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INTRODUCCION

El tema que aborda este trabajo es un tema complejo, en el que se entrecruzan


diferentes variables y en el que no existen hasta ahora estudios del todo acabados
desde el ámbito de las ciencias sociales. Si bien es cierto en las dos últimas décadas
ha existido, especialmente a nivel académico, un fuerte debate en torno a los
derechos de las mujeres como una especificidad dentro del ámbito de los Derechos
Humanos.

Estas discusiones y debates se desarrollaron inicialmente en Europa y Estados


Unidos, desde allí fueron recogidas en Latinoamérica y en nuestro país de tal forma
que se estructuran en base a los mismos modelos, sin considerar la especificidad
de las mujeres latinoamericanas, chilenas, y menos aún las mujeres indígenas en
las que además existe una variable o contenido étnico; una situación similar aunque
no idéntica es la que se ha dado respecto de los derechos de los niños indígenas.

El presente trabajo da cuenta en primer lugar del surgimiento de los derechos


humanos de la mujer, cuales son y las obligaciones del Estado frente a estos

En segundo lugar se analizaran los derechos humanos de los niños en américa


latina y su protección por parte de los Estados.

En tercer lugar se indicaran los antecedentes, sobre las investigaciones realizadas


respecto a este tema

En cuarto lugar se señalaran las bases teóricas del trabajo en si. Posteriormente se
pasara a indicar los términos básico de la presente investigación señalando los
conceptos sobre los que se basa la investigación. Por último, se realizan finalmente
algunas reflexiones respecto del ámbito de desarrollo y aplicación de los Derechos
Humanos para los derechos de las mujeres y los niños.

1
OBJETIVOS

OBJETIVOS GENERALES

 Explicar la evolución y contenido de los derechos humanos de la mujer y


niños
 Indicar los mecanismos de protección de los derechos humanos de la mujer
y niños

OBJETIVOS ESPECIFICOS

 Precisar los instrumentos nacionales e internacionales que protegen y


amparan de los derechos humanos de la mujer y niños
 Delimitar la posición de los Estados frente a la protección de los derechos
humanos de la mujer y niños

2
INDICE

CAPITULO I
DERECHOS HUMANOS DE LA MUJER Y SU PROTECCION

1. HISTORIA DE LOS DERECHOS HUMANOS DE LA MUJER.

2. DERECHOS DE LA MUJER.

3. OBLIGACIONES QUE DEBE ASUMIR EL ESTADO CON


RESPECTO A LOS DERECHOS DE LA MUJER.

4. DERECHOS DE LA MUJER PERUANA

5. SOBRE EL CONCEPTO DE DERECHOS HUMANOS

6. ANALIZANDO LA REALIDAD

7. EL ANDROCENTRISMO EN EL DERECHO DE LOS


DERECHOS HUMANOS

8. LA RELACION ENTRE LOS DERECHOS HUMANOS Y LOS


DERECHOS DE LA MUJER: EL ENFOQUE DE BUNCH

9. EL SISTEMA INTERNACIONAL DE DERECHOS


HUMANOS Y LA ACCIONA FAVOR DE LOS DERECHOS DE LAS
MUJERES

CAPITULO II
DERECHOS HUMANOS DEL NIÑO Y SU PROTECCION

1. LOS DERECHOS DE LA INFANCIA EN AMÉRICA LATINA

2. LA CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO COMO


MODELO DE ANÁLISIS PARA LOS CÓDIGOS DE LA NIÑEZ

3. NIÑOS EN SITUACIÓN DE RIESGO SOCIAL Y MEDIDAS


PROTECTORAS

4. LOS SISTEMAS DE JUSTICIA JUVENIL

5. LAS INSTITUCIONES DE PROTECCIÓN A LA INFANCIA

3
CAPITULO I
DERECHOS HUMANOS DE LA MUJER Y SU PROTECCION

1. HISTORIA DE LOS DERECHOS HUMANOS DE LA MUJER.

A finales del siglo XVIII, las mujeres empezaron a defender el acceso al


disfrute pleno de los derechos. Las distintas voces que surgieron para
demandar la igualdad política, social, cultural y económica de las mujeres,
fueron marcando un camino de luchas y conquistas que poco a poco, en
diferentes pueblos y naciones han tenido un proceso de aceptación e
incorporación a la cultura.

Las mujeres reclamaron ante el Estado: tener iguales derechos que los
hombres; acceder a la educación para lograr el desarrollo personal y
profesional; tener un trabajo bien remunerado; iguales oportunidades
laborales y respeto a la condición de ser madre, así como el derecho a elegir,
ser elegida y participar en las decisiones de la sociedad.1

1.1 ACONTECIMIENTOS EN LA CONQUISTA DE LOS DERECHOS DE


LAS MUJERES

 París, 1791. Posterior a la Declaración Universal de los Derechos del


Hombre y del Ciudadano, Olimpia de Gouges, una luchadora de los
Derechos Humanos, redactó la declaración de los derechos de la
mujer, exigiendo la igualdad para los sexos ante la ley, razón por la
cual fue a la guillotina.
 Nueva York, 1848. Varias mujeres y hombres organizaron la primera
convención de los derechos de la mujer, exigiendo la igualdad frente
al hombre, en especial frente al sufragio. Los organizadores fueron
perseguidos y encarcelados.

1
DE LORENZO, R. y PALACIOS, A., “Discapacidad, derechos fundamentales y protección constitucional”, en
Los derechos de las personas con discapacidad, Vol. I Aspectos jurídicos, Madrid, 2007.

4
 Nueva York, 1908. Las textileras de la fábrica Cotton, reclamaron a la
empresa que disminuyera la jornada de trabajo a 10 horas diarias, un
salarlo y el descanso justo. El dueño ordenó incendiar la empresa y
murieron más de 129 mujeres.
 Estados Unidos, 1909. Las mujeres socialistas proclamaron el primer
día de la mujer, Woman's Day, con grandes manifestaciones, en las
que reclamaron sus derechos políticos y económicos.
 Inglaterra, 1910. Emile Da vison fue arrollada bajo las patas del caballo
del rey Jorge V, por pedir el derecho al voto para la mujer inglesa. En
1918 fue aprobado dicho derecho para algunas y hasta 1928 se
generalizó para todas las mujeres inglesas.

1.2 ACUERDOS INTERNACIONALES QUE SE CONSTITUYEN EN EL


FUNDAMENTO DE LOS DERECHOS DE LA MUJER2.

1.2.1 La Carta de las Naciones Unidas de 1945.


Establece en su Preámbulo que los pueblos de las Naciones
Unidas se declaran resueltos a afirmar la igualdad de derechos de
hombres y mujeres. Ningún documento jurídico anterior había
afirmado con tanta energía la igualdad de todos los seres
humanos, ni se había referido al sexo como motivo de
discriminación. Fruto de este compromiso, en 1946 se crea la
Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer como
órgano que se encargaría a partir de entonces de las cuestiones
relativas al mundo de las mujeres.

1.2.2 La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948

2
RODRIGUEZ-BLANES, Gloria M. et al. Detección de violencia del compañero íntimo en atención primaria de
salud y sus factores asociados. Gac Sanit [online]. 2017, vol.31, n.5 [citado 2018-05-08], pp.410-415.
Disponible en: <http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-
91112017000500410&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0213-9111. http://dx.doi.org/10.1016/j.gaceta.2016.11.008.

5
Fue aprobada por la Asamblea General de la ONU. Esta
declaración universal, constituye el documento jurídico base, sobre
el que se trabaja el tema de los derechos humanos a nivel
legislativo. En la elaboración de la Declaración la Comisión sobre
la Condición Jurídica y Social de la Mujer se encargó de defender
la inclusión en el texto de la perspectiva de las mujeres en la
medida de lo posible. Así, las propuestas iniciales utilizaban en el
artículo 1 de la Declaración la expresión “todos los hombres”,
expresión que tras grandes controversias fue sustituida por “todos
los seres humanos” y así, en otros artículos de la declaración se
utilizan las expresiones “toda persona”, “todo individuo”, etc. Si bien
esto no libera al articulado de la declaración de ciertas referencias
negativas desde el punto de vista de los derechos de las mujeres.

1.2.3 Los Pactos Internacionales de Derechos Humanos de 1966


(Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales)
Incluyen referencias expresas al principio de no discriminación por
razón de sexo, pero no será hasta 1967 cuando se produzca el
primer texto específico de Naciones Unidas contra la lucha de la
discriminación de la mujer: la Declaración sobre la Eliminación de
la Discriminación contra la Mujer. En esta declaración, se expresa
la preocupación de que a pesar de los instrumentos jurídicos en
materia de igualdad de derechos, sigue existiendo discriminación
en contra de la mujer. La declaración establece de manera
genérica el principio de no discriminación en su art. 1 “la
discriminación contra la mujer, por cuanto niega o limita su igualdad
de derechos con el hombre, es fundamentalmente injusta y
constituye una ofensa a la dignidad humana” y lo concreta en
ámbitos específicos en el resto del articulado (político, matrimonio,
educación, etc.).

6
1.2.4 Convención para la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra las Mujeres - CEDAW
Posteriormente, lo establecido en la declaración adquiere fuerza
jurídica con la Convención para la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación contra las Mujeres, referida como
CEDAW en sus siglas en inglés. La CEDAW se define como un
tratado internacional de derechos humanos de las mujeres. Su
relevancia radica tanto en el gran abanico de derechos que recoge
(civiles, políticos, sociales y culturales), como en su carácter
vinculante, ya que los estados parte se obligan a cumplirla.
Fue adoptada en 1979 y entró en vigor en 1981. A finales de 2010,
186 estados han ratificado la Convención.

2. DERECHOS DE LA MUJER.

La mujer tiene derecho, en condiciones de igualdad, al goce y a la protección


de todos los derechos humanos y libertades fundamentales reconocidos por
los instrumentos regionales e internacionales de derechos humanos.

Asimismo, las mujeres tienen derecho a vivir en un sistema social en el que


no existan relaciones de poder basadas en el género, a una vida libre de
violencia a vivir sin discriminación alguna, a ser valoradas y educadas sin
estereotipos de conductas y prácticas sociales y culturales basadas en
conceptos de inferioridad y subordinación entre los sexos, a contribuir en el
desarrollo y el bienestar de la sociedad y a participar en igualdad de
condiciones que el hombre en las esferas política, económica, social, cultural
o de cualquier otra índole3.

3
RAVELO BLANCAS, Patricia. Cuerpos marcados por la violencia sexual. Niñas y mujeres jóvenes migrantes
en la frontera norte. Sociológica (Méx.) [online]. 2017, vol.32, n.91 [citado 2018-05-08], pp.317-332.
Disponible en: <http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-
01732017000200317&lng=es&nrm=iso>. ISSN 2007-8358.

7
Además de estos derechos vinculados a la igualdad y no discriminación, por
su condición de mujer tiene derechos específicos relacionados, en particular,
con su sexualidad, la reproducción y la protección de la maternidad. 4

3. OBLIGACIONES QUE DEBE ASUMIR EL ESTADO CON RESPECTO A


LOS DERECHOS DE LA MUJER.

Los Estados deben tomar las medidas apropiadas, legislativas o de otro


carácter, para garantizar, sin discriminación alguna, la igualdad del hombre y
de la mujer en el ejercicio y el goce de los derechos humanos y las libertades
fundamentales en todas las esferas.

Asimismo, los Estados deben condenar la violencia contra la mujer y aplicar


todas las medidas apropiadas para eliminar esa injusticia.

Entre sus obligaciones se incluyen deberes de no hacer, o negativos, como


de hacer o positivos. Esto significa que el Estado no sólo debe abstenerse de
dictar normas incompatibles con esos objetivos, y de actuar en violación de
los derechos de la mujer, sino que debe también adecuar su legislación, crear
programas y políticas específicas y contar con los mecanismos y recursos
para la implementación efectiva de las medidas que aseguren la vigencia
plena de los derechos de la mujer5.

Entre las medidas apropiadas para dar cumplimiento a esas obligaciones,


pueden mencionarse6:

- Medidas especiales de carácter temporal para combatir la discriminación de


la mujer, encaminadas a acelerar la igualdad de facto entre ésta y el hombre.

4
DE LORENZO, R. y PALACIOS, A., “Discapacidad, derechos fundamentales y protección constitucional”, en
Los derechos de las personas con discapacidad, Vol. I Aspectos jurídicos, Madrid, 2007.
5
RAVELO BLANCAS, Patricia. Cuerpos marcados por la violencia sexual. Niñas y mujeres jóvenes migrantes
en la frontera norte. Sociológica (Méx.) [online]. 2017, vol.32, n.91 [citado 2018-05-08], pp.317-332.
Disponible en: <http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-
01732017000200317&lng=es&nrm=iso>. ISSN 2007-8358.
6
Ídem

8
- Medidas tendientes a modificar los patrones sociales y culturales con miras
a alcanzar la eliminación de los prejuicios y las prácticas consuetudinarias o
de cualquier otra índole, que estén basados en la idea de la inferioridad o
superioridad de cualquiera de los sexos, o en funciones estereotipadas.

- Medidas para la supresión de la explotación de la mujer, incluyendo la trata


de mujeres y la explotación de la prostitución de éstas.

- Medidas para asegurar la igualdad de la mujer en la vida política y pública


en el plano nacional e internacional.

- Medidas tendientes a garantizar la igualdad entre el hombre y la mujer en


las leyes de nacionalidad.

- Medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer en la


esfera de la educación, del empleo y el trabajo.

- Medidas adecuadas para eliminar la discriminación contra la mujer en el


acceso a la atención sanitaria, así como en materia de seguridad económica
y social.

- Medidas especiales para hacer frente a la situación de vulnerabilidad de la


mujer rural, de la mujer desplazada y de la mujer refugiada.

- Medidas apropiadas para asegurar el respeto del derecho internacional


humanitario en cuanto a la protección especial de las mujeres en el marco de
los conflictos armados.

- Medidas apropiadas para reconocer la igualdad jurídica y civil entre el


hombre y la mujer, incluyendo los asuntos relacionados con el matrimonio y
las relaciones familiares.

- Medidas para prevenir, investigar y sancionar todo acto de violencia contra


la mujer, independientemente de que sus autores sean servidores públicos o
particulares.

9
- Medidas adecuadas para garantizar el acceso a la justicia y a los recursos
y mecanismos necesarios para la protección de los derechos de la mujer, así
como la reparación que corresponda.

- Medidas que faciliten y promuevan la labor de las organizaciones no


gubernamentales defensoras de los derechos de la mujer, así como la
cooperación del Estado con ellas.

4. DERECHOS DE LA MUJER PERUANA

La mujer peruana cuenta con dos instrumentos que la amparan: la


Constitución Política del Perú y los pactos y convenios internacionales de las
cuales el país es firmante. Estas leyes están referidas ámbitos del derecho.
Al conjunto de estas normas se le llama código, siendo las más importantes
el Código Civil y el Código Penal.

4.1 Constitución Política

En las diferentes Constituciones Políticas que se han dado en el país y


en la mayoría de los instrumentos legales actuales, se tiende a declarar
formalmente la igualdad de la mujer con respecto a los mismos derechos
del varón.

En la Constitución Política actual de 1993, estos son los artículos que se


refieren directamente a la mujer:

Capítulo I: Derechos fundamentales de la persona

Art.2° Toda persona tiene derecho:

2.- A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo
de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o
de cualquier otra índole.

Capítulo II: De los derechos sociales y económicos

10
Art.4° La comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al
adolescente, a la madre y al anciano en situación de abandono.

También protegen a la familia y promueven el matrimonio. Reconocen a


estos últimos como institutos naturales y fundamentales de la sociedad.

Art.5° La unión estable de un varón y una mujer libres de impedimento


matrimonial, que forman un hogar de hecho, da lugar a una comunidad
de bienes sujeta al régimen de la sociedad de gananciales en cuanto sea
aplicable.

Art.6° La política nacional de población tiene como objetivo difundir y


promover la paternidad y maternidad responsables. Reconoce el
derecho de las familias y de las personas a decidir. En tal sentido,
el Estado asegura los programas de educación y la información
adecuados y el acceso a los medios, que no afecten la vida o la
salud.(...).Todos los hijos tienen iguales derechos y deberes. Está
prohibida toda mención sobre el estado civil de los padres y sobre la
naturaleza de la filiación en los registros civiles y en cualquier otro
documento de identidad.

Art.11° (...) Es deber del Estado asegurar que nadie se vea impedido
de recibir educación adecuada por razón de su situación económica o de
limitaciones mentales o físicas. (...).

Art.17° La educación inicial, primaria y secundaria es obligatoria. En las


instituciones del Estado la educación es gratuita. En las universidades
públicas el Estado garantiza el derecho a educarse gratuitamente a los
alumnos que mantengan un rendimiento satisfactorio y no cuenten
con los recursos económicos necesarios para cubrir los costos de
educación.

11
El Estado garantiza la erradicación del analfabetismo. Asimismo
fomenta la educación bilingüe e intercultural, según las características de
cada zona.

4.2 Normas Internacionales7

El Perú suscribe los siguientes pactos y convenios internacionales que


inciden en los derechos de la mujer:

4.2.1 Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Aprobado por la Asamblea de las Naciones Unidas el 10 de


diciembre de 1948. El Perú aprobó por Resolución Legislativa N°
13282 del 9 de diciembre de 1959.

La no discriminación por razón de sexo está contemplada en


el preámbulo y en los artículos 1° y 2°.

4.2.2 Convenio N° 100 de la Organización Internacional del


Trabajo (OIT) sobre Igualdad de Remuneraciones.

Suscrito en Ginebra en junio de 1951. Aprobado por Resolución


Legislativa N° 13284 el 1° de febrero de 1960. En el Perú entra en
vigencia el 1° de febrero de 1961.

4.2.3 Convenio Relativo al Trabajo Nocturno de las Mujeres.

Entró en vigencia en el Perú el 10 de setiembre de 1949.

4.2.4 Convenio N° 45 de la OIT sobre Trabajos Subterráneos de las


mujeres.

7
Beloff. M. (2008): Fortalezas y debilidades del litigio estratégico para el fortalecimiento de los estándares
internacionales y regionales de protección a la niñez en América Latina. Disponible en
http://www.observatoriojovenes.com.ar/almacen/file
/Fortalezas%20y%20debilidades_%20Mary%20Beloff.pdf (fecha acceso: febrero 2010)

12
Aprobado el 23 de marzo de 1945. Fue ratificada el 8 de
noviembre de 1945.

4.2.5 En el preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas.

En los artículos: 2°, 8°, 13°, 55°, 56° y 76°.

4.2.6 Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos.

Aprobado por la Asamblea de las Naciones Unidas el 16 de


diciembre de 1966. Por medio de esta Convención los Estados
integrantes se comprometen a garantizar tanto a varones como
a mujeres la igualdad en el goce de todos los derechos civiles y
políticos. Aprobado en el Perú el 28 de marzo de 1978. Fue
ratificado constitucionalmente por la disposición general
transitoria decimosexta del capítulo VIII de la Constitución Política
del Perú de 1979.

4.2.7 Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y


Culturales.

Adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el


16 de diciembre de 1966. Por este Pacto los Estados se
comprometen a asegurar tanto a los hombres como a las mujeres
igual título, a gozar de todos los derechos económicos sociales y
culturales que se enuncien en el pacto. El Perú, lo aprobó el 28
de marzo de 1978, ratificado el 12 de abril de 1978 y entró en
vigor el 28 de julio del mismo año.

4.2.8 Convención Americana sobre los Derechos Humanos de San


José de Costa Rica.

Aprobada el 28 de noviembre de 1969. Esta Convención rechaza


la discriminación por razón de sexo. Aprobada en el Perú el 11 de
julio de 1978, entró en vigor el 28 del mismo mes. Fue ratificada

13
por la Constitución Política de 1979, y entró en vigencia el 21 de
enero de 1981.

4.2.9 Convención de las Naciones Unidas sobre la eliminación de


todas formas de discriminación contra la mujer.

Adoptada y abierta a la firma y ratificación o adhesión por la


Asamblea General, el 18 de diciembre de 1979. Entró en vigencia
en el Perú el 13 de octubre de 1982. En la actual Constitución
Política (1993) se ratifica esta Convención mediante Resolución
Legislativa N°23431.

5. SOBRE EL CONCEPTO DE DERECHOS HUMANOS

Es reconocido por grandes sectores de la doctrina -si no por todos- que no puede
existir una única definición de los derechos humanos. Esto es, si bien existen ciertos
fundamentos y postulados básicos, no nos encontramos en este punto con fórmulas
exactas cuya existencia se verifique indefectiblemente en la realidad.

Es Pérez Luño quien prefiere hablar de «definiciones operativas» al referirse al


tema, entendiendo los derechos humanos como un conjunto de facultades e
instituciones que en cada momento histórico, concretan las exigencias de la
dignidad, libertad e igualdad humanas y que deben ser reconocidas positivamente,
tanto a nivel internacional como nacional.

No se trata, obviamente que el concepto carezca de solidez jurídica, sino que -


teniéndola- es difícil darle un contenido cerrado, aspecto que tiene que ver con la
progresividad de su reconocimiento, la incorporación de nuevos derechos en la
medida que el mundo evoluciona y, asimismo, el surgimiento de diferentes
modalidades de interrelación entre los seres humanos que se plasman en nuevas
necesidades humanas y nuevos derechos que les den satisfacción 8. Ahora bien,
axiológicamente hablando, en este tema nos encontramos con un contenido de

8
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Guidelines on the Protection of Refugee
Women. (Ginebra, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, 1991)

14
libertad, igualdad y dignidad humana que debe servirnos de criterio al momento de
analizar cualquier conducta (sea del Estado o de los particulares) y tratar de verificar
si se enmarcan en el respeto de estos derechos o si, por el contrario, nos
encontramos con una violación de los mismos.9 Aspecto por demás interesante,
especialmente en relación al llamado «relativismo cultural» que en muchos casos
impide la calificación de una violación de los derechos humanos como tal, en razón
de un malentendido respeto a las diferencias culturales entre los pueblos. Si bien
es innegable que las condiciones políticas, sociales y económicas varían de pueblo
en pueblo, esta situación no puede servir de excusa para justificar la existencia de
conductas atentatorias contra los derechos humanos10.

Por ello, se hace imprescindible tener un marco de referencia que sirva de criterio
diferenciador al momento de analizar cualquier acto que se relacione con estos
derechos. Por otro lado, a esta dimensión fáctica en el análisis debe sumarse un
enfoque normativo que implique que los fundamentos que dan sustento a los
derechos humanos deban ser recogidos en normas jurídicas, sean éstas de tipo
internacional o nacional. En este punto, desde hace aproximadamente cuatro
décadas la comunidad internacional inició el desarrollo de una importante labor
orientada a la plasmación de los derechos humanos en declaraciones y tratados a
través de los cuales se pudiera, en primer lugar, dotar de contenido medianamente
uniforme las nociones que se tenían sobre el tema11 .

Asimismo, al obtener la participación de los diferentes Estados mediante la


ratificación de estos documentos internacionales, se pretendía poner de relevancia
los derechos humanos de los nacionales de cada país, al ser éstos los receptores
de las obligaciones internacionales que sus Estados se habían comprometido a
cumplir. Obligaciones que no sólo implicaban la abstención en cuanto a la no

9
Beloff. M. (2008): Fortalezas y debilidades del litigio estratégico para el fortalecimiento de los estándares
internacionales y regionales de protección a la niñez en América Latina. Disponible en
http://www.observatoriojovenes.com.ar/almacen/file
/Fortalezas%20y%20debilidades_%20Mary%20Beloff.pdf (fecha acceso: febrero 2010)
10
Defensoría del Pueblo. (2009). Migraciones y Derechos Humanos. Supervisión de las Políticas de
Protección de los Derechos de los Peruanos Migrantes (Informe Nº 146). Lima: Defensoría del Pueblo.
11
Defensoría del Pueblo. (2009). Migraciones y Derechos Humanos. Supervisión de las Políticas de
Protección de los Derechos de los Peruanos Migrantes (Informe Nº 146). Lima: Defensoría del Pueblo.

15
violación de los derechos humanos de los particulares, sino que también
significaban el desarrollo de determinadas conductas orientadas a la promoción de
estos derechos, la mejora en cuanto a las condiciones necesarias para su desarrollo
y la protección efectiva de los particulares ante cualquier acto que pusiera en riesgo
su respeto y efectiva vigencia.

Ahora bien, volviendo al concepto operativo que habíamos diseñado líneas arriba,
vemos que éste puede ser complementado con una serie de principios y
características que dan sustento al concepto y entre las cuales destacaremos la
universalidad, la irrenunciabilidad, la inalienabilidad, la inviolabilidad y la igualdad.
Así diseñado, el concepto de «derechos humanos» debería bastar al momento de
contemplar la situación de los diferentes sectores que conforman la humanidad; al
ser universales, por ejemplo, comprenden en su amplitud a todos los grupos
humanos sin distinción. Lo mismo puede decirse de su calidad de irrenunciables e
inalienables, con lo cual el ser humano debería estar protegido contra cualquier
conducta estatal que pretendiera obligarlo a desligarse de los derechos que le
corresponden de manera innata, por ejemplo. Asimismo, el hecho que sean
inviolables protege a los seres humanos de cualquier sacrifico y privación impuestos
que no redunden en su propio beneficio.

Finalmente, el que la igualdad sea uno de sus principios fundamentales implica que
todos los seres humanos están protegidos en la misma medida y sin discriminación
de ningún tipo12.

6. ANALIZANDO LA REALIDAD

Con lo anteriormente expuesto, resulta lógico que las mujeres al igual que otros
grupos humanos que se vean, se sientan o efectivamente hayan sido subordinados
y/o discriminados a lo largo de la historia, deban buscar al interior del concepto
descrito los fundamentos que le garanticen la protección y el respeto a la vigencia
de sus derechos. Con ello, resultaría innecesario y hasta redundante hablar de

12
Defensoría del Pueblo. (2009). Migraciones y Derechos Humanos. Supervisión de las Políticas de
Protección de los Derechos de los Peruanos Migrantes (Informe Nº 146). Lima: Defensoría del Pueblo.

16
«derechos humanos de las mujeres» como categoría específica, al existir el término
«derechos humanos».

Sin embargo, existen situaciones que parecerían contradecir este postulado y que,
siendo conductas atentatorias contra los derechos humanos, no reciben la sanción
que merecieran a nivel internacional, dejándose a la justicia interna de cada país
esta labor. Veamos al respecto algunos datos extraídos del Informe Anual de
Naciones Unidas, correspondiente al año 1995 13:

Discriminación laboral:

- Desigualdad en el acceso a los puestos de trabajo: En el mundo, la mujer ocupa


del 1 O al 30% de los puestos directivos y menos del 5% de los puestos de categoría
muy elevada.

- Desigualdad en materia de remuneración: La mayor parte de las mujeres siguen


ganando salarios que sólo son del 50 al 80% de los salarios masculinos. Violencia
contra la mujer:

- Un equipo de investigación de la Comunidad Europea estimó que más de 20,000


mujeres habían sido violadas en Bosnia durante los primeros meses de la guerra.

- En Barbados, de cada 3 mujeres, una había sido objeto de abuso sexual durante
su infancia o adolescencia.

- En el Perú, un estudio en la Maternidad de Lima determinó que el 90% de las


madres de 12 a 16 años habían sido violadas, a menudo por su padre, padrastro u
otro familiar cercano.

- Cada año se calcula que 2 millones de chicas sufren la práctica de la mutilación


genital femenina en Africa, Asia o como inmigrantes o refugiadas en América del
Norte y en Europa.

13
Beloff. M. (2008): Fortalezas y debilidades del litigio estratégico para el fortalecimiento de los estándares
internacionales y regionales de protección a la niñez en América Latina. Disponible en
http://www.observatoriojovenes.com.ar/almacen/file
/Fortalezas%20y%20debilidades_%20Mary%20Beloff.pdf (fecha acceso: febrero 2010)

17
Como vemos, nos encontramos ante una realidad por demás trágica que no sólo da
cuenta de una serie lamentable de violaciones a los derechos humanos, sino que
estas situaciones comparten el hecho de estar dirigidas a un sector específico de la
población como son las mujeres.

Es cierto que a este argumento se podría oponer el hecho que -así como las mujeres
reciben este tipo de flagelo- existen otros sectores (como los grupos étnicos en el
caso de la discriminación racial o los refugiados en lo que se refiere a los conflictos
armados) que también ven afectados sus derechos diariamente y que por tanto
también deberían exigir un "derecho" específico para cada situación14. Con ello, sin
embargo, no se hace más que reconocer algo que parece tácito hasta el momento:
que el concepto de derechos humanos tal como fue concebido hace más de dos
siglos, resulta necesario, pero no suficiente al momento de confrontarse con la
realidad actuaL

Esta situación ha dado lugar a una serie de corrientes doctrinarias orientadas a


cuestionar el concepto desde su elaboración. Entre ellas, podemos destacar la
liderada por Alda Fado, la cual enfatiza el contenido claramente androcéntrico de
los derechos humanos como punto de partida de la situación que atraviesan las
mujeres en cuanto al reconocimiento y respeto de sus derechos a nivel
internacionaL Sobre este punto, abundaremos a continuación.15

7. EL ANDROCENTRISMO EN EL DERECHO DE LOS DERECHOS


HUMANOS

Alda Facio ha sido una de las propulsoras de esta corriente teórica, la cual tiene
como idea fundamental que es el hombre/varón quien ha sido tomado como
parámetro, modelo, prototipo o paradigma de lo humano. Con ello, han sido sus

14
Defensoría del Pueblo. (2009). Migraciones y Derechos Humanos. Supervisión de las Políticas de
Protección de los Derechos de los Peruanos Migrantes (Informe Nº 146). Lima: Defensoría del Pueblo.
15
Beloff. M. (2008): Fortalezas y debilidades del litigio estratégico para el fortalecimiento de los estándares
internacionales y regionales de protección a la niñez en América Latina. Disponible en
http://www.observatoriojovenes.com.ar/almacen/file
/Fortalezas%20y%20debilidades_%20Mary%20Beloff.pdf (fecha acceso: febrero 2010)

18
necesidades las consideradas al momento de elaborar las instituciones sociales y,
en este caso, el concepto de Derechos Humanos.

Asimismo, en virtud de este androcentrismo se ha pretendido generalizar estos


conceptos, tomándoseles como válidos para el total de seres humanos, tanto
hombres como mujeres. Es por ello que, al hablar de violaciones a estos derechos,
no se ha considerado aquéllas que afectan a las mujeres por el solo hecho de serlo,
es decir, por razón de su género.

Ahora bien, este androcentrismo puede percibirse hasta en tres momentos


diferentes:

a) En la conceptualización de los Derechos Humanos16: En este punto, la autora


sostiene que el concepto de derechos humanos no nace de una necesidad
«objetiva», sino que los derechos así concebidos responden .a la interpretación y
valoración de hechos concretos dados por hombres concretos en un determinado
período histórico. Desde este punto de vista, se niega la posibilidad que los
derechos hayan sido concebidos en términos neutrales, esto es, verdaderamente
universales. Siendo así, no puede pretenderse que este concepto abarque las
necesidades de las mujeres, las cuales no fueron tomadas en cuenta al momento
de elaborar la noción en cuestión.

b) En las teorías sobre el momento en que surgen los Derechos Humanos: En este
tema, se parte de afirmar que el papel que la mujer ha tenido en la elaboración de
estos derechos es imperceptible y, por demás, nulo. Para ello, se reconoce la
existencia de las corrientes iusnaturalista y positivista al momento de definir la
naturaleza de estos derechos, esto es, si los derechos humanos no son creados por
el ordenamiento jurídico sino simplemente reconocidos por éste o si su existencia
se verifica a partir de las declaraciones y tratados que los contienen. Sin embargo,
la autora sostiene que sea cual fuere la posición que se adopte, el modelo que se
ha tomado para darle contenido al término de derechos humanos ha sido siempre

16
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Guidelines on the Protection of Refugee
Women. (Ginebra, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, 1991)

19
el masculino, lo cual se refleja al analizar la historia del pensamiento humano y
verificar que «el 95% de sus exponentes son varones»

Ahora bien, la gravedad de este hecho no es sólo el que se haya dejado de lado a
un importante grupo humano como son las mujeres, sino que adicionalmente se le
faculta para el goce de los mismos derechos que el varón, sin que haya participado
en su elaboración, definición y conceptualización.

e) En las declaraciones del siglo XVIII: En este punto, el análisis parte de la


denominación misma de la Declaración Francesa al titularse «del hombre y del
ciudadano». Obviamente, el contraargumento es afirmar que la voz HOMBRE
incluye de por sí a toda la humanidad y con ello, a las mujeres. Sin embargo,
bastaría con revisar un poco de la historia de la época, para verificar que es difícil
pensar que el ámbito de esa denominación realmente reflejaba la universalidad que
se le pretende adjudicar. El caso de Olimpia de Gouges, ciuda dana francesa
condenada a la guillotina por haber elaborado un Proyecto de Declaración de los
Derechos Humanos de la Mujer y de las Ciudadanas que postulaba la igualdad en
dignidad de las mujeres y el reconocimiento de sus derechos y libertades
fundamentales, es una muestra clara de cómo las necesidades de las mujeres no
estaban incorporadas en la Declaración Francesa17. En este sentido, se pueden
ubicar los planteamientos de Giulia Tamayo quien afirma que la Declaración
Francesa «no contiene un soporte conceptual dirigido a quebrar la subordinación de
las mujeres y definirla en igualdad». Incluso, ante los argumentos que sostienen que
los pactos que se desarrollan posteriormente en aras de incorporar los derechos
civiles, políticos, sociales, económicos y culturales en el orden general de los
derechos humanos deben ser vistos como una manera de incluir las necesidades
de las mujeres, la autora sostiene que esta reconceptualización fue liderada por los
varones, con lo cual el asunto no varió en sus aspectos fundamentales. En este
sentido, resultaría lógico que las violaciones que se producen en perjuicio de los

17
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Guidelines on the Protection of Refugee
Women. (Ginebra, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, 1991)

20
derechos de las mujeres, por el hecho mismo de ser mujeres no hayan sido incluidas
específicamente en estos documentos.

d) En la práctica de los organismos de promoción y protección de los Derechos


Humanos: En este punto, la crítica de la autora está relacionada a las actividades
de estas organizaciones, las cuales no han empleado el máximo de sus esfuerzos
para denunciar las violaciones a los derechos de las mujeres. Asimismo, se critica
que sólo los organismos creados para el efecto hayan recogido estos casos, cuando
-si se pretende universalidad en la noción de derechos humanos- deberían ser
recogidos por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas o la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Desde el momento que se han
producido documentos y organismos específicos para el tema de mujer al interior
tanto del sistema universal como del sistema interamericano9 , puede concluirse
que originalmente el tema no estuvo contemplado al momento de diseñar los
documentos y las organizaciones encargadas de la protección y promoción de los
derechos humanos

8. LA RELACION ENTRE LOS DERECHOS HUMANOS Y LOS DERECHOS


DE LA MUJER: EL ENFOQUE DE BUNCH

En este objetivo general de vincular el tema de los derechos humanos con el


específico de los derechos de la mujer, se han desarrollado estrategias de acción
cuyo punto de partida es negar que este vínculo resulte obvio, ya que en muchas
ocasiones calificar esta situación como evidente termina cerrando la discusión y
quitándole valor al tema, en perjuicio de las necesidades y derechos de las mujeres.
Dentro de estas posiciones, cabe resaltar a Charlotte Bunch, quien vislumbra la
posibilidad de contrarrestar esta situación a través de cuatro enfoques de análisis,
sobre los cuales pasamos a dar cuenta. Un primer enfoque está relacionado con los
derechos civiles y políticos y las violaciones que contra ellos se verifican, tratando
de relacionar estas situaciones con las conductas específicas que se producen en

21
contra de las mujeres. Como ejemplo típico, tenemos el caso de la tortura sexual a
que se vieron sometidas las presas políticas en países como Argentina18.

En este caso, no sólo se dio un atentado contra los derechos de participación


política de los ciudadanos, por citar sólo alguno, sino que adicionalmente se da otro
acto criminal que aumenta la gravedad del hecho y que afecta a las mujeres
específicamente. En segundo término, debemos ocupamos de los derechos
económicos, sociales y culturales, lo cual nos llevará al reconocimiento de la
participación de la mujer en el desarrollo económico de los pueblos, especialmente
en el Tercer Mundo. Con esta perspectiva, saldrá a luz la llamada «feminización de
la pobreza», esto es, el aumento del empobrecimiento de las mujeres 19.

Asimismo, se podrá tomar nota de cómo se verifica el fenómeno en el caso de los


hogares encabezados por mujeres debido -entre otros factores- a la fuerte
dependencia de los hijos respecto de sus madres, el envío de remesas insuficientes
por el hombre ausente y a la existencia de importantes diferencias relacionadas con
el acceso de las mujeres a los recursos y al empleo productivo20. Un tercer elemento
está relacionado con la creación de nuevos mecanismos legales para luchar contra
la discriminación sexual y que impliquen la ampliación de la responsabilidad del
Estado en las violaciones de los derechos humanos; de esta manera, lo que se
pretende es entregar a las mujeres los recursos legales necesarios para luchar por
sus derechos. Finalmente, se propone la transformación del concepto de derechos
humanos con el objetivo de que se tome más en cuenta la vida de las mujeres, sin
esperar «la aprobación de la autoridades para determinar lo que es o no un asunto
de derechos humanos»21.

18
Defensoría del Pueblo. (2009). Migraciones y Derechos Humanos. Supervisión de las Políticas de
Protección de los Derechos de los Peruanos Migrantes (Informe Nº 146). Lima: Defensoría del Pueblo.
19
WORLD HEALTH ORGANIZATION. 2013. Global and regional estimates of violence against women:
Prevalence and health effects of intimate partner violence and non-partner sexual violence. [En línea]
[Consulta: 8 de octubre de 2013
20
PALACIOS ZULOAGA, Patricia. 2011. El tratamiento de la violencia del género en la Organización de
Naciones Unidas. [En línea] Santiago, Centro de Derechos Humanos (Facultad de Derecho, Universidad de
Chile). [Consulta: 9 de octubre de 2013].
21
Defensoría del Pueblo. (2009). Migraciones y Derechos Humanos. Supervisión de las Políticas de
Protección de los Derechos de los Peruanos Migrantes (Informe Nº 146). Lima: Defensoría del Pueblo.

22
De lo que se trata, según esta perspectiva, es de «aprovechar» las ampliaciones
que el concepto ha tenido en las últimas décadas, para de esta manera ir incluyendo
los casos específicos de las mujeres. Un ejemplo de ello, se encontraría en el hecho
de considerar las «desapariciones» como violaciones de los derechos humanos,
fenómeno que se verifica a raíz de los trágicos sucesos producidos durante la
dictadura argentina, por ejemplo.

En este caso, se reivindica la lucha de las mujeres argentinas bajo el argumento


que al reclamar el hecho sin que el derecho lo haya recogido aún, se contribuye a
la sanción efectiva de los responsables. A nuestro juicio, estos enfoques -
especialmente el último- responden más a estrategias de acción que a orientaciones
estrictamente jurídicas, aspecto que no es negado por Bunch.

Ahora bien, independientemente de que pueda o no ser necesario desarrollar una


actividad de este tipo, el hecho es que si de lo que se trata es de tener argumentos
sólidos, la rigurosidad académica es fundamental ya que no se trata de forzar los
conceptos, sino de entender en qué medida son aplicables o no a las situaciones
materia de análisis. Ahora bien, es claro que ubicar los derechos de las mujeres en
el marco de los documentos internacionales sobre derechos humanos no parece
tan complicado si de lo que se trata es de una identificación formal y principista; el
problema, como hemos visto, se encuentra al momento de cotejar esta normativa
con la situación que atraviesan las mujeres.

Si bien reconocemos que la distancia entre la norma y la realidad es una


circunstancia que afecta al Derecho en general, este hecho no obsta a que se
emprenda una labor efectiva que trate de acortar esta distancia. En este sentido,
resulta importante retomar los principales puntos que al inicio de la década de los
noventa han pasado a primer plano como respuesta a esta búsqueda del
reconocimiento de los derechos humaoos de las mujeres como necesidades
específicas22.

22
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Guidelines on the Protection of Refugee
Women. (Ginebra, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, 1991)

23
Así, un primer aspecto se halla en la integración de estos derechos en el sistema
de protección de los derechos humanos; a ello debe sumarse un análisis de género,
que a su vez permita el fortalecimiento de los instrumentos y mecanismos existentes
para reprimir las violaciones a los derechos humanos de las mujeres. Relacionado
con estos puntos se encuentra el cuestionamiento al relativismo cultural que, en el
tema de los derechos humanos, permite prácticas degradantes, discriminatorias y
violentas contra las mujeres, así como el fortalecimiento de su ciudadanía, lo cual
la llevará a participar activamente en los procesos de toma de decisión. De lo que
se trata, entonces, es de reinsertar en el debate político, social y jurídico a un sector
que nunca debió hallarse excluido, visibilizando las desigualdades y los problemas
que enfrenta y dándoles solución al interior del Sistema23.

9. EL SISTEMA INTERNACIONAL DE DERECHOS HUMANOS Y LA


ACCIONA FAVOR DE LOS DERECHOS DE LAS MUJERES

Cabe señalar en este punto que la elaboración de los documentos internacionales


sobre derechos humanos fue el primer paso en la constitución del llamado Sistema
Internacional de Protección de los Derechos Humanos, al disponerse la creación de
una serie de organismos orientados a la vigilancia de estos derechos, así como a
su promoción y protección. En este último aspecto, y debido a la grave situación
que se venía atravesando, se facultó a estos organismos de manera que pudieran
acoger las denuncias de violaciones contra los derechos humanos, sean éstas de
tipo general o individual. En este caso, de Jo que trataba era de garantizar una
verdadera protección a los individuos contra Jos actos que los Estados, a través de
sus representantes o de otros particulares, pudieran verificar en su contra. El
Sistema, entonces, se constituyó tanto a nivel universal como regional (dentro de
éste ámbito ubicamos el Sistema Interamericano de Derechos Humanos)24.

23
Beloff. M. (2008): Fortalezas y debilidades del litigio estratégico para el fortalecimiento de los estándares
internacionales y regionales de protección a la niñez en América Latina. Disponible en
http://www.observatoriojovenes.com.ar/almacen/file
/Fortalezas%20y%20debilidades_%20Mary%20Beloff.pdf (fecha acceso: febrero 2010)
24
WORLD HEALTH ORGANIZATION. 2013. Global and regional estimates of violence against women:
Prevalence and health effects of intimate partner violence and non-partner sexual violence. [En línea]
[Consulta: 8 de octubre de 2013

24
A nivel universal, podemos identificar como órgano principal a la Comisión de
Derechos Humanos, facultada para recibir denuncias sobre violaciones de derechos
humanos, sean estas de tipo general o individual, a través de los procedimientos
1503 y 1235 respectivamente. Asimismo, cabe mencionar al Comité de Derechos
Humanos, creado en virtud del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
y facultado a través del Protocolo Facultativo para recibir denuncias de tipo
individual. Ahora bien, a nivel interamericano el órgano central es la Comisión
lnteramericana de Derechos Humanos, la cual tiene entre sus atribuciones el acoger
las denuncias individuales que se le presenten sobre violaciones de derechos
humanos y, si lo considera conveniente, llevar los casos ante la Corte
lnteramericana de Derechos Humanos. En este caso, la Corte hará uso de su
competencia contenciosa para fallar de modo definitivo e inapelable. Pues bien,
cabe preguntarse ahora en qué medida se puede hacer uso de los organismos del
Sistema para defender los derechos de las mujeres, especialmente en el ámbito
interamericano.25 Para ello, resulta sumamente importante destacar la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer
(Convención de Belem do Para, 1994), cuyo punto de partida se encuentra en el
reconocimiento que se produce en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos
celebrada en Viena en 1993 en relación a la violencia contra las mujeres como una
violación de derechos humanos.

Al respecto, es importante resaltar que este documento significa un avance


importante en el proceso de visibilización de las necesidades y problemas
específicos de las mujeres, al reconocer la relación existente entre la violencia de
género y los derechos humanos de las mujeres (especialmente el derecho a ser
libres de la tortura, el derecho a la no discriminación sexual y el derecho a una
educación libre de los estreotipos de género) .

25
PALACIOS ZULOAGA, Patricia. 2011. El tratamiento de la violencia del género en la Organización de
Naciones Unidas. [En línea] Santiago, Centro de Derechos Humanos (Facultad de Derecho, Universidad de
Chile). [Consulta: 9 de octubre de 2013].

25
Asimismo, este documento constituye un importante paso en el esfuerzo por
rechazar la idea que los derechos humanos sólo son violados por el Estado, al
reconocer que la violencia contra la mujer no es un fenómeno estrictamente privado.

De otro lado, resulta relevante destacar cómo este documento incluye me¡:lidas de
acción similares y paralelas a las que contempla la Convención Americana de
Derechos Humanos, al facultar a los Estados Partes a solicitar Opiniones
Consultivas a la Corte Interamericana de Derechos Humanos en relación a la
interpretación de la Convención26. Asimismo, y en relación a la Comisión
Interamericana, se faculta a las mujeres (individualmente, en grupo o mediante una
organización no-gubernamental reconocida) el derecho a presentar peticiones ante
esta entidad, que contengan denuncias o quejas de violación de algún Estado en
relación al Artículo 7 de la Convención, el cual contiene la obligación de los estados
de respetar y garantizar el derecho de las mujeres a vivir sin violencia.

Además, se señala que la Comisión considerará estas denuncias de acuerdo a las


normas y los requisitos de procedimientos para la presentación y consideraciones
de peticiones estipulados en la Convención Americana sobre Derechos Humanos y
en El Estatuto y el Reglamento de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos. En este sentido, la Convención Americana de Derechos Humanos
establece los siguientes requisitos para la presentación de denuncias individuales
(Artículo 46 de la Convención Americana):

a) Haber agotado los recursos de la jurisdicción interna.

b) Que sea presentada dentro del plazo de seis meses a partir de la fecha en que
el presunto lesionado en sus derechos haya sido notificado de la decisión definitiva.

c) Que la materia de la petición o comunicación no esté pendiente de otro


procedimiento de arreglo internacional.

26
Beloff. M. (2008): Fortalezas y debilidades del litigio estratégico para el fortalecimiento de los estándares
internacionales y regionales de protección a la niñez en América Latina. Disponible en
http://www.observatoriojovenes.com.ar/almacen/file
/Fortalezas%20y%20debilidades_%20Mary%20Beloff.pdf (fecha acceso: febrero 2010)

26
d) Que la petición contenga el nombre, la nacionalidad, la profesión, el domicilio y
la firma de la persona o personas o del representante legal de la entidad que somete
la petición27. Adicionalmente, se señala que la Comisión declarará inadmisible toda
petición o comunicación cuando falte alguno de los requisitos anteriormente
señalados; cuando no se expongan hechos que caractericen una violación de los
derechos garantizados por la Convención; cuando la petición resulte infundada o
improcedente luego de la exposición del propio peticionario o del Estado en
cuestión; y cuando sea la reproducción de peticiones o comunicaciones anteriores
ya examinadas, sea por la Comisión o por otro organismo internacional28.

Por su parte, el Estatuto de la Comisión faculta a la Comisión a solicitar a la Corte


Interamericana de Derechos Humanos que tome las medidas provisionales que
considere pertinentes en asuntos graves y urgentes que aún no estén sometidos a
su conocimiento, con el objetivo de evitar daños irreparables a las personas.
Finalmente, el Reglamento de la Comisión establece que la petición deberá ser
presentada por escrito, siendo el caso que el peticionario podrá designar en la
misma, o en otro escrito, a un abogado u otra persona para representarlo ante la
Comisión. Como se puede apreciar, he aquí un importante paso si de Jo que se
trata es de reivindicar los derechos de las mujeres al interior del Sistema de
Derechos Humanos. Es así que tenemos ante nosotros un importante nexo entre el
sistema «general» de derechos humanos y el que se constituye de manera
específica para el caso de las mujeres. Si bien, estamos ante un documento
concebido para contemplar el caso específico de la violencia, tenemos en él un
primer e importante paso en el proceso de hacer uso de los mecanismos del sistema
en favor de las mujeres. 29

27
RODRIGUEZ-BLANES, Gloria M. et al. Detección de violencia del compañero íntimo en atención primaria
de salud y sus factores asociados. Gac Sanit [online]. 2017, vol.31, n.5 [citado 2018-05-08], pp.410-415.
Disponible en: <http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-
91112017000500410&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0213-9111. http://dx.doi.org/10.1016/j.gaceta.2016.11.008.
28
WORLD HEALTH ORGANIZATION. 2013. Global and regional estimates of violence against women:
Prevalence and health effects of intimate partner violence and non-partner sexual violence. [En línea]
[Consulta: 8 de octubre de 2013
29
DE LORENZO, R. y PALACIOS, A., “Discapacidad, derechos fundamentales y protección constitucional”, en
Los derechos de las personas con discapacidad, Vol. I Aspectos jurídicos, Madrid, 2007.

27
CAPITULO II
DERECHOS HUMANOS DEL NIÑO Y SU PROTECCION

1. LOS DERECHOS DE LA INFANCIA EN AMÉRICA LATINA

La conmemoración de los veinte años de la Convención sobre los Derechos del


Niño de 1989 ha sido motivo de celebración y, sobre todo, ha servido para recordar
los avances que se han producido (UNICEF, 2009 y Pinheiro, 2009). El objetivo de
este artículo es remarcar la importancia que tiene dicho tratado como modelo de
análisis de los códigos de la infancia que se han dictado en América Latina. En este
sentido, y para poder llevar a cabo esta tarea, señalaremos los ejes sobre los cuales
se basa la Convención a fin de categorizar dicho modelo y poder utilizarlo para el
análisis de los mismos. El objeto de nuestro análisis es la perspectiva socio-
educativa que contienen tanto la Convención como los códigos.

La Convención sobre los Derechos del Niño fue ratificada por la mayoría de los
países de América Latina en fechas inmediatas a su aprobación por la Asamblea de
Naciones Unidas.30 A partir de ese momento se inició un proceso de implementación
en las diferentes legislaciones nacionales. Este proceso supuso una “ruptura”
debido a la nueva concepción basada en los derechos del niño. De esta manera, la
Convención “impactó en Amé- rica Latina en un momento en el que había una
discusión importante sobre los alcances y potencialidades de las nuevas
democracias latinoamericanas” (Beloff: 2008, 9), suponiendo una renovación de la
protección de los derechos de la niñez, desde la perspectiva de los Derechos
Humanos y,también,un proceso de modernización del Estado, que ya se venía
produciendo en algunos países de la Región con respecto a la justicia penal de
menores.

A finales de la década de los 90 se plasma este giro, en cuanto a la defensa de los


derechos del niño, gracias a dos acontecimientos: el primero, la celebración de

30
PALACIOS ZULOAGA, Patricia. 2011. El tratamiento de la violencia del género en la Organización de
Naciones Unidas. [En línea] Santiago, Centro de Derechos Humanos (Facultad de Derecho, Universidad de
Chile). [Consulta: 9 de octubre de 2013].

28
sendos cursos, uno organizado por el UNICEF y, otro, por el Instituto Interamericano
de Derechos Humanos de Costa Rica que versaron sobre temas de la niñez y
Derechos Humanos; y el segundo acontecimiento fue la sentencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos sobre el caso de los “Niños de la calle -
Villagrán Morales vs. Guatemala”, en la que dicha Corte, ateniéndose al artículo 19
de la Convención Americana de Derechos Humanos, interpreta las obligaciones del
Estado en cuanto a la protección del derecho a la vida y a su dignidad. La sentencia
en cuestión consideró que el Estado de Guatemala era responsable de la muerte
de cinco niños de la calle a manos de la policía al violar el derecho a la vida y no
adoptar las medidas especiales de protección, indemnizando a las familias de las
víctimas y siendo obligado a investigar los hechos.

Por otra parte, a lo largo del siglo XX en América Latina se aprobaron una serie de
códigos de la infancia y de la familia en los que se plasmaban las políticas de
protección a la infancia, todavía en clave filantrópico-tutelar (Romero, 2007),
siguiendo los modelos de protección dominantes hasta la aprobación de la
Convención31. El impacto de este tratado supuso un renovado interés por redactar
códigos de la infancia que fueran concordantes con el mismo, convirtiéndose así en
una especie de Convención en miniatura. Los códigos, por lo tanto, supusieron la
plasmación de las responsabilidades del Estado, de la sociedad y de la familia en
políticas encaminadas a atender las necesidades de la población infantil más
vulnerable, pero también de todo el conjunto de los derechos civiles, económicos,
sociales y culturales.

Como consecuencia, tanto de esta tradición como de los acontecimientos


señalados, en la mayoría de los códigos que se dictaron a partir de 1999 se aprecia
una mayor implicación del Estado en sus obligaciones y en la garantía de los
derechos fundamentales. Desde esta fecha, “ya nadie discute en Amé- rica Latina
que la protección de la niñez debe plantearse a partir de un enfoque de ciudadanía

31
RODRIGUEZ-BLANES, Gloria M. et al. Detección de violencia del compañero íntimo en atención primaria
de salud y sus factores asociados. Gac Sanit [online]. 2017, vol.31, n.5 [citado 2018-05-08], pp.410-415.
Disponible en: <http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-
91112017000500410&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0213-9111. http://dx.doi.org/10.1016/j.gaceta.2016.11.008.

29
y de protección de los derechos humanos de niños y niñas” (Beloff: 2008, 11). Por
lo tanto, existe, a nivel legal, una implementación de los derechos del niño de
acuerdo con la Convención que se refleja, sobre todo, en los citados códigos,
habiéndose convertido en el instrumento legal por excelencia, con reconocimiento
constitucional (SITEAL, 2009). La situación de los derechos del niño es mucho más
compleja en la realidad, como se refleja a lo largo de esta última década en los
informes que remiten los países firmantes de la Convención al Comité de los
Derechos del Niño, que es el órgano de seguimiento de ese tratado (UNICEF y
OACNUDH, 2006). En este sentido, se puede plantear una hipótesis de partida en
la que se aprecia que su implementación cumple los requisitos formales exigidos32.
Así, tanto los informes que se remiten a dicho Comité para seguir su proceso de
seguimiento, como los propios códigos de la niñez, mantienen un discurso que
podría calificarse de “políticamente correcto” en cuanto que asumen los principios y
desarrollos presentes en la Convención, pero que contrastan con una realidad que
deja en evidencia la violación de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
En este artículo no podemos abordar esta compleja situación, relativa al
cumplimiento normativo y la realidad, puesto que nuestro nivel de análisis está
centrado en la forma que adquieren los derechos de la infancia en una normativa
legal, como son los códigos

2. LA CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO COMO MODELO DE


ANÁLISIS PARA LOS CÓDIGOS DE LA NIÑEZ

Los derechos reconocidos, y que dan contenido a la Convención, obedecen a una


estructura que recoge una amplia nómina de derechos de los niños, niñas y
adolescentes (Dávila y Naya, 2005). No obstante, y como ha puesto de manifiesto
el propio Comité de los Derechos del Niño, existen unos ejes principales que
atraviesan toda la Convención. Se trata de los principios rectores de no
discriminación, interés superior del niño, derecho a la vida y la supervivencia y

32
RODRIGUEZ-BLANES, Gloria M. et al. Detección de violencia del compañero íntimo en atención primaria
de salud y sus factores asociados. Gac Sanit [online]. 2017, vol.31, n.5 [citado 2018-05-08], pp.410-415.
Disponible en: <http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-
91112017000500410&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0213-9111. http://dx.doi.org/10.1016/j.gaceta.2016.11.008.

30
respeto a las opiniones del niño (Observación General Número 5/2003, párrafo 12),
subrayando que la Convención es indivisible y sus artí- culos son interdependientes
(Hodgkin y Newell, 2004). De la definición de estos principios, y del resto de los
derechos, realizada en la Convención y por el Comité de los Derechos del Niño y
otros organismos internacionales, resultan categorías de análisis que permiten
conocer la implementación de los derechos del niño por parte de los diferentes
países firmantes de la Convención. Para el caso europeo hemos podido aplicar
dicho modelo, resultando productivo en cuanto que permite detectar las diferentes
maneras de aplicación, los matices en cada uno de los casos o la no concordancia
con dicho tratado (Dávila y Naya, 2003).

Desde la perspectiva de la Pedagogía Social no se nos escapa que este tipo de


análisis favorece un mejor conocimiento de la situación legal que tienen que conocer
los educadores sociales, transformándose en una herramienta útil para la toma de
decisiones y el conocimiento de los límites y posibilidades de una Pedagogía Social
con un enfoque de derechos humanos y, en concreto, de los derechos de los niños,
niñas y adolescentes. Dentro del conjunto de derechos recogidos en la Convención
nos vamos a centrar en aquellos que afectan a las situaciones de riesgo en las que
se puede encontrar la infancia, que en ella se identifican como medidas especiales
de protección. Esas situaciones vienen recogidas, con mayor o menor extensión,
entre los artículos 32 a 40 de dicho tratado, en los que se aborda la explotación
económica; el uso ilícito de estupefacientes; la explotación y abuso sexuales; el
secuestro, venta y trata de niños; la privación de libertad; la tortura; los conflictos
armados y el conflicto con la justicia. Se trata de un panorama muy amplio y,en
términos sociales, se refiere a situaciones de exclusión social, en la mayoría de los
casos, debido a la pobreza. No obstante, no todos los países abordan de la misma
manera este ámbito.

Así, en los informes enviados al Comité, hay países que se refieren a los niños
refugiados, a los niños y niñas en situación de calle, desaparecidos, etc. Lo
relevante de esta información es que los países intentan reflejar las medidas de
protección que toman para paliar esas situaciones de vulnerabilidad en las que se

31
encuentra la infancia en los países de la Región. Esta complejidad la hemos limitado
a dos ámbitos que, por su presencia en la mayoría de los códigos, nos ofrecen
posibilidades de análisis y de comparación y que constituyen nuestro objeto de
estudio. La primera, las situaciones de riesgo social y medidas protectoras y, la
segunda, los adolescentes en conflicto con la justicia. Ámbitos donde el Estado toma
sus medidas de protección. Para completar esta visión, también tratamos las
instituciones existentes de protección de la infancia. Estos dos ámbitos no agotan
todas las situaciones vulnerables en las que se encuentran la infancia en América
Latina, como el trabajo infantil y la explotación, abuso y maltrato, pero sí canalizan
unas realidades especialmente impactantes en su vida cotidiana.33

Esta colaboración debe insertarse en una investigación más completa sobre los
códigos y su aportación educativa (Dávila y Naya, 2010).

Desde el punto de vista metodológico hemos procedido a diferenciar estos dos


ámbitos y a establecer categorías que nos permiten abordarlos, tomando, para ello,
las definiciones establecidas por la Convención y su presencia en los códigos. Este
diseño metodológico permite observar el grado de congruencia entre el tratado
internacional y su plasmación en las legislaciones internas.

El resultado de ese análisis nos permite, asimismo, observar la relevancia temática


que tienen esas categorías en cada uno de los códigos analizados. Las fuentes
legislativas utilizadas son los códigos vigentes en los países de la Región y cuya
referencia completa se puede encontrar al final de este artículo. Entre 1999 y 2009
la mayoría de países de América Latina aprobaron códigos, excepto Brasil (1990),
Panamá (1995), Honduras (1996), Nicaragua (1998) y Costa Rica (1998) que lo
hicieron antes de esa fecha, además, Chile y Cuba que no tienen códigos adaptados
a la Convención.34

33
DE LORENZO, R. y PALACIOS, A., “Discapacidad, derechos fundamentales y protección constitucional”, en
Los derechos de las personas con discapacidad, Vol. I Aspectos jurídicos, Madrid, 2007.
34
PALACIOS ZULOAGA, Patricia. 2011. El tratamiento de la violencia del género en la Organización de
Naciones Unidas. [En línea] Santiago, Centro de Derechos Humanos (Facultad de Derecho, Universidad de
Chile). [Consulta: 9 de octubre de 2013].

32
3. NIÑOS EN SITUACIÓN DE RIESGO SOCIAL Y MEDIDAS PROTECTORAS

Las situaciones de riesgo social en las que se encuentran los niños, niñas y
adolescentes en América Latina ofrecen un amplio espectro de situaciones que van
desde la explotación infantil, al maltrato, a niños en la calle, etc. Esta situación
amenaza el cumplimiento de los derechos del niño y es la fuente de violaciones más
frecuente. Así, en algunos códigos, se ha llegado a definir el maltrato, para
diferenciarlo de otras situaciones de riesgo: el artículo 108 del Código de Bolivia lo
define como “todo acto de violencia ejercido por padres, responsables, tercero y/o
instituciones, mediante abuso, acción, omisión o supresión, en forma habitual u
ocasional, que atente contra los derechos reconocidos a niños, niñas y adolescentes
por este Código y otras leyes; violencia que les ocasione daños o perjuicios en su
salud física, mental o emocional”.

De una manera extensa, el código de Ecuador, en su artículo 67, no solamente


define el concepto de maltrato, sino que matiza toda una serie de situaciones de
riesgo social, definiendo el concepto de abuso sexual, explotación sexual, tráfico de
niños, pérdida de niños, niñas y adolescentes, expresándolo de la siguiente manera:
“se entiende por maltrato toda conducta, de acción u omisión, que provoque o pueda
provocar daño a la integridad o salud física, psicológica o sexual de un niño, niña o
adolescente, por parte de cualquier persona, incluidos sus progenitores, otros
parientes, educadores y personas a cargo de su cuidado; cualesquiera sean el
medio utilizado para el efecto, sus consecuencias y el tiempo necesario para la
recuperación de la víctima”35. En el mismo sentido, Guatemala aporta una definición
mucho más restringida, definiendo no tanto el maltrato como el derecho a no ser
objeto de discriminación, marginación, explotación, violencia, crueldad y opresión,
especificando la explotación o abuso sexual. Uruguay entiende, en el artículo 130,
“por maltrato y abuso del niño o adolescente las siguientes situaciones, no
necesariamente taxativas: maltrato físico, maltrato psíquico-emocional, prostitución

35
RODRIGUEZ-BLANES, Gloria M. et al. Detección de violencia del compañero íntimo en atención primaria
de salud y sus factores asociados. Gac Sanit [online]. 2017, vol.31, n.5 [citado 2018-05-08], pp.410-415.
Disponible en: <http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-
91112017000500410&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0213-9111. http://dx.doi.org/10.1016/j.gaceta.2016.11.008.

33
infantil, pornografía, abuso sexual y abuso psíquico o físico”. Además de estas
definiciones, en algunos casos, los códigos prefieren referirse más a los derechos
de protección que a las situaciones de carencia.

Así, en el caso de Colombia, el código especifica diecinueve situaciones en las


cuales los niños, niñas y adolescentes deben ser protegidos: abandono físico,
emocional y psicoafectivo de sus padres; explotación económica por parte de sus
padres; consumo de tabaco, sustancias psicoactivas, estupefacientes o alcohólicas;
prostitución, explotación sexual y pornografía; secuestro, venta y tráfico; guerra y
reclutamiento; los conflictos armados internos; tortura y toda clase de tratos y penas
crueles, inhumanos, humillantes y degradantes; niños y niñas de la calle; retención
en el extranjero; desplazamiento forzado; trabajo inadecuado; contagio de
enfermedades infecciosas prevenibles; transmisión del VIH-Sida y las infecciones
de transmisión sexual y cualquier otro acto que amenace o vulnere sus derechos.
En el mismo sentido se expresa el código de Nicaragua que recoge doce situaciones
de vulnerabilidad y el de Uruguay lo hace con nueve.36 Estos son tres ejemplos que
no se ajustan a la articulación de la Convención que los artículos 32 a 40 logró
aglutinar muchas de estas situaciones, pero también es una muestra de la intención
de los países de América Latina de reiterar la protección a la que están sujetos los
niños, niñas y adolescentes en este tipo de situaciones.37

Esta necesidad de definir el maltrato viene impulsada por el interés de llevar a cabo
políticas y medidas de protección especiales. Sin embargo, parece que el legislador
tuviese necesidad de contextualizar dichas medidas en unas situaciones que
expliquen la razón de las mismas. En este sentido, es frecuente encontrar en
algunos códigos referencias a la “situación de riesgo social” que “amenazare el
cumplimiento y violación de sus derechos” (artículo 189 del código de Bolivia) o que
“se encuentre en situación de riesgo social” (artículo 139 del código de Honduras)

36
DE LORENZO, R. y PALACIOS, A., “Discapacidad, derechos fundamentales y protección constitucional”, en
Los derechos de las personas con discapacidad, Vol. I Aspectos jurídicos, Madrid, 2007.
37
RODRIGUEZ-BLANES, Gloria M. et al. Detección de violencia del compañero íntimo en atención primaria
de salud y sus factores asociados. Gac Sanit [online]. 2017, vol.31, n.5 [citado 2018-05-08], pp.410-415.
Disponible en: <http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-
91112017000500410&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0213-9111. http://dx.doi.org/10.1016/j.gaceta.2016.11.008.

34
o que el menor “se encuentre en circunstancias especialmente difíciles” (artículo
495 del código de Panamá). Este último código, además, considera que un menor
está en “situación de riesgo social” cuando se encuentre en una serie de situaciones
que el propio código recoge: no asistir a la escuela; dedicarse a la mendicidad;
consumir bebidas alcohólicas, drogas o estupefacientes; abandonar el domicilio
familiar; emplearse en ocupaciones peligrosas o contrarias a las buenas
costumbres; frecuentar el trato con ‘gente viciosa y malviviente’ o vivir ‘en casa
destinada al vicio’; estar fuera del control de los padres o que estos sean
“delincuentes, alcohólicos, drogadictos, vagos, enfermos mentales o retardados
mentales profundo y por ello no pueden ofrecerle un modelo de crianza”.

No obstante, y a la vista de esta amplia nómina de “situaciones de riesgo”, muchos


de los aspectos que en ellos se recogen son objeto del “Protocolo Facultativo sobre
la Venta de Niños, la Prostitución Infantil y la Utilización de los Niños en la
Pornografía”, aprobado por Resolución de la Asamblea General de Naciones
Unidas en el año 2000 (A/RES/54/263), firmado por la mayoría de los países de la
Región entres los años 2001 y 2006 y del que también tienen que presentar informes
al Comité de los Derechos del Niño. Por lo tanto, ante esta compleja situación, la
mayoría de los códigos marcan las líneas de las políticas de protección, así como
las instituciones encargadas de la misma e, incluso, el sistema de denuncias ante
esas situaciones. Así, en general, se establecen diferentes tipos de medidas de
protección, bien sean administrativas o judiciales, como recoge el artículo 120 del
código de El Salvador, el 139 del de Honduras, así como el artículo 125 del de
Venezuela que señala que “las medidas de protección son aquellas que impone la
autoridad competente cuando se produce en perjuicio de uno o varios niños o
adolescentes individualmente considerados, la amenaza o violación de sus
derechos o garantías, con el objeto de preservarlos o restituirlos”.

4. LOS SISTEMAS DE JUSTICIA JUVENIL

Uno de los ámbitos en los que son especialmente extensos estos códigos, es el
referente a los sistemas de justicia juvenil. La razón de ello es porque incorpora
todos los aspectos que, hasta ese momento, se recogían en los denominados

35
códigos de menores, terminología que ha desaparecido, además de tratarse de
códigos integrales de la infancia. Por otra parte, muchas de las normativas de
justicia juvenil existentes hasta la aprobación de la Convención habían quedado
obsoletas y los sistemas de justicia estaban siendo objeto de modernización. 38 No
obstante, por ejemplo, en El Salvador existe, además del código una Ley del Menor
Infractor de 1994. Con ello se intentaba sustituir la concepción tutelar clásica por
otra más acorde con la concepción de derechos de la Convención.

En este sentido, Beloff (2006, 5) ha acometido el estudio de la evolución de los


sistemas de justicia juvenil, a través de estos códigos, advirtiendo que en “el año
2000 este proceso de reformas alcanzó un techo y que, a partir de entonces, se ha
desatado una segunda etapa de reformas legales e institucionales”, que coincide
con la promulgación de códigos de la niñez y la adecuación al derecho interno de
los principios de la Convención. Asimismo, el Comité de los Derechos del Niño
elaboró la Observación General Número 10 sobre los Derechos del Niño en la
Justicia de Menores en 2007. Los sistemas de responsabilidad penal y juvenil tienen
en los códigos un desarrollo muy pormenorizado, puesto que inciden mucho en
cuestiones garantistas sobre responsabilidad penal, procedimientos, garantías
procesales, derecho a la defensa, medidas y sanciones, juzgados penales para
adolescentes, finalidad de las sanciones, recursos, etc39., lo cual, a veces, parece
desvirtuar el propio código de la niñez. En este sentido, el desarrollo de este derecho
está mucho más pormenorizado en los códigos que en la propia Convención.
También es fácil comprender que, dada la situación de los países de la Región y los
sistemas obsoletos hasta entonces existentes, se haga hincapié en este aspecto.
En el orden cronológico Brasil, con su sistema de justicia juvenil, recogido en su
Estatuto del Niño y del Adolescente de 1990, sirvió de modelo para el resto de los
países en cuestiones como minoría de edad, exclusión de los adolescentes de la
justicia penal de adultos, aplicación de medidas socio-educativas, que es una

38
DE LORENZO, R. y PALACIOS, A., “Discapacidad, derechos fundamentales y protección constitucional”, en
Los derechos de las personas con discapacidad, Vol. I Aspectos jurídicos, Madrid, 2007.
39
PALACIOS ZULOAGA, Patricia. 2011. El tratamiento de la violencia del género en la Organización de
Naciones Unidas. [En línea] Santiago, Centro de Derechos Humanos (Facultad de Derecho, Universidad de
Chile). [Consulta: 9 de octubre de 2013].

36
novedad interesante y que asume los principios de la Convención, garantías
procesales y aplicación de la privación de libertad con carácter excepcional, entre
otras.40

Como sea que el interés de este artículo es resaltar los aspectos educativos de los
códigos, haremos mención a las medidas socioeducativas recogidas en el sistema
penal de los adolescentes. Por ejemplo, el artículo 369 del código de Ecuador dice
que “las medidas socioeducativas son acciones dispuestas por autoridad judicial
cuando ha sido declarada la responsabilidad del adolescente en un hecho tipificado
como infracción penal. Su finalidad es lograr la integración social del adolescente y
la reparación o compensación del daño causado”.

Entre estas medidas recoge la amonestación, la imposición de reglas de conducta,


la orientación y el apoyo familiar, la reparación del daño causado, los servicios a la
comunidad, la libertad asistida, el internamiento, bien domiciliario, de fin de semana
o en régimen de semi-libertad y, finalmente, el internamiento institucional en centros
específicos. La última medida a adoptar debería ser el internamiento institucional,
aunque, en la práctica, muchas veces, sea la primera que se aplica.

En el mismo sentido, Paraguay se refiere a la naturaleza de las medidas


socioeducativas, en el artículo 200 de su código, y afirma que “las medidas
socioeducativas son prohibiciones y mandatos que regulan la forma de vida del
adolescente con el fin de asegurar y promover su desarrollo y educación. Dichas
reglas de conducta no podrán exceder los lí- mites de la exigibilidad, conforme a la
edad del adolescente”. Entre las que tienen un carácter más educativo son la
asistencia a programas educativos y de entrenamiento social o la reparación, dentro
de un plazo determinado y de acuerdo con sus posibilidades, de los daños causados
por el hecho punible. De forma similar se expresa el código de Guatemala, en el
artículo 238, que las recoge y enumera: amonestación y advertencia; libertad
asistida; prestación de servicios a la comunidad y reparación de los daños al

40
RODRIGUEZ-BLANES, Gloria M. et al. Detección de violencia del compañero íntimo en atención primaria
de salud y sus factores asociados. Gac Sanit [online]. 2017, vol.31, n.5 [citado 2018-05-08], pp.410-415.
Disponible en: <http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-
91112017000500410&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0213-9111. http://dx.doi.org/10.1016/j.gaceta.2016.11.008.

37
ofendido, aunque en las órdenes de orientación y supervisión también recoge la
“obligación de matricularse en un centro de educación formal o en otro cuyo objetivo
sea enseñarle alguna profesión u oficio”, así como la de participar en programas de
tipo formativo, cultural, educativo, profesional, laboral, de educación vial y otros
similares. En el mismo sentido se expresa el artículo 92 del código de Honduras,o
el artículo 45 del código de México que, entre otras medidas, recoge la realización
de programas de enseñanza y formación profesional “así como otras posibilidades
alternativas a la internación en instituciones, para asegurar que sean tratados de
manera apropiada para su reintegración y adaptación social, en función de su
bienestar, cuidando que la medida aplicada guarde proporción entre las
circunstancias de su comisión y la sanción correspondiente”. 41

Por lo tanto, lo que se observa en las medidas socioeducativas recogidas en los


códigos es la posibilidad de ofrecer a los jueces de menores un amplio abanico de
opciones que posibiliten la aplicación de la medida más adecuada a cada uno de
los casos. Como puede observarse en una lectura detenida de todas ellas el objetivo
principal de las mismas es la integración social de los adolescentes y, en menor
grado, el aspecto punitivo. En este sentido se destacan los códigos de Bolivia,
Brasil, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Paraguay y República Dominicana
que recogen, expresamente, medidas concretas sobre escolarización y formación
profesional, como hemos citado.

Es de destacar también que existe una red de jueces latinoamericanos que tratan
de formarse en el campo de los derechos del niño a fin de poner en común las
medidas más adecuadas, de acuerdo con los principios de la Convención.
Asimismo, periódicamente el Instituto Interamericano del Niño ha ofrecido, desde
1998, cursos con este tipo de formación para jueces procedentes, en su mayoría,
del cono sur.

41
RODRIGUEZ-BLANES, Gloria M. et al. Detección de violencia del compañero íntimo en atención primaria
de salud y sus factores asociados. Gac Sanit [online]. 2017, vol.31, n.5 [citado 2018-05-08], pp.410-415.
Disponible en: <http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-
91112017000500410&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0213-9111. http://dx.doi.org/10.1016/j.gaceta.2016.11.008.

38
5. LAS INSTITUCIONES DE PROTECCIÓN A LA INFANCIA

Al margen del análisis de los códigos, uno de los aspectos más importantes dentro
de la implementación de la Convención ha sido la transformación institucional que
la mayoría de los Estados se ha visto obligado a llevar a efecto a fin de cumplir los
compromisos adquiridos. Las políticas públicas implementadas en el ámbito de la
infancia han supuesto, sobre todo, la creación de sistemas de protección integral y
que son la mejor vía para poder coordinar todas las acciones de protección a la
infancia.

Como señala Santos (2009) “la ratificación de la Convención y la creciente


sensibilización con respecto a los derechos de la infancia ha llevado a innumerables
iniciativas por parte de autoridades gubernamentales y actores de la sociedad civil.
Coordinar la acción de estos múltiples actores es esencial y ha contribuido al
establecimiento de distintos mecanismos nacionales.42 En ciertos casos, bajo la
dirección del Ministerio, en otros bajo una institución para la infancia y la
adolescencia, algunas veces creada en virtud del Código de los Niños y
Adolescentes. Sin embargo, el tema sigue siendo un enorme reto para la región”.
En este sentido, el Comité de los Derechos del Niño, a la vista de la diversidad de
instituciones de atención a la infancia presentes en la mayoría de los países,
recomienda que exista un órgano que coordine la información y supervise el
cumplimiento de las acciones a favor de la infancia.

El caso de América Latina ofrece un mapa variopinto en cuanto a las instituciones


existentes, a pe sar de que, en la mayoría de los casos, se observan tres niveles de
correspondencia institucional (nacional, regional y local) que permiten desarrollar
las políticas públicas, así como planes y leyes para el desarrollo de los derechos de
los niños, niñas y adolescentes. En la Tabla 3 señalamos la denominación de estas
instituciones a nivel estatal. En general, el nivel de dependencia es jerárquico, de
manera que las políticas nacionales dirigen todas las acciones del resto de las
administraciones participantes. En este sentido, se observa que la estructura

42
DE LORENZO, R. y PALACIOS, A., “Discapacidad, derechos fundamentales y protección constitucional”, en
Los derechos de las personas con discapacidad, Vol. I Aspectos jurídicos, Madrid, 2007.

39
administrativa del Estado atiende, en sus diferentes niveles, las políticas centrales
hasta llegar a las corporaciones locales y municipales.

Así, prácticamente en todos los países, existen comisiones, comités, consejos,


comisarías, etc. que actúan a nivel local, mientras que son menos los países que
tienen el segundo nivel regional o provincial, como ocurre en Argentina, Bolivia,
Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, República Dominicana, Uruguay y
Venezuela. Esta realidad administrativa puede ocasionar, en algunos casos, la falta
de coordinación y el control de los planes y los programas de atención a la infancia.
A pesar de la descentralización que se aprecia, lo cierto es que las funciones más
importantes de dichas políticas recaen en los órganos dependientes de algún
ministerio o de los institutos existentes sobre derechos del niño o de la familia.
Algunos de ellos son reformas de otras instituciones anteriores y otros han sido
creados a partir de los códigos de la infancia, como es el caso de El Salvador o
Perú.43

En este sentido, no es tan evidente que, en todos los casos, prevalezcan las
instituciones de rango ministerial, sino más bien son las comisiones, consejos o
institutos los que asumen las políticas orientadas a la infancia, como ocurre en
Guatemala, Honduras, Nicaragua, Uruguay, Bolivia, Ecuador, Costa Rica y El
Salvador (SITEAL: 2009, 81). Con respecto a las funciones y la institucionalización
se observa también un panorama muy amplio de posibilidades, aunque las leyes
integrales existentes dan prevalencia a que las funciones de planificación,
organización, ejecución y evaluación correspondan a las instituciones de carácter
nacional, mientras que los organismos regionales y locales tienen funciones más
relacionadas con la promoción y protección de los derechos, así como la ejecución
de los planes diseñados.

En este sentido, y al margen del reconocimiento general sobre la existencia de


planes nacionales recogidos en los diferentes códigos, existe una serie de planes

43
RODRIGUEZ-BLANES, Gloria M. et al. Detección de violencia del compañero íntimo en atención primaria
de salud y sus factores asociados. Gac Sanit [online]. 2017, vol.31, n.5 [citado 2018-05-08], pp.410-415.
Disponible en: <http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-
91112017000500410&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0213-9111. http://dx.doi.org/10.1016/j.gaceta.2016.11.008.

40
que, con diversas denominación, atienden aspecto pormenorizados de los derechos
del niño, como ocurre en Bolivia, que dispone de un plan nacional para la
erradicación progresiva del trabajo infantil; en Chile, que dispone de una ley de
responsabilidad penal de los adolescentes o un plan de acción integrado a favor de
la infancia y la adolescencia (2001-2010); en Ecuador, con un plan decenal de
protección integral (2004-2014); en Guatemala, con su plan de actuación decenal
(2004-2015); así como en Perú, República Dominicana, Paraguay, Uruguay o
Venezuela. Las representaciones en dichos órganos es muy variada, y en todas
ellas se aprecia, además de la presencia de las administraciones correspondientes,
la participación de la sociedad civil y, sobre todo, de las ONGs.

En este sentido, algunos de los códigos regulan la integración de representantes de


las mismas en los órganos de gobiernos de los Institutos y otros organismos
oficiales, pero también, en algunos casos, se regulan las actividades de estas
organizaciones, como ocurre en Argentina, Brasil, El Salvador, Nicaragua,
República Dominicana, Uruguay y Venezuela.44 En el caso de la República
Dominicana el derecho a la participación social se desarrolla de una forma prolija,
señalando, incluso, las obligaciones de las entidades tanto gubernamentales como
no gubernamentales. Además de estos organismos no podemos obviar la existencia
de una figura que se ha ido imponiendo de manera progresiva: el “Defensor del niño”
o “Defensorías de los derechos del niño” con denominaciones diversas.

En este sentido, la mayoría de códigos se refieren a ella, aunque hay que distinguir
que, en algunos casos, se trata de defensorías específicas de la niñez, mientras
que en otros se trata de asumir las funciones correspondientes a esta figura en
otras, generalmente más amplias, relativas a la defensa de la ciudadanía. Así,
países como Argentina, Bolivia, Guatemala, Nicaragua, Paraguay, Perú y
Venezuela, la tienen establecida en sus normativas de una manera específica, con
funciones muy concretas; mientras que países como Colombia, Costa Rica y

44
RODRIGUEZ-BLANES, Gloria M. et al. Detección de violencia del compañero íntimo en atención primaria
de salud y sus factores asociados. Gac Sanit [online]. 2017, vol.31, n.5 [citado 2018-05-08], pp.410-415.
Disponible en: <http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0213-
91112017000500410&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0213-9111. http://dx.doi.org/10.1016/j.gaceta.2016.11.008.

41
México, son las Defensorías de la Familia, de los Habitantes o el Ministerio Público
quienes asumen esa tarea. La función que más prevalece entre las asignadas a
dichas defensorías es la del cumplimiento efectivo de las obligaciones que las
instituciones tienen en la defensa de los derechos, supervisando, velando y
coordinando las garantías constitucionales en la salvaguarda de los derechos de las
niñas, niños y adolescentes.45

En el caso de Paraguay, por ejemplo, entre las funciones del Defensor de la Niñez
y Adolescencia está la de “recibir denuncias de transgresiones a los derechos y
promover las acciones correspondientes” (artículo 163), asumiendo su
representación. En Venezuela las funciones de la defensoría del niño y del ado
lescente son también diversas, y es considerado como “un servicio de interés
público, organizado y desarrollado por el municipio o por la sociedad, con el objetivo
de promover y defender los derechos de los niños y adolescentes” (artículo 201).
Por otra parte, y al igual que ocurre con la Convención, las responsabilidades
gubernamentales atraviesan los códigos de la niñez, de manera que, en su
articulado, podemos apreciar que la mayoría hace mención a dicha responsabilidad,
incluso remarcando el carácter de deber y de las obligaciones generales del Estado
en la defensa efectiva de esos derechos. Sería prolijo enumerar aquí todas y cada
una de ellas, pero podemos señalar que concuerdan con el artículo 4 de la
Convención en el que se plantea la responsabilidad del Estado como una prioridad.

En algunos casos, incluso, se señala el principio de efectividad para garantizar el


cumplimiento de los derechos y garantías reconocidos en la ley (Argentina). El caso
de Colombia es muy exhaustivo al enumerar las obligaciones que contrae el Estado
en el desarrollo de la política integral sobre los derechos del niño, llegando a recoger
hasta 37 puntos concretos que van desde un nivel general sobre “garantizar el
ejercicio de todos los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes” hasta
“fomentar el deporte o la recreación”, pasando por la “protección contra el
reclutamiento en grupos armados al margen de la ley”, el “apoyo a las familias”, el

45
DE LORENZO, R. y PALACIOS, A., “Discapacidad, derechos fundamentales y protección constitucional”, en
Los derechos de las personas con discapacidad, Vol. I Aspectos jurídicos, Madrid, 2007.

42
“registro civil de nacimiento”, etc. Esta exhaustividad puede desdibujar la acción
efectiva del Estado. Lo mismo ocurre con los principios rectores de las políticas
públicas, donde se enumera una serie de principios que van desde el interés
superior del niño, a la solidaridad, pasando por la perspectiva de género. Se trata
de un código que ha pormenorizado en exceso esta cuestión, al contrario de lo que
ocurre en la mayoría. Así, en los casos de Costa Rica, Ecuador, México, Nicaragua,
Paraguay, Uruguay o Venezuela las menciones a las obligaciones del Estado son
más generales.46

46
DE LORENZO, R. y PALACIOS, A., “Discapacidad, derechos fundamentales y protección constitucional”, en
Los derechos de las personas con discapacidad, Vol. I Aspectos jurídicos, Madrid, 2007.

43
ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACION

Entre las investigaciones que se han realizado respecto al tema de Protección de


los derechos humanos de las mujeres y niños se tienen:

 Los derechos humanos de las mujeres: Fortaleciendo su promoción y protección


internacional De la formación a la acción, Instituto Interamericano de Derechos
Humanos, disponible en:
https://www.cejil.org/sites/default/files/legacy_files/los_derechos_humanos_de
_las_mujeres_0.pdf
 La mujer frente a los derechos humanos, ELIZABETH MAIER, disponible en:
http://www.redalyc.org/pdf/267/26700104.pdf
 Derechos humanos de las mujeres Coordinación: Sociedad Mexicana pro
Derechos de la Mujer, A.C. ‘Semillas’, disponible en:
http://cedoc.inmujeres.gob.mx/documentos_download/100850.pdf
 Niños, Niñas y Derechos Humanos: nuevos actores y nuevas visiones.
Principales resultados de la Encuesta Nacional de Derechos Humanos y Niños,
Niñas y Adolescentes, 2012, Carolina Díaz, disponible en: http://opcion.cl/wp-
content/uploads/2012/03/NinosyDDHH_publicacion_CEN.pdf
 Derechos humanos de la niñez migrante, Oficina Regional de la OIM para
América del Sur, disponible en: http://www.ippdh.mercosur.int/wp-
content/uploads/2017/02/Derechos-Humanos-de-la-Ninez-Migrante.pdf
 Los Derechos de los Niños, Responsabilidad de Todos, Manuel Hernández
Pedreño, Amparo Marzal Martínez, disponible en:
http://www.carm.es/ctra/cendoc/haddock/13443.pdf

44
DEFINICION DE TERMINOS BASICOS

1. Derechos humanos: Los derechos humanos son garantías jurídicas


universales que protegen a individuos y grupos contra acciones que
interfieran en sus libertades fundamentales y en la dignidad humana. Los
derechos humanos se caracterizan fundamentalmente porque:
 están avalados por normas internacionales;
 gozan de protección jurídica;
 se centran en la dignidad del ser humano;
 son de obligado cumplimiento para los Estados y los agentes
estatales;
 no pueden ignorarse ni abolirse;
 son interdependientes y están relacionados entre sí, y
 son universales.
2. Mujer: (del latín mulĭer, -ēris), o fémina (lat. femĭna), es el ser
humano femenino o hembra, independientemente de si es niña o adulta.
Mujer también remite a distinciones por género de
carácter cultural y social que se le atribuyen, así como a las
diferencias sexuales y biológicas de la hembra en la especie humana.
Cuenta con aspectos físicos que la diferencian del varón como voz más
aguda, cintura más estrecha, cadera más ancha y pelvis más amplia, menos
vello corporal, menos masa muscular y más tejido adiposo, mamas más
grandes y estrechas y menor estatura comparada con el varón.
3. Niño: La condición jurídica de niño es algo que puede determinar la
legislación de cada Estado, no obstante suele para efectos civiles
patrimoniales identificarse como un ser humano desde el nacimiento hasta
cumplir una cierta edad o alcanzar su independencia. Por otra parte en el
Derecho Internacional de los Derechos Humanos la Convención sobre los
Derechos del Niño, en vigor desde el 3 de septiembre de 1990, señala que
"se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad,
salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes

45
la mayoría de edad". Esta convención recoge los principales derechos de
niños y niñas a lo largo del mundo.
4. Protección: El deseo de protección es ese instinto tan humano que las
personas tenemos en momentos de dificutlad en la vida en donde buscamos
el amparo de alquien que nos acompañe y que nos cuide en cierta forma.
Las personas buscan protección en sus padres, hermanos y por supuesto,
en la pareja o en un gran amigo. El deseo de protección surge del deseo de
amar y de ser amado, del deseo del corazón de escapar de la soledad a
través del amor. La protección surge en la niñez momento en el que un bebé
es amparado, cuidado y protegido por una familia que le reporta todos los
cuidados y el cariño necesario para crecer con ilusión.
5. Instrumento Internacional: Se refiere a todo acuerdo, pacto, tratado,
protocolo, convenio o convención suscrito entre dos o más Estados o sujetos
de derecho internacional, y que crea obligaciones jurídicas para sus
firmantes.

46
CONCLUSIONES

 Respecto a la protección de los derechos humanos de la mujer, como hemos


visto, existe una realidad que va más allá de toda consideración retórica y que
responde al hecho que las mujeres y sus derechos no han constituido la fuente
inspiradora ni del concepto ni del sistema internacional de los derechos
humanos. Por el contrario, su participación ha sido obviada en muchas
circunstancias, siendo necesario que en la actualidad se trate de incorporar su
presencia, a través de documentos, conferencias y organismos específicamente
diseñados.
 Respecto a la protección de los derechos del niño, señalamos que, los códigos
de la niñez aprobados en la mayoría de países de América Latina adquirieron,
con la ratificación de la Convención sobre los Derechos del Niño, un nuevo
enfoque desde la perspectiva de los derechos de la infancia, transformándose
en el marco interpretativo y director de las políticas públicas integrales favorables
a la infancia. Los códigos son leyes de alto rango constitucional que resuelven
conjuntamente los derechos recogidos en los tratados internacionales. Del
análisis de dichos códigos, utilizando para ello las categorías subyacentes en la
Convención, se llega a la conclusión de que los códigos de la niñez tienen un
alto grado de concordancia con la misma.

47
BIBLIOGRAFIA

DE LORENZO, R. y PALACIOS, A., “Discapacidad, derechos fundamentales y


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