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1 Corintios 13:4-7
En estos versículos Pablo lista quince características del amor cristiano.
El amor es paciente. La palabra griega que se usa en el Nuevo Testamento
(makrothymein) siempre describe la paciencia con las personas, y no con las
circunstancias. Crisóstomo decía que es la palabra que se usa de la persona
que es ofendida, y que puede vengarse fácilmente, pero no lo hace.
Describe a la persona que es lenta para la ira, y en este sentido se usa de
Dios mismo en Su relación con los seres humanos. En nuestra relación con
los demás, por muy refractarios e inamables e insultantes que sean,
debemos ejercer la misma paciencia que Dios tiene con nosotros. Tal
paciencia no es una señal de debilidad, sino de fuerza; no es derrotismo,
sino el único camino a la victoria. Fosdick indica que nadie trató a Lincoln
con más desprecio que Stanton. Le llamaba «El astuto payaso», y le puso el
mote de "El gorila original» y decía que Du Chaillu era un tonto de irse al
África a tratar de capturar un gorila cuando podía encontrarlo tan
fácilmente en Springfield, Illinois. Lincoln no contestaba. Hizo a Stanton
ministro de la guerra porque era el mejor para ese puesto y desplegó con él
toda clase de cortesía. Los años transcurrieron. Llegó la noche en la que la
bala del asesino acabó con la vida de Lincoln en el teatro. En la pequeña
habitación a la que llevaron el cuerpo del presidente estaba el mismo
Stanton, y, contemplando el rostro mudo de Lincoln, dijo entre lágrimas:
«Aquí yace el más grande regidor de hombres que ha conocido el mundo.»
La paciencia del amor había obtenido la victoria al final.
El amor es amable. Orígenes decía que esto quiere decir que el amor es
«dulce con todos.» Jerónimo hablaba de lo que él llamaba «la benignidad»
del amor. Hay mucho cristianismo que es bueno pero inamable. No había
hombre más religioso que el rey Felipe II de España, pero impuso la
Inquisición y pensaba que estaba sirviendo a Dios matando a los que
pensaban de otra manera que él. El famoso cardenal inglés Reginald Pole
proclamó que el asesinato y el adulterio no se podían comparar en
hediondez con la herejía protestante. Aparte totalmente de ese espíritu
perseguidor, hay en muchas buenas personas una actitud crítica. Muchos de
los buenos miembros de iglesia se habrían puesto de parte de los escribas y
fariseos y no con Jesús si hubieran formado parte de un jurado para decidir
sobre la mujer sorprendida en adulterio.
El amor no sabe de envidia. Se ha dicho que no hay más que dos clases de
personas en el mundo: «Los que son millonarios, y los que querrían serlo.»
Hay dos clases de envidia: la que codicia lo que tienen otros, que es muy
difícil de erradicar a fuer de humana; y otra peor, que se reconcome de que
otros tengan lo que la persona envidiosa no tiene. No es tanto el querer las
cosas para sí como el querer que ningún otro las tenga. La mezquindad de
espíritu no puede caer más bajo.
El amor no es fanfarrón. El amor, antes se quita los moños que se los pone.
El amor verdadero siempre se da más cuenta de sus deméritos que de sus
méritos. En la historia de Barrie, Sentimental Tommy solía llegar a su madre
en casa después de algún éxito en el cole diciendo: «Mamá, ¿verdad que
soy estupendo?» Algunas personas otorgan su amor como si estuvieran
haciendo un favor. Pero el verdadero amor no acaba nunca de sorprenderse
de ser amado. El amor se mantiene humilde porque se da cuenta de que
nunca puede ofrecer a la persona amada nada que sea bastante bueno.
El amor lo puede aguantar todo. Es posible que esto quiera decir que "el
amor lo puede tapar todo,» en el sentido de que no saca nunca a la luz del
día los trapos sucios. Estaría mucho mejor dedicarse a remendar y a
remediar las cosas defectuosas que a desplegarlas y criticarlas. Recordemos
también que «cubrir» el pecado es una expresión bíblica típica que quiere
decir perdonarlo (cp. Salmo 32: I). Pero lo más probable es que quiera decir
que el amor puede soportar cualquier insulto, o injuria, o desilusión.
Describe la clase de amor que había en el corazón de mismo Jesús.