante la construcción de
terrazas, y disminuyendo eliminando la escorrentía con labores adecuadas y
manteniendo una cobertura vegetal.
Mantener un alto contenido de agua en la zona radicular.
En diferentes países de Latinoamérica como en argentina, han implementado técni
casen el manejo de suelos salinos y sódicos tendientes a aflojar el suelo para
revertir la compatación existente, incrementar el ingreso de agua y crear una
discontinuidad capilar entre la napa freática y la superficie, mantener la cobertura
vegetal existente para evitar la salinización en la superficie, crear micro relieves
para evitar el detenimiento y facilitar la entrada de agua al suelo.
Otra técnica para el manejo de estos suelos es la adaptación de las maquinarias
para la labranza tales como el arado de rejas.
Seleccionar variedades de cultivos tolerantes a sales.
No todos los cultivos responden de igual manera a la salinidad, algunos producen
rendimientos aceptables a niveles altos de salinidad y otros son sensibles a
niveles relativamente bajos. Esta diferencia se debe a la mejor capacidad de
adaptación osmótica que tienen algunos cultivos, lo que les permite absorber bajo
condiciones de salinidad una mayor cantidad de agua. Esta capacidad de
adaptación es muy útil y permite la selección de cultivos más tolerantes y capaces
de producir rendimientos Científicos desarrollan arroz transgénico que
económicamente aceptables cuando puede crecer en condiciones de alta no se
pueden mantener la salinidad salinidad.
Implementación del drenaje superficial o subterráneo
En la preparación del suelo, se debe conseguir que el movimiento del agua, tanto
en profundidad como en superficie, sea lo más uniforme posible, facilitando el
drenaje y el desagüe, con labores que eliminen la suela de arado y actúen sobre
los límites abruptos entre horizontes. Con un riego de pre siembra, capaz de lavar
las sales
Manejo de suelos salinos y sódicos precipitadas en la estación seca, se dispondrá
de un perfil de partida menos salino. Se evitará la formación de costra superficial,
frecuente en estos suelos de elevada concentración de sales y con efectos
negativos sobre la nacencia de las plantas. La práctica de la siembra directa
disminuye o evita la formación de costra y conserva un cierto grado de humedad
en la superficie del suelo.
Cambiar el método de riego
El riego afecta directamente a las condiciones salinas y no solamente por la
calidad del agua. La técnica de riego empleada influye en la variación del potencial
hídrico del suelo, encontrándose las fluctuaciones más amplias en los sistemas de
gravedad (por inundación) y de aspersión y manteniéndose casi constante este
potencial en los riegos de alta frecuencia (aspersión y goteo). Igualmente estos
sistemas inciden en los contenidos de humedad del suelo y como consecuencia
en la variación de la concentración de sales, de la solución del mismo. Los riegos
de alta frecuencia y localizados, mantendrán esta concentración casi uniforme
dentro de la zona mojada, pero será elevada en los límites de ésta. La distribución
de sales será más uniforme en los de gravedad y aspersión, pero a medida que
los intervalos entre riegos aumentan, las variaciones en el contenido de humedad
lo harán también y como resultado la concentración de sales, encontrándose las
conductividades menores, inmediatamente después del riego y las mayores al final
de cada intervalo. El lavado de sales será mayor con los riegos de gravedad y
aspersión y menor en los localizados. A medida que la eficacia del riego calculada
para compensar solamente la evapotranspiración, sea más alta, los lavados de
sales serán menores, lo cual, tendrá su incidencia en los rendimientos. Esta
consideración ha de tenerse en cuenta cuando se utilice la técnica de riegos
deficitarios.
Ajustar las técnicas de siembra en varios sistemas de cultivo
Las técnicas de cultivo influyen positiva o negativamente sobre las condiciones
salinas. La incorporación de fertilizantes pueden elevar el contenido de ciertas
sales, como sucede con las derivadas del potasio o nitratos o facilitar el lavado, al
favorecerlos procesos de intercambio.
La siembra debe de realizarse de tal manera que se consiga una buena
germinación y nascencia. Para ello la semilla debe estar localizada en zonas
donde la concentración de sales sea lo más baja posible y disponga de la
humedad suficiente. Si el riego se hace por surcos, el lugar recomendable de
colocación de la semilla (o plantones) es en la mitad del lomo. La previsible
disminución del porcentaje de germinación que ocasiona la concentración de
sales, se puede paliar aumentando la dosis de siembra.
Utilización de mulch artificial en peladares, también "cicatrización"
Los sectores carentes de vegetación son los más críticos en cuanto a
posibilidades de recuperación. En ellos es necesario realizar la cobertura de la
superficie del suelo con rastrojo o paja de cualquier origen, para lograr un mulch
que la proteja. Previamente puede realizarse alguna tarea de remoción que
favorezca la infiltración y el lavado de sales. Se puede emplear cualquier material
sobre el terreno, que tenga un efecto de y laqno; mulching manteniendo la
humedad de los horizontes superficiales y los niveles de concentración de las
sales, dentro de valores aceptables por las plantas seleccionadas. Tal sucede con
los enarenados, que consiguen bajar los porcentajes
Manejo de suelos salinos y sódicos de reducción de cosecha, para cultivos
sensibles a determinados niveles de conductividades del extracto de saturación, o
del agua empleada en el riego.
Indicadores de eficiencia de las técnicas de manejo
Para conocer la medida del cambio debe recurrirse a indicadores o verificadores
deéxito que muestren las diferencias con plan/antes plan. Algunos de ellos se
sugieren acontinuación:
1. Profundidad de la napa
2. Tenores de salinidad y sodicidad
3. Condición fisicoquímica
4. Estabilidad estructural
5. Calidad de la nutrición edáfica
6. Distribución estacional de la biomasa
7. Productividad primaria aérea de las especies forrajeras dominantes
8. Broza: calidad y espesor
9. Variables estructurales de las especies (cobertura y altura)
10. Índices de diversidad, equitatividad y predominio de especies
11. Modelos de crecimiento de las especies
12. Carga animal
13. Productividad del sistema

Materia orgánica del suelo.


Humus del suelo.
¿Qué es el humus?
Para entenderlo, un ejemplo. Cuando cae una hoja al suelo esa hoja es
inmediatamente atacada por hongos y bacterias e inician su descomposición. El
resultado es:
• Un porcentaje de la hoja se convierte en nutrientes minerales (nitrógeno, fósforo,
potasio, etc.) que pueden ser tomados directamente por las raíces.
• Y otra parte de esa hoja se transforma en humus. Lo mismo ocurre con cualquier
otra materia orgánica que adicionemos al suelo, por ejemplo, el estiércol, un
compost, etc.. Son atacados por los microorganismos y hay producción de humus
por un lado y producción de nutrientes minerales para las plantas por otro.
Por dar un número y recalcar el tema anterior. Si esa hoja pesa 2 gramos, puede
ser que se convierta en humus 0,1 gramos y el resto en minerales.
Con los años, ese humus nuevo formado, también se transformará en minerales,
pero mucho más lentamente. Terminará por desaparecer como humus, pero
después de más de 3 años.
Hojarasca en suelo
El humus es una sustancia muy especial y beneficiosa para el suelo y la planta.
Tiene unas cualidades que aporta diversos beneficios:
1. Agrega las partículas y esponja el suelo, mejorando por tanto su estructura.
2. Retiene agua y minerales y así no se lavan y pierden en profundidad; igual que
hace la arcilla.
3. Aporta nutrientes minerales lentamente para las plantas a medida que se
descompone (nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio, etc.).
4. El humus tiene otros beneficios menos estudiados pero muy interesantes.
Produce activadores del crecimiento que las plantas pueden absorber y favorece
la nutrición y resistencia: vitaminas, reguladores de crecimiento (auxinas,
giberelinas, citoquinicas) y sustancias con propiedades de antibióticos.
Las raíces, indudablemente, se encuentran mejor en un suelo rico en humus que
en uno pobre en esta sustancia.

Horizonte de un suelo rico en humus


Clasificación morfogenética del suelo.
La acción conjunta de los factores que condicionan la formación y evolución del
suelo conduce al desarrollo de diferentes perfiles o tipos de suelos. La
clasificación de los mismos puede basarse en criterios diversos. Entre otros,
podemos citar:
 características intrínsecas del suelo, dependientes de los procesos
genéticos que los desarrollan.
 propiedades del suelo como permeabilidad, salinidad, composición,... y que
se relacionan estrechamente con los factores de formación.
 según su aptitud para diferentes usos, fundamentalmente agrícola.
Es frecuente realizar una primera agrupación en función del factor o factores
predominantes en su desarrollo. Así, se distingue entre:
 Suelos azonales: corresponden a suelos inmaduros, que se encuentran en
las primeras etapas de su desarrollo por no haber actuado los factores
edafogenticos durante el tiempo suficiente ( aclimácicos), en los que los
caracteres predominantes son los debidos al tipo de roca madre. Son los
presentes por ejemplo sobre sedimentos recientes (alóctonos), desiertos,
suelos helados.
Escaso o nulo desarrollo y diferenciación de horizontes.
 Suelos intrazonales: son los desarrollados bajo condiciones en que
predominan los factores edafogenéticos pasivos, como roca madre,
pendiente, acción humana,... Son suelos aclimáticos, ya que el factor clima
no es determinante en su formación, y (climácicos).
 Suelos zonales: desarrollados bajo la acción de los factores activos de
formación del suelo, en especial el clima, durante el tiempo suficiente. Son,
por tanto, climácicos y climáticos. Se trata de suelos maduros y bien
evolucionados.
Existen numerosos sistemas de clasificación, entre los que hay que destacar:
La clasificación del USDA (United States Department of Agriculture) reconoce
varios órdenes de suelos, cuyos nombres se forman anteponiendo una partícula
descriptiva a la terminación –sol.
Influencia de materia orgánica en el suelo.
Humus bruto o Mor: Se trata de materia orgánica muy pobremente humificada,
abundante en restos de tejidos vegetales irreconocibles (humina heredada) y
ácidos fúlvicos (poco polimerizados) fácilmente lixiviables y poco aptos para la
formación de agregados estables. La actividad biológica suele ser muy escasa.
Cuando el ambiente no es muy árido, la SOM puede descomponerse mal si
procede de restos vegetales de ciertas plantas, por lo que el horizonte órgano-
mineral puede adquirir gran potencia y colores negruzcos, estando cubierto por
abundantes restos sin descomponer (los denominados Horizontes L, F y H).
Dicho de otro modo, la estructura de los complejos órgano-minerales es bastante
pobre Tal estructura tiende a ser laminar y no grumosa, como en los suelos con
mejores tipos de humus. Abundan los micelios blanquecinos de hongos. En
cambio la actividad bacteriana, fundamental para conseguir una buena
humificación, es escasa. Suele abundar en los medios ácidos (oligotrofos: pobres
en nutrientes –bases-), bajo ambientes húmedos y fríos y cuya vegetación, debido
a su composición resulta difícil de descomponer (coníferas, ericáceas, etc.). La
relación C/N es elevada, superando frecuentemente a veces el valor de 25. Sin
embargo también puede aparecer en ocasiones bajo ambientes más áridos.
Humus Moder: Se trata también de un humus no muy evolucionado, aunque algo
más que el anterior. A diferencia del tipo Mor, la SOM es completamente
irreconocible. Su incorporación a la formación de los agregados del suelo es más
fácil que en el caso de los humus Mor, pero peor que en el Mull. Tales complejos
arcillo-húmicos son de escaso tamaño y no muy estables. Sus ácidos fúlvicos
poseen también una menor tendencia a ser lixiviados. Suelen presentarse en
suelos ácidos, con un pH que oscila entre 4-5 y 5, con contenidos en bases pobres
o medios (medio mesotrófico), bajo climas variados pero con predominancia los
fríos y secos. La relación C/N fluctúa entre 16-25, se decir mayor que en los Mor y
peor que en los Mull. Sin embargo bajo la una cobertura vegetal cuya composición
no favorece la humificación, también aparece en ambientes mediterráneos y
suelos ricos en bases, frecuentemente carbonatados.
Humus Mull: La materia orgánica se humifica bien, dando lugar a agregados
estables que mejoran las condiciones físicas, químicas y biológicas de los suelos.
Los restos vegetales son infrecuentes. La actividad biológica es intensa. La
vegetación sobre la que aparecen posee propiedades favorables para ser
descompuesta rápidamente abundando las bacterias y, en medios eútricos o
eutrofos (ricos en bases), abundan las lombrices: cuyos coprolitos lo forman
agregados de formidables propiedades con vistas a retener nutrientes. De aquí la
importancia de la vermicultura en agricultura. La relación C/N es siempre baja,
generalmente menor de 12.
Contenido de materia orgánica en el suelo.
La materia orgánica de los suelos es el producto de la descomposición química de
las excreciones de animales y microorganismos, de residuos de plantas o de la
degradación de cualquiera de ellos tras su muerte. En general, la materia orgánica
se clasifica en compuestos húmicos y no húmicos. En los segundos persiste
todavía la composición química e incluso la estructura física de los tejidos
animales o vegetales originales. Los organismos del suelo descomponen este tipo
de sustancias orgánicas dejando solamente residuos dificilmente atacables, como
algunos aceites, grasas, ceras y ligninas procedentes de las plantas superiores de
origen. El resto son transformados por parte de los microorganismos, reteniendo
una parte como componentes propios (polisacáridos , por ejemplo). El producto de
tal transformación es una mezcla compleja de sustancias coloidales y amorfas de
color negro o marrón oscuro denominado genéricamente humus (Brady, 1984). El
humus constituye aproximadamente entre el 65 y el 75 % de la materia orgánica
de los suelos minerales. Los suelos minerales son los de un contenido de materia
orgánica menor del 20 %, ocupando el 95 % de la superficie terrrestre mundial.
Los suelos con un mayor contenido en materia orgánica se denominan suelos
orgánicos. El contenido medio aproximado de materia orgánica en los suelos de
labor oscila entre el 1 y el 6 %.
La consecuencia radiométrica de mayor interés debido al contenido en materia
orgánica es la pérdida de reflectancia del suelo en el espectro visible, que se
manifiesta en un oscurecimiento característico de este tipo de suelos. Así, por
ejemplo, los suelos desarrollados en condiciones de pradera semiárida suelen
presentar altos contenido en materia orgánica, razón por la cual ofrecen una
pigmentación muy oscura. En regiones templadas y húmedas la pigmentación es
menos acusada y muy poco aparente en los suelos de las regiones tropicales y
subtropicales (Brady, 1984).
Influencia de materia orgánica en el suelo.
La estructura puede definirse como la ordenación de las partículas individuales del
suelo en unidades secundarias, a las que se denomina agregados, de mayor
tamaño y con un carácter persistente, junto con el espacio de huecos que llevan
asociadas. La estructura pues, surgirá a partir de las interacciones fisicoquímicas
entre las arcillas y los grupos funcionales de la materia orgánica.
La importancia de la estructura del suelo es clara, ya que nos permite diferenciar
los suelos de los materiales geológicos. Los huecos contenidos en los agregados
van a permitir la transferencia de aire y agua en el suelo, incidiendo por tanto en la
actividad de los microorganismos y en el crecimiento vegetativo.
Además la estructura condiciona toda una serie de propiedades del suelo como:
-Evita el sellado y la formación de costras superficiales al secarse la superficie del
suelo.
-Favorece la infiltración el agua y la germinación de las semillas.
-Permite el desarrollo de la microflora aeróbica.
-Favorece la actividad de la microfauna del suelo, actividad que repercutirá a su
vez favorablemente en el mantenimiento de una buena estructura.
-Influye positivamente sobre la capacidad de retención de agua en el suelo.
-Favorece las prácticas culturales.
Por el efecto combinado de estos parámetros conseguiremos una buena
estructura del suelo, que actuará previniendo la erosión y la degradación, de ahí la
importancia en mantener unos niveles adecuados de materia orgánica en el suelo,
sobre todo en zonas de climas semiáridos como es el caso de la cuenca
mediterránea, donde la problemática de desertización es lamentablemente una
realidad.
Pero no sólo es importante la formación de agregados, sino que los agregados
que se formen sean estables, de ahí la necesidad de conocer el mecanismo de
formación de estos agregados, donde intervienen factores químicos, físicos y
biológicos, así como los factores de control de su degradación. Algunos de estos
factores se podrían enumerar como:
-microorganismos, segregan productos de naturaleza mucilaginosa, que favorecen
la unión de las partículas del suelo por mecanismos de adsorción, además
intervienen en la transformación de la materia orgánica.
- lombrices, abren canales que facilitan el movimiento de agua y de aire, así como
posibilitan el movimiento de la restante microfauna del suelo hacia horizontes más
profundos. Además al ingerir cantidades de suelo, que posteriormente eliminan
mejor estructurado, contribuyen favorablemente a la formación de complejos
organo-minerales en el suelo.
-características de las arcillas. Si en el suelo existen arcillas expansibles, los
procesos de expansión-retracción favorecerán la formación de agregados
-condiciones climatológicas. Los periodos hielo-deshielo o humectación-
desecación conducen a cambios en las características estructurales.
-lluvia o riego. Si la lluvia es intensa, se puede producir la rotura de agregados por
el impacto de las gotas de lluvia, favoreciendo la aparición de costras
superficiales. El efecto también puede producirse en función del tipo de riego, a
manta, por aspersión, etc.
-prácticas culturales. En función del tipo de suelo, la utilización de maquinaria
puede producir procesos de compactación y destrucción de agregados.
En resumen podríamos decir que la materia orgánica del suelo desempeña un
papel fundamental en la formación, control y mantenimiento de los agregados, lo
que redundará en la formación del complejo órgano-mineral del suelo, de esta
forma además de favorecer la reserva nutricional, contribuiremos al freno de los
procesos degradativos del medio edáfico.
Técnicas de incorporación de materia orgánica a suelos tropicales, bajo uso
agrícola.
La necesidad de incorporar y conservar la materia orgánica presente en los suelos
es de suma importancia para mantener el equilibrio ecológico de los ecosistemas
terrestres, puesto que existe una relación entre el suelo fértil y su contenido en
materia orgánica.
La aplicación de humus de lombriz como fertilizante y enmienda orgánica de
suelos permite mejorar la fertilidad y estructura de los mismos, ayudando también
al desarrollo vegetal mediante una serie de acciones físicas, químicas y biológicas
que ejerce sobre el suelo y fisiológicas sobre la planta.
Es, en gran medida, gracias al aporte de materia orgánica que el suelo se
encuentra agregado, con buena porosidad y presenta alta capacidad de retención
de agua. Además, un suministro adecuado de materia orgánica resulta necesario
al actuar como fuente indispensable de nutrientes para las plantas, principalmente
de N, P y S.
Propiedades físicas del suelo
Textura del suelo:
A modo de ejemplo, un análisis de suelo puede verificar en cuanto a textura del
mismo, la siguiente composición:
La fracción granulométrica más abundante es la fracción arena (70%) con un
contenido medio de arena gruesa y arena fina similar, seguida por la fracción limo
(20%), con un contenido medio de limo fino mayor a limo grueso y, en último lugar,
se encuentra la fracción arcilla (10%).
OBSERVACIÓN: Sin embargo, y a pesar de la gran abundancia de la fracción
arena, la más importante por ser la más activa es la fracción arcilla puesto que se
asocia a los materiales orgánicos, asegura la cohesión de los agregados, fija
cationes y aniones sobre los lugares de cambio además de retener el agua, etc.
Propiedades químicas del suelo:
Cuanto menor (más ácido) sea el pH del suelo, mayor será el riesgo de paso de
metales tóxicos a la solución del suelo.
A mayor % de materia orgánica del suelo mayor será el contenido en éste de
nitrógeno orgánico y carbono orgánico.
Una relación C/N 12 es una relación media en la que predominan por igual los
procesos de humificación y mineralización. El rango de oscilación se encuentra
comprendido entre bajo en el que se favorece la mineralización con lo cual, se
aumenta el contenido en N inorgánico utilizable por las plantas y una relación
media en la que la mineralización y humificación se llevan a cabo en proporciones
similares.
Cuanto mayor sea la relación C/N más lenta se produce la humificación de la
materia orgánica, con lo cual pueden ser mejor aprovechados los nutrientes
contenidos en el suelo hasta un cierto umbral por encima del cual una relación C/N
demasiado elevada podría suponer una grave deficiencia en N para las plantas.
Con la adición al suelo de estiércol, compost o humus de lombriz, se aumenta el
contenido en materia orgánica de éste y, por consiguiente, su contenido en
nutrientes, los cuales son más adsorbidos al complejo de cambio aumentando su
capacidad de intercambio de cationes (CIC), impidiendo su lixiviación.
Otra propiedad importante que poseen las sustancias húmicas es la de mejorar la
capacidad de intercambio de cationes (CIC) del suelo; debido a que absorben los
nutrientes catiónicos del suelo poniéndolos más tarde a disposición de las plantas.
De esta forma, se evita su pérdida por lixiviación.
Esta propiedad también es característica de las arcillas pero su CIC es de 3 a 6
veces inferior a la de ácidos húmicos y fúlvicos, los cuales aportan del 75 al 80%
de la capacidad de cambio total en suelos fértiles. Los humatos y fulvatos, a
diferencia de las arcillas, poseen gran capacidad para ligar y retener aniones por
presentar en su estructura grupos amino, amido, enlaces peptídicos y otros grupos
nitrogenados. Estos aniones ligados, bien directamente o con un metal, son
asimilables por la planta. Esta propiedad de intercambio de cationes y aniones de
la fracción orgánica del suelo, hace que aumente la eficiencia de fertilizantes y que
se reduzca la contaminación.
Es preciso tener en cuenta que al aportar una materia orgánica sin procesar al
suelo se incrementa la acidez de cambio del suelo (H+ y Al3+) ya que la materia
orgánica al descomponerse genera ácidos orgánicos.
Organismos del suelo.
Organismo del suelo y algunos procesos específicos en los que intervienen los
microorganismos del suelo.
Las funciones que desempeñan los organismos del suelo son tan diversas y
variadas como las que realizan los que viven sobre el. En la ausencia de tales
comunidades, los ecosistemas se colapsarían. En este post divulgativo,
mostraremos que nos dice la FAO sobre este tema.

La FAO elaboró un portal sobre biodiversidad del suelo con un elevado contenido
divulgativo. Sin embargo, se encuentra en suahili, para variar. Es cierto que
también ofrecen una versión en castellano sobre los organismos del suelo. Sien
embargo, a penas aporta información, remitiendo inmediatamente al lector a la
página en inglés. Lamentable. O uno es suahileño, o parece que no tenemos
derecho a que ni los organismos internacionales de cooperación incluyan en sus
portales y páginas Web material divulgativo. Esto es prácticamente todo lo que
uno puede encontrar.
Biodiversidad del suelo
La biodiversidad del suelo refleja la variedad de organismos vivos, comprendidos
los innumerables microorganismos invisibles (por ej. bacterias y hongos), la
microfauna (por ej. protozoarios y nemátodos), la mesofauna (por ej. ácaros y
tisanuros) y la macrofauna, mejor conocida (por ej. lombrices y termitas). Las
raíces de las plantas también pueden considerarse organismos del suelo debido a
su relación simbólica e interacción con los demás elementos del suelo. Estos
diversos organismos interactúan entre sí y con las diversas plantas del
ecosistema, formando un complejo sistema de actividad biológica.
Los organismos del suelo aportan una serie de servicios fundamentales para la
sostenibilidad de todos los ecosistemas. Son el principal agente del ciclo de los
nutrientes, regulan la dinámica de la materia orgánica del suelo, la retención del
carbono y la emisión de gases de efecto invernadero, modifican la estructura
material del suelo y los regímenes del agua, mejorando la cantidad y eficacia de la
adquisición de nutrientes de la vegetación y la salud de las plantas. Estos servicios
no sólo son decisivos para el funcionamiento de los ecosistemas naturales, sino
que constituyen un importante recurso para la gestión sostenible de los sistemas
agrícolas.
En consecuencia, me he visto obligado a traducir la siguiente tabla, con vistas a
que los más jóvenes o los ciudadanos no versados en el tema, podía alcanzar una
imagen breve y precisa de las funciones que desempeña la biota en el suelo.
Figuras geométricas.
Polígonos.
Triángulos.
Cuadriláteros.
Figuras geométricas.
Pentágono.
Hexágono.
Figuras geométricas.
Hexágono.
Octágono.
Circunferencia y elipse.
Circunferencia y elipse.
Sistemas de proyección.
Proyecciones ortogonales. Dos dimensiones,
Vista superior. Vista frontal. Vista lateral. (planta, elevación y perfil) de un objeto.

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