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Cultura e historia de Rusia

La cultura rusa es un híbrido generado a


partir de las costumbres propias de tantas civilizaciones, que conformaron a este gran estado
multicultural y el resultado de su desarrollo durante varias épocas. Estando fuertemente
arraigada a la cultura de los primeros eslavos orientales.

Históricamente la condición dominante en Rusia, ha sido ocupada por la cultura rusa, la


cultura del idioma ruso y la nacionalidad rusa. Esto es parcialmente, porque los rusos
constituyen la mayoría de la población del país y porque muchas veces en la historia de
Rusia, las culturas de otras nacionalidades se integraron en la cultura rusa a través de la
rusificación

La cultura de la antigua Rus', se vio involucrada en la conversión al cristianismo ortodoxo y


la acogida del arte bizantino y su arquitectura. La Iglesia poseía recursos para encomendar
grandes obras de arte, así como también la voluntad e intención de preservarlas.

Allá por 1890, una nueva forma de arte tuvo auge, el avant-garde ruso. Sin embargo, se
desarrolló dentro del régimen soviético cuando el gobierno tomó control de toda actividad
artística.

La política de la Unión Soviética con respecto a la cultura era polémica: por un lado había un
deseo políticamente motivado para crear un "pueblo soviético", que se expresó en la noción
de la cultura soviética, ejemplificado por el Realismo Socialista. Hubo campañas periódicas
para la preservación de las culturas nacionales: cada etnia tiene sus "grandes escritores
nacionales" y las prácticas culturales populares se admiten oficialmente.

Rusia cuenta con algunos de los nombres más importantes en la cultura mundial, como los
compositores Stravinsky y Tchaikovsky , grandes de la literatura
como: Tolstoy y Dostoevsky, y figuras del ajedrez como: Anatoly Karpov y Gari
Kasparov.
La historia de Rusia empieza con la
llegada de los eslavos orientales, el grupo étnico del que posteriormente derivarían los rusos,
ucranianos y bielorrusos.

El primer estado eslavo oriental fue la Rus (o principado) de Kiev, que adoptó el cristianismo
por la importante influencia del Imperio bizantino en 988, comenzando así la fusión entre las
culturas eslava y bizantina que caracterizaría la rusa durante los siguientes siete siglos. El
Rus de Kiev se desintegraría finalmente en varios reinos que competirían entre sí por figurar
como herederos de su civilización y por el predominio territorial en la zona y que acabaron
bajo dominio mongol.

Tras el siglo XIII, Moscovia llegó progresivamente a dominar el antiguo espacio cultural.
Llegado el siglo XVIII, el principado de Moscú había llegado a convertirse en el vasto Imperio
ruso, abarcando desde Polonia hasta el océano Pacífico. La expansión hacia el Oeste avivó la
conciencia rusa de atraso con respecto a los países europeos y acabó con el aislamiento de
los primeros tiempos. Los sucesivos regímenes del siglo XIX respondieron a dichas presiones
con una combinación de reformismo tímido y represión. El feudalismo ruso fue abolido en
1861, pero en unos términos desfavorables para el campesinado y sirvió para incrementar
las presiones revolucionarias. Entre la abolición de la servidumbre y el comienzo de la
Primera Guerra Mundial en 1914, las reformas de Piotr Stolypin, la constitución de 1906 y la
Duma Estatal introdujeron notables cambios en la economía y la política del país, sin
embargo, los zares no estuvieron a la altura de las circunstancias para ceder poder
autoritario. El último monarca, el zar Nicolás II, reinó hasta 1917.

La derrota militar en la Primera Guerra Mundial y la escasez de comida allanaron el camino a


la Revolución Rusa de 1917, que colocó en el poder a los bolcheviques dirigidos por Vladímir
Lenin. Entre 1922 y 1991, la historia de Rusia es esencialmente la Historia de la Unión
Soviética, un Estado federal que ocupó una extensión territorial similar a la del antiguo
Imperio Ruso. La Unión Soviética se configuró como un Estado socialista de partido único
bajo la dirección del Partido Comunista, aboliéndose la propiedad privada de los medios de
producción e instaurándose un sistema de economía planificada. A finales de los años 80,
siendo crítica la debilidad de su estructura económica y política, ciertos cambios en la
ejecutiva del partido y en la economía marcaron el fin de la Unión Soviética.

La Historia de la Federación Rusa propiamente dicha es corta, remontándose su nacimiento a


la disolución de la Unión Soviética a fines 1991. Sin embargo, Rusia ha existido como Estado
durante más de mil años, siendo durante gran parte del siglo XX el núcleo de la URSS, del
que Rusia es sucesor legítimo y legal en la escena internacional.

Rusia intenta construir una economía de mercado mediante el abandono de la planificación


centralizada y la propiedad estatal y cooperativa que constituían la base de la organización
económica soviética, con resultados frecuentemente traumáticos. A pesar de los
vaivenes, Rusia todavía conserva hoy una continuidad cultural y social con su pasado zarista
y luego socialista.

En marzo de 2000, Vladimir Putin se convirtió en presidente de Rusia. Rusia se convirtió


en el exportador más grande de petróleo del mundo fuera de la OPEP y, para sorpresa de
cada uno, el clima económico fue mejorando, Moscú podía jactarse de tener más
multimillonarios residentes que cualquier otra ciudad excepto Nueva York.

Rusia es un país con una economía emergente, de enorme dinamismo y en constante


desarrollo. La modernización y liberalización de su economía e industria es la principal
prioridad de las autoridades rusas posible gracias a las importantes entradas de capitales
extranjeros y también provenientes de la explotación de materias primas y tecnología

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