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LA PERSONALIDAD DEL MAESTRO

La personalidad del docente puede definirse como la organización dinámica en el


interior del docente de los sistemas psicofísicos que determinan su conducta y su
pensamiento característico. Entre los sistemas psicofísicos existe un reciprocidad
de los componentes cuerpo-espíritu, y las acciones y pensamientos del ser
humano actúan sobre estos componentes como una fuerza directriz. En
consecuencia toda personalidad es única en cada individuo.

Desde el siglo XIX, la función del docente se halla en continua evolución. En las
últimas décadas se ha cuestionado la función tradicional del profesorado y se han
propuesto alternativas para cambiar el rol que tiene que desempeñar. Esto ocurre
en todos los niveles educativos desde el
nivel infantil hasta el universitario.

Los nuevos roles que se proponen desde


la reflexión y el análisis pedagógico viene
determinados por la evolución de los
sistemas educativos, que desarrollan
reformas en los procesos de enseñanza,
con la finalidad de adaptarse al desarrollo
de la sociedad. Estas reformas implican nuevas tareas, especializaciones y
competencias de los docentes.

FACTORES DE CAMBIO

Son muchos los factores que inciden en la necesidad del cambio de la función
docente, entre ellos podemos destacar:

 La explosión escolar
 El desarrollo de nuevos medios de comunicación social
 Acelerada evolución de la sociedad
 Nuevos avances científicos y tecnológicos
 Nuevas corrientes pedagógicas

Es evidente que el rol del docente debe cambiar al ritmo de la sociedad y que,
tanto en los modelos iniciales como en los de formación permanente, deben
introducirse progresivas reformas que caractericen al docente de principios del
siglo XXI. No debe olvidarse que el papel del maestro monopolizador del saber y
como transmisor de conocimientos está en declive, sino en parte obsoleto. Los
medios de información y de comunicación, desde las bibliotecas a la INTERNET
suplen parte de ese rol, y por lo tanto, el docente tiene que ser guía, orientador y
un facilitador, del alumnado en la búsqueda de información y sobre todo de ser
capaz de aportar criterios para seleccionar información, ante el exceso de datos y
de información que la sociedad ofrece.

EL NUEVO DOCENTE

La creciente interacción entre la escuela y la sociedad influye cada vez más en el


rol docente. La tarea del docente debe estar dirigida hacia el desarrollo personal y
social de su alumnado, lo que hace que se diversifique y se complique la labor
docente.

El docente debe actuar como mediador en el proceso de aprendizaje, por lo que la


motivación, el aporte de criterios, y el diagnóstico de las situaciones de
aprendizaje de los alumnos se constituyen nuevos ejes de su función, por otro
lado debe promover y facilitar las relaciones humanas, y a partir de cierta edad del
alumno se debe constituir en el orientador personal y profesional. De ahí la
necesidad de la especialización docente.
No es fácil caracterizar al docente actual, más bien debe hablarse de las
cualidades generales que deben de poseer los docentes, con un alto grado de
capacidad de actuación autónoma, que sepa diagnosticar la situación del aula, el
ritmo y desarrollo del aprendizaje, las particularidades de los procesos didácticos y
las exigencias del conocimiento y al mismo tiempo que sea capaz de incorporar
las demandas sociales a los programas educativos, así mismo debe conseguir un
equilibrio entre la comprensión y la atención a las diferencias individuales dentro
del aula y finalmente debe eliminar o superar cualquier brote de discriminación por
motivos de raza o de sexo.

Así a grandes rasgos, es el complejo papel del docente, merecedor del mayor
respeto y dignificación por parte de la sociedad, cuestión que, en teoría, nadie
discute. Sin embargo, la educación del ciudadano del futuro depende en gran
medida de la existencia de buenas escuelas y de buenos profesionales de la
educación en estos aspectos descansa en gran parte la calidad de la educación.

CUALIDADES DE LA PERSONALIDAD EL PROFESOR

1. Formación científica de la concepción del mundo.

2. Debe sentir amor y por su trabajo.

Científicamente se ha demostrado que los alumnos son muy sensibles para


percibir si el docente trabaja con interés o sin interés, si se interesa por los
resultados de su trabajo. El proceso de enseñanza y aprendizaje exige una
cualidad vital que se llama paciencia, resulta penoso ver a docentes sin tacto
pelear con sus alumnos.

3. Debe poseer capacidad didáctica.


Debe hacer comprensible el material de estudio, proporcionar situaciones de
aprendizaje en las que el conocimiento sea asequible para el alumno,
despertar el interés por el estudio y la búsqueda independiente del
conocimiento, la capacidad didáctica no sólo es una característica de la
personalidad del maestro, sino que es un aspecto importante de su maestría
pedagógica. Cuando hablamos de la maestría profesional, nos referimos al
aspecto organizativo, orientador del docente de su trabajo y de sus alumnos,
para esto es necesario que el docente conozca:

 Las características de la edad de sus alumnos.


 Las diferencias individuales
 El conocimiento que tienen sus alumnos
 Los conocimientos que deben aprender sus alumnos
 Los conocimientos que han olvidado sus alumnos

A partir de esas relaciones es que el docente organiza el trabajo docente y


pedagógico.

4. Debe tener capacidad académica.

La cual está determinada por la acumulación de conocimientos pedagógicos y


psicológicos necesarios para el desarrollo de la actividad docente. Lo cual les
da seguridad frente a sus alumnos.

5. Debe tener capacidad perceptiva, el docente debe tener la capacidad de


observación, de todo lo que ocurra en el aula, atender a aquellos alumnos que
presenten una actitud inadecuada en el aula, permitirá que el docente luche
contra el retraso académico.

6. Debe tener capacidad expresiva.


La que consiste en la expresión clara y precisa de los pensamientos y los
sentimientos con ayuda del lenguaje, la actividad que desarrolla el maestro es
el proceso de enseñanza y en los encuentros anteriores hemos expresado
que el proceso de enseñanza es un proceso eminentemente comunicativo.

7. Debe tener imaginación pedagógica.

Esta capacidad está relacionada con la transmisión de las acciones de la


influencia educativa sobre el alumnado, es obvio que esta cualidad está
relacionada con las cualidades personales del maestro como ciudadano,
como persona. La imaginación pedagógica está referida a la habilidad para
influir en los alumnos en sus procesos de aprendizaje, en sus procesos
educativos.

8. Debe tener capacidad de autoridad.

Esta influencia emocional debe estar estructurada de tal forma que se


asegura su autoridad en el alumnado, se considera que está condicionada por
determinadas cualidades de la personalidad del maestro, como: ser
consecuente, exigente, y capaz de auto controlarse. Cuando un docente no
revisa una tarea escolar un día, no pasa nada, si deja otra tarea otro día y
tampoco la revisa, no pasa nada, pero si pone otra tarea otro día entonces el
alumno no la va a hacer, hace falta la exigencia pues eso es una influencia
positiva para desarrollar hábitos de estudio. La exigencia no es sinónimo del
aumento del tono de voz.

9. Debe tener capacidad comunicativa.

Es la capacidad para relacionarse con el alumnado, esta cualidad tiene desde


la perspectiva psicológica el nombre de tacto pedagógico. Entre las
principales características de esta cualidad tenemos el sentido de justicia, su
sentido equitativo es necesario en el aula para poder desarrollar valores.
.
10. Debe tener capacidad organizadora.

Tanto para organizar su propio trabajo, como para organizar el trabajo


individual y como el trabajo colectivo de sus alumnos.

11. Debe tener cualidades personales.

Aquí se incluyen cualidades cívicas, y las relacionadas con las


particularidades de su temperamento. El docente debe dominar sus
emociones, los alumnos perciben muy rápidamente el estado emocional de
sus docentes, es muy común que ante una actitud inadecuada del maestro,
se exprese por parte del alumnado que el “maestro está de mal humor”.

12. La última cualidad se refiere al aspecto exterior del docente.

El docente no sólo aporta conocimientos, situaciones de aprendizaje, sino que


aporta en sí mismo, la cultura de la conducta humana, expresa el gusto
estético, es toda una institución cultural que representa el magisterio en los
procesos educativos.

PERFIL DE PERSONALIDAD DEL MAESTRO (A).

Indagador: El maestro debe presentar inquietud por conocer aspectos nuevos


diariamente, y tener inclinación hacia la investigación.
Informado: Debe ser una persona que esté al pendiente de los eventos que
acontecen en el mundo diariamente. Además de contar con un bagaje cultural
importante.

Pensador: El maestro debe tener habilidades de pensamiento crítico y reflexivo


en un marco de ética profesional.

Buenos Comunicadores: Debe ser capaz de expresarse clara y correctamente,


debe de estar dispuesto a colaborar con otros y comprender puntos de vista
diferentes a los suyos.

Íntegros: Deben actuar con integridad y honradez, poseen un profundo sentido de


la equidad, la justicia y el respeto por las personas.

De mentalidad Abierta: Entienden y respetan su propia cultura y valores, pero


también están dispuestos a conocer la de otras personas, otros puntos de vista, y
estar dispuestos a aprender de la experiencia.

Solidarios: Muestran empatía, sensibilidad y respeto por las necesidades y


sentimientos de los demás.

Audaces: Abordan situaciones desconocidas e inciertas con sensatez y


determinación.

Equilibrados: Entienden la importancia del equilibrio físico, mental y espiritual.

Reflexivos: Evalúan detenidamente su propio aprendizaje y experiencias.


Conocen sus capacidades y limitaciones, para de este modo continuar su
desarrollo personal.

LA PERSONALIDAD DEL MAESTRO, COMO PROPICIADORA DEL APRENDIZAJE EN


LOS ESTUDIANTES
Ser docente hoy en día, me parece que más que nunca, implica una gran
responsabilidad, debido a la serie de escenarios y circunstancias que rodean a
nuestros estudiantes, es por

ello, que un aspecto que se debe de tener presente como educador(a),


corresponde a la personalidad del maestro, como propiciadora del aprendizaje en
los estudiantes.

Según indica Segura Bazán (2006) cuando habla de los aspectos que debe de
contar la personalidad del docente:

Como se puede apreciar, son una serie de actitudes que supondrían ser un
"súper-docente", sin embargo, ante los retos y dificultades que se encuentra el
educador(a) hoy en día con sus estudiantes, me parece que son actitudes
deseables y esperables en un docente hoy en día, dado que los estudiantes,
provienen en su mayoría de familias desestructuradas, de entornos donde
posiblemente reine la violencia en sus diferentes formas y donde también, la
familia ha delegado la responsabilidad (consciente o inconscientemente) de la
formación de sus hijos en la Escuela.
Es por ello que la misión en la educación del Siglo XXI debe de ir encaminada a
propiciar el crecimiento de la persona integralmente, promoviendo en él y
ella, desarrollo del conocimiento sobre su profesionalización, cultura, habilidades y
actitudes en otras palabras, en sus competencias, los cuales, le llevarán a ser
mejor profesional y humano.

El docente que tiene el don, la vocación, el gusto e interés por enseñar es el que
siembra en sus estudiantes la semilla del amor y el cariño por lo que hacen, no
sólo para hoy, sino también para el mañana y no sólo para el beneficio propio, sino
que también lo procura para con los que tiene en su entorno, en su comunidad.
Incluso puede enriquecerse si llega a considerar lo que ha llevado a trascender a
grandes pedagogos y educadores, tal como es el caso de San Juan Bautista De
La Salle, San Marcelino Champagnat y San Juan Bosco.

PERSONALIDAD DE UN MAESTRO CREATIVO

El papel primordial del maestro es manejar el proceso enseñanza-aprendizaje,


pero también le corresponden otras funciones de liderazgo y de administración:
debe liberar el potencial de los estudiantes, dirigir al grupo (organizar, coordinar,
motivar, integrar, recompensar), representar a la institución y ser factor de cambio.

Por principio de sentido común, para que pueda comprender los impulsos
creativos, valorarlos y propiciar un clima favorable a la creatividad, el maestro
debe ser, de alguna forma, creativo. Hay que puntualizarlo más: no basta con que
sea un expositor creativo o un artista. Interesa que sea creativo en tanto maestro,
es decir, en cuanto a formador de personas.

Rasgos de personalidad del maestro creativo:


 Una clara, asimilada y muy positiva imagen de la naturaleza y de la
grandeza de su misión. Porque ser maestro es una misión, no una
ocupación. Fácilmente es creativo el maestro satisfecho y contento de estar
en el campo educativo.

 Capacidad y hábito de individualizar a sus estudiantes, es decir, tratarlos


por sus nombres. La relación humana interpersonal es el mejor tónico para
el crecimiento de las personas.

 Fe en los estudiantes: como personas y como grupo; con el corolario


natural de tenerlos en cuenta en las programaciones y de contar con ellos
para las decisiones.

 Sensibilidad a toda clase de sentimientos, tanto los propios del maestro


como los de los estudiantes. Recordemos que gran cantidad de factores
emotivos operan y se involucran en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
 Manejo artístico de la comunicación verbal y no verbal.

 Apoyo emocional. Actúa como reforzador de la autoestima en los alumnos a


través de la vivencia del éxito. En el accidentado camino del "ensayo y
error", el estudiante necesita conservar la fe en sí mismo, la disposición de
volver a intentar, exponiéndose a fallar. Sin una buena dosis de autoestima
hará lo contrario.

 Seguridad en la incertidumbre. La vida de un grupo de estudiantes conoces


momentos de frustración, de tensión y perplejidad. Y el maestro es el líder
nato, el capitán del barco. Una sana seguridad es plataforma indispensable
para mantener elevados los niveles de productividad del grupo.
 Docilidad al aprendizaje. El maestro creativo está casi siempre dispuesto a
aprender: en todas las áreas, todos los días, de cualquier persona y a partir
de cualquier situación. No se avergüenza de confesar que no sabe muchas
cosas ni de pedir ayuda para saber.

LA PERSONALIDAD DEL MAESTRO. SU INFLUENCIA EN EL ALUMNADO

La adolescencia es una etapa de profundos cambios y definiciones. Elegir una


carrera universitaria implica comenzar a construir un proyecto de vida. Los
alumnos no sólo deberán contar con los conocimientos teóricos referidos a su
futura profesión, sino que también deberán formarse como personas.

Estos adolescentes en búsqueda de su identidad personal y autónoma buscarán


modelos de identificación entre sus pares y los adultos que los rodean. En el
transcurso de los primeros años de vida, la familia constituye el núcleo básico de
referencia, pues en ella se reúnen todos los modelos con que el niño cuenta en su
infancia. Posteriormente, la Escuela y la Universidad proveerán de nuevos
modelos, en los cuales se visualizarán pautas de conductas comunes a la familia y
otras nuevas presentadas por los docentes.

Es así como todo acto educativo debe orientarse a la formación y


perfeccionamiento de los estudiantes, promoviendo valores y brindando
herramientas con las cuales el alumno se forme como un ser íntegro y
responsable en la sociedad. La misión fundamental de la docencia es ayudar al
alumno a formular su proyecto de vida, y a fortalecer su voluntad de modo que sea
capaz de llevarlo a término.

La confianza, la comprensión, el sentirse identificado y acompañado y escuchado,


constituyen la parte más importante del proceso de enseñanza-aprendizaje,
porque ésta será la base sobre la cual puedan empezar a exponerse los
contenidos de manera significativa. Es por este motivo que decimos que si los
profesores no son portadores de determinadas cualidades, es imposible que las
estimulen en sus alumnos. Los adolescentes, especialmente, necesitan de la
concreción de un modelo de persona que para ellos signifique un paradigma del
tipo profesional que quieren ser, es por eso que los procesos de identificación con
el docente como modelo personal y profesional son especialmente importantes
para los alumnos ingresantes de cualquier carrera y Universidad.

La personalidad del docente, quien con su conocimiento, experiencia, talento y


actitudes puede proveer el estímulo para un buena experiencia de aprendizaje, es
un elemento vital durante el comienzo del proceso indispensable de internalizar
actitudes y comportamientos que se requieren para vivir en sociedad. Sin
personalidad, el profesor se convierte en una máquina repetitiva, perdiendo su
verdadero espíritu y significado, perdiendo la posibilidad de promover esa fuerte
relación docente-alumno, que como dice Jaques Delors 2 , “es la esencia del
proceso pedagógico”.

La clase debe ser un lugar apasionante, donde se aprendan cosas trascendentes


vinculadas a la carrera elegida y a los problemas de la vida real y profesional.
Debe ser un sitio donde se promueva la enseñanza recíproca, donde los alumnos
aprendan de sus compañeros y el profesor aprenda de la clase y la clase del
profesor. El psicólogo estadounidense, Carl Rogers, autor de “Creatividad y
Libertad en la Educación. Sistema no-directivo”, plantea que, en primera instancia,
el docente debe ser una persona auténtica, actuar con naturalidad y promover una
relación honesta con sus estudiantes. Debe permitirse entusiasmarse, aburrirse,
enojarse, ser sensible o simpático, respetando y aceptando esos sentimientos
como propios. Así irá al encuentro del alumno de una manera directa y personal,
estableciendo una relación de persona a persona.

Otra actitud característica a tener en cuenta y es la de apreciar a los alumnos, sus


sentimientos y sus opiniones. La apreciación o aceptación del alumno por parte
del docente es la expresión de su confianza en la capacidad del ser humano y en
su potencial.
Otro de los elementos esenciales es la compresión empática. Cuando el docente
tiene la capacidad de comprender desde adentro las reacciones del estudiante y
tiene una percepción sensible de cómo se presenta el proceso de aprendizaje al
alumno, entonces podrá facilitar un aprendizaje realmente significativo. Si la vida
emocional es la base de la felicidad humana, una buena relación afectiva será el
ingrediente fundamental para el aprendizaje. No se aprende sin el vínculo, incluso
en los espacios donde prima lo cognitivo.

El aula de clase debe ser algo más que un espacio de intercambios cognitivos,
debe ser un espacio de construcción de actitudes y vivencias subjetivas gestadas
tanto por los estudiantes como por los docentes y mediados por el afecto como
componente fundamental del conocer, actuar y relacionarse. Los docentes que se
arriesgan, que son ellos mismos, que confían en sus alumnos, que se aventuran a
lo desconocido; son testigos de hechos excitantes e increíbles. Se puede percibir
como se forman las personas, como se inicia el aprendizaje y como surgen en los
alumnos esos futuros ciudadanos dispuestos a enfrentar el mundo.

Si dentro de su rol, los docentes pudieran quitarse el casco protector, sin temor a
mostrarse como son y pudieran confiar en la condición intrínseca de los alumnos
como seres humanos aptos, siendo auténtico con ellos y procurando entenderlos
en su forma de sentir, realmente se iniciaría un proceso constructivo de
aprendizaje.

Es magnífico experimentar las cosas que se logran en la comunicación de unos


con otros y así ser testigo del crecimiento de los alumnos como personas. Es
necesario, para que esta pedagogía “relacional” sea posible, que exista ese
contacto cercano, que se acorten las distancias y se genere un espacio íntimo
entre docente y alumno; porque para el docente será la plataforma inicial desde
donde podrá proyectar una enseñanza realmente efectiva.
RASGOS DE LA PERSONALIDAD DEL MAESTRO QUE HACEN MÁS DIFÍCIL
LA GESTIÓN DE LA CLASE

Pero para la mayoría de los maestros, la presencia de un grupo grande y activo de


estudiantes puede, por lo menos hasta cierto punto, sacar los rasgos de
personalidad que son perjudiciales para el éxito de la gestión del aula.

La buena noticia es que con un sencillo cambio de rutinas de dos minutos pueden
eliminarse los rasgos que actúan en contra, y reemplazarlos con los que trabajan a
favor.

Los seis rasgos siguientes de la personalidad del docente hacen la gestión del
aula más difícil.

1. Impaciencia

Maestros impacientes, que hablan rápido, se mueven rápido, y tienden a mirar


hacia otro lado ante una mala conducta, o reaccionar emocionalmente a ella.
Corren a través de las lecciones , pasar por alto las instrucciones, y por necesidad
tienen menores expectativas para los estudiantes. Esto produce un aula inquieta,
excitable, que está preparada para causar problemas.

2. Rápido para la ira

Un destello de ira puede deshacer semanas de trabajo para fomentar la relación


con tus estudiantes. Cuando gritas, regañas, usas el sarcasmo, pierden la calma,
te distancias de tus estudiantes y socavas su confianza y el respeto entre ustedes.
Te vuelves menos accesible, simpático, menos influyente, todas las claves
fundamentales para la creación de una clase de buen comportamiento.
3. Pesimismo

Los maestros que son pesimistas por naturaleza no son capaces de fomentar el
buen comportamiento que desean. Los pensamientos negativos, sentimientos y
actitudes acerca de los estudiantes -particularmente de los estudiantes difíciels-
son imposibles de ocultar. Se revelan a través de tus palabras, de tu lenguaje
corporal y tono de voz y hacen que la construcción de relaciones con ellos sea
imposible.

4. Irritabilidad

La irritabilidad (mal humor) comunica a los estudiantes que no pueden confiar en ti


o que dependen de ti. Se crea resentimiento, confusión e inestabilidad. También
es incompatible, tanto con tu plan de gestión del aula y como con tus interacciones
con los estudiantes-y conduce a malas conductas frecuentes y más graves.

5. Demasiado sensible

Maestros con fina piel, que toman la mala conducta como algo personal,
inevitablemente, a menudo inconscientemente, buscan venganza en contra de sus
alumnos. Ellos no pueden ayudarse a sí mismos.El resentimiento y el rencor crean
el tipo de errores frecuentes de gestión del aula, como gritos, regaños y rencores
que se traducen en una espiral de mal comportamiento de los estudiantes.

6. Se frustra con facilidad

Suspiros frecuentes, los ojos en blanco, la cara roja conferencia . Signos externos
de frustración pueden causar una tensión envolvente en el aula. Al permitir a los
estudiantes a meterse debajo de su piel, no sólo hace que tu clase sea
desconcertante y desagradable, hace que los estudiantes desafíen tu autoridad y
lo hacen cada vez que tienen la oportunidad.

La forma en que el maestro se presenta a sus alumnos tiene un efecto


monumental en el manejo de la clase, más de lo que la mayoría de los maestros
se dan cuenta. Si estás pendiente de los rasgos de tu personalidad, entonces vas
a ser un maestro más eficaz.

La forma más sencilla es pasar un par de minutos antes de los estudiantes lleguen
con los ojos cerrados, visualizarte con calma y confianza en la gestión de tu clase.

BIBLIOGRAFÍA

http://encuentro.educared.org

http://fido.palermo.edu/servicios_dyc

http://www.alexbain.edu.mx/Perfil_docente.pdf

https://creaconlaura.blogspot.com/

https://es.slideshare.net

https://pedagogiaruth.wordpress.com

https://www.tareasya.com.mx/tareasya/maestros/maestro-de-excelencia

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