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Comparto mi análisis realizado para la clase del conjunto de obras de Eugenio Tiselli

“Regenerativa/Degenerativa”. Tiselli es un poeta-programador mexicano que hace ya varios


años trabaja en el ámbito del arte electrónico y la literatura digital, nucleando varios de sus
proyectos en su web personal (http://motorhueso.net). El conjunto de obras que elegí data de
2005. Ambas son páginas web independientes entre sí, pero cada una funciona como la
contracara de la otra.

“Degenerativa” nos muestra una página negra que ofrece una breve explicación arriba: “una
página web que se corrompe lentamente. cada vez que la página es visitada, uno de los
caracteres que la componen se destruye o es reemplazado”. Debajo, un link lleva a la página
en sí, más abajo se nos presentan varios puntos de la historia de la página que podemos ver, lo
cual permite ir viendo su degeneración progresar a través del tiempo desde su página original.
Con cada visita el código HTML va desapareciendo, es a estos caracteres a los que se refiere
la explicación. De esta manera es el mismo código el que va destruyendo no sólo el contenido,
sino la estructura de la página. La pregunta central del experimento se ve reflejada en una línea
del poema que mostraba la página originalmente: “¿la vista repetida puede matar? / ¿son
nuestros ojos depredadores de aquello que miran?”

“Regenerativa” nos muestra una página verde, plagada de texto blanco en desorden
compuesto de caracteres random, con algunas partes ocasionales en rojo. A la misma manera
de Degenerativa, explica su propósito arriba: la página funciona de igual manera que la
anterior, sí, pero también contiene un programa que “extrae” información del lugar desde el cual
se la visitó, el cual se ve destacado en rojo. También podemos ver la página original, si bien
esta segunda parte no ofrece la posibilidad de revisar el progreso a través del tiempo. En el
poema correspondiente, la pregunta que se plantea esta vez es: “¿todo aquello que vemos
contiene una parte de nosotros mismos? / ¿es nuestro propio ser la única imagen que podemos
ver?”

En este conjunto de obras se puede leer una reflexión acerca del poder de la mirada en un
mundo digital, posicionándola como creadora y destructora al mismo tiempo. No existe acto
inocente en un mundo en el que todo lo que hacemos es ver, pareciera decirnos Tiselli (“mirar
no es un acto inocente” parece un mantra, repitiéndose en el estadío original de ambas obras).
Las obras también personalizan la mirada del espectador en el espacio virtual, ofreciendo la
posibilidad de ver la huella que deja su mirada en la red, algo que normalmente se pierde de
vista en el tráfico y el movimiento constante.

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Para mi presentación oral, elegí el texto de Haroldo de Campos, “Caos y Orden: Azar y
Constelación”. Poeta y traductor nacido en Sao Paulo, en este trabajo de Campos traza un
camino que cruza el arte y la ciencia, partiendo desde el poema de Mallarmé que se trabajó en
clase, “Un golpe de dados jamás abolirá el azar” (1897), considerado uno de los primeros
esfuerzos dentro de la poesía experimental. Este trabajo llama la atención por la cantidad de
nombres que aportan su pieza de información, y la diversa procedencia de esos nombres,
repartidos entre el arte y las ciencias varias, tanto duras como sociales.

De Campos da comienzo a su análisis a partir de una cita de Engels proveniente del preludio a
la edición italiana del Manifiesto, la cual posiciona a Dante como un poeta que marca el cambio
de una era, pasando del Medioevo a los tiempos modernos, y se pregunta al final si acaso
aparecerá otro, que marque el paso a una era proletaria. A esta cita, de Campos opone una
propia de Mallarmé, en la cual se adelanta la idea núcleo del trabajo: “Creo que la literatura,
retomada en sus fuentes que son el Arte y la Ciencia, nos proveerá de un Teatro (...) un Libro,
explicación del hombre”. Aquí vemos la primer mención al gran proyecto de Mallarmé: el Libro,
la escritura total, un absoluto, un testimonio del mundo. Esta idea se ve relacionada con Hegel
mediante una referencia a su idea de la “epopeya absoluta”. Luego de la muerte del arte, Hegel
propone la idea de una “epopeya absoluta”, protagonizada por el espíritu del hombre, que se
eleva a la altura de lo Universal. De acuerdo con Hegel, esta historia debe carecer de
trasfondo: no debe tener un lugar determinado donde transcurrir más que el mundo, ni un
personaje más que el espíritu del Hombre. A esto de Campos opone como ejemplo justamente
el poema de Mallarmé, dentro del proyecto del Libro. Es él, entonces, quien surge como el
nuevo Dante, pero de la era industrial. En su poema, que carece de personajes y de lugares,
hay entonces un potencial encuentro con la propuesta de Hegel: el Hombre lucha contra el
Azar, y al final logra arrancarle una figura constelar.

Es aquí donde por primera vez cruzamos al ámbito de la ciencia, mediante el aporte de Ilya
Prigogine, quien da mérito a la filosofía hegeliana por oponerse a la idealización newtoniana,
según la cual el universo tiene un carácter estático, y está regido por trayectorias determinadas.
La perspectiva hegeliana propone la concepción dialéctica del universo, disponiéndolo en
círculos concéntricos, donde cada nivel es condicionado por el que lo precede, a la vez que
condiciona al que lo sigue. De esta manera, la naturaleza pasa de ser un ente homogéneo a
estar ordenada en niveles de jerarquía creciente, “manifestando la acción del espíritu en la
naturaleza”.

A continuación, de Campos pasa revista a una serie de acontecimientos científicos que


considera importantes para su tesis, de los cuales resaltan los demonios: el de Maxwell, y el de
Laplace. El segundo funciona como la aplicabilidad universal de la mecánica newtoniana a
todos los fenómenos (similar a lo mencionado por Prigogine en oposición a la dialéctica
hegeliana). El primero, por otra parte, es un postulado teórico según el cual sería posible la
disminución de la entropía en un sistema cerrado.

La conexión entre los temas listados se da en una lectura de un ensayo de 1958, de Jean
Hyppolite, un estudioso de Hegel. En primer lugar, hace una analogía entre el Libro
mallarmeano y el “mensaje absoluto” hegeliano (relación ya anticipada por de Campos
anteriormente). En segundo, postula el mensaje de Mallarmé como surgido bajo el riesgo
permanente de ser engullido por el abismo del azar, y sin embargo logra una suspensión
provisoria del azar, del cual arranca una constelación para su conclusión. Vemos aquí el eco
del demonio de Maxwell, el cual suspendía la entropía en su sistema cerrado. Por lo tanto,
llegamos a la idea central del texto: Mallarmé, poeta, prefigurando los desarrollos científicos
que sucederían luego de su muerte, uniendo Arte y Ciencia, como pensó su Libro, en el plano
de lo real. Esto se ve enfatizado por posteriores menciones, sobre todo la de Prigogine, que
propone la Vida como ese milagro que retarda la muerte por un segundo, prolongando el
milagro estático y escapando de la entropía, la muerte final.

Observaciones: Trabajo bien planteado, quizá la parte del análisis de las obras de Tisselli se
podría haber profundizado algo más.
Calificación: 9 (nueve)

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