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Bajada de Reyes

Cada 6 de enero se celebra en distintos país de América la llegada de los Reyes


Magos al pesebre donde nació el niño Jesús. En Perú, la festividad es llamada
bajada de reyes.

Muchas historias se han tejido entorno a la identidad de los Reyes Magos. La más
popular señala que Melchor, Gaspar y Baltasar, llegaron a Belén desde Oriente,
guiados por una gran estrella.

Como ofrendas para el niño Jesús, los Reyes Magos llevaron oro, incienso y mirra,
que simbolizaban la divinidad y realeza del hijo de Dios.

Sin embargo, en la Biblia no hay mucha referencia de los Reyes Magos. El


evangelio según Mateo es el único que habla de estos prestigiosos personajes pero
no precisa cuantos fueron.

La llegada de los Reyes Magos es una señal del fin de las celebraciones iniciadas
en la Navidad. Esta fecha sirve también para festejar y brindar algunos regalos a los
más pequeños.

Desde 1988, cada 6 de enero, la Policía Montada del Perú realiza una
representación de la llegada de los Reyes Magos a la plaza de armas. Familias
enteras se reúnen en esta celebración.
ORIGEN.

El origen de la leyenda de los tres Reyes Magos lo encontramos en la Biblia. Su


artífice fue, para ser más exactos, Mateo. El Apóstol fue el único de los autores del
libro sagrado que dejó constancia de la existencia de estos personajes en las
crónicas. En sus textos afirma que, después de que Jesús naciera en Belén
«vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los
judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a
adorarle». No señalaba, por tanto, ni el número concreto de Sus Majestades, ni su
raza.

La cuestión les llevó hasta Herodes, rey del país. Mateo determina que, al oír esto,
«el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los
principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer
el Cristo». La respuesta de todos fue unánime: en Belén, pues así lo decía la
profecía.

En palabras del Apóstol, Herodes tendió entonces una trampa a los magos: les
envió a la ciudad y les pidió que averiguasen todo lo que pudiesen acerca del niño,
pues él quería adorarle también. «Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la
estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se
detuvo sobre donde estaba el niño».

El evangelista continúa señalando que, tras entrar en la casa en la que había nacido
el pequeño, se postraron, le adoraron y le entregaron los tesoros que portaban: «le
ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra». Posteriormente se marcharon, pero no
cumplieron su promesa de avisar al rey tras ser advertidos en sueños (por un poder
superior) de lo que este pretendía.
“La fe en acción es amor y el amor en acción es servicio.”
“Mientras el trabajo sea más repugnante, mayor ha de ser nuestra fe y más alegre
nuestra devoción.”

(Beata Madre Teresa de Calcuta)


“Fe que no irradia, no tiene el espíritu de Cristo.”
“Vivir de fe es juzgar las cosas a la luz de la eternidad.”
(San Alberto Hurtado)
“El más sublime acto de fe es el que sube a nuestros labios en la noche, en la
inmolación, en el dolor, en el esfuerzo inflexible hacia el bien.”

San Pio de Pietrelcina


“Una fe no encarnada en las obligaciones cotidianas termina por hacerse abstracta
o estéril.”

San Juan Pablo II


“La fe y la esperanza son las dos alas del alma, con ellas se eleva de las cosas
terrenas y asciende de lo visible a lo invisible.”
(San Antonio de Padua)
“¿Tu fe se ve acechada por la duda? Mira a Pedro que llora amargamente su
debilidad.”
San Gregorio Magno
“Fe es creer en lo que no se ve, y la recompensa es ver lo que uno cree.”

(San Agustín

“La fe no es un hecho natural, cómodo, obvio: hace falta humildad para aceptar
tener necesidad de Otro que me libere de lo “mío”, para darme gratuitamente lo
“suyo”.”

Benedicto XVI
“De un vuelo, la fe se remonta más arriba y traslada al alma por encima de todo el
universo visible para conducirla hasta Dios. La fe, que nos ‘hace nacer de Dios’ y
nos hace hijos de Dios por Jesucristo, también nos hace vencedores del mundo.
Qué admirable expresión, llena de doctrina, esta frase de san Juan: ‘Lo que ha
nacido de Dios triunfa del mundo…’ ¿Quién es vencedor del mundo sino el
que cree que Jesucristo es Hijo de Dios?”
“La fe es la lámpara luminosa que luce en las tinieblas para servirnos de guía”
(Beato Dom Columba Marmion)
“Temo realmente que la fe ordinaria que es corriente incluso en comunidades
católicas estimables, y aun en agrupaciones muy selectas como la de los
legionarios, sea más natural que sobrenatural. Parecerá que estoy afirmando aquí
cosas contradictorias: siendo la fe sobrenatural, ¿cómo puede ser natural? Lo que
quiero decir es que puede ser que usemos un poder sobrenatural de un modo
natural, que es como si lo usásemos en absoluto. A modo de comparación,
considera el caso de un ave que tiene a las poderosas y que, sin embargo, se
contenta con caminar sobre el suelo como la gallina ordinaria, o, peor aún, con
anadear como el pato. Nuestra fe, lo mismo que esa ave, puede volar y alcanzar las
regiones más elevadas, pero no vuela. Se mantiene en un "nivel bajo" y se arrastra
por el suelo como la gallina o el pato.”

Siervo de Dios Frank Duff

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