Vous êtes sur la page 1sur 14

HAOL, Núm.

8 (Otoño, 2005), 91-104 ISSN 1696-2060

INSURGENCIA Y REPRESIÓN. ACERCA DE LA TEORÍA


DE LOS DOS DEMONIOS

José Manuel Barrio Terol


Universidad de Valencia

Recibido: 29-03-2005 / Revisado: 14-04-2005 / Aceptado: 22-06-2005 / Publicado: 21-09-2005

E
Resumen: La conocida en Argentina como Teoría n muchas ocasiones, queriendo hacer gala de
o tesis de los dos demonios se ha utilizado para, una equidistancia equiparable a objetividad,
VLQRMXVWL¿FDUVtDOPHQRVTXHUHUGDUXQDH[SOLFD- se ha recurrido a parangonar las acciones
FLyQVLPSOLVWDDODGYHQLPLHQWRGHOJROSHGHOJHQH- violentas llevadas a cabo por grupos de ideología
opuesta, en diversos lugares y épocas. Es el caso
ral Videla y la consiguiente dictadura conocida en
de lo sucedido en Argentina durante el período de
Argentina como el Proceso. El artículo analiza los activismo insurgente de Montoneros, ERP y otras
GLVFXUVRVHLPiJHQHVVREUHFDGDXQRGHORV³GHPR- organizaciones, así como la guerra sucia antes y
QLRV´\ORVFRQWH[WXDOL]DFRQODFULVLVSROtWLFD\VR- después del Proceso. Desde las recurrentes frases
FLDODUJHQWLQDTXHGHVHPERFyHQODGLFWDGXUD/RV tan utilizadas a nivel coloquial Algo habrán hecho,
documentales y las películas cuya temática verse Todos son iguales hasta argumentaciones mucho
sobre el período mencionado han constituido la PiV HODERUDGDV SHUR QR SRU HOOR PHQRV VLPSOL¿-
cadoras y por ende tan supuestamente asequibles
fuente vertebradora a la hora de elaborar el trabajo
como intencionadamente distorsionadoras. Los re-
y sus conclusiones. No se han dejado de lado las cursos manidos son per se conocidos de todos, y al
informaciones procedentes de fuentes tradiciona- todos son iguales podemos contraponer el algunos
OHVSHURVLJXLHQGRODOtQHDGHLQYHVWLJDFLyQEDVDGD son más iguales que otros. O lo que es lo mismo,
en el uso de esas llamadas otras fuentes (documen- al la historia no se repite, el la historia no se repite,
tales, películas, novelas, testimonios orales…). pero se parece. Y en el caso que nos ocupa se da
6HH[SRQHQODVUDtFHVGHODYLROHQFLDSROtWLFDTXH una vez más esta circunstancia.
VDFXGLyD$UJHQWLQDGXUDQWHODGLFWDGXUD\ODHWDSD
La conocida en Argentina como Teoría o tesis de
inmediatamente anterior a la misma y los protago-
los dos demonios se ha utilizado para, si no justi-
nistas de aquella así como las relaciones entre cine ¿FDUVtDOPHQRVTXHUHUGDUXQDH[SOLFDFLyQVLP-
e historia. A partir de ahí se analizan una película plista al advenimiento del golpe del general Videla
(La noche de los lápices) y un documental (Mon- y la consiguiente dictadura conocida en Argentina
toneros, una historia) como medios de apoyo para como el Proceso. La teoría de los dos demonios
ODLQWHUSUHWDFLyQGHODVFDXVDV\RUtJHQHVGHODGLF- viene a decir lo siguiente: la serie de acciones vio-
tadura argentina. lentas cometidas por los grupos de ultraizquierda
que operaban en el territorio argentino durante la
Palabras clave: Argentina, Teoría de los dos de-
etapa antes citada, fundamentalmente a cargo del
monios, dictadura, ERP, montoneros, desapareci- sector del peronismo conocido como Montoneros,
dos. DVt FRPR WDPELpQ SRU HO PDU[LVWD (MpUFLWR 5HYR-
lucionario del Pueblo o ERP, pueden catalogarse
como uno de los demonios. Y por otra parte, las
José Manuel Barrio Terol
acciones de la ultraderecha, como la Alianza Anti-
Universidad de Valencia, España.
comunista Argentina o AAA, más conocida como
E-mail: josemanuelbarrio@ono.com
la Triple A1 (alentadas desde atrás por el ministro
6XDFWXDFLyQIXHDVXPLGDGLUHFWDPHQWHSRUORVPLOLWDUHV³$SDUWLUGHRFWXEUHGHOOD7ULSOH$GHMyGHH[LVWLUSRUTXHODVRSH-
raciones ilegales quedaron en manos del Ejército” (Seoane; Muleiro, 2001: 52).

© 2005 Historia Actual On Line 91


,QVXUJHQFLD\UHSUHVLyQ José Manuel Barrio Terol

GH%LHQHVWDU6RFLDO-RVp/ySH]5HJD VRQHORWUR los Estados Unidos contemplaban a los distintos


GHPRQLRMXQWRDODUHSUHVLyQLQGLVFULPLQDGDHMHU- ejércitos sudamericanos como un baluarte defen-
cida durante el Proceso, que de esta manera y se- sivo, una guardia pretoriana (Seoane; Muleiro,
J~QHVWDDUJXPHQWDFLyQGHYLQRDODYH]GHPRQLR\ 2001: 162) ante el enemigo comunista. Y en aras
FRQVHFXHQFLD LQHYLWDEOH GH OD VLWXDFLyQ GH GHVRU- GHXQDLGHRORJL]DFLyQTXHMXVWL¿FDUDVXSDUWLFLSD-
den anterior, es decir del otro demonio. FLyQODGRFWULQDGHODVHJXULGDGQDFLRQDOMXJDEDXQ
papel destacado. El general Onganía era conocido
La Teoría de los dos demonios, que en adelante ci- partícipe de ella, además de decidido moralizador
WDUHPRVFRPR7''QRLQWHQWDGDUXQDMXVWL¿FDFLyQ de la sociedad, por la fuerza si fuere necesario. Y
LGHROyJLFDDODDOWHUDFLyQGHORUGHQFRQVWLWXFLRQDO desde el comienzo de su estancia en el poder dio
llevada a cabo por Videla, Viola, Galtieri, Massera, muestras de ello, en lo que se ha denominado shock
HWFVLQRWDQVyORGDUXQVRSRUWHH[FXOSDWRULRDOD autoritario (Romero, 1993: 232). El 29 de julio de
sociedad en general, por la mayor o menor pasivi-  VH SURSLQy XQ DSDOHDPLHQWR D SURIHVRUHV \
dad durante el Proceso. También hay quien opina, estudiantes de la Universidad de Buenos Aires, la
como Ranaletti (1999: 10), que la TDD es un plan- ³QRFKHGHORVEDVWRQHVODUJRV´FRQODSRVWHULRUUH-
WHDPLHQWR YLFWLPLVWD GH OD 8QLyQ &tYLFD 5DGLFDO nuncia de profesores. Y los desmanes autoritarios
Otros, como Hugo Vezzetti2, consideran la posibi- VHVXFHGLHURQWRGRORTXHHOUpJLPHQHVWLPyQHFH-
lidad de que la TDD viniese a ser el soporte de la VDULRSDUD¿QDOPHQWHSRQHUVHPDQRVDODREUDGH
UHIXQGDFLyQGHODGHPRFUDFLD lo que consideraba necesario: moralizar el país y
JDUDQWL]DUVXYLDELOLGDGHFRQyPLFD4XHSDUDHOOR
Hasta aquí, sucintamente, el objeto de estudio que hubiera sido necesario acallar la escena política y
nos ocupa. Veamos ahora el soporte que hemos ODVLQGLFDOQROHLPSRUWy4XHODOLVWDGHSHUMXGLFD-
XWLOL]DGRGHPDQHUDSULQFLSDODXQTXHFRPRHVOy- GRV IXHVH DPSOLD 5RPHUR    WDPSRFR
gico, sin olvidar todas las fuentes posibles. Las Pero en todo caso, ni tan siquiera ese estado de paz
denominadas otras fuentes son las que hemos con- DODIXHU]DIXHGXUDGHURFRPRGHPRVWUyELHQDODV
vertido en sustentador importante de nuestro traba- claras el Cordobazo, en mayo de 1969. En efecto,
jo. Los documentales y las películas cuya temática después de varias protestas en diversas ciudades,
verse sobre el período mencionado han constituido se aunaron los activismos sindical y obrero el 29 de
la fuente vertebradora a la hora de elaborar el tra- mayo de 1969. A la convocatoria de huelga general
bajo y sus conclusiones. Por supuesto que no he- GHOD&*7VLJXLyHOFRQWUROGHOFHQWURGHODFLXGDG
mos dejado de lado las informaciones procedentes GH&yUGREDDSHVDUGHODJUDQUHSUHVLyQSROLFLDO3,
de fuentes tradicionales, pero siguiendo la línea VHJXLGDGHODLQWHUYHQFLyQGLUHFWDGHO(MpUFLWR\ORV
GH LQYHVWLJDFLyQ EDVDGD HQ HO XVR GH HVDV OODPD- posteriores consejos de guerra. El nuevo activis-
GDVRWUDVIXHQWHV(QRSLQLyQTXHFRPSDUWLPRVOD mo social en contra del poder autoritario que los
XWLOL]DFLyQWDQWRGHORVGRFXPHQWDOHVFRPRGHODV hechos descritos habían generado, produjo a su vez
películas (y también, por supuesto, las novelas) así un sindicalismo peculiar, de amplio respaldo social
como las fuentes orales, son otra fuente más, aun- y con presencia en muchas ciudades. En buena
que no la única, si bien no tiene tampoco por qué PHGLGD\GDGDODIHFKDH[LVWtDQSDUDOHOLVPRVFRQ
ser mejor (Alcázar, 1988: 188). OD3ULPDYHUDGH3UDJDRHO0D\RGHO(OQH[R
GHXQLyQHUDHOUHFKD]RDOSRGHUDXWRULWDULR3HUR
1. CONTEXTUALIZACIÓN HQHOFDVRDUJHQWLQRODLPSURQWDGHODUHYROXFLyQ
cubana es innegable, junto al obligado alineamien-
Al igual que el resto de países del área, Argentina to que la Guerra Fría conllevaba. De ahí que pre-
se vio inmersa por un lado en el enfrentamiento cisamente el poder autoritario considerase que la
bipolar de la guerra fría y por otro en la innegable seguridad nacional era la garantía del desarrollo,
LQÀXHQFLD TXH OD UHYROXFLyQ FXEDQD HMHUFLy VREUH además de preservar al país del comunismo.
JUDQGHVFDSDVGHODSREODFLyQ\EXHQDFDQWLGDGGH
MyYHQHV HVWXGLDQWHV \ REUHURV (V PX\ FLHUWR TXH +HPRVFLWDGRDODUHYROXFLyQFXEDQD6LpVWDFRQV-

2. Vid artículo de Hugo Vezzetti en <http://www.bazaramericano.com>.


3. Es de destacar, como apunta Romero, el hecho de que la multitud, a pesar de no seguir consignas directas de ninguna organiza-
FLyQDFWXyFRQXQDUDUDH¿FDFLD 5RPHUR 

HAOL, Núm. 8 (Otoño, 2005) 92


José Manuel Barrio Terol ,QVXUJHQFLD\UHSUHVLyQ

WLWX\yXQHMHPSORODPXHUWHGHO&KH*XHYDUD\VX FRQDGHSWRVHQWUHHVWHDPSOLRFROHFWLYRGHMyYHQHV
FRQVLJXLHQWHPLWL¿FDFLyQSDVDURQDVHUHOPi[LPR 3DUDHOORVOD¿QDOLGDGGHWRGDVXDFWXDFLyQHUDHO
referente de un amplio abanico de movimientos, control del poder, desde el cual podrían proceder
desde los tupamaros de Uruguay hasta el peruano a todo tipo de transformaciones. Y al amparo de
Velasco Alvarado. Y no es baladí el papel jugado OD UHYROXFLyQ FXEDQD FRPELQDGD FRQ HO UpJLPHQ
SRUORVVDFHUGRWHVGHOD7HRORJtDGHODOLEHUDFLyQ4. autoritario de Onganía, surgieron diferentes orga-
QL]DFLRQHVJXHUULOOHUDVVREUHWRGRDSDUWLUGH
&RQHVSHFLDOLQFLGHQFLDHQWUHMyYHQHVFDUHQWHVGH aunque algunas activas ya desde 19595: Uturun-
XQDH[SHULHQFLDSROtWLFD\iYLGRVGHHQFRQWUDUUi- cos, Movimiento Nacionalista Revolucionario
pidas soluciones a los problemas de índole social 7DFXDUD 0157  )XHU]DV$UPDGDV H /LEHUDFLyQ
que detectaban en sus respectivos países, todo lo Nacional (FALN), Ejército Guerrillero del Pueblo
DQWHGLFKR IXH PDWHULDOL]iQGRVH HQ OD FUHDFLyQ GH (EGP) Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR),
organizaciones solidarias con una marcada tenden- Movimiento de Inquilinos Populares (MIP), Fuer-
cia al uso del lenguaje evangélico. Y por ello su ]DV$UPDGDVGH/LEHUDFLyQ )$/ &RPDQGRV3R-
VLPSOL¿FDFLyQ VHJ~Q OD FXDO H[LVWtD XQD OHJLWLPD- SXODUHVGH/LEHUDFLyQ &3/ 2UJDQL]DFLyQ&RPX-
FLyQ GH OD YLROHQFLD HMHUFLGD GHVGH DEDMR SXHVWR nista Poder Obrero–Brigadas Rojas (OCPO-BR),
que su causa era la injusticia social. Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), Descamisa-
GRVODV)XHU]DV$UPDGDVGH/LEHUDFLyQ0RQWRQH-
(Q HO FRQWH[WR DUJHQWLQR HVWD VLWXDFLyQ SURGXMR ros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).
XQDLQFRUSRUDFLyQDJUDQHVFDODGHMyYHQHVSURYH- Las dos últimas tuvieron un especial protagonis-
QLHQWHVGHFROHJLRVUHOLJLRVRVFRQXQDIRUPDFLyQ mo en la vida argentina. Montoneros procedía en
EDVDGDHQHOQDFLRQDOLVPRFDWyOLFR 5RPHUR buena medida de los valores que mencionábamos
 <HQOtQHDVJHQHUDOHVHVWRVMyYHQHVVLQWLHURQ DQWHULRUPHQWHSDUDWHUPLQDUHQODyUELWDGHOSHUR-
XQDIXHUWHDWUDFFLyQSRUHOSHURQLVPR\DTXHpVWH nismo. El ERP por su parte era el brazo armado
se encontraba proscrito por los sucesivos gobier- del Partido Revolucionario de los Trabajadores,
nos. Al mismo tiempo, no se le escapaba al propio GHFODUD¿OLDFLyQWURWVNLVWD0RQWRQHURVVHGLRD
3HUyQODSRVLELOLGDGTXHHVWDDGVFULSFLyQOHEULQGD- conocer a escala internacional con el secuestro y
ED\SRUHOORQRODGHVGHxy3HURWDPELpQORREOLJy posterior muerte del general Aramburu en mayo de
a un mayor esfuerzo de ser uno para muchos. En  &RQ HVWD PXHUWH DGHPiV GH XQD YHQJDQ]D
¿Q OD FDSDFLGDG GH DEVRUFLyQ GHO GLVFXUVR SHUR- justiciera en la persona de alguien tremendamente
nista fue incomparable, pudiendo a la vez captar el odiado por los peronistas, se eliminaba una posible
catolicismo, el nacionalismo y la izquierda. alternativa al general Onganía. Montoneros fue la
RUJDQL]DFLyQTXHPHMRUVHDGHFXyDOFOLPDSROtWLFR
(QHVDL]TXLHUGDTXHDPDOJDPDEDMyYHQHViYLGRV del país, hasta el punto de ir progresivamente ab-
de justicia social, era lugar común el esquema de VRUELHQGRDODVGHPiVH[FOX\HQGRDO(53+HPRV
dos bandos irreconciliables: el poder autoritario – PHQFLRQDGRDQWHVODSULPDFtDGHODDFFLyQVREUHOD
al que consideraban culpable de todos los males- y UHÀH[LyQ \ HQ HVD OtQHD 0RQWRQHURV HVWDED PX-
HOSXHEORSHURQLVWD±HQXQDLGHQWL¿FDFLyQWDQVLP- cho menos atada a las tradiciones o a las lealtades
plista como dogmática-. Y toda esa realidad con- DQWHULRUHV3HUyQHQVXVLQJXODUHVWLORGHMHIHGH
OOHYDEDODSULPDFtDGHODDFFLyQVREUHODUHÀH[LyQ todos a un tiempo, podía contar aquí con ampliar
aún más su capacidad de ser todo para muchos,
Nos hemos referido antes a la impronta de la re- sin tener que desprenderse de ningún sector. Pero
YROXFLyQFXEDQD1RHVGLItFLOHQWHQGHUHQWRQFHV DGHPiV\GDGDVXSURFHGHQFLDGHFRUWHWHROyJLFR
siguiendo el hilo argumental que trabajamos, el he- 0RQWRQHURV HUD XQD RUJDQL]DFLyQ SURFOLYH D ORV
cho de que la alternativa democrática no contase sectores marginales tan atendidos por los sacerdo-

4. A este respecto, podemos observar un paralelismo entre el sacerdote colombiano, a la vez que guerrillero, Camilo Torres y el
propio Che Guevara.
9LG+HLQHFNH  0LOLWDUFKLOHQRH[SHUWRHQODOXFKDDQWLVXEYHUVLYDSODQWHDHQHVWDREUDWRGDVX¿ORVRItDDFHUFD
9LG +HLQHFNH    0LOLWDU FKLOHQR H[SHUWR HQ OD OXFKD DQWLVXEYHUVLYD SODQWHD HQ HVWD REUD WRGD VX ¿ORVRItD DFHUFD
GHOFRQFHSWRGHJXHUUDLUUHJXODU ODH[SDQVLyQVRYLpWLFDPHGLDQWHDFFLRQHVVXEYHUVLYDVHQGLVWLQWRVSDtVHV TXHREYLRHVGHFLUOR
no compartimos en absoluto. Por si hubiera algún asomo de duda, está prologada laudatoriamente por Augusto Pinochet. Pero
HVRVtHOWUDEDMRGHGRFXPHQWDFLyQHVLPSRUWDQWH\FRPRIXHQWHLQIRUPDWLYDQRVHV~WLO

93 HAOL, Núm. 8 (Otoño, 2005)


,QVXUJHQFLD\UHSUHVLyQ José Manuel Barrio Terol

WHVGHODWHRORJtDGHODOLEHUDFLyQ Y a la vez se dio un primer paso de lo que sucedería


durante el Proceso, con actuaciones de secuestro,
1R HV DQHFGyWLFR TXH OD SURSLD LGHD GH OD GHPR- tortura o desapariciones como lo acontecido con
cracia no contara con gran prestigio en la sociedad los asaltantes de la base de Trelew en agosto de
argentina, habituada por la costumbre a que cada 
sector tratase por su cuenta con el poder de turno.
(Q VXPD OD HFXDFLyQ PiV FRP~Q HUD SRGHU LJXDO (VWDDFWXDFLyQTXHGHWRGRVPRGRVFRUUHVSRQGH
D UHSUHVLyQ  6DOYR FODUR HVWi TXH VH FRQTXLVWD- FRPRD¿UPD'HYRWRDXQUpJLPHQ³QRGHPDVLDGR
ra el poder para reprimir (esta vez con motivo) despiadado en términos comparativos” (Alcázar,
al enemigo. No obstante, hemos de señalar que 2000: 166) así como el resto de lo acontecido en-
no se trata de un rasgo distintivo de la sociedad tonces, correspondía a un régimen consciente de
argentina del momento, sino que se manifestaba VXLQPLQHQWH¿QDOLQFOXVRDFHOHUDGRSRU3HUyQDOD
en otros países del área y también entre muchos YLVWDGHVXSURSLDSURVFULSFLyQHOHFWRUDO\VXVWLWX-
militantes y simpatizantes de izquierda en ambos FLyQSRU&iPSRUDDWRGDVOXFHV\VHJ~QGLIHUHQWHV
lados del Atlántico. La idea del activista mártir de DXWRUHVPi[LPRHMHPSORGHFLHJDREHGLHQFLD. Lo
la causa estaba presente en el ideario de muchos FLHUWRHVTXHGHVSXpVGHVXWULXQIRHOHFWRUDODVXPLy
intelectuales progresistas europeos, para los cuales OD SUHVLGHQFLD DUJHQWLQD HO  GH PD\R GH 
ODGHPRFUDFLDQRVLJQL¿FDEDQLGHOHMRVORTXHHQ ÀDQTXHDGR SRU HO SUHVLGHQWH VRFLDOLVWD FKLOHQR
la actualidad. Salvador Allende y el presidente cubano Osvaldo
'RUWLFyV  (Q WRGR FDVR IXH XQ SUyORJR DO GH¿QL-
Lo importante, sobre todo por revelador del talan- WLYRUHWRUQRGH3HUyQDOSDtV\DOSRGHU<HQHVH
te de la sociedad del momento, quizá incluso del retorno, junto a su enorme carisma y capacidad
LPDJLQDULR FROHFWLYR IXH TXH OD OyJLFD GH OD H[- para encarnar todo tipo de anhelos –en suma, su
FOXVLyQVHOOHYDUDKDVWDHO¿QDOFRQODHOLPLQDFLyQ ¿JXUD VLPEyOLFD KDEtD OOHJDGR D UHHPSOD]DU D VX
del adversario como objetivo legitimado, incluso ¿JXUDUHDO 5RPHUR VHGLRHOKHFKRGH
con valores propios del estamento militar que en la pelea a tiros en el aeropuerto de Ezeiza, más el
principio detestaban: jerarquía, orden, unidad. La abandono por parte de Montoneros de la Plaza de
muerte gloriosa en combate en pro del cambio so- 0D\R±RH[SXOVLyQGHpVWRVSRUHOSURSLR3HUyQ\
cial transmitía al protagonista el carácter de héroe su consiguiente paso a la clandestinidad.
redentor, mártir de la causa revolucionaria. Pero
QRVyORVHWUDWDGHODDXUHRODTXHORVSURSLRVPL- Ya en esos meses estuvieron presentes el terroris-
litantes conferían a sus posibles caídos, sino del mo y el antiterrorismo parapolicial, auspiciado des-
prisma desde el que la propia sociedad contempla- GHHO0LQLVWHULRGH%LHQHVWDU6RFLDO6HHVFHQL¿Fy
EDORVKHFKRV([LVWtDXQDFLHUWDVLPSDWtDSRUHVWH DVtHOSUyORJRGHOJHQRFLGLRSRVWHULRUDOJROSHTXH
tipo de acciones, desde las de estilo Robin Hood6 VLWXyDOJHQHUDO-RUJH9LGHODHQODSUHVLGHQFLDGH
hasta los delitos de sangre, no por los crímenes en $UJHQWLQDHOGHPDU]RGH/RVPLOLWDUHV
VtVLQRSRUVXPRWLYDFLyQUHPRWD<GHHVWHKHFKR que bien poco habían hecho para evitar el anterior
SRGHPRV H[WUDHU GRV FRQFOXVLRQHV XQD HO UHFX- estado de cosas, pusieron en marcha el llamado
rrente y lamentable recurso al por algo será; otra, 3URFHVRGH5HRUJDQL]DFLyQ1DFLRQDO\XQRGHVXV
ODH[WUHPDGL¿FXOWDGFXDQGRQRODLPSRVLELOLGDG principales objetivos fue eliminar por completo
GHTXHHQDTXHOPRPHQWRXQDDFFLyQGHUHSUHVLyQ cualquier atisbo no ya de insurgencia, sino ni tan
a gran escala ejercida desde el poder tuviera el me- siquiera de la más mínima disidencia. Basta ver
QRUDWLVERGHp[LWR las diferentes metáforas empleadas: cirugía mayor,
WXPRUH[WLUSDFLyQWDQTXHULGDVVLHPSUHGHWRGRV
Ahora bien, desde el advenimiento de Lanusse la aquellos regímenes autoconsiderados celosos guar-
VLWXDFLyQH[SHULPHQWyXQFDPELRFRQODFUHDFLyQ dianes del orden interno, y también defensores del
de un fuero antisubversivo y tribunales especiales. país frente a las lacras del comunismo8.
6. Como las practicadas por los Tupamaros en Uruguay, distribuyendo alimentos y dinero liberados entre los pobres o dando prue-
EDVGHODFRUUXSFLyQJXEHUQDPHQWDO 5XEHQVWHLQ 
2EVHFXHQFLDVHJ~Q'HYRWR RSFLW 
³(VWDPRVDOLQHDGRVHQODFDXVDFRP~QGH$PpULFDGHIHQGHUQXHVWURVLVWHPDGHYLGDRFFLGHQWDO\FULVWLDQRFRQWUDORVHPEDWHV
del totalitarismo rojo”. Declaraciones del general Onganía al diario La Razón del 22 de septiembre de 1965.

HAOL, Núm. 8 (Otoño, 2005) 94


José Manuel Barrio Terol ,QVXUJHQFLD\UHSUHVLyQ

Estas medidas quirúrgicas no fueron aplicadas en Detenidos en su domicilio ante


H[FOXVLYD SRU OD GLFWDGXUD DUJHQWLQD \ HQ EXHQD
testigos 62%
medida responden a una tipología común, que ha
VLGRHVWXGLDGDSRU0$*DUUHWyQ9 y dentro de la Detenidos en la vía pública 24,6%
cual podemos distinguir una fase reactiva, en la que Detenidos en lugares de trabajo 
el nivel represivo es especialmente elevado, con la Detenidos en lugares de estudio 6%
¿QDOLGDGGHHOLPLQDUGHUDt]WRGRSRVLEOHIRFRRSR-
Desaparecidos que fueron
sitor, y que cuenta con el silencio amedrentado o
secuestrados en dependencias
FyPSOLFHGHODVRFLHGDGHQJHQHUDO6LJXHDpVWD
una fase transformadora, en la que lo habitual es militares, penales o policiales,
DVXPLUHOPRGHORHFRQyPLFRQHROLEHUDO$FRQWL- estando legalmente detenidos
QXDFLyQXQDIDVHFDUDFWHUL]DGDSRUODDJXGL]DFLyQ en esos establecimientos 0,4%
GHORVSUREOHPDVHFRQyPLFRVHQODFXDOODSULQFL-
pal tarea del régimen es lograr su propia supervi- La segunda fase, la tortura, se practicaba de ma-
vencia. Por último, la fase terminal, en la cual el nera sistemática y durante el tiempo que los tor-
REMHWLYRHVORJUDUXQDVDOLGDFyPRGDDORVDFWRUHV turadores considerasen oportuno. A las conocidas
principales del régimen, así como delimitar los ras- especialidades como la picana, el submarino, las
gos básicos del régimen posterior. YLRODFLRQHV VH[XDOHV VH DxDGtDQ RWUDV FRPR SUH-
senciar torturas ajenas o fusilamientos simulados.
Aunque la anterior tipología es mucho más váli- /D¿QDOLGDGGHWRGRHOORQRHUDRWUDTXHGHVSRMDU
da para el caso chileno, también se acomoda para de la dignidad a las víctimas, puesto que en muchas
analizar, y en este caso resumir, la dictadura militar RFDVLRQHVQRKDEtDLQIRUPDFLyQDOJXQDTXHDUUDQ-
argentina. Y en cuanto a la primera fase, la reacti- car.
va, podemos proseguir con el objeto que nos ocu-
pa. El trabajo de contrainsurgencia efectuado en El trato habitual de los secuestradores y guardias
7XFXPiQGHVGH\GHVSXpVGHOJROSHHQWRGR con nosotros era el de considerarnos menos que
HO SDtV DOFDQ]y SURSRUFLRQHV GH VLVWHPDWL]DFLyQ siervos. Éramos como cosas. Además cosas inúti-
FRPRSRVWHULRUPHQWHVHHQFDUJyGHSRUPHQRUL]DU OHV<PROHVWDV6XVH[SUHVLRQHVµYRVVRVERVWD¶
la CONADEP. Desde lo más alto de la cadena de 'HVGHTXHWHµFKXSDPRV¶QRVRVQDGDµ$GHPiV\D
mando castrense hasta los directos encargados, los QDGLHVHDFXHUGDGHYRV¶µ1RH[LVWtV¶µ6LDOJXLHQ
*UXSRVGH7DUHDV3RUWRGRHOORSRGHPRVD¿UPDU te buscara (que no te busca) ¿vos crees que te iban
TXHODUHSUHVLyQQRIXHREUDGHXQJUXSRUHGXFLGR DEXVFDUDTXt"¶µ1RVRWURVVRPRVWRGRSDUDYRV¶
GHIDQiWLFRVDLVODGRVVLQRTXHVHWUDWyGHXQSUR- µ/DMXVWLFLDVRPRVQRVRWURV¶µ6RPRV'LRV¶ &2-
cedimiento sistemático promovido desde el propio NADEP, 1994: 31).
Estado.
/DWHUFHUDIDVHODGHWHQFLyQTXHGDEDUHVHUYDGDD
Siguiendo a Romero, las fases por las que habi- los que podían resistir la anterior. Los detenidos
tualmente pasaba cada una de las víctimas eran permanecían en diferentes dependencias militares
FXDWUR VHFXHVWUR WRUWXUD GHWHQFLyQ \ HMHFXFLyQ \VREUHWRGRSROLFLDOHV(VGHGHVWDFDUTXHODH[LV-
El secuestro podía tanto ser efectuado de manera tencia de estos llamados chupaderos fue siempre
reservada, de noche10, como en los propios lugares GHVPHQWLGD SRU ODV DXWRULGDGHV  'H GXUDFLyQ LQ-
de trabajo o en la misma vía pública. Al mismo se- GH¿QLGDHOVXSOLFLRGHODVYtFWLPDVFRQWLQXDEDVX
guía el correspondiente saqueo del domicilio de la GHJUDGDFLyQItVLFD±SRUPDODDOLPHQWDFLyQDXVHQ-
YtFWLPDLQFOX\HQGRHQRFDVLRQHVXQUH¿QDPLHQWR FLDGHDWHQFLyQPpGLFD\RWUDVDJUHVLRQHV\VREUH
FRQVLVWHQWHHQODFHVLyQGRFXPHQWDOGHODVSURSLH- todo moral. Ésta causaba en algunos casos el cola-
dades de ésta. La siguiente estadística (CONA- boracionismo de las víctimas con los verdugos.
'(3 UHIHULGDDSHUVRQDVGHWHQLGDVDQWH
WHVWLJRVTXHFRQWLQXDEDQHQFRQGLFLyQGHGHVDSD- /DFXDUWDIDVHODHMHFXFLyQFRQRFLGDHXIHPtVWLFD-
recidas, no precisa comentario: mente como traslado, era decidida desde las más

9. Adaptada de la que aparece en Història contemporània d’Amèrica, 303-306.


10. Mayoritariamente de noche: 62%, frente a un 38% de día. Vid. CONADEP (1994: 25).

95 HAOL, Núm. 8 (Otoño, 2005)


,QVXUJHQFLD\UHSUHVLyQ José Manuel Barrio Terol

altas instancias. Aquí debemos destacar, de similar sonas, además del dolor antedicho, acumula una
manera al apartado anterior, que la Junta Militar LQHQDUUDEOH DQJXVWLD GH GXUDFLyQ LQGH¿QLGD SXHV
QXQFD DSOLFy GH PDQHUD R¿FLDO OD SHQD GH PXHU- RELHQDFDEDFRQODDSDULFLyQDxRVGHVSXpVGHORV
te, por lo que absolutamente todas las ejecucio- restos, o incluso no acaba nunca, constituyéndose
nes fueron clandestinas. No podemos soslayar la así en una tortura añadida, no ya en este caso a la
REVHUYDFLyQGHTXHODUHWyULFDVHPiQWLFDÀRUHFLy víctima directa, sino a todo su entorno. Visto el
cambiando los nombres a todo tipo de acciones, a SURFHGHU GH ORV YHUGXJRV QR HV GH H[WUDxDU HVWD
¿QGHDSRUWDUXQDWHUPLQRORJtDDJUDGDEOHDRtGRV práctica, puesto que a su entender consigue varios
ELHQSHQVDQWHV5HVXOWDFXDQGRPHQRVH[WUDxRHQ objetivos: elimina a un subversivo, mantiene a su
SHUVRQDVTXHVDOYRUDUDH[FHSFLyQQRKDQPDQL- HQWRUQRHQXQHVWDGRGHSRVWUDFLyQ\VLDSDUHFHQ
festado el menor arrepentimiento. pruebas, sirve de escarmiento.

(Q FRQFOXVLyQ HO UpJLPHQ TXH FRQVLGHUy LQGLV- Veamos la estadística profesional de los desapare-
SHQVDEOH DOWHUDU QXHVWUD WUDGLFLyQ MXUtGLFD LP- cidos:
SODQWDQGRHQODOHJLVODFLyQODSHQDFDSLWDOQXQFD
ODXWLOL]yFRPRWDO(QOXJDUGHHOORRUJDQL]yHO 3URIHVLyQ %
FULPHQFROHFWLYRXQYHUGDGHURH[WHUPLQLRPDVLYR
Obreros 30.2
SDWHQWL]DGRKR\HQHOPyUELGRKDOOD]JRGHFLHQWRV
de cadáveres sin nombre, y en el testimonio de los Estudiantes 21.0
sobrevivientes dando cuenta de los que murieron Empleados 
en atroces suplicios. Profesionales 
Docentes 
1RIXHXQH[FHVRHQODDFFLyQUHSUHVLYDQRIXHXQ
HUURU)XHODHMHFXFLyQGHXQDIUtDGHFLVLyQ/RV $XWyQRPRV\YDULRV 5.0
ejemplos, las comprobaciones, se multiplican sin Amas de casa 3.8
GHMDU GXGD VREUH HVWD FRQFOXVLyQ  &21$'(3 Conscriptos y personal subal-
1994: 223-224). terno de las fuerzas de seguri- 2.5
dad
Dado que las ejecuciones eran clandestinas, los ca-
dáveres eran ocultados, llegándose mediante este Periodistas 1.6
procedimiento al mayor y más lamentable hallazgo Actores, artistas, etc. 1.3
de los victimarios: el concepto de desaparecidos. Religiosos 0.3
Si bien no fue una novedad, y en concreto en el ve- Fuente: CONADEP (1994: 480).
FLQR&KLOHWDPELpQVHSUDFWLFyDUDt]GHOJROSHGHO
GHVHSWLHPEUHGHFRQWUD6DOYDGRU$OOHQ- $ HVD WDUHD GH H[WLUSDFLyQ WXPRUDO VH HQWUHJDURQ
de, los niveles de ensañamiento y el volumen al- ORVYHUGXJRVFRQLQXVLWDGDGHGLFDFLyQ(QHOWULH-
canzado en el caso argentino quedan fuera de toda QLR  ±  WXYR OXJDU HO PD\RU Q~PHUR GH
FRPSDUDFLyQDOUHGHGRUGHQXHYHPLOYtFWLPDVGR- GHVDSDULFLRQHV³)XHXQYHUGDGHURJHQRFLGLR´ 5R-
cumentadas, dentro de un razonable total de treinta PHUR /DPD\RUtDGHORVPXHUWRVHUDQ
mil según las organizaciones de defensa de los de- MyYHQHVGHHQWUHTXLQFH\WUHLQWD\FLQFRDxRV3HUR
rechos humanos. después de haber laminado a todas las organizacio-
QHVODDFWLYLGDGGHODUHSUHVLyQSURVLJXLyVXDQGD-
El grado de crueldad alcanzado mediante la des- GXUDDEDUFDQGRDSHUVRQDVFRQUHODFLyQGLUHFWDR
DSDULFLyQHVPXFKRPD\RUVLFDEHTXHFRQODHOL- lejana con las víctimas previamente eliminadas.
PLQDFLyQFRQVWDWDEOHGHODYtFWLPD(QHOVHJXQGR
supuesto los familiares y amigos de ésta pueden /D¿QDOLGDGGHWRGRHVWHSURFHVRHUDODDQLTXLOD-
cerrar un proceso, en la medida en que la muerte, FLyQGHFXDOTXLHUGLVLGHQFLDSRUORTXHHOSULQFLSDO
SRUGRORURVDTXHVHDVLJQL¿FDODSpUGLGDLUUHPLVL- objetivo no eran los directamente eliminados, sino
ble de la persona. Pero a partir de ahí puede recons- los que permanecían con vida. Partidos, sindica-
truirse el devenir del resto de los afectados que han WRVSUHQVDWRGRTXHGyVXSHGLWDGRDODDFFLyQGHO
VREUHYLYLGR (Q FDPELR OD GHVDSDULFLyQ GH SHU- Estado, que prefería tratar con individuos aislados

HAOL, Núm. 8 (Otoño, 2005) 96


José Manuel Barrio Terol ,QVXUJHQFLD\UHSUHVLyQ

ante su omnímodo poder antes que con cualquier QLRV SHUR GH PX\ GLIHUHQWH GLPHQVLyQ 3RUTXH D
tipo de colectividad. pesar de las pretensiones recíprocas, como el gene-
UDO9LRODD¿UPDQGRTXHKDEtDKDELGRXQDJXHUUD\
$OQHJDUODFRQGLFLyQGHDUJHQWLQRVDORVVXSXHVWRV ellos eran los vencedores, o el mismo ERP cuando
VXEYHUVLYRV VH MXVWL¿FDED D RMRV GHO UpJLPHQ OD SUHWHQGLyVHUUHFRQRFLGRLQWHUQDFLRQDOPHQWHFRPR
UHSUHVLyQ LQGLVFULPLQDGD YLROHQWD \ FODQGHVWLQD bando beligerante en una guerra; a pesar de esas
instaurándose así la cultura del miedo. Y del miedo SUHWHQVLRQHVGHFtDPRVODGLPHQVLyQGHODEUXWD-
a la pasividad hay un paso, que se dio fácilmente. OLGDG HMHUFLGD FRQ VHU PRUDOPHQWH H[HFUDEOH HQ
Esto fue lo que quería el gobierno, aunque hubiera todos los casos, es mucho mayor siempre cuando
preferido un entusiasmo popular. Sin embargo lo es ejercida desde el lado del gobierno. Y no lo de-
TXHVtSUROLIHUyIXHHO\DPHQFLRQDGRSRUDOJRVHUi cimos en un sentido apologético de la insurgencia,
Y bien, algo hubo, pues en el momento del golpe que entendemos ha quedado también y claramente
las organizaciones guerrilleras todavía estaban en condenada en su vertiente violenta, sino desde el
VLWXDFLyQ GH DWHQWDU \ DVHVLQDU SHUR VXV YtFWLPDV punto de vista de la ética. Un Estado que no pro-
fueron, a lo largo de los seis años anteriores, entre cede con la ética como instrumento, incluso a la
doscientas y trescientas (Rock, 1992: 453). En hora de controlar una oleada de violencia como la
cambio las cifras de detenidos, fallecidos y desapa- protagonizada por las organizaciones guerrilleras
UHFLGRVFRPRUHVXOWDGRGHODUHSUHVLyQHMHUFLGDGX- argentinas, es un Estado corroído en sí mismo12.
rante el Proceso son escalofriantes, como ya hemos Y tampoco lo decimos desde la ingenuidad: des-
apuntado. de de la CIA hasta el Mossad, todos los Estados
poseen servicios secretos que actúan como tales.
En un régimen que utiliza el terror de manera in- Sin entrar aquí a valorar este hecho, pues no es el
discriminada, y con la pena de muerte establecida, objeto de estas páginas, la cifra de afectados por la
UHVXOWDGLJQRGHDWHQFLyQHOGHWDOOHGHQRDSOLFDUOD UHSUHVLyQHQ$UJHQWLQDHVFDSDDWRGDFRPSDUDFLyQ
MDPiVGHPDQHUDR¿FLDOQLS~EOLFD9LGHODGL[LW LQFOXVRHQVXPLVPDpSRFD\FRQWH[WR
No, no se podía fusilar. Pongamos un número,
pongamos cinco mil. La sociedad argentina no se
hubiera bancado los fusilamientos: ayer dos en 2. RELACIONES CINE-HISTORIA. METODO-
%XHQRV$LUHVKR\VHLVHQ&yUGREDPDxDQDFXDWUR LOGÍA DE TRABAJO
en Rosario, y así hasta cinco mil. No había otra
manera. Todos estuvimos de acuerdo en esto. Y 'HVSXpVGHHVWDDSUR[LPDFLyQDOREMHWRGHHVWXGLR
el que no estuvo de acuerdo se fue. ¿Dar a cono- tratemos un problema que ineludiblemente surge
FHU GyQGH HVWiQ ORV UHVWRV" ¢3HUR TXp HV OR TXH DOWUDEDMDUFRQIXHQWHVGH¿FFLyQDXQTXHHVWpQED-
podemos señalar? ¿El mar, el río de la Plata, el sadas en hechos reales13. Hasta no hace mucho la
5LDFKXHOR"  6H SHQVy HQ VX PRPHQWR GDU D FR- SRVLEOHGLVFXVLyQVHFHQWUDEDHQWRUQRDOELQRPLR
QRFHU ODV OLVWDV  3HUR OXHJR VH SODQWHy VL VH GDQ literatura-historia. Ahora se ha ampliado a otros
por muertos, enseguida vienen las preguntas que FDPSRV FRPR HO DXGLRYLVXDO  ,QFOXVR KD\ WHyUL-
QRVHSXHGHQUHVSRQGHUTXLpQPDWyGyQGHFyPR FRV TXH D¿UPDQ OD SUHHPLQHQFLD GH OD OLWHUDWXUD
(Seoane; Muleiro, 2001: 215). SRUTXHQRH[LVWHGLVWDQFLDHQWUH¿FFLyQ\UHDOLGDG
Ya el propio Marc Bloch estaba en contra de esta
(QVXPD\VLQMXVWL¿FDUHQDEVROXWRODVDFFLRQHV SRVLFLyQHLQGLFDEDTXHODFXHVWLyQFODYHHUDVDEHU
de la insurgencia, antes bien condenándolas sin interrogar a los documentos. Creemos que ello es
paliativos como crímenes que fueron producto del hoy válido también para los documentos en soporte
sectarismo, la impotencia11\ODREFHFDFLyQQRSR- audiovisual. La metáfora de E.H.Carr acerca de
GHPRVGHMDUGHD¿UPDUTXHWDOYH]KXERGRVGHPR- los peces: aquello que podamos pescar depende-

0X\LQWHUHVDQWHDHVWHUHVSHFWRODREUDGH5XEHQVWHLQ  DOD¿UPDUTXHHOWHUURULVPRQRVyORVHJHQHUDSRUUHVHQWL-


PLHQWRVVLQRWDPELpQSRUODGHELOLGDGSROtWLFDGHORVPLOLWDQWHVGHODLQWHOLJHQWVLDSRUVXGHVFRQH[LyQFRQODPDVDORTXHDFDUUHD
sus presupuestos, tácticas y consecuencias.
(VWDQGRQXHYDPHQWHGHWULVWHDFWXDOLGDGODV%ULJDGDV5RMDVHVDOHFFLRQDGRUORTXHHOJHQHUDO'DOOD&KLHVDPDQLIHVWyGXUDQWH
(VWDQGR QXHYDPHQWH GH WULVWH DFWXDOLGDG ODV %ULJDGDV 5RMDV HV DOHFFLRQDGRU OR TXH HO JHQHUDO 'DOOD &KLHVD PDQLIHVWy GXUDQWH
el secuestro de Aldo Moro, en el sentido de que Italia podía permitirse perder a Aldo Moro, pero no practicar la tortura.
/DVUHÀH[LRQHVTXHVLJXHQVRQSURGXFWRGHGLIHUHQWHVFRQYHUVDFLRQHVFRQHOGRFWRU-RDQ$OFi]DU

 HAOL, Núm. 8 (Otoño, 2005)


,QVXUJHQFLD\UHSUHVLyQ José Manuel Barrio Terol

rá de la suerte, la zona escogida, los aparejos y la Robert Rosenstone sustenta teorías válidas pero
FODVH GH SHFHV TXH KD\D  3XHV KLVWRULDU VLJQL¿FD PX\ GLVFXWLEOHV  4XL]i DGRSWD SRVWXUDV D~Q PiV
interpretar. Y en esa medida y aquí, nos interesa radicales que Ferro. Coinciden no obstante en la
hablar acerca del aparejo, esto es de las fuentes. Y D¿UPDFLyQ GH TXH HO FLQH SUHVHQWD XQD +LVWRULD
en concreto de las fuentes audiovisuales. Lo cual diferente a la Historia escrita. Según Rosenstone,
QRVUHPLWHD0DUF)HUURSLRQHURGHODXWLOL]DFLyQ HOFLQHFUHDXQPXQGRKLVWyULFRSDUDOHORDOPXQGR
GHOFLQHFRPRIXHQWHKLVWyULFD\WDPELpQGLGiFWL- que a su vez recrean la Historia escrita o la oral.
FD+DYHQLGRWUDEDMDQGRVREUHODUHODFLyQHQWUHHO
FLQH\ODLQYHVWLJDFLyQKLVWyULFDGHVGHORVDxRV Las posiciones de Rosenstone suscitan siempre po-
así como acerca de la validez del cine como herra- lémica, no faltando quienes lo puedan considerar
mienta para la enseñanza de la Historia, faceta en frívolo, aunque también es verdad que su misma
ODTXHUHVXOWDPXFKRPiV¿DEOHDQXHVWURHQWHQ- PDQHUD GH H[SRQHU VXV SODQWHDPLHQWRV SDUHFH HQ
GHU $O ¿Q \ DO FDER FRPR KHPRV UHLWHUDGR ORV RFDVLRQHVEXVFDUODSROpPLFD³/RV¿OPVKLVWyULFRV
audiovisuales son fuentes adicionales, no alternati- molestan y preocupan a los historiadores profesio-
vas, y siempre hemos de contrastar todas ellas. En QDOHV´  
ese sentido, como enseñantes podemos hacer uso,
HQSULQFLSLRGHFXDOTXLHU¿OPVLHPSUH\FXDQGR )HUUR\5RVHQVWRQHVRQ¿JXUDVGHVWDFDGDVTXHSHU-
WHQJDPRVHQFXHQWDHOFRQMXQWRGHGRFXPHQWDFLyQ VLJXHQRWUD+LVWRULDPiVEHQp¿FDPHQRVLQWHUHVD-
básica al respecto. Hoy en día el entorno de cual- GD\IDOVL¿FDGRUDTXHHOGLVFXUVRR¿FLDOHPDQDGR
TXLHUDOXPQDGRHVDXGLRYLVXDO\VyORSRUHOOR\D desde el poder. Ahora bien, el no emanar del poder
es interesante el planteamiento de los audiovisuales QRVLJQL¿FDQHFHVDULDPHQWHTXHHVHQXHYRGLVFXU-
como herramienta de la enseñanza de la Historia. VRQRVHDWDPELpQLQWHUHVDGR\IDOVL¿FDGRUSXHVWR
que no por diferente o novedoso va acompañado
)HUURQRFRQWyFRQXQUHVSDOGRDFDGpPLFRFRPRHO de garantías de ecuanimidad. El problema se fun-
que hoy en día se pueda encontrar en lo tocante a damenta en el hecho de que unos historiadores y
este debate, pues la imagen se ha impuesto, aunque otros tienen intereses opuestos. Dado que los de-
eso sí, bajo sospecha, tanto por los sucesivos avan- fensores de las fuentes tradicionales rechazan las
FHVWHFQROyJLFRVFRPRSRUHOSDSHOGHVHPSHxDGR nuevas fuentes, ¿deben aquéllas ser rechazadas
SRUODWHOHYLVLyQHQWDQWRTXHSULQFLSDOWUDQVPLVRU por los defensores de éstas? Evidentemente no.
de mensajes. Por todo ello no podemos limitarnos El trabajo a desarrollar con el cine no constituye
a hablar de cine, sino también de los documentales una alternativa ni mucho menos una dispositivo al
UHDOL]DGRVSDUDVHUH[KLELGRVSRUWHOHYLVLyQ alcance de cualquier historiador con pocos docu-
PHQWRVDVXGLVSRVLFLyQ/DVIXHQWHVHQYtGHRQRV
permiten tener eso, otra fuente. No son, pues, una
Ante la pregunta de si al hacer uso de estas fuentes
alternativa. No estamos elaborando diferentes his-
estamos haciendo una Historia distinta a la basada
torias sino quizá trabajando en distintas parcelas,
en archivos y hemerotecas, la respuesta es sí, pero
igual que antes: historia social, historia de género,
no necesariamente mejor. La propuesta es incorpo-
historia de las mentalidades. Y por todo ello el re-
rar estas nuevas fuentes para así ampliar el abanico
sultado será de calidad si lo han sido las fuentes y
de interpretaciones y lecturas, contribuyendo así a
el propio trabajo del investigador.
XQDPHMRULQWHUSUHWDFLyQGHORVKHFKRV
Puede ser planteado el debate de si este trabajo es
/H\HQGRD)HUURFRQFOXLPRVTXHODXWLOL]DFLyQGH FRQWUDKLVWRULD  1RV SDUHFH PiV XQD FXHVWLyQ QR-
fuentes fílmicas da lugar a una contrahistoria no minalista, y nuestro interés mayor no es éste, sino
R¿FLDO DOHMDGD GH ORV DUFKLYRV \ GH OD FDUJD QH- OD FDOLGDG GHO UHVXOWDGR ¿QDO  3DUD HOOR GHEHPRV
gativa de éstos, a los que considera portadores de utilizar las fuentes de manera crítica, al igual que
memoria de las clases dominantes. Según este hilo otras fuentes disponibles. Del mismo modo que no
argumental, el cine, al permitir un papel activo y SRGHPRVSUHVFLQGLUGHODGRFXPHQWDFLyQDSRUWDGD
contrapuesto, se convierte en un agente de la His- por los archivos, o en su caso por los testimonios
toria, por lo cual puede motivar la toma de con- orales, no debemos hoy en día prescindir de las
ciencia frente a los acontecimientos. otras fuentes, incluyendo a esa macrofuente que

HAOL, Núm. 8 (Otoño, 2005) 98


José Manuel Barrio Terol ,QVXUJHQFLD\UHSUHVLyQ

puede desbordarnos por el volumen de sus aporta- Lo cual nos puede permitir realizar un análisis por-
ciones: Internet. De nuestra capacidad para usarlas menorizado de todo ello.
WRGDVFUtWLFDPHQWHGHSHQGHUiODREWHQFLyQGHXQD
LQWHUSUHWDFLyQVyOLGD Entendemos la Historia como un tipo de cono-
FLPLHQWR TXH DVXPH HO SURFHVR GH YHUL¿FDFLyQ \
<D GHFtD +REVEDZP TXH HO FRQRFLPLHQWR KLVWy- crítica que tiene como propio. No es únicamente
ULFR UHTXLHUH XQD DSUR[LPDFLyQ DFXPXODWLYD QR contar aquello que haya sucedido o las consecuen-
H[LVWLHQGRXQDYHUGDG3RUHOORODQHFHVLGDGGHOD cias que hubo. Es también un intento de análisis
LQFRUSRUDFLyQ GH WRGDV ODV IXHQWHV PHQFLRQDGDV GHFyPRVHFRQVWUX\HQVRFLDOPHQWHODVLGHQWLGDGHV
Pero no por el hecho de hacerlo así obtendremos de las personas, resultado que podemos percibir de
un buen resultado. ODUHODFLyQHQWUHHO\R\HOPXQGR3XHVVLQRGH¿-
nimos la Historia y tampoco delimitamos de modo
3RUORTXHUHVSHFWDDODFRQÀXHQFLDHQWUHHOFLQH\ concluyente el cometido de los historiadores, po-
ODKLVWRULDWDQWRQXHVWUDSURSLDH[SHULHQFLDFRPR demos encontrarnos ante el cuestionamiento casi
WUDEDMRVVyOLGRVDOUHVSHFWR14 nos permiten observar absoluto.
el binomio cine historia desde diversos ángulos. El
IXQGDPHQWDOHVODOHFWXUDKLVWyULFDGHODVSHOtFXOD (QVtQWHVLVHOPpWRGRXWLOL]DGRFRQVLVWHHQLGHQWL¿-
o lo que viene a ser lo mismo, el papel desempe- FDUHOGRFXPHQWR DXWRUpSRFDWLSRGHWH[WRVLPi-
ñado por el cine en el conocimiento de la Histo- JHQHVFRQWH[WXDOL]DUGHPRGRVLPLODUDOFRPHQ-
ria del siglo XX. Y dado lo espinoso del asunto, WDULRGHWH[WRGLVHFFLRQDUHOPDWHULDOVHxDODQGR
no mencionemos otros siglos, por más que ciertos ODVLGHDVSULQFLSDOHVVHFXQGDULDVODVUHÀH[LRQHV
acontecimientos sean (o crean ser) conocidos por analizar, relacionando lo obtenido del material au-
muchas personas gracias al cine. Y a pesar del GLRYLVXDOFRQORREWHQLGRGHODFRQWH[WXDOL]DFLyQ
tono provocador de Rosenstone cuando formula la Hemos de añadir que la calidad del producto obte-
que él mismo llama pregunta impertinente: ¿Cuán- nido tal vez sea más que relativa en lo tocante a la
tos historiadores amplían sus conocimientos al ver LQYHVWLJDFLyQ SHUR Vt PX\ ~WLO GHVGH HO SXQWR GH
XQ¿OPTXHQRWUDWDGHVXHVSHFLDOLGDG"   vista didáctico.
a pesar de ello, entendemos que hay algo de alec-
cionador en el cine, también para los historiado- ([SRQGUHPRV D FRQWLQXDFLyQ HO UHVXOWDGR GH HVWH
res. Dice Rosenstone en la misma página que a método aplicado a dos fuentes, la película La no-
ORVKLVWRULDGRUHVQROHVJXVWDHOFLQHKLVWyULFRQR che de los lápices y el documental Montoneros,
porque falsee la historia (que es lo que alegan) sino una historia. Forma parte de un trabajo de investi-
porque no lo controlan. Mucho habría que matizar. JDFLyQPXFKRPiVDPSOLRHQGRQGHHOQ~PHURGH
$QXHVWURHQWHQGHUHOFLQHHVXQDKHUUDPLHQWDH[- largometrajes y documentales utilizado es conside-
FHOHQWHSRUVHSDUDGR\PXFKRPiVHQXQLyQGHODV UDEOH7DPELpQHQWDQWRTXHIXHQWHV TXH¿JXUDQ
demás fuentes, como soporte a la vez educativo y DO ¿QDO  KHPRV WUDEDMDGR FRQ EDVWDQWHV SiJLQDV
GHLQLFLDFLyQDODLQYHVWLJDFLyQSDUDHODOXPQDGRD web.
partir de la Secundaria.
Como aparece ya reseñado, una ventaja que aporta
Visto así, el cine o los documentales, al igual que ODWHRUtDGHORVGRVGHPRQLRVHVIDFLOLWDUODH[FOX-
cualquier soporte escrito, pueden ser rechazables VLyQGHUHVSRQVDELOLGDGHV(OUHFXUVRDODVLPSOL-
o útiles según enfoquemos los análisis pertinentes. ¿FDFLyQ\DOPDQLGRSRUDOJRVHUiORSURSLFLDHQ
&RQ LQGHSHQGHQFLD GHO ¿OP HQ FRQFUHWR QXHVWUD particular a quienes no deseen hacer cuentas con
lectura precisará tanto analizar la historicidad del HOSDVDGR&RPRDSUR[LPDFLyQH[SOLFDWLYDSXHGH
¿OPFXDQWRDFHSWDUTXHpVWHHVXQUHÀHMRLQGLUHFWR contribuir, pues no en vano el número de atentados
(o no tanto) de una realidad social determinada. Y obra de los distintos grupos insurgentes fue consi-
HQHVHVHQWLGRFXDOTXLHU¿OPSXHGHVHUFRQVLGHUD- derable. Pero ya hemos hablado de todo ello con
GRKLVWyULFRDXQTXHVyORVHDFRPRSURGXFWRGHXQ anterioridad.15
momento, de unas intenciones, de una ideología.

14. Vid. Monterde, J. E., Cine, historia y enseñanza. Barcelona, Laia, 1986.
8QDH[SOLFDFLyQMXVWL¿FDWLYDEDVDGDHQOD7''DSDUHFHHQHOGRFXPHQWDO/DUHS~EOLFDSHUGLGDFXDQGR PLQXWR ODYR]HQ

99 HAOL, Núm. 8 (Otoño, 2005)


,QVXUJHQFLD\UHSUHVLyQ José Manuel Barrio Terol

2.1 Un demonio ya intelectual que incluso despierta la animadver-


VLyQGHEXHQDSDUWHGHODFLXGDGDQtD6HJXUDPHQWH
La película La noche de los lápices corrobora todo WLHQHUD]yQ5RVHQVWRQHDOD¿UPDUTXHDXQTXHORV
esto pues lo sucedido en la ciudad de La Plata no KLVWRULDGRUHVGLJDQTXHQROHVJXVWDHOFLQHKLVWy-
FRQVWLWX\y  XQ KHFKR DLVODGR IXH XQR PiV HQ OD ULFRSRUTXHIDOVL¿FDODKLVWRULDODUHDOLGDGHVTXH
interminable lista de atrocidades perpetrada por los reniegan de él al no poder controlarlo. Así lanza
VLFDULRVGHODUHSUHVLyQRUTXHVWDGDSRUHOUpJLPHQ VXSUHJXQWDLPSHUWLQHQWH³¢&XiQWRVKLVWRULDGRUHV
GHOJHQHUDO9LGHOD(O¿OPGH+pFWRU2OLYHUDDGDS- DPSOtDQ VXV FRQRFLPLHQWRV DO YHU XQ ¿OP TXH QR
WDODLQYHVWLJDFLyQGHORVSHULRGLVWDV+pFWRU5XL] WUDWDGHVXHVSHFLDOLGDG"´  
Núñez y María Seoane, acerca de los sucesos ocu-
rridos en La Plata a partir del 16 de septiembre de +DELGDFXHQWDGHTXHODIXQFLyQGHOFLQHQRHVOD
8QJUXSRGHHVWXGLDQWHVGH6HFXQGDULDTXH misma que la de la novela, y mucho menos la de
KDEtDPRYLOL]DGRDOFRQMXQWRGHWRGRVHOORVD¿QGH ORVOLEURVGH+LVWRULDOR~QLFRTXHGHEHPRVH[LJLU
FRQVHJXLUXQDVWDULIDVGHWUDQVSRUWHPiVHFRQyPL- DORVWUHVSRULJXDOHVHOPD\RUJUDGRGH¿GHOLGDG
cas (el boleto estudiantil), todavía bajo el gobierno a las fuentes, siempre teniendo el cuenta que tanto
GH,VDEHO3HUyQHVVHFXHVWUDGRWRUWXUDGRVDOYDMH- OD LQYHQFLyQ FRPR  OD FRQGHQVDFLyQ VRQ UHFXUVRV
PHQWHWDQWRItVLFDFRPR PRUDOPHQWH\ VyOR XQR SURSLRVGHOFLQHKLVWyULFRQRGHXQHQVD\R
de ellos logra escapar con vida16.
'LFH 5RVHQVWRQH TXH ³/D KLVWRULD ¿OPDGD VLHP-
Esta obra se ha convertido en un clásico de la his- SUHVHUiXQDUHÀH[LyQVREUHHOSDVDGRPiVSHUVR-
toriografía del Proceso. Y respecto al impacto que QDO TXH OD TXH SODQWHH XQ WUDEDMR HVFULWR´ 
el cine puede tener a escala social, así como su  &RQVHUFLHUWRQRGHEHVLJQL¿FDUODHQWUHJD
trascendencia a escala didáctica, de una muestra de de patentes de corso al director y guionistas de la
estudiantes de la Universidad de Buenos Aires, el SHOtFXODHQFXHVWLyQ3HURSRURWURODGRWDPELpQHO
¶D¿UPDEDSRVHHUFRQRFLPLHQWRVFRQFHUQLHQ- trabajo de un historiador es trabajo escrito y es una
tes a este hecho basados en lo que esta película les UHÀH[LyQSHUVRQDO+DVWDGyQGHSXHGHOOHJDUpVWD
KDEtD DSRUWDGR 5DQDOHWWL  QRWD    5HD¿U- PDQWHQLHQGR OD FRKHUHQFLD FLHQWt¿FD UHTXHULUtD
PDPRVSRUHOORQXHVWUDRSLQLyQVREUHODSHUWLQHQ- PXFKDVSiJLQDV(QWDQWRTXHUHÀH[LyQSHUVRQDO
FLDGHOFLQHFRPRKHUUDPLHQWDGLGiFWLFDPi[LPH se diría que observa Ranaletti, la película al decir
KDELGDFXHQWDGHODSURJUHVLYDLPSODQWDFLyQGHXQD TXH ³/D QRFKH GH ORV OiSLFHV   WDPSRFR ORJUD
cultura audiovisual con cada vez más capacidad de trascender el marco víctimas–victimarios” (1999:
fagocitar a la escrita. Ítem más, si las cifras men-    (Q HVWH FDVR SXHGH VHU PiV TXH VX¿FLHQWH
FLRQDGDVVHUH¿HUHQDXQLYHUVLWDULRV¢TXpGHFLUHQ SXHV HVWH ¿OP UHWUDWD HQ DFHUWDGD GHVFULSFLyQ GH
su caso, de las correspondientes a estudiantes de &LULD³(OXQLYHUVRLQIHUQDOGHORVGHVDSDUHFLGRVOD
Secundaria? GHVHVSHUDQ]DODWRUWXUD\ODPXHUWH´  
Resaltemos que la desesperanza aparece después
5DQDOHWWLLQVLVWHHQODH[WUDRUGLQDULDLPSODQWDFLyQ GH OD DFWXDFLyQ UHSUHVLYD QR DQWHV OD DFWLYLGDG
de la TDD en Argentina. El planteamiento subya- de los principales personajes -que eran reales- se
cente a la TDD ha sido utilizado en muchas oca- GLULJHHQVXVUDWRVGHRFLRDODDOIDEHWL]DFLyQGH
VLRQHVFRQLGpQWLFD¿QDOLGDGH[FOXLUUHVSRQVDEL- personas residentes en villas miseria. La causa de
lidades. No es único el caso argentino, aunque sí VXVHFXHVWUR ODUHFODPDFLyQGHOEROHWRHVWXGLDQWLO 
PiVOODPDWLYRSRUHOYROXPHQGHODUHSUHVLyQ3RU no sería nunca equiparada, en un estado democráti-
ello consideramos de suma importancia reclamar FRDXQDDFWXDFLyQLQVXUJHQWHRVXEYHUVLYD. Pero
HOPD\RUJUDGRGHLPSOLFDFLyQSRVLEOHGHORVKLVWR- no se trataba de un estado democrático, sino de la
ULDGRUHVHQODHODERUDFLyQGH¿OPVKLVWyULFRV\QR DFWXDFLyQUHSUHVLYDRUTXHVWDGDGXUDQWHHO3URFHVR
permanecer como feroces críticos desde una atala- viendo subversivo antiargentinos por todos lados.

RIIGLFH³/RVYLROHQWRVTXHTXHUtDQFDPELDUWRGRVHUtDQORVFyPSOLFHVLQFRQVFLHQWHVGHORVYLROHQWRVTXHTXHUtDQFRQVHUYDUWRGR
/DJXHUULOOD\ODUHSUHVLyQJROSHDEDQVXFHVLYDPHQWH´
16. Registrando las fases estudiadas por Romero y reseñadas páginas atrás.
0X\LQWHUHVDQWHVDHVWHUHVSHFWRORVFRPHQWDULRVTXH+HLQHFNHGHGLFDDHVWRVDGROHVFHQWHVWLOGiQGRORVGHPLOLWDQWHVJXHYD-
ULVWDVPX\OHMRVGHORVLQRFHQWHVTXHSUHVHQWDODSHOtFXOD/yJLFRVHQXQDREUDTXHFDOL¿FDGHJXHUUDLUUHJXODUDODDFWXDFLyQGH
Montoneros, ERP y otros.
HAOL, Núm. 8 (Otoño, 2005) 100
José Manuel Barrio Terol ,QVXUJHQFLD\UHSUHVLyQ

Ese enemigo ha de ser tildado de apátrida por WUDYLROHQFLDJHVWyPXFKRVPRQVWUXRV´  


TXLHQHVVyORFRQVLGHUDQFRPRPLHPEURVGHODFR- 7DQWR5XOOLFRPR$QDVRVWLHQHQTXH³HOGHPRQLR
munidad nacional a los correligionarios o a los su- H[LVWH´19\TXH³SRGtDQKDEHULQYHQWDGRORV0RQ-
misos silenciosos. En el momento en que la madre WRQHURV LJXDO TXH ORV FDPSRV GH FRQFHQWUDFLyQ´
de Claudia, la protagonista, insiste ante un militar 5HIHULGDVDPEDVD¿UPDFLRQHVD)LUPHQLFK3HUGtD
HQ SUR GH OD ORFDOL]DFLyQ GH VX KLMD OD UHVSXHVWD y Galimberti). A este respecto la toma de postura
HVHORFXHQWH³6HxRUDXVWHGHVDUJHQWLQDVXKLMD GH 0RQWRQHURV HV GH FUtWLFD D OD DFFLyQ JXHUUL-
no.” A buen seguro que el conjunto de victimarios llera, y resultaría esclarecedor un nuevo documen-
VHVLUYLyGHpVWD\RWUDVDUJXPHQWDFLRQHVVLPLODUHV tal realizado ahora (éste es de 1992), pues no cabe
SDUDEXVFDUFRQDKtQFRODHOLPLQDFLyQGHFXDOTXLHU duda de que el tiempo transcurrido y nuestra propia
vestigio de la dignidad de seres humanos en todas H[SHULHQFLDIUHQWHDOIHQyPHQRWHUURULVWDQRVDSRU-
las víctimas. Así, en una primera fase se eliminaba ta una mayor claridad. De todos modos el tono
la dignidad, para posteriormente eliminar al propio crítico es evidente, y el montaje no es casual, está
secuestrado. Uno de los torturadores le dice al pro- orientado en la línea indicada, por ejemplo al in-
WDJRQLVWDTXH³9RVYDVDYLYLUVL\RTXLHUR´  FOXLUODIUDVHGHOSURSLR)LUPHQLFK³(OPD\RUULHV-
 <RWURREOLJDDXQRGHORVGHWHQLGRVDGHFLU JRHUDHOGHOHUURU´<HOORFRQODVREUHLPSUHVLyQ
³6R\XQMXGtRGHPLHUGD´  18. LQIRUPDQGRGHORVTXLQFHPLOGyODUHVFREUDGRVSRU
pVWHDFDPELRGHDSDUHFHUHQODWHOHYLVLyQ 
2.2 El otro demonio  )LUPHQLFKHVXQSHUVRQDMHTXHSXHGHD¿UPDU
ORVLJXLHQWH³3RUPLSDUWH\VHJ~QPLFRQFLHQFLD
Montoneros, una historia es un documental útil UHLYLQGLFR HQ HO FRQWH[WR GH DTXHOODV FLUFXQVWDQ-
desde diferentes perspectivas de análisis. La propia FLDVORVMXLFLRVGHYDORUTXHWXYLPRVDTXHOORVMy-
memoria de algunos de los activistas y de las per- venes peronistas revolucionarios. No obstante, no
VRQDVFHUFDQDVDHOORV/RVSODQWHDPLHQWRVLGHROy- creo ni bueno ni posible vivir en el pasado”20. Sí
gicos. La diferente manera de rememorar aquellos SDUHFHTXHVHTXLHUDLQGXFLUDODFRQFOXVLyQGHTXH
hechos por sus propios protagonistas. Nuestra pro- H[LVWLHURQDFWLYLVWDVDEQHJDGRVDFWLYLVWDVFHJDGRV
SLDYLVLyQDFWXDOTXHQRVSHUPLWHUHODFLRQDUODOOD- por el fanatismo e incluso simples manipuladores
PDGDDFFLyQDUPDGDFRQODUHSUHVLyQVXEVLJXLHQWH con oscuros intereses. El documental viene im-
(LQFOXVRGHVGHQXHVWUDYLVLyQRFKRDxRVGHVSXpV pregnado de un considerable grado de militancia.
GH OD UHDOL]DFLyQ GH OD REUD  GHO IHQyPHQR GH OD 3HURODDXWRFUtWLFDH[LVWHHQWUHRWURVPRPHQWRVOD
violencia armada. Pero aquí, a diferencia de la casi UHDOL]DODSURSLD$QDDOD¿UPDUTXHHPSUHQGLHURQ
totalidad de participantes directos o indirectos en un camino espantosamente equivocado.
OD UHSUHVLyQ DSDUHFHQ GLVWLQWDV SHUVRQDV FRQ XQD
YDORUDFLyQDXWRFUtWLFDHQWRUQRDDTXHOORVDFRQWH- A diferencia, como decíamos de otros documenta-
cimientos. En este sentido el aporte de Montone- les sobre el mismo hecho, como Cazadores de uto-
URVGL¿HUHGHREUDVVLPLODUHVFRPR&D]DGRUHVGH pías, el documental de Di Tella intenta mantener
utopías, de David Blaustein (1995). El documen- XQ WRQR FUtWLFR  (Q HO SURSLR PRQWDMH YDQ GHV¿-
tal se basa, como hilo conductor, en el regreso de lando protagonistas de la violencia armada mon-
Ana, antigua militante montonera, a lugares con un tonera, y al dejar manifestarse a cada cual según
VLJQL¿FDGRHVSHFLDOSDUDHOOD'HV¿ODQQXPHURVRV sus propios planteamientos actuales, sale a la luz
y destacados personajes de la Tendencia: Roberto tanto la autocrítica señalada como el fanatismo de
Perdía, Ignacio Vélez, Graciela Daleo, Jorge Rulli quienes, como Chiqui Falcone, se mantienen en las
\YDULRVPiV0DULR)LUPHQLFKPi[LPD¿JXUDGHO mismas posiciones de entonces, como si todos los
movimiento montonero, aparece en imágenes pro- acontecimientos vividos desde entonces no hubie-
FHGHQWHVGHXQDWHOHYLVLyQDUJHQWLQD&RPRPXHVWUD ran supuesto cambios en la manera de analizar todo
GHDXWRFUtWLFDODVSDODEUDVGH-RUJH5XOOL³1XHV- aquello. Incluso como si considerasen que todo lo

18. Vid. nuevamente CONADEP (1994: 31).


+DEUtDTXHSUHJXQWDUVHDQWHIUDVHVFRPRpVWDSRUHORULJHQQDFLRQDOLVWDFDWyOLFRGHPXFKRVGHORVLQWHJUDQWHVGHOD7HQGHQ-
cia.
&DUWDGLULJLGDD-RUJH&DPDUDVDHVFULWDHOGHPD\RGH\SXEOLFDGDHQLa NaciónGHOGHPD\RFRQRFDVLyQGHO
trigésimo aniversario del juicio revolucionario al general Aramburu.

101 HAOL, Núm. 8 (Otoño, 2005)


,QVXUJHQFLD\UHSUHVLyQ José Manuel Barrio Terol

DFDHFLGROHVKDYHQLGRDGDUODUD]yQ(QGH¿QLWLYD que desde la actualidad la perspectiva nos puede


a nuestro parecer Montoneros..., fundamentalmen- tanto facilitar un análisis más ecuánime cuanto ine-
WHD¿UPDTXHIXHXQHUURUPD\~VFXORODGHFLVLyQ vitablemente distanciarnos de las mentalidades del
GHWRPDUODVDUPDV/DGHFLVLyQGHPDWDUDODVSHU- momento estudiado. Y en ese sentido quisiéramos
sonas retenidas, la terminología militar como si en dejar claro que no hacemos valoraciones morales.
HIHFWRVHWUDWDVHGHXQDJXHUUDODGHJUDGDFLyQTXH $O ¿Q \ DO FDER HQWUH ORV PLOLWDQWHV \ VLPSDWL-
puede suponer el hecho de realizar semejantes ac- zantes de izquierda de aquellos años (también en
ciones, aunque el proceder del otro pueda ser obje- España) se veía con buenos ojos ideas como la de
WLYDPHQWHH[HFUDEOHVRQFRQWHPSODGDVGHPDQHUD educar a la manera revolucionaria a los hijos. Y
diametralmente opuesta por Ana y por Falcone, lo con respecto a los supervivientes, tampoco hubo
FXDOQRVDFHUFDPiVQRVyORDODLGHRORJtD\SURFH- una nueva actitud en su rechazo, sino más bien un
der de ambos (que no dejan de ser ejemplos entre continuismo: desde la guerra civil española hasta
muchos) sino también al grado de duda o fanatis- Mathausen o la época de Stalin, el superviviente
PR VHJ~Q HO FDVR 3RGUtDPRV D¿UPDU TXH FXDO era sospechoso por haber conseguido sobrevivir.
magnitudes físicas, duda y fanatismo son inversa- 'HWDOPDQHUDTXHVyORSDUHFtDKDEHUGRVGHVWLQRV
mente proporcionales. posibles en caso de ser detenido: el martirio en pro
GHODFDXVDRODWUDLFLyQGHODWRUD
En lo tocante a la crítica del fanatismo militante,
QRVyORSHUVRQDMHVFRPR)DOFRQHR)LUPHQLFKVRQ Por último y respecto a los métodos, no podemos
UHYHODGRUHVSRU PiV FRQRFLGRV  ([LVWHFRPR HQ obviar a un personaje como Marcelo. Alias de un
todos los movimientos, ese otro que no ha pasado YLFWLPDULRTXHORJUDORVPD\RUHVQLYHOHVGHH¿FD-
DXQSULPHUSODQRTXHQRDOFDQ]yQRWRULHGDGS~- cia. Marcelo no era el torturador funcionarial, ese
blica, pero tan o más fanático de la causa, cueste que, tras realizar su cometido diario, vuelve a su
lo que cueste o caiga quien caiga. Un fundamen- domicilio como si lo hiciera después de resolver
talista de la violencia armada, que se supone aspira YDULRVH[SHGLHQWHV/DHQWUHJDGH0DUFHORIXHWR-
a conseguir una Arcadia feliz o morir como mártir WDOYLYtDHQHOSURSLRFHQWURGHGHWHQFLyQ\WRUWXUD
de la causa, sin que pueda haber término medio, /D PDJQLWXG GH OD GHJUDGDFLyQ PRUDO GH VXMHWRV
QLDVRPRGHYDFLODFLyQ<HVHMXLFLRFDWHJyULFRHV así es gigantesca e inevitablemente se transmite
aplicado también a todos y cada uno de los compa- D ODV SURSLDV YtFWLPDV $¿UPD 5DQDOHWWL TXH /D
ñeros de militancia: el propio compañero de Ana y QRFKHQRWUDVFLHQGHODUHODFLyQHQWUHYtFWLPDV\
padre de su hija pretendía educar a ésta a la ma- YLFWLPDULRV(VVX¿FLHQWHSDUDHVWDSHOtFXOD2WUDV
nera revolucionaria (tal vez no distinguiera en sus GHELHUDQSURGXFLUVHTXHORKDJDQSHURODUHODFLyQ
SODQWHDPLHQWRV OD HGXFDFLyQ GHO DGRFWULQDPLHQWR YtFWLPDV±YLFWLPDULRV QR HV XQD UHODFLyQ FRPR OD
algo comprensible en un activista así) y además se mayoría, y sus consecuencias pueden permanecer
QHJyDYHUD$QDGHVSXpVVHUpVWDOLEHUDGDSRUORV GXUDQWHPXFKRWLHPSR¢&yPRVLQRH[SOLFDUHO
torturadores, desde el postulado de que si aquéllos FDVRGH/XF\TXLHQGHDFWLYDPLOLWDQWHSDVyDHQD-
ODKDEtDQGHMDGRHQOLEHUWDGVyORSRGtDGHEHUVHD morarse del sujeto que había matado a su marido?
que había colaborado, a que era una traidora. De
HVWD PDQHUD OD GHVWUXFFLyQ SVLFROyJLFD SURGXFLGD CONCLUSIÓN
por la tortura de los victimarios era posterior y
SDUDGyMLFDPHQWHFRQWLQXDGDSRUORVSURSLRVFRP- En este artículo aparecen referencias a dos obras,
pañeros de los torturados, quienes en su simplista FRQ VyOR DOJXQDV H[FHSFLRQHV 0RQWRQHURV XQD
planteamiento consideraban a los liberados como historia y La noche de los lápices. Forma parte
leprosos. Víctor Basterra, último prisionero libe- WRGRHOORGHXQWUDEDMRGHLQYHVWLJDFLyQHQHOTXH
rado de la ESMA asegura que muchos de los re- se consideran otros documentales como La repú-
tenidos mantuvieron una actitud digna, mientras EOLFDSHUGLGD&D]DGRUHVGHXWRStDV\¿OPVGLUHF-
que las sospechas de los de fuera los condenaron al tamente relacionados con la TDD como La historia
ostracismo, amparado en el por algo fue en una si- R¿FLDO
PpWULFDH[SOLFDFLyQFRQHOSRUDOJRVHUiUHIHULGRD
las detenciones indiscriminadas realizadas durante En cuanto a la TDD en concreto, no creemos en
el Proceso. No obstante lo mencionado, es cierto HOODHQORWRFDQWHDODFDWDORJDFLyQSRULJXDO6tHV

HAOL, Núm. 8 (Otoño, 2005) 102


José Manuel Barrio Terol ,QVXUJHQFLD\UHSUHVLyQ

FLHUWRTXHODYLROHQFLDLQVXUJHQWHJROSHyGXUDPHQ- FRPRWDO\~QLFDPHQWHHOIHQyPHQRGHODLQVXUJHQ-
te en ocasiones y que su capacidad operativa tuvo cia armada puede incluso convertirse en una TDD
momentos de gran efectividad. Pero basta compa- al revés.
UDUODVFLIUDVFRPRHQODFRQWH[WXDOL]DFLyQ¿JXUDQ
SDUDUHSXGLDUFXDOTXLHULQWHQWRGHHTXLSDUDFLyQ 3RU~OWLPRHOSDUDOHOLVPRFRQODVLWXDFLyQHQ(V-
paña, frente a las acciones de ETA es pertinente.
/D7''VHJ~Q5DQDOHWWLHVXQLQWHQWRH[FXOSDWR- No debiéramos olvidar que, mientras en España es
ULRDODSDUTXHXQUHIXHU]RLGHROyJLFRGHOD8&5 general el rechazo de los partidos y la ciudadanía
OD8QLyQ&tYLFD5DGLFDOSDUWLGRWUDGLFLRQDODUJHQ- DODYLROHQFLDHWDUUDH[LVWHQFtUFXORVHQ$UJHQWLQD
WLQRULYDOGHOSHURQLVPR\GHFRUWHVRFLDOGHPyFUD- y otros países del Cono Sur en donde se contem-
WD FRQ PD\RU LPSODQWDFLyQ HQ ODV FODVHV PHGLDV SOD HVWR FRPR DFFLRQHV GH OLEHUDFLyQ QDFLRQDO GH
1RSRGHPRVD¿UPDUVLHVRQROD7''XQVRSRUWH XQ SXHEOR RSULPLGR /D OHMDQtD JHRJUi¿FD SXHGH
LGHROyJLFRGHOD8&5 RWUDFRVDHVTXHVtORVHDHO JHQHUDU VLPSDWtDV IUHQWH D IHQyPHQRV UHSXGLDGRV
documental La república perdida en su conjunto, si suceden cerca. En su momento, desde España
y en el que la TDD está presente), pero sí pare- también se veía con simpatía a los Montoneros.
FHEDVWDQWHFODURTXHOD7''IDFLOLWDODH[FOXVLyQ < QR VyOR HQWRQFHV SXHV LQFOXVR DKRUD VH SXHGH
de responsabilidades, a partir de la ya manoseada encontrar a bastantes intelectuales que vivieron
por algo será. Dicho lo cual debemos, en honor SROtWLFDPHQWHDFWLYRV HO ¿QDO GHO IUDQTXLVPR \ OD
a la equidad, reconocer a la UCR y al presidente WUDQVLFLyQ TXH VL ELHQ QR GHVHDQ \D SDUD XQ SDtV
Alfonsín el inmenso mérito de haber propiciado el europeo la lucha armada, les parece oportuno que
enjuiciamiento de los principales responsables del OD UHYROXFLyQ WUDQVIRUPDGRUD VH OOHYH D FDER HQ
Proceso, además de haber gobernado el país bajo América Latina21.
XQD WHQVLyQ LQVRSRUWDEOH VtPEROR GH OD FXDO VRQ
personajes como Aldo Rico o Mohamed Alí Sei- FUENTES
neldín.
1. BIBLIOGRÁFICAS
Como dice Vezzetti, no había ninguna equipa-
UDFLyQ SRVLEOH \ HQ FXDQWR D OD SURSLD HVWUDWHJLD - Alcázar, J. et al. (2000), Història contemporània
del terror y el contraterror, las fuerzas del Estado d’Amèrica. Valencia, Universitat de Valencia.
tenían todas las posibilidades de ganar y así lo ³  Estudios y materiales para la historia de
hicieron. Por ello mismo, por el alcance genera- América Latina. Valencia, Universitat de Valencia.
OL]DGRGHODUHSUHVLyQQRSRGHPRVKDEODUGHGRV  ³   América Latina: Literatura e historia
demonios. No obstante, es cierto que las acciones HQWUHGRV¿QDOHVGHVLJOR. Valencia, CEPS.
armadas respondían también a un planteamiento - Ciria, A. (1995), Más allá de la pantalla. Cine
de guerra en términos cuasi religiosos. Y ello en DUJHQWLQRKLVWRULD\SROtWLFD. Buenos Aires, Ed. de
XQFRQWH[WRHQHOTXHVRFLDOPHQWHODYLROHQFLDIXH la Flor.
bien vista, sobre todo cuando las acciones armadas - CONADEP (1994), Informe Nunca más. Buenos
proporcionaban ventajas a los simpatizantes de la Aires, Editorial Universitaria.
causa. Recordemos la etapa en que el poder per - Díaz Barrado, M. (coord.) (1998), Historia del
se era algo a destruir, y sus ocupantes el enemigo. tiempo presente &iFHUHV 8QLYHUVLGDG GH ([WUH-
Aunque si el poder se hubiera conquistado, hubiera madura.
posiblemente sido utilizado de manera similar. - Ferro, M. (1995), Historia contemporánea y cine.
Barcelona, Ariel.
Todas estas luchas pueden ser enmarcadas como +DOSHULQ'RQJKL7  Historia contempo-
dijimos, en el ámbito de la guerra fría y bajo el ránea de América Latina. Barcelona, Altaya.
LQÀXMRGH&XED(QVXPDVHSXHGHQFRQWHPSODU - Heinecke Scott, L. (1994), /D*XHUUDLUUHJXODU
FRPRDFFLRQHVGHMyYHQHVLGHDOLVWDVTXHEXVFDEDQ Santiago de Chile, Centro de Estudios Nacionales
mayor justicia. Y algo de eso hay, pero asumir del Cono Sur.

9LG$OFi]DU-GHDEULOGH³(OVXEFRPDQGDQWH0DUFRV$PpULFD/DWLQD\ORVLQWHOHFWXDOHVGHL]TXLHUGD´Ojos
9LG $OFi]DU -  GH DEULO GH  ³(O VXEFRPDQGDQWH 0DUFRV $PpULFD /DWLQD \ ORV LQWHOHFWXDOHV GH L]TXLHUGD´ de
papel [artículo en línea] Disponible desde Internet en: <http://www.ojosdepapel.com>.

103 HAOL, Núm. 8 (Otoño, 2005)


,QVXUJHQFLD\UHSUHVLyQ José Manuel Barrio Terol

/XQD)  $UJHQWLQDGH3HUyQD/DQXVVH. - Olivera, H. (1986), La noche de los lápices. Ar-


Barcelona, Planeta. JHQWLQD$ULHV&LQHPDWRJUi¿FD
5DQDOHWWL0  ³/DFRQVWUXFFLyQGHOUHODWR - Pérez, M. (1983), La república perdida. Argen-
de la historia argentina en el cine, 1983-1989”. Fil- tina, Noran S. L. – Enrique Vanoli.
mhistoria, IX-1.
- Rock, D. (1992), $UJHQWLQD'HVGHOD 3. INTERNET
FRORQL]DFLyQHVSDxRODKDVWD5D~O$OIRQVtQ. Alian-
za, Madrid. 3.1 Referidas a cine y video
- Romero, L. A. (1993), Breve historia contempo-
UiQHDGHOD$UJHQWLQD. Buenos Aires, FCE. <http://www.cinenacional.com>.
5RVHQVWRQH5  (OSDVDGRHQLPiJHQHV KWWSZZZODQLFXWH[DVHGX!
(OGHVDItRGHOFLQHDQXHVWUDLGHDGHOD+LVWRULD <http://www.swcp.com>.
Barcelona, Ariel Historia.
- Rubenstein, R. (1988), Alquimistas de la revolu- 3.2 Sobre los desaparecidos
ción. Buenos Aires, Ediciones Juan Granica.
- Seoane, M.; Muleiro, V. M. (2001), El dictador. <http://www.desaparecidos.org>.
Buenos Aires, Editorial Sudamericana. <http://www.yendor.com>.
<http://www.nuncamas.org>.
2. CINEMATOGRÁFICAS
3.3 Relacionadas con la TDD
- Blaustein, D. (1995), &D]DGRUHVGHXWRStDV. Ar-
gentina, Instituto Nacional de Cinematografía y <http://www.eurosur.org>.
$UWHV$XGLRYLVXDOHV\=DIUD&LQH'LIXVLyQ6$ <http://www.bazaramericano.com>.
- Di Tella, A. (1994), Montoneros, una historia.. <http://www.dosdemonios.com>.
$UJHQWLQD$QGUpVGL7HOOD±)XQGDFLyQ6LPyQ5R- <http://www.apuntesmontoneros.com>
dríguez.

HAOL, Núm. 8 (Otoño, 2005) 104

Vous aimerez peut-être aussi