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“La discriminación hacia los haitianos en Chile es infundada y prejuiciosa.

No es necesario explicar el contexto. En el último año es un tema en boga; miles de


haitianos se están viniendo a nuestro país. Y es que cada vez vemos a más personas de color que
no hablan nuestro idioma transitando por las calles, en muchas regiones y en todas las comunas
de Santiago. Muchas veces trabajando como mano de obra, de modo que inmediatamente lo
asociamos con poca educación, clase media-baja o pobre. Nos asustamos. Comentarios como
“cambiarán nuestra cultura”, “Son una invasión”, “nos están quitando el trabajo” o “vienen a
delinquir” son cada vez más comunes. Es innegable que había un problema en las leyes de
migración, las cuales inclusos vieron modificaciones hace pocas semanas, sin embargo, la gran
mayoría de los chilenos pareciera tener un concepto sobre los haitianos basado en mitos u
opiniones sin fundamentos concretos que caen en una discriminación prejuiciosa.

En primer lugar, es importante aclarar que para entrar a nuestro país los haitianos no
necesitaban de una visa de turismo, sólo requieran exhibir pasaporte, lo que les permitía una
estadía por un plazo de 90 días y que durante esta estadía se podía cambiar a visa de “residente
sujeto a contrato de trabajo”. Es decir, era completamente legal para un haitiano venir a nuestro
país como turista y comenzar a buscar trabajo para quedarse. Esto también descarta el mito del
“mercado de visas de turismo”, completamente inexistente.

Con respecto a la cantidad, podemos ver que entre el 2016 y 2017 ingresaron a chile 153
mil haitianos. En el mismo período entraron más de 250 mil venezolanos, casi el doble. Ni hablar
de unos años atrás con la migración peruana, también más de 250 mil en un par de años. Haití
ocupa recién el quinto lugar en la tabla de migrante en nuestro país después de Perú, Colombia,
Bolivia y Venezuela. Es que pareciera ser que tiene un color de piel al que no estábamos
acostumbrados, entonces ahora creemos que nos invaden. Probablemente en el metro no soy
capaz de distinguir a un chileno de un venezolano, pero a un haitiano de piel oscura sin ninguna
duda. Y, ¿cuál es la diferencia entre ellos aparte de su color de piel?, ninguna. Así como tampoco
son distintas las reglas de cómo los migrantes contribuyen al Fisco, lo hacen mediante el IVA, igual
que cualquier chileno pobre o de clase media. También se escuchan opiniones sobre el aumento
del gasto público; 207 millones de dólares según DIPRES, sin embargo en 2017 pagaron 490
millones de dólares en impuestos a la renta y, asumiendo 2,9% de población migrante e iguales
patrones de consumo, USD $913 millones en IVA. Pareciera, nuevamente, que sólo vemos lo
negativo y nos olvidamos del aporte que pueden realizar.

Otro aspecto importante a destacar es sobre el nivel educacional de Haití. Efectivamente


tiene altas tasas de analfabetismo y solvencia económica, sin embargo, extenderlo lisa y
llanamente a todos los migrantes haitianos es falaz. Según Asociación Profesional de Haitianos,
30% de migrantes tienen títulos profesionales. ¿Chileno promedio?: 41%. Hay una diferencia, pero
no es alarmante. Sobre todo considerando que el total de migrantes representa un 6,1% de la
población total según la última estimación a comienzos del presente año. El promedio de
migrantes en los países de la OCDE es del 13%.
Entonces, podemos apreciar que la comunidad haitiana migrante en nuestro país
es, muchas veces, discriminada injustamente. Debemos informarnos y acostumbrarnos a los
cambios, pues pueden ser positivos. El promedio de migrantes en la OCDE es aún más del doble
nuestro. Claro ejemplo de países desarrollados que utilizan la fuerza extranjera para crecer en lo
cultural, social y económico. La discriminación hacia los haitianos en Chile es infundada y
prejuiciosa. Informémonos, aportemos, aceptemos. Contribuyamos a un mejor país.

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