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Los milagros de Jesús registrados en el Nuevo Testamento son más que maravillas: son
señales. Él los realizo para exhortar a hombres y mujeres a que creyesen en Él para vida
eterna. Sanó a un paralítico para afirmar su derecho a perdonar pecados. Alimentó a miles
de personas con el almuerzo de un muchacho, preparando así el escenario para afirmar que
era el «Pan de vida». Caminó sobre el agua, calmó mares embravecidos, sanó a los
enfermos, restauró manos y piernas paralizadas, dio vista a los ciegos y oído a los sordos, y
hasta resucitó de los muertos a un hombre embalsamado de nombre Lázaro. Una de las
razones por las que Jesús hizo milagros fue para apoyar su afirmación de que era Dios. El
apóstol Juan escribió: «Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus
discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis
que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre»
(Juan 20:30,31)
Segundo, Jesús volvió el agua en vino a petición de Su madre. Podemos ver en los
versículos que María claramente confiaba y tenía fe en su Hijo para arreglar una mala
situación. ¿A quién se vuelve usted cuando tiene problemas? ¿Cuenta con alguien en quien
confía que hará lo debido?
Tercero, cuando Jesús hizo este milagro, estaba demostrando Su poder sobre la naturaleza.
Cuando Sus discípulos vieron esto, Juan nos dice que creyeron. También, Jesús no se
conformó sólo con vino ordinario, sino que volvió el agua en el mejor de los vinos,
demostrando ser un Hombre lleno de la alegría de la vida. ¿Ha estado buscando la verdad
por todas partes, pero dejando a Cristo de último? ¿Por qué esperar? ¿Cree usted que Jesús
es el Hijo de Dios? ¿Ha pensado que ser un cristiano es vivir una vida apagada, aburrida?
Jesús desea que usted crea como Sus discípulos lo hicieron, y la experiencia promete ser
dinámica, excitante, y le cambiará la vida.
¿Hace Jesús milagros hoy? Después de todo, no lo vemos físicamente caminando en medio
de nosotros - ¿o sí? ¿Conoce a alguien que haya sido sanado o cuya vida haya sido
transformada por una relación con Cristo? Entonces ha visto un milagro moderno de Jesús.
Usted también puede ser un testigo ocular de un milagro de Cristo. Como María, usted
puede pedirle, creyendo que Él hará lo que es mejor para usted. Deje que un milagro de
Jesús comience en su corazón en este momento.
Jesucristo había dicho muchas veces: Si no creéis en mis palabras, creed en mis obras; Mis
obras dan testimonio de Mí ; Si no hubiera hecho entre ellos obras tales, cuales ningún otro
ha hecho, no tendrían culpa.
Jesucristo hacía los milagros en nombre propio. Le dice al viento: Yo te lo digo, párate; y el
viento se para. Y al mar: Yo te lo digo, cálmate; y el mar se calma. Y al paralítico: Yo te lo
digo, levántate ; y el paralítico se levanta. Jesucristo hacía siempre los milagros en nombre
propio: Yo te lo digo. En cambio San Pedro los hacía en nombre de Jesucristo.
El milagro es una obra, un hecho visible y perceptible por los sentidos, que supera las
fuerzas de la Naturaleza ; y que se hace por Dios, bien directamente, bien por medio de los
ángeles o de los hombres.
Dios hace milagros siempre con un fin bueno: como un signo de salvación.
La fuerza de Jesucristo está en que confirmó su doctrina con milagros que nos consta se
realizaron por la historicidad de los Evangelios, y que por exceder a todo poder humano son
una confirmación divina.
Dice San Juan : Lo que mis ojos vieron y oyeron mis oídos, de esto doy testimonio .
Incluso los mismos enemigos de Jesús no podían negar los hechos milagrosos que Jesús
hacía, y por eso los atribuían a Satanás . Incluso deciden matarlo porque: Este hombre hace
muchos milagros. Si lo dejamos, todos creerán en él . Y el mismo San Pedro en su discurso
de Jerusalén, el día de Pentecostés, dijo: Israelitas, escuchadme: Dios acreditó entre
vosotros a Jesús el Nazareno con los milagros que hizo.