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Universidad Central del Ecuador

Facultad de Ciencias Humanas y Sociales


Teoría Sociológica IV

Investigación sobre la visión del arte y la estética


dentro de una sociedad mercantil desde la
perspectiva de la Teoría Crítica, posturas de
estudiantes y catedráticos de la Facultad de Artes
de la Universidad Central del Ecuador.

Integrantes:
Cubillos Andrés
Chulca Andrea
Parrales Mirka
Proaño Sofía
Triviño Nathaly
Villamarín Diego
1. Introducción

Pregunta de Investigaciòn: ¿Cuál es la visión que estudiantes y docentes de la Facultad


de Artes de la Universidad Central del Ecuador tienen sobre el arte en una sociedad
mercantil, la estética del arte y como ello se explica desde la teoría crítica?

Metodología: La metodología empleada en la presente investigación fue en primera


instancia, la revisión teórica acerca de la visión del arte como mercancía que será tratada
a partir de las ideas de Adorno y Horkheimer con algunos conceptos principales como:
cultura de masas, lógica de igualación y esquematización, pseudoindividualidad. Con
Walter Benjamin y Adorno se tratar la visión de la estética, y de forma específica con
Benjamin la pérdida de aura y su valoración en el arte. Parte de la presente investigación
consiste en la revisión de una clase impartida por el docente de la UCE Jorge Luis Acanda
acerca de Industria Cultural y su planteamiento acerca de la pérdida de esencia del arte
como la intención de provocar catarsis. Otro punto a considerar en la investigación trata
la recopilación de entrevistas a docentes y estudiantes de la FAUCE, y a un docente de la
FCSH (Polo) que aborda conceptos sobre arte mercantil y estética.

Estado del Arte: En torno a investigaciones acerca del arte y la Teoría Crítica en el
Ecuador se han seleccionado dos investigaciones: la primera es de la Pontificia
Universidad Católica del Ecuador, con el tema de “Relaciones afectivas y capitalismo
financiero” donde se hace un acercamiento científico, en torno a la Teoría Crítica , por
parte de estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de dicha Universidad,
acogiéndose a conceptos propios de la Escuela de Frankfurt, tales como Industria de
masas, reificación y reconocimiento. En el segundo capítulo de esta tesis se encuentra la
relación con lo que se pretende en la presente investigación, el aporte principal es que la
industria cultural es un “nuevo agente ideológico” (Gómez, 2014, pág. 17) del capitalismo
para las nuevas sociedades industriales, ello en torno a que el mundo está siendo
administrado por la mercantilización, que se convierte en un tipo de dominio sobre el
individuo, y ya centrado en el arte y estética, estos son entendidos como fenómenos de
“compleja sofisticación ideológica que el capitalismo para masas va adquiriendo”
(Gómez, 2014, pág. 20) y que esta cultura ahora mercantilizada ya no es como tal, sino
que se convierte en una pseudocultura con modelos culturales propios y formas de
conciencia colectiva.
En la segunda investigación titulada “Hacia una nueva crítica del arte desde América
Latina: perspectivismo, signaturas y semiótica” de la Universidad de Cuenca, se hacen
varias revisiones en torno a autores como Adorno y Lukács para explicar la comprensión
de arte y estética, pero también se estudia la relación entre el arte moderno y la sociedad
contemporánea, es por ello que, si bien reconoce la autora del artículo la llamada
“catarsis” que desarrolló Lukács también reconoce que la propia sociedad industrial
actual, ha logrado distraer los valores estéticos y políticos que el arte antes expresaba, y
que ahora este se encuentra sometido a las leyes del mercado “que ha opacado su carácter
de resistencia y crítica” (Suárez, 2016, pág. 10). Y en cuanto a la estética se la reconoce
como una forma de crear nuevas posibilidades de arte en el mundo moderno, como un
medio de liberación de esta sociedad mercantil que tampoco la autora desconoce,
precisamente es en la estética donde se encuentra la función catártica del arte y su
capacidad transformadora a la vez; un aspecto interesante de la tesis es una sutil crítica a
la visión de pasividad con la que se ve el arte de las industrias, pues la autora sí reconoce
que hay espacios de resistencia aún en el arte que le permiten al artista salirse de las leyes
del mercado para desafiarlas.

1.1. Conceptos a emplear

Catarsis.- En el sentido de Acanda, sería la intencionalidad del artista de provocar


efectos que trastoquen las emociones del espectador de un producto artístico.

Arte.- Como la base de la investigación, se establece arte como producción cultural que
ha sido colonizada por la industria, y que es producida desde la racionalidad técnica, de
la que hablan Adorno y Horkheimer..

Estética.- Concepción compleja sobre la forma y el estilo de la obra de arte, que abarca
no solo el significado de lo bello y sublime, sino la generalidad del modelo de un producto
artístico

2. Desarrollo

2.1. Visión teórica y académica del arte.

2.1.1. La estética

Para abordar el arte es fundamental entender que la estética es un campo de reflexión


que pretende dar cuenta de las formas sensibles de la obra de arte (Polo, La estética, el
arte como mercancía y la facultad de artes desde la académia., 2018). Este campo de
reflexión aparece ya desde la filosofía Aristotélica y Platónica que en un primer momento
aborda el tema de la estética ligada con lo bello y lo sublime. En ese sentido, pensar la
obra de arte como bella, fea o sublime es hacer juicios estéticos que dan cuenta de
experiencias estéticas, y que por tanto muestran como la estética se ocupa de estudiar
estas experiencias y juicios desde una perspectiva normalizadora. Es decir, pensar que es
lo bello y que no lo es. (García Sierra, 1999, pág. 649)

Por otra parte, Adorno, aborda la estética desde otra perspectiva, no solo piensa a la
estética en su preocupación por la belleza, sino también de la relación con la sociedad. En
ese sentido, se opone a la estética propuesta por Kant, quien afirma que “la estética como
la valoración subjetiva de la belleza, en ese sentido desde una perspectiva de observador,
no desde una perspectiva de crítico o de creador.” (Polo, La estética, el arte como
mercancía y la facultad de artes desde la académia., 2018) Adorno es muy crítico con la
perspectiva kantiana sobre juzgar el arte en términos de belleza y menciona, refiriéndose
a lo bello y a lo feo que “Ambas se niegan a ser fijadas mediante una definición, como
pretende toda estética cuyas normas se basan en esas categorías, aunque sea de manera
muy indirecta.” (Adorno, 2004, pág. 92)

Es preciso decir que la estética con este trabajo sigue la línea de Adorno, en donde esta
categoría no solo trata la belleza de un objeto artístico, pues es algo más complejo. Adorno
considera que la estética como punto de abordaje de “lo bello” es un concepto que de
poco sirve, por cuanto la belleza como categoría conceptual no se adapta al contenido
pleno de lo estético. (Adorno, 2004, pág. 99)

2.1.2. La valoración de la Estética en el arte

Por otra parte, Benjamin se aproxima a la estética desde el “valor para el culto” y el
“valor para la exhibición”. Para el autor, refiriéndose al arte occidental, en sus inicios el
arte tiene por centro el valor para el culto, es decir el aura. Sin embargo, nos dice el autor
que aquello es un hecho que ha ido cambiando conforme pasa la historia, el valor para la
exhibición ha venido ganando terreno, y para el siglo XIX ya resulta plausible hablar de
la “decadencia del aura” o el valor de culto de la obra, similar a lo que plantea Adorno,
es preponderante la forma (valor de exhibición) al contenido (valor de culto). (Benjamin
W. , 2003, pág. 15)

Para Benjamin, la obra de arte al perder este “valor de culto” pierde también su
originalidad, su singularidad y por tanto la experiencia de lo irrepetible. Sugiere que “el
aura de una obra humana consiste en el carácter irrepetible y perenne de su unicidad o
singularidad” (Benjamin W. , 2003, pág. 16). Por tanto, esta obra de arte, la que logra
mantener su valor de culto solo puede ser una obra de arte única, entonces, no podría
admitir una copia de ella.

En la modernidad sin embargo, la tecnificación y la cuantificación constante de todas


las esferas de la vida han hecho del arte también un objeto tecnificado, sobre esto
Benjamin menciona que “contrapuesta a la obra aurática, la obra de arte profana, en
cambio, en la que predomina el "valor para la exposición", sin dejar de ser, ella también,
única y singular, es sin embargo siempre repetible, reactualizable. (Benjamin W. , 2003,
pág. 16).

Además, Benjamin es capaz de dar cuenta de una de las características de la


modernidad en cuanto al arte, si la modernidad es capaz de homogeneizar el sujeto que
consume arte debe desarrollar una ciencia -estadística- que pueda medir de cierta forma
que sujeto es “promedio” para así dirigir sus esfuerzos a un ámbito plástico de la teoría
que advertimos como un aumento de la importancia de la estadística. (Benjamin W. ,
2003, pág. 25)

Adorno también hace una reflexión acerca del papel del goce estético, que, en las
condiciones del artista, y desde el idealismo kantiano, propone la idea de que una persona
disfruta más de una obra, en tanto menos la entiende, por ende, quien busca un arte más
impresionante, es quien menos se preocupa por entenderlo (Adorno, Theodor, 2004, págs.
37 - 38), en este punto, Adorno hace un inciso en reconocer que “La espiritualización de
las obras de arte estimuló el rencor de los excluidos de la cultura e inició el género del
arte para el consumo y, por otro lado, la repulsión que este tipo de arte levantaba en los
artistas los impulsos hacia una espiritualización cada vez más desconsiderada.” (Adorno,
Theodor, 2004, pág. 38)

2.1.3. Percepción sobre la Estética del arte en FAUCE


Sobre el significado de lo bello, lo estético y lo sublime, también está lo que lo que se
percibe como arte, en este sentido, El docente de la FAUCE, Olivier Tovar señala que
existen muchas tendencias en las cuales el arte adopta una postura, no únicamente filosófica (la
cual es típicamente europea) sino netamente política. La diferencia radica precisamente en que el
arte, al ubicarse en una cuestión filosófica, es únicamente un arte contemplativo, mientras que la
quimera del arte político lo que persigue precisamente es el cambio, la incidencia lo que el maestro
llamaba nulla aesthetica sine etica no puedo yo aceptar la belleza, la fealdad y no puede aceptar
la forma per se, la forma por si misma si es que no persigue, al menos románticamente, un cambio.
(Tovar, 2018)

Tovar señala algo importante, las formas del arte no se tratan entonces de la estética
en sí, sino de la transmisión, del arte por contemplación y del arte con fin de catarsis. De
igual forma, como señala Acanda, para quien a obra de arte, en tanto arte, tiene que
generar un proceso catártico en el espectador. (Acanda, 2018, min. 43.46)

Los estudiantes ya en la práctica, al generar obras de arte “la mayoría de los que
venden, porque los estudiantes también venden obras, son por encargos, lo que la gente
le gusta, por otro lado, si es que se hacen cosas realmente creativas que expresen de alguna
manera un mensaje propio del artista, los que normalmente les compran son los profes”
(Cortéz, 2018) . Entonces es preciso preguntarse si es que la obra de arte es parte de la
industria cultural, o al menos en qué medida si no es de consumo masivo, en tanto el arte
y la pérdida de identidad indican que la esencia del arte se subordine a la lógica del capital,
en donde está la mira en sentido cuantificador, estableciendo categorías de espectadores.

2.2. Visión teórica y académica de la mercantilización del arte

2.2.1. El arte como mercancía.

Con la ampliación de las ciudades, indican Adorno y Horkheimer, se da un proceso de


ampliación del consumo y de la cantidad de consumidores, así también del consumo de
arte. (Horkheimer & Adorno, 1988, pág. 1) El arte como lo interpreta Acanda deja de
serlo no porque se amplíe la cantidad de receptores, sino porque este ya no tiene un fin
propio, sino que se convierte en un medio de la Industria cultural para ganar dinero y
generar ganacias (Acanda, 2018, min. 1:05:03) El arte en tanto mercancía indica también
Polo, genera su propio campo social, sus propias leyes, modelos, debates, etc. Y a través
de ellos es posible entender como la obra de arte a través de instituciones está sujeta a
reconocimiento, allí residen las estructuras que pueden hablar de obra de arte. (Polo,
2018)

El arte es una mercancía especial dentro del mercado, dado que tiene características
propias y responde a una lógica substantiva. Horkheimer y Adorno indican que en la
industria cultural existe una lógica de igualación de los productos culturales, los cuales
son producidos desde una concepción previa de los mismos hecha por la industria, es así
que los productos culturales no son parte de la innovación misma, ni producto de la
imaginación como tal, sino que son el resultado de elaboradas ecuaciones que establecen
posibles campos de consumo a través de la categorización de los consumidores. “Los
talentos pertenecen a la industria incluso antes de que ésta los presente: de otro modo no
se adaptarían con tanta rapidez.” (Horkheimer & Adorno, 1988, pág. 2)

2.2.2. La producción artística realizada desde la lógica de Igualación.

La cultura se vuelve operacional, responde a la lógica del capital, ahondando la


condición de alienación del ser humano. Ya no se mira al ser humano como un ser
independiente y diferenciado, sino desde la lógica de igualación. Esto ocurre en una
sociedad que funciona desde la racionalidad técnica con la cual contribuyen los
individuos a su dominación. “Por el momento la técnica de la industria cultural ha llegado
sólo a la igualación y a la producción en serie, sacrificando aquello por lo cual la lógica
de la obra de arte que se distinguía en el sistema social”. (Horkheimer & Adorno, 1988,
pág. 1) Aquí se hace referencia a la esencia del arte, para que el consumo de arte sea
rentable, debe ser de consumo masivo, algo que la industria cultural logra a través de la
producción artística realizada desde la lógica de Igualación.

El desarrollo de la producción artística se concibe desde la industria incluso antes que


los productos culturales sean producidos, es así que la industria cultural no produce nada
que no sea reflejo de su concepción de consumidores (Horkheimer & Adorno, 1988, pág.
2) Es decir ya se espera algo de un producto cultural y sabe a qué atenerse con el resultado
del mismo. Las distinciones entre consumidores sirven a la categorización de los mismos
por parte de la industria cultural, es decir hay proceso de esquematización de los
consumidores en donde “El hecho de ofrecer al público una jerarquía de cualidades en
serie sirve sólo para la cuantificación más completa”. (Horkheimer & Adorno, 1988, pág.
2), y así se reproducen y ahondan las diferencias con la categorización de los
consumidores puesto que “Las diferencias de valor preestablecidas por la industria
cultural no tiene nada que ver con diferencias objetivas”. (Horkheimer & Adorno, 1988,
pág. 3)

La industria cultural, en suma, absolutiza la imitación. Reducida a puro estilo, traiciona el


secreto de éste, o sea, declara su obediencia a la jerarquía social. La barbarie estética ejecuta hoy
la amenaza que pesa sobre las creaciones espirituales desde el día en que empezaron a ser
recogidas y neutralizadas como cultura. Hablar de cultura ha sido siempre algo contra la cultura”
(Horkheimer & Adorno, 1988, pág. 7)
El arte como producción industrial aparece como imitación dado que se mueve conforme al
estilo de la industria. Así que hablar de cultura se vuelve algo contra la cultura por cuanto esta ya
ha sido jerarquizada por la industria, y la economía (el capital), no es arte por arte (desde la lógica
substantiva), sino arte por consumo (racionalidad técnica). En este sentido se absolutiza la
imitación. “El esquematismo del procedimiento se manifiesta en que al fin los productos
mecánicamente diferenciados se revelan como iguales”. (Horkheimer & Adorno, 1988, pág. 2)

“Comparada con la imitación, la reproducción técnica de la obra de arte es algo nuevo


que se ha impuesto intermitentemente a lo largo de la historia, con largos intervalos pero
con intensidad creciente” (Benjamin W. , 2003, pág. 39) Con la producción del arte
masivo, la producción artística se encuentra limitada, dado que se produce a través de
esquemas, es decir los productos se desarrollan como creaciones operativas, mas no como
productos de la imaginación, de ese modo no se inventa algo nuevo, sino que se produce
a partir de producciones estandarizadas. “La atrofia de la imaginación y de la
espontaneidad del consumidor cultural contemporáneo no tiene necesidad de ser
manejada según mecanismos psicológicos. Los productos mismos, a partir del más
típico”. (Horkheimer & Adorno, 1988, pág. 4)

2.2.3. La subjetividad producida por la Industria cultural.

En la industria cultural, “La perfecta similitud es la absoluta diferencia. La identidad


de la especie prohíbe la de los casos. La industria cultural ha realizado pérfidamente al
hombre como ser genérico”. (Horkheimer & Adorno, 1988, pág. 15) El individuo no es
diferente de otro en sí, sino que es igual en tanto hay un mercado que lo categoriza para
ser consumidor, en sí no existe una auténtica individualización. “En la industria cultural
el individuo es ilusorio […]” (Horkheimer & Adorno, 1988, pág. 19) La industria cultural
produce pseudoindividuos, es decir que a través de la lógica de igualación los individuos
se miran como seres diferentes pero en conjunto son vistos desde la óptica de sociedad de
masas.

La industria cultural produce un tipo de subjetividad desde la racionalidad técnica, al


producir necesidades y productos en general que la sociedad siente que requiere. Y es así
que la industria cultural no produce nada que no se aproxime a su definición de las masas,
que al mismo tiempo no sea ejemplificación de las mismas. “La impudicia de la
exclamación retórica, “¡mira lo que la gente quiere!”, reside en el hecho de referirse como
a seres pensantes respecto a las mismas criaturas a las que, por tarea específica, se las
debe arrancar de la subjetividad”. (Horkheimer & Adorno, 1988, pág. 14)
En este sentido “La racionalidad técnica es hoy la racionalidad del dominio mismo. Es
el carácter forzado de la sociedad alienada de sí misma” (Horkheimer & Adorno, 1988,
pág. 1) Jorge Luis Acanda, indica en una clase dictada para la cátedra de Teoría Política
V, que el arte en la industria cultural pierde su racionalidad sustantiva, racionalidad que
establece que “la lógica de racionalidad de ese objeto se corresponde, es coherente con la
obtención de fines… la racionalidad sustantiva piensa sobre los fines que busca obtener,
valora esos fines y discrimina unos y acepta otros”. (Acanda, 2018, min. 43:46) Entonces
al interior de la industria cultural “el ambiente en el que la técnica conquista tanto poder
sobre la sociedad es el poder de los económicamente más fuertes sobre la sociedad
misma” (Horkheimer & Adorno, 1988, pág. 1)

2.2.4. Mercantilización del arte pensada desde la FAUCE

La idea de arte como identidad y reconocimiento de la que habla Rafael Polo, quien
afirma que el mercado del arte muestra un espacio institucional de reconocimiento en las
galerías, los críticos, las escuelas de arte y los museos, lo cual le imbuye de un valor, es
entonces que la crítica hace aparición, pero la crítica como actor dentro de la producción
artística, y a su vez, en el mercado de lo estético. (Polo, Sobre el arte, 2018)

La idea de ser reconocido por producir arte, y hacerlo de modo que tenga la presencia
de aura, lleva a considerar cómo producir arte desde la FAUCE, así que previo a
considerar el proceso de reconfiguración de esa facultad, es oportuno saber cuál es la
opinión de los estudiantes y de los docentes. Por ejemplo, el catedrático Shura Rosero
manifiesta que: no cree que en el Ecuador exista una ‘mercantilización del arte’ como
tal, para criticar tal mercantilización debería haberse desarrollado en primer lugar
(Rosero, 2018) Para tratar este tema se debe tratar la noción de pérdida de esencia, de
aura y de cambio de racionalidad, para Polo:

“hay que hablar del mercado del arte para no caer en concepciones de que el arte no debe ser
mercancía, la obra de arte desde el principio fue una mercancía […] hay que salir del eslogan
de que el arte no es mercancía, se debe pensar en qué punto la obra de arte se vuelve mercancía
y en qué momento se cosifica la obra de arte”. (Polo, Sobre el arte, 2018)

Hacer arte y vivir del arte es algo a considerar en tanto se hable de mercantilización
del mismo, para Carol Cortéz el arte es, una mercancía, y como estudiante de arte aunque
aspira ser teórica indica que muchos de sus compañeros aspiran ser a artistas y vivir de
sus obras, mientras otros quieren ser docentes. (Cortéz, 2018)
Para Rosero “Mientras el arte no sea autocrítica, mientras no tenga una visión política
de auto identidad o de crítica de la representación de las culturas de masas, se vuelve
cómplice” (Rosero, 2018) El arte en general no puede ser arte estandarizado, porque
siendo así pierde su capacidad catártica, pero en contraposición a ello se encuentra la
explicación de que en la actualidad el arte tiene una racionalidad sustantiva que refiere
un fin el cual es que con la contemplación de un producto artístico exista en el receptor
un proceso de asimilación del mismo con un sentimiento catártico (Acanda, 2018, min.
34.56)

Para la FAUCE en general, vivir del arte implica una decisión, puesto que la
producción de obras artísticas implica que el artista también pueda producir desde su
óptica o hacerlo por pedido (lo que el cliente pida), lo que el otro espera. Vender o no una
obra de arte “más es cuestión de quitar ese modelo mercantil del arte, sino más una
cuestión de ego que varía de artista a artista, ese es el problema con los artistas, se maneja
mucho el tema del ego” (Cortéz, 2018).

Por otro lado, el docente Olivier Tovar, PhD. En estudios culturales, y docente de
apreciación artística y pintura avanzada de la UCE señala con miras a explicar una
preocupación real sobre la utilización del arte en la que el “ego del artista (llega a)
introducirnos un discurso que no le compete para nada a la esfera pública, al contrario lo
que buscan es tratar sobre problemas que si le competen al público y, antes de elevar el
ego, es buscar soluciones aunque sea utópicas a problemas existentes”( (Tovar, 2018)

Shura Rosero, Doctor en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la


Universidad Complutense de Madrid, disiente totalmente, en el sentido de que el
problema para él no radica en el que la FAUCE históricamente haya ignorado la
existencia de un mercado artístico, sino que, de hecho, no hay un mercado artístico en el
Ecuador, sostendría a lo largo de su entrevista el hecho de que en Ecuador no puede existir
un fenómeno como la mercantilización del arte, precisamente porque el mercado del arte
no está totalmente desarrollado.

El papel que han tenido las personas relacionadas con el mundo del arte ha sido
distinto desde el punto de vista de cada teórico, en el caso de Tovar, el papel del artista,
del teórico, y demás ha sido particularmente atípico en el Ecuador; empezando por la
consideración del arte como un mercado al que no todos pueden llegar (en este punto
coincide con Rosero) y así, dentro del contexto de un mercado de bienes suntuarios se
configura el papel de cada uno, desde el propio productor de arte, pasando por el curador,
el museo, y el crítico de arte.

Para Rosero, en cambio, el arte ecuatoriano se amolda a lo que hay, está relegado a la
élite y se manifiesta sólo de ciertas formas que pueden calar de forma más pronunciada
en dichas élites, el hecho de que exista esa falta de crítica y autocrítica imposibilita que
se acentúe el papel del artista como un ente diferenciador en una potencial ‘cultura de
consumo’, que, dicho sea de paso, no parece existir más allá de las élites.

3. Conclusiones

En la teoría que se explicó en el presente trabajo tenemos un primer resultado, y es que


la obra de arte entonces entra en conflicto con esta nueva estética que ya no intenta
aproximarse desde esa expresión subjetiva de la auto contemplación sino más bien, como
ya advierte Adorno, como un catálogo que expone que es lo bello y lo feo en momentos
determinados, con un carácter casi normalizador y regulador de la obra de arte.

Desde la perspectiva de la Industria cultural propuesta por Horkheimer y Adorno, el


arte ha sido colonizado por la industria, es decir que el arte ya no tiene una racionalidad
propia, sino que ahora opera desde una racionalidad técnica o instrumental en un mundo
capitalista y mercantil que invoca la venta de todo producto, por ello, el arte ya no opera
desde su propia lógica catártica, sino desde la racionalidad de la industria cultural que se
maneja a través de la lógica de producción del plusvalor.

De forma general la mayoría de teóricos entrevistados acerca de la estética del arte


estuvieron de acuerdo en el concepto de Lukács acerca de la característica catártica que
debe tener el arte, pues mucho más allá de pensar en la estética como lo hermoso en
términos de estándares de belleza, sino que el arte en principio concede un efecto de
intercambio de sentidos entre el espectador y el artista; los teóricos también coinciden en
que mientras no se pierda esta propiedad del arte, aun puede haber espacios artísticos
verdaderos; también están de acuerdo en que la situación del mercado artístico
ecuatoriano es poco alentadora, sin embargo, hacen énfasis en la importancia de la crítica
como aspecto a considerar, el arte no puede despegarse de su dimensión política y social
si pretende trascender de la élite que la ha enclaustrado en un espacio privado al que pocos
pueden acceder.

Entonces, nos permitimos preguntarnos aun acerca de estos espacios que puedan
permitir a los futuros artistas pensar en la elaboración del arte fuera de los intereses
mercantiles de la sociedad capitalista, si Rosero menciona que aun el mercado de nuestro
país no cuenta con el desarrollo suficiente para hablar de un gran mercado de arte, quien
sabe y se podría aprovechar la situación y pensar el arte por el arte y no por su venta.

El arte no puede ser relegado únicamente a un plano mercantil, y peor aún, elitizado,
es necesario comprender la visión de las diferentes realidades que pueden desprenderse
de la producción de arte en el Ecuador, si bien es cierto que en la sociedad en la cual
vivimos nuestro trabajo debe implicar también la forma en la que nos ganamos la vida,
también se debe buscar hasta qué punto, en el caso de las artes plásticas, se produce no
para establecer “catarsis” sino para vender. El círculo artístico ecuatoriano parece haber
optado por la salida fácil antes que por la salida crítica.
Bibliografía
Adorno, Theodor. (2004). Arte, Sociedad y Estética. Madrid: Akal Ediciones.
Adorno, W. T. (2004). Teoría estética. Madrid: Akal.
Benjamin, W. (2003). La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica.
México: Ítaca.
García Sierra, P. (1999). Estética y filosofía del arte. En Diccionario Filosófico.
Gómez, J. G. (2014). Relaciones afectivas y capitalismo financiero. Quito: Pontificia
Universidad Católica del Ecuador.
Horkheimer, M., & Adorno, T. (1988). Industria Cultural: Iluminismo como mistificación
de masas. En M. Horkheimer, & T. Adorno, Dialéctica del Iluminismo. Buenos
Aires.
Suárez, C. M. (Diciembre de 2016). Hacia una nueva crítica del arte desde américa latina:
perspectivismo, signaturas y semiótica. Tsantsa. Revista de Investigaciones
Artísticas, No. 4.
Lista de Entrevistas:

Cortéz, C. (2018). El arte como mercancía y la Facultad de artes. (A. Cubillos,


Entrevistador). Entrevista a estudiante de 21 años, carrera artes pláticas, Facultad
de Artes de la Universidad Central del Ecuador
Polo, R. (18 de Mayo de 2018). La estética, el arte como mercancía y la facultad de artes
desde la académia. (D. Villamarín Meza, Entrevistador) Subdecano de la Facultad
de Ciencias Sociales y Humanas, ha investigado sobre la vinculaciòn del arte y
teorìa crítica, en su publicación Teorìa Crítica y sus objetos.
Rosero, S. (2018). El arte y la industria cultural. (A. Cubillos, Entrevistador)
Rosero es docente de la FAUCE. Doctor en Ciencias Políticas y Relaciones
Internacionales de la Universidad Complutense, Y candidato a doctor en
Antropología y Sociología por la Universidad Complutense.

Tovar, O. (2018). El arte y la Industria cultural. (A. Cubillos, Entrevistador) Docente de


la FAUCE, dicta las cátedras de Apreciaciòn del arte; y Pintura avanzada
Cátedras:

Acanda, J. L. (10 de Mayo de 2018). Industria Cultural: Iluminismo como mistificación


de masas. Clase del 10 de mayo de 2018. Audio. Quito, Ecuador. Jorge Luis
Acanda actualmente es docente de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas,
imparte las càtedras de Teoría Polìtica III; y Teorìa Polìtica V. Tiene estudios en
Filosofìa, Sociología y Ciencias Políticas en países como España, Cuba y
Alemania.

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