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Departamento de Historia

Universidad de Santiago de Chile


Revista de Historia Social
y de las Mentalidades
Volumen 19, Nº 1, 2015: 181-187
Issn: 0717-5248

Fernando Pairicán Padilla


“Malón. La rebelión del movimiento mapuche 1990-2013”.
Santiago de Chile, Pehuén Editores, 2014, 420 págs.

El libro de Fernando Pairicán Padi- ción que esconde, su verdadero punto


lla “Malón, la rebelión del movimiento de inicio está radicado en el momento
mapuche. 1990-2013”, se constituye de la ocupación del territorio mapuche
como una obra compleja, con múltiples por el ejército chileno, a comienzo de
hipótesis y aspectos metodológicos la década de 1880. Así, el telón de fon-
que lo convierten en un texto singular. do de esta historia es la colonización
Surgido en un contexto histórico en de un territorio, el intento de extinguir
donde la llamada “cuestión mapuche” una cultura y de suprimir la identidad
ha generado una frondosa bibliografía, mapuche bajo el nombre genérico de la
“Malón” está llamado a convertirse en “chilenidad”. Aunque a muchos cues-
un referente básico para iniciar nue- te entender esta óptica –que el Estado
vas investigaciones. Ya sea porque se chileno y sus habitantes han someti-
compartan algunos de sus polémicos do e intentado hacer desaparecer a un
planteamientos o, por el contrario, no pueblo distinto a ellos- esta es la óptica
se esté de acuerdo con ellos, “Malón” general que Pairicán propone para en-
deja a la naciente historiografía mapu- tender “la rebelión del movimiento ma-
che un verdadero programa de investi- puche”. Es decir, el conflicto mapuche
gación, sobre el cual deberán volver el contemporáneo, como un capítulo más
propio autor y las nuevas generaciones de una larga historia de resistencia po-
de cientistas sociales interesados en es- lítica y cultural a la dominación coloni-
ta materia. zadora de los chilenos. A contrapelo de
Como su título lo señala, esta obra las tesis “integracionistas”, que apues-
se concentra en la trayectoria de las or- tan a la disolución del pueblo mapuche
ganizaciones mapuche desde el térmi- producto del mestizaje y la acultura-
no de la dictadura hasta nuestros días. ción con los chilenos, “Malón” apues-
Pero como parte de la compleja opera- ta por la continuidad de una más que
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centenaria resistencia. En el fondo, es- un proceso solo endógeno. Por ello se


ta obra puede ser comprendida como la resalta el papel que tuvieron durante la
reconstrucción de un episodio, el más década de 1980 los Centros Culturales
reciente, de la larga lucha por la auto- Mapuche y la agrupación AD-MA-
determinación del pueblo mapuche. PU, encabezada por José Santos Mil-
Si este primer planteamiento se in- lao, uno de los primeros en hablar de
clina por resaltar la conexión entre el que el objetivo final de la lucha de su
siglo XIX y el siglo XXI, el periodo pueblo no solo era la recuperación de
1990-2013, nos dice el autor, tiene un tierras, sino que la autodeterminación.
conjunto de particularidades históricas De esta manera, el autor destaca la im-
que están en la raíz de lo que denomina portancia de la militancia mapuche, las
como “segundo ciclo” del movimiento subjetividades de sus experiencias de
autodeterminista mapuche, que lo hace vida bajo el naciente Chile neoliberal,
muy distinto al anterior. Aquí se con- que conectadas con otras, generó una
jugan aspectos estructurales que cam- generación militante que cambiaría el
biaron el rostro productivo de Wallma- curso de la lucha por la autodetermina-
pu –la aplicación del modelo neoliberal ción mapuche.
durante la dictadura y la llegada de las Así, llegamos al segundo plantea-
compañías forestales a la región- con miento central de Malón, que señala
otros subjetivos, vivenciales, emana- que no ha existido una sola estrategia
dos de la voz de los propios protago- de lucha del movimiento autodetermi-
nistas de esta historia. Pairicán expli- nista mapuche. En efecto, desde el Con-
ca que la “experiencia” del despojo, sejo de Todas las Tierras y pasando por
siguiendo la clave historiográfica del la Coordinadora Arauco-Malleco y la
historiador británico E. P. Thompson, Identidad Territorial Lafkenche, entre
fue determinante para el resurgimiento otras, el autor reconstruye el origen y
del movimiento autodeterminista en la desarrollo de las dos vías predominan-
década de 1990. El andar a “pata pelá”, tes: una de corte más institucional, más
los kilómetros a pie para ir a la escue- dispuesta a la negociación con el Estado
la, las burlas “solo por ser indios” en la chileno y otra, más rupturista, reacia a
escuela….el percatarse de que se aver- la negociación y que reivindica formas
gonzaban caminar junto a su madre de lucha más radicales –violentas- pa-
mapuche, fueron algunas claves para el ra luchar por la autodeterminación. En
inicio de lo que el autor denomina la este sentido, “Malón” se convierte en
“mapuchización” de Wallmapu a fines una obra indispensable para cualquier
de los 80 y principios de los 90. Pero persona interesada en comprender el
como la “toma de conciencia” o recu- llamado “conflicto mapuche”, más allá
peración del “orgullo mapuche” -como de las caricaturizaciones de los medios
prefiere denominarlo Pairicán- no fue de comunicación ligados a los grandes

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grupos económicos nacionales e inter- acuerdos de Nueva Imperial, pactados


nacionales, directamente involucrados con la Concertación en 1989, fueron los
en la problemática. Ni terroristas, ni lo- gatilladores de la lucha mapuche. Pero
cos, ni delincuentes: militantes mapu- a lo largo de más de cien años de colo-
che que buscan la autodeterminación nización chilena, los mapuches pueden
de su pueblo. En el juicio personal de contar infinidad de hechos para estar
cada uno de los lectores quedará la de- indignados. La diferencia fue que, ha-
cisión de compartir tal o cual vía para cia fines de la década de 1990, afloró
lograr este objetivo. una nueva forma de hacer política en el
Con todo, el autor no evita las po- movimiento mapuche, que definió que
lémicas y a lo largo de las páginas de la violencia política debía formar parte
“Malon” queda claramente expuesta del repertorio de acción del movimien-
su evaluación histórica del papel que to. Fue un momento de quiebre histó-
han jugado ambas vías. En primer lu- rico, que está en la génesis del nuevo
gar, unas de las conclusiones más im- cuadro que hoy vive la cuestión mapu-
portantes que arroja esta obra es que che en Chile. La mapuchización de la
la vía rupturista, representada fun- que habla Pairicán, la recuperación del
damentalmente por la Coordinadora orgullo nacional mapuche, cristalizó
Arauco-Malleco, fue determinante de la mano de los nuevos konas y wei-
para el posicionamiento de la cuestión chafe, legítimos herederos de los gue-
mapuche en la agenda nacional. Sin el rreros ancestrales del pueblo mapuche.
accionar radical de los militantes de la Así, aunque pueda aparecer como
CAM, se desprende de “Malon”, el mo- políticamente incorrecto, el texto cons-
vimiento autodeterminista todavía no truye un relato convincente, minucioso
saldría de lo simbólico y cultural. Sin y detallado de los principales eventos
desmerecer la importancia de estos as- de la lucha frontal realizada por la
pectos, el que hoy día se haya logrado CAM. Más tarde, cuando la represión
entender el significado de las demandas encarceló a sus militantes, se desarrolló
mapuche más de fondo, se relaciona, en la solidaridad con sus hermanos prisio-
buena medida, con la capacidad opera- neros del Estado chileno. Así como las
tiva y política de la CAM. Las siembras acciones radicales jugaron su papel, las
productivas, la lucha frontal contra el huelgas de hambre de los presos políti-
gran capital representado por las fores- cos mapuche terminaron por ratificar
tales, las recuperaciones de terrenos, la la identidad de un pueblo, simbolizada
disposición a sacrificar la vida, marcó por la presencia masiva de la bandera.
un hito imperecedero de la causa por la En segundo lugar, “Malon” evalúa
liberación nacional mapuche. Algunos el devenir posterior que tuvieron las
dirán que la indignación por la repre- dos vías del movimiento mapuche. Y
sa de Ralco o el incumplimiento de los así como se reconoce el papel indis-

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pensable que tuvo la vía rupturista para gonista del conflicto se le posiciona
patear el tablero y abrir nuevas sendas casi como una víctima de las circuns-
en las lucha por la autodeterminación, tancias, atrapado entre la apropiación
también se ensaya una crítica a la abso- del Estado del territorio mapuche y la
lutización de esta vía. En momentos en aspiración de estos por recuperarlo.
que el movimiento pasaba a otra etapa, Pero “Malon” nos recuerda que, lejos
golpeado por la represión, enfrentado de ser un actor pasivo, muchos han si-
a nuevas estrategias negociadoras del do protagonistas de instaurar un clima
Estado (proyecto Orígenes, Nuevo de violencia en la zona. Y no solo de la
Trato, devolución de algunos predios), manera más característica, ligada a la
que fueron miradas con simpatía por escopeta y los balazos (que por cierto
algunas comunidades y el propio can- ha estado presente), sino al racismo, al
sancio de algunos tras años de desplie- abuso cotidiano, a la explotación y a la
gue del conflicto, se comenzó a agotar humillación de todos los días. Reafir-
la vía más rupturista. Las diferencias mando la riqueza de planteamientos
al interior del movimiento aparecieron e hipótesis de esta obra, la tesis sobre
sobre cómo actuar en este nuevo esce- la existencia de una consuetudinaria
nario. La incomprensión de las conse- “cultura de la violencia” en Wallmapu,
cuencias del cambio de las condicio- impuesta por los colonizadores y ocu-
nes políticas por parte del sector más pantes de la región, deberá ser aborda-
radical, terminaron por fraccionar a la da por futuras indagaciones históricas.
CAM. Pairicán, lejos de la apología de Así, los actuales estallidos de violencia
un relato heroico que mira solo las for- en la Araucanía, están lejos de ser una
talezas de su objeto de investigación, excepción, sino que serían parte de su
también se detiene en las dificultades larga historia de despojo.
y conflictos que vivió el movimiento Otro aporte trascendente que es-
autodeterminista durante la primera tablece “Malon”, se refiere al origen y
década del siglo XXI. desarrollo de las organizaciones auto-
En otro aspecto, el texto hace plan- nomistas. Cuando irrumpió el ala más
teamientos históricos importantes para radical, descrita en el estupendo capí-
el actual debate sobre la cuestión au- tulo sobre los camiones forestales em-
todeterminista mapuche. Nos parece boscados e incendiados en la localidad
especialmente relevante la tesis que de Lumaco en 1997, las autoridades
propone la existencia de una “cultura de la época descartaron de inmediato
de la violencia” en Wallmapu, impues- que sus autores pudieran ser mapuche.
to por los terratenientes desde los tiem- El discurso, que se repetiría por años,
pos de la Reforma Agraria, que, a su se centró en responsabilizar a orga-
vez, hunde sus raíces en la conquista nizaciones de izquierda que estarían
del territorio mapuche. A este prota- operando en la zona. O, en su defecto,

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exmilitantes de izquierda radical, que periencia de lucha. Se acabó el tiempo


habrían reorientado su accionar en la del paternalismo y dependencias.
zona de la Araucanía. A comienzos del Por otro lado, el texto de Fernando
siglo XX, la clase dominante chilena se Pairicán es un importante insumo para
negaba a reconocer que el descontento entender la historia reciente de Chile.
popular surgía producto de la explota- Existe un amplio consenso entre los
ción ejercida sobre los asalariados. Por investigadores que en Chile, duran-
esta razón, explicaba las huelgas por la te la década de 1990, los movimien-
supuesta presencia de agitadores profe- tos sociales estuvieron desactivados,
sionales, pagados por el “oro de Lima” mientras que gran parte del país vivía
o más tarde por el “oro de Moscú”. Cien la resaca provocada por la sociedad de
años más tarde, ese mismo sector so- consumo neoliberal. Tal vez reflejo de
cial hacía lo mismo con las reivindica- ese racismo cultural que los chilenos
ciones mapuche. Vascos, colombianos, portamos, muchas veces coadyuvamos
zapatistas, izquierdistas trasnocha- a sacar de la historia a los pueblos ori-
dos…. cualquiera menos mapuche. A ginarios existentes en nuestro país. Es
través de este análisis, no solo se inten- el caso de lo ocurrido con los mapuche
taba desconocer la legitimidad de sus en los ’90, porque, luego de leer “Ma-
demandas, sino que apenas escondían lón”, resulta evidente la enorme injus-
su racismo, al desconocer la capacidad ticia que implica afirmar que durante
de los mapuche para organizarse y po- esa década los movimientos sociales
ner en jaque el statu quo político y so- estuvieron ausentes. Para los mapuche,
cial en la Araucanía. de la mano de sus organizaciones auto-
Si algo es indesmentible hoy en día, deterministas, fueron años de agudas
es que el movimiento mapuche, si bien luchas, ganancia de experiencias orga-
tuvo muchas influencias locales (espe- nizativas, decepción ante las tibias res-
cialmente proveniente de organizacio- puestas de los gobiernos democráticos
nes de izquierda chilenas) e interna- y maduración de conceptos políticos e
cionales (la reemergencia indígena en ideológicos. Los 90 no fueron años de
América Latina y la cuestión nacional “pax neoliberal” en Chile, porque los
en otras latitudes), su resultado es au- mapuche en Ralco, Lumaco, Tirúa,
tóctono, es mapuche en sus formas de Temulemu, Didaico, Lleu Lleu y otros
organización y en sus planteamientos. tantos lugares, dieron importantes pa-
Tributario de distintos manantiales de sos en pos de la causa autodeterminis-
influencia ideológica y práctica, con ta.
todo, las organizaciones pertenecien- Desde el punto de vista historiográ-
tes al movimiento autodeterminista fico, esta obra plasma la original forma
mapuche pueden alegar que sus raíces en que su autor entiende la reconstruc-
fundamentales están en su propia ex- ción histórica. Por una parte, hay un

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gran énfasis en el contexto en que se tores más importantes que otros, apa-
producen los hechos. Los cambios es- rece como una construcción eminente-
tructurales provocados por el modelo mente colectiva. Ningún sector del abi-
neoliberal, las expectativas genera- garrado mundo de las organizaciones
das entre los mapuche ante los nuevos mapuche, puede por sí sola, apropiarse
gobiernos democráticos, la posterior de ella. Además, tampoco hay en esta
decepción por su magro desempeño, obra seres especiales o iluminados. Por
en fin, los mencionados reacomodos el contrario, el militante autodetermi-
tácticos en tiempos de la presidencia nista, a la luz de “Malón”, es una per-
de Ricardo Lagos, etc. Pero “Malón” sona común y corriente, solo que con-
está lejos de ser una obra estructura- vencido de la justeza de su lucha. Al
lista. Las emociones, lo irracional, los respecto, es notable la descripción de
afectos, los estados de ánimo, son tam- Aníbal Salazar Huichacura, acusado
bién fuente de explicaciones sobre el de la quema de camiones en Lumaco y
origen del curso de la historia que se símbolo de la nueva subjetividad com-
narra. En este aspecto, resaltan los lar- bativa de los militantes del movimiento
gos pasajes narrativos que contiene la autodeterminista. Capturado luego de
obra, en donde se describe el accionar casi dos años de clandestinidad, se na-
de los militantes mapuche, la magnitud rra que un joven fue a visitarlo a la cár-
de los enfrentamientos y el dolor por cel. Quien en su imaginario debía ser
los caídos. Algo que podría pasar por un robusto héroe de historieta, era, en
descripciones innecesarias en otras realidad, “un flaquito, chiquito, blan-
obras, se convierten en una pieza fun- co, más encima machucado”, por haber
damental de “Malón”. A través de ella, peleado con los gendarmes. Estos son
el lector puede terminar de compren- los protagonistas de “Malón”, hombres
der que durante los últimos años, en el y mujeres de la tierra, dispuestos a do-
sur de Chile, se ha desencadenado una blar el curso de la historia, en base so-
verdadera “Nueva Guerra de Arauco”. bre todo al optimismo de la voluntad y
El vívido relato de los hechos, hace que a la certeza que les da la razón.
el lector lea este libro de historia co- En resumen, estamos en presencia
mo una crónica, como un relato que a de una obra destinada a un amplio es-
muchos recordará la tradición oral del pectro de público. Los historiadores
pueblo mapuche. encontrarán un novedoso texto de his-
Por último, tal como lo señalan los toria política reciente, centrado en un
interesantes prólogos del texto, “Ma- actor ignorado, hasta ahora, por este
lón” es una obra coral, donde no hay género. Los interesados en los asuntos
un solo protagonista. En esta obra, la político-contingentes de Chile encon-
lucha autodeterminista, si bien en dis- trarán una visión esclarecedora e inde-
tintas fases de su historia tuvo unos ac- pendiente del “conflicto mapuche”. Por

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último, los simpatizantes y militantes mos que el camino seguido por su autor
de la causa autodeterminista mapuche, sea imitado por la nueva generación de
encontrarán un contundente aporte po- historiadores mapuche, que tal como
lítico e histórico, que termina reflexio- Fernando Pairicán lo demuestra en su
nando sobre la urgente necesidad de la libro, tienen la ardua tarea de escribir,
unidad de las organizaciones mapuche. con voz propia, la historia de su pueblo.
Por este motivo, “Malón” se consti-
tuye como uno de los libros más impor- ROLANDO ÁLVAREZ VALLEJOS.
tantes que ha entregado la academia IDEA – UNIVERSIDAD DE
chilena en el último tiempo. Espera- SANTIAGO DE CHILE

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