Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
E
Resumen: La conocida en Argentina como Teoría n muchas ocasiones, queriendo hacer gala de
o tesis de los dos demonios se ha utilizado para, una equidistancia equiparable a objetividad,
VLQRMXVWL¿FDUVtDOPHQRVTXHUHUGDUXQDH[SOLFD- se ha recurrido a parangonar las acciones
FLyQVLPSOLVWDDODGYHQLPLHQWRGHOJROSHGHOJHQH- violentas llevadas a cabo por grupos de ideología
opuesta, en diversos lugares y épocas. Es el caso
ral Videla y la consiguiente dictadura conocida en
de lo sucedido en Argentina durante el período de
Argentina como el Proceso. El artículo analiza los activismo insurgente de Montoneros, ERP y otras
GLVFXUVRVHLPiJHQHVVREUHFDGDXQRGHORV³GHPR- organizaciones, así como la guerra sucia antes y
QLRV´\ORVFRQWH[WXDOL]DFRQODFULVLVSROtWLFD\VR- después del Proceso. Desde las recurrentes frases
FLDODUJHQWLQDTXHGHVHPERFyHQODGLFWDGXUD/RV tan utilizadas a nivel coloquial Algo habrán hecho,
documentales y las películas cuya temática verse Todos son iguales hasta argumentaciones mucho
sobre el período mencionado han constituido la PiV HODERUDGDV SHUR QR SRU HOOR PHQRV VLPSOL¿-
cadoras y por ende tan supuestamente asequibles
fuente vertebradora a la hora de elaborar el trabajo
como intencionadamente distorsionadoras. Los re-
y sus conclusiones. No se han dejado de lado las cursos manidos son per se conocidos de todos, y al
informaciones procedentes de fuentes tradiciona- todos son iguales podemos contraponer el algunos
OHVSHURVLJXLHQGRODOtQHDGHLQYHVWLJDFLyQEDVDGD son más iguales que otros. O lo que es lo mismo,
en el uso de esas llamadas otras fuentes (documen- al la historia no se repite, el la historia no se repite,
tales, películas, novelas, testimonios orales…). pero se parece. Y en el caso que nos ocupa se da
6HH[SRQHQODVUDtFHVGHODYLROHQFLDSROtWLFDTXH una vez más esta circunstancia.
VDFXGLyD$UJHQWLQDGXUDQWHODGLFWDGXUD\ODHWDSD
La conocida en Argentina como Teoría o tesis de
inmediatamente anterior a la misma y los protago-
los dos demonios se ha utilizado para, si no justi-
nistas de aquella así como las relaciones entre cine ¿FDUVtDOPHQRVTXHUHUGDUXQDH[SOLFDFLyQVLP-
e historia. A partir de ahí se analizan una película plista al advenimiento del golpe del general Videla
(La noche de los lápices) y un documental (Mon- y la consiguiente dictadura conocida en Argentina
toneros, una historia) como medios de apoyo para como el Proceso. La teoría de los dos demonios
ODLQWHUSUHWDFLyQGHODVFDXVDV\RUtJHQHVGHODGLF- viene a decir lo siguiente: la serie de acciones vio-
tadura argentina. lentas cometidas por los grupos de ultraizquierda
que operaban en el territorio argentino durante la
Palabras clave: Argentina, Teoría de los dos de-
etapa antes citada, fundamentalmente a cargo del
monios, dictadura, ERP, montoneros, desapareci- sector del peronismo conocido como Montoneros,
dos. DVt FRPR WDPELpQ SRU HO PDU[LVWD (MpUFLWR 5HYR-
lucionario del Pueblo o ERP, pueden catalogarse
como uno de los demonios. Y por otra parte, las
José Manuel Barrio Terol
acciones de la ultraderecha, como la Alianza Anti-
Universidad de Valencia, España.
comunista Argentina o AAA, más conocida como
E-mail: josemanuelbarrio@ono.com
la Triple A1 (alentadas desde atrás por el ministro
6XDFWXDFLyQIXHDVXPLGDGLUHFWDPHQWHSRUORVPLOLWDUHV³$SDUWLUGHRFWXEUHGHOOD7ULSOH$GHMyGHH[LVWLUSRUTXHODVRSH-
raciones ilegales quedaron en manos del Ejército” (Seoane; Muleiro, 2001: 52).
WLWX\yXQHMHPSORODPXHUWHGHO&KH*XHYDUD\VX FRQDGHSWRVHQWUHHVWHDPSOLRFROHFWLYRGHMyYHQHV
FRQVLJXLHQWHPLWL¿FDFLyQSDVDURQDVHUHOPi[LPR 3DUDHOORVOD¿QDOLGDGGHWRGDVXDFWXDFLyQHUDHO
referente de un amplio abanico de movimientos, control del poder, desde el cual podrían proceder
desde los tupamaros de Uruguay hasta el peruano a todo tipo de transformaciones. Y al amparo de
Velasco Alvarado. Y no es baladí el papel jugado OD UHYROXFLyQ FXEDQD FRPELQDGD FRQ HO UpJLPHQ
SRUORVVDFHUGRWHVGHOD7HRORJtDGHODOLEHUDFLyQ4. autoritario de Onganía, surgieron diferentes orga-
QL]DFLRQHVJXHUULOOHUDVVREUHWRGRDSDUWLUGH
&RQHVSHFLDOLQFLGHQFLDHQWUHMyYHQHVFDUHQWHVGH aunque algunas activas ya desde 19595: Uturun-
XQDH[SHULHQFLDSROtWLFD\iYLGRVGHHQFRQWUDUUi- cos, Movimiento Nacionalista Revolucionario
pidas soluciones a los problemas de índole social 7DFXDUD 0157 )XHU]DV$UPDGDV H /LEHUDFLyQ
que detectaban en sus respectivos países, todo lo Nacional (FALN), Ejército Guerrillero del Pueblo
DQWHGLFKR IXH PDWHULDOL]iQGRVH HQ OD FUHDFLyQ GH (EGP) Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR),
organizaciones solidarias con una marcada tenden- Movimiento de Inquilinos Populares (MIP), Fuer-
cia al uso del lenguaje evangélico. Y por ello su ]DV$UPDGDVGH/LEHUDFLyQ)$/&RPDQGRV3R-
VLPSOL¿FDFLyQ VHJ~Q OD FXDO H[LVWtD XQD OHJLWLPD- SXODUHVGH/LEHUDFLyQ&3/2UJDQL]DFLyQ&RPX-
FLyQ GH OD YLROHQFLD HMHUFLGD GHVGH DEDMR SXHVWR nista Poder Obrero–Brigadas Rojas (OCPO-BR),
que su causa era la injusticia social. Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), Descamisa-
GRVODV)XHU]DV$UPDGDVGH/LEHUDFLyQ0RQWRQH-
(Q HO FRQWH[WR DUJHQWLQR HVWD VLWXDFLyQ SURGXMR ros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).
XQDLQFRUSRUDFLyQDJUDQHVFDODGHMyYHQHVSURYH- Las dos últimas tuvieron un especial protagonis-
QLHQWHVGHFROHJLRVUHOLJLRVRVFRQXQDIRUPDFLyQ mo en la vida argentina. Montoneros procedía en
EDVDGDHQHOQDFLRQDOLVPRFDWyOLFR5RPHUR buena medida de los valores que mencionábamos
<HQOtQHDVJHQHUDOHVHVWRVMyYHQHVVLQWLHURQ DQWHULRUPHQWHSDUDWHUPLQDUHQODyUELWDGHOSHUR-
XQDIXHUWHDWUDFFLyQSRUHOSHURQLVPR\DTXHpVWH nismo. El ERP por su parte era el brazo armado
se encontraba proscrito por los sucesivos gobier- del Partido Revolucionario de los Trabajadores,
nos. Al mismo tiempo, no se le escapaba al propio GHFODUD¿OLDFLyQWURWVNLVWD0RQWRQHURVVHGLRD
3HUyQODSRVLELOLGDGTXHHVWDDGVFULSFLyQOHEULQGD- conocer a escala internacional con el secuestro y
ED\SRUHOORQRODGHVGHxy3HURWDPELpQORREOLJy posterior muerte del general Aramburu en mayo de
a un mayor esfuerzo de ser uno para muchos. En &RQ HVWD PXHUWH DGHPiV GH XQD YHQJDQ]D
¿Q OD FDSDFLGDG GH DEVRUFLyQ GHO GLVFXUVR SHUR- justiciera en la persona de alguien tremendamente
nista fue incomparable, pudiendo a la vez captar el odiado por los peronistas, se eliminaba una posible
catolicismo, el nacionalismo y la izquierda. alternativa al general Onganía. Montoneros fue la
RUJDQL]DFLyQTXHPHMRUVHDGHFXyDOFOLPDSROtWLFR
(QHVDL]TXLHUGDTXHDPDOJDPDEDMyYHQHViYLGRV del país, hasta el punto de ir progresivamente ab-
de justicia social, era lugar común el esquema de VRUELHQGRDODVGHPiVH[FOX\HQGRDO(53+HPRV
dos bandos irreconciliables: el poder autoritario – PHQFLRQDGRDQWHVODSULPDFtDGHODDFFLyQVREUHOD
al que consideraban culpable de todos los males- y UHÀH[LyQ \ HQ HVD OtQHD 0RQWRQHURV HVWDED PX-
HOSXHEORSHURQLVWD±HQXQDLGHQWL¿FDFLyQWDQVLP- cho menos atada a las tradiciones o a las lealtades
plista como dogmática-. Y toda esa realidad con- DQWHULRUHV3HUyQHQVXVLQJXODUHVWLORGHMHIHGH
OOHYDEDODSULPDFtDGHODDFFLyQVREUHODUHÀH[LyQ todos a un tiempo, podía contar aquí con ampliar
aún más su capacidad de ser todo para muchos,
Nos hemos referido antes a la impronta de la re- sin tener que desprenderse de ningún sector. Pero
YROXFLyQFXEDQD1RHVGLItFLOHQWHQGHUHQWRQFHV DGHPiV\GDGDVXSURFHGHQFLDGHFRUWHWHROyJLFR
siguiendo el hilo argumental que trabajamos, el he- 0RQWRQHURV HUD XQD RUJDQL]DFLyQ SURFOLYH D ORV
cho de que la alternativa democrática no contase sectores marginales tan atendidos por los sacerdo-
4. A este respecto, podemos observar un paralelismo entre el sacerdote colombiano, a la vez que guerrillero, Camilo Torres y el
propio Che Guevara.
9LG+HLQHFNH0LOLWDUFKLOHQRH[SHUWRHQODOXFKDDQWLVXEYHUVLYDSODQWHDHQHVWDREUDWRGDVX¿ORVRItDDFHUFD
9LG +HLQHFNH 0LOLWDU FKLOHQR H[SHUWR HQ OD OXFKD DQWLVXEYHUVLYD SODQWHD HQ HVWD REUD WRGD VX ¿ORVRItD DFHUFD
GHOFRQFHSWRGHJXHUUDLUUHJXODUODH[SDQVLyQVRYLpWLFDPHGLDQWHDFFLRQHVVXEYHUVLYDVHQGLVWLQWRVSDtVHVTXHREYLRHVGHFLUOR
no compartimos en absoluto. Por si hubiera algún asomo de duda, está prologada laudatoriamente por Augusto Pinochet. Pero
HVRVtHOWUDEDMRGHGRFXPHQWDFLyQHVLPSRUWDQWH\FRPRIXHQWHLQIRUPDWLYDQRVHV~WLO
altas instancias. Aquí debemos destacar, de similar sonas, además del dolor antedicho, acumula una
manera al apartado anterior, que la Junta Militar LQHQDUUDEOH DQJXVWLD GH GXUDFLyQ LQGH¿QLGD SXHV
QXQFD DSOLFy GH PDQHUD R¿FLDO OD SHQD GH PXHU- RELHQDFDEDFRQODDSDULFLyQDxRVGHVSXpVGHORV
te, por lo que absolutamente todas las ejecucio- restos, o incluso no acaba nunca, constituyéndose
nes fueron clandestinas. No podemos soslayar la así en una tortura añadida, no ya en este caso a la
REVHUYDFLyQGHTXHODUHWyULFDVHPiQWLFDÀRUHFLy víctima directa, sino a todo su entorno. Visto el
cambiando los nombres a todo tipo de acciones, a SURFHGHU GH ORV YHUGXJRV QR HV GH H[WUDxDU HVWD
¿QGHDSRUWDUXQDWHUPLQRORJtDDJUDGDEOHDRtGRV práctica, puesto que a su entender consigue varios
ELHQSHQVDQWHV5HVXOWDFXDQGRPHQRVH[WUDxRHQ objetivos: elimina a un subversivo, mantiene a su
SHUVRQDVTXHVDOYRUDUDH[FHSFLyQQRKDQPDQL- HQWRUQRHQXQHVWDGRGHSRVWUDFLyQ\VLDSDUHFHQ
festado el menor arrepentimiento. pruebas, sirve de escarmiento.
(Q FRQFOXVLyQ HO UpJLPHQ TXH FRQVLGHUy LQGLV- Veamos la estadística profesional de los desapare-
SHQVDEOH DOWHUDU QXHVWUD WUDGLFLyQ MXUtGLFD LP- cidos:
SODQWDQGRHQODOHJLVODFLyQODSHQDFDSLWDOQXQFD
ODXWLOL]yFRPRWDO(QOXJDUGHHOORRUJDQL]yHO 3URIHVLyQ %
FULPHQFROHFWLYRXQYHUGDGHURH[WHUPLQLRPDVLYR
Obreros 30.2
SDWHQWL]DGRKR\HQHOPyUELGRKDOOD]JRGHFLHQWRV
de cadáveres sin nombre, y en el testimonio de los Estudiantes 21.0
sobrevivientes dando cuenta de los que murieron Empleados
en atroces suplicios. Profesionales
Docentes
1RIXHXQH[FHVRHQODDFFLyQUHSUHVLYDQRIXHXQ
HUURU)XHODHMHFXFLyQGHXQDIUtDGHFLVLyQ/RV $XWyQRPRV\YDULRV 5.0
ejemplos, las comprobaciones, se multiplican sin Amas de casa 3.8
GHMDU GXGD VREUH HVWD FRQFOXVLyQ &21$'(3 Conscriptos y personal subal-
1994: 223-224). terno de las fuerzas de seguri- 2.5
dad
Dado que las ejecuciones eran clandestinas, los ca-
dáveres eran ocultados, llegándose mediante este Periodistas 1.6
procedimiento al mayor y más lamentable hallazgo Actores, artistas, etc. 1.3
de los victimarios: el concepto de desaparecidos. Religiosos 0.3
Si bien no fue una novedad, y en concreto en el ve- Fuente: CONADEP (1994: 480).
FLQR&KLOHWDPELpQVHSUDFWLFyDUDt]GHOJROSHGHO
GHVHSWLHPEUHGHFRQWUD6DOYDGRU$OOHQ- $ HVD WDUHD GH H[WLUSDFLyQ WXPRUDO VH HQWUHJDURQ
de, los niveles de ensañamiento y el volumen al- ORVYHUGXJRVFRQLQXVLWDGDGHGLFDFLyQ(QHOWULH-
canzado en el caso argentino quedan fuera de toda QLR ± WXYR OXJDU HO PD\RU Q~PHUR GH
FRPSDUDFLyQDOUHGHGRUGHQXHYHPLOYtFWLPDVGR- GHVDSDULFLRQHV³)XHXQYHUGDGHURJHQRFLGLR´5R-
cumentadas, dentro de un razonable total de treinta PHUR/DPD\RUtDGHORVPXHUWRVHUDQ
mil según las organizaciones de defensa de los de- MyYHQHVGHHQWUHTXLQFH\WUHLQWD\FLQFRDxRV3HUR
rechos humanos. después de haber laminado a todas las organizacio-
QHVODDFWLYLGDGGHODUHSUHVLyQSURVLJXLyVXDQGD-
El grado de crueldad alcanzado mediante la des- GXUDDEDUFDQGRDSHUVRQDVFRQUHODFLyQGLUHFWDR
DSDULFLyQHVPXFKRPD\RUVLFDEHTXHFRQODHOL- lejana con las víctimas previamente eliminadas.
PLQDFLyQFRQVWDWDEOHGHODYtFWLPD(QHOVHJXQGR
supuesto los familiares y amigos de ésta pueden /D¿QDOLGDGGHWRGRHVWHSURFHVRHUDODDQLTXLOD-
cerrar un proceso, en la medida en que la muerte, FLyQGHFXDOTXLHUGLVLGHQFLDSRUORTXHHOSULQFLSDO
SRUGRORURVDTXHVHDVLJQL¿FDODSpUGLGDLUUHPLVL- objetivo no eran los directamente eliminados, sino
ble de la persona. Pero a partir de ahí puede recons- los que permanecían con vida. Partidos, sindica-
truirse el devenir del resto de los afectados que han WRVSUHQVDWRGRTXHGyVXSHGLWDGRDODDFFLyQGHO
VREUHYLYLGR (Q FDPELR OD GHVDSDULFLyQ GH SHU- Estado, que prefería tratar con individuos aislados
ante su omnímodo poder antes que con cualquier QLRV SHUR GH PX\ GLIHUHQWH GLPHQVLyQ 3RUTXH D
tipo de colectividad. pesar de las pretensiones recíprocas, como el gene-
UDO9LRODD¿UPDQGRTXHKDEtDKDELGRXQDJXHUUD\
$OQHJDUODFRQGLFLyQGHDUJHQWLQRVDORVVXSXHVWRV ellos eran los vencedores, o el mismo ERP cuando
VXEYHUVLYRV VH MXVWL¿FDED D RMRV GHO UpJLPHQ OD SUHWHQGLyVHUUHFRQRFLGRLQWHUQDFLRQDOPHQWHFRPR
UHSUHVLyQ LQGLVFULPLQDGD YLROHQWD \ FODQGHVWLQD bando beligerante en una guerra; a pesar de esas
instaurándose así la cultura del miedo. Y del miedo SUHWHQVLRQHVGHFtDPRVODGLPHQVLyQGHODEUXWD-
a la pasividad hay un paso, que se dio fácilmente. OLGDG HMHUFLGD FRQ VHU PRUDOPHQWH H[HFUDEOH HQ
Esto fue lo que quería el gobierno, aunque hubiera todos los casos, es mucho mayor siempre cuando
preferido un entusiasmo popular. Sin embargo lo es ejercida desde el lado del gobierno. Y no lo de-
TXHVtSUROLIHUyIXHHO\DPHQFLRQDGRSRUDOJRVHUi cimos en un sentido apologético de la insurgencia,
Y bien, algo hubo, pues en el momento del golpe que entendemos ha quedado también y claramente
las organizaciones guerrilleras todavía estaban en condenada en su vertiente violenta, sino desde el
VLWXDFLyQ GH DWHQWDU \ DVHVLQDU SHUR VXV YtFWLPDV punto de vista de la ética. Un Estado que no pro-
fueron, a lo largo de los seis años anteriores, entre cede con la ética como instrumento, incluso a la
doscientas y trescientas (Rock, 1992: 453). En hora de controlar una oleada de violencia como la
cambio las cifras de detenidos, fallecidos y desapa- protagonizada por las organizaciones guerrilleras
UHFLGRVFRPRUHVXOWDGRGHODUHSUHVLyQHMHUFLGDGX- argentinas, es un Estado corroído en sí mismo12.
rante el Proceso son escalofriantes, como ya hemos Y tampoco lo decimos desde la ingenuidad: des-
apuntado. de de la CIA hasta el Mossad, todos los Estados
poseen servicios secretos que actúan como tales.
En un régimen que utiliza el terror de manera in- Sin entrar aquí a valorar este hecho, pues no es el
discriminada, y con la pena de muerte establecida, objeto de estas páginas, la cifra de afectados por la
UHVXOWDGLJQRGHDWHQFLyQHOGHWDOOHGHQRDSOLFDUOD UHSUHVLyQHQ$UJHQWLQDHVFDSDDWRGDFRPSDUDFLyQ
MDPiVGHPDQHUDR¿FLDOQLS~EOLFD9LGHODGL[LW LQFOXVRHQVXPLVPDpSRFD\FRQWH[WR
No, no se podía fusilar. Pongamos un número,
pongamos cinco mil. La sociedad argentina no se
hubiera bancado los fusilamientos: ayer dos en 2. RELACIONES CINE-HISTORIA. METODO-
%XHQRV$LUHVKR\VHLVHQ&yUGREDPDxDQDFXDWUR LOGÍA DE TRABAJO
en Rosario, y así hasta cinco mil. No había otra
manera. Todos estuvimos de acuerdo en esto. Y 'HVSXpVGHHVWDDSUR[LPDFLyQDOREMHWRGHHVWXGLR
el que no estuvo de acuerdo se fue. ¿Dar a cono- tratemos un problema que ineludiblemente surge
FHU GyQGH HVWiQ ORV UHVWRV" ¢3HUR TXp HV OR TXH DOWUDEDMDUFRQIXHQWHVGH¿FFLyQDXQTXHHVWpQED-
podemos señalar? ¿El mar, el río de la Plata, el sadas en hechos reales13. Hasta no hace mucho la
5LDFKXHOR" 6H SHQVy HQ VX PRPHQWR GDU D FR- SRVLEOHGLVFXVLyQVHFHQWUDEDHQWRUQRDOELQRPLR
QRFHU ODV OLVWDV 3HUR OXHJR VH SODQWHy VL VH GDQ literatura-historia. Ahora se ha ampliado a otros
por muertos, enseguida vienen las preguntas que FDPSRV FRPR HO DXGLRYLVXDO ,QFOXVR KD\ WHyUL-
QRVHSXHGHQUHVSRQGHUTXLpQPDWyGyQGHFyPR FRV TXH D¿UPDQ OD SUHHPLQHQFLD GH OD OLWHUDWXUD
(Seoane; Muleiro, 2001: 215). SRUTXHQRH[LVWHGLVWDQFLDHQWUH¿FFLyQ\UHDOLGDG
Ya el propio Marc Bloch estaba en contra de esta
(QVXPD\VLQMXVWL¿FDUHQDEVROXWRODVDFFLRQHV SRVLFLyQHLQGLFDEDTXHODFXHVWLyQFODYHHUDVDEHU
de la insurgencia, antes bien condenándolas sin interrogar a los documentos. Creemos que ello es
paliativos como crímenes que fueron producto del hoy válido también para los documentos en soporte
sectarismo, la impotencia11\ODREFHFDFLyQQRSR- audiovisual. La metáfora de E.H.Carr acerca de
GHPRVGHMDUGHD¿UPDUTXHWDOYH]KXERGRVGHPR- los peces: aquello que podamos pescar depende-
rá de la suerte, la zona escogida, los aparejos y la Robert Rosenstone sustenta teorías válidas pero
FODVH GH SHFHV TXH KD\D 3XHV KLVWRULDU VLJQL¿FD PX\ GLVFXWLEOHV 4XL]i DGRSWD SRVWXUDV D~Q PiV
interpretar. Y en esa medida y aquí, nos interesa radicales que Ferro. Coinciden no obstante en la
hablar acerca del aparejo, esto es de las fuentes. Y D¿UPDFLyQ GH TXH HO FLQH SUHVHQWD XQD +LVWRULD
en concreto de las fuentes audiovisuales. Lo cual diferente a la Historia escrita. Según Rosenstone,
QRVUHPLWHD0DUF)HUURSLRQHURGHODXWLOL]DFLyQ HOFLQHFUHDXQPXQGRKLVWyULFRSDUDOHORDOPXQGR
GHOFLQHFRPRIXHQWHKLVWyULFD\WDPELpQGLGiFWL- que a su vez recrean la Historia escrita o la oral.
FD+DYHQLGRWUDEDMDQGRVREUHODUHODFLyQHQWUHHO
FLQH\ODLQYHVWLJDFLyQKLVWyULFDGHVGHORVDxRV Las posiciones de Rosenstone suscitan siempre po-
así como acerca de la validez del cine como herra- lémica, no faltando quienes lo puedan considerar
mienta para la enseñanza de la Historia, faceta en frívolo, aunque también es verdad que su misma
ODTXHUHVXOWDPXFKRPiV¿DEOHDQXHVWURHQWHQ- PDQHUD GH H[SRQHU VXV SODQWHDPLHQWRV SDUHFH HQ
GHU $O ¿Q \ DO FDER FRPR KHPRV UHLWHUDGR ORV RFDVLRQHVEXVFDUODSROpPLFD³/RV¿OPVKLVWyULFRV
audiovisuales son fuentes adicionales, no alternati- molestan y preocupan a los historiadores profesio-
vas, y siempre hemos de contrastar todas ellas. En QDOHV´
ese sentido, como enseñantes podemos hacer uso,
HQSULQFLSLRGHFXDOTXLHU¿OPVLHPSUH\FXDQGR )HUUR\5RVHQVWRQHVRQ¿JXUDVGHVWDFDGDVTXHSHU-
WHQJDPRVHQFXHQWDHOFRQMXQWRGHGRFXPHQWDFLyQ VLJXHQRWUD+LVWRULDPiVEHQp¿FDPHQRVLQWHUHVD-
básica al respecto. Hoy en día el entorno de cual- GD\IDOVL¿FDGRUDTXHHOGLVFXUVRR¿FLDOHPDQDGR
TXLHUDOXPQDGRHVDXGLRYLVXDO\VyORSRUHOOR\D desde el poder. Ahora bien, el no emanar del poder
es interesante el planteamiento de los audiovisuales QRVLJQL¿FDQHFHVDULDPHQWHTXHHVHQXHYRGLVFXU-
como herramienta de la enseñanza de la Historia. VRQRVHDWDPELpQLQWHUHVDGR\IDOVL¿FDGRUSXHVWR
que no por diferente o novedoso va acompañado
)HUURQRFRQWyFRQXQUHVSDOGRDFDGpPLFRFRPRHO de garantías de ecuanimidad. El problema se fun-
que hoy en día se pueda encontrar en lo tocante a damenta en el hecho de que unos historiadores y
este debate, pues la imagen se ha impuesto, aunque otros tienen intereses opuestos. Dado que los de-
eso sí, bajo sospecha, tanto por los sucesivos avan- fensores de las fuentes tradicionales rechazan las
FHVWHFQROyJLFRVFRPRSRUHOSDSHOGHVHPSHxDGR nuevas fuentes, ¿deben aquéllas ser rechazadas
SRUODWHOHYLVLyQHQWDQWRTXHSULQFLSDOWUDQVPLVRU por los defensores de éstas? Evidentemente no.
de mensajes. Por todo ello no podemos limitarnos El trabajo a desarrollar con el cine no constituye
a hablar de cine, sino también de los documentales una alternativa ni mucho menos una dispositivo al
UHDOL]DGRVSDUDVHUH[KLELGRVSRUWHOHYLVLyQ alcance de cualquier historiador con pocos docu-
PHQWRVDVXGLVSRVLFLyQ/DVIXHQWHVHQYtGHRQRV
permiten tener eso, otra fuente. No son, pues, una
Ante la pregunta de si al hacer uso de estas fuentes
alternativa. No estamos elaborando diferentes his-
estamos haciendo una Historia distinta a la basada
torias sino quizá trabajando en distintas parcelas,
en archivos y hemerotecas, la respuesta es sí, pero
igual que antes: historia social, historia de género,
no necesariamente mejor. La propuesta es incorpo-
historia de las mentalidades. Y por todo ello el re-
rar estas nuevas fuentes para así ampliar el abanico
sultado será de calidad si lo han sido las fuentes y
de interpretaciones y lecturas, contribuyendo así a
el propio trabajo del investigador.
XQDPHMRULQWHUSUHWDFLyQGHORVKHFKRV
Puede ser planteado el debate de si este trabajo es
/H\HQGRD)HUURFRQFOXLPRVTXHODXWLOL]DFLyQGH FRQWUDKLVWRULD 1RV SDUHFH PiV XQD FXHVWLyQ QR-
fuentes fílmicas da lugar a una contrahistoria no minalista, y nuestro interés mayor no es éste, sino
R¿FLDO DOHMDGD GH ORV DUFKLYRV \ GH OD FDUJD QH- OD FDOLGDG GHO UHVXOWDGR ¿QDO 3DUD HOOR GHEHPRV
gativa de éstos, a los que considera portadores de utilizar las fuentes de manera crítica, al igual que
memoria de las clases dominantes. Según este hilo otras fuentes disponibles. Del mismo modo que no
argumental, el cine, al permitir un papel activo y SRGHPRVSUHVFLQGLUGHODGRFXPHQWDFLyQDSRUWDGD
contrapuesto, se convierte en un agente de la His- por los archivos, o en su caso por los testimonios
toria, por lo cual puede motivar la toma de con- orales, no debemos hoy en día prescindir de las
ciencia frente a los acontecimientos. otras fuentes, incluyendo a esa macrofuente que
puede desbordarnos por el volumen de sus aporta- Lo cual nos puede permitir realizar un análisis por-
ciones: Internet. De nuestra capacidad para usarlas menorizado de todo ello.
WRGDVFUtWLFDPHQWHGHSHQGHUiODREWHQFLyQGHXQD
LQWHUSUHWDFLyQVyOLGD Entendemos la Historia como un tipo de cono-
FLPLHQWR TXH DVXPH HO SURFHVR GH YHUL¿FDFLyQ \
<D GHFtD +REVEDZP TXH HO FRQRFLPLHQWR KLVWy- crítica que tiene como propio. No es únicamente
ULFR UHTXLHUH XQD DSUR[LPDFLyQ DFXPXODWLYD QR contar aquello que haya sucedido o las consecuen-
H[LVWLHQGRXQDYHUGDG3RUHOORODQHFHVLGDGGHOD cias que hubo. Es también un intento de análisis
LQFRUSRUDFLyQ GH WRGDV ODV IXHQWHV PHQFLRQDGDV GHFyPRVHFRQVWUX\HQVRFLDOPHQWHODVLGHQWLGDGHV
Pero no por el hecho de hacerlo así obtendremos de las personas, resultado que podemos percibir de
un buen resultado. ODUHODFLyQHQWUHHO\R\HOPXQGR3XHVVLQRGH¿-
nimos la Historia y tampoco delimitamos de modo
3RUORTXHUHVSHFWDDODFRQÀXHQFLDHQWUHHOFLQH\ concluyente el cometido de los historiadores, po-
ODKLVWRULDWDQWRQXHVWUDSURSLDH[SHULHQFLDFRPR demos encontrarnos ante el cuestionamiento casi
WUDEDMRVVyOLGRVDOUHVSHFWR14 nos permiten observar absoluto.
el binomio cine historia desde diversos ángulos. El
IXQGDPHQWDOHVODOHFWXUDKLVWyULFDGHODVSHOtFXOD (QVtQWHVLVHOPpWRGRXWLOL]DGRFRQVLVWHHQLGHQWL¿-
o lo que viene a ser lo mismo, el papel desempe- FDUHOGRFXPHQWRDXWRUpSRFDWLSRGHWH[WRVLPi-
ñado por el cine en el conocimiento de la Histo- JHQHVFRQWH[WXDOL]DUGHPRGRVLPLODUDOFRPHQ-
ria del siglo XX. Y dado lo espinoso del asunto, WDULRGHWH[WRGLVHFFLRQDUHOPDWHULDOVHxDODQGR
no mencionemos otros siglos, por más que ciertos ODVLGHDVSULQFLSDOHVVHFXQGDULDVODVUHÀH[LRQHV
acontecimientos sean (o crean ser) conocidos por analizar, relacionando lo obtenido del material au-
muchas personas gracias al cine. Y a pesar del GLRYLVXDOFRQORREWHQLGRGHODFRQWH[WXDOL]DFLyQ
tono provocador de Rosenstone cuando formula la Hemos de añadir que la calidad del producto obte-
que él mismo llama pregunta impertinente: ¿Cuán- nido tal vez sea más que relativa en lo tocante a la
tos historiadores amplían sus conocimientos al ver LQYHVWLJDFLyQ SHUR Vt PX\ ~WLO GHVGH HO SXQWR GH
XQ¿OPTXHQRWUDWDGHVXHVSHFLDOLGDG" vista didáctico.
a pesar de ello, entendemos que hay algo de alec-
cionador en el cine, también para los historiado- ([SRQGUHPRV D FRQWLQXDFLyQ HO UHVXOWDGR GH HVWH
res. Dice Rosenstone en la misma página que a método aplicado a dos fuentes, la película La no-
ORVKLVWRULDGRUHVQROHVJXVWDHOFLQHKLVWyULFRQR che de los lápices y el documental Montoneros,
porque falsee la historia (que es lo que alegan) sino una historia. Forma parte de un trabajo de investi-
porque no lo controlan. Mucho habría que matizar. JDFLyQPXFKRPiVDPSOLRHQGRQGHHOQ~PHURGH
$QXHVWURHQWHQGHUHOFLQHHVXQDKHUUDPLHQWDH[- largometrajes y documentales utilizado es conside-
FHOHQWHSRUVHSDUDGR\PXFKRPiVHQXQLyQGHODV UDEOH7DPELpQHQWDQWRTXHIXHQWHVTXH¿JXUDQ
demás fuentes, como soporte a la vez educativo y DO ¿QDO KHPRV WUDEDMDGR FRQ EDVWDQWHV SiJLQDV
GHLQLFLDFLyQDODLQYHVWLJDFLyQSDUDHODOXPQDGRD web.
partir de la Secundaria.
Como aparece ya reseñado, una ventaja que aporta
Visto así, el cine o los documentales, al igual que ODWHRUtDGHORVGRVGHPRQLRVHVIDFLOLWDUODH[FOX-
cualquier soporte escrito, pueden ser rechazables VLyQGHUHVSRQVDELOLGDGHV(OUHFXUVRDODVLPSOL-
o útiles según enfoquemos los análisis pertinentes. ¿FDFLyQ\DOPDQLGRSRUDOJRVHUiORSURSLFLDHQ
&RQ LQGHSHQGHQFLD GHO ¿OP HQ FRQFUHWR QXHVWUD particular a quienes no deseen hacer cuentas con
lectura precisará tanto analizar la historicidad del HOSDVDGR&RPRDSUR[LPDFLyQH[SOLFDWLYDSXHGH
¿OPFXDQWRDFHSWDUTXHpVWHHVXQUHÀHMRLQGLUHFWR contribuir, pues no en vano el número de atentados
(o no tanto) de una realidad social determinada. Y obra de los distintos grupos insurgentes fue consi-
HQHVHVHQWLGRFXDOTXLHU¿OPSXHGHVHUFRQVLGHUD- derable. Pero ya hemos hablado de todo ello con
GRKLVWyULFRDXQTXHVyORVHDFRPRSURGXFWRGHXQ anterioridad.15
momento, de unas intenciones, de una ideología.
14. Vid. Monterde, J. E., Cine, historia y enseñanza. Barcelona, Laia, 1986.
8QDH[SOLFDFLyQMXVWL¿FDWLYDEDVDGDHQOD7''DSDUHFHHQHOGRFXPHQWDO/DUHS~EOLFDSHUGLGDFXDQGRPLQXWRODYR]HQ
RIIGLFH³/RVYLROHQWRVTXHTXHUtDQFDPELDUWRGRVHUtDQORVFyPSOLFHVLQFRQVFLHQWHVGHORVYLROHQWRVTXHTXHUtDQFRQVHUYDUWRGR
/DJXHUULOOD\ODUHSUHVLyQJROSHDEDQVXFHVLYDPHQWH´
16. Registrando las fases estudiadas por Romero y reseñadas páginas atrás.
0X\LQWHUHVDQWHVDHVWHUHVSHFWRORVFRPHQWDULRVTXH+HLQHFNHGHGLFDDHVWRVDGROHVFHQWHVWLOGiQGRORVGHPLOLWDQWHVJXHYD-
ULVWDVPX\OHMRVGHORVLQRFHQWHVTXHSUHVHQWDODSHOtFXOD/yJLFRVHQXQDREUDTXHFDOL¿FDGHJXHUUDLUUHJXODUDODDFWXDFLyQGH
Montoneros, ERP y otros.
HAOL, Núm. 8 (Otoño, 2005) 100
José Manuel Barrio Terol ,QVXUJHQFLD\UHSUHVLyQ
FLHUWRTXHODYLROHQFLDLQVXUJHQWHJROSHyGXUDPHQ- FRPRWDO\~QLFDPHQWHHOIHQyPHQRGHODLQVXUJHQ-
te en ocasiones y que su capacidad operativa tuvo cia armada puede incluso convertirse en una TDD
momentos de gran efectividad. Pero basta compa- al revés.
UDUODVFLIUDVFRPRHQODFRQWH[WXDOL]DFLyQ¿JXUDQ
SDUDUHSXGLDUFXDOTXLHULQWHQWRGHHTXLSDUDFLyQ 3RU~OWLPRHOSDUDOHOLVPRFRQODVLWXDFLyQHQ(V-
paña, frente a las acciones de ETA es pertinente.
/D7''VHJ~Q5DQDOHWWLHVXQLQWHQWRH[FXOSDWR- No debiéramos olvidar que, mientras en España es
ULRDODSDUTXHXQUHIXHU]RLGHROyJLFRGHOD8&5 general el rechazo de los partidos y la ciudadanía
OD8QLyQ&tYLFD5DGLFDOSDUWLGRWUDGLFLRQDODUJHQ- DODYLROHQFLDHWDUUDH[LVWHQFtUFXORVHQ$UJHQWLQD
WLQRULYDOGHOSHURQLVPR\GHFRUWHVRFLDOGHPyFUD- y otros países del Cono Sur en donde se contem-
WD FRQ PD\RU LPSODQWDFLyQ HQ ODV FODVHV PHGLDV SOD HVWR FRPR DFFLRQHV GH OLEHUDFLyQ QDFLRQDO GH
1RSRGHPRVD¿UPDUVLHVRQROD7''XQVRSRUWH XQ SXHEOR RSULPLGR /D OHMDQtD JHRJUi¿FD SXHGH
LGHROyJLFRGHOD8&5RWUDFRVDHVTXHVtORVHDHO JHQHUDU VLPSDWtDV IUHQWH D IHQyPHQRV UHSXGLDGRV
documental La república perdida en su conjunto, si suceden cerca. En su momento, desde España
y en el que la TDD está presente), pero sí pare- también se veía con simpatía a los Montoneros.
FHEDVWDQWHFODURTXHOD7''IDFLOLWDODH[FOXVLyQ < QR VyOR HQWRQFHV SXHV LQFOXVR DKRUD VH SXHGH
de responsabilidades, a partir de la ya manoseada encontrar a bastantes intelectuales que vivieron
por algo será. Dicho lo cual debemos, en honor SROtWLFDPHQWHDFWLYRV HO ¿QDO GHO IUDQTXLVPR \ OD
a la equidad, reconocer a la UCR y al presidente WUDQVLFLyQ TXH VL ELHQ QR GHVHDQ \D SDUD XQ SDtV
Alfonsín el inmenso mérito de haber propiciado el europeo la lucha armada, les parece oportuno que
enjuiciamiento de los principales responsables del OD UHYROXFLyQ WUDQVIRUPDGRUD VH OOHYH D FDER HQ
Proceso, además de haber gobernado el país bajo América Latina21.
XQD WHQVLyQ LQVRSRUWDEOH VtPEROR GH OD FXDO VRQ
personajes como Aldo Rico o Mohamed Alí Sei- FUENTES
neldín.
1. BIBLIOGRÁFICAS
Como dice Vezzetti, no había ninguna equipa-
UDFLyQ SRVLEOH \ HQ FXDQWR D OD SURSLD HVWUDWHJLD - Alcázar, J. et al. (2000), Història contemporània
del terror y el contraterror, las fuerzas del Estado d’Amèrica. Valencia, Universitat de Valencia.
tenían todas las posibilidades de ganar y así lo ³Estudios y materiales para la historia de
hicieron. Por ello mismo, por el alcance genera- América Latina. Valencia, Universitat de Valencia.
OL]DGRGHODUHSUHVLyQQRSRGHPRVKDEODUGHGRV ³ América Latina: Literatura e historia
demonios. No obstante, es cierto que las acciones HQWUHGRV¿QDOHVGHVLJOR. Valencia, CEPS.
armadas respondían también a un planteamiento - Ciria, A. (1995), Más allá de la pantalla. Cine
de guerra en términos cuasi religiosos. Y ello en DUJHQWLQRKLVWRULD\SROtWLFD. Buenos Aires, Ed. de
XQFRQWH[WRHQHOTXHVRFLDOPHQWHODYLROHQFLDIXH la Flor.
bien vista, sobre todo cuando las acciones armadas - CONADEP (1994), Informe Nunca más. Buenos
proporcionaban ventajas a los simpatizantes de la Aires, Editorial Universitaria.
causa. Recordemos la etapa en que el poder per - Díaz Barrado, M. (coord.) (1998), Historia del
se era algo a destruir, y sus ocupantes el enemigo. tiempo presente &iFHUHV 8QLYHUVLGDG GH ([WUH-
Aunque si el poder se hubiera conquistado, hubiera madura.
posiblemente sido utilizado de manera similar. - Ferro, M. (1995), Historia contemporánea y cine.
Barcelona, Ariel.
Todas estas luchas pueden ser enmarcadas como +DOSHULQ'RQJKL7Historia contempo-
dijimos, en el ámbito de la guerra fría y bajo el ránea de América Latina. Barcelona, Altaya.
LQÀXMRGH&XED(QVXPDVHSXHGHQFRQWHPSODU - Heinecke Scott, L. (1994), /D*XHUUDLUUHJXODU
FRPRDFFLRQHVGHMyYHQHVLGHDOLVWDVTXHEXVFDEDQ Santiago de Chile, Centro de Estudios Nacionales
mayor justicia. Y algo de eso hay, pero asumir del Cono Sur.
9LG$OFi]DU-GHDEULOGH³(OVXEFRPDQGDQWH0DUFRV$PpULFD/DWLQD\ORVLQWHOHFWXDOHVGHL]TXLHUGD´Ojos
9LG $OFi]DU - GH DEULO GH ³(O VXEFRPDQGDQWH 0DUFRV $PpULFD /DWLQD \ ORV LQWHOHFWXDOHV GH L]TXLHUGD´ de
papel [artículo en línea] Disponible desde Internet en: <http://www.ojosdepapel.com>.