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Facultad de Psicología
Licenciatura en Seguridad y Salud Ocupacional
Es sumamente interesante referir a este autor dado que es, uno de los fundadores del socio-
análisis, esta teoría tiene como antecedente a la psicoterapia y pedagogía institucional, la misma tiene
su origen en la crisis interna de las instituciones de la sociedad industrial capitalista. Los socio-analistas
dicen que el cambio institucional se puede explicar como el “deterioro y la destrucción de las formas
instituidas” (Lapassade, 1980:109).
Como yo lo interpreto hace referencia cuando usa el termino instituido a la universalidad y es
real la destrucción de estas formas dado que cada uno de nosotros somos diferentes y únicos en todos
los sentidos, por lo tanto, lo que me sirve a mi seguramente no le sirve ni estimula a otros.
En la educación se ve claramente la desmotivación en los alumnos ante este sistema
estructurado de enseñanza, donde también los propios docentes están desmotivados y muchas veces
cansados de luchar con el sistema. Tenemos que agregar a todo esto la situación personal de cada
estudiante que ya posee un bagaje importante de frustración personal muchas veces por la propia edad
y otras por las circunstancias familiares que le toca vivir.
Las instituciones han ido cambiando y las normas y los valores se mantienen estáticos, por
ejemplo, la familia ya no es la misma de antes ni en forma ni en valores; hoy contamos con madres
independientes capaces de mantener por si mismas un hogar, tenemos familias formadas por parejas del
mismo sexo, padres solteros que también crían solos a sus hijos. Pero a pesar de toda esa evolución del
hombre, que lo que logra es rescatar en cierta forma los derechos individuales de cada persona a decidir
por sí mismo a elegir, a sentir, difiere muchas veces con las normas sociales ya establecidas.
Mientras se va evolucionando lentamente a nivel gubernamental con algunas leyes que
tímidamente tratan de ir cambiando las mentalidades ancestrales se hace urgente un rescate al sistema
educativo o por lo menos ir implantando nuevas metodologías que incentiven y motiven al estudiante.
Si tratamos este tema no podemos dejar de lado los estudios realizados por Juan Antonio
Huertas investigador especializado en motivación y el rol del docente en la enseñanza.
El mismo plantea que no solo tenemos que tener en cuenta la motivación intrínseca y la
autorregulación sino también las emociones y los afectos. Explica que la motivación está dada tanto por
lo racional como por lo emocional. “Hay claramente un componente emocional en todo acto de querer”.
Se refiere a los estudios en psicología positiva de Richard Ryan que plantea que es lo que
sostiene a la motivación intrínseca y se refiere que la misma está apoyada en tres elementos.
Primeramente, pone a la autodeterminación o autonomía como una necesidad de todo ser humano, el
hombre tiene la necesidad de ser uno mismo, mantener control de su vida. Segundo esta la sensación
de control o de causalidad, cuando hacemos algo por nosotros mismos, aunque el beneficio sea menor
la motivación es muy grande. Y tercero el desafío, la forma de demostrar nuestras habilidades, el
dominio de las situaciones el conocimiento que poseo, lo cual brinda al individuo la sensación de ser
competente, “yo puedo”.
Estos autores hablan de que para generar motivación se debe fomentar la toma de decisiones,
no solo la elección, se debe generar un aprendizaje autónomo, generar tareas que provoquen desafíos,
crear retos a los estudiantes y yo agregaría a los propios docentes.
Con lógica plantean que toda esta autodeterminación, toda esta motivación intrínseca debe estar
desarrollada en un ambiente social acorde con un clima emocional y afectivo.
Con respecto a la autorregulación o proceso de conciencia nos dicen que, en la medida que
seamos más reflexivos y planifiquemos se regulara nuestro mal estilo de organización todo será más
automático. Ellos creen que una persona muchas veces no es que no quiera aprender, sino que no sabe
cómo hacerlo, el problema en este caso es la estrategia y no la motivación.
Otro punto que plantea la teoría de estos autores es la supervisión que cada uno hacemos de
nuestras tareas, en la medida que tengamos un sistema de supervisión más o menos consciente mejor
haremos la tarea. Y por último tenemos el proceso de evaluación, es el análisis que realizamos de lo
que hemos hecho para determinar que todo ha salido bien, es la manera de aumentar nuestra capacidad,
lo que si hay que lograr es automatizar estos procesos que tampoco es tan fácil lograrlo. Explica Huertas
que en el laboratorio con las intervenciones se logra una mejora en el proceso cognitivo, pero no así en
la realidad, plantea entonces el termino de control volitivo que hace referencia a como la mente regula
las emociones y los afectos, como nos concentramos y nos relajamos, el control de la impulsividad, de
las emociones positivas y también de las negativas, como salir de la frustración. Las investigaciones
concluyen que es más útil trabajar la faceta emocional que la cognitiva.
Evidentemente los sistemas institucionales que tenemos están basados en conseguir metas y
fines y no en cómo se recorre el camino, se hacen las cosas porque así fue siempre, el miedo al cambio
y al riego es muy evidente.
El cambio es lento, pero a través del conocimiento, del progreso y de las luchas de diferentes
minorías se ha logrado crear conciencia del derecho a la individualidad, que las épocas han cambiado
y cada uno debe ser capaz de crear su propia felicidad, los jóvenes de hoy son fiel reflejo de un grito de
auxilio queriendo salir de los barrotes de instituciones formadas por mentes prisioneras en sus propias
frustraciones.
Referencias Bibliográficas
Follari, R. (1996). ¿Ocaso de la escuela? Editorial Magisterio DDL UIO VII LA PLATA Buenos
Aires, Argentina.
Huertas, J. (2012). Los efectos de los afectos en la motivacion y la autorregulacion. Ciencias
Psicologicas2012; VI (I): 45-55, Madrid España.
Carbajosa, Diana. (1984). El analisis institucional como terora critica de las formas sociales. Revista
Mexicana de Sociologia, Vol, 46, N° 1; pp. 263-271, Universidad Nacional Autonoma de Mexico.