La Evangelización dentro de los Hospitales resulta de gran impacto sobre la vida
de aquellos afligidos por diversas razones, unos a causa de enfermedades, otros por dolencias, por heridas, otros buscando el alivio para algún mal que lo aqueja, que no es tan grave pero que atormenta su vida, hay quienes van buscando el alivio para su vida interior, tratando de entender el entorno que le rodea y la razón por la cual padece y sufre mentalmente y que ha afectado su cuerpo físicamente, no nos olvidemos que en los hospitales hay dos tipo de elementos, unos son los enfermos que buscan la cura, pero también están los que no están enfermos pero los síntomas del pecado son tan visibles en ellos como la enfermedad misma, estos son los doctores y familiares de los pacientes, los primeros batallan contra una diversidad de enfermedades pero al igual que el paciente necesitan ser curados de su enfermedad interna (el pecado) y luego están los familiares, quienes pelean una batalla que en muchas veces tiene un aire temporal de victoria, pues el enfermo es sanado y sale de un hospital pero lleva la marca de la muerte hasta el día cuando Dios lo llame a su presencia, y en otros casos, la tristes y desesperante realidad de un pariente que parte a la eternidad sin haber escuchado por lo menos el evangelio y el dolor de no haber quien lleve el consuelo para las vidas afligidas por la inesperada noticia del deceso de aquel ser amado, conviene entonces que este trabajo vaya encaminado por el poder del Espíritu Santo, la Palabra de Dios, la oración, el ayuno, etc., pero sin olvidarse que hay riesgos para todo aquel que se sumerge en esta muy loable tarea, comprender las advertencias y las precauciones es vital para el evangelista que quiere llevar con éxito esta labor. Hablando del horario de visitas, debemos considerar que los hospitales poseen su propio sistema de normas y una de ellas consiste en respetar el horario destinado a la alimentación del paciente y al control medico que realiza el doctor, la falta de atención a estos horarios y otros, provocaría que se trunque el propósito de la visita pues el medico necesita tener el tiempo adecuado para examinar y evaluar al enfermo, para eso en los hospitales existen carteles claramente visibles al público en lugares estratégicos que sirven para información del visitante, además de un centro de información donde el evangelista puede llegar e informarse de todos los requisitos y/o requerimientos que el hospital exige. Al entrar a la habitación se debe recordar que por lo general el hospitalizado está sensible por lo cual que el tema de conversación se claro, beneficioso, de actualidad, que muestre en su semblante seriedad, gozo, alegría y bienestar, no ser exagerado, pues en algunos casos se interpreta como desconsideración hacia el paciente, también es muy importante ser cumplido en su compromiso hecho con un paciente, pues en algunos casos, la enfermedad es tan avanzada que solo le restan días u horas de vida, ¿y si falta? Se habrá perdido un alma… La verdadera intención del evangelista es conocer y descubrir las necesidades más profundas del enfermo, pero sobre todo las necesidades espirituales, por lo cual se considerar el no hacer preguntas que incomoden o que no sean del interés del evangelista a no ser que así lo pida. No es bueno al paciente llevarlo a un estado de depresión para que tome una decisión por Cristo, mejor es conocer los sentimientos del paciente, analizar su estado anímico y su condición física, si esta reposando, si está adolorido, si no puede hablar, si no puede levantarse, si no puede moverse y peor arrodillarse, mirar que no cause una sensación de recelo en la vida personal del paciente su condición que lo lleve a sentir vergüenza, en algunos casos el paciente (sea hombre o mujer) no está vestido con la intención de recibir visitas, sino que por el contrario su ropa es ligera y casi semidesnudo(a), hay que ser prudentes… PRECAUCIONES PARA EL EVANGELISTA Se debe considerar que en muchos casos la enfermedad no existía hasta cuando se presentó alguna molestia, por lo que ante de llegar al hospital es bueno realzar una llamada a fin de obtener información sobre el estado del paciente antes de visitarlo, también un buen sentido del humor es necesario que vaya acompañado de un mensaje de paz y de amor puede llegar a tener un efecto positivo y sanador, no se debe exagerar en el tono de la voz, pues al elevar la voz, incomoda a los demás y esto trae un efecto negativo en otros, no se debe hablar cosas deprimentes, no se debe hacer comparaciones con otros casos de pacientes que el evangelista haya oído pero que tuvieron un final desafortunado, pues el propósito de Dios es diferente uno de otro, pero tampoco el evangelista debe hacer promesas que no están a su alcance, prometerle por ejemplo al enfermo que sanará si no está la vida en sus manos, la función del evangelista es presentar a Cristo como su Salvador personal, el salmo 116:6 dice, estaba yo postrado y el Señor me salvó… Dentro de las consideraciones que los hospitales le dan al visitante, ya sea un familiar, amigo o al evangelista, le es recomendable que no se ejerza un contacto directo con el enfermo, un abrazo, un saludo de manos, un toque de alguna herida, la cercanía física en exceso, pueden acarrear como consecuencia una transmisión de bacterias que pudieran afectar la vida de aquella visita, de allí que mantener la distancia es bueno, lavarse constante mente las manos después de cada visita, no tocar las paredes, no arrimarse en todas partes, no ingerir la comida del paciente, no acostarse en las camas de los pacientes, no usar ropa ajena, llegar a la casa y lavar su ropa inmediatamente, no llevar a niños a la vista, etc.,