Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
3
Director Ejecutivo
Antonio Aramayo Tejada
Gerenta del Área de Información,
Investigación y Análisis de Conflictos
María Soledad Quiroga Trigo
Coordinación de la investigación
Verónica Pacheco Sanjinés
Sistematización y redacción de la presente publicación
Antonio Aramayo Tejada
Jimena Avejera Udaeta
Verónica Pacheco Sanjinés
Compilación de la investigación
Helen Álvarez
Consultores externos
Mayo de 2013
La Fundación UNIR Bolivia cuenta con el respaldo de una canasta de
fondos conformada por el apoyo financiero de las cooperaciones de
Holanda, Suecia, Suiza, Christian Aid y Trócaire.
Hecho en Bolivia
www.unirbolivia.org
Oficinas:
DISTRITAL UNO: La Paz – El Alto DISTRITAL DOS: Santa Cruz – Tarija DISTRITAL TRES: Cochabamba – Chuquisaca
Sede: Ciudad de La Paz Sede: Ciudad de Santa Cruz de la Sierra Sede: Ciudad de Cochabamba
Av. 6 de Agosto Nº 2528 Av. Alemania c Poresaqui Nº 3665 Calle Ayacucho # 235 piso 2
Tel/fax: (02) 2117069 – 2119767 (10 Oeste) Tel/fax (04) 4110438
info@unirbolivia.org Tel/fax (03) 311- 5072 cochabamba@unirbolivia.org
santacruz@unirbolivia.org
INDICE
PRESENTACIÓN 15
UNO
Marco teórico: violencia, paz y cultura de paz 21
Violencia 24
1. Defi niciones amplias-expansivas 30
2. Defi niciones restringidas u observacionales 37
3. Defi niciones legitimistas o estrictas 37
Paz y cultura de paz 41
DOS
Propuesta metodológica: Representaciones sociales 57
Aplicación de la metodología 63
Estructura de investigación 64
Regiones 64
TRES
Regiones y localidades de estudio 71
Características de las poblaciones de tierras altas 72
Departamento de La Paz 72
Ciudad de La Paz 72
El Alto 74
Tocaña 77
San Buenaventura 79
Departamento de Oruro 81
Ciudad de Oruro 81
Santiago de Huari 82
Huanuni 83
Santuario de Quillacas 86
5
Departamento de Potosí 86
Ciudad de Potosí 87
Uncía 89
Chuquiuta 90
Llallagua 91
Características de las poblaciones de tierras intermedias 94
Departamento de Cochabamba 94
Ciudad de Cochabamba 94
Quillacollo 97
Puerto Villarroel 99
Villa Tunari 102
Departamento de Chuquisaca 103
Sucre 104
Tomina 105
Tarabuco 106
Monteagudo 107
Departamento de Tarija 109
Ciudad de Tarija 109
Entre Ríos 111
Villamontes 112
Yacuiba 114
Características de las poblaciones de tierras bajas 117
Departamento de Santa Cruz 117
Santa Cruz de la Sierra 117
Poza Verde 119
Camiri 121
San Julián 122
Departamento del Beni 123
Trinidad 123
Riberalta 125
Guayaramerín 127
San Ignacio de Moxos 128
Departamento de Pando 129
Cobija 129
Porvenir 132
Filadelfia 133
Puerto Gonzalo Moreno 134
6
CUATRO
Hallazgos de la investigación en tierras altas 137
Violencia 138
1. ¿Qué se entiende por violencia? 138
2. ¿Qué causas de violencia se identifican? 141
Pobreza 141
Poder-política 147
Conflictos 153
Discriminación 159
Medios de comunicación 162
3. ¿Qué tipos de violencia se identifican? 164
Violencia de género e intrafamiliar 164
Inseguridad ciudadana 169
Justicia por mano propia 171
Pobreza 176
Discriminación 177
4. ¿Qué sentimientos y conductas genera la violencia? 181
5. La violencia como parte de la cultura 183
6. ¿Se reconocen a sí mismos –y a su comunidad–
como violentos o pacíficos? Responsabilidad en relación
con la violencia o culpabilización de otros 185
Paz 188
1. ¿Qué se entiende por paz? 188
2. ¿Se considera posible la construcción cultura de paz? 190
CINCO
Hallazgos de la investigación en tierra intermedias 201
Violencia 201
1. ¿Qué se entiende por violencia? 201
2. ¿Qué causas de violencia se identifican? 206
Pobreza 206
Poder-política 210
Conflictos 216
Discriminación 220
Medios de comunicación 223
3. Las expresiones de violencia presentes
en las representaciones sociales 224
7
Violencia de género e intrafamiliar 224
Inseguridad ciudadana 226
Justicia por mano propia 226
Discriminación 231
4. ¿Qué sentimientos y conductas genera la violencia? 233
5. La violencia como parte de la cultura 234
6. ¿Se reconocen a sí mismos –y a su comunidad– como
violentos o pacíficos? Responsabilidad en relación con
la violencia o culpabilización de otros 237
Paz 238
1. ¿Qué se entiende por paz y cultura de paz? 238
2. ¿Se considera posible la construcción
de paz y de cultura de paz? 241
SEIS
Hallazgos de la investigación en tierras bajas 251
Violencia 251
1. ¿Qué se entiende por violencia? 251
2. ¿Qué causas de violencia se identifican? 256
Pobreza 256
Poder - política 259
Conflictos 268
Discriminación 276
Medios de comunicación 279
3. Las expresiones de violencia presentes
en las representaciones sociales 281
Violencia de género e intrafamiliar 281
Inseguridad ciudadana 287
Justicia por mano propia 289
Pobreza 295
Discriminación 296
4. ¿Qué sentimientos y conductas genera la violencia? 299
5. La violencia como parte de la cultura 300
6. ¿Se reconocen a sí mismos –y a su comunidad–
como violentos o pacíficos? Responsabilidad en relación
con la violencia o culpabilización de otros 301
Paz 303
8
1. ¿Qué se entiende por paz y cultura de paz? 303
2. ¿Se considera posible la construcción
de paz y de cultura de paz? 305
CONCLUSIONES 317
Sobre la violencia 318
Pobreza 321
Poder, política y conflictos 322
Discriminación 327
Violencia de género e intrafamiliar 330
Inseguridad ciudadana y justicia por mano propia 331
Sobre paz y cultura de paz 332
BIBLIOGRAFÍA 339
ANEXOS 349
Anexo 1 - Conectores y Divisores 351
Anexo 2 - Entrevistas en profundidad en Tierras Altas 353
Anexo 3 - Entrevistas en profundidad en Tierras Intermedias 357
Anexo 4 - Entrevistas en profundidad en Tierras Bajas 363
9
Índice de gráficos y tablas
Capítulo UNO
Gráfico Nº 1 - Ciclo vicioso y virtuoso de la violencia 46
Capítulo DOS
Gráfico Nº 2 - Representación social 60
Capítulo TRES
Gráfico Nº 3 Mapeo de la violencia en Municipios y comunidades 46
Tabla Nº 1 - Municipios seleccionados por departamento 71
Capítulo CUATRO
Gráfico Nº 4 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Pobreza Departamento de La Paz 145
Gráfico Nº 5 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Pobreza Departamento de Oruro 146
Gráfico Nº 6 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Pobreza Departamento de Potosí 146
Gráfico Nº 7 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Poder Departamento de La Paz 148
Gráfico Nº 8 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Poder Departamento de Oruro 149
Gráfico Nº 9 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Poder Departamento de Potosí 149
Gráfico Nº 10 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Política Departamento de La Paz 151
Gráfico Nº 11 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Política Departamento de Oruro 152
Gráfico Nº 12 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Política Departamento de Potosí 152
Gráfico Nº 13 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Conflicto Departamento de La Paz 157
Gráfico Nº 14 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Conflicto Departamento de Oruro 158
Gráfico Nº 15 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Conflicto Departamento de Potosí 158
Gráfico Nº 16 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Discriminación Departamento de La Paz 161
Gráfico Nº 17 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Discriminación Departamento de Oruro 161
Gráfico Nº 18 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Discriminación Departamento de Potosí 162
Gráfico Nº 19 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Justicia comunitaria Departamento de La Paz 173
Gráfico Nº 20 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Linchamiento Departamento de La Paz 174
Gráfico Nº 21 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Justicia comunitaria Departamento de Oruro 174
Gráfico Nº 22 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Linchamiento Departamento de Oruro 175
Gráfico Nº 23 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Justicia comunitaria Departamento de Potosí 175
Gráfico Nº 24 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Linchamiento Departamento de Potosí 176
Capítulo CINCO
Gráfico Nº 25 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Pobreza Departamento de Cochabamba 208
Gráfico Nº 26 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Pobreza Departamento de Chuquisaca 209
Gráfico Nº 27 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Pobreza Departamento de Tarija 209
Gráfico Nº 28 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Poder Departamento de Cochabamba 211
11
Gráfico Nº 29 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Poder Departamento de Chuquisaca 212
Gráfico Nº 30 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Poder Departamento de Tarija 212
Gráfico Nº 31 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Política Departamento de Cochabamba 215
Gráfico Nº 32 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Política Departamento de Chuquisaca 215
Gráfico Nº 33 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Política Departamento de Tarija 216
Gráfico Nº 34 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Conflicto Departamento de Cochabamba 219
Gráfico Nº 35 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Conflicto Departamento de Chuquisaca 219
Gráfico Nº 36 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Conflicto Departamento de Tarija 220
Gráfico Nº 37 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Discriminación Departamento de Cochabamba 221
Gráfico Nº 38 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Discriminación Departamento de Chuquisaca 222
Gráfico Nº 39 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Discriminación Departamento de Tarija 222
Gráfico Nº 40 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Justicia comunitaria Departamento de Cochabamba 228
Gráfico Nº 41 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Linchamiento Departamento de Cochabamba 228
Gráfico Nº 42 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Justicia comunitaria Departamento de Chuquisaca 229
Gráfico Nº 43 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Linchamiento Departamento de Chuquisaca 229
Gráfico Nº 44 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Justicia comunitaria Departamento de Tarija 230
12
Gráfico Nº 45 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Linchamiento Departamento de Tarija 230
Gráfico Nº 46 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Diálogo Departamento de Cochabamba 243
Gráfico Nº 47 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Diálogo Departamento de Chuquisaca 244
Gráfico Nº 48 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Diálogo Departamento de Tarija 244
Capítulo SEIS
Gráfico Nº 49 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Pobreza Departamento de Santa Cruz 257
Gráfico Nº 50 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Pobreza Departamento de Beni 258
Gráfico Nº 51 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Pobreza Departamento de Pando 258
Gráfico Nº 52 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Poder Departamento de Santa Cruz 261
Gráfico Nº 53 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Poder Departamento de Beni 261
Gráfico Nº 54 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Poder Departamento de Pando 262
Gráfico Nº 55 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Política Departamento de Santa Cruz 264
Gráfico Nº 56 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Política Departamento de Beni 264
Gráfico Nº 57 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Política Departamento de Pando 265
Gráfico Nº 58 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Conflicto Departamento de Santa Cruz 269
Gráfico Nº 59 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Conflicto Departamento de Beni 269
13
Gráfico Nº 60 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Conflicto Departamento de Pando 270
Gráfico Nº 61 - Principales Conflictos y herramientas que posibilitan
el diálogo Poza Verde 274
Gráfico Nº 62 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Discriminación Departamento de Santa Cruz 277
Gráfico Nº 63 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Discriminación Departamento de Beni 278
Gráfico Nº 64 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Discriminación Departamento de Pando 278
Gráfico Nº 65 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Justicia comunitaria Departamento de Santa Cruz 291
Gráfico Nº 66 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Justicia comunitaria Departamento de Beni 291
Gráfico Nº 67 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Justicia comunitaria Departamento de Pando 292
Gráfico Nº 68 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Linchamiento Departamento de Santa Cruz 293
Gráfico Nº 69 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Linchamiento Departamento de Beni 293
Gráfico Nº 70 - Orientación de sinonimia para la palabra inductora
Linchamiento Departamento de Pando 294
14
PRESENTACIÓN
15
El presente libro, Representaciones sociales de la paz y la violencia en Bolivia,
despliega el siguiente orden: el primer capítulo expone el marco teórico y los con-
ceptos de paz, violencia y cultura de paz empleados en la investigación; el segundo
desarrolla la propuesta metodológica de las representaciones sociales; el tercero de-
talla las características de las tres regiones en las cuales se llevó adelante el estudio y
las razones de elección de los 36 municipios. El capítulo cuarto presenta los hallazgos
de la investigación en tierras altas; el quinto, en tierras intermedias, y el sexto, en
tierras bajas. El capítulo séptimo muestra las conclusiones y el libro cierra con cuatro
anexos: uno dedicado a la identificación de aspectos conectores y divisores hallados,
y en los otros tres se registra el detalle de las personas e instituciones entrevistadas
por macro región.
Durante la recopilación bibliográfica se identificaron diversas teorías, enfoques,
fuentes y discursos en torno a la violencia, y se consideró que el solo abordaje de tal
multiplicidad de propuestas implicaría realizar un estudio diferente del que este libro
propone. Por tanto, en su elaboración se consideraron postulados teóricos amplia-
mente aceptados para establecer el marco referencial desde el cual se entienden los
resultados obtenidos.
En el transcurso del trabajo de campo fue necesario exponer, en cada municipio
seleccionado, tanto el objetivo como el método aplicado en la investigación, ate-
nuando así susceptibilidades u otros tipos de resistencia pasiva, y evitando cualquier
influencia en las percepciones de la población consultada.
Los resultados del estudio evidencian que la violencia ha permeado diferentes
territorios e identidades culturales, económicas y políticas, encontrándose anclada
en el imaginario de quienes participaron; se naturaliza y afianza como parte de las
culturas, legitimándose de tal manera que se convierte en cotidiana y, peor aún, pasa
desapercibida. La violencia es una construcción social, una práctica aprendida que
pasa de generación en generación conformando un sistema de creencias, actitudes
y prácticas que se ejercen, se transmiten y reproducen en los diversos ámbitos de la
sociedad.
Las deducciones del estudio confirman algunas hipótesis: el hallazgo de posicio-
nes que entienden la paz como algo ajeno a la realidad cotidiana y distante de plas-
marse; por lo contario, la violencia sí se la relaciona con la cotidianidad y, aunque
16
se la teme, también se la percibe como necesaria para conseguir fines relacionados
con una mejora en la calidad de vida. En los hechos, esta concepción naturaliza la
violencia.
La información obtenida sitúa a la paz, en cambio, como un anhelo y, para los
más, una utopía que no se reconoce como parte posible de su realidad; aunque no
faltan voces que identifican su presencia en sus experiencias cotidianas. Por otra par-
te, las respuestas obtenidas en los 36 municipios relacionan a la paz con la equidad y
la justicia social, así como con los ámbitos de lo espiritual y lo moral.
Los resultados enriquecen la mirada para diseñar con mayor precisión una pro-
puesta de política pública orientada a la atenuación de la violencia en sus diferentes
expresiones y la posibilidad de aportar en la construcción de una cultura de paz, la
cual no es una propuesta utópica, sino un proceso viable de largo aliento que debe
partir del conocimiento y de una correcta interpretación histórica del fenómeno de
la violencia y de las contrapropuestas de paz, así como de la definición de líneas
estratégicas que permitan realizar un trabajo sistemático, continuo y conjunto para
acercarse a esa meta.
En este marco, la Fundación UNIR Bolivia propone[1] la cultura de paz como
respuesta a las diversas formas de violencia, entendida como la convivencia susten-
tada en valores de solidaridad, libertad y reconocimiento de la dignidad de todos los
seres humanos; se caracteriza por la vigencia y el respeto de los derechos humanos
individuales y colectivos, la democracia representativa y participativa, un orden eco-
nómico justo y equitativo que posibilite la superación de la pobreza, el desarrollo
humano integral, la relación interdependiente con la naturaleza y la solidaridad que
vincula componentes tanto universales como nacionales. La paz no es sinónimo de
homogeneidad ni de desconocimiento de la diversidad cultural; por el contrario, es
una cultura de convivencia, de respeto por el disenso y la diferencia, de negociación,
de concertación y de diálogo. Se alimenta de diferentes tradiciones, culturas, lengua-
jes, religiones y perspectivas políticas para dar forma a un mundo con entendimien-
to, solidaridad y enfoque intercultural.
Bolivia, mayo de 2013
17
Antonio Aramayo Tejada
Director Ejecutivo
Fundación UNIR Bolivia
18
123456 MARCO TEÓRICO
VIOLENCIA, PAZ Y CULTURA DE PAZ
UNO
MARCO TEÓRICO:
VIOLENCIA, PAZ Y CULTURA DE PAZ
1 Grasa, Rafael. Derechos Humanos y Cultura de Paz [en línea]. Instituto Catalán Internacional para La Paz,
España, 2011. [Fecha de consulta: septiembre 2012]. Disponible en: http://132.247.1.49/pronaledh/
index.php?option=com_content&view=article&id=168&Itemid=141
2 Martínez Guzmán, Vincent y Francisco A. Muñoz. Enciclopedia de Paz y Conflictos. Investigación para la paz [en
línea]. Alianza Educación para la Paz, Colombia, s/f. [Fecha de consulta: octubre de 2012]. Disponible
en: http://www.educacionparalapaz.org.co/enciclopedia/concep_1/concepto1.htm
3 Fisas, Vicenç, Un poco de historia sobre la resolución de conflictos y la investigación sobre la paz. Escola de Cultura
de Pau, España, s/f. Disponible en: http://escolapau.uab.cat/img/programas/cultura/historia_
investigacion_paz.pdf.
5 Vicenç, Fisas, Un poco de historia sobre la resolución de conflictos y la investigación sobre la paz, p. 1.
6 La acción no-violenta es un medio por el cual las personas rechazan la pasividad y la sumisión; conside-
ran que la lucha es esencial y se puede realizar sin usar la violencia.
9 Mitchell, Christopher R., “Evitando daños: Reflexiones sobre la situación de madurez en un conflicto”.
Estudios Internacionales, Guatemala, Vol. 8, nº 15, enero-junio 1997, pp. 7-27.
Violencia
Existe una importante coincidencia en la literatura en cuanto a que hay tantas
definiciones de violencia como formas de sentirla y comprenderla. Asimismo son va-
11 Se refiere a los estudios para la paz; el término proviene de Irene, que en griego significa paz.
12 Caviglia, Franco, Una aproximación pura a la violencia [En línea], Sociedad Iberoamericana de Violentología,
Buenos Aires – Argentina, 2010, [Fecha de consulta: septiembre 2012]. Disponible en: http://www.
violentologia.org/capitulo1_francocaviglia.html
14 Aróstegui, Julio, Violencia, sociedad y política: la definición de la violencia. Ayer Nº 13, Violencia y Política en
España, España, 1994, pp. 24 - 26 [Fecha de consulta: septiembre 2012]. Disponible en: http://www.
ahistcon.org/docs/ayer/ayer13_02.pdf
15 Ibídem, p. 23.
16 Platt, Thomas, “La violencia como concepto descriptivo y polémico”, Pensar la violencia. Nº 132. Revista
Internacional de Ciencias Sociales - UNESCO, España, 1992, pp. 173-179 [Fecha de consulta: octubre 2012].
Disponible en: http://unesdoc.unesco.org/images/0009/000915/091531so.pdf
17 Ibídem, p. 174.
18 Hobbes. Leviatán. De la condición natural del género humano, en lo que concierne a su felicidad y miseria [en línea],
Fragmentos y textos, España, 1980 [Fecha de consulta: octubre 2012]. Disponible en: http://www.
webdianoia.com/moderna/hobbes/textos/hobbes_text_nat.htm
19 Ibídem.
20 Comins, Irene, Antropología filosófica para la Paz: una revisión crítica de la disciplina. Revista de
Paz y Conflictos Nº 1 [En línea] 2008. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/
inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=205016386004. ISSN.
21 Freud, Sigmund. Psicología de las masas: Más allá del principio del placer; El porvenir de una ilusión. / Sigmund
Freud. [10ª ed. en ‘Biblioteca fundamental de nuestro tiempo’]. Madrid: Club Internacional del Libro,
1984. 207 p. Biblioteca fundamental de nuestro tiempo; 3.
22 Harris, Marvin, Caníbales y reyes. Los orígenes de la cultura, Salvat editores, Barcelona, 1986, p.44
1. Definiciones amplias-expansivas
Tienen como modelo la llamada teoría estructural de la violencia, sosteniendo
que ésta es producto de los sistemas políticos y económicos. Desde esta óptica, la raíz
de los problemas se encuentra en la estructura social y no en los individuos.
Las definiciones expansivas-estructurales tienen como precedente las teorías de
Marx y de Engels. Para los fines de la presente investigación se retomará algunas
posiciones de Marx, Sorel, Foucault y Galtung. Asimismo, se presenta una aproxi-
mación a la controvertida posición de Fanon, quien exalta el uso de la violencia para
lograr una transformación social.
Para Marx (1843), la violencia está inserta en las estructuras del capitalismo “que
viene al mundo chorreando lodo y sangre”. La considera un mecanismo para el
reordenamiento de las nuevas y viejas relaciones sociales. Lograr “la acumulación
originaria fue un proceso violento, pero allí la violencia jugó un papel importante
al afectar a bienes y personas a partir del cambio en las relaciones de propiedad”.23
La violencia, para este autor, se convertiría en un medio por el cual optan las cla-
ses para proteger sus intereses y su propósito es mantener las relaciones de domina-
ción. González y Villacorta24 (1998), en función al planteamiento de Marx, sintetizan
el tema de la violencia en sociedades capitalistas a partir de tres factores:25
• Alienación económica, la cual supondría el despojo de los medios de producción
a los trabajadores, condenándolos a la pobreza y a la marginalidad socioeco-
nómica. Este tipo de alienación fue el que las discusiones sociológicas plan-
tearon posteriormente como violencia estructural.
• El aparato jurídico político, representado por el Estado, cuya función fundamental
sería controlar coercitivamente los posibles desbordes de las clases subordinadas,
23 Gonzales, Luis Armando y Carmen Elena Villacorta, Aproximación teórica a la violencia [en línea], Revista de
Estudios Centroamericanos (ECA) Nº 599, El Salvador, 1998, [Fecha de consulta: octubre 2012]. Disponible
en: http://www.uca.edu.sv/publica/eca/599art4.html
24 Ídem.
25 Los tres elementos presentados por Gonzales y Villacorta se reproducen casi como en el documento ori-
ginal, de manera que no se tergiverse lo dicho por los autores.
En cualquiera de estas tres dimensiones, la violencia sería algo que se ejerce desde
fuera de los individuos que la sufren. Se plantea como algo preponderantemente
social, que se puede controlar cuando se conocen sus fuentes y mecanismos.
Es a partir del planteamiento marxista que se llegó a formular la idea de la “es-
piral de la violencia”: de la violencia estructural surge otra denominada de resistencia
instintiva popular, ocasionando que el Estado tome represalias a partir de una violencia
organizada (represión y terrorismo de Estado).26
Una de las críticas al tratamiento que hace Marx sobre la violencia es que sola-
mente se centra en las relaciones de clase y en los periodos de transición social. Al
respecto se señala que existen otras formas de violencia en los procesos de cambio
social que no se relacionan únicamente con el concepto de clase, como por ejemplo
la religión y los factores étnicos.
Para George Sorel (1906), la violencia tiene un aspecto revolucionario y la con-
sidera el motor para la acción; la clase obrera debe ser violenta, decía, pues de lo
contrario pierde su dinamismo; sólo así los obreros lograrán su triunfo. Este autor
considera a la violencia como “algo muy bello y muy heroico, que está al servicio de
26 Luis Armando Gonzales y Carmen Elena Villacorta, Aproximación teórica a la violencia, s/p.
28 Blithz, Lozada, Michel Foucault: el sujeto, la modernidad y la historia. Instituto de Estudios Bolivianos, La Paz,
2009, p.p. 213-214.
30 Rivera, Silvia, Violencias (re) encubiertas en Bolivia, ed. Piedra Rota, La Paz, 2010, p. 239.
32 Arendt, Hannah, La promesa de la política, ed. Paidós Iberica, Barcelona, 2008, p. 14.
33 Morillas Martin, José Manuel, “Manual de paz y conflictos”, en Rueda Molina, Beatriz, Francisco Muñoz
(coord.), Qué es la violencia, España, Instituto de la paz y los conflictos, pp. 225-248.
34 Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal. Programa de capacitación y formación profesional en Derechos
Humanos [en línea], México, 2001. Disponible en: http://directorio.cdhdf.org.mx/transparencia/2012/
fc_XX/guias_pfcpdh_2011/fase_especializacion.pdf
35 UNESCO, Unidad de Cultura de Paz, El Manifiesto de Sevilla [En línea], París, 1989. Disponible en:
http://www.unesco.org/cpp/sp/declaraciones/sevilla.htm
37 Ibídem, p. 26.
38 Ibídem, p. 27.
39 Imbert, Gerard, Los escenarios de la violencia, ed. ICARIA S.A., Barcelona, 1992
42 Fernández, Juan Manuel, La noción de la violencia simbólica en la obra de Pierre Bourdieu. Cuadernos de Trabajo
Social. Vol. 18. Universidad Complutense de Madrid, 2005, p. 12.
44 Cadarso, Pedro Luis Lorenzo, Fundamentos teóricos del conflicto social, Siglo XXI, Editores, España, 2001.
46 Fisas, Vicenç, Una cultura de paz. Cultura de paz y gestión de conflictos, ICARIA/UNESCO, Barcelona,
1998, p. 2.
47 Ibídem, p. 2
48 Fundación UNIR Bolivia. Separata Construir una cultura de paz: una necesidad en Bolivia, La Paz, Bolivia,
2010, p. 5.
51 Comins, Irene, Antropología filosófica para la Paz: una revisión crítica de la disciplina. Revista de Paz y Conflic-
tos Nº 1 [en línea] 2008. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=20
5016386004. ISSN.
52 Lederach resalta el carácter fluido del conflicto. Señala que éste emerge a través de un proceso interactivo
que contempla tanto el contexto social y cultural como las percepciones, intenciones, expresiones e inter-
pretaciones de las personas involucradas. En este escenario, el conflicto no es positivo ni negativo, sino que
depende de la forma en que las personas lo manejen. Tampoco es un fenómeno estático sino que está en
constante evolución. (…) Se asume que el conflicto es un aspecto normal de la convivencia humana y que,
al manejarse adecuadamente, tiene el potencial para generar cambios positivos en las personas y la sociedad
(Zapata, 2009: 9-10). Galtung señala, en el mismo sentido, que el punto es comportarse de tal forma en
un conflicto que éste se transforme de forma positiva. En el caso de abordarlo así, las partes emergen del
conflicto no solamente con mejores relaciones sociales, sino también como mejores personas de lo que eran
antes, mejor equipadas para abordar nuevos conflictos de forma no violenta (2008: 189-190).
53 Sponsel, Leslie E. (1996) The Natural History of Peace: The positive View of Human Nature and Its
Potential” en Gregor, Thomas A. Natural History of Peace. Nashville. Vanderbilt University Press.
54 Comins, Irene (2008) Antropología filosófica para la paz, una revisión de la disciplina. En: Revista de Paz y
Conflictos Nº 1. Universidad de Granada, Granada. www.ugr.es/local/revpaz. ISSN 1998 - 7221.
55 Etxeberria X (2003) Bakeaz, 2003. Publicado en El Correo, 30 de enero de 2003. Etxeberria es profesor de
Ética en la Universidad de Deusto y miembro de Bakeaz.
56 Irene, Comins, Antropología Filosófica para la Paz: una revisión crítica de la disciplina, p. 76.
57 Ibídem, p. 76.
58 Ídem.
Galtung advierte que, cuando los conflictos han detonado con violencia, existe
la necesidad de reconducirlos a través de tres acciones para avanzar en el camino
de la construcción de la paz: resolución, la cual subyace en la raíz del conflicto;
reconstrucción tras la violencia directa, y reconciliación de las partes involucradas
que, de alguna forma, han legitimado sus acciones violentas. Estos tres elementos
deberían trabajarse conjuntamente para convertir el ciclo vicioso de la violencia en
virtuoso; no se puede plantear una reconciliación sin antes trabajar la resolución,
o la resolución sin la reconciliación. “La reconstrucción que se intente sin eliminar
Gráfico
Ciclo vicioso y virtuoso de la violencia
Nº 1
Reconstrucción Rehabilitación
posterior a la Reconstrucción
violencia directa
Círculo virtuoso
Violencia directa
Círculo vicioso
Violencia Violencia
cultural estructural
Re-culturación Reestructuración
Reconciliación Resolución de la
de las partes en raíz subyacente
conflicto del conflicto
59 Galtung, Johan, Tras la violencia, 3 R: reconstrucción, reconciliación, resolución. Afrontando los efectos visibles e invisibles
de la guerra y la violencia; Bakeaz, España, 1998.
60 Alemany Briz, J.M., Paz, [en línea], Fundación seminario de investigación para la paz, España, s/f., p.2
[Fecha de consulta: octubre de 2012]. Disponible en: http://www.seipaz.org/documentos/2006JMAPaz.
pdf
61 Ibídem, p. 2.
De este modo, la cultura de paz se va edificando sobre tres pilares que son concep-
tos interactivos: paz positiva, desarrollo humano sostenible y democracia participativa.
John Paul Lederach (2008) –uno de los exponentes más importantes de la cultura
de paz– afirma que la construcción de la paz es una tarea compleja, un reto abruma-
dor. ¿Cómo se consigue que sociedades enteras, envueltas en historias de violencia
que se remontan a generaciones, se muevan hacia un horizonte recién definido?63 A
esta interrogante se suma la reflexión que realiza sobre la necesidad de dar un espacio
a la imaginación moral en los asuntos humanos. El sistema no tiene la capacidad de
superar los ciclos de patrones violentos porque la imaginación ha sido acorralada y
encadenada por los mismos parámetros y causas que crean y perpetran la violencia.
El reto de la imaginación moral está en “la capacidad de imaginarnos una red de
relaciones que incluya a nuestros enemigos; la habilidad de alimentar una curiosidad
contradictoria que abarque la complejidad sin depender de una polaridad dualista;
una firme creencia y la búsqueda del acto creativo; y la aceptación del riesgo inherente
a avanzar hacia el misterio de lo desconocido que está más allá del demasiado conoci-
do paisaje de la violencia”.64 Según Lederach, “el manantial se encuentra en nuestra
imaginación moral, entendida como la capacidad de imaginar algo enraizado en los
retos del mundo real, pero a la vez capaz de dar a luz aquello que todavía no existe”.65
Hoy, la cultura de paz es una referencia cardinal en muchos de los instrumentos
internacionales que conforman el cuerpo normativo del Derecho Internacional Pú-
blico. La relevancia de este posicionamiento se evidencia desde la perspectiva de la
responsabilidad jurídica que asumen los Estados ante el orden jurídico internacional
cuando incorporan la cultura de paz en sus legislaciones. Un ejemplo es el influjo de
estos acuerdos internacionales y la necesidad de construir una cultura de paz en el
63 Lederach, John Paul. La imaginación moral. El arte y el alma de construir la paz; ed. Norma, 2008, p. 59.
64 Ibídem p. 24
65 Ídem.
67 Cancelado Zapata, María Luisa. Acción sin daño y reflexiones sobre prácticas de paz; Universidad Nacional de
Colombia, Bogotá, 2009, p. 18.
68 Aramayo, Fernando, Construyendo paz en el aula: guía de actividades para la incorporación del enfoque de cultura cívica
de paz; PADEP-GTZ, La Paz, 2008, p. 7.
69 Zárate, Caty Luz, Aportes para la construcción de paz en la escuela: sistematización de la experiencia del proceso Cultura
Cívica de Paz en Llallagua y Tarija Fase I y Fase II, PADEP-GTZ, 2009, p. 25.
1 Araya, Sandra, Las Representaciones Sociales: ejes teóricos para su discusión”. Cuaderno de Ciencias Sociales Nº
127, FLACSO, Costa Rica, 2002, p. 13.
3 Ibídem, p. 69.
4 Ibídem, p. 7.
5 Entrevista a Denise Jodelet, realizada el 24 de octubre de 2002 por Óscar Rodríguez Cerda. En: Revista
Relaciones: Estudios de Historia y Sociedad, Nº 93, vol. XXIV, México, invierno 2003, p. 117.
8 Giménez, Gilberto, Teoría y Análisis de la cultura. Vol I y II; Centro Cultural Coahuilense, México, 2005.
Adquirir y comunicar
Proceso conocimientos
Representación
social
Universos de opinión
Campos de
Actitud Información representación
10 Materán, Angie, “Las representaciones sociales: un referente teórico para la investigación educativa”,
Geoenseñanza, vol. 13 Nº 2, Venezuela, 2008 pp. 245-246.
Aplicación de la metodología
La representación social como metodología exige disponer de amplia y diversa
información sobre las temáticas a investigar; además, es necesario contar con instru-
mentos que faciliten el análisis de discurso. En ese marco y considerando que este
estudio es de tipo descriptivo, se definieron tres técnicas de investigación que pueden
ser correlacionadas entre sí: entrevistas en profundidad, grupos focales y asociación
libre de palabras.
Se escogió la entrevista en profundidad porque no sólo da lugar al encuentro
cara a cara con las y los informantes, sino que otorga la posibilidad de comprender
las experiencias, situaciones e imágenes que tienen las personas sobre las temáticas
abordadas. De igual manera, los grupos focales permitieron reunir a varios grupos
de personas para discutir y elaborar, desde la experiencia personal, un acercamiento
a sus imágenes sobre violencia, paz y cultura de paz.
En cuanto a la técnica de la asociación libre de palabras, ésta permite que las
personas produzcan todos los términos, expresiones y adjetivos que se les ocurran
con relación a la palabra o palabras inductoras. Al ser una producción mínimamente
controlada, las respuestas tienden a ser naturales y es posible acceder a más personas
en menos tiempo. El universo semántico –esto es, el grupo de palabras inductoras–
fue definido en función de los temas estudiados.
Esta técnica permite obtener, de manera espontánea, la primera imagen respecto
a la palabra inductora, es decir que posibilita la actualización de elementos sobren-
tendidos o latentes, que son reprimidos o encubiertos en las producciones discursivas.
Jean-Claude Abric (1994) considera que es, probablemente, una técnica capital para
recolectar los elementos constitutivos del contenido de la representación.
Para analizar el material obtenido mediante esta técnica, es necesario categorizar
las palabras utilizadas por las personas, lo cual permite delimitar el contenido mismo
de la representación. Luego se extraen los elementos organizadores de ese contenido
13 González Rey, Fernando, Investigación Cualitativa en psicología, Thomson Editores, México, 2000, p. 18.
Estructura de investigación
Por las características sociopolíticas y geográficas del país, el estudio sobre re-
presentaciones sociales de cultura de paz se estructuró considerando tanto las tres
grandes regiones que comprenden Bolivia como su división administrativa en depar-
tamentos y municipios. La metodología se aplicó en los nueve departamentos, distri-
buidos en tierras altas (La Paz, Oruro y Potosí), intermedias (Cochabamba, Chuqui-
saca y Tarija) y bajas (Santa Cruz, Pando y Beni). En cada uno se eligió a las ciudades
capitales y a tres municipios y/o comunidades, previa definición de los criterios de
selección de las localidades y de la población meta.
Regiones
Los criterios de selección de municipios y/o comunidades fueron los siguientes:
• Con alta y baja densidad demográfica.
• Que en su conjunto los municipios y comunidades seleccionados sean una
muestra representativa de la diversidad étnica del país.
• Que cuenten con relevantes recursos naturales renovables y no renovables en
sus territorios.14
14 En investigaciones previas realizadas por la Fundación UNIR Bolivia y otras instituciones, se ha detecta-
do que varios de los conflictos que han escalado a violencia están relacionados con la gestión de recursos
naturales, la cual a su vez se encuentra vinculada con el tema de límites territoriales.
15 Se considera que seleccionarlos les brindaría la oportunidad de ser visibilizados ante la sociedad y el Es-
tado, y de ofrecer otras miradas sobre violencia, paz y cultura de paz. La invisibilización es una forma de
violencia y perpetúa las relaciones asimétricas de poder, lo que muchas veces imposibilita su inserción en
procesos democráticos.
16 Como se verá más adelante, los niveles de conflictividad se establecen a partir de criterios tanto cuantita-
tivos como cualitativos. El grado de violencia alcanzado en algunos casos no necesariamente depende de
lo cuantitativo, sino de la forma en que se gestionan los conflictos.
VISIBLE
Heridos
Fallecidos
Desplazados
Asesinatos
Represión política
Robos
Violaciones
Daños materiales contra
edificios e infraestructura
Discriminación por
género, edad, Pobreza
orientación sexual, Marginación
procedencia, etc. Distribución inequitativa
Racismo de recursos
Alienación cultural Falta de oportunidades
Violencia Violencia
INVISIBLE
Cultural Estructural
Fuente: Elaboración propia sobre la base del “Triángulo de la violencia” planteado por Galtung.
Tabla Nº 1
Municipios seleccionados por departamento
Departamento Ciudad capital Municipios/Comunidades
El Alto
La Paz La Paz Tocaña
San Buenaventura
Santiago de Huari
Oruro Oruro Huanuni
Santuario de Quillacas
Uncía
Potosí Potosí Chuquiuta
Llallagua
Quillacollo
Cochabamba Cochabamba Puerto Villarroel
Villa Tunari
Tomina
Chuquisaca Sucre Tarabuco
Monteagudo
Ciudad de La Paz
El municipio de La Paz concentra numerosas variables de elegibilidad. Por una
parte, se enmarca en la categoría de municipios urbanos con mayor cantidad de po-
blación: 840.000 habitantes, aproximadamente, proyectados para el año 2010.1 Por
2 Centro de estudios para el desarrollo laboral y agrario, La Paz ocupa el cuarto puesto en materia de Desarrollo
Humano [en línea]. Publicado en cedla.org, La Paz, 2010 [fecha de consulta: abril 2012]. Disponible en:
http://www.cedla.org/content/1502
El Alto
Según el INE, es un municipio urbano con una población proyectada para el año
2010 de 1.100.000 habitantes. De acuerdo con el Informe de Desarrollo Humano
2005, “El Alto superó 59 veces su peso demográfico de partida. Hoy es ya la tercera
ciudad en cantidad de población en Bolivia, después de Santa Cruz y La Paz”.5 Es, ade-
más, la ciudad con la mayor tasa de desempleo del país, con un promedio del 13,5%.6
Esta urbe se ha caracterizado por un proceso de urbanización caótico; varias
zonas y villas fueron creadas en un inicio por “loteadores”, y luego ocupadas por
mineros que emigraron a esta ciudad (también a Cochabamba y Santa Cruz), como
3 Organización de los Estados Americanos (OEA), Informe de la Organización de los Estados Americanos (OEA) sobre
los hechos de febrero del 2003 en Bolivia [en línea]; Secretaría General de la OEA, mayo, 2003 [fecha de consulta:
marzo 2012]. Disponible en: http://www.oas.org/OASpage/esp/Documentos/InfBO-051203.htm
4 CIDEM, Más que cifras una realidad. Reporte Estadístico de Violencia contra las Mujeres No. 9. Datos quinquenales
2007 – 2011 [en línea], Conexión Fondo de Emancipación, La Paz, 2012. Disponible en: http://www.
scribd.com/fullscreen/93161821?access_key=key-15iwmuemtt89k7uw8cp9
5 PNUD, La economía más allá del gas, Informe de Desarrollo Humano, octubre de 2005, La Paz, p. 92.
6 Centro de estudios para el desarrollo laboral y agrario, La Paz ocupa el cuarto puesto en materia de Desarrollo
Humano [en línea]. Publicado en cedla.org, La Paz, 2010 [fecha de consulta: abril 2012]. Disponible en:
http://www.cedla.org/content/1502
7 Guaygua, Germán, “Identidad colectiva y movilidad social en El Alto”. En: Nuevas Identidades urbanas: Tres
miradas desde la cultura y la desigualdad, Cuadernos del Futuro Nº 27, Informe sobre Desarrollo Humano, PNUD,
2010, La Paz, pp. 245-248.
8 Moreno Valdivia, Antonio Edgar. “Violencia e inseguridad en la ciudad de El Alto” [en línea]. En: Temas
Sociales No. 31, pp. 117-140, La Paz, 2011 [fecha de consulta: marzo 2012]. Disponible en: http://www.
revistasbolivianas.org.bo/pdf/rts/n31/a05.pdf
Tocaña9
Es una comunidad situada en el municipio de Coroico, región de los Yungas del
departamento de La Paz. Dicho municipio tiene 12.237 habitantes; de las 10.845
personas censadas por el INE en el año 2001, 491 fueron catalogadas como no po-
bres, mientras que 8.196 se encontraban en condiciones de pobreza (6.019 mode-
radamente pobres, 1.974 en indigencia y 203 en situación de marginalidad). Entre
las actividades económicas del municipio destacan la agricultura (especialmente el
cultivo de la hoja de coca), la ganadería, la caza y la silvicultura. Es importante desta-
car que no se cuenta con datos demográficos ni socioeconómicos que correspondan
específicamente a la comunidad de Tocaña.
Uno de los principales factores para incluir a esta última en la investigación es que
concentra la mayor cantidad de población afro agrupada; también incidió el hecho
de que la información sobre esta población sea escasa. Por ejemplo, no se sabe con
precisión cuántos habitantes afro bolivianos o afrodescendientes tiene el país; algunas
estimaciones dan cuenta de unas 20.000 a 30.000 personas. Esta ausencia de datos
también se verifica en Tocaña, donde se calcula que viven de 150 a 180 personas
distribuidas en 35 familias; existen los mismos vacíos de información en relación con
su llegada a la región.
10 Spedding, Alison. “Los Yungas y el norte de La Paz: cocaleros, colonizadores y afrobolivianos”. En: Serie de
investigaciones sobre identidad en las regiones de Bolivia - Altiplano. Fundación UNIR Bolivia, La Paz, 2009, pp. 446.
11 Ibídem, p. 448.
12 P.C.A Ingenieros Constructores S.A., Estudio de evaluación social y elaboración de un plan para los pueblos indígenas
de la zona del proyecto “Ixiamas-San Buenaventura” [en línea], Administradora Boliviana de Carreteras, febrero,
2011 [fecha de consulta: marzo 2012]. Disponible en: http://www.abc.gob.bo/IMG/pdf/ES_version_fi-
nal_feb_2011.pdf
14 Ibídem, p. 45.
Departamento de Oruro
Además de la ciudad de Oruro, los otros municipios del departamento seleccio-
nados para la investigación son Santiago de Huari, Villa Huanuni y el Santuario de
Quillacas.
Ciudad de Oruro
De acuerdo con el INE, la sección capital tiene 201.504 habitantes. De 195.338
personas censadas en 2001, 102.322 eran consideradas no pobres (52,38%) y 93.016
pobres (47,62%). De estas últimas, 72.682 vivían en situación de pobreza moderada,
20.025 en indigencia, y 309 en condiciones de marginalidad; existe un alto índice de
insatisfacción de necesidades básicas.
Por otro lado, el 36% de la población de la ciudad se autoidentificó como que-
chua, 21,34% como aymara y 41, 57% con ningún pueblo indígena-originario15.
El soporte económico del departamento y del municipio capital es la minería. Por
un lado está la minería productiva, que se subdivide en dos subsectores: mediana y
pequeña minería. En cuanto a la mediana minería, su producción se mantuvo en
aproximadamente 250 millones de dólares durante los diez últimos años, aunque
su participación decayó en un 50% el año 2004 por la recuperación de la minería
chica y cooperativista. La pequeña minería, en cambio, tiene un valor anual de pro-
ducción menor a medio millón de dólares, equivalentes a 100 toneladas por día para
metálicos y 150 toneladas por día para no metálicos. Los mineros chicos pertenecen
a empresas privadas con capital pequeño, agrupadas en cámaras regionales y depar-
tamentales de minería. Por otro lado está la minería institucional, constituida por
Santiago de Huari
El municipio está conformado por 13 cantones, 24 ayllus y una comunidad indí-
gena. La sede del Gobierno Municipal es la capital Santiago de Huari; cuenta con
16 CIDEM.
Huanuni
Para el año 2001, según datos del INE, en el lugar vivían 19.428 personas, con
una proyección para el 2009 de 19.028 habitantes. Estos datos apuntan a la reduc-
ción de la población; sin embargo, existen indicios de un crecimiento poblacional de-
bido al auge minero, con el asentamiento de nuevas poblaciones provenientes de las
17 Se constituye en una forma de organización de las poblaciones indígenas de tierras altas. Está configurado
por agrupaciones de familias por parentesco, sangre o localidad.
18 Honorable Alcaldía Municipal de Huanuni, Ajuste de Plan de Desarrollo Municipal del Municipio de Huanuni,
gestión 2009 -2013 [en línea], Apoyo al Desarrollo Económico Sostenible en Áreas Mineras empobrecidas
del occidente de Bolivia (APEMIN II), Programa No BOL/AIDCO/2002/0467, Unión Europea [fecha
de consulta: marzo 2012], p. 37. Disponible en: http://www.apemin.eu/Plantillas/Pag_General.htm
Departamento de Potosí
Las poblaciones elegidas en este departamento para la investigación fueron la
ciudad de Potosí, Uncía, Chuquiuta y Llallagua.
20 Gobierno Municipal del Municipio de Potosí, Diagnóstico previo Plan de Desarrollo Municipal 2007
-2011 [en línea], Apoyo al Desarrollo Económico Sostenible en Áreas Mineras empobrecidas del occiden-
te de Bolivia (APEMIN II), Programa No BOL/AIDCO/2002/0467, Unión Europea [fecha de consulta:
marzo 2012], pp. 5-10. Disponible en: ttp://www.apemin.eu/Plantillas/Pag_General.htm
23 Ibídem, p. 13.
Uncía
El municipio de Uncía es un centro minero fundado por pequeños y grandes
empresarios del sector, y forma parte de la Mancomunidad de Ayllus del Norte de
Potosí, que abarca a otros municipios con características mineras.
Según el Censo 2001, Uncía tenía 25.180 habitantes y la proyección para el año
2010 era de 25.651. De las personas censadas en 2001, 28% era considerada pobla-
ción no pobre y 72% pobre (21,57% de pobreza moderada, 49,92% de indigencia
y 10,97% de marginalidad). También en dicho año, la tasa de analfabetismo era de
Chuquiuta
Existe poca información sobre el municipio de Chuquiuta, ubicado en la Pro-
vincia Rafael Bustillos; se sostiene que fue creado entre los años 2005 y 2009 al
desprenderse de Uncía. Pertenece al Ayllu Jukumani y es la cuna del centro minero
Capacirca.
No existen datos demográficos ni índices de pobreza, pero sí información sobre el
Ayllu Jukumani y el campamento minero Capacirca, asentados en el interior del mu-
nicipio. Las fuentes consultadas señalan que el Ayllu Jukumani tenía una población
de 7.000 personas en los años setenta; su economía está basada en la agricultura y el
pastoreo. “Este ayllu, así como el de los Layme, colinda con el Complejo Minero de
Catavi, en Siglo XX, y participa del tinku en varios momentos del calendario ritual
anual”.25
25 Rivera, Silvia, Oprimidos pero no vencidos. Luchas del Campesinado aymara y quechwa 1900-980, ed. HISBOL, La
Paz, 2010, p. 157.
Llallagua
El municipio de Llallagua se asienta en el territorio de los ayllus Chullpa y Sikuya,
y su actividad económica gira en torno a la explotación minera. Sobre su nombre,
una versión indica que deriva del aymara y significa “ser antinatural, criatura anor-
mal, deforme, objeto raro”; la otra señala que es quechua y quiere decir “tetillas de
dos papas unidas”.27
26 Rivera, Silvia, “Apuntes para una historia de luchas campesinas en Bolivia (1900-1978)”. En: Historia Políti-
ca de los Campesinos Latinoamericanos. Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia y Paraguay Instituto
de Investigaciones Sociales de la UNAM; siglo veintiuno editores S.A., México, 1985, pp. 191-192.
27 Gobierno Municipal de Llallagua, Plan de Desarrollo Municipal 2008-2012 [en línea] Apoyo al Desarrollo
Económico Sostenible en Áreas Mineras empobrecidas del occidente de Bolivia (APEMIN II), Programa
No BOL/AIDCO/2002/0467, Unión Europea [fecha de consulta: marzo 2012], p. 23. Disponible en:
http://www.apemin.eu/Plantillas/Pag_General.htm
28 Ibídem, p. 29.
29
32 Yañez, Ernesto, Estudios de aproximación a la pobreza y distribución del ingreso: municipios del norte de Potosí; GTZ/
PADEP, Programa de Apoyo a la Planificación y Gestión Participativa Municipal, La Paz, 2002.
Ciudad de Cochabamba
Algunos autores sostienen que la estructura interna que tiene la ciudad de Cocha-
bamba, a pesar de su condición de aglomeración metropolitana, mantiene intactos
los componentes y la lógica de ordenamiento espacial de la urbe tradicional, es decir
que la ciudad se circunscribe a su casco viejo, mientras que los barrios residenciales
y populares siguen desarrollándose. Centros poblados como Quillacollo, Tiquipaya,
Colcapirhua, entre otros, crecieron de forma desenfrenada.
34 Solares, Humberto y Humberto Vargas, Proceso urbano y organizaciones municipales en el municipio de Cochabamba
[en línea], Investigadores Urbanos Asociados de Cochabamba, para el Centro de Estudios Urbanos y de
la Comunidad de la Universidad de Toronto-Canadá, Cochabamba, 1997 [fecha de consulta: abril 2012).
Disponible en: http://utoronto.ca/urban/pdf/juntas_cbes.pdf
35 Ley que planteaba tarifas dolarizadas, monopolio y exclusividad de la empresa Aguas del Tunari para
el acceso a las fuentes de agua, con derechos exclusivos por 40 años y licencias de cinco años para las
organizaciones indígenas. También incluía la prohibición de servicios alternativos. La Superintendencia
de Saneamiento Básico era la autoridad que disponía de los recursos hídricos para cualquier uso, sea
agrícola, industrial, minero, hidroeléctrico, etc. (Peredo, Elizabeth, La Guerra del Agua. Bolivia: la lucha de las
mujeres del valle de Cochabamba [en línea], Matices, publicación de Zeitschrift zu Lateinamerika, Spanien und
Portugal. Disponible en: http://www.matices.de/49/guerra_del_agua/).
Quillacollo
El municipio de Quillacollo creció al ritmo de la ciudad de Cochabamba; es la se-
gunda ciudad más importante del eje de unión formado por Cochabamba, Sacaba,
Colcarpihua y Tiquipaya. Está vinculado a la capital del departamento no sólo por
su cercanía, sino también por su industria, comercio y actividades laborales.
36 Centro Cuarto Intermedio, 11 de Enero ¿Cochabamba a la deriva?, ed. Centro Cuarto Intermedio, Cocha-
bamba, 2007.
37 CIDEM.
38 Revollo, Melissa, Quillacollo una ciudad industrial que crece [en línea], Opinión, Cochabamba, 12 de sep-
tiembre de 2011. Disponible en: http://www.opinion.com.bo/opinion/articulos/2011/0912/noticias.
php?id=25054
Puerto Villarroel
Forma parte del denominado Trópico de Cochabamba; comprende cinco juris-
dicciones municipales y la central corresponde al municipio de Puerto Villarroel. El
territorio se compone de áreas de colonización, cultivos agrícolas extensivos, zonas
forestales, así como de áreas protegidas y tierras comunitarias del pueblo indígena yuki.
En el Censo de 2001 el INE registró 40.790 habitantes, de los cuales 6.366 vivían
en el área urbana y 34.424 en el área rural, de manera que es un municipio ma-
yormente rural. Para el año 2010 se proyectó un aproximado de 56.208 personas.
Asimismo, de 38.176 personas, 6.989 (18,31%) son consideradas no pobres y 31.187
(81,69%) pobres; de estas últimas, 22.571 se encuentran en la categoría de pobreza
moderada, 8.602 en la de indigencia y 14 en la de marginalidad.
Según los datos obtenidos, Puerto Villarroel también es receptora de población
que emigra de diferentes zonas. Un 77% de sus habitantes nació en el municipio y
23% lo hizo en los departamentos de Potosí, Oruro, Chuquisaca y en los valles de
Cochabamba. La población está conformada principalmente por colonizadores de
origen quechua y, en menor número, de población yuki.
Las actividades económicas de Puerto Villarroel giran en torno a la agricultura, la
ganadería y el turismo. Desde que la zona comenzó a ser colonizada (por promoción
del Plan Bohan en 1952) se han reproducido cultivos tradicionales de banano, cítri-
cos, coca, arroz, yuca y maíz para el autoconsumo. También se fomentaron cultivos
para el mercado nacional e internacional.
Uno de los objetivos de esta investigación es visibilizar y dar voz a poblaciones
que sufren altos grados de discriminación o son invisibilizadas ante la opinión públi-
39 Rivero, Wigberto, Yuqui [en línea], Pueblos Indígenas de Bolivia [fecha de consulta: abril 2012]. Disponi-
ble en: http://www.amazonia.bo/pueblos.php
40 Ibídem.
41 Camacho, Carlos, Entre el Etnocidio y la Extinción. Pueblos Indígenas aislados, en contacto inicial e intermitente en las
tierras bajas, ed. IWGIA, 2010, p. 27.
42 PNUD/UNOPS, Pueblos Indígenas de la Amazonia de Bolivia [en línea], Proyectos RLA 92/G31, 32 y 33
(Cooperación Amazónica), Lima, 1997 [fecha de consulta: abril 2012]. Disponible en: http://www.otca.
org.br/publicacao/SPT-TCA-PER-SN-indigenasBolivia.pdf
43 Carrasco, Mauricio, Mbia Recuate y Carapuyo, golpeadas por la mortalidad materno infantil [en línea], Cambio, La
Paz, 2011 [fecha de consulta: abril 2012]. Disponible en: http://www.cambio.bo/reportaje/20111023/
mbia_recuate_y_caripuyo,_golpeadas__por_la_mortalidad_materno_infantil_56989.htm
Villa Tunari
Según el Censo 2001, en Villa Tunari había 52.886 habitantes, 4.511 en el área
urbana y 48.375 en el área rural, por lo que se considera un municipio mayormente
rural. La proyección de población para el año 2010 era de 55.942 habitantes. De
51.143 personas encuestadas en 2001, 6.527 (12,76%) eran consideradas no pobres;
de las 44.616 señaladas como pobres, 26.589 vivían en pobreza moderada, 17.792
como indigentes y 235 en condiciones de marginalidad.
Los cultivos extensivos de la hoja de coca son la característica de este municipio, así
como los violentos conflictos que han derivado en fallecimientos. El caso más grave, co-
nocido como la “Masacre de Villa Tunari”, ocurrió en 1988, cuando el gobierno de ese
entonces intentó aplicar el Plan Trienal de Lucha contra el Narcotráfico,44 enmarcado
en las políticas estadounidenses contra las drogas. La represión de las movilizaciones
dejó 16 muertos, algunos por impacto de bala y otros ahogados al intentar huir por el río.
Por otro lado, en el área de influencia de la cuenca del Río Mamoré habita el
pueblo indígena yuracaré, con el que no se trabajó en la investigación; no obstante,
vale la pena mencionar algunas de sus características. El Censo 2001 registró 2.829
yuracarés, pero según el Servicio de Desarrollo Integral (SEDEI), el año 2006 había
4.567 habitantes sólo en el departamento de Cochabamba. El territorio de esta po-
blación indígena ha sido colonizado por migrantes de los valles y de la zona andina
de los departamentos de Cochabamba y Potosí, quienes introdujeron una economía
basada en la coca; esto contribuyó a la generación de procesos de discriminación,
marginación y postergación de los derechos ciudadanos, a la restricción del acceso
a los recursos municipales y a la promoción de un constante avasallamiento de las
comunidades indígenas.
44 Este plan proyectaba la interdicción y la erradicación de la hoja de coca excedentaria, a partir de la reduc-
ción del precio de la coca. Dos aspectos fueron controversiales: la erradicación forzosa de cultivos ilegales
y el evitar nuevas áreas de producción, y calificar al pijcheo (masticado de la hoja de coca) como peligroso
y como uso ilícito de drogas.
Departamento de Chuquisaca
En el Departamento de Chuquisaca, además de la ciudad de Sucre, se eligió tam-
bién a Tomina, Tarabuco y Monteagudo.
45 Sánchez, Arminda, Adriana Andia y Meleny Blanco, El aprendizaje de jóvenes y adultos yuracarés del Trópico de
Cochabamba Bolivia, Voserdem-Crefal, Cochabamba, 2009, p. 16.
46 CIDEM, Más que cifras una realidad. Reporte Estadístico de Violencia contra las Mujeres No. 9. Datos quinquenales
2007-2011 [en línea], Conexión Fondo de Emancipación, La Paz, 2012. Disponible en: http://www.
scribd.com/fullscreen/93161821?access_key=key-15iwmuemtt89k7uw8cp9
Tomina
A diferencia de Sucre, Tomina es un municipio rural del que pocas veces se habla
o se conoce información. Es de origen quechua y su población se agrupa en comu-
nidades; su organización de base es el sindicato agrario, que tiene representación en
la Subcentral Provincial.
Según datos del INE, Tomina tenía 9.060 habitantes el año 2001, todos en el
área rural. De 8.736 personas encuestadas, sólo 470 (5,38%) se encontraban en la
Tarabuco
Es otro de los municipios en torno a los cuales se tiene poca información ac-
tualizada. Si bien es conocido por sus tejidos, el carnaval, la conservación de las
tradiciones quechua-yampara y su inmensa riqueza cultural, poco se conoce de las
condiciones de vida de su población.
Según las cifras de los indicadores de pobreza del INE del año 2001, de 19.39947
personas que fueron censadas en Tarabuco, 1.218 (6,30%) eran consideradas no
pobres y 18.121 (93,70%) pobres. De este total, 6.256 vivían en condiciones de po-
breza moderada, 11.810 en indigencia y 55 en marginalidad. Ese mismo año, el
total de habitantes registrados en el censo en Tarabuco era de 19.554, de los cuales
2.442 vivían en el área urbana y 17.112 en el área rural; de estos últimos, 8.608 eran
indígenas.48 Un 94,67% de su población se reconoció como quechua, 0,17% como
47 Número de “Población objeto de estudio” para medir índices de pobreza del INE.
48 Fundación Tierra, Campesinos Indígena Originarios sin existencia legal. Resultados de la Encuesta de Indocumentación
Chuquisaca y Potosí, ed. Fundación Tierra - Región Valles, Sucre, 2009, p. 20-21.
Monteagudo
Este municipio tenía 26.504 habitantes durante el Censo de 2001; 7.285 en el
área urbana y 19.219 en el área rural, y se proyectó que llegaría a los 29.013 para el
año 2010. De las 25.527 personas encuestadas, 6.524 (25,56%) estaba en la catego-
ría de población no pobre y 19.003 (74,44%) en la de pobre. Del total de pobres de
49 CIPCA, Guaraníes de Chuquisaca se movilizan para ejercer ciudadanía [en línea], CIPCA Noticias, Monteagudo,
2004. Disponible en: http://www.cipca.org.bo/index.php?option=com_content&view=article&id=658
&catid=81&Itemid=121
Departamento de Tarija
En el departamento de Tarija se eligieron cuatro municipios para el desarrollo de
la investigación: ciudad de Tarija, Entre Ríos, Yacuiba y Villamontes.
Ciudad de Tarija
En 2001, según datos del censo, la ciudad de Tarija contaba con 153.457 habi-
tantes, de los cuales 135.783 (88,5%) estaban en el área urbana y 17.674 (11,5%) en
el área rural. Para dar cuenta del creciente proceso de urbanización es pertinente
mencionar que, en 1976, la población rural era del 61,1%. Nuevamente conside-
rando datos de 2001, de 148.745 personas encuestadas, 102.147 (68,67%) eran po-
blación no pobre y 46.598 (31,33%) se encontraban en la categoría de pobre; de
éstas, 39.361 se incluyeron en la categoría de pobreza moderada y 7.203 en la de
indigencia. El 80,90% de la población de Tarija se autoidentificó como no indígena,
el 13,59% como quechua, el 2,89% se reconoció aymara y el 1,36% guaraní.
Para comprender la complejidad de las relaciones sociales, económicas, políticas
y culturales de Tarija, es necesario hacer un breve repaso de sus raíces históricas y su
configuración económica. Las categorías sociales y étnicas que actualmente se ma-
nejan fueron definidas durante la época colonial, cuando se impusieron y originaron
nuevos órdenes espaciales y raciales, a partir de la expansión y la conquista. Según
John-Andrew McNeish (2010),50 durante este periodo se crearon las nociones de fron-
tera tarijeña y, junto con ellas, la de autonomía. Para dicho autor, éste fue el inicio
de negociaciones diferentes del poder regional y de divisiones sociales claras; en ese
entonces, los pobladores indígenas estaban posicionados como “vasallos”, “trabajado-
res” y “otros”. Sostiene que se construyó un sistema de control político y producción
50 McNeish, John-Andrew, “Sobre maldiciones y demonios: Hidrocarburos y Soberanía en una Tarija autó-
noma”, Revista Umbrales Ciencias Sociales Nº. 20, 2010, Bolivia, pp. 192-194.
51 La encomienda consistía en la asignación, por parte de la Corona española, de una determinada cantidad
de indígenas a un súbdito español.
Entre Ríos
Entre Ríos es un municipio cuya información es escasa, uno de los motivos por los
cuales se lo incluyó entre los seleccionados para la investigación. De acuerdo con el
Diagnóstico Participativo del PDM, elaborado en 1994, se registraba una población de
19.214 personas. En el Censo 2001, apenas se había incrementado a 19.339 habitantes,
de los cuales 2.418 se encontraban en el área urbana y 16.921 en el área rural. Al igual
que en Monteagudo, el porcentaje de personas que no se identificaron con una pobla-
ción indígena es el que predomina, con un 79,13%. El 14,76% se reconoció como gua-
raní, el 3,34% como quechua y el 1,98% se autoidentificó con otros pueblos indígenas.
De 17.708 personas encuestadas en ese año, 1.671 (9,44%) fueron categorizadas
como población no pobre y 16.037 (90,56%) como pobre; de estas últimas, 8.858
eran consideradas población marginal.
El municipio se constituye en el principal centro poblado de la Provincia O’Connor
dado que concentra cerca de 2.000 habitantes, mientras que otras localidades tienen
menos de 1.500, lo que demuestra su carácter eminentemente rural.
En la Provincia O’Connor hay 2.398 guaraníes, distribuidos en 28 comunidades.
También existen comunidades campesinas, integradas por descendientes de criollos
y mestizos que provienen de diversas zonas del Valle Central de Tarija y que, en
tiempos de la Colonia, comenzaron a emigrar hacia la provincia para desarrollar
actividades agropecuarias. Las principales organizaciones son los sindicatos campe-
sinos y las capitanías del pueblo guaraní.
La economía del municipio se basa mayormente en la producción agropecuaria
y la caza, pero también, aunque en menor proporción, en la explotación forestal, la
pesca y el comercio. También tiene relevancia la explotación de minas y canteras.
53 CIDEM.
Villamontes
Según el Censo 2001, Villamontes tenía 23.765 habitantes: 16.113 en el área urba-
na y 7.562 en el área rural. El 76,40% de las personas de este municipio no se autoiden-
tificaron con ningún pueblo indígena, mientras que el 7,82% se reconoció como gua-
raní, el 7,10% como aymara y el 5,80% declaró pertenecer a otros pueblos indígenas.
De 22.068 personas encuestadas, 9.931 eran consideradas población no pobre y
12.137 pobre. De estos últimos, 9.342 se encontraban en condiciones de pobreza mo-
derada y 2.795 en indigencia. Se calcula que el 28% de la población de Villamontes
emigró de otras provincias de Bolivia y que un porcentaje mínimo nació en otro país.
La estructura productiva del municipio se basa en la ganadería, la explotación
pesquera y una embrionaria producción hortícola y frutícola. Además, tiene una
vocación económica también enfocada en el ámbito de los servicios (58%). La diná-
mica económica del municipio se incrementó con el ingreso de empresas transnacio-
nales a las zonas especializadas en hidrocarburos.54
Antonio Araníbar (2005) sostiene que Villamontes es la capital productiva del gas,
generando alrededor de 200.000.000 de dólares por concepto de exportación, pero
también es uno de los municipios intermedios con mayores niveles de conflictividad
social del país.
Como señala el autor, Villamontes no sólo desplazó a Camiri (Chaco cruceño) como
capital petrolera de Bolivia, sino que también le imprimió un importante dinamismo a
la generación de empleos, lo que dio lugar a un flujo migratorio temporal de personas
que se asentaron en las periferias urbanas. No obstante, las fuentes laborales fueron
momentáneas, lo que provocó la conformación de asociaciones de desempleados.
Este boom hidrocarburífero dio lugar, además, a otros dos fenómenos: por un lado,
la calificación de mano de obra, a través de la contratación de personal especializa-
54 Araníbar, Antonio y Daniel Mejía, “Villamontes: un enclave productivo de gas en los 90”. En: Informe sobre
Desarrollo Humano en Bolivia, PNUD, La Paz, 2005, p. 159.
Yacuiba
En la región de los valles también se encuentra Yacuiba, municipio que pertenece a
la Primera Sección de la Provincia Gran Chaco. El Censo 2001 registró a 83.518 habi-
tantes, 64.611 en el área urbana y 18.907 en el área rural. De 79.249 personas censadas,
40.617 (51,25%) eran consideradas no pobres y 38.632 pobres; de éstas últimas, 33.015
vivían en pobreza moderada.
Las principales actividades económicas son el comercio y, en menor medida, la agri-
cultura, la ganadería, la caza y la silvicultura.
En la estructura sociocultural de Yacuiba se encuentran las poblaciones guaraní,
quechua, aymara y mestiza. De acuerdo con datos del Censo 2001, el 69,07% de las
personas no se autoidentificaron con ningún pueblo indígena, el 20,32% se reconoció
como quechua, el 4,71% como aymara y el 3,30% se identificó con otros pueblos indí-
genas.
56 PNUD-FIODM, Crece trata y tráfico de personas, detectan 5000 trabajadores en esclavitud en Argentina [en línea],
PNUD, Programa conjunto: promoviendo el cambio en paz, Bolivia, 2011 [fecha de consulta: abril
2012]. Disponible en: http://www.cambioenpaz.org/noticia/crece-trata-y-trafico-de-personas-detectan-
5000-trabajadores-en-esclavitud-en-argentina
57 Ibídem.
58 INE.
59 Peña, Claudia y Alejandra Boschetti, “Desafiar el mito camba-colla, interculturalidad, poder y resistencia
en el Oriente Boliviano”. En: Serie de investigaciones sobre identidad en las regiones de Bolivia. Oriente, Fundación
UNIR Bolivia, La Paz, 2008, pp. 320-321.
61 Ibídem, p. 76.
62 Ibídem, p. 81.
Poza Verde
Como se señaló, uno de los criterios de elegibilidad de los lugares para llevar
adelante el estudio fue su invisibilidad ante el Estado y la sociedad civil, lo que pre-
63 El Día, “El drama de salirse de una pandilla” [en línea], Santa Cruz, septiembre 2010 [fecha de consulta:
abril 2012]. Disponible en: http://www.eldia.com.bo/index.php?cat=1&pla=3&id_articulo=42202
64 CIDEM, Más que cifras una realidad. Reporte Estadístico de Violencia contra las Mujeres No. 9. Datos quinquenales
2007-2011 [en línea], Conexión Fondo de Emancipación, La Paz, 2012. Disponible en: http://www.
scribd.com/fullscreen/93161821?access_key=key-15iwmuemtt89k7uw8cp9
Camiri
El Censo 2001 registró 30.897 personas en el municipio de Camiri: 26.505
en el área urbana y 4.392 en el área rural. Estos datos muestran que la mayor
parte de la población está concentrada en el área urbana, conocida como la “ca-
pital petrolera de Bolivia”. De 29.538 personas censadas, se identificó que 20.321
(68,80%) se encontraban en la categoría de no pobre y 9.217 (31,20%) en la de
pobre; dentro de éstas últimas, 7.289 personas vivían en situación de pobreza
moderada y 1.928 en indigencia. Los habitantes de este municipio son, en su ma-
yoría, de origen guaraní, seguidos por inmigrantes quechuas y aymaras.
Si bien la actividad agrícola y pecuaria es importante, el crecimiento de Cami-
ri ha sido promovido por el auge de la explotación de recursos hidrocarburíferos,
debido a la existencia de importantes yacimientos. De esa manera se convirtió
en sede de empresas dedicadas a la explotación de petróleo. Como en el caso de
Santa Cruz, la producción de este recurso atrajo población migrante.
Se sostiene que la Ley de Capitalización de 1994 tuvo un profundo impacto
en Camiri, pues el Estado transfirió el control de la actividad hidrocarburífera
a las empresas privadas asociadas a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos
(YPFB) y la estatal petrolera prácticamente fue desintegrada, dejando a más de
2.000 personas sin trabajo. Esto, sumado al fortalecimiento de los municipios im-
pulsado por la Ley de Municipalidades, concentró el accionar de los camireños
en los límites de su municipio, lo cual no sólo restó el poder regional que se había
constituido en Camiri, sino que éste se desplazó a Villamontes.
Los conflictos identificados en Camiri están vinculados de manera directa con
la producción y explotación de recursos hidrocarburíferos. Un ejemplo de ello es
la huelga indefinida con bloqueo de caminos hacia Paraguay y Argentina el año
2007, sostenida por la población de Camiri y el Comité Cívico, a la que se sumó
San Julián
El municipio de San Julián está constituido sobre todo por migrantes del occi-
dente del país que viven sumidos en la pobreza. Según el Censo 2001, en el lugar
habitaban 38.027 personas: 6.585 en la zona urbana y 31.442 en la rural. Estos
datos permiten caracterizar a San Julián como un municipio más rural que urba-
no. Ese año se identificó también que, de 37.305 personas, 3.918 (10,50%) eran
consideradas no pobres y 33.387 (89,50%), pobres. Entre estas últimas, 23.682
se encontraban en la categoría de pobreza moderada y 9.705 en la de marginal.
En el municipio existe una diversidad de identidades; sin embargo, predomina el
quechua, debido a los flujos migratorios desde los departamentos de Potosí y Chuqui-
saca. De acuerdo con el Censo de 2001, el 49,59% de la población se autoidentificó
como quechua, el 4,13% como chiquitano y el 3,25% como guaraní. El 38,08% decla-
ró no pertenecer a ningún pueblo indígena. En ese contexto, el quechua es el idioma
más hablado, aunque en las comunidades cercanas al pueblo se comunican en español.
La forma de organización es el sindicato y en San Julián existen 170, aglutinados
en 16 centrales afiliadas a dos federaciones: la Federación Especial de Colonizadores
de San Julián y la Federación Especial de Colonizadores de San Julián - Productores
Agropecuarios.
Debido a los grados de pobreza identificados, los problemas centrales del munici-
pio están relacionados con las condiciones de vida de su población. En San Julián la
tasa de mortalidad infantil (más del doble del promedio nacional), el analfabetismo
y la incidencia de enfermedades son elevadas. Esto deriva de los ingresos reducidos
que tiene la población como consecuencia del exiguo nivel de producción agrícola y
pecuaria, y de los bajos precios del mercado.
San Julián también tiene carencias de saneamiento básico, debido a los pro-
blemas de abastecimiento de agua potable. La población por lo general consume
Trinidad
En 1950 Trinidad contaba con 10.600 habitantes y, en 2001, según datos del
censo, llegaron a ser 75.540 personas en el área urbana, de manera que su pobla-
ción creció seis veces más; ese año la población rural ascendía a 4.423 personas. De
75.261 personas censadas, el 41,50% era población no pobre y, el 58,50%, pobre.
En la categoría de pobreza moderada se encontraban 30.188 personas, en indigen-
cia 13.366, y en marginalidad 475. Por otro lado, el 57,40% de la población no se
autoidentificó con ningún pueblo indígena; el 26,62% se reconoció como moxeño, el
4,42% como quechua y el 5, 99% se identificó con otros pueblos indígenas.
La investigadora Zulema Lehm65 señala que Trinidad se ha constituido sobre la
base de una identidad reduccional, conformada a partir de la estructura misional
jesuítica centrada en trinitarios, ignacianos y loretanos o javerianos. Junto con la ex-
pansión colonial, en el periodo de secularización de las misiones y la propagación de
establecimientos gomeros y agropecuarios, los indígenas abandonaron las misiones
y retornaron a lugares donde habían habitado; así dieron origen a las comunidades
moxeño-trinitarias, en lo que ahora es el Territorio Indígena y Parque Nacional Isi-
boro Sécure (TIPNIS) y el Territorio Indígena Multiétnico Chimane.
65 Lehm, 2000.
66 Ibídem, p. 61.
Riberalta
El municipio tenía 75.977 habitantes el año 2001; 64.511 en el área urbana y
11.466 en el área rural. El 81,45% de la población era considerada pobre; en ci-
fras enteras, 35.064 personas se encontraban en la categoría de pobreza moderada,
23.496 en la de indigencia y 377 en la de marginalidad. Riberalta es la ciudad más
importante de la región amazónica, puesto que concentra cerca del 43% de la po-
blación total. Además, su ubicación es estratégica, porque allí confluye el comercio
y la industria de valiosos productos naturales como goma, castaña, madera y oro.
Pero también se hace referencia al flujo de narcotráfico en la frontera que une Los
Andes bolivianos y peruanos con la Amazonía brasileña. El 88,97% no se identifica
con ningún pueblo indígena, el 4,44% con otras poblaciones indígenas, el 2,47% se
reconoce como aymara y el 2,35% como quechua.67
Esta región fue habitada originalmente por los pueblos indígenas tacana, chá-
cobo, cavineño, pacahuara, esse ejjas, yaminahua, machineris, nahua, toromona,
araonas y more. Fue colonizada por inmigrantes de los Yungas de La Paz que apro-
vechaban la quina (medicina para la malaria) existente en la región. A finales del
69 Opinión, “La castaña dinamiza la economía de Riberalta” [en línea], Cochabamba, s/f. [fecha de con-
sulta: abril 2012]. Disponible en: http://www.amazonia.bo/amazonia_bo.php/swf/diccionario/amazo-
nia_bo.php?id_contenido=2562&opcion=detalle_not
70 Von Vacano, Pablo y Osvaldo Nina, La Dinámica del Sector de la Castaña en Bolivia y su Impacto sobre la Pobreza,
Grupo Integral S.R.L., La Paz, 2008, p. 4.
Guayaramerín
El Censo 2001 registró 40.444 habitantes en el municipio de Guayaramerín, de
los cuales 33.095 se concentran en el área urbana y 7.349 en el área rural. De 38.672
personas encuestadas, 15.992 (41,35%) se encontraban en la categoría de población
no pobre y 22.680 (58,65%) en la de pobre. Un alto porcentaje de su población,
87,48%, no se autoidentificó con ningún pueblo indígena, mientras que el 3,22% se
reconoció como moxeño y el 3,08% se declaró perteneciente a otros pueblos indíge-
nas; en menor porcentaje, el 2,95% se reconoció aymara.
En Guayaramerín vive también el pueblo indígena chácobo, cuya población esti-
mada es de 501 personas, distribuidas en las comunidades de Alto Ivón, Motacusal,
Núcleo, California y asentamientos itinerantes.
Guayaramerín tiene una gran riqueza forestal y la mayoría está siendo explotada
por empresas a las que les otorgaron importantes concesiones de tierra. También es
un corredor de comercialización de insumos y alimentos para la región amazónica.
Cuenta con recursos minerales como oro, caserita, cuarzo y mica.
El Plan de Desarrollo Municipal de Guayaramerín (2006-2010)72 atribuye las con-
diciones de pobreza de la zona a la desaparición del mercado para la goma, la ines-
71 CIDEBENI, Diagnóstico Municipal Consolidado - Riberalta 2009 [en línea], Beni, diciembre 2009, p.50 - 51.
Disponible en: http://www.slideshare.net/doctora_edilicia/pdm-riberalta
72 Gobierno Municipal de Guayaramerín, Plan de Desarrollo Municipal (2006-2010) [en línea], Guayarame-
rín, 2006 [fecha de consulta: abril 2012], p. 13. Disponible en: http://www.slideshare.net/doctora_edili-
cia/pdm-guayaramern
73 Ibídem, p. 7.
Departamento de Pando
En el departamento de Pando se escogió a Cobija, Porvenir y Filadelfia, principal-
mente por los enfrentamientos suscitados el 11 de septiembre de 2008.
Cobija
Cobija es la capital del departamento de Pando, cuenta con un cantón (Santa
Cruz) que comprende toda la sección municipal y se divide en cinco distritos: cuatro
74 Esta institución fue fundada el 26 de agosto de 1985, con el objetivo de coordinar acciones que permitan
promover la conservación.
75 Lidema, Informe del estado ambiental del departamento de Beni 2009. Serie de investigación de estado ambiental;
ed. Liga de Defensa del Medio Ambiente LIDEMA y CIDEBENI, La Paz, 2011, pp. 7-10.
76 Gobierno Municipal de Cobija, Plan de Desarrollo Municipal de Cobija (2007 - 2011) Hacia un municipio
productivo [en línea], Cobija, 2006, p. 4.
78 Fundación Tierra, “Pando sufre impacto de la migración con escasez de agua y electricidad” [en línea],
El Deber, Santa Cruz, 2010 [fecha de consulta: abril 2012]. Disponible en: http://www.ftierra.org/ft/
index.php?option=com_content&view=article&id=3064:rair&catid=98:noticias&Itemid=243.
Porvenir
En el año 2001 el municipio de Porvenir, llamado antes Campo Ana, tenía 3.713
habitantes, en ese entonces todos establecidos en el área rural. Sin embargo, hubo un
crecimiento paulatino de la localidad, con la consecuente complejización del pano-
rama social, político e institucional.
De 3.528 personas censadas en 2001, 1.120 eran consideradas no pobres y 2.408
pobres. El 94,30% de la población no se autoidentificó con ningún pueblo indígena,
el 1,77% se reconoció quechua, el 1,45% aymara y el 1,49% indicó formar parte de
otros pueblos indígenas.80
Según los datos obtenidos de la Federación de Asociaciones Municipales (FAM),
las principales actividades económicas son la agricultura, la ganadería, la caza, la sil-
vicultura y el comercio. Entre sus estrategias productivas se encuentran la fabricación
de productos de madera, el turismo y la pesca pluvial.
De acuerdo con los indicadores de empleo del Censo 2001, de 2.490 personas ma-
yores de 10 años, 1.222 eran consideradas población ocupada. De éstos, 47% son tra-
bajadores por cuenta propia y trabajadores familiares sin remuneración; 50% están
como asalariados o empleados, y el 3% se incluye en otras categorías ocupacionales.
Actualmente, Porvenir tiene un área rural donde se instaló población migrante del
occidente del país y lugareños que trabajan en chacos de producción de autoconsumo
y abastecimiento básico. El área considerada urbana, configurada en los últimos años,
cuenta con la presencia de representantes de instituciones públicas y privadas.
79 Flores, Fernando, Indígenas Pacahuaras optan por el suicidio étnico [en línea], Valle Press, Riberalta, 2011 [fecha
de consulta: abril de 2012]. Disponible en: http://www.bolivia-riberalta.com/blog.php/?p=7917
Filadelfia
Según el Atlas Estadístico de Municipios de Bolivia, Filadelfia es conocida también
como Arroyo Grande. Es la tercera sección municipal de la provincia Manuripi del
departamento de Pando. De acuerdo con los datos de esta fuente, su población es de
origen tacana, araona y toromona, aunque se señala que existieron otras etnias que
fueron prácticamente eliminadas durante el auge de la explotación de la goma. Se
indica que los sobrevivientes atravesaron por procesos de mestizaje como consecuen-
cia de la instalación de barracas en esta zona.
En el año 2001, según datos del Censo, en la población de Filadelfia vivían 3.145
personas, todas en el área rural. De 2.714 ciudadanos censados, el 2,95% fueron catalo-
gados como no pobres y el 97,05% como pobres. El idioma que prevalecía era el espa-
1 Con el objetivo de no perder riqueza en la presentación de resultados de la investigación y para ser con-
secuentes con la esencia de la metodología de la representación social, en las siguientes páginas se han
recuperado literalmente, entre comillas, las palabras expresadas por los entrevistados respecto a los temas
planteados. Por otra parte, para no comprometer a los entrevistados, no se mencionan sus datos personales.
2 Muchas personas entrevistadas manifestaron que no existía violencia en Bolivia hasta la Conquista. Que
fueron los españoles quienes la implantaron, sin que se haya logrado eliminarla hasta ahora. Otras consi-
deran que es producto de los valores negativos de otras culturas.
3 Estas abreviaciones corresponden a las codificaciones de las entrevistas y los grupos focales realizados
durante la investigación.
4 UDAPE y el Sistema de Naciones Unidas para el Desarrollo en Bolivia, El camino hacia el desarrollo en Boli-
via, Boletín sobre el estado de situación social boliviana, 2011. Disponible en: http://idh.pnud.bo/administrator/
files_usr//i61Boletin%20BOLIVIA_2011.pdf
5 Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB), Bolivia: nivel de pobreza por departamento [en línea],
Periódico Digital de Investigación sobre Bolivia, 2013 [fecha de consulta: enero de 2013]. Disponible en: http://
www.pieb.com.bo/sipieb_estadistica.php?idn=6750
Problemas 10%
Pobres 6%
4% La Paz
Luchar
4%
Irreversible El Alto
4%
Injusticia
4% Tocaña
Falta de oportunidades
6%
Tristeza 10%
16% San Buenaventura
6% 8%
Sufrimiento
6%
Esta mal
6%
Mala calidad de vida
6%
Ignorancia 13%
6%
Desocupado 8%
14%
Sin vivienda 4% 7%
10%
Mal gobierno 7%
7%
Economía 25%
42%
9%
Conformismo
Sin nada 23%
4%
Miseria 23%
14%
Hambre 20% 54%
14%
Apoyo 18%
Economía 13% Potosí
Subdesarrollo 10% Llallagua
Campesino 10%
Discriminación 11% Uncia
Ignorancia 9% Chuquiuta
Criminalidad 9%
Abandono 9%
19%
Hambre 13% 17%
16%
Desempleo 13%
15%
Tristeza 16% 24%
28%
9%
Misería 18%
7%
Niños
7% 17%
Falta de dinero 25% 40%
7%
Conformismo
5%
Sin techo
5%
Pobres
5%
País
5%
Flojera
Ordenar 17%
23%
Poder hacer cualquier cosa 17%
10%
Derroche 5%
Injusticia 5%
La Paz
Manipular 11%
5% El Alto
Trabajo
5%
Tener lo que quieres Tocaña
5%
Luchar 5%
San Buenaventura
5%
Dictadura
5%
Autoridad 14%
10%
8%
Superior 22%
8%
Tener fuerza
8%
Político 8%
10%
11%
Malo
11%
Dinero 10%
14%
11% 18%
Abusar 17%
10% 18%
Gobierno 20% 27%
27%
Gobernación
20%
Fuerza 24%
Superioridad 15%
19%
Respeto 15%
23%
Dinero 19%
30%
40%
11%
Político
20%
11%
Gobierno 15%
19%
10%
Autoritario
8%
Hacer lo que te de la gana
8%
Autoridades 19%
25%
7% 20%
Abuso Potosí
7%
Mandar a los demás Llallagua
5%
Líder Uncia
5%
Dominio
Chuquiuta
5%
Ambición
Engaño 8%
20%
Manejar 7%
Decepción 7%
Partido 5%
Conflictos 8% 23%
27%
Corrupción 17% 23%
19%
Gobierno 24% 31%
14%
Sucio
9%
Malo 5%
27% La Paz
9%
Poder 14%
7% El Alto
Bueno
5%
Dinero Tocaña
5%
Asco
5%
San Buenaventura
Abuso
Politiquería
25%
Discusión
25%
Democracia 25%
Alcaldías 25%
Estado 19%
25%
Dialogos 11%
25%
Campañas 11%
18%
Intereses 11%
25%
16%
Mentiras 15%
16%
Corrupción
13%
Gobierno 11% 25%
Dinero 11% Potosí
8%
Poder 11% Llallagua
6%
Presidente 11% Uncia
6%
Partidos Chuquiuta
6%
Palabras
6 Existen otras instituciones que también hacen seguimiento y cuantificación de los conflictos sociales en
Bolivia (INE, CERES, entre otras); la información puede variar en función de la metodología y el respal-
do de la base de datos de cada una.
Departamentos
14%
La Paz
Incomprensión 5%
27%
Peleas 31% El Alto
23%
Violencia 7%
Tocaña
5%
Malo
10% San Buenaventura
5%
Caos 4%
5%
Bloqueo 5%
5%
Agresión 5%
5%
Marchas
6%
Economía
6%
Percepción diferente
6%
Desacuerdo 31%
10%
8%
Mala comunicación
9%
Huelgas 16%
17%
Problemas 27% 38% 43%
23%
Enfrentamiento 4%
Incomprensión
12%
Violencia 10%
Marchas 10%
38%
Problemas 12%
12%
75%
28%
Peleas
36%
7%
Dolor
7%
Discusion 8%
5%
Paros 12%
Potosí
5%
Enfrentamientos 40%
Llallagua
12%
5%
Desorden Uncia
5% Chuquiuta
Desacuerdos 8%
28%
25%
Collas 4%
Lucha de clases 4%
Cambas 5%
Bajonear 5%
29%
Abuso de poder 8%
Odio al prójimo 10%
4%
Tontería 4% La Paz
Rechazar 5%
18%
4%
Político El Alto
4% 9%
Injusto
4% Tocaña
Económico
4%
Campesino San Buenaventura
7%
Pelea 4%
7%
Malo
7%
Aislar 10%
33%
8%
Desigual
10%
Ignorancia 18%
Racismo 19% 22%
Humillar 10% 19%
No vales 19%
28%
Negros 18%
Maltrato 18%
4%
Insultos 18%
Existe
15%
Maltrato 24%
25%
Rechazo 14%
20%
Ignorancia 12%
Bajonear 14%
34%
Racismo 20%
40%
15%
Campesinos 14%
11%
Pobres
20%
11% Potosí
Desigualdad
11% Llallagua
Excluir 12% 18%
20%
9% Uncia
Vestimenta
9% Chuquiuta
Odio
20%
Medios de comunicación
En los municipios en los que se realizó la investigación se apuntó con mucha fuer-
za a los medios de comunicación, la red Internet y los videojuegos como transmisores
de violencia; también se los responsabilizó de modificar los valores de las personas.
En Llallagua la población entrevistada hizo hincapié en la carga de violencia que
poseen los programas difundidos por los medios de comunicación: “y también por
influencia de los medios masivos de comunicación; lamentablemente, tienen una
influencia muy negativa. Los noticieros están cargados de violencia, las series te-
levisivas infantiles, para mayores, tienen mucho contenido de violencia, no existen
programas educativos; de modo que los jóvenes, en general, la gente, piensa que
actuar con violencia es normal” (E1.CR). En la ciudad de Oruro concordaron con
esta representación, pero también manifestaron la influencia negativa de los juegos
de Internet en niños y niñas, por la violencia que implican: “Existe mucha violencia
por parte de los medios de comunicación; vemos, por ejemplo, que tanto las personas
mayores como los niños se aferran a la televisión, así como los juegos de Internet;
todo muestra mucha violencia” (GF2.S7).
7 Las personas entrevistadas durante la investigación han identificado diferentes tipos de violencia, que han
sido recuperados en la estructura del presente acápite.
Inseguridad ciudadana
“Los crecientes niveles de violencia social (delictiva o no) y la inseguridad ciuda-
dana se han convertido en temas que no sólo acaparan las experiencias y conversa-
ciones cotidianas, sino también las agendas de investigación y de políticas”.8 En este
marco se abren debates sobre políticas públicas que puedan neutralizar los riesgos a
los que se halla expuesta la ciudadanía y las reformas institucionales que esto implica.
9 Briceño, Roberto. En: Sociología de la violencia en América Latina. FLACSO, Quito, 2007.
10 Orozco, Gabriela, Linchamientos y justicia comunitaria se confunden en Bolivia [en línea], Uno America
News, 2012 [Fecha de consulta: septiembre 2012]. Disponible en: http://tipsdeunoamerica.blogspot.
com/2012/05/linchamientos-y-justicia-comunitaria-se.html
Autoridad 7%
Cepo 10%
Castigo 10%
Linchar 14%
Ilegal 12%
10%
Justicia 10% 48%
9%
Comunidad 10% 35%
Violencia 9%
Muerte 8%
8%
Solucionar 17%
Golpear 4%
5%
Robo 4%
10%
5% 6%
Injusticia
5%
Desacuerdo
5%
Abuso La Paz
8% 12%
Malo 10%
8%
Desconocida El Alto
10%
Aymara
10%
Ilegal 10% Tocaña
13%
Linchamiento 7%
Muerte 13% San Buenaventura
18%
Costumbre 4%
16%
Negativo
8%
Abuso 6% La Paz
Colgar 7% El Alto
Justicia 14%
4% Tocaña
Violencia 9%
4%
Amarrar San Buenaventura
4%
Brutalidad
8%
Quemar
4% 8%
Golpear 16%
4% 18%
Malo 5%
8%
4%
Justicia comunitaria
6%
Robo 6%
6%
Ignorancia 5%
7%
Agresión 8%
19%
10%
Rabia
10%
Delito 9%
8% 29%
Muerte 23% 84%
39%
Ancestral 17%
Autoridades originarias Oruro
7%
Costumbres 12% Huari
Normas comunales 9%
14% Quillacas
Peleas 9%
Huanuni
Robo 13%
6%
Abuso de poder
6%
Castigar 9%
8%
Violencia
8%
Muerte
8%
Linchar 7%
9%
Ilegal 17%
24%
9%
Justicia mano propia 9%10%
35%
9%
Malo 7%
24%
11%
Injusto
11% 17%
Campo 31%
15%
Justicia 12%
17%
Asaltantes 9%
Pandillas 9%
Oruro
Enfrentamiento 9% Huari
Droga 9%
Quillacas
Alcohol 9%
Pegar 8% Huanuni
Malo 8%
Ilegal 22%
7%
Justicia por mano propia 9%
13%
7%
Dolor
8%
Robo 10%
13%
8%
Asesinato 16%
8%
Abuso
10%
Agresión 8% 10%
9%
12%
Violentar 9% 12%
Muerte 30%
43%
13%
Injusticia
15%
Golpes 8% 15%
24%
Robo
14%
Problemas
14%
Mal aplicada 17%
Mal entendida 10%
Malo 16%
15%
Violencia 10%
13%
16%
Linchamientos 19%
14% 19%
Derecho indigena 24%
12% 23%
Muerte 22%
19%
12%
Castigo
19%
9%
Justicia propias manos 17%
19%
9%
Injusticia Potosí
7%
Rápida Llallagua
7%
Perdida de derechos
7% Uncia
Ilegal 10%
7% Chuquiuta
Buena
Asesinato 16%
24%
Maltrato 12%
13%
33%
Muerte 36%
58%
37%
15%
Dolor 13%
13%
Injusticia 12%
9%
Golpear
8%
Justicia manos propias 12%
16%
13%
5%
Violar DDHH
5% Potosí
Ignorantes 12%
4% Llallagua
Violencia 13%
13% Uncia
4%
Venganza
Chuquiuta
4%
Robo
Pobreza
La pobreza, de acuerdo con varios estudiosos, se convierte en un factor de violen-
cia estructural en la medida que desencadena una serie de inequidades económicas,
sociales y culturales, vulnerando derechos fundamentales, individuales y colectivos
de los sectores que la padecen. Como se indicó antes, para la mayoría de las personas
que fueron entrevistadas y participaron de los grupos focales, una de las principales
causas de la violencia en el país es la pobreza en que se encuentra sumida la mayor
parte de la población. Pero también ha sido identificada como un tipo de violencia
que se ejerce de manera sostenida y genera una serie de efectos adversos.
En las ciudades de El Alto y Potosí se consideró que una de las consecuencias de
la pobreza es la incorporación de niños y niñas al mercado laboral en condiciones de
precariedad y de alto riesgo tanto físico como psicológico. Esta situación da lugar no
sólo a la desatención o incluso abandono de niños y niñas, sino a que éstos asuman la
responsabilidad de su subsistencia y de generar ingresos familiares, incorporándose
desde temprana edad al ámbito laboral en actividades como lustrabotas, voceadores,
vendedores, entre muchas otras. Este entorno los induciría a que se inicien en el con-
Discriminación
De acuerdo con la Fundación UNIR Bolivia,11 “la discriminación es un fenóme-
no social a través del cual se considera en inferioridad de condiciones, se margina,
y se priva de derechos a los individuos y colectividades por factores diversos, como
el sexo, la edad, la condición étnico-cultural, la condición económica, las capacida-
des diferenciadas, la opción sexual, la preferencia política, la religión, etcétera”. En
coincidencia con lo expresado, los tipos de discriminación más reconocidos durante
el estudio fueron por condición étnica y de género; en menor porcentaje se distingue
la que existe entre las áreas urbana y rural, y mucho menos la de clase y la interge-
neracional, con excepción del municipio de Llallagua, el único que hizo referencia
a la discriminación contra las personas con capacidades diferentes, las de la tercera
edad y los niños y niñas.
Llama la atención que en los municipios de tierras altas donde se realizó el trabajo
no se hiciera referencia a la segregación que vive la población homosexual, bisexual,
transexual y transgénero, así como las personas con VIH-Sida, lo que puede signifi-
car que es un tema que se desea o se intenta invisibilizar en la mayoría de los casos.
En los párrafos siguientes se refleja la manera en que los participantes de la investi-
gación se refieren a los diferentes tipos de discriminación.
11 Fundación UNIR Bolivia, Percepciones sobre temas clave: equidad, bien común, interculturalidad, comunicación demo-
crática, conflictividad social y violencia, La Paz, 2012.
12 Ritual andino; consiste en la ofrenda de sangre, que deriva de un combate cuerpo a cuerpo, para que la
cosecha sea buena. En quechua significa “encuentro” y en aymara, “ataque físico”.
Paz
1. ¿Qué se entiende por paz?
A lo largo de la investigación, la paz ha sido representada como un elemento
esencial para la convivencia colectiva en armonía. Se percibe como la calma que
viene después de la guerra; es un punto de encuentro, un equilibrio. Es algo deseado
por todos, puesto que genera sentimientos positivos como tranquilidad, serenidad,
respeto, empatía y asertividad; aunque también se la piensa como una utopía: “para
mí no existe la paz, tenemos una cultura de violencia” (GF2.S6).
Los atributos asociados con la palabra inductora “paz” fueron “encuentro” y “en-
tendimiento”; la paz es igualmente “respeto mutuo”, que implica “aceptación del
prójimo”, “poseer la capacidad de comprender diversas formas de pensar”, “ser to-
lerantes, ser personas afectivas con las demás” (GF1.S2). “Creo que es un encuentro,
respeto, mirarnos y sentirnos de igual a igual, encontrarnos, dialogar y entendernos
fundamentalmente” (E4.JCM). En resumen, es colaboración mutua y hospitalidad;
es vivir en armonía entre pueblos, erradicando la discriminación y el racismo. Se
sostuvo que la paz es un valor que se transmite a través de la educación.
En este mismo sentido la cultura de paz se representó como un valor y el resultado
de un proceso de inclusión; estaría en la capacidad de ser tolerantes ante el otro; en la
respuesta a una demanda de mejor trato que permitiría vivir en paz, pues nadie se vería
obligado a maltratar a otro: “Yo creo que la cultura de paz […] es una forma de vivir
en armonía, pero esa armonía se consigue a través del entendimiento entre cada uno de
nosotros, espiritualmente, humanamente, y sólo así se puede encontrar una paz” (E2).
El sentimiento de paz también se asoció con la solidaridad, la cual se represen-
tó como “apoyo”; es “dar”, es un símbolo de “amistad”, “compasión”, “bondad”
y “hermandad”. La solidaridad se reconoció como una importante práctica en las
13 Comins, Irene, La ética del cuidado como educación para la paz, Tesis Doctoral, Universitat Jaume I, Castellón,
España, 2003, p. 37.
14 UNESCO, Cultura de Paz [en línea], AMICS de la UNESCO de Barcelona [fecha de consulta: mayo
2012]. Disponible en: http://www.amicsunescobarcelona.cat/index.php?option=com_content&view=a
rticle&id=2234&Itemid=304&lang=es
123456 HALLAZGOS DE LA INVESTIGACIÓN
EN TIERRAS INTERMEDIAS
Violencia
1. ¿Qué se entiende por violencia?
Para los participantes de la investigación en tierras intermedias, la violencia tiene
múltiples manifestaciones: “es económica, es física, es racial, sexual” (E.P.U.) y puede
expresarse en gritos, golpes, humillaciones, insultos, discriminación y abuso psicoló-
gico. “Se ejerce violencia verbal, psicológica, a través de actitudes, miradas, formas
de relacionarse. Una de las más difíciles de controlar es la violencia física y tiene un
sinnúmero de formas, hasta las torturas o la guerra, que es parte de la violencia; es
un campo demasiado amplio” (E.J.G.). Se hizo también referencia a las violencias
simbólica y cultural: “Existen otras formas de violencia que pueden ir desde lo que
no se ve, no se habla, no se escucha y aquellas otras que pasan a agresión y omisión
como tales” (GFI). De forma recurrente ha sido mencionada la transgresión de las
reglas de tráfi co vial que desembocan en una violencia de índole cotidiana: “gente
que parece muy tranquila, pero ni bien se sube al auto empieza a bocinear, gritar e
insultar” (E.F.F.).
En uno de los grupos focales realizados durante la investigación se defi nió a la
violencia como un acto individual y también como hecho colectivo; puede ir desde
una pelea interpersonal, hasta una guerra: “Por un lado es un hecho individual y se
ve también en la familia, en la sociedad; pero también puede ser colectivo por un
grupo organizados u organizaciones sindicales. Puede ser violencia colectiva o vio-
lencia individual” (GF. F).
La violencia también se caracterizó como la relación que se propicia entre ciu-
dadanos, entre instituciones y ciudadanos, y entre éstos y el Estado: “Hay diferentes
1 UDAPE y el Sistema de Naciones Unidas para el Desarrollo en Bolivia, El camino hacia el desarrollo en Boli-
via, Boletín sobre el estado de situación social boliviana, 2011 [fecha de consulta: enero de 2013]. Disponible en:
http://idh.pnud.bo/administrator/files_usr//i61Boletin%20BOLIVIA_2011.pdf
2 Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB), Bolivia: nivel de pobreza por departamento [en línea],
Periódico Digital de Investigación sobre Bolivia, 2013. [fecha de consulta: enero de 2013] Disponible en:
http://www.pieb.com.bo/sipieb_estadistica.php?idn=6750
13%
Problemas
29%
No hay dinero 18%
5%
Niños en la calle
7%
Necesidad 30%
10%
Miseria
Hay mucho aquí 18%
5%
Hambre 40%
15%
Falta de trabajo 27%
30%
9%
13%
Desesperación/Dolor 18%
29% Cercado
5%
Crisis
5% Villa Tunari
Carencia de valores
18% Puerto Villarroel
Carencia 18%
32%
5% Quillacollo
Bolivia
31%
Zona rural Sucre
Tarabuco
Sufrimiento/Tristeza 39%
Tomina
50%
No hay trabajo
23%
Nada
42%
Hambre/Desnutrición 17%
50%
15%
Crisis económica/Falta de trabajo 28%
33%
14%
Sufrimiento/Tristeza
Tarija
Yacuiba
Indigencia/Miseria
10%
10%
Frío/Hambre
10%
41%
54%
Falta de recursos/De dinero 75%
55%
14%
Desigualdad/Injusticia
10%
Desempleo 46%
24%
Gobierno/Autoridades 40%
6%
Esta arriba/Mandar
17%
Dinero 33%
20%
13%
13% Cercado
Deseo/Codicia
Villa Tunari
Corrupción/Manipulación
20% Puerto Villarroel
29%
Autoridad 33%
Quillacollo
40%
12%
Política/Partidos
Pelea/Violencia
21%
19%
M.A.S.
15%
Intereses/Mal uso
42%
Economía/Dinero 38%
31%
Dirigir/Gobernar
21%
Autoridad/Cargos 25%
44%
29%
12%
Abuso/Corrupción
19%
Fuerza
29%
Decisión 13%
Alcaldía/Autoridades 29%
33%
18%
63%
Administración/Gobierno
24%
Trabajo
9%
12%
Sucio Cercado
12%
21%
Problema/Pelea 25% Villa Tunari
15%
Pensamiento/Expresión 11% Puerto Villarroel
7%
Partidos 11% Quillacollo
9%
N/S N/R 11%
21%
Mentira/Engaño 33%
M.A.S. 25%
7%
Mal/Maldad
Leyes 8%
Gobierno 22%
42%
12%
10%
Elecciones
15%
21%
Corrupción 11%
29%
14%
Sucio Sucre
Poder 20%
Tomina
13%
Pelea/Conflicto Monteagudo
13%
25%
Partido 16%
N/S N/R
13%
Mentira/Engaño 21%
18%
M.A.S.
18%
Gobierno 27%
21%
40%
14%
Elecciones 21%
Corrupción 53%
20%
11%
Alcaldía
11%
Sociedad
Tarija
18%
Problema 15% Entre Ríos
21% Villamontes
Pensamiento/Expresión
Yacuiba
38%
Partidos
18%
19%
NS/NR
29%
14%
Marcha/Manifestación
14%
25%
Gobierno/Autoridad 38%
Enfrentamiento/Conflictos 31%
21%
19%
Corrupción 15%
29%
Aprovecharse/Beneficio personal
24%
Conflictos
Es importante destacar que no hay sociedad que no tenga conflictos; pero esto
se convierte en un inconveniente cuando se vuelven recurrentes e implican actos
violentos. Así, una de las vetas para definir la violencia en Bolivia es considerar
que determinadas manifestaciones sociales, como los bloqueos de caminos y las
huelgas, son vistas como parte de la cultura de los bolivianos: “La resolución de los
conflictos a través de bloqueos es una práctica, un habitus de la escuela política que
tienen. Así como los argentinos están dispuestos a gritar en una cancha de fútbol,
nosotros estamos dispuestos a gritar políticamente en las calles. Hay una tendencia
natural, cultural, que nos lleva a esa serie de confrontaciones” (E.FB).
Otro elemento esbozado por los participantes de la investigación fue que Bolivia
atraviesa una serie de encrucijadas en las que se deben tomar decisiones históricas, las
cuales podrían inducir a una mayor conflictividad. Es así que las razones político-histó-
ricas explicarían, para ellos, la existencia de violencia en el país. Por otra parte, se con-
sideró que el conflicto es necesario, pues no sería posible mantenerse en absoluta paz.
Al hablar de violencia, las personas consultadas señalan que por detrás se halla el
conflicto o una serie de conflictos. De ahí que la palabra “conflicto” tenga una acep-
ción negativa, pues se la asocia con “problema”, “pelea”, sin que se logre identificar su
55%
Problema 37%
65%
64%
16%
Pelea 12%
16%
8%
Necesario
Manifestación/Marcha
20%
6% Villa Tunari
Desacuerdo/Discordia
Puerto Villarroel
14%
Bloqueos 16% Quillacollo
Reclamo/Demanda
14%
56%
Problema 30%
50%
43%
18%
Maqanaku/Pelea 40%
50%
Entre sectores
21%
18%
Enfrentamientos
9%
Sucre
Desacuerdo/Diferencia
Tarabuco
Ch'aqwa/Discusión 15%
Tomina
21%
15%
Monteagudo
Agresión/Violencia
16%
Violencia
9%
16%
Problema 73%
71%
31%
19%
Pelea 27%
49%
10%
Intereses
Inconveniente/Negativo
6%
10%
Discusion
Diálogo Tarija
14%
Entre Ríos
19%
Confrontación/Desacuerdo 14% Villamontes
10% Yacuiba
Caos/Crisis
6%
Discriminación
En Bolivia, la diferencia –social, cultural, económica, política, etc.– se ha con-
vertido en convivencia pacífica entre diversos. Al respecto, un participante de la in-
vestigación puntualizó: “tal vez la mezcla de culturas hace que estemos en afronte, y
porque las diferencias sociales han sido marcadas en nuestro país” (E. AB).
En términos generales, durante la asociación libre de palabras, discriminación fue
representada como “racismo/intolerancia”, “excluir/hacer a un lado”, por “raza u
origen”, “tratar mal/humillar”; es “rechazar” y también es “aislamiento/margina-
ción”. Se consideró que es algo “inaceptable”, con lo que se está “en desacuerdo”.
En Cercado las personas entrevistadas la representaron como algo “malo”; es “in-
sultar/maltratar”, es “racismo”, “problemas”, “peleas”; es “aislamiento/hacer a un
lado”, “cada vez es peor”. Para los pobladores de Quillacollo el núcleo de la repre-
sentación es “racismo”, es “ofensa/insulto”, es “ignorancia” y “falta de entendimien-
to/división”. En Villa Tunari coinciden con las representaciones antes mencionadas,
pero añaden que es algo que “bajonea/humilla” y “excluye”.
Tanto en Sucre como en Tomina, la discriminación se asoció con “maltrato/violen-
cia”. Para el primero genera “aislamiento/marginación”, mientras que para el segun-
19%
Racismo 29%
40%
17%
Problemas
15%
Peleas
15%
Ofensa/Insulto
13%
20%
N/S n/R 24%
Malo 21%
19%
30%
Insultar/Maltratar 12%
50%
Ignorancia/Intolerancia 12%
13%
Racismo 36%
14%
10%
NS/NR
29%
Maltrato/Violencia 43%
14%
Malo 19%
13%
Inaceptable/En desacuerdo
Humillación 27%
14%
16%
Excluir 36%
24%
21% Sucre
División Tarabuco
14%
19%
Aislamiento/Marginación Tomina
Monteagudo
A campesinos/Indígenas
36%
11%
Rechazar
23%
22%
Racismo 36%
3 CIDEM, Más que cifras una realidad. Reporte Estadístico de Violencia contra las Mujeres No. 9. Datos quinquenales
2007-2011 [en línea], Conexión Fondo de Emancipación, La Paz, 2012. Disponible en: http://www.
scribd.com/fullscreen/93161821?access_key=key-15iwmuemtt89k7uw8cp9
Inseguridad ciudadana
Al igual que en los municipios de tierras altas, en tierras intermedias señalaron
que la delincuencia que se ha instaurado en las ciudades es otra forma de violencia.
El vertiginoso crecimiento de las ciudades ha sido identificado por los entrevistados
como uno de los factores que producen esta situación. Otros elementos mencionados
fueron el consumo de drogas y el acceso a las armas que tiene la juventud. Esto han
manifestado las personas consultadas en Yacuiba, una zona fronteriza donde es usual
que jóvenes y adolescentes las utilicen, afectando a toda la población: “Droga. Hay
mucho chiquillo con armas, mejor armados que la Policía, y eso compete a las auto-
ridades. Debe haber batidas para todas esas cosas; mientras haya armamento suelto
va haber delincuencia” (E.IS).
Para las personas entrevistadas, la inseguridad ciudadana también se relacio-
na con la escasa o ninguna presencia estatal y policial en algunos municipios. Por
ejemplo, Tomina cuenta con un juzgado y un centro policial desde hace diez años:
“Desde que hubo este juzgado, desde el 2002, cuyo juez está hasta ahora, entonces
conocemos la problemática. Parecía un pueblo sin ley: no había Policía, ni el juzgado
ni otras autoridades, a excepción de la Alcaldía. Hemos conseguido la habilitación
del centro policial que ya había antes, pero que no sé por qué motivo lo suspendieron
del Comando Departamental. Pero conseguimos que otra vez se restituya el orden
público a través de la Policía, y a consecuencia de la ley 1674, ley contra la violencia,
han ido llegando casos a este despacho judicial” (E.EY).
Solución/Defensa 11%
Violencia 23%
20% 30%
Sin ley 35%
NS/NR 36%
Normas/Costumbres 11%
8%
No debería existir
Muerte 17%
18%
Malo 9%
20% 36%
23%
Linchamiento/Muerte
Ley Comunitaria 14%
35%
Violencia 26%
53%
22%
Pena/Dolor
16%
15%
Muerte 53%
69%
18%
6%
Malo 19%
4%
Justicia
4% Cercado
Injusticia
13% Villa Tunari
6%
Impotencia Puerto Villarroel
7%
Delincuencia 21% Quillacollo
40%
Violencia 24%
N/S N/R
50%
44%
Malo 18%
31%
20%
Linchamiento/Muerte
25%
Justicia por mano propia
25% Sucre
Comunidad/Campesinos 18%
25% Tarabuco
20%
Castigo/Solución Tomina
20% Monteagudo
Autonomía/Organización
41%
Violencia 64%
24%
10%
Pena/Dolor
16%
36%
Muerte 36%
58%
59%
Malo
26%
13% Sucre
Justicia/Justicia comunitaria
Tarabuco
Tomina
Castigo Monteagudo
18%
15%
Respeto
25% Tarija
Nr 14%
33%
19% Entre Ríos
No es justicia
10% Villamontes
15%
25%
Justicia por propia mano Yacuiba
26%
Igualdad/Justicia 29%
Delitos/Error
16%
20%
Costumbre/Cultura
25%
Campesino/Comunidad 42%
14%
Brutalidad/Violencia
19%
Asesinato/Linchamiento 43%
8%
Vulneracion derechos
Tarija
36%
NS/NR Entre Ríos
Villamontes
21%
Injusticia 12%
Yacuiba
13%
Ilegal/Malo
Avasallar/Abuso
12%
37%
43%
Asesinato/Muerte 35%
40%
42%
Agresión/Golpes 41%
36%
Agarrar a un ladrón/Robo
12%
A violadores 12%
Paz
1. ¿Qué se entiende por paz y cultura de paz?
En tierras intermedias, las personas entrevistadas representaron la paz como “es-
tar bien”, en “armonía” con las demás personas y con el entorno. Se logra en el pla-
no individual, para que luego se irradie a las relaciones personales. Se relacionó con
19%
23%
Solución 38%
40%
Cercado
Reconciliación/Unión
10%
Villa Tunari
10%
Pensar/Analizar Puerto Villarroel
26% Quillacollo
Hablar 29%
13%
13%
Entedimiento
36%
45%
Conversar 33%
10%
19%
Comunicación
27%
10%
Acuerdo
21%
Solución 44%
8%
Necesario
34%
Hablar 23%
39%
31%
24%
Conversación 12%
17%
46%
13%
Concertación/Consenso
Seguridad
7%
Tarija
Reunión/Unión 19%
Entre Ríos
12%
Paz Villamontes
Yacuiba
Intercambio de ideas
7%
10%
Eschucha/Empatía
15%
Correcto/Necesario
27%
Concertación/Entendimiento 20%
24%
50%
Comunicación/Diálogo 80%
78%
12%
Acercamiento/Acuerdo 31%
7%
Violencia
1. ¿Qué se entiende por violencia?
A diferencia de las representaciones sociales que surgieron en tierras altas e inter-
medias, en tierras bajas una de las tendencias fue asociar la violencia con la política,
por lo que los signifi cados que se le atribuyeron fueron “confrontación”, “división”,
“polarización” y “agresiones” manifestadas en la esfera social y en el vínculo con el
otro: “son cuestiones políticas, digamos, la violencia nos genera las divisiones políti-
cas y todo eso. Las autoridades nunca se han puesto los pantalones, para que, por lo
menos, disminuya la violencia” (SC-GF1 D10).
En este sentido, un porcentaje relevante de los entrevistados sostuvo que la vio-
lencia parte del intento de imponer puntos de vista, o negar el derecho a la libre
expresión como una forma de vulneración de la libertad, entendida esta última
como la posibilidad de hacer lo que se desee sin que otro lo limite, lo coarte o
sancione las decisiones y preferencias de cada uno, aspectos que fueron resaltados
en Trinidad (Beni): “A veces queremos imponer nuestra forma de pensar y hay el
otro que también la quiere imponer y ahí llegamos a eso, a la violencia” (R-EP1).
En relación a lo señalado, en Santa Cruz, Trinidad (Beni) y Cobija (Pando), se
manifestó que las actitudes violentas se encuentran en los grupos de poder pues no ad-
miten críticas ni cuestionamientos por parte de la población, que permanece acallada:
“La intolerancia es la muestra más clara de no aceptar los argumentos y criterios de los
demás. Imponer un pensamiento único, rezar un solo credo, nos está generando un es-
pacio de confrontación” (SC-EP3). “La población no puede decir nada, porque si dice
algo va a ver cómo se le vuelcan las tres fuerzas militares que tenemos aquí” (CB-E4).
1 UDAPE y el Sistema de Naciones Unidas para el Desarrollo en Bolivia, El camino hacia el desarrollo en Santa
Cruz, Boletín sobre el estado de situación social en el departamento, 2011 [Fecha de consulta: enero de
2013]. Disponible en: http://idh.pnud.bo/administrator/files_usr//i5Boletin%20S%20Cruz_2011.pdf
2 UDAPE y el Sistema de Naciones Unidas para el Desarrollo en Bolivia, El camino hacia el desarrollo en Beni
Boletín sobre el estado de situación social en el departamento, 2011 [Fecha de consulta: enero de 2013].
Disponible en: http://idh.pnud.bo/administrator/files_usr//i64Boletin%20BENI_2011.pdf
3 UDAPE y el Sistema de Naciones Unidas para el Desarrollo en Bolivia, El camino hacia el desarrollo en Pando,
Boletín sobre el estado de situación social en el departamento, 2011 [fecha de consulta: enero de 2013].
Disponible en: http://idh.pnud.bo/administrator/files_usr//i46Boletin%20PANDO_2011.pdfhttp://
idh.pnud.bo/administrator/files_usr//i64Boletin%20BENI_2011.pdf
San Julián
Necesidad Camiri
31%
11%
Miseria/Indigencia
14%
Hambre 25%
15%
32%
Necesidad/No tener
19%
25%
Crisis/Sufrimiento/Tristeza
44%
27%
No tener trabajo 42%
24%
No tener nada
30%
18%
No tener dinero
4 Las asociaciones de palabras que hicieron los participantes en este estudio se repiten en los diferentes
municipios de cada región. Cuando se hace la descripción de las mismas sólo se refiere la centralidad de
la representación y aquellas nociones que no se repiten.
Nada 16%
Riberalta
Falta 14%
Guayaramerín
Alimentación 16%
Moxos
Sentir 10%
Trinidad
Superación/Superarse 14%
No tener 19%
30%
Enfermedad 19%
20%
Dinero
29%
Tristeza
22%
28%
Trabajo 29%
19%
Niños/Niños de la calle
15%
Hambre
25%
23%
Economía/Económica 14%
19%
19%
Poder - política
Para las personas entrevistadas en tierras bajas existe una importante articulación
entre violencia, poder y política. Como se señaló anteriormente, la representación de
violencia giró en gran medida en torno a la coyuntura política, que es vista como la
principal causa de divergencias, confrontación de visiones y polarización: “La violen-
cia creada por intereses políticos está de moda” (SC-GF1). “En ciertos momentos, se
vio que se iba a llevar al país a una confrontación muy horrible” (SC-EP5).
En la asociación libre de palabras, “poder” ha sido relacionado con “fuerza/
influencia”, “acción y efecto de tomar el mando o mandar”, “egoísmo” y “ambi-
ción”. Es una palabra que evoca ideas de imposición, con connotaciones negativas
de dominación y ambición, coincidente con lo percibido como violento. En Santa
Cruz se asoció con “políticos”, “corrupción”, “logias”. Para habitantes de San Julián,
Políticos
39%
Logias
28%
Corrupción
33%
Gobierno/M.A.S. 100%
Grandeza/Superioridad 33%
13%
Poder político/Económico
16%
Servir/Ser util
16%
Autoridades/Alcalde 33%
San Julián
16%
Aprovecharse/Humillar Camiri
26%
Dominar/Mandar Poza Verde
13% Santa Cruz de la Sierra
Fuerza 34%
Tener 34%
Persona 20%
27%
Autoridad/Autoridades
18%
Trabajar/Trabajo 20%
10%
Querer
16%
26%
Mandar
20%
Hacer 26%
10%
Cargo
10%
Política 14%
Justicia 10%
16%
27%
Gobierno 10%
Fuerza Riberalta
14%
Economía/Económico 10% Guayaramerín
Decisión 10% Moxos
Ambición/Ambicionar 10%
20% Trinidad
Abusar/Abuso 22%
Querer 30%
Podemos/Pudo/Puede 40%
Familia 30%
Valor 18%
Hacer las cosas 18%
Fuerza 18%
Discriminar a otros 28%
Dios 18% 46%
Abuso/Abusar 27%
15%
Tener/Tener dinero
11%
Política/Políticos
11% Cobija
Mandar/Mandato 27%
15%
Gobierno/Gobernar/Gobernador Porvenir
11%
Dominación/Dominio Filadelfia
26%
Autoridad
11% Gonzalo Moreno
Ambición
Por su parte, la palabra inductora “política” tuvo, para los entrevistados de tie-
rras bajas, connotaciones negativas, como sucedió en tierras altas e intermedias. Se
relacionó con “corrupción”; se dijo que es “sucia”, “cochina”, “mentira”, “no cum-
plir”, “represión”. Es también “poder”, “gobierno” y “gobernadores”, “suciedad”,
“leyes”. En San Julián, si bien se representó la “política” como “politiquería/sucia”,
se le otorgaron otros significados como “avanzar/trabajar/luchar” y “capacidad de
dirigir”. Habitantes de Poza Verde la asociaron con “dirigentes/políticos”, “MAS”,
“pedir” y “disfrutar”.
Se hizo asimismo referencia a la violencia discursiva vinculada con la política,
la cual se traduce en “agresiones”, “desvalorización” y “ataques” que tienen como
consecuencia “reacciones acaloradas” y agravios. Desde la perspectiva de muchos
entrevistados, los medios de comunicación son los que alimentan este tipo de violen-
cia y les atribuyeron la responsabilidad de desencadenar o magnificar los conflictos:
“inclusive insultos por la televisión, insultos feos” (G-EP3).
Las asociaciones realizadas en Guayaramerín son similares a las anteriormente
mencionadas; sin embargo, se añaden dos elementos positivos: “obras” y “mejoras”.
M.A.S. 28%
Dirigentes/Políticos 44%
Opresión/Represión 21%
Poder 21%
12%
Mentir/No cumplir 29%
16%
Corrupción 29%
38%
23%
Capacidad de dirigir
31%
Politiqueria/Sucia
16%
46%
Avanzar/Trabajar/Luchar
Trabajo 31%
Personas 16%
Campaña 21%
Politiquería 20%
Partidos 20%
13%
Hablar
17%
Alcalde
13%
Alcaldía
Social/Sociedad 16%
14%
18%
Políticos 15%
16%
11%
Poder 15% Riberalta
25%
13%
Mentir/Mentira Guayaramerín
17%
Leyes 11% Moxos
26%
Gobernadores/Gobierno 15%
11% Trinidad
Corrupción 15%
11%
Político/Políticos 27%
Cargo 22%
21%
Sociedad 34%
27%
Pueblo 21%
Gobernantes/Gobierno/Gobernación 37%
27%
8%
21%
Elección/Elecciones 22%
11%
Poder
8%
Mentira
8%
Leyes
11%
Hablar
8%
Discriminación Cobija
8%
Democracia
Porvenir
18%
Corrupción
8% Filadelfia
Campañas
12% Gonzalo Moreno
Autoridad 22%
19%
5 Quiroga, María Soledad, Cristián León, y otros. Perfiles de la conflictividad en Bolivia. Análisis multifactorial y
perspectivas, ed. Fundación UNIR Bolivia, 2012.
6 Nató, Alejandro y César Rojas Ríos. Geografía del Conflicto: Claves para decodificar la confrontación social y política,
ed. Plural, 2008.
Conflictos
Al igual que en las otras regiones, en tierras bajas el conflicto tuvo, esencialmen-
te, connotaciones negativas. En los municipios y comunidades de los departamen-
tos de Santa Cruz, Beni y Pando en los que se aplicó la técnica de asociación libre
de palabras, coincidieron en representarlo como “problemas” y “pelea”, principal-
mente. Sin embargo, el contexto de cada localidad repercutió en los otros signi-
ficados que se le asignaron. Por ejemplo, en Santa Cruz, además de lo expresado
anteriormente, se asoció el conflicto con “Gobierno/Evo Morales/MAS”, “dis-
cusión” y “política/políticos”. En Camiri, se lo relacionó con “malestar/dolor” e
“incomprensión”; mientras que en Poza Verde se lo describió como “división de la
comunidad”.
En Cobija, si bien fue asociado con “discusión” y “agresividad”, también se reco-
noció que “es parte de la vida”. En Porvenir y Filadelfia se relacionó con “desacuer-
do”; mientras que en Gonzalo Moreno denotó “familia/familiares”, “comunidades”,
“sociedad”, “vecinos”, “economía/económico” y “solución”. En Riberalta se repre-
sentó también como “problema, “peleas” que ocurren sobre todo en la “familia”; se
produce cuando no hay “solución” y se debe principalmente a la falta de “trabajo”,
lo cual refleja la preocupación por el desempleo.
El conflicto fue visto asimismo como el retrato de la intolerancia y de las posturas
políticas extremas que generan actos violentos.
Discusión/Discutir
20% San Julián
Camiri
Política/Políticos
14%
Poza Verde
13%
Incomprensión
22%
Malestar/Dolor
50%
26%
Pelea
20%
50%
39%
Problemas 86%
26%
Políticos 13%
Riberalta
Luz 13%
Guayaramerín
Bloqueo 20%
Moxos
Social 11%
Trinidad
Organizaciones 11%
Discusión 18%
12%
Trabajo
12%
Solución
19%
Familia 25%
38%
Problema 35%
37%
42%
19%
Pelea/Pelear 17%
39%
Odio
19%
Vecinos
8%
Solución/Solucionar
8%
Sociedad
8%
Familia/Familiares/Familiar
23%
Economía/Económico
8%
Comunidades
8%
58%
Problema 74%
27%
Desacuerdo 13%
21%
30%
Pelea/Peleas/Pelear 13%
21%
10% Cobija
34%
Hace parte de la vida Porvenir
24%
Discusión/Discusiones Filadelfia
12%
Agresión/Agresividad Gonzalo Moreno
7 Son aquellos conflictos que ocurren entre los clanes existentes entre los ayoreos. El clan es la forma en
la que se organiza este pueblo indígena. Se señala que los ayoreos están constituidos por siete clanes o
grupos que tienen un símbolo de pertenencia.
8 Misión Evangélica Fundamentalista que ingresó a Bolivia el año 1950 a petición del gobierno boliviano
con el objetivo de “civilizar a los selvícolas”.
CONFLICTOS HERRAMIENTAS
Discriminación Conocimientos ancestrales
Instituciones que
Corrupción de dirigentes
asesoran y apoyan
En Guayaramerín se hizo referencia a los conflictos políticos, que para los en-
trevistados han significado enfrentamiento y amenazas que han desembocado en
acciones violentas: “A mí me persiguieron, hasta mi casa fueron a buscarme, dizque
para matarme, para qué sé yo” (G-EP3).
En Riberalta también se declararon afectados por la coyuntura política, donde se
puntualizó que los enfrentamientos se ocasionan por posiciones políticas polarizadas
y por falta de cumplimiento de las leyes. “Se está generando violencia cuando […]
alguien que tiene el poder, como el gobierno, no hace cumplir las leyes; cuando en la
constitución no es muy claro, eso influye en que uno no sepa cuáles son las reglas del
juego y eso puede desatar más violencia” (R-EP2).
En el caso de Cobija, Porvenir y Filadelfia (Pando), las personas entrevistadas se
refirieron de manera enfática –y prácticamente exclusiva– a los hechos de septiem-
bre de 2008, reflejando la marca indeleble que éstos han dejado en el imaginario de
los habitantes de la región.
En Cobija se identificaron múltiples versiones sobre el origen de los conflictos
suscitados aquel año. Para algunos entrevistados, la causa se ubica en la desigual
Discriminación
En el imaginario de muchas de las personas que participaron de la investigación,
la discriminación se representó como la desvalorización y la descalificación del otro,
para imponerse, para ser mejor que él: “Siempre jalamos a nuestro lado y queremos
Odio
26%
Maltrato/daño 33%
Malo 47%
18%
Hacer a un lado
25%
Insulto/Rechazo/Critica San Julián
17%
21%
Diferencias cambas/Collas Camiri
21%
Racismo 36%
40%
Odiarse/Odio 23%
19%
Rechazo/Rechazar
19%
Mala Educación
19%
Humillar/Humillación 23%
17%
Pobres
13%
43%
Persona 54%
13%
Feo
17%
Discapacitados
13%
Color
14%
Raza 17%
Racismo Riberalta
20%
13%
Maldad/Malo 20%
Guayaramerín
Injusticia/Injusto Moxos
14%
Desigualdad 14% Trinidad
Apartar
15%
Humillación/Humillar
30%
Separar/Apartar 25%
30%
Por ser feo 25%
Maltrato/Maltratar 25%
Personas 30%
40%
Mal/Malo/Maldad 40%
13%
Rechazar/Rechazo
10%
Raza
18%
Racismo/Racista
13%
Insulto
Cobija
16%
Ignorancia/Ignorante/Ignorar
Porvenir
10%
Discriminación raza/Cultura
10%
Filadelfia
Desigualdad 30%
10%
Gonzalo Moreno
Color 25%
Medios de comunicación
Hubo una amplia coincidencia en torno a identificar a la televisión como el prin-
cipal transmisor de violencia, que afecta sobre todo a la niñez y la adolescencia:
“muestran siempre la violencia, la provocación, el atropello; a primeras horas de
la mañana ve una mujer desnuda; violencia, agresiones, violaciones; y un niño va a
crecer con eso” (SC-EP5). Quienes participaron de la investigación observan tam-
bién poco o ningún control sobre la programación, y, en general, resaltan la falta de
políticas que regulen a los medios de comunicación.
Inseguridad ciudadana
La mayoría de las personas entrevistadas coincidió en que la inseguridad ciuda-
dana es un problema social que va en aumento; además, genera incertidumbre y
preocupación en las ciudades. Esto ha sido atribuido a la falta de vigilancia, así como
la deficiente regulación que podrían ejercer la Policía y las autoridades. Un ejemplo
de ello sería el incremento del narcotráfico, el cual desató mayor violencia, señalan
los entrevistados. Advirtieron que existen zonas rojas, donde más del 50% de la po-
blación está involucrada en la venta de droga, y a donde no habrían podido ingresar
policías ni agentes de la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (UMOPAR), pues hom-
bres y mujeres portan armas, e incluso personas que con palos y cuchillos impiden la
entrada. En Guayaramerín se señaló que al menos cuatro personas desaparecen por
año debido a los ajustes de cuentas y que las amenazas de muerte son parte del diario
vivir, lo cual provoca sentimientos de inseguridad: “Hay violencia, pero violencia,
11%
Error
11%
Existe para mi
27%
Quemar/Linchar 22%
31%
Justicia por mano propia
No hacemos 30%
Injusticia
14%
Pegar/Pegadores
14%
Índigena San Julián
14%
Sin ayuda Camiri
18%
Muerte Poza Verde
18%
Violencia/Maltrato 23%
Santa Cruz de la Sierra
Reglamentos/Normas 23%
20%
Cultura/Comunidad 54%
Solución 16%
Pueblo 17%
Huasca 17%
Justicia 23%
13%
Confusión
20%
Problemas 17%
20%
37%
Ley/Leyes
27% 30%
Comunidad 33%
15%
Comunarios
15%
Barrios/Barrio
Uso/Usos 16%
Sociedad Riberalta
16%
Maldad 20% Guayaramerín
Linchamiento/Linchar 16% Moxos
Costumbre 16%
Trinidad
Castigo 16%
Conflicto 29%
15%
25%
Ley/Leyes
18%
Cobija
33%
Comunidad
34% Porvenir
21%
Malo Filadelfia
11%
21% Gonzalo Moreno
Linchamiento
29%
Justicia a través de propia mano 42%
11%
12%
Golpes
17%
Dialogo
El linchamiento, por su parte, se consideró una práctica fuera del contrato social,
cuyo objetivo es producir daño al otro. Su representación social, a partir de la técnica
de asociación libre de palabras, es “matar/muerte”, “golpes”, “golpiza”, “violen-
cia, tortura, maltrato, violación”, “justicia por mano propia”, “destrucción”; pero
también, en el imaginario de algunas personas, es “justicia comunitaria”; “justicia”
“injusticia”, “robar”. Es una práctica “inhumana”, “malo”, “dolor, daño”, “abuso”,
“dar palo, maltratar”. Las personas entrevistadas argumentaron que es difícil acu-
dir a la justicia, lo que obliga a buscar otros mecanismos que se conviertan en una
forma de “escarmiento”. En San Julián también mencionaron “desconfianza en las
autoridades”.
Torpeza
9%
Mal/Malo
9%
Justicia comunitaria
10%
Violación/Violencia
10%
Pena/Triste 37%
Abuso 12%
Dolor/Daño 25%
San Julián
Injusticia 17%
Camiri
18%
Ofender Poza Verde
22%
Deesconfianza en las autoridades Santa Cruz de la Sierra
30%
Matar/Crimen 21%
17%
30%
Pegar/Maltratar 19%
25%
45%
Pelear/Peleas 24%
Hacer 14%
Violencia 20%
Humano 17%
18%
Robar/Robo
23%
Personas 25%
33%
Muerte 20%
41%
Matar/Matanza 25%
29%
14%
Justicia 13%
14%
Injusticia
10% Riberalta
18%
Golpear/Golpes
10% Guayaramerín
Discriminación
7%
Moxos
Asesinar/Asesinato/Asesino
16%
Trinidad
Abuso
9%
Persona/Personas
37% Cobija
Linchar
16% Porvenir
Mal/Malo 30%
Filadelfia
22%
Golpear
26%
10%
Agredir
Se sostuvo que el juzgamiento y el castigo por parte de personas del pueblo sobre-
viene por la desconfianza en la policía. Si bien los entrevistados señalaron estar en
desacuerdo con este tipo de sanciones y preferirían que se recurra a las instituciones
respectivas, se cree que éstas prácticas han servido de advertencia a otros delincuen-
tes –como ya se indicó anteriormente– disminuyéndose los hechos delictivos en al-
gunas comunidades: “La gente ya sabe que en San Julián la gente son malas, que le
pillan y ya nomás, ellos no entregan a la justicia” (SJ-EP8).
Los relatos sobre linchamientos muestran cómo la gente, cuando se encuentra
enardecida, no mide las consecuencias de sus actos: “Un ladrón robó una moto, lo
mató al señor de la moto y lo agarraron; harto le huasquearon. Una señora se paró y
le dijo que tire la primera piedra el que nunca hizo nada malo, y a ella más la querían
linchar. Lo llevaron a una cruz y ahí le mataron” (SJ-EP8).
En criterio de los entrevistados, el linchamiento es la peor vivencia social y deja
marcas en la subjetividad de la gente que presencia este tipo de hecho, pues es un tipo
de crueldad que no es comprensible ni justificable, en la que se llega incluso a mal-
tratar un cuerpo sin vida: “Yo fui a verlo, la gente lo estaba pateando, maltratando.
Me acerqué y estaba muerto, ya estaba muerto y yo voy y le digo a mi hermano: ‘no
sé, están pateando ya a un muerto’” (SJ-EP9).
Pobreza
Como se señaló precedentemente, la pobreza se relacionó principalmente con
problemas económicos y falta de empleo. Para la mayoría de los entrevistados se
asoció con dos aspectos principales: la situación de carencia vinculada con la insa-
tisfacción de necesidades. Estos factores fueron vistos como detonantes de conflictos
familiares y sociales: “La economía ha violentado la paz interna de toda nuestra
sociedad y la paz interna de nuestras familias” (C-EP7). Afirman que si hay pobre-
za surge la violencia pues, al no cubrirse los requerimientos básicos de la vida, las
personas se sienten violentadas y surgen sentimientos de impotencia y tensión que se
manifiestan en agresiones físicas o verbales: “Las señoras tienen que dar de comer a
los niños y exigen al marido; de ahí vienen las peleas; es por lo económico más que
por otra cosa” (C-EP4).
Así también, muchos de los entrevistados apuntaron que el desempleo es uno de
los principales factores que ha llevado a muchos pobladores a emigrar, buscando
mejores oportunidades económicas, y que esto, a su vez, ha derivado en una de las
principales causas de fragmentación familiar que afecta en especial a los niños, niñas
y jóvenes, que procuran sobrellevar su situación, incluso a un nivel de supervivencia:
“Se va perdiendo la fuerza de los padres y de los abuelos con quienes se quedan los
hijos y entran en la violencia” (C-EP4).
Por otra parte, se señaló que la migración interna produjo un caótico crecimiento
demográfico de las principales urbes. Este incremento de la población –advirtieron
los entrevistados– repercute en las condiciones de vida de las personas de los muni-
cipios pues no sólo se crean nuevos barrios pobres, sino que también se traslucen las
falencias en las áreas de salud, educación y medio ambiente, entre otros: “Cada vez
nuevos barrios, porque viene gente de otros departamentos o de provincia a engranar
en ese barrio; lo que viene es pobreza, porque no viene gente con plata” (SC-GF4).
La delincuencia, así como la explotación de las personas en el ámbito laboral,
fueron identificadas por los entrevistados como otras consecuencias del desempleo.
Al respecto se señaló: “La falta de trabajo trae violencia, los jóvenes roban celula-
Discriminación
Los tipos de discriminación que los consultados mencionaron con más frecuencia
son la de género y la étnica-racial: “Es parte del racismo, en el sentido que uno se siente
superior a otro” (SJ-EP1). Con menor énfasis se hizo referencia a la postergación que
sufren niños, niñas y personas de la tercera edad; sólo en un municipio de tierras bajas se
hizo referencia a la segregación que viven las personas con capacidades diferentes: “No
sólo se discrimina, sino se invisibiliza a la mujer. Vemos violencia contra niños, contra
mujeres, contra ancianos, en los municipios. El más discriminado y destruido es el viejo,
el de la tercera edad, es un muerto andando, un zombi” (SC-EP1). Resulta importante
señalar que en ningún momento se mencionó la situación del colectivo Gay, Lésbico,
Bisexual y Transexual/Transgénero/Travesti (GLBT) o personas con VIH Sida.
El tipo de discriminación por condición étnica fue retratada por los propios entre-
vistados. Las personas indígenas sostuvieron que se las considera “Lo peor que pue-
de existir” (SI-EP5). Por su parte, las mujeres ayoreas de la comunidad Poza Verde
consultadas señalaron que la exclusión se manifiesta en la desatención de parte de las
autoridades ante los atropellos a los que se hallan expuestas. Un ejemplo de ello es
la falta de respuesta de las autoridades de Pailón ante la denuncia de abuso sexual a
una niña de su comunidad. Perciben discriminación hacia ellas por su origen. En ese
marco, exigieron que la justicia se aplique en igualdad de condiciones: “No me gusta
eso, que es la primera vez que está sucediendo eso, si es que no hacemos nada, la
gente menona así va a seguir, va a seguir abusando de nuestras hijas, o algún camba
va a decir no hicimos nada, le cuenta a amigos, y vamos a hacer una cosa justa, para
que ellos aprendan que no somos ningún animal. Si es que no hacemos nada con él,
después lo mismo va a suceder con nosotros, a unas mujeres, no sólo las niñas sino
cualquier mujer con hijos, marido, van a abusar y listo, ya” (PV-EP3). Se señaló que
los niños ayoreos también sufren discriminación de parte de sus compañeros no ayo-
reos, sobre todo por no hablar castellano, lo que, según los entrevistados, les ocasiona
miedo y timidez.
Paz
1. ¿Qué se entiende por paz y cultura de paz?
Para la mayoría de las personas entrevistadas en tierras bajas, paz y cultura de
paz se consideraron conceptos nuevos. Los asociaron con un estado de tranquilidad
individual, familiar y social; pero también se representaron como armonía interna,
convivencia pacífica con otros, y como forma pacífica de resolver los conflictos: “La
paz es lo opuesto a la violencia, es un sentimiento de tranquilidad, de conformidad;
estando tranquilo, uno está en paz; si tiene un buen trabajo, tiene una familia estable,
uno está en paz” (G-GF2).
Las representaciones sociales de paz y cultura de paz hicieron referencia a “diá-
logo”, “concertación”, “discusión de ideas”, “transparencia”, “silencio”, “amor”,
“entendimiento”, “armonía”. Es el “respeto por el otro”, “por sus condiciones y
diferencias”, “derechos humanos”. Estos últimos fueron asociados con “derecho a
la vida”, “salud”, “educación”, “seguridad”, “protección”, “respeto” e “igualdad”.
Para otras personas, la paz y la cultura de paz se relacionaron con tolerancia,
inclusión y repartición equitativa: “Distribuir de manera justa, mixta, concertada,
el diseño de instrumentos y políticas públicas que garanticen la pluralidad. Hay que
darle a cada cual lo que le corresponde, de acuerdo a sus necesidades y a sus capaci-
dades, estaremos garantizando la paz” (SC-EP3).
En la comunidad ayorea de Poza Verde, los consultados señalaron que la paz
y la cultura de paz son comportamientos solidarios, propios de su cultura, ya sea
compartiendo lo propio, ya sea acompañando y aliándose al otro para resolver los
conflictos: “Nosotros tenemos paz, porque somos buenos. Si es que lo veo a un amigo
que no tiene algo, yo le doy; en cambio los cambas no le dan a uno, son más duros
los cambas, yo gano en mi trabajo y el otro no gana, le doy pa’ que lleve a su casa,
un alguito pa’ que lleve a su casa, un alguito pa’ que coman sus familiares” (PV-EP3).
En la asociación libre de palabras “solidaridad” fue relacionada con “ayuda al otro”,
14%
Charlar 14%
37%
32%
Entendimiento/Comprensión 36%
8%
50%
Conversación 23%
14%
Comunicación 27%
10%
Personas 29%
Grupo 9%
Dialogar 9%
12%
Problemas 12%
11%
16%
Familia 9%
12%
Comprensión/Comprender 20%
12% 16%
Acuerdo 12%
12%
Solución 8%
12%
Respetar/Respeto 10%
Intercambio 8%
Hablar 14%
16%
12% Riberalta
Entendimiento/Entenderse 12%
24%
12%
Conversación/Conversar 9% Guayaramerín
15%
Comunicarse/Comunicación 13% Moxos
Charla/Charlar 12%
12%
12% Trinidad
Amigos
8%
Personas/Personal
20%
Cobija
Familia
9% Porvenir
Conflictos
9% Filadelfia
Arreglar
9% Gonzalo Moreno
Solución 15%
11%
Problema 15%
9%
7%
Paz
20%
Hablar 20%
31%
9%
Entendimiento
9%
21%
35%
Conversación 37%
13%
7%
Comprensión
20%
Charlar 15%
20%
11%
16%
Acuerdo 12%
Conclusiones 317
Sobre la violencia
• Así como existen diferentes aproximaciones teóricas en torno a la violencia,
quienes participaron del estudio tienen también múltiples representaciones
sobre ella. Éstas se encuentran estrechamente relacionadas con el contexto
político, económico, social y cultural de su comunidad, municipio o región,
y también con las experiencias individuales y colectivas de los entrevistados.
• Aunque no fue una idea unánime, los resultados de la investigación eviden-
cian que para varios entrevistados la violencia es innata al ser humano, se
considera parte del código genético; en ese sentido, la agresión se percibe
como un instinto de supervivencia. Estas posiciones pueden situarse en las co-
rrientes teóricas biologicistas; sin embargo las mismas, en el proceso histórico
de su discusión, han sido rebatidas, indicando que la violencia no es intrínseca
a los seres humanos sino que es una construcción sociocultural, aprendida y
reproducida de generación en generación, enfoque al que se adscribe la Fun-
dación UNIR Bolivia.
• Las formas de violencia que se identificaron con mayor frecuencia fueron la
física, verbal, psicológica, económica, social, sexual, política, étnica, cultural,
de género e intrafamiliar y, en menor medida, la medioambiental. En las
localidades de tierras altas se mencionaron con mayor énfasis las violencias
socioeconómica, intrafamiliar y cultural. En tierras intermedias y bajas, si
bien se hizo referencia a varios de los tipos mencionados, la fuerza de las
representaciones estuvo concentrada en la violencia política. En general, es
posible observar que las formas de violencia están ligadas unas con otras y se
manifiestan en la práctica de manera combinada.
• Un tipo de violencia que es pertinente destacar es la invisibilización que sufren
algunos lugares y sectores del país, dado que existe escasa o nula información
sobre ellos. La atención e interés de los medios de comunicación, de quienes
realizan estudios/investigaciones, o incluso del mismo Estado, históricamente
se ha centrado en los departamentos del “eje”, lo que ha contribuido a perpe-
tuar estructuras de poder y dominio, pensamientos etnocentristas y políticas
de desarrollo excluyentes que no coadyuvan a la construcción de paz.
Conclusiones 319
permanente de violencia. Los grupos étnicos, para resistir las arremetidas
culturales, políticas, sociales, etc., han ido construyendo estrategias de sobre-
vivencia, en ciertos casos basadas en resistencias pacíficas, en otros con accio-
nes violentas. Estos temas merecen ser tomados en cuenta y profundizados en
futuras investigaciones.
• Otro denominador común fue que las personas entrevistadas, en su mayo-
ría, se percibieron a sí mismas como pacíficas o víctimas de la violencia, y
no así como causantes o co-responsables de ella. Por el contrario, se iden-
tificó una tendencia a atribuir la violencia a otros individuos, entidades o
circunstancias ajenas. Y, cuando se admitió haberla practicado en alguna
ocasión, se justificó como único recurso disponible. En algunas áreas urba-
nas se expresó que la violencia se ejerce en las áreas rurales, y viceversa; en
tierras altas predominó la idea de que la violencia proviene del extranjero,
de países desarrollados, que llegó con la Colonia; en tierras intermedias, si
bien estuvo presente la idea anterior, el énfasis de los entrevistados estuvo
en el determinismo geográfico, señalando que el entorno incide en los com-
portamientos violentos, lo que haría que ellos sean pacíficos; en tierras ba-
jas, sobre todo miembros de pueblos indígenas, destacaron que las personas
se tornan violentas al dejar sus pacíficas comunidades de origen. La con-
tinua responsabilización de la violencia hacia otras personas, puede estar
relacionada con los procesos históricos vividos en Bolivia, caracterizados
por la exclusión e invisibilización de grandes porciones de la población, que
terminaron siendo víctimas de estos sucesos. Al respecto, Wieviorka1 ad-
vierte que el mayor riesgo en estos casos es caer en el victimismo y no llegar
a establecerse como un sujeto autónomo y constructivo, autodefiniéndose
solamente de manera negativa, dificultando la construcción de una imagen
positiva de sí mismo lo que, finalmente, lleva a las personas a no asumir
responsabilidad por su condición de víctimas. Paralelamente esto generaría
efectos como el resentimiento, a partir del cual se percibe al “otro” como
causante del daño sufrido.
1 Pelligrini - Vélez, Laurentino. En torno a la violencia. Entrevista a Michel Wieviorka [en línea], Revista El Viejo
Topo Nº 222 – 223, julio 2006 [Fecha de consulta: febrero 2013], pp. 59 - 65. Disponible en: http://
dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=1181988
Pobreza
• La pobreza ha sido identificada como una de las principales condiciones que
propician la violencia. A pesar de que fue un tema mencionado en la mayoría
de los municipios y comunidades del estudio, el mayor énfasis se detectó en
las localidades de tierras altas.
• La carencia histórica de una propuesta de desarrollo socioeconómico integral
y sostenible, junto con la inefectividad de gestión de los diferentes niveles
estatales, han sido identificadas como causas fundamentales de la violencia
estructural. De acuerdo con los entrevistados, esta falencia generaría insatis-
facción de necesidades básicas, inequidad en el acceso a las oportunidades
(salud, educación, empleo, etc.), desigual distribución de la riqueza, desem-
pleo, migraciones forzadas por este contexto, desarrollo de actividades ilícitas,
inseguridad ciudadana, entre otros elementos. Probablemente el desempleo
haya sido el más mencionado en todos los municipios donde se desarrolló la
investigación, resaltando que la ausencia de fuentes de trabajo estable crea
condiciones para un ejercicio recurrente de medidas de presión. Se puntua-
lizó que estas situaciones afectan en mayor medida a sectores vulnerables,
tanto por origen étnico como por procedencia de clase.
• Para los entrevistados, los sentimientos que genera la pobreza son sufrimien-
to, amargura, impotencia, rebeldía, dolor, tristeza y humillación, entre otros,
lo que impulsaría a las personas a actuar con violencia, esgrimiéndose como
argumentos para justificar el uso de la misma. Lo expuesto pone de realce la
necesidad de continuar incentivando compromisos nacionales para impulsar
la justicia social, reducir sustancialmente la pobreza, mejorar la calidad de
vida de los bolivianos y bolivianas y apoyar iniciativas de desarrollo econó-
mico productivo con enfoque de economía solidaria y comercio justo que
incluyan la noción de sostenibilidad ambiental.
Conclusiones 321
Poder, política y conflictos
• El poder como fuente de conflicto y generador de actos de violencia fue una
idea sostenida que expresaron quienes participaron de la investigación, rela-
cionándolo, en la mayoría de los casos, con la política. Las representaciones
sobre ambos conceptos fueron, así, predominantemente negativas, salvo ex-
cepciones sobre el poder de algunas personas en la ciudad de Santa Cruz,
San Julián, Monteagudo, Santiago de Huari, Quillacas y Oruro, entre otros
posibles, donde se expresaron ideas neutrales (asociación con autoridad, go-
bierno) y, en algunos casos específicos, incluso positivas (instrumento para
generar unión, respeto, trabajo conjunto).
• Si bien este imaginario negativo estuvo presente en todos los lugares donde
se desarrolló el estudio, se manifestó con mayor insistencia en municipios
de los departamentos de Tarija, Chuquisaca, Santa Cruz, Beni y Pando.
Con los matices propios de cada lugar, fue muy frecuente la mención a la
polarización política entre el partido de gobierno y la oposición, que se ha
instalado también en la sociedad. Esto genera, de acuerdo con los entrevis-
tados, tensiones sociales empapadas de intolerancia y actitudes autoritarias
que repercuten en el ejercicio pleno de derechos, ocasionando permanentes
conflictos y violencia.
• Las percepciones negativas del poder y la política pueden estar relacionadas
con el inadecuado uso que se ha hecho de ambos a lo largo de la historia
nacional, llegando a desvirtuarlos. Estas malas prácticas han sido ilustra-
das por los entrevistados como prebendalismo, corrupción, enriquecimiento
personal en detrimento de los intereses sociales, entre otros. El riesgo es que
tales visiones posteriormente pueden guiar actitudes, comportamientos y ac-
ciones negativas en el ejercicio de la política y del poder por parte de quienes
en un principio las criticaron, alimentando y consolidando una cultura de
la violencia.
• Poder y política, en sí mismos, no son positivos ni negativos, es decir que
su adecuada implementación puede ser un motor de transformación cons-
tructiva de realidades sociales, o, por el contrario, su mal uso/abuso puede
tener consecuencias negativas para la sociedad. Al respecto, la Fundación
UNIR Bolivia considera que es importante relacionar el poder y la política
2 Fundación UNIR Bolivia, Manifiesto. Cultura de Paz: armonía entre amor y poder (septiembre de 2012).
Conclusiones 323
dado que conflicto no equivale a violencia; se trata más bien de un elemento
inherente a las relaciones humanas que puede ser un generador de cambio
dependiendo de cómo sea administrado. Sin embargo, la multiplicación de
los conflictos puede dar lugar también a la erosión del tejido social, más aún
cuando éstos derivan en violencia, por lo que resulta imprescindible su ade-
cuada gestión.
• En tierras altas se mencionó con mayor énfasis que los conflictos están ligados
al campo de la reproducción social, es decir a aquel relacionado con la bús-
queda de mejora de la calidad de vida de las personas. Las controversias por
recursos naturales (entre diferentes comunidades/municipios, pero también
en el interior de los mismos) fueron abordadas con frecuencia en esta macro-
región, las cuales se encuentran íntimamente ligadas con conflictos por lími-
tes territoriales. En algunos municipios de tierras intermedias y bajas se hizo
mayormente referencia a conflictos políticos, algunos de ellos vinculados con
la institucionalidad estatal inaugurada a partir de la nueva Constitución Polí-
tica del Estado. Por ejemplo, se mencionaron dificultades en la elaboración de
las cartas orgánicas de algunos municipios o protestas en demanda de leyes al
nivel estatal intermedio a partir de competencias recientemente adquiridas.
• Los testimonios de los entrevistados evidencian el impacto que han tenido,
en los imaginarios sobre la violencia, determinados conflictos. Dos ejemplos
que ilustran esta afirmación son las controversias limítrofes entre algunas
localidades (como Coroma y Quillacas o Santiago de Huari) y los hechos
de septiembre de 2008 en el departamento de Pando. En tales casos, las re-
presentaciones del conflicto y de la violencia en general están determinadas
por la vivencia particular que tuvo la población. Es decir, para las personas
entrevistadas en municipios con pugnas de límites territoriales, la violencia es
sinónimo de avasallamiento, de irrupción externa; equivale a “problema de
límites”, “propiedad de recursos naturales”, y la paz sería simplemente la so-
lución de dicho conflicto. En relación con lo último y retomando lo expresado
en el marco teórico, es posible advertir que en estas localidades se maneja una
idea de paz negativa, que la restringe a la ausencia de conflicto y no analiza
las causas estructurales del mismo, no se enfoca en la gestión que llevaría a
transformarlo ni contempla las múltiples dimensiones que un concepto in-
Conclusiones 325
del eje, en particular La Paz. Inversamente puede ocurrir que, para quienes
habitan en los núcleos geográficos del quehacer político, la cotidianidad de la
conflictividad esté llevando a que ésta se naturalice. Estos importantes temas
deberían ser analizados con mayor profundidad en futuras investigaciones.
• La idea de la violencia como motor de cambio político estuvo presente en
prácticamente todos los lugares donde se desarrolló la investigación, aunque
quizás el mayor énfasis se percibió en los municipios cochabambinos. Se in-
dicó que, de no ser por hechos violentos ocurridos en la historia nacional, no
se habría alcanzado logros importantes. Como se apuntó en el marco teórico,
existen autores que sostienen dicho argumento. Al respecto y haciendo re-
ferencia a lo ocurrido en octubre de 2003 en Bolivia, se puede señalar que,
si bien hubo violencia, la misma pudo haberse profundizado y desbordado,
llegando incluso a una guerra civil. Por el contrario, se logró detenerla, y
posteriormente los conflictos se canalizaron de manera democrática, sin que
esto haya implicado que los cambios que se estaban gestando se contengan.
Así, se puede mostrar la efectividad de los métodos dialógicos, que permiten
evitar una violencia permisiva que viole los derechos humanos y que puede
representar grandes retrocesos socioeconómicos. Retomando lo señalado por
Arendt, la violencia no es un medio para lograr transformaciones pues sus re-
sultados son de corto plazo, dando lugar a una espiral creciente que convierte
a la sociedad en un mundo cada vez más enfrentado y cruento, como podría
demostrarse a través de los relatos sobre los hechos de Pando.
• Además de las secuelas psicológicas, entre otras de las consecuencias de los
conflictos sociopolíticos, se mencionó la incidencia en la economía de deter-
minadas zonas, dado que éstos ahuyentan posibilidades de ejecutar proyectos
de desarrollo que favorezcan a la población. Los participantes expresaron que
la violencia genera sentimientos y conductas negativas como el dolor, trau-
mas que provocan timidez y baja autoestima, sobre todo si las agresiones co-
mienzan en la niñez. Asimismo, surgen sentimientos de miedo, sufrimiento,
humillación, vergüenza, impotencia, desesperación, inseguridad y malestar;
su acumulación motivaría la reproducción de la violencia.
Conclusiones 327
• Las discriminaciones generacionales, por opción sexual, la ejercida contra
personas con capacidades diferentes fueron excepcionalmente abordadas por
las personas que participaron de la investigación. La discriminación contra
otros grupos, como el de las trabajadoras del hogar y personas con VIH-Sida,
no fueron mencionadas. Ello no quiere decir que estos tipos de discriminación
sean menos intensos o se presenten en la vida cotidiana con menor frecuencia
que los otros que sí han sido señalados con recurrencia; por el contrario, exis-
ten estudios que demuestran el grado de arraigamiento que éstos tienen en la
sociedad. Lo que queda claro es que la visibilización de estas problemáticas es
insuficiente, ya sea porque se consideran temas tabú o porque algunas formas
de discriminación se encuentran tan ancladas en la cultura que se consideran
normales y naturales. En consecuencia, un primer paso para la superación
de las diferentes formas de discriminación es su explicitación, responsabilidad
que recae en una multiplicidad de actores del ámbito público y privado.
• Si bien en ciertas ocasiones algún tipo de discriminación se puede identi-
ficar con mayor claridad que otros, es importante mencionar que las dis-
tintas formas están frecuentemente interrelacionadas y pueden manifestarse
simultáneamente. Por ejemplo, una persona por ser mujer, pobre, indígena
y joven es múltiplemente discriminada, por motivos de género, clase, etnia y
generación.
• La migración interna fue un tema recurrente en varias de las localidades
incluidas en el estudio. Entre otros elementos, se hizo referencia a las causas
de dicho fenómeno (desempleo, búsqueda de mejores condiciones de vida, así
como migraciones forzadas) y a los que se consideran sus efectos, poniendo
en evidencia los imaginarios negativos sobre la misma. En algunas comuni-
dades rurales fue considerada sinónimo de avasallamiento, mientras que en
las ciudades se la asoció con un crecimiento urbano desordenado que acarrea
inseguridad, entre otros problemas. Estas percepciones dan lugar a una serie
de tensiones sociales y a comportamientos como la discriminación, elemento
que también fue mencionado por los participantes.
• En este contexto resulta necesario apuntar que la migración no debe abordarse
a partir de la dicotomía bueno/malo, sino que el enfoque precisa centrarse en
el análisis de la complejidad de elementos que esta temática involucra, propósi-
Conclusiones 329
tablecer momentos para la canalización de las emociones, trabajar conceptos
flexibles de la identidad propia y la colectiva poniendo énfasis en las similitu-
des (y no así en las diferencias), promover espacios de diálogo, escucha activa
y reconocimiento del otro. Se requiere incentivar también la comprensión de
las causas de fondo de los conflictos y la búsqueda de necesidades comunes
entre grupos, así como encontrar soluciones creativas a los problemas.3 La
educación, que juega un rol fundamental, fue abordada reiterativamente por
quienes participaron de las entrevistas y grupos focales del estudio, tema que
se retoma más adelante.
Conclusiones 331
fue uno de los principales argumentos esgrimidos por quienes justifican prác-
ticas como el linchamiento.
• A pesar de la significación negativa que se le atribuyó al linchamiento, algu-
nos de los entrevistados justificaron su uso, considerándolo un mecanismo de
defensa ante la inseguridad ciudadana, así como una táctica de amedrenta-
miento hacia aquellas personas que intenten cometer actos delictivos.
• Otra forma de contrarrestar la inseguridad y regular la convivencia recono-
cida por los participantes del estudio, fue la justicia comunitaria. En muchos
de los casos ésta se asoció a las normas establecidas en las comunidades que
regulan los actos delictuosos. Sin embargo, sigue predominando la represen-
tación de que justicia comunitaria y linchamiento son equivalentes. A pesar
de los avances existentes en cuanto a investigación e información acerca de
la primera, se hace manifiesta la necesidad de seguir trabajando en la difu-
sión de la diferencia y alcances de cada uno de ellos. Del mismo modo, es
indispensable reconocer la importancia de la justicia comunitaria como un
mecanismo de regulación y gestión de los conflictos, también expresada por
los entrevistados.
Conclusiones 333
ducir los procesos sociales hacia la paz o hacia la violencia “como uno de los
participantes expresó, en concordancia con lo que también señala la teoría
del liderazgo político”, la complejidad de tales tareas exige la concurrencia de
una multiplicidad de actores, además de los públicos.
• Algunos participantes destacaron la importancia y la necesidad de conocer
y aprender de las prácticas indígenas, originarias y afrobolivianas sobre el
manejo de conflictos y la construcción de paz. Miembros de estos pueblos
indicaron que recurren al diálogo, la deliberación y a la escucha activa del
otro como forma de resolución de controversias (guaraníes, ayoreos y afro-
bolivianos); promueven la solidaridad (ayoreos y tierras altas); expresan sus
sentimientos, pero pensando siempre en el otro (guaraníes); rescatan conti-
nuamente principios y valores que tradicionalmente tiene su cultura (tierras
altas y ayoreos). En más de una oportunidad se mencionó que el contacto con
la naturaleza los invita a ser pacíficos (esse ejja) y que los espacios de relacio-
namiento social como las fiestas coadyuvan a la construcción de paz (afro-
bolivianos y guaraníes). Estos temas merecen ser profundizados y abordados
en próximas investigaciones en las que, además, se balancee la posibilidad de
aplicación de tales herramientas en contextos diferentes.
• En general, las personas entrevistadas en todo el país identificaron a los me-
dios de comunicación como principales transmisores de violencia, argumen-
tando que no cuidan los contenidos que divulgan porque su prioridad es el
rating, replican prácticas foráneas no pacíficas (idea recurrente en tierras altas)
y facilitan la pérdida de valores en la sociedad boliviana. Desde una perspec-
tiva más sociopolítica se indicó también que éstos tergiversan la información
y favorecen la radicalización de los conflictos. A pesar de ello, en algunos
casos se señaló que los medios pueden tener un rol constructivo sumamente
relevante, por ejemplo en lo que respecta a la pacificación de los conflictos so-
ciales que permanentemente tienen lugar en el país. Por otro lado, se apuntó
que es tarea de los medios mostrar más noticias constructivas y no concen-
trarse tanto en lo negativo y en la violencia. Precisamente ésta es una de las
medidas concretas que plantean los especialistas: visibilizar los procesos de
negociación y de diálogo, así como los esfuerzos que hacen diferentes sectores
para construir una cultura de paz. Es necesario promover que los medios de
Conclusiones 335
sectores y grupos de la sociedad, propuesta retomada del método “Acción
sin daño”4. Con respecto a los primeros, se trata de visualizar cuáles son los
sistemas e instituciones que convocan al respeto, la tolerancia y la paz; las
actitudes y acciones constructivas; los valores e intereses compartidos; las ex-
periencias comunes, los símbolos y celebraciones. En cuanto a los divisores, es
reconocer los sistemas o instituciones que reproducen la violencia estructural,
cultural y/o directa; las actitudes y acciones no constructivas y los valores,
intereses y experiencias diferentes. En la presente investigación se han siste-
matizado los principales conectores y divisores encontrados en los testimonios
de las personas entrevistadas, presentados en detalle en el anexo 1.
• En síntesis, la paz no es sinónimo de eliminación de los conflictos ni de ausen-
cia de problemas; esto sería en todo caso imposible dado que éstos sí son inhe-
rentes a las relaciones humanas. Sin embargo, sí es posible trabajar en que los
conflictos no deriven en violencia (paz directa), avanzar hacia la construcción
de una sociedad más justa y equitativa en términos socioeconómicos (paz
estructural), en la que se reconozcan, respeten y valoren las diferencias étni-
co culturales, generacionales, de género, de opción sexual, entre otras, y se
construyan valores mínimos compartidos (paz cultural). Para ello, es también
necesario trabajar en el reemplazo paulatino de la cultura de la violencia por
la cultura de paz. Esto requiere la conformación de una red nacional de ins-
tituciones públicas y privadas, organizaciones sociales y personas clave en las
diferentes regiones del país que trabajen en la consecución de tales objetivos.
• Si bien este proceso puede ser largo y complejo, es relevante insistir en que, al
igual que la violencia, la paz es una construcción social, algo que se aprende
y que, por tanto, sí es posible.
4 Programa de Naciones Unidas (PNUD), Acción sin daño como aporte a la construcción de paz: propuesta para la
práctica [en línea]; ed. Armonía Impresores, Colombia, 2011 [Fecha de consulta: febrero 2013). Disponible
en: http://www.undp.org/content/dam/undp/documents/projects/COL/00058220/LIBRO%2
Accion% 20sin%20dano%20FINAL.pdf
Alemany Briz, J.M., Paz [en línea], Fundación seminario de investigación para la paz, Espa-
ña, s/f., p.2 [fecha de consulta: octubre de 2012]. Disponible en: http://www.seipaz.org/
documentos/2006JMAPaz.pdf
Aramayo, Fernando, Construyendo paz en el aula: guía de actividades para la incorporación del enfoque de
cultura cívica de paz; PADEP-GTZ, La Paz, 2008, p. 7.
Araníbar, Antonio y Daniel Mejía, “Villamontes: un enclave productivo de gas en los 90”. En:
Informe sobre Desarrollo Humano en Bolivia, PNUD, La Paz, 2005, p. 159.
Araya, Sandra, Las Representaciones Sociales: ejes teóricos para su discusión. Cuaderno de Ciencias
Sociales Nº 127, FLACSO, Costa Rica, 2002, p. 13.
Aróstegui, Julio, Violencia, sociedad y política: la definición de la violencia. Revista Ayer Nº 13, “Vio-
lencia y Política en España”, España, 1994, pp. 24-26 [fecha de consulta: septiembre
2012]. Disponible en: http://www.ahistcon.org/docs/ayer/ayer13_02.pdf
Blithz, Lozada, Michel Foucault: el sujeto, la modernidad y la historia. Instituto de Estudios Bolivia-
nos, La Paz, 2009, pp. 213-214.
Cadarso, Pedro y Luis Lorenzo, Fundamentos teóricos del conflicto social, Siglo XXI Editores, Es-
paña, 2001.
Bibliografía 339
Camacho, Carlos, Entre el Etnocidio y la Extinción. Pueblos Indígenas aislados, en contacto inicial e
intermitente en las tierras bajas, ed. IWGIA, 2010, p. 27.
Carrasco, Mauricio “Mbia Recuate y Carapuyo, golpeadas por la mortalidad materno infan-
til” [en línea], periódico Cambio, La Paz, 2011 [fecha de consulta: abril de 2012]. Disponi-
ble en: http://www.cambio.bo/reportaje/20111023/mbia_recuate_y_caripuyo,_golpea-
das__por_la_mortalidad_materno_infantil_56989.htm
Caviglia, Franco, Una aproximación pura a la violencia [en línea], Sociedad Iberoamericana de
Violentología, Buenos Aires, Argentina, 2010 [fecha de consulta: septiembre de 2012].
Disponible en: http://www.violentologia.org/capitulo1_francocaviglia.html
CIDEBENI, Diagnóstico Municipal Consolidado - Riberalta 2009 [en línea], Beni, diciembre de
2009, pp. 50-51. Disponible en: http://www.slideshare.net/doctora_edilicia/pdm-riberalta
Comins, Irene, Antropología filosófica para la Paz: una revisión crítica de la disciplina. Revista de Paz
y Conflictos Nº 1 [en línea] 2008. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/
ArtPdfRed.jsp?iCve=205016386004
Centro de estudios para el desarrollo laboral y agrario, La Paz ocupa el cuarto puesto en materia
de Desarrollo Humano [en línea]. Publicado en cedla.org, La Paz, 2010 [fecha de consulta:
abril 2012]. Disponible en: http://www.cedla.org/content/1502
Centro Cuarto Intermedio, 11 de Enero ¿Cochabamba a la deriva?, ed. Centro Cuarto Intermedio,
Cochabamba, 2007.
CIDEM, Más que cifras una realidad. Reporte Estadístico de Violencia contra las Mujeres No. 9. Da-
tos quinquenales 2007-2011 [en línea], Conexión Fondo de Emancipación, La Paz, 2012.
Disponible en: http://www.scribd.com/fullscreen/93161821?access_key=key-15iwmue-
mtt89k7uw8cp9
CIPCA, Guaraníes de Chuquisaca se movilizan para ejercer ciudadanía [en línea], CIPCA Noticias,
Monteagudo, 2004. Disponible en: http://www.cipca.org.bo/index.php?option=com_co
ntent&view=article&id=658&catid=81&Itemid=121
Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal. Programa de capacitación y formación pro-
fesional en Derechos Humanos [en línea], México, 2001. Disponible en: http://directorio.cd-
hdf.org.mx/transparencia/2012/fc_XX/guias_pfcpdh_2011/fase_especializacion.pdf
Entrevista a Denise Jodelet, realizada el 24 de octubre de 2002 por Óscar Rodríguez Cerda.
En: Revista Relaciones: Estudios de Historia y Sociedad, Nº 93, vol. XXIV, México, invierno de
2003, p. 117.
El Día, “El drama de salirse de una pandilla” [en línea], Santa Cruz, septiembre de 2010
[fecha de consulta: abril de 2012]. Disponible en: http://www.eldia.com.bo/index.
php?cat=1&pla=3&id_articulo=42202
Fernández, Juan Manuel, La noción de la violencia simbólica en la obra de Pierre Bourdieu. Cuadernos
de Trabajo Social. Vol. 18. Universidad Complutense de Madrid, 2005, p. 12.
Fisas, Vicenç, Un poco de historia sobre la resolución de conflictos y la investigación sobre la paz. Escola de
Cultura de Pau, España, s/f. Disponible en: http://escolapau.uab.cat/img/programas/
cultura/historia_investigacion_paz.pdf.
----. Una cultura de paz. Cultura de paz y gestión de conflictos, ICARIA/UNESCO, Barcelona,
1998, p. 2.
Freud, Sigmund. Psicología de las masas: Más allá del principio del placer; El porvenir de una ilusión.
Madrid: Club Internacional del Libro, 1984, p. 207 p.
Flores, Fernando, Indígenas Pacahuaras optan por el suicidio étnico [en línea], Valle Press, Riberal-
ta, 2011 [fecha de consulta: abril de 2012]. Disponible en: http://www.bolivia-riberalta.
com/blog.php/?p=7917
Fundación Tierra, Campesinos Indígena Originarios sin existencia legal. Resultados de la Encuesta de
Indocumentación Chuquisaca y Potosí, ed. Fundación Tierra - Región Valles, Sucre, 2009, pp.
20-21.
Fundación Tierra, “Pando sufre impacto de la migración con escasez de agua y electricidad”
[en línea], El Deber, Santa Cruz, 2010 [fecha de consulta: abril de 2012]. Disponible en:
http://www.ftierra.org/ft/index.php?option=com_content&view=article&id=3064:rair
&catid=98:noticias&Itemid=243
Fundación UNIR Bolivia. Separata Construir cultura de paz: una necesidad en Bolivia, La Paz,
Bolivia, 2010, p. 5.
----. Manifiesto. Cultura de Paz: armonía entre amor y poder (septiembre de 2012).
Bibliografía 341
Galtung, Johan, Tras la violencia, 3 R: reconstrucción, reconciliación, resolución. Afrontando los efectos
visibles e invisibles de la guerra y la violencia, Bakeaz, España, 1998.
Giménez, Gilberto, Teoría y Análisis de la cultura. Vol I y II, Centro Cultural Coahuilense, Mé-
xico, 2005.
Gobierno Municipal del Municipio de Potosí, Diagnóstico previo Plan de Desarrollo Municipal 2007-
2011 [en línea], Apoyo al Desarrollo Económico Sostenible en Áreas Mineras empobre-
cidas del occidente de Bolivia (APEMIN II), Programa No BOL/AIDCO/2002/0467,
Unión Europea [fecha de consulta: marzo de 2012], pp. 5-10. Disponible en: ttp://www.
apemin.eu/Plantillas/Pag_General.htm
Gobierno Municipal de Llallagua, Plan de Desarrollo Municipal 2008-2012 [en línea] Apoyo al
Desarrollo Económico Sostenible en Áreas Mineras empobrecidas del occidente de Bolivia
(APEMIN II), Programa No BOL/AIDCO/2002/0467, Unión Europea [fecha de consulta:
marzo de 2012], p. 23. Disponible en: http://www.apemin.eu/Plantillas/Pag_General.htm
Gonzales, Luis Armando y Carmen Elena Villacorta, “Aproximación teórica a la violencia” [en
línea], Revista de Estudios Centroamericanos (ECA) Nº 599, El Salvador, 1998, [fecha de consulta:
octubre de 2012]. Disponible en: http://www.uca.edu.sv/publica/eca/599art4.html
Grasa, Rafael. Derechos Humanos y Cultura de Paz [en línea]. Instituto Catalán Internacional
para La Paz, España, 2011 [fecha de consulta: septiembre de 2012]. Disponible en:
http://132.247.1.49/pronaledh/index.php?option=com_content&view=article&id=16
8&Itemid=141
Hobbes, Leviatán. De la condición natural del género humano, en lo que concierne a su felicidad y miseria [en
línea], Fragmentos y textos, España, 1980 [fecha de consulta: octubre de 2012]. Disponible
en: http://www.webdianoia.com/moderna/hobbes/textos/hobbes_text_nat.htm
Honorable Alcaldía Municipal de Huanuni, Ajuste de Plan de Desarrollo Municipal del Municipio
de Huanuni, gestión 2009 -2013 [en línea], Apoyo al Desarrollo Económico Sostenible en
Áreas Mineras empobrecidas del occidente de Bolivia (APEMIN II), Programa No BOL/
AIDCO/2002/0467, Unión Europea [fecha de consulta: marzo de 2012], p. 37. Dispo-
nible en: http://www.apemin.eu/Plantillas/Pag_General.htm
Imbert, Gerard, Los escenarios de la violencia, ed. ICARIA S.A., Barcelona, 1992.
Lidema, Informe del estado ambiental del departamento de Beni 2009. Serie de investigación de estado
ambiental; ed. Liga de Defensa del Medio Ambiente LIDEMA y CIDEBENI, La Paz,
2011, pp. 7-10.
Lederach, John Paul. La imaginación moral. El arte y el alma de construir la paz; ed. Norma, 2008,
p. 59.
Bibliografía 343
Moreno Valdivia, Antonio Edgar. “Violencia e inseguridad en la ciudad de El Alto” [en
línea]. En: Temas Sociales No. 31, pp. 117-140, La Paz, 2011 [fecha de consulta: marzo de
2012]. Disponible en: http://www.revistasbolivianas.org.bo/pdf/rts/n31/a05.pdf
Morillas Martin, José Manuel, “Manual de paz y conflictos”, en Rueda Molina, Beatriz,
Francisco Muñoz (coord.), Qué es la violencia, España, Instituto de la paz y los conflictos,
2004, pp. 225-248.
Opinión, “La castaña dinamiza la economía de Riberalta” [en línea], Cochabamba, s/f. [fecha
de consulta: abril 2012]. Disponible en: http://www.amazonia.bo/amazonia_bo.php/
swf/diccionario/amazonia_bo.php?id_contenido=2562&opcion=detalle_not
Organización de los Estados Americanos (OEA), Informe de la Organización de los Estados Ame-
ricanos (OEA) sobre los hechos de febrero del 2003 en Bolivia [en línea]; Secretaría General de la
OEA, mayo, 2003 [fecha de consulta: marzo de 2012]. Disponible en: http://www.oas.
org/OASpage/esp/Documentos/InfBO-051203.htm
P.C.A Ingenieros Constructores S.A., Estudio de evaluación social y elaboración de un plan para los
pueblos indígenas de la zona del proyecto “Ixiamas-San Buenaventura” [en línea], Administradora
Boliviana de Carreteras, febrero, 2011 [fecha de consulta: marzo de 2012]. Disponible en:
http://www.abc.gob.bo/IMG/pdf/ES_version_final_feb_2011.pdf
Pelligrini-Vélez, Laurentino. “En torno a la violencia. Entrevista a Michel Wieviorka” [en lí-
nea], Revista El Viejo Topo Nº 222-223, julio de 2006 [fecha de consulta: febrero de 2013],
pp. 59-65. Disponible en: http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=1181988
Platt, Thomas, “La violencia como concepto descriptivo y polémico”, Pensar la violen-
cia. Nº 132. Revista Internacional de Ciencias Sociales, UNESCO, España, 1992, pp. 173-
179 [fecha de consulta: octubre de 2012]. Disponible en: http://unesdoc.unesco.org/
images/0009/000915/091531so.pdf
Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB), Bolivia: nivel de pobreza por departamento
[en línea], Periódico Digital de Investigación sobre Bolivia, 2013 [fecha de consulta: enero de
2013]. Disponible en: http://www.pieb.com.bo/sipieb_estadistica.php?idn=6750
PNUD, La economía más allá del gas, Informe de Desarrollo Humano, octubre de 2005, La Paz,
p. 92.
PNUD/UNOPS, Pueblos Indígenas de la Amazonia de Bolivia [en línea], Proyectos RLA 92/G31,
32 y 33 (Cooperación Amazónica), Lima, 1997 [fecha de consulta: abril de 2012]. Dispo-
nible en: http://www.otca.org.br/publicacao/SPT-TCA-PER-SN-indigenasBolivia.pdf
Programa de Naciones Unidas (PNUD), Acción sin daño como aporte a la construcción de paz: pro-
puesta para la práctica [en línea]; ed. Armonía Impresores, Colombia, 2011 [fecha de con-
sulta: febrero de 2013). Disponible en: http://www.undp.org/content/dam/undp/docu-
ments/projects/COL/00058220/LIBRO%20Accion%20sin%20dano%20FINAL.pdf
Revollo, Melissa, Quillacollo una ciudad industrial que crece [en línea], Opinión, Cochabamba, 12
de septiembre de 2011. Disponible en: http://www.opinion.com.bo/opinion/articu-
los/2011/0912/noticias.php?id=25054
Rivera, Silvia, Violencias (re) encubiertas en Bolivia, ed. Piedra Rota, La Paz, 2010, p. 239.
----. Oprimidos pero no vencidos. Luchas del Campesinado aymara y quechwa 1900-1980, ed. HISBOL,
La Paz, 2010, p. 157.
----. “Apuntes para una historia de luchas campesinas en Bolivia (1900-1978)”. En: Historia
Política de los Campesinos Latinoamericanos. Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia y Paraguay,
Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM; Siglo Veintiuno Editores S.A., México,
1985, pp. 191-192.
Rivero, Wigberto, Yuqui [en línea], Pueblos Indígenas de Bolivia [fecha de consulta: abril de
2012]. Disponible en: http://www.amazonia.bo/pueblos.php
Sánchez, Arminda, Adriana Andia y Meleny Blanco, El aprendizaje de jóvenes y adultos yuracarés
del Trópico de Cochabamba Bolivia, Voserdem-Crefal, Cochabamba, 2009, p. 16.
Bibliografía 345
Spedding, Alison. “Los Yungas y el norte de La Paz: cocaleros, colonizadores y afrobolivia-
nos”. En: Serie de investigaciones sobre identidad en las regiones de Bolivia - Altiplano. Fundación
UNIR Bolivia, La Paz, 2009, pp. 446.
Sponsel, Leslie E. (1996), “The Natural History of Peace: The positive View of Human
Nature and Its Potential” en Gregor, Thomas A., Natural History of Peace. Nashville. Van-
derbilt University Press.
UDAPE y el Sistema de Naciones Unidas para el Desarrollo en Bolivia, El camino hacia el desa-
rrollo en Bolivia, Boletín sobre el estado de situación social boliviana, 2011. Disponible en: http://
idh.pnud.bo/administrator/files_usr//i61Boletin%20BOLIVIA_2011.pdf
----. El camino hacia el desarrollo en La Paz, Boletín sobre el estado de situación social en el depar-
tamento, 2011 [fecha de consulta: enero de 2013]. Disponible en: http://idh.pnud.bo/
administrator/files_usr//i89Boletin%20LA%20PAZ_2011.pdf
----. El camino hacia el desarrollo en Oruro, Boletín sobre el estado de situación social en el depar-
tamento, 2011 [fecha de consulta: enero de 2013]. Disponible en: http://idh.pnud.bo/
administrator/files_usr//i35Boletin%20ORURO_2011.pdf
----. El camino hacia el desarrollo en Potosí, Boletín sobre el estado de situación social en el depar-
tamento, 2011 [fecha de consulta: enero de 2013]. Disponible en: http://idh.pnud.bo/
administrator/files_usr//i78Boletin%20POTOSI_2011.pdf
----. El camino hacia el desarrollo en Santa Cruz, Boletín sobre el estado de situación social en el
departamento, 2011 [fecha de consulta: enero de 2013]. Disponible en: http://idh.pnud.
bo/administrator/files_usr//i5Boletin%20S%20Cruz_2011.pdf
----. El camino hacia el desarrollo en Beni Boletín sobre el estado de situación social en el depar-
tamento, 2011 [fecha de consulta: enero de 2013]. Disponible en: http://idh.pnud.bo/
administrator/files_usr//i64Boletin%20BENI_2011.pdf
----. El camino hacia el desarrollo en Pando, Boletín sobre el estado de situación social en el depar-
tamento, 2011 [fecha de consulta: enero de 2013]. Disponible en: http://idh.pnud.bo/
administrator/files_usr//i46Boletin%20PANDO_2011.pdfhttp://idh.pnud.bo/admi-
nistrator/files_usr//i64Boletin%20BENI_2011.pdf
UNESCO, Unidad de Cultura de Paz, El Manifiesto de Sevilla [En línea], París, 1989. Disponi-
ble en: http://www.unesco.org/cpp/sp/declaraciones/sevilla.htm
Von Vacano, Pablo y Osvaldo Nina, La Dinámica del Sector de la Castaña en Bolivia y su Impacto
sobre la Pobreza, Grupo Integral S.R.L., La Paz, 2008, p. 4.
Yañez, Ernesto, Estudios de aproximación a la pobreza y distribución del ingreso: municipios del norte de
Potosí; GTZ/PADEP, Programa de Apoyo a la Planificación y Gestión Participativa Mu-
nicipal, La Paz, 2002.
Zárate, Caty Luz, Aportes para la construcción de paz en la escuela: sistematización de la experiencia del
proceso Cultura Cívica de Paz en Llallagua y Tarija Fase I y Fase II, PADEP-GTZ, 2009, p. 25.
Bibliografía 347
ANEXOS
Anexo 1
Conectores y Divisores
Entre los supuestos más importantes del concepto Do no Harm (No hacer daño) se
establece que en todas las situaciones de confl icto violento o guerra existen factores
que vinculan a aquellas personas que se hallan enfrentadas, y se los ha denominado
conectores o capacidades locales de paz. Del mismo modo, se destaca que en situaciones de
confl icto o guerra existen elementos que dividen y tensionan a las sociedades.
Empleando esta propuesta, uno de los propósitos de la investigación fue identi-
fi car aquellos conectores y divisores de modo que se pueda impulsar los primeros y
contribuir a superar los segundos. Esta labor resultó compleja, esencialmente por-
que, en el imaginario y en el discurso de las personas que participaron del estudio,
los divisores se encuentran más arraigados e internalizados que los conectores. Sin
embargo, en algunos casos los divisores se transforman en conectores pues articulan
demandas y reivindicaciones de sectores históricamente excluidos y marginados. Un
ejemplo de ello es la discriminación, la cual se identifi ca como un divisor en el tejido
social, mas puede convertirse en un conector de aquellos grupos o sectores que se
ven afectados por ella.
Por otra parte, un importante número de personas que participaron del estudio
consideran a instituciones como la Defensoría del Pueblo, Derechos Humanos, los
Servicios Legales Integrales Municipales (SLIM) y organizaciones no gubernamen-
tales que trabajan en las áreas de mediación y resolución de confl ictos, entidades
que exhortan al respeto de los derechos, la tolerancia y la transformación construc-
tiva de los confl ictos; por consiguiente, como posibles articuladoras del tejido social.
Del mismo modo se hizo referencia, especialmente en las localidades indígenas que
formaron parte del estudio, a la Asamblea como un importante espacio de toma de
decisión colectiva y de concertación.
Conclusiones 351
A pesar de las diferencias culturales, económicas, sociales y políticas existentes en-
tre las diferentes poblaciones que conforman el país, se pudo identificar nociones que
las interconectan: la solidaridad, el respeto, la libertad, la amistad, el compañerismo,
así como los valores espirituales y tradicionales.
Asimismo, hubo una importante coincidencia entre la mayoría de los participan-
tes en considerar a la fiesta otro conector, pues se reconoce como punto de encuentro
entre diversos, facilitando el acercamiento desde un relacionamiento horizontal y
permitiendo reducir las distancias sociales. También se distingue como espacio de
fortalecimiento y revaloración de la identidad local, regional e incluso nacional. Sin
embargo, para otros entrevistados, la fiesta, al estar acompañada por bebidas alco-
hólicas, sólo ocasionaría hechos violentos.
La situación de pobreza, así como el anhelo de mejorar la condición de vida y
lograr igualdad de oportunidades, se han convertido en elementos que conectan a
grupos de tierras altas y poblaciones indígenas de tierras bajas, principalmente. La
ausencia de instancias gubernamentales que promuevan el desarrollo de estas áreas
postergadas se ha identificado como un importante articulador de las exigencias de
estos sectores.
Un importante número de entrevistados, especialmente de tierras bajas, apuntó
al Gobierno Central como divisor, pues se lo considera responsable de las tensiones
y la descomposición social existente en el país. Así también se señaló a los medios de
comunicación como causantes de la exacerbación de los conflictos y de la manipu-
lación de la información, suscitándose de ese modo mayor fraccionamiento entre los
sectores ya polarizados. El patriarcado como sistema predominante fue otro divisor
mencionado con insistencia durante la investigación, tanto en tierras altas como in-
termedias y bajas.
Finalmente, se identificaron aquellas actitudes y acciones que generan división;
entre ellas destacan: la polarización política, la persecución política, actitudes funda-
mentalistas, la desconfianza y la intolerancia.
Departamento de La Paz
Municipio y/o Comunidad Entrevistado/a
Director de Asuntos Legales del Gobierno
Autónomo Departamental de La Paz
Director de Gobernabilidad del Gobierno Autónomo Mu-
nicipal de La Paz
La Paz Funcionario del Defensor del Pueblo
Representante máximo de CONAMAQ (Consejo Nacio-
nal de Ayllus y Markas del Qullasuyu
Representante de ADESPROC Libertad GLBT (Asocia-
ción Civil de Desarrollo Social y Promoción Cultural)
Secretario General del Gobierno Autónomo Municipal de
El Alto
Funcionaria de la Brigada Policial Femenina de El Alto
Representante de la Iglesia Católica - Cuerpo de Cristo
El Alto Representante de la Central Obrera Regional (COR) El
Alto
Presidenta de Juntas Vecinales de El Alto
Máximo ejecutivo de la Federación Universitaria de la Uni-
versidad Pública de El Alto (UPEA)
Secretario Ejecutivo
Tocaña Secretario de Justicia
Mujer de la tercera edad más antigua de Tocaña
Conclusiones 353
Alcalde del Gobierno Autónomo Municipal de Sanbuena-
ventura
San Buenaventura
Representante del Comité de Vigilancia
Analista político
Departamento de Oruro
Municipio y/o Comunidad Entrevistado/a
Secretario General del Gobierno Autónomo Departamen-
tal de Oruro
Oruro Secretario General del Gobierno Autónomo Municipal de
Oruro
Dirigente de Juntas Vecinales de Áreas Periurbanas
Abogada de la Defensoría de la Niñez
Huanuni Funcionaria de la Coordinadora de la Mujer
Secretario del Sindicato Minero de Huanuni
Alcalde del Gobierno Autónomo Municipal de Santiago
de Huari
Santiago de Huari
Corregidor
Gerente de la Cervecería Boliviana Nacional - Huari
Alcalde del Gobierno Autónomo Municipal de Quillacas
Comité Cívico de Quillacas
Quillacas Socia de la Asociación de Productores Originarios Santua-
rio de Quillacas (APRODESQUI) y ex Concejala de Qui-
llacas
Departamento de Potosí
Municipio y/o Comunidad Entrevistado/a
Responsable de atención ciudadana de la Defensoría del
Pueblo
Potosí Presidente del Comité Cívico
Secretaria Ejecutivo de la Federación Universitaria de la
Universidad Autónoma Tomás Frías
Grupos Focales
Tierras Altas
Departamento de La Paz
Municipio y/o Comunidad Grupo Focal
Personas de la tercera edad
Jóvenes de la zona Max Paredes
La Paz Estudiantes de Psicología de la Universidad Mayor de San
Andrés (UMSA)
Vecinos de la Zona Sur
Estudiantes de diversas carreras de la Universidad Pública
de El Alto (UPEA)
Micro prestatarios de la Fundación CRECER (zona Senka-
El Alto ta)
Mujeres de la organización Gregoria Apaza
Estudiantes de la Universidad Mayor de San Andrés
(UMSA) residentes en El Alto
Tocaña Población afroboliviana de Tocaña
Población Esse Ejja
San Buenaventura
Pobladores de San Buenaventura
Conclusiones 355
Departamento de Oruro
Municipio y/o Comunidad Entrevistado/a
Estudiantes de Post grado de la Universidad Técnica de
Oruro Oruro
Representantes de áreas periurbanas
Departamento de Potosí
Municipio y/o Comunidad Entrevistado/a
Mineros de Capasirca
Chuquiuta
Pobladores de Capasirca
Departamento de Cochabamba
Municipio y/o Comunidad Entrevistado/a
Funcionaria de la Defensoría del Pueblo
Representante de la Federación de Campesinos
Presidenta del Colectivo TLGB
(Transexual, Lésbico, Gay y Bisexual)
Cochabamba (Cercado)
Portavoz del Arzobispado
Sociólogo y analista político
Socióloga y analista política
Miembro de la organización Jóvenes Comunitarios
Concejala del Gobierno Autónomo Municipal de Quilla-
collo
Ex Alcalde y ex Concejal
Responsable de Servicios Legales Integrales Municipales
Quillacollo
(SLIM)
Psicóloga de SLIM y colaboradora de la Defensoría de la
Niñez y Adolescencia
Responsable del área de Conciliación Ciudadana
Conclusiones 357
Asambleísta departamental
Concejal suplentem del Gobierno Autónomo Municipal
de Villa Tunari
Oficial Mayor del Gobierno Autónomo Municipal de Villa
Tunari
Villa Tunari Concejal
Ex Concejal
Defensor del Pueblo
Suboficial conciliador
Funcionaria de SLIM
Párroco
Concejala del Gobierno Autónomo Municipal de Puerto
Villarroel
Funcionaria de SLIM
Puerto Villarroel Ex representante del Comité Cívico
Poblador indígena yuki
Habitante de Puerto Villarroel
Habitante de Puerto Villarroel
Departamento de Chuquisaca
Municipio y/o Comunidad Entrevistado/a
Responsable del área de Descolonización y Culturas del
Gobierno Autónomo Departamental de Chuquisaca
Ex Alcaldesa del Gobierno Autónomo Municipal de Sucre
Defensora del Pueblo
Ex Senador
Cabo de Policía de la Unidad Turística
Sucre Presidente de la Fundación Tréveris
Directora del Centro Juana Azurduy
Director del Instituto Politécnico Tomás Katari (IPTK)
Director de Radio La Plata
Docente de la Universidad San Francisco Xavier de Chu-
quisaca
Estudiante
Conclusiones 359
Departamento de Tarija
Municipio y/o Comunidad Entrevistado/a
Ex Diputado
Responsable de la Fundación AVINA-Bolivia
Periodista de Radio ACLO
Directora del Equipo de Comunicación Alternativa con
Tarija Cercado Mujeres (ECAM)
Director Ejecutivo del Instituto Interamericano de Coope-
ración para la Agricultura (IICA)
Organización Agua Sustentable
Representante de la Federación de Campesinos
Alcalde del Gobierno Autónomo Municipal de Entre Ríos
Párroco de la Iglesia
Funcionaria de SLIM
Conductoras del programa radial CENTIR
Experto del Centro de Estudios Regionales de Tarija (CER-
Entre Ríos DET)
Dirigente de la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG)
Director de Radio Abigail
Director del colegio Franz Tamayo
Mujer policía
Varón policía
Concejal
Funcionaria de SLIM
Presidenta de la Federación de Mujeres de los Barrios
Yacuiba
Capitán de Policía responsable de seguridad ciudadana
Dirigente gremial
Representante de Juntas Vecinales
Grupos Focales
Departamento de Cochabamba
Municipio y/o Comunidad Grupo Focal
Semilla de Mostaza (Arquidiócesis de Cochabamba)
Institucional (Derechos Humanos, Red TLGB, Plataforma
Cochabamba de la Mujer por la Ciudadanía y equidad, jefa del Servicio
Legal Integral de Cercado)
Estudiantes Universidad Mayor de San Simón
Conclusiones 361
Departamento de Chuquisaca
Municipio y/o Comunidad Grupo Focal
Fundación Acción Cultural Loyola (ACLO)
Institucional (Centro Juana Azurduy, Centro Sayariy War-
Sucre mi, Defensoría del Pueblo, ACLO, CONBOJUV)
Jóvenes de la Fundación Treveris
Estudiantes del colegio Sagrado Corazón
Tarabuco Estudiantes del colegio Aniceto Arce
Tomina Estudiantes del colegio 25 de Julio
Monteagudo Estudiantes del colegio Rebeca de la Vega
Departamento de Tarija
Municipio y/o Comunidad Grupo Focal
Grupo “Mujeres en acción”
Red de organizaciones juveniles
Tarija Cercado
Institucional (Mujeres en Acción, UCB, ECAM, Agua Sus-
tentable, Habitat)
Entre Ríos Mujeres y hombres de la Central Campesina
Organización de mujeres “Barrio Luz y Fuerza”
Yacuiba
Estudiantes del colegio Sagrado Corazón
Mujeres del lugar
Villamontes
Estudiantes del colegio Julio Grevaux
Conclusiones 363
Alcalde del Gobierno Autónomo Municipal de Camiri
Subalcalde de la Capitanía Kami
Ex Presidente de la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG)
Presidente de Comité de Vigilancia
Jefe del Comando de Policía de Cordillera
Camiri
Responsable de la Defensoría de Camiri
Decano de la Facultad Integral del Chaco
Consultor externo de oficina de Recursos Naturales y Me-
dio Ambiente de la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG)
Militante del Comité de Defensa del Río Parapetí Pozo 4
Sub gobernador
Alcalde Interino del Gobierno Autónomo Municipal de Ri-
beralta
Presidente de la Central Indígena de la Región Amazónica
Riberalta de Bolivia
Secretario General de la Cámara de Exportadores del Nor-
te
Gerente de la Unión Agroindustrial de Cañeros (UNA-
GRO)
Funcionario de Recursos Humanos de la Unión Agroindus-
trial de Cañeros (UNAGRO)
Alcalde del Gobierno Autónomo Municipal de Guayara-
merín
Concejala Municipal del Gobierno Autónomo Municipal
Guayaramerín
de Guayaramerín
Presidente de la Federación de Juntas Vecinales
Presidenta del Comité Cívico Femenino
Conclusiones 365
Asambleísta Departamental
Concejala del Gobierno Autónomo Municipal de San Ig-
nacio de Moxos
Presidenta del Territorio Indígena Moxeño Ignaciano
San Ignacio de Moxos (TIMI)
Responsable del proyecto de aprovechamiento sostenible
del motacú en el Territorio Indígena Moxeño Ignaciano
Presidente de la Federación de Juntas Vecinales
Presidenta de la Asociación de Mujeres Artesanas Lorenza
Congo
Departamento de Pando
Municipio y/o Comunidad Entrevistado/a
Presidente del Honorable Concejo Municipal del Gobier-
no Autónomo Municipal de Cobija
Coronel del Comando Conjunto de Cobija
Encargada de la Defensoría de la Niñez
Ejecutivo de la Federación Única y Campesina de Pando
Encargada de Asuntos de Género de la Central Obrera De-
partamental (COD)
Cobija
Ejecutivo Departamental de Fabriles
Trabajador representante del sindicato de una empresa del
lugar (se solicitó mantener en el anonimato a la empresa)
Integrante de la Organización de Líderes de Pando (agru-
pación de jóvenes formada alrededor del Comité Cívico)
Periodista
Líder universitario
Alcalde Municipal del Gobierno Autónomo Municipal de
Porvenir
Responsable de la Defensoría
Porvenir Presidente del Comité de Vigilancia
Ex corresponsal de FIDES
Profesora de nivel básico
Pobladora de Porvenir
2. GRUPOS FOCALES
Departamento de Santa Cruz
Municipio y/o Comunidad Grupo Focal
Delegados del Comité de Vigilancia de los Distritos 2, 7, 8
y 10
Santa Cruz Asociación de comunicadores
Estudiantes universitarios
Miembros de Radio Patria Nueva
Camiri Comunarios de Alto Camiri
Mujeres de asociación productiva capacitada por CARI-
San Julián TAS en Villa Paraíso
Miembros de la Comunidad El Fortín Libertad
Poza Verde Mujeres de la comunidad Poza Verde
Conclusiones 367
Estudiantes de la Unidad Educativa “Nocturno Beni”
Guayaramerín
Miembros de la Central Campesina de Guayaramerín
Miembros del Grupo de Mujeres Artesanas de Lorenza
San Ignacio de Moxos
Congo
Departamento de Pando
Municipio y/o Comunidad Grupo Focal
Periodistas de Cobija
Cobija
Miembros del Comité Cívico
Miembros del Concejo Municipal del Gobierno Autónomo
Porvenir
Municipal de Porvenir
Miembros del Concejo Municipal del Gobierno Autónomo
Filadelfia
Municipal de Filadelfia
Gonzalo Moreno Pobladores