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CRISIS Y MOVIMIENTO POPULAR

INTRODUCCION

Este tema de mucho análisis, en cuanto a la materia se refiere ya que todo


movimiento, tiene un actor social con una personalidad, actitud, mentalidad política
e ideológica que se transmite en una acción política
Un estado en crisis , sin capacidad para responder a la presión de necesidades de
las masas , esta presión de mayorías sobre la estructura del estado , para obtener
una mayor participación en los asuntos nacionales y en los beneficios de la
modernidad se opone a la rigidez excluyente del aparato institucional y su
ordenamiento jurídico
El reto es lograr que el estado asuma el insólito proceso trasformación que vive la
sociedad.
El texto Desborde popular y crisis del Estado de José Matos Mar fue publicado en
1984 y refleja el aura de una década marcada por el retorno a la democracia, la
crisis económica y la expansión del terrorismo a la capital. Es uno de los textos
que marcó una revolución en los estudios de las ciencias sociales en el Perú. El
paso del tiempo hizo necesaria una actualización de información ya que la realidad
del país es otra. 20 años después, en el 2004, el autor
vuelve sobre él para “re-contextualizarlo” y darle una nueva mirada al Perú del siglo
XXI.
A lo largo de los cuatro capítulos originales y el ensayo añadido en la última edición
se presenta un repaso por nuestra vida republicana buscando encontrar una
explicación a la realidad nacional. La cual, es descrita por el autor como desbordado
debido el devenir y el enfrentamiento de dos realidades que habitan el territorio
nacional: una oficial y otra contestaría. A continuación, en las siguientes líneas
procederemos a exponer las principales ideas expuestas por el autor a lo largo
del texto.

“Estoy convencido que ninguna constitución fue antes tan bien calculada como la
nuestra para un extensivo imperio y autogobierno”.
LEGADO ANDINO Y PATRIA CRIOLLA:
Sin embargo, 20 años después en 1961, la migración cobró mayor peso y la
población rural paso a ser solo el 53%.En términos económicos señala también
que, hacia la década de 1950, el Perú se sostenía sobre la exportación de materia
prima impulsado por un pequeño núcleo de grandes propietarios. Se debe señalar
que en un contexto global la guerra de Corea impulso igualmente las exportaciones
nacionales. De las cuales el gobierno, populista, de Odría se vio beneficiado con
esto. Bajo este escenario surgen nuevos partidos políticos: Acción Popular, el
PPC. Surgen nuevas vías de comunicación que unen al país. Hacia la década de
1960 se indica que también hay movimientos migratorios producto del inicio de la
década de la producción del agro en la sierra y la concentración de desarrollo
industrial en la costa.
Es en la década de 1960 que se produce el primer desborde. Debido a que la
decadencia del sector agro, que mencionamos en el párrafo anterior, produce
huelgas y manifestaciones contra los terratenientes. Surgen voces de reclamo.
Sobre todo el de la Reforma Agraria. Las instituciones políticas que mantenían sus
estructuras casi intactas desde el siglo XIX entran en crisis ya que no puede
controlar las fuerzas emergentes. El gobierno militar busco aprovechar la
oportunidad de representar los reclamos populares, de llevar a cabo reformar
ansiadas: “Reforma Agraria, el reconocimiento de la diversidad cultural y la
oficialización del quechua”. Sin embargo, los militares durante la primera etapa del
gobierno se alejaron del clamor popular marcando distancia del discurso político y
las acciones llevadas a cabo. El segundo momento del gobierno militar busco más
bien deshacer las reformas impuestas y el retorno a la democracia con un costo
económico alto: se incrementó la deuda externa y la banca privada recupero su
poder. Por otro lado, los partidos políticos tradicionales (PAP, AP y la izquierda) no
convencieron a los diversos sectores populares. Un detalle interesante sobre el
Matos Mar cierra este capítulo es el que si estas reformas hubieran sido aplicadas
en un momento oportuno el desborde quizás pudo ser canalizado.

EL NUEVO ROSTRO DEL PERÚ:

La inflación ya se encontraba en marcha y a inicios de la década de 1980, con el


retorno de la democracia, el costo de vida en el país iba aumentando. Las
estructuras familiares se reestructuraron buscando la supervivencia. Una de las
características que señala el autor es la familia como centro de la empresa en
el sector contestatario, añadiendo también la fuerte presencia femenina como
líder dentro de este grupo. Frente a este fenómeno la acción del estado para
controlarlo fue mínima ya que el reprimirlo, como indica el autor, conllevaría a la
aparición de “formas violentas de obtención de recursos o ingresos (robo,
prostitución, tráfico ilícito de drogas).” Por lo que no le quedaría otra alternativa que
tolerar el desborde generado. El cual, fue generado por su misma inoperancia, así
como también la del sistema legal. Por otro lado, las manifestaciones populares:
paros, huelgas, entre otros fueron más frecuentes durante la década de 1980.

Se expone, hacia el final del capítulo, la separación entre el Estado y la sociedad.


La cual es visible desde la década 1950 con una relación de oposición a lo formal,
que fue establecido por la sociedad peruana del siglo XIX. El proceso de
urbanización acelerado no fue acompañado por un proceso de industrialización, por
lo que las estructuras económicas, sociales y culturales están deterioradas,
surgiendo la respuesta contestaría antes señalada.

La política, se muestra a Sendero Luminoso como una respuesta a la


formalidad de los partidos revolucionarios existentes y su poca capacidad para
generar el cambio. “Cuestiona el orden establecido y los mismos códigos
semánticos en los que se expresa el debate ideológico formal.” Su modo de operar
también denota a la informalidad como respuesta al crecimiento desordenado.
Siguiendo con la exposición de otros temas dentro de la sociedad del país, también
se menciona a la Iglesia Católica, una de las instituciones más sólidas en la
tradición perdió mucha de su influencia debido a la expansión de otras
manifestaciones religiosas. Las cuales estuvieron más atentas a los reclamos
populares. Estas se “enfrentan a las estructuras formales de la iglesia, identificadas
con el aparato del Estado.”

EL NUEVO ROSTRO URBANO: LA FORJA DE UNA IDENTIDAD

Durante la década de 1950, se tuvo un control oficial del crecimiento urbano. Sin
embargo, este no estuvo planificado para el volumen de las migraciones masivas
generándose las primeras rupturas con la legalidad propuesta por el sector oficial.

“El migrante tuvo que adaptarse al contexto que le ofrecía la ciudad y encontrar
soluciones en las posibilidades dadas por su experiencia previa. Tenía dos
opciones: someterse o violar los límites del sistema establecido.”
Sobre la identidad cultural que se busca preservar, además se menciona a la
música andina como expresión que “evoluciona y se urbaniza”.

La presencia de provincianos en la capital no es solo un caso aislado, es un caso


representativo de una realidad nacional señala el autor. Es interesante como en
este capítulo se muestra a estos migrantes como una fuerza que transformo el
rostro del país. Es interesante el contraste que señala el autor debido a que muestra
el contraste entre los migrantes andinos de las décadas de 1950 y 1960 con los
migrantes del contexto en que fue escrito el libro. Los primeros tienen demandas
paternalistas frente al estado, el segundo buscan transformar con sus propios
medios frente a la incapacidad de este.

Lo ilegal se institucionaliza y es la nueva cultura a la que “el Perú oficial solo


puede responder con el escándalo, la indiferencia o los intentos esporádicos y
violentos para hacer sentir que sigue existiendo más allá de los límites de la
inmensa casbah limeña”. Los sectores contestatarios avanzan en la ciudad dejando
a los sectores tradicionales encerrados en reductos cada vez más exclusivos e
influyendo de a pocos en sus patrones de conducta, incluyendo a la banca y sectores
industriales. Para cerrar el capítulo el autor señala que el contexto de crisis impulsa
este estilo contestatario caracterizado por la ilegalidad. El fenómeno no es
comprendido por las diversas instituciones oficiales o tradicionales. Sin embargo,
señala que el estilo tiene un valor positivo, ya que condenarlo sería condenar la
misma creatividad del hombre peruano. Propone canalizar este impulso en la
construcción de un orden social más justo y más nuestro.

LA CRISIS DEL ESTADO Y EL DESBORDE POPULAR:

En este se ahonda en la idea del autor sobre la existencia de dos Perú. Uno formal
y otro informal. El formal se caracteriza por la presencia del Estado, el centralismo,
los partidos políticos tradicionales, la burocracia, entre otros. El informal se
caracteriza por representar al Perú marginado. Señala que este contraste es
heredada desde la época colonial y tiene existencia durante un periodo largo de la
república.

Las ciudades son los centros privilegiados por el Perú oficial. Mientras que en las
regiones del otro Perú se impulsaba el maltrato y explotación de los recursos.
Todo este sistema, como señalamos en líneas previas es heredado de un sistema
colonial y a la vez por los primeros años de la república. Un momento determinante
en la historia entre estas dos realidades es la Guerra del Pacifico, la cual represento
un duro golpe para la economía del Perú formal, pero también puso de manifiesto
al Perú informal con su participación en la campaña de la Breña, ya que se
reclamaba tan peruano como el oficial. Más adelante en el texto también se
menciona que los pocos cambios en la relación de estas dos realidades opuestas
empiezan a mostrar las primeras señales de problemas. La escaza representación
del Estado-nación y el problema de la identidad nacional aun no llegan a hacer
crisis durante el cambio de siglo. Por otro lado, también señala la llegada de
ideologías foráneas adaptadas a la realidad nacional. Sin embargo, terminaron
desfigurando la realidad. Por ejemplo, “la aspiración del artesanado y el
proletariado de la naciente izquierda era, no la transformación de los términos y
relaciones entre lo oficial y la nación plural de las mayorías, sino la mera captura
y aprovechamiento de las estructuras de poder del Estado oficial.” Las
transformaciones más profundas se dan a partir de la década de
1950 con la aparición de las primeras barriadas a causa de la migración de
pobladores andinos.
CONCLUSION

En el texto el autor resalta la importancia de la década de los 80, ya que fue en


esa oportunidad en el cual el Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso y
el movimiento revolucionario Túpac Amaru pusieron en jaque a la sociedad
colonial, al iniciar la guerra popular contra el estado peruano, desnaturalizando y
desfigurando el desborde popular.

En 1984 debido al terror y al miedo que afectaba a las comunidades de base


indígenas serranas y amazónicas y de los caseríos, pueblos y ciudades del sur
serrano, en condición de extrema pobreza, hablantes quechuas marginadas y
discriminados históricamente fueron polarizados por Sendero luminoso, la
sangrienta lucha destacada en las pequeños pueblos como huamanga, Huanta,
Ayacucho, Huancayo, Junín, entre otras se les obligaron a quienes no se
involucraron en este dilema a emigrar a Lima.
OPINION

Este actor social es quien incentiva e influye a la sociedad a la acción social la cual
adquiere información de la realidad política a través de factores objetivos y
subjetivos como son el interés y la expectativa que genera situación política que
en el caso de este documento se da a raíz de la crisis económica vivida en el Perú.
BIBLIOGRAFIA

(2012, 10). DESBORDE POPULAR Y CRISIS DEL ESTADO. Recuperado 10,


2012, de https://www.crisispopular.com/Historia-Americana/DESBORDE-
POPULAR-Y-CRISIS-DEL-ESTADO/327659.html

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